Capítulo 27
— ¿Esperas a alguien? — preguntó Taehyung aún bostezando.
Miró la puerta de entrada mientras negaba en respuesta a su esposo. Era bastante temprano y esta estaba por salir al trabajo, o bueno, a casa de Namjoon. Ciertamente no esperaba a nadie, ni siquiera la entrega de un paquete, y si su esposo le preguntó, ciertamente tampoco esperaba que llamaran a su puerta a esas horas.
— Termina de arreglarte, iré a abrir y después iré al trabajo.
Le dio un beso rápido a su esposo… aunque ese fin de semana siempre terminaban siendo besos en la mejilla. Taehyung no dijo nada, quizás no lo notó o solo no le parecía extraño. Pero él sí estaba siendo bastante consciente de ello.
— Ten un buen día.
— I-Igual.
¿Qué me pasa?
Esa pregunta lo angustió durante su corto camino a la entrada. Las cosas se sentían diferentes…
No, su relación con Taehyung se sentía diferente. Pero el problema era que sólo a él le parecía de esa manera, su esposo no había cambiado ningún comportamiento en lo absoluto.
Solo era él.
Y su corazón descontrolado cuando estaba con Namjoon.
Tenía que volver a sus sentidos. Estaba confundiendo las cosas. El amaba a su esposo… tenían demasiados años juntos, fueron amigos y novios durante tanto tiempo… no podía olvidar eso.
Tomo una respiración profunda y abrió la puerta, sin fijarse antes en la pantalla de seguridad que estaba a un lado. Así de distraída estaba su mente.
—Hola Jungkook… ¡Oh! ¡Lo siento! ¿Te molesta que te llame por tu nombre?
No, en realidad no le molestaba, porque hablaba más cómodo de esa manera cuando se comunicaban por mensaje o llamada… pero algo en el centro de su pecho se agitó al ver a Jimin parado frente a su puerta.
¿Cuándo volvió?
¿Qué hace aquí?
¿Por qué Namjoon no me lo dijo?
— Ho-Hola…
Él más bajito no perdió esa agradable y amistosa sonrisa en su rostro a pesar de su titubeante y cortante saludo. Y en realidad quería preguntarle tantas cosas, pero su mente se quedó en blanco en ese momento.
— Por tu cara me imagino que Namjoon-hyung no te dijo nada. — Jimin rodó los ojos de manera exagerada. — Y por eso es que no puede funcionar solo por muy inteligente y buen escritor que sea.
El más bajito soltó una pequeña risita que sonó musical. Estaba tan desconcertado, pero no podía portarse grosero con Jimin.
— N-No me dijo. ¿Usted acaba de regresar?
— Regrese hace dos días. Namjoon-hyung y Hobi-hyung fueron por mi a la terminal. Pero solo hoy en la mañana Namjoon-hyung me dijo que no te había pedido las llaves de su auto y que se había olvidado de avisarte. — El más bajito rodó los ojos de manera exagerada. — Y por cierto no tienes que hablarme tan formal.
La sonrisa amigable estaba de nuevo en el rostro de Jimin… pero con esa fea emoción en su interior fue incapaz de corresponderla.
¿Solo se olvido de avisarme? ¿Ni siquiera se acordó de mi porque Jimin volvió? ¿No le importa que ya no estemos trabajando juntos?
Esos días trabajando con Namjoon en realidad fueron pocos, solo había sido poco más de un mes… pero… creyó que se habían acercado un poco, al menos lo suficiente como para que le pesará el que ya no estaría ahí con él por las tardes en la biblioteca, o que ya no se verían hasta esos tres días a la semana que Namjoon iba a la editorial para encontrarse con Jin.
Su pecho dolía.
— ¿Estas bien, Jungkook?
Parpadeo las lágrimas que querían comenzar a acumularse en sus ojos y logró plantar una pequeña sonrisa en su rostro.
— Si, lo siento, estaba algo distraído. — Con el centro de su pecho aún sintiendo esa extraña presión, se dio medí vuelta y tomó las llaves del auto que estaban en el mueble cercano a la puerta, al mismo tiempo miro las llaves de su propio auto con un sentimiento extraño por tener que volver a usarlo. — A-Aquí están. La agenda está en el mismo lugar de siempre dentro del auto, esta actualizada…
Fue más difícil de lo que pensó el soltar las llaves en la palma abierta de Jimin que esperaba por ellas, sus dedos no obedecían.
