Capítulo 22
La espalda baja de Jungkook volvió a crear un arco que lo levantó ligeramente de la cama, largos hilos de semen pintaron el abdomen y el pecho y brillaron bajo las luces de la habitación. Sus dedos fueron apretados con fuerza por el anillo de músculos de la entrada del menor.
Jungkook lo miró con sus ojos entrecerrados, los parpados a punto de ceder y cerrarse. El pecho subía y bajaba con rapidez e inevitablemente atrajeron su mirada a ese par de protuberancias que estaban rojas e hinchadas por lo mucho que sus dedos, labios y lengua habían jugado con ellas.
Nunca creyó que Jungkook pudiera realmente correrse solo porque jugara con sus lindos pezones rosas pero su camisa estaba en el suelo llena de semen del menor para probar lo contrario.
— Solo te has corrido dos veces, Jungkook. No te dormirás solo por eso, ¿verdad?
Los dedos del menor se envolvieron en su antebrazo, empujándolo para que su mano se alejara de la sensible entrada que seguía estremeciéndose.
— So-Solo estas jugando. — Las mejillas altas se volvieron más rojas cuando esos ojos grandes miraron el lugar donde su mano se perdía entre las pálidas y largas piernas. — Ni siquiera lo-lo has puesto dentro.
— ¿Quieres que lo ponga dentro ya? — Un gemido bajito escapo por los labios entreabiertos y el menor rápidamente mordió el inferior, avergonzado por el sonido. — No solo muerdas tu labio, lindo. — Uso el pulgar de su mano libre para acariciar el labio que estaba siendo presionado por los dientes y lo frotó hasta que esa boquita cedió y chupó su dedo. — Dime, ¿quieres que meta mi pene y te folle duro, hasta que te desmayes?
— Por favor… — Jungkook lo miró con ojos grandes y suplicantes pero él solo sonrió. Quería escucharlo en voz alta de esa pequeña boquita. — Por favor, Namjoon… — Volvió a sonreír sin hacer ningún movimiento. El menor lo miró con sus ojos grandes inundados en lágrimas desesperadas. — Por favor, por favor… Mételo, por favor, quiero tu pene.
Esta vez si sacó sus dedos y abrió las piernas del menor más amplio. Esos ojos grandes no dejaban de ver su erección mientras la cubría con un condón, podía notar lo mucho que lo esperaba.
El tímido Jungkook se fue cuando la lujuria cubrió esos ojos color chocolate. El menor uso sus propias manos para abrirse para él, mostrando la lubricada y húmeda entrada que sus dedos habían preparado.
Ese Jungkook era diferente al pequeño excitado y asustado que lo siguió la primera vez. En su primer encuentro se sorprendió un poco al descubrir que ese aparentemente inocente chico disfrutará tanto de unas palmadas en su trasero, pero le sorprendió y le gustó más lo bien que el cuerpo delgado se envolvió alrededor de su pene con fuerza y por tanto tiempo. Un chico con notoria poca experiencia sexual se había aferrado a su pene, había gemido de manera linda pero desvergonzada y de alguna manera podía verse tierno aún cuando habían estado follando por horas.
Su gusto en el dormitorio siempre fueron chicos sensuales que sabían lo calientes que estaban, que usarán sus cuerpos para seducir y que supieran moverse. Los tímidos y tiernos los creía delicados y demasiado torpes.
Hasta Jungkook. Ese torpe chico que incluso necesito ayuda para quitarse la ropa la primera vez lo dejo saciado al punto de que quería follarlo una vez más, incluso aunque dos veces seguidas estuviera solo con el menor y Hoseok.
Claro que repetía con gente del club, pero eran situaciones esporádicas que podían suceder cada varias semanas o incluso meses. Jungkook simplemente lo dejaba con ganas de más de ese delgado y pálido cuerpo en cada encuentro.
— Alguien está siendo realmente sexy hoy — dijo frotando con su pulgar alrededor de esa entradita que el menor le mostraba.
