Capítulo 23
— Realmente te gusta ese libro, es la tercera vez que te veo leyéndolo.
Un poco apenado mordió su labio. Una parte de él creyó que Namjoon estaba lo suficientemente concentrado escribiendo desde el primer día que comenzó a trabajar como suplente de Jimin, que no se daría cuenta que leía uno de los libros que él había escrito.
El mismo que tenía en casa guardado cuidadosamente porque estaba firmado por el mayor. Claro que la dedicatoria seguía sonrojándolo pero igual estaba feliz de tener la firma de RM, solo se esforzaba en olvidar el hecho de que su escritor favorito era la misma persona que el que estaba sentado en el sofá de enfrente.
— Es mi libro favorito.
— Tienes el mismo en casa, te lo firme — aseguró sonriendo burlonamente —, ¿por qué lo lees aquí? Hay muchos otros libros.
Su rostro se sintió caliente bajo la mirada oscura y esa sonrisa que continuaba en el rostro del mayor.
— Yo… — Miró la página del libro que ya había leído pero igual quería enfocar su vista en cualquier otra cosa que no fuera esa mirada. — Tengo ese libro guardado… no quiero arruinarlo leyéndolo constantemente.
La sonrisa de Namjoon solo hizo que su vergüenza creciera cuando cometió el error de levantar su vista.
— Entonces llévate ese. — El mayor señaló el libro en sus manos. — La editorial siempre me da copias para regalar a mi familia o amigos, pero como puedes ver solo están ahí acumulando polvo.
Parpadeo un par de veces antes de que su mente entendiera lo que el mayor estaba diciendo.
— ¿Realmente me lo das?
— Claro, porque no. — Namjoon miró hacia atrás, al librero donde estaban copias de los libros escritos por él y lo miró de nuevo. — De hecho, ¿no quieres tomar una copia de los libros que no tengas?
Su vista fue a ese mismo librero, sus ojos paseándose por los libros que Namjoon había escrito. Aún le faltaban algunos y mentiría si no dijera que estaba muy emocionado por tenerlos ya que solo los había leído cuando se los prestaban. Tuvo que morder su labio para no gritar de inmediato “si quiero".
— ¿No se los darás a nadie más?
El mayor estaba de nuevo escribiendo, enfocado en su laptop, afortunadamente no lo estaba viendo mientras miraba entusiasmado los libros.
— En cuanto salen de la imprenta y me dan mi parte, yo los regalo a quienes quiero dárselos, esos que están ahí no se los planeo dar a nadie. Toma los que quieras.
¿Los que quisiera?
¿Realmente estaba pasando?
Podría tener los libros que le faltaban de su escritor favorito. Prácticamente ya había hecho todo lo que había soñado con hacer. Aunque no había sido de la mejor manera y con ningún tipo de formalidad, había conocido a su escritor favorito, tenía su libro favorito firmado y ahora podría tener todos los libros.
Aunque también había pensado que algún día podría tener una colección suficiente para tener sus libros preferidos con la firma de RM.
¿Sería muy atrevido de su parte pedir que se los firmara?
El mayor ya estaba siendo muy generoso en regalarle sus libros, no quería molestarlo… Mejor solo tomaba los libros que le faltaban y ya.
Había estado mirando hacia el librero por bastante tiempo, se sonrojo un poco cuando notó que Namjoon lo había estado mirando.
— Si quieres que te firme alguno, solo toma dos copias, después de todo no podrás leer el que tenga la firma porque lo guardarás como un tesoro, ¿no es así?
Todo su rostro se sintió caliente por la burla del mayor, aunque fue por la verdad de sus palabras.
— Co-Como si quisiera otra firma tuya.
Eso no borró la sonrisa de Namjoon.
No podía ver a través de su mentira, ¿verdad?
— De todos modos, ¿por qué lees novelas de romance?
El mayor dejo la laptop en la mesita de centro. Hacia eso cuando necesitaba pensar en lo que iba a escribir o en lo que había escrito, ahora ya reconocía los gestos y las costumbres del mayor. Cuando alejaba su laptop era mejor distraerlo conversando, de esa manera no sería impulsivo y descartaría lo que había escrito hasta el momento.
— Oh, eso es por mis padres. Ellos tienen un matrimonio tan feliz que siempre quise lo mismo. Mi mamá siempre me dijo que los finales felices existían y que yo podría encontrar el mío. Me lo decía siempre, incluso cuando le confesé que me gustaban los hombres, ella dijo que él generó de a quien amara no tenía que influir.
Namjoon lo miró serio por unos segundos. Su mirada oscura parecía igual que siempre, pero había algo que ligeramente diferente. Nunca había visto esa mirada de Namjoon.