Fue tan extraño lo perdido que se sentía en ese momento. Sabía que tenía que ir a trabajar, solo tenía que volver a la rutina que tenía antes de esas cinco semanas que pasó con el escritor… pero en realidad no le agradaba tanto la idea…
— Gracias por cuidar de Namjoon-hyung en estas semanas. Es mayor que nosotros pero en algunos aspectos puede ser un niño. — Jimin negó con cariño. — Por cierto, antes de que vayas a la editorial, Namjoon-hyung pidió que fueras a la casa, vamos a reunirnos los tres para ver rápidamente lo que pasó en estas semanas que no estuve. ¿Necesitas que te lleve?
Quizás no se despidió de mi porque aún nos veríamos en su casa.
El pensamiento lo animo tanto que sintió su sonrisa extenderse en su rostro.
— Si no te molesto, esta bien.
— No hay problema — contestó de inmediato Jimin.
Sintió un poco de culpa por aprovechar la amabilidad del mas bajito, parecía buena persona. Pero ir en su auto significaba que no tendría ese último momento que harían de la casa del escritor a la editorial.
A pesar de que el camino en auto con Jimin fue tranquilo y ocuparon la mayor parte en repasar la agenda de Namjoon, su mente no podía dejar de pensar las palabras que le diría al escritor cuando se despidieran. No es como que ya no volverían a verse, pero tampoco pasarían esas tardes juntos en la amplia biblioteca, ya no sería el primero en leer el manuscrito del que sería el nuevo libro de su autor favorito, ya no llevaría en auto a Namjoon de un lado a otro… y ya no hablarían tanto como lo hacían. Por lo general el escritor lo molestaba, pero era divertido estar con él. Y ya no tendría nada de eso.
Despedirse de algo que solo tuvo por cinco semanas no debería ser difícil… Pero… ¿por qué le parecía de esa manera?
Incluso su corazón se aceleró cuando Jimin detuvo el auto frente a esas puertas tan conocidas.
Quizás se vio un poco impaciente con su andar rápido hacia el interior de la casa, pero igual continuo sin siquiera esperar al hombre mayor que por lo general le daba el pase y lo guiaba hasta la puerta de la biblioteca como si se fuera a perder en el camino.
Esta vez no siquiera llamó antes.
Solo entró a la biblioteca con su corazón acelerado y su rostro sintiéndose caliente.
Namjoon estaba en su lugar habitual, ya estaba arreglado para salir, con el pantalón de vestir amoldándose a sus largas piernas y la camisa gris estirándose sobre su pecho amplio y sus brazos gruesos. Pero, al igual que todas las otras veces, sus ojos fueron a parar a los contrarios y quedaron atrapados ahí, en esa mirada oscura como el ónix que parecía ver más allá de sus expresiones exteriores.
Solo arrancó su vista lejos cuando un carraspeo de garganta sonó fuerte detrás de él.
— Señor Kim, sus invitados.
El sirviente de Namjoon ciertamente no estaba feliz por su repentina intrusión, el hombre tenía una mueca disgustada de labios apretados cuando lo miro por un breve segundo. Incluso él andar del mayor fue duro cuando dio media vuelta.
— Creí que Hobi-hyung era el único que podía molestarlo de esa manera — comentó Jimin con una risita pequeña.
Podo sentir el calor expandiéndose más allá de sus mejillas, ahora todo su rostro, sus orejas y su cuello se sentían calientes. Lo único que pudo hacer para disimular su estado fue sentarse y fingir que miraba la agenda de Namjoon que cargaba en sus manos a petición de Jimin. No había absolutamente nada que verificar, todo estaba en absoluto orden y no había olvidado apuntar nada, pero igual mantuvo sus ojos centrados en la pantalla tratando ende hacer que su sonrojo retrocediera. Namjoon y Jimin, afortunadamente, comenzaron a hablar sobre el manuscrito, sería la primer junta de Jimin con Jin así que estaban repasando los puntos importantes.
Cuando se sintió listo para unirse a la plática sin que su rostro corriera el riesgo de incendiarse, levantó la mirada. Casi esperaba que Namjoon lo estuviera viendo, como todas esas veces que parecía que el mayor tenía alguna especie de sexto sentido para saber cuando él lo miraba… pero no lo hizo. En ningún momento de esos minutos que transcurrían juntos lo miró y ni siquiera le habló directamente. Solo Jimin le preguntaba y sus respuestas fueron casi en modo automático porque su mente estaba tratando de entender que pasaba.