Jungkook gimió, un poco más fuerte esta vez. Esos ojos grandes estaban tan concentrados en su pene, prácticamente podía sentir la ansiedad del menor por tenerlo dentro.
Aunque no era el único en esa habitación que estaba ansioso.
Con su mano tomando la base de su pene, dirigió la punta a esa entradita con sus ojos fijos en cada expresión que cruzaba por el rostro de Jungkook. Con la punta hinchada encontrando su objetivo lleno el delgado cuerpo de una embestida dura que hizo que ambos apretaran los dedos de los pies.
Se sentía tan apretado a su alrededor.
— ¡Mmh-ahh~! ¡Namjoon!
El menor se perdía tanto en si mismo cuando tenía su pene dentro que de nuevo lo llamaba por su nombre sin siquiera notarlo.
Tanto que te negabas a hacerlo durante mi fiesta. Incluso miraste a otro lado cuando me llamaste por mi nombre.
Su cadera se alejó un poco para embestir por segunda vez, tan fuerte como lo había hecho antes y solo siguió y siguió perdido por completo en ese interior cálido que se contraía a su alrededor con fuertes espasmos que pretendían retenerlo cada vez que se alejaba.
Jungkook no paraba de gritar y gemir, sus piernas envueltas alrededor de su torso con los talones encajando se con fuerza en su trasero para evitar que se alejara del todo y con sus dedos tomando sus brazos como si su vida dependiera de ello.
Por lo general lo hacía con la otra persona de espaldas a él, el agarre y el ángulo eran mejores de esa manera, pero ver las expresiones desinhibidas de Jungkook mientras el menor se deshacía con cada golpe de su cadera fue de lo más entretenido.
Quería ver más. Ese rostro perdido en el placer, en lo mucho que disfrutaba ser fallado por él.
Al menor le habían gustado las palmadas en su trasero, el ardor que sus manos dejaban en la piel suave
Quizás…
Bajó su rostro hasta esos pezones rojos. Primero succionó uno ligeramente hasta tenerlo dentro de su boca y después mordió lo suficiente para dejar una marca pero no romper la piel.
— ¡Ahhh~!
Dos manos sujetaron su cabello corto cuando Jungkook levantó su pecho pegándose por completo a los dientes que lo torturaban.
Pero no se quedó ahí. Pasó al otro pezón, a las clavículas, al cuello, los hombros he incluso en medio de su pecho, donde el fuerte latido del corazón palpitaba contra sus labios cuando los presionó ahí. Cada vez que sus dientes marcaban la piel blanca el interior de Jungkook se apretaba a su alrededor y la voz suave no dejaba de pronunciar su nombre.
Es tan sensible en todos lados.
El cuerpo de Jungkook estaba hecho para deshacerse bajo su toque, no importaba el lugar que tocaba, siempre obtenía una reacción del menor, y podía ver en el rostro ajeno, escuchar en esos gemidos agudos y sentir en ese interior caliente que apretaba su pene, cuanto le gustaba al menor ser tocado por él.
— Namjoon… Na-Namjoon~… mmmhh~…
Maldición. No voy a durar más.
Ese día estaba tan excitado, estaba a punto de correrse solo a poco tiempo de iniciar. Ni siquiera había embestido tan duro como lo hacia normalmente pero sus testículo estaban pegados a su cuerpo a punto de soltar su carga.
Tenía que hacer que Jungkook se corriera. Tomó el lindo pene erecto que descansaba contra ese plano abdomen de piel pálida y lo acaricio el doble de rápido de lo que sus caderas se movían. Aunque tuvo que apretar sus dientes con fuerza para retener su carga porque el interior de Jungkook comenzó a apretarlo aún más. Era un perfecto, cálido y ajustado guante de seda alrededor de su pene.
No me estoy corriendo antes de que Jungkook tenga su orgasmo.
Siempre se aseguraba que su pareja en la cama se corriera antes y está vez no sería diferente.
