Capítulo 21
— ¿A dónde vas, cariño?
Taehyung lo tomó del brazo para detener su avance. Había estado tan concentrado caminando a ese lugar donde ya sabía que estaba el alto moreno que no se había dado cuenta de que su esposo iba hacia el bar, que estaba en el lado opuesto.
Su esposo parecía realmente confundido, mientras lo sostenía.
— Con… Con la pareja…
Señaló con un gesto inseguro la columna que ocultaba de la vista la esquina de la habitación. Taehyung sonrió tierna mente cuando entendió lo que quería decir.
El mayor tomó su cintura para acomodarlos de frente y después una mano tomó su mejilla con delicadeza. Esa sonrisa tierna no había desparecido.
— Pero ya hemos estado dos veces con ellos, se supone que lo intentemos con diferentes personas.
Mordió su labio inferior. Claro que se suponía que eso debían de hacer. Pero había dos problemas con eso. La sola idea de estar con una tercera persona lo hacía querer salir huyendo del lugar.
Además…
Miró la gruesa columna una vez más, detrás de ella tenia que estar Namjoon esperando por su llegada.
Última vez.
— ¿No-No te gu-gusta hacer el intercambio con ellos?
— Me gusta, Kookie — esos dedos largos acomodaron un mechón rebelde que había ido a su frente —, pero quizás ellos tampoco quieran repetir una vez más con nosotros y no quiero que te decepciones si dicen que no.
Van a decir que si.
Bueno, estaba seguro de que Namjoon diría que si… Él se lo había pedido, o más bien ordenado… Además dijo que lo estaría esperando.
— Aun así, ¿podemos preguntarles una vez más?
Miró alrededor de la amplia habitación, unos cuantos pasaba y les sonreían otros daban miradas lascivas o gestos sugerentes que le dieron escalofríos.
Realmente no se veía subiendo esas escaleras con nadie más, no solo porque era estar con una segunda persona que no era Taehyung, la presencia abrumadora de de Namjoon y su seguridad fue lo que lo había guiado la primera vez. Esa aura que rodeaba al escritor simplemente lo hizo seguirlo, el tono de mando en que decía cada palabra no dejaba lugar para objetar, hacían que su cuerpo solo quisiera obedecer. En su vida se había topado con personas que podían ser líderes naturales y te convencían de seguirlos, pero Namjoon era… más. Había sido testigo de ello, las personas a su alrededor lo miraban como si tuviera todas las respuestas del mundo.
La confianza del más alto le había dado seguridad.
Aunque tampoco podía decir que solo había sido eso lo que lo hizo subir. Esa mirada ciertamente lo intimido durante su primer encuentro, pero todo lo demás… todo en Namjoon causó reacción en su cuerpo, quizás no fue evidente con una erección desde el primer segundo, pero si con el cosquilleo en su piel que lo acompaño hasta ese momento en que estuvieron a solas en la habitación por primera vez.
Encontrar a alguien más que le causará eso a su cuerpo y que al mismo tiempo le diera la muda seguridad que le había dado el escritor a su mente… simplemente lo encontraba difícil. En una relación de nueve años con Taehyung solo una vez su cuerpo había relacionado por otra persona.
— ¿Estas seguro, cariño?
Mordió su labio un poco más, si seguía así terminaría causando una herida.
— Solo está vez.
— Claro, Kookie. — El beso en su mejilla fue tierno, una suave caricia contra su piel. — Solo no te decepciones si dicen no, ¿de acuerdo?
— Esta bien.
Tomó una respiración profunda cuando su esposo finalmente lo soltó rompiendo todo contacto entre ellos. Fue una sensación contradictoria en su cuerpo, sintió que perdía su apoyo pero también se sintió libre porque el tacto de su esposo solo le recordaba que habían ido ahí por razones muy distintas a las que creía Taehyung.
Sus manos comenzaron a sudar cuando estaban frente a frente con la alta columna cuadrada, solo tenían que rodearla y estaría frente a Namjoon. Su estómago se contrajo.