¿Por qué no me miras? ¿Por qué no me hablas?
No pudo evitar que su mirada fuera al escritor una y otra vez durante ese tiempo.
Pero incluso al subir al auto para dirigirse a la editorial, Namjoon solo se concentró en su celular en el asiento de atrás. Jimin y él fueron al frente, con el más bajito llenando el auto de una conversación casi unilateral porque el escritor no hablaba y él sólo respondía frases cortas que en realidad no estaba seguro si eran adecuadas porque no estaba prestando atención a la conversión.
Se preguntaba en qué momento el escritor lo miraría y le diría… cualquier cosa como despedida ahora que ya no estarían tiempo juntos y que se verían muy poco.
Espero que ese momento fuera en el ascensor mientras iban todos juntos, pero no fue así.
Desde su escritorio miró la puerta cerrada de la sala de juntas, incluso cometió un error en la revisión que su amigo Yugyeom le pidió que hiciera, pero esperaba a que el escritor saliera, fuera a su escritorio y se despidiera.
Pero tampoco pasó.
Cuando la puerta de la sala de juntas finalmente se abrió, Namjoon fue directo al ascensor mientras Jimin se despedía con sonrisas amables y reverencias cortas.
Quienes si fueron a su escritorio, fueron Jin y Dae, ambos con una sonrisa sincera.
— Te vamos a extrañar en la sala de juntas, Jungkook — dijo Dae dejando un ligero apretón amistoso en su hombro.
— Cierto, tu manera de explicar desde el punto de lector es buena, aunque siempre alabas la escritura de tu autor favorito. — Se sonrojo con el giño del mayor. — En un futuro cercano te estaré pidiendo como mi editor.
Cuando ambos se fueron él sentimiento de disconformidad se quedó con él. Pero no por Jin, que amablemente se había acercado a él con esos cumplidos.
Siguió mirando el ascensor que ahora tenía las puertas cerradas y ningún alto pelinegro de ojos color ónix esperando a unos pasos.
Namjoon realmente se había ido. Solo lo había mirado una vez, cuando entró de manera tan apresurada a la biblioteca, pero no habían cruzado ni una palabra directamente, ya no había puesto esa mirada intensa sobre él, no había colocado la palma de la mano caliente sobre su nuca para dirigirlo cuando llegaron a la editorial. No había visto esa sonrisa que hacía que se marcará un hoyuelo en su mejilla derecha.
— Jungkookie, ¿estás bien?
Su amigo Yugyeom lo miraba y tenía la mano sobre su hombro.
— ¿Qué…?
— Te estaba hablando, pero no dejas d emigrar el ascensor. ¿Estás pensando en algo?
Namjoon.
— No… Tengo que ir… al baño.
No escuchó la respuesta de su amigo antes de levantarse. Caminó sin detenerse hasta que pudo estar a solas en un cubículo con la puerta cerrada. No podría decir que se sentó sobre el inodoro, simplemente se desplomó sobre este con su rostro apenas siendo atrapado por las palmas de sus manos.
¿Qué le sucedía?
¿Por qué… esa presión en su pecho?
…¿Por qué su vista estaba borrosa?
Ya no ser el remplazo de Jimin solo significaba que volvería a ser su rutina de antes… Solo ya no tendría esas tardes donde podían hablar sobre cualquier cosa mientras se tomaban un descanso para comer… Ya no pasarían tiempo en el auto mientras Namjoon le explicaba cosas que solo él como escritor sabía de los personajes de sus libros…
Eran cosas tan sencillas que no iba a extrañar.
Y por supuesto no echaría de menos a Namjoon, ¿cómo podría? El escritor era alguien con una personalidad silenciosa, brusca e irritable. Y por supuesto su mentalidad llena de ego y ese actuar donde creía que todos obedecían sus palabras solo porque era él quien las decía.
¿Por qué lo extrañaría?
¿Por qué estoy llorando?
— Jungkook, ¿estás bien?
Esa pregunta la había escuchado demasiado últimamente, pero fue en el trabajo. Esa era la primera vez que Taehyung le hacía esa misma pregunta.