Acomodó las largas piernas frente a su pecho, ambas las sujeto contra su hombro izquierdo y se levantó ligeramente sobre sus rodillas haciendo que la parte inferior de Jungkook se separara un poco de la cama. Ahora tenía más acceso a ese trasero. Cambió el masturbar el pene de Jungkook por azotar esa mejilla que tenía s a su alcance. Fue más difícil mantener el cuerpo ligeramente elevado, embestir y azotar al menor, pero el rostro de Jungkook deformado en una mueca de puro placer fue lo que lo hizo continuar.
— Realmente te encanta que azoten tu culo. — Esta vez dejo su mano pesada encima de la piel sensible y sus dedos apretaron hasta que el menor gimió. — Cosita pervertida
— N-No~…
— ¿No? — La siguiente vez que su mano toco la piel suave solo fue en una ligera caricia en lugar de un golpe que dejara una sensación de ardor. — ¿Quieres que deje de hacerlo?
Esos ojos grandes se abrieron al instante. La respiración irregular de Jungkook mientras veía el lugar donde su mano rozaba suavemente la piel.
La cabeza del menor negó a su pregunta, pero no volvía a dar un azote. Esos ojos de chocolate buscaron su mirada, ansiosos, con húmeda brillando en ellos.
— No-No te detengas....
La mano de Jungkook alcanzó la suya y la pego más a su trasero, los ojos suplicantes aún lo miraban.
— ¿Te gusta?
— … Si… me gusta... Hazlo otra vez, por favo- ¡ah~!
Solo basto un golpe duro de su cadera y su mano azotando más fuerte esa piel suave para que el semen de Jungkook saliera disparado.
Como si su cuerpo lo supiera, su propio semen lleno el interior del condón con fuerza. Era su primer orgasmo de la noche pero su mente dio vueltas por un par de segundos.
Salió del interior de Jungkook solo porque sentía que podía volver a correrse por solo seguir en ese lugar que se convulsionaba a su alrededor. El menor estaba desplomado contra el colchón, sus extremidades en extrañas posiciones simplemente porque habían caído sin fuerzas. Se veía un poco lindo.
Presionó su peso encima del más bajo y tomó esos labios que habían estado entreabiertos. Pensó que Jungkook estaría muy cansado para responder el beso, pero en cuanto su lengua tocó la contraria dedos largos apretaron su cabello corto y un gemido gustoso salió de la garganta del menor.
— ¿Mi regalo ya esta cansado? — preguntó alejándose con suaves besos que apenas tocaban ese labio inferior.
Los ojos grandes lo miraron largos segundos, confundidos y aún atrapados en ese momento después del orgasmo que no te dejaban pensar con claridad.
Y después brillaron, el deseo de más en ellos incluso antes de que Jungkook hablara.
— No estoy cansado.
Sonrió y volvió a dejar besos cortos sobre esos labios dispuestos que se abrieron para él.
— ¿Entonces te puedo usar hasta el amanecer?
— Si~
Le encantaba su regalo de ese año.
———🔁———
Esa vez se habían dormido más tarde y aún así se levantó dos horas antes de lo que normalmente hacía, según el enorme reloj de la pared de enfrente.
Antes había sido impensable que esperara a que se despertara la persona a su lado, simplemente se vestiría y bajaría a esperar a Hoseok en el área común, el bar atendía hasta el cierre, para los que necesitaban un baso de agua o simplemente para los que querían terminar su estancia con una copa más.
Solo que antes nunca había permitido que sus parejas de cama durmieron encima de él.
Jungkook estaba totalmente como peso muerto encima de su pecho, con sus labios entreabiertos y la respiración caliente justo entre sus clavículas.
La primera vez le había permitido que fuera de esa manera porque el menor no le dejó otra opción, se había aferrado a su torso sin intenciones de dejar que lo alejaran, aún dormido tenía un fuerte agarre. Además había estado satisfecho como hacía tiempo que no lo estaba, siempre tenía que dejar que los otros descansarán porque se quejaban de su tamaño y de lo adoloridos que estaban. Por timidez, miedo o solo porque también lo quería, Jungkook no lo había detenido en ningún momento de esa primera noche que pasaron juntos.