— Hola.
Como siempre en su relación, Taehyung fue quien se mostró seguro y quien avanzaba con la cabeza en alto. Su esposo saludo y se sentó como si la posibilidad de ser rechazado fuera nula.
— ¡Hola! — respondió el entusiasta y sonriente esposo de Namjoon.
Él asintió con un cabeceo al más bajo y se sentó al lado de Taehyung
Que lo dejaba en la orilla del sofá semi-circular, frente a Namjoon. Aunque tardo unos pocos segundos en mirar al más alto. De repente se sintió inseguro por su ropa. Claro que su esposo le dijo que se veía sexy, pero Taehyung siempre lo llenaba de cumplidos porque lo amaba.
Namjoon había ido a ese club por más tiempo, había hecho el intercambio de parejas con más gente de la que quería imaginar… y saber. Mirando a su alrededor podía ver lo seguras que eran de sí mismas la mayoría de las personas que caminaba de un lado a otro con ropas minúsculas o simplemente ninguna cubriéndolos. Caminaban con posturas abiertas y erguidas que mostraban con confianza sus pocas prendas o su desnudez, por completo opuesto a él que estaba un poco encorvado para que la tela transparente no se pegara a su pecho y sus manos las tenía cruzadas al frente tratando de cubrir un poco de su abdomen.
Estaba comenzando a sentirse bastante inseguro de ver a Namjoon a los ojos y que no hubiera reacción.
¿En que demonios estaba pensando cuando me vestí así?
— ¿Por qué te sientas tan lejos?
La voz profunda lo envolvió. La sensación de vuelco en la boca de su estómago lo dejó con dificultad para respirar. Había escuchado esa voz varias veces, pero no con ese nivel de lujuria. Realmente estaba estremeciéndose solo por esas pocas palabras.
Y esa mirada.
Los ojos de ónix y esa expresión lo hicieron sentirse como la persona más sexy del lugar. La sonrisa enmarcada con hoyuelos no debería ser tan erótica y esa mirada recorriéndolo no debería de tener la capacidad de acariciarlo como si un par de manos estuvieran sobre su cuerpo, recorriéndolo con descaro.
— Ellos siempre se sientan cerca — señaló a Taehyung y a Hoseok con un movimiento de cabeza y un tono que estaba lejos de sonar molesto —, ¿por qué entre nosotros hay tanta distancia? — Namjoon dejó que su peso fuera al respaldo del sofá, sus piernas se abrieron mostrando el bulto que empujaba la cremallera del pantalón gris y también como una invitación silenciosa. — No deberías negarme tener cerca un cuerpo tan lindo y caliente.
¿Qué haces cuando alguien te hace esa invitación usando esas palabras para nada románticas?
Si es Namjoon aparentemente la respuesta era ir.
Sus piernas se movieron con prisa, su mente solo concentrada en llegar al alto moreno que no le quitaba la mirada de encima. Aún cuando en alguna parte se registro la risa de Taehyung, de su esposo, eso no impidió que siguiera avanzando.
Ser observado con esos ojos obscuros lo tenía mareado. Se sentía lindo y caliente, tal y como había dicho Namjoon. Se sentía atrevido, al menos lo suficiente para ignorar el área desocupada del sofá al lado del escritor y simplemente sentarse en uno de esos gruesos muslos que estiraba la delgada tela del pantalón gris.
El mayor lo recibió con un beso en su mejilla que fue acompañado enseguida de más besos a lo largo de su mentón, hasta ese lugar sensible detrás de su oreja.
— Hola, mi sexy regalo de cumpleaños — susurró Namjoon solo para ellos dos y después esos labios gruesos regresaron por el mismo camino que habían recorrido antes, solo que esta vez fue una caricia que apenas rozó su piel en lugar de besos. — Creo que no necesitamos perder tiempo aquí, se sentaron con nosotros, quiero tomarlo como una propuesta. — Namjoon miró a quienes estaban a su lado, pero su vista no se apartaba de los labios, su piel aún hormigueaba en donde habían tocado. Su cuerpo quería más. — Podemos subir ahora, ¿verdad?