Pensó que su comportamiento no había sido diferente, al menos trato de no comportarse diferente con su esposo aun cuando su mente iba una y otra vez a esas pocas ocasiones en las que había visto a Namjoon en la editorial. En cada ocasión había esperado encontrarse con los ojos oscuros como el ónix pero ninguna vez lo logró. Y se estaba desesperando, porque al menos él pensó que habían formado algún tipo de vínculo de compañeros de trabajo.
¿O solo él lo pensaba de esa manera?
¿Realmente para Namjoon fue tan insoportable estar a su lado?
— Estoy bien, Taehyung.
— ¿Es porque ya no estas trabajando con tu escritor favorito? — Su esposo lo jaló más cerca, pero fue un poco incómodo, a pesar de que el sofá no era pequeño. — Desde que regreso el agente de ese tal RM, has estado así como sin energías.
— N-No es por eso…
Escuchó la risa divertida de Taehyung, pero ya no pudo decir más porque en realidad no estaba por completo seguro de que le sucedía.
— Esta bien si extrañas trabajar con él, aunque dijiste que era arrogante y grosero, sigue siendo tu escritor favorito. Apuesto que ya estás ansioso por leer el libro que ha estado escribiendo.
No respondió.
No sabía que decir.
Claro que esperaba poder leer completo el libro en el que él había ayudado a RM por unas semanas… pero… leer un libro nuevo de su escritor favorito ahora parecía… no tan emocionante.
— ¿Qué te parece si vamos al cine después de visitar a tus padres por la tarde? — Sintió que Taehyung dejó un beso en su cabello. Esos gestos se estaban volviendo escasos, de parte de los dos. — Quizás eso te anime un poco, veremos la película que quieras.
— Esta bien.
Su esposo estaba tratando de animarlo, no podía seguir dejando que le molestara la indiferencia de Namjoon.
¡Por favor! ¡Ya han pasado casi tres semanas tengo que superarlo!
Si Namjoon quería portarse de esa manera, pues bien. De cualquier manera estaban por terminar el libro, ya no vería más a Namjoon y solo sería un recuerdo.
Aventó el nombre de Namjoon y todo lo relacionado con el escritor al fondo de su mente. Se enfocó en esa mañana d estado con su esposo, se mentalizo para encontrarse por la tarde con sus amorosos padres y una cita nocturna con Taehyung como la que no tenían hace mucho.
Ese día iba a ser grandioso.
Hasta que un mensaje entró en su celular.
Su mente intentaba procesar las palabras que sus ojos veían en la pantalla de su celular.
Eran dos frases tan simples.
Pero le molestaron.
Después de veinte días solo le mandaba un mensaje donde le pedía… no, le ordenaba que fuera a su casa.
Odiaba a Kim Namjoon.
¿Por qué pensaba que podía salir y entrar de su vida cuando se le pegara la gana?
Lo odiaba.
— ¿A dónde vas, cariño?
Confundido, miró a su esposo y después las llaves de su auto que ya había agarrado. Estaba cerca de la puerta, simplemente preparado para salir.
— Yo… Na-… RM, dice que tiene algo para mí. Será rápido. — Quizás. En realidad no podía saberlo porque no tenía ni idea de qué se trataba ese mensaje. — ¿Podemos vernos en casa de mis papás?
— Claro, cariño. Ve con cuidado.
Taehyung le sonrió y le dio un beso rápido.
Salió justo después, pero se quedó algunos segundos parado fuera de la puerta sin moverse. Ni siquiera sabía si debía de ir al instante, pero no quería mandar un mensaje para preguntarle. Quería dejar a Namjoon en la incertidumbre sobre si se presentaría o no.
Aunque lo mejor es que no vaya.
El escritor había sido grosero al ignorarlo de esa manera, ¿por qué corría en cuanto recibía un mensaje tan sencillo que en realidad no le dijo nada.
Sería mejor no ir.
Aunque claro que sus pies se movieron hasta el ascensor en lugar de regresar al interior donde su esposo estaba.
Su mente no estaba funcionando correctamente, podía escuchar claramente los por qué no debería de ir, pero al mismo tiempo coordinaba a su cuerpo para que siguiera adelante, hasta ese lugar que pensó que ya no volvería.
— 🔁 —
Estando frente a esa puerta alta de madera gruesa, se dio cuenta de lo natural que se sentía el haber bajado de su coche para ser recibido por algún sirviente que lo terminaría llevando frente a la biblioteca.