— ¿Por qué… escribes novelas de romance?
El mayor parpadeo un par de veces, esos ojos color ónix fijos en él y una mueca seria, hasta que una sonrisa fría estiro las comisuras de los labios gruesos.
— Es un género popular y fácil de escribir.
Por unos segundos lo creyó. Que su escritor favorito en realidad era frío y solo escribía por fama. Pero esas hermosas palabras que Namjoon plasmaba en cada novela no podían pertenecer a alguien así. Al menos no podían pertenecer a alguien que no se haya leído cientos de novelas románticas, personas como él que leían esos libros con imágenes en su cabeza dando vida en su imaginación a cada detalle y soñando con ser quienes alguna vez reciben un hermoso gesto, bellas palabras o esos finales donde sabes que los protagonistas ya son felices y estaban juntos con su amor creciendo cada día.
No puede ser cierto.
Además, se había demorado en contestar. ¿Por qué lo haría si tenía clara su respuesta?
O quizás…
Solo quiero pensar que RM no es un escritor tan frío.
Después de todo Namjoon estaba en el mundo del intercambio de parejas, ¿no?
Ya no sabía que pensar.
Y tenía miedo de preguntar más y solo darse cuenta de que estaba equivocado respecto a la persona que estaba detrás de esos libros que siempre hacía que su pecho se sintiera cálido.
Solo se quedó en silencio en esa habitación donde ningún otro sonido interrumpía el incómodo ambiente.
No miró a Namjoon, pero tampoco podía concentrarse en el libro en sus manos, no cuando estaba llegando a esa parte donde los protagonistas finalmente se confesaron su amor con frases hermosas, porque no podía dejar de pensar que la persona que escribió esas frases no lo hacía desde el corazón si no desde la mente.
Estaba pensando en como escapar por unos minutos de esa habitación cuando la puerta principal fue azotada creando un eco fuerte en la casa.
Dudaba que alguno de los empleados de Namjoon hiciera algo así, los pocos que había conocido eran profesionales y respetuosos. Por largos segundos se preguntaba quién podría comportarse así en casa del mayor, hasta que el sonido de unos tacones resonó contra la madera.
— Lo siento, señora Kim, solo permítame-
— ¡Apártate! — La voz furiosa de una mujer grito justo al otro lado de la puerta cerrada de la biblioteca. — Soy prácticamente dueña de esta casa, puedo venir cuando quiera ver a mi hijo.
Una de las puertas dobles se abrió de un golpe y terminó chocando contra el mueble que estaba detrás de ella. La decoración de cerámica en la mesa se hizo añicos.
La mujer elegante que apareció en el umbral se veía molesta, unos ojos oscuros familiares lo miraron por medio segundo antes de que la mujer mirara a Namjoon.
Se levantó de inmediato con una reverencia a forma de saludo para la madre del mayor, aunque este no estaba haciendo lo mismo, seguía sentado mirando la decoración rota en el suelo. Y después solo le pidió que se fuera al empleado con un gesto de la mano.
— Namjoon, necesito que me expliques la falta de respeto que hiciste contra tu padre y contra mi. — El escritor miró de manera fría a su madre, tanto que un escalofrío erizo su piel, aunque la mujer mayor no se inmutó. — No recibimos la invitación para tu fiesta de cumpleaños. ¿Tu editor se ha vuelto loco? ¿Por qué no nos invitó?
¡Es mi culpa!
Él era quien había hecho la lista de invitados y quien había mandado las invitaciones. Era su culpa que la madre de Namjoon estuviera enojada. Claro que debió de haber preguntado por la familia del escritor cuando estaba organizando la fiesta.
— Se-Señora Kim, e-es mi culpa, yo mande l-las invitaciones. — Esos ojos molestos lo enfocaron y se estremeció por el enojo en ellos. — Lo siento mucho.
Hizo una reverencia. Los tacones volvieron a resonar cuando la mujer mayor camino más cerca de él.
— ¿Quién eres?
La madre de Namjoon estaba lo suficientemente cerca para hacerlo sentir incómodo bajo ese ceño fruncido.
— Jeon Jungkook, y-yo me encargue de la fiesta.
Esa mirada se volvió más fría.
— ¿Quién te crees para no invitarnos? — La mujer avanzo un paso y el retrocedió uno. — Si no sabes hacer el trabajo para el que te pagan mejor renuncia. Soy su madre, tenía todo el derecho de ser invitada.
Una mano de la mujer mayor lo empujó y enseguida se alzó. Ya podía sentir el golpe en su mejilla por lo que cerró los ojos.