Esa pregunta fue para él. Esos ojos de ónix se trabaron con los suyos, intensos y seductores. La sensación de vacío volvió a golpear la boca de su estómago.
Asintió con un movimiento de su cabeza, de todas maneras era la única respuesta que Namjoon quería para esa pregunta.
Sus labios fueron atrapados en un beso, fue corto pero con suficiente fuerza para dejarlo deseando más cuando el más alto lo bajo de su regazo y los puso de pie.
Subió esas escaleras tal y como lo había hecho dos veces atrás, pero el recorrido estaba resultando más largo de lo que esperaba.
¿Estaba tan ansioso por lo que iba a ocurrir cuando estuvieran a solas?
— Aquí tienen la llave.
Esta vez era un joven quien estaba al frente del pasillo entregando las tarjetas para las habitaciones.
Namjoon solo tomó la llave y continuo caminando por el pasillo, se veía tan tranquilo como siempre pero sus pasos eran más rápidos que de costumbre.
¿Estará igual de ansioso que yo?
Trató de adivinar la respuesta mirando el perfil del más alto, pero nada en el rostro del mayor delató si estaba impaciente, su gesto neutro y su mirada fija en la puerta de la habitación que les tocaba.
¿Por qué estaría ansioso?
Estaba seguro de que al mayor no le faltaban ofertas de sexo en cuanto entraba al club, además no tenía ni idea de con qué frecuencia visitaba ese lugar. Él solo era uno más con los que el escritor tendría sexo.
La fea sensación en su pecho lo paralizó un poco. Era consciente de que dejó de moverse, pero no podía obligarse a cruzar la puerta que el mayor mantenía abierta para él.
Después de unos segundos, dedos gruesos envolvieron su mano y fueron su guía para entrar a la habitación.
— No te quedes parado fuera. Estuve en el club hace dos semanas así que estoy un poco impaciente por divertirme.
Dos semanas.
Eso quería decir que la última persona con la que había estado Namjoon había sido él. El escritor no había ido después al club. No había visto estado con nadie más.
Te olvidas de su esposo.
Era ridículo pensar que Namjoon no había tenido sexo con Hoseok, estaban casados, vivían juntos y por lo que sabía los dos tenían bastante libido.
Pero yo también estuve con Taehyung.
El más alto ya lo miraba cuando él buscó esos ojos obscuros. Enderezó un poco su postura cuando su cuerpo comenzó a ser observado, podía sentir la tela delgada rozando sus pezones, tenía que verse todo su torso a través de su ropa, pero se sintió bien ver que el mayor disfrutaba de la vista al punto de frotar su propia erección por encima de la tela del pantalón cuando esos ojos de ónix apenas habían bajado hasta su abdomen.
— Espero que no quieras que se amable contigo hoy.
Esas palabras le prometían tanto que tuvo que morder fuerte su labio esperando que la punzada de dolor lo distrajera de correrse antes de siquiera comenzar a hacer nada.
Si Namjoon no estaba siendo amable esa noche, el no sería paciente. Había ido al club para saciar sus ganas del escritor y pensaba aprovechar todo el tiempo.
Quito el primer botón de su camisa con su respiración agitada, pero antes de quitar el segundo sus manos fueron detenidas y alejadas.
— ¿Qué estás haciendo, Jungkook? — Su mente trabajo a toda velocidad, tratando de encontrar su error, pero no comprendía donde se había equivocado. Hasta que vio la sonrisa de hoyuelos y supo que Namjoon estaba a punto de hacer algo que le gustaría. — Se supone que yo tengo que desenvolver mi regalo, ¿por qué lo estas haciendo tú?
Le respondió al mayor con una sonrisa un poco cohibida.
Sus manos fueron soltadas y el solo las dejó caer a sus costados, inmóviles a pesar de que quería que ya estuvieran en la cama.