Las palmas de sus manos ya estaban sudando, pero solo pudo cerrar sus puños porque la puerta no tardó en abrirse.
Su respiración escapó cuando Namjoon lo miró.
Después de tantos días finalmente lo estaba viendo. Aunque su atención estuviera en la llamada que mantenía en ese momento y los gestos con las manos que le dijeron al sirviente que no se retirara.
Por su mente no pasó el pensamiento de sentarse como lo hacía antes. Se quedo en el mismo lugar donde Namjoon aún lo miraba.
Y después apareció esa sonrisa. Una tan cálida mientras se despedía de la persona que Estaba al otro lado de la llamada que su corazón se aceleró aún si no estaba dirigida a él.
Quería saber quien era esa persona que provocaba esa sonrisa en Kim Namjoon.
Una parte de él estaba feliz de que existiera una persona en la vida del escritor que lo pudiera hacer sonreír de esa manera… pero al tiempo que su corazón se aceleraba, había un nudo en su estómago por ver que en realidad Namjoon podía comportarse de esa manera y que él no lo había visto porque simplemente no era ese tipo de persona para el escritor.
¿Pero qué estoy pensando?
Su mirada fue al suelo, evitando los ojos oscuros que había buscado en esos últimos días. Si su corazón no se calmaba, su respiración comenzaría a ser como la de alguien que estaba corriendo sin parar.
— Te prometo que te visitaré esta semana, ya termine el libro que estaba escribiendo y quiero leerlo para ti. — Espera, ¿por qué esta terminando una semana antes de lo planeado? — Te quiero abuela.
Así que era su abuela.
Le agradó un poco saber algo más sobre Namjoon.
— La última vez no tomaste los libros. — Su mirada volvió al rostro de Namjoon… y volvió a quedar atrapado en ella sin poder evitarlo. — Te dije que podías tomar los que quisieras.
¿Libros?
Maldición, no podía pensar bien.
Su mente ciertamente no estaba cooperando.
— El día que vino mi madre — explicó el mayor —, te había dicho antes de que ella apareciera que podías tomar los libros que quisieras. No sé cuales te faltan, pero ya prepare algunos.
Parpadeando con su mente aún un poco confusa mientras buscaba de que hablaba Namjoon, miró la mesita que normalmente era ocupada por las notas esparcidas del escritor mientras escribía en su laptop. Ahora solo había una caja de cartón abierta. Se acercó unos pasos solo para que su corazón volviera a descontrolarse en su pecho.
Los libros de RM estaban ahí, las ediciones más bonitas que siempre quiso comprar.
— Todos están firmados. Es mi agradecimiento por haber ayudado cubriendo a Jimin.
Entonces no lo olvidó.
Dios, fui un tonto dramático al respecto.
No podía más que darle la espalda al mayor. Estaba avergonzado y agradecido, sabía lo roja que se vería su cara si volteaba en ese momento a ver a Namjoon.
— Si no quieres alguno puedes dejarlo.
— ¡N-No! ¡Si los quiero!
Por instinto puso sus manos sobre los libros como si fueran a arrebatárselos. Pero no fue consciente de ello hasta que la risa de Namjoon llenó la biblioteca.
— Bien. Entonces deja que él los lleve a tu auto.
Se separó un poco de la caja cuando el mismo sirviente que lo había recibido se acercó para tomar la caja.
Namjoon también se acercó y tomó las llaves que estaban en su mano, sin preguntar obviamente, y se las quitó suavemente para dárselas al pobre hombre que no tenía las manos libres.
Pero claro que en lugar de preguntar si necesitaba ayuda, Namjoon solo dejo las llaves en la cima de la caja, como si fuera la respuesta obvia a la incapacidad del sirviente de tomar las llaves en sus manos ocupadas.
Miró incrédulo la situación y la resignación del pobre sirviente y después sólo se encontraba riendo, como no lo había hecho en días.
— ¿Enloqueciste? — Namjoon tenía una ceja alzada mientras lo miraba. Tuvo que morder su labio para no seguir riendo divertido. — ¿Estas seguro? No veo que pudo causar tu risa.
Namjoon miró confundido la puerta por la que había salido el sirviente.
— Olvida eso… solo algo mío.
Volvió a sonreír bajo la atenta mirada del mayor y mientras miraba alrededor de la biblioteca.