La segunda vez había sido algo similar, además de que no era molesto tenerlo encima. Y la noche anterior ya simplemente lo esperaba. No pudo dormirse hasta que en sueños, Jungkook lo buscó y se acomodó encima. Sólo entonces cerró los ojos y se dejó arrastrar al mundo de los sueños. Claro que lo hizo porque no quería ser despertado cuando el menor se moviera encima de su pecho, por eso espero a que Jungkook terminará de acomodarse para finalmente dormir.
A él no le gustaba estar tan cerca de alguien que se dormía sin siquiera preocuparse por limpiar el desastre de semen en su pecho y abdomen.
Además Jungkook dormía tan profundamente. Por unos minutos lo había molestado un poco haciéndole cosquillas en la punta de la nariz o en la frente cuando acomodaba los mechones de cabello que iban a sus ojos, pensó que eso lo despertaría y que un Jungkook de ceño fruncido lo miraría de malas por haber sido sacado de su sueño, pero el menor simplemente hacia gestos y pucheros por cualquiera que fuera la molestia que quería despertarlo y seguía durmiendo. Así que se rindió en ello y solo se quedó despierto escuchando la respiración acompasada del menor.
Fue un momento de tranquilidad bastante extraño. Cuando estaba de esa manera, en silencio y solo con sus pensamientos, por lo general su mente no paraba, a veces pensaba en sus libros anteriores, o las ideas que había tenido para un libro nuevo, pero su mente nunca había estado descansando al punto de que su mirada se quedó fija en el techo sin pensar en absolutamente nada. Ni siquiera asuntos del trabajo lograban entrar en su cabeza. Y cuando menos lo pensó había estado casi una hora de esa manera.
Miró una vez más a Jungkook.
¿Es por ti? ¿Duermes tan apaciblemente que mi mente solo quiere seguir tu ejemplo?
Volvió a quitar los mechones desordenados que caían en los ojos del menor. Normalmente eran lacios, pero la noche anterior Jungkook había rizado las puntas y también se había maquillado un poco, podía ver ahora. Había una sombra un poco rosa en el párpado y una línea negra muy delgada en la línea de las pestañas. Además la ropa con la que apareció. Se había puesto duro de solo verlo.
— Mgh…
Jungkook restregó su rostro contra su pecho, fue tan similar a un gatito que sonrió.
El menor resopló, no entendía su molestia pero al parecer el mismo tampoco sabía, tenía el ceño fruncido y miraba a la nada, fue un poco tierno.
— ¿Te despertaste de malas?
Los ojos grandes lo miraron por unos segundos y después un puchero abulto el labio inferior del menor.
— No me quería despertar.
— ¿Y porque lo hiciste?
— No lo sé. — Fue una conversación tan ridícula y aún así se encontró riendo. — Te estas burlando de mi.
Otro puchero más pronunciado apareció en esos labios y eso solo lo hizo reír más.
— Deja de reírte de mi.
— Bien, bien.
Tomó La barbilla contraria entre sus dedos y sostuvo el rostro para besar ese puchero. Solo iba a ser un beso rápido, pero este se transformó en dos y después más besos, aunque no fueron más allá de labios contra labios.
Cuando finalmente se apartó Jungkook aún mantenía sus ojos cerrados a la espera de otro beso.
Tan dócil.
— Gracias por mi regalo, me encantó como venía envuelto. — Esos ojos de chocolate lo miraron tímidamente, las mejillas con un ligero rubor. — Pero me gusto más quitarle la envoltura y usarlo.
El rojo se extendió por todo el rostro del menor. Trató de ocultarlo pegándose a su pecho pero no lo dejaría huir tan fácilmente.
Agarró ambas mejillas del trasero del menor y las apretó antes de dejar un azote en una de ellas.
— ¡Ahh~! — Funcionó como había esperado, Jungkook dejó de esconder su rostro en su pecho para mirarlo “molesto". — De-Deja de hacer eso…
— ¿Por qué debería? Es divertido.