— Basta, largo.
La bofetada en su mejilla nunca llegó. La voz profunda de Namjoon mandó un escalofrío por su columna. Abrió los ojos para irse, pensando que las palabras del escritor estaban dirigidas a él, pero sólo se encontró con la espalda ancha cubriéndolo.
Namjoon estaba entre su madre y él, mirando a la mujer mayor.
— No vuelvas a entrar a mi casa de esa manera. “Soy prácticamente la dueña”, no me hagas reír. Esta casa me la dejó mi abuelo y dejó muy claro que ni tu ni mi padre podían quitármela o usarla. — Los hombros anchos de Namjoon apenas lo dejaban ver por encima, no sabía que expresión tenía el mayor pero si podía ver como apretaba la mandíbula. — Yo pedí que no les mandaran las invitaciones. — No, no es verdad. Tomó en un puño la tela de la camisa del mayor, tratando de que se callara y no asumiera la culpa por él, pero Namjoon siguió hablando. — Nunca han asistido a ninguna de las fiestas organizadas por la editorial, rechazan mi trabajo como escritor, así que ya no sé van a desperdiciar lugares por dos personas que nunca aparecen y ni siquiera les interesa.
La cara de la mujer se torció en una mueca.
— Sabes que tu padre y yo estamos ocupados-
— Si, lo suficiente para venir a reclamar por una invitación casi una semana después de que fue dicha fiesta. Además se muy bien como es que estaban ocupados — agregó Namjoon con tanto veneno que se sintió mal por quien recibía esas palabras —, los reporteros siempre tienen una fiesta de exclusivas con ustedes dos. Por lo mismo mantengo mi seudónimo, seria una vergüenza que me asociaran con ustedes.
— Namjoon, no puedes hablarme así. Soy tu madre, yo te di a luz.
— Y también te encargaste de arruinar mi vida junto con papá, así que no recurras al hecho de que somos familia porque eso no les importó a ustedes en el pasado y a mi no me importa ahora.
Realmente odiaba ese tono de voz frío con el que Namjoon estaba hablando. Antes había pensado que el mayor era intimidante, pero nunca lo había escuchado hablarle así a nadie.
— Aún así somos de la misma sangre, tenemos que tratar de llevarnos bien.
— Ustedes dos nunca dejaran de actuar de esa manera, porque yo tendría que darles el beneficio de la duda.
— Porque…
Namjoon resopló cuando su madre se quedó sin argumentos.
— Ya te lo he dicho antes, no puedes entrar a mi casa cuando te plazca y no puedes amenazar a mis empleados. Y para tu información, Jungkook solo estaba siguiendo ordenes, espero una disculpa antes de que te marches.
Jaló con más fuerza la camisa del mayor.
— N-No, no es necesario. No ti-tiene que hacerlo señora Kim.
Parecía estar escondiéndose detrás de Namjoon, pero el mayor se interpuso cuando trato de moverse a un lado.
La madre de Namjoon Lo miró, esos ojos oscuros y familiares estaban molestos cuando lo miraron.
— Como si fuera a rebajarme a pedirle disculpas — dijo con despreció la madre de Namjoon y se dio media vuelta.
No tardaron en escuchar la puerta principal.
El mismo empleado que había estado detrás de la madre de Namjoon, persiguiéndola, volvió a aparecer en el umbral de la puerta.
— Lo siento señor Kim, su madre-
— Esta bien — interrumpió Namjoon —, la conozco, no fue culpa de ustedes. — El mayor aún no se movía de su posición por lo que no podía ver su rostro, pero escucho nostalgia cuando señaló el lugar donde se había roto la figura de cerámica. — Limpia, por favor.
— Enseguida, señor Kim.
— No, hazlo cuando desocupe la habitación.
— Como diga, señor Kim.
El empleado salió cerrando la puerta.
Se preguntó porque Namjoon aún no se quitaba de enfrente.
— Ya puedes soltarme, Jungkook.
Esos ojos de ónix lo miraron por encima del hombro. Por un momento se perdió en ellos hasta que se dio cuenta de que él era la razón por la que Namjoon no se movía.
Su mano se abrió rápidamente dejando ir la tela de la camisa que había estado sosteniendo. Aunque el mayor no se alejó mucho, solo dio media vuelta y lo enfrento cara a cara.
Fue peor de esa manera. Ahora se sentía ms culpable que frente a la acusación de la señora Kim, Namjoon había asumido la culpa en su lugar y eso solo había causado una pelea más grande con su mamá.
— L-Lo siento-
— No hiciste nada mal.
— Yo debí de preguntar sobre tu familia.