Al parecer esa sería realmente la última vez que estaría en ella y su vista solo viajó por esta.
Y notó que ese lugar vacío al lado de la puerta volvía a tener una decoración.
— Reemplazaste el jarrón.
Recordaba que Namjoon había tenido la mirada perdida cuando vio el antiguo jarrón en el suelo, roto por completo.
— Jimin lo compró para mí cuando se enteró que el anterior se había roto. Aunque eso no aplacó el enojo de mi abuela cuando se enteró, casi sale de la cama para hacerme otro.
— ¿Tu abuela hizo el anterior?
— Si. — Los ojos de Namjoon brillaron. — Tienes que ver la habitación que mi abuelo le modificó para que usara, conservó incluso algunas de sus primeras piezas, ella las quería tirar pero mi abuelo decía que siempre tenía que recordar como había comenzado para lograr ver lo mucho que mejoró con el tiempo.
Ahí está de nuevo esa sonrisa.
Quizás sonaría muy entrometido, pero parecía que Namjoon disfrutaba hablar sobre sus abuelos, así que solo se le ocurrió seguir preguntando para que el escritor siguiera sonriendo.
— ¿Por qué no dejaste que tu abuela hiciera otro?
Oh no. Su pregunta en realidad logró lo opuesto de lo que pretendía.
La sonrisa de Namjoon desapareció y la mirada oscura perdió brillo.
— Tiene artrosis, sus manos ahora son tan rígidas que necesita ayuda constante. — La mirada de Namjoon fue al suelo, y eso fue lo que más impactó en el centro de su pecho y le apretujó de manera dolorosa. — La diagnosticaron justo después de que el abuelo muriera, así que en realidad no quería hacer los tratamientos y eso solo empeoró su enfermedad.
Cuando el brillo de una lágrima destello en los ojos color ónix simplemente se abalanzó hacia adelante y abrazo a Namjoon con fuerza mientras ocultaba su rostro en el pecho del mayor.
Cerro sus brazos alrededor del mas alto tan apretado como el torso musculoso se lo permitió y sus puños se aferraron a la ropa.
Estuvo de esa manera hasta que su cerebro razón y la voz baja de Namjoon se escuchó cerca d esa oído.
— ¿Qué haces?
Realmente… ¿qué estoy haciendo?
Se apresuró a soltar su agarre y retroceder un par de pasos, podía sentir su rostro ardiendo y su lengua no cooperaba para que tratara de explicarse.
— Lo-Lo siento... te veías tri-riste... solo quise… abrazarte…
— ¿Sueles ir abrazando a la gente que se ve triste? — preguntó Namjoon con una ceja alzada, pero una media sonrisa burlona marcando su hoyuelo derecho.
— N-No...
Su voz fue tan diminuta que apenas y se escuchó a sí mismo, pero Namjoon le sonrió más amplio.
En un inesperado movimiento, el más alto acariciaba su mejilla izquierda y le regalaba una sonrisa de hoyuelos.
— Gracias, me siento mejor.
Su corazón se detuvo… no, estaba mas acelerado… o realmente no tenía ni idea, pero dolía en su pecho y al mismo tiempo se sentía bien.
Su garganta soltó un extraño sonido que le hubiera sorprendido si no estuviera tratando de negar todas las emociones que parecían atravesar con rapidez su corazón y la comprensión que estaba teniendo en su mente sobre el que significaban.
Me gustas.
Volvió a aventarse hacia enfrente, pero esta vez sus manos no rodearon el torso de Namjoon, fueron en busca de su cuello. Y su rostro no trataba de esconderse, fue directo al contrario, buscando esos labios gruesos.
Besar a Namjoon… lo había extrañado tanto…
Bien, aquí esta un intento de capítulo 😓
Mi bloqueo esta muy feo estas semanas, incluso si hice todo lo que hago normalmente, no funcionó. Este capítulo tengo días escribiéndolo y solo no podía avanzar 😩💨.
Incluso no entré mucho a Watpad y las pocas veces me estuve paseando por viejos comentarios y aunque siempre me animan en ellos yo no pude superar mi bloqueo con suficiente rapidez, así que lo siento 🙇🏻♀️
Espero que estén muy bien, les agradezco siempre la espera y la paciencia que me tienen. Los quiero mucho mis Makis 🥺💜
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