Volvió a golpear el mismo lugar. Esta vez Jungkook no se ocultaba por la que pudo ver esos ojos grandes cerrándose por placer y esos labios entreabiertos que soltaron un gemido antes de que él menor los apretara y lo mirara con las mejillas rojas.
— Idiota.
— ¿Otra vez con los apodos cariñosos? — preguntó sonriendo.
El menor levantó la mano para golpear su pecho pero él los giró a ambos. Besó esos labios una vez mas y se levantó al mismo tiempo que ponía una de las almohadas encima del pecho de Jungkook. El menor siempre era tímido con su desnudez cuando salían de la cama. Abrazó el material blando contra su pecho con una sonrisa tímida asomándose apenas por el borde.
Le tomó unos segundos apartar la mirada.
Jungkook era bastante tierno sin siquiera intentarlo.
Namjoon fue a sentarse en su sofá habitual, quizás para esperar por Hoseok. Taehyung y él acordaron encontrarse en el área de los casilleros por lo que el siguió caminando hasta que atravesó la puerta que lo haría salir de esa zona con sofás.
Su cuerpo estaba adolorido por completo, estar con Namjoon siempre dejaba su espalda adolorida y sus piernas débiles, pero en realidad disfrutaba de cada momento. Incluso de esas palmadas en su trasero que dejaban su piel cosquilleando.
Su rostro se puso caliente por los pensamientos que cruzaban en su mente, solo había unas pocas personas caminando alrededor y estas no podían adivinar sus pensamientos, pero aún así se sonrojó y apresuró el paso.
En su prisa chocó con alguien cuando entró al largo pasillo de casilleros.
— Lo siento, no fue mi intención.
— No te preocupes, no pasa nada.
La dueña del club.
La había visto solo la primera vez que había estado ahí, sus ojos seguían pareciendo tan agudos a pesar de que mostraba una sonrisa amble.
— Yo entre con prisa…
— Realmente no hay problema, querido. Pero… ¿puedo saber porqué la prisa, pasa algo?
— No, nada — contestó con prisa.
La última vez no había hablado con esa mujer, aunque tampoco había mantenido una conversación con Taehyung, solo les había recordado las reglas del club.
La mujer sonrió amable.
— Es la tercera vez que tú y tu esposo vienen, ¿cierto?
— ¿N-Nos recuerda?
— No siempre recuerdo a todos, si soy sincera, pero la pareja con la que hacen el intercambio, a ellos si los conozco.
— Oh…
— Querido, ¿me permites decir algo?
Una mirada seria contradecía esa sonrisa. Comenzaba a temer las palabras aunque en realidad no tenía ni la mínima idea de que podría tratarse.
— Eh, si, cla-claro.
— Desde el inicio, tu no me parecías alguien que encajara en este lugar. — Parpadeo confundido. ¿Le estaba pidiendo que no volviera? — Claro que las puertas están abiertas siempre que quieras venir — agregó rápidamente —, pero si lo sigues haciendo, realmente deberías esforzarte más en cerrar tu lindo corazoncito, o de lo contrario puede salir muy herido. — Una mano pequeña dio un apretón ligero en su hombro y una sonrisa amable se mostró una vez más en la mujer mayor. — No me hagas caso si estoy equivocada, solo… no creo que Kim sea alguien por el que debas sentir más que atracción.
La mujer se fue después de una mirada compasiva.
Kim.
¿Se refiere a Namjoon?
Bueno, obviamente conocía el nombre. Incluso Taehyung había dado su nombre real para la reservación. Pero no solo era eso, lo dijo como si conociera a Namjoon más que por ser un cliente.
Su estómago se revolvió. Había una sensación desagradable que no le gustó.
Quizás por esas palabras sin sentido.
Claro que solo se sentía atraído por Namjoon, por lo que le había enseñado en la cama.
Solo eso.
No había más.
No podía haber más.
Él amaba a Taehyung.
Aquí la continuación mis Makis.
Espero que tengan lindo día 🤗💜
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