— No — dijo el mayor con Un tono autoritario duro. — Mi editorial te pidió el favor de organizar una fiesta para alguien que apenas conoces. Estás desempeñando bien tu papel ocupando el lugar de Jimin pero no es tu verdadero trabajo. Si mi editorial te pide un favor debería darte información completa, no a medias.
Esos ojos oscuros aún eran fríos, distantes y con una crispa de enojo que continuaba erizado su piel. No le gustaba esa mirada en Namjoon. Sólo podía pensar en disculparse, quería que dejara de mirarlo así.
— Pero debí pensar en preguntarte-
— En primer lugar, se supone que era secreto, involucrarme en la lista de invitados habría intervenido con ello. Y aunque me preguntaras yo hubiera omitido a mis padres, así que lo que dije no fue precisamente una mentira.
— No quería crear problemas con tu mamá.
— Ella es la que está creando el problema sola. — Dedos fuertes tomaron su barbilla y ya no le permitieron seguir escondiendo su rostro de esos ojos de ónix. — No me llevo bien con ella, Jungkook, ni con mi padre. Ellos aún quieren obligarme a dejar de lado la escritura y asumir el frente de la empresa, aun esperan que rompa mi matrimonio porque constantemente le prometen a sus amigos que me casaré con alguna de las jóvenes de buena familia que insisten en presentarme. Y nuestros problemas vienen de mucho antes que eso, desde mi infancia. Créeme, nada de lo que hagas empeorar la ya mala relación que tengo con ellos. — Y aun así sigues molesto. ¿Cómo te puedo calmar? — ¿Aun te sientes mal por ello?
— Es solo… que a mi siempre se me dijo que la familia es lo más importante… Dijiste que no es mi culpa pero por no invitarlos vino hasta aquí y pelearon… — Dejó que sus ojos encontrarán a los contrarios y solo se retorció incómodo bajo esa mirada. — Y estas molesto…
Namjoon parpadeo y tomó una respiración profunda sin mirar en su dirección.
Cuando esos ojos de ónix lo volvieron a observar la mirada ya era mas suave. Al fin sintió la tensión en sus músculos irse. Ahí estaba de nuevo esa mirada, esos ojos que seguían siendo intimidantes por la fuerza e inteligencia que había en ellos pero ya no había enojo ni molestia que erizada su piel de mala manera.
— No es contigo, es por lo que mi madre rompió. — Namjoon miró los trozos de cerámica en el suelo. — Fue el regalo de una persona que es muy querida par mi, lo hizo ella misma pero ahora ya no podrá hacer otro igual, así que me molesta que se haya hecho añicos. — La nostalgia llenó la voz del más alto. — Pero realmente no estoy molesto contigo.
— Esta bien… — Fue realmente un alivio tener esa mirada libre de enojo, pero ahora se sentía un poco sonrojado por la cercanía, aunque tenía algo más que decir antes de que se separaran. — Gracias.
— ¿Por qué?
— Por no dejar que me pegara.
El pulgar en su barbilla acaricio ligeramente su mejilla en pequeños círculos mientras esos ojos lo miraban confundido.
— ¿Por qué permitiría que te lastimara?
Era una pregunta normal una que carecía de algún sentido más allá que el literal… Y aun así el corazón en su pecho se descontroló al punto de resonar en sus oídos.
——— 🔁 ———
El matrimonio Kim, dueño de la mayor empresa de inversiones o el matrimonio Kim, el peor ejemplo de Seúl.
Había llegado a su casa con la imagen mental del rostro d esa madre de Namjoon rondando una y otra vez en su mente. No solo le fue familiar por el ligero parecido de esos ojos con los de Namjoon y no dejó de pensar en ello hasta que recordó la noticia que había estado leyendo Taehyung semanas atrás.
Su esposo recordó de inmediato apenas le dio la descripción de la señora Kim y el apellido. Fue demasiado fácil encontrar la información una vez que Taehyung recordó la los nombres. No solo estaba el artículo de semanas atrás, había muchos de ellos de meses e incluso amos atrás.
Y si, la imagen de la señora Kim estaba en esos artículos.
Cada uno redactando alguna aventura del señor o de la señora Kim y los escándalos económicos en los que habían terminado por meterse con el esposo o la esposa de algún socio comercial.
Solo bastaron tres artículos para sentir tristeza por el niño que creció en un ambiente así.
Y ahora sabía por qué Namjoon repudiada la infidelidad.
Buenos días mis Makis lindos/as. Espero que tengan un bonito día y para quienes se les terminan sus vacaciones disfruten lo ms que puedan 🤗💜
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