Namjoon lo torturaría, ya podía ver eso. Rodeó su cuerpo con una lentitud exasperante y una calma que era completamente opuestas a su estado impaciente. Pero todo eso sirvió para que la anticipación hiciera su trabajo porque en el momento que el torso caliente se pegó a su espalda su pene punzaba deseoso.
Los otros botones quedaron abiertos una eternidad después, pero no fue despojado de la tela delgada. Esos dedos solo se dedicaron a acariciarlo de arriba hacia abajo, deteniéndose un poco más en sus pezones.
El aliento caliente en su nuca, la erección que se presionaba contra su trasero en un movimiento que simulaba embestidas cortas, esos dedos que jalaba las protuberancias duras en su pecho y ese aroma masculino lo estaban llevando a la locura y desesperación.
Un tortura.
— No me decido. — Namjoon metió una mano debajo de su pantalón después de quitar del camino el cinturón, el botón y la cremallera. La fina tela de su bóxer no hizo mucho para evitar la sensación de su erección siendo acariciada. — Que parte de mi regalo debería desenvolver primero.
— Mmmh~
El más alto apretó su pene y su pezón al mismo tiempo. Una descarga eléctrica a lo largo de su columna erizo su piel por completo, sus piernas se apretaron en un inútil esfuerzo de alejar todo el placer en su pene, pero la mano de Namjoon lo sujetaba con firmeza.
Dientes se incrustaron en su cuello sin romper la piel, pero fue suficiente para que una marca luciera ahí por días.
— Quiero hundirme en este apretado trasero tuyo. — Otra embestida lo empujó ligeramente hacia adelante. Pero también quiero jugar con estos lindos pezones. Los quiero lamer y chupar hasta que te corras solo por lo sensibles que estarán.
— Mmm~… Por-Por favor~… Rápido~
Presionó su pene duro contra la mano que lo frotaba, pero la sensación no era suficiente para hacerlo correr.
— Lo siento — el mayor comenzó a avanzar hacia adelante, justo hasta el borde de la cama —, pero es mi regalo y lo voy a disfrutar tan lentamente como yo quiera. — En un movimiento, su pantalón y ropa interior bajaron hasta sus rodillas. — Aunque lo desenvolveré ahora.
Su camisa también se deslizó por sus brazos para ir a algún lugar del suelo, pero no tuvo oportunidad de ver donde exactamente. Su parte superior fue empujada, apenas alcanzó a poner sus manos para sostenerse aunque quedó en una posición incomoda, mostrando su trasero.
— Sin suda me divertiré.
— ¡Ahh~!
El cosquilleo de la palmada en la mejilla de su trasero comenzaba a arder cuando la lengua de Namjoon lamió ese lugar. Y no se detuvo ahí. Los dedos gruesos abrieron sus mejillas para que su entrada fuera exhibida sin ningún tipo de restricción para esa lengua que la rodeó y la humedeció. El recorrido continuó hacia arriba, por toda su columna deteniéndose algunas veces para succionar el lugar, hasta que finalmente llegó a su cuello.
Podía sentir el bulto limitado por la cremallera que se pegó a su trasero, los músculos duros ocultos detrás de una capa de tela que se pegaron a su espalda y los dientes que jalado el lóbulo de su oreja.
— ¿Cuántas veces se puede correr mi sexy regalo?
— No-No lo se.
— Mmm, entonces tendré que averiguarlo.
Si esa voz era una anticipó de lo que estaba por venir, estaba en problemas porque podría tener un orgasmo justo en ese instante solo por escuchar lo que Namjoon quería hacerle a su cuerpo.
UnicornioSaibot, lindura perdóname por dejarte esperando el capítulo el día de ayer
😔🙇🏻♀️
Makis bellos, espero que el capítulo les haya gustado y que la espera por una actualización más de esta historia haya valido la pena. Y no se preocupen el miércoles continuamos con esta historia así que no tendrán que esperar mucho para saber que pasa entre Nam y Kookie se que es lo que están esperando 😉🤭😏
Tengan un excelente día mañana y para quienes estén de vacaciones igual que yo disfrútenlas mucho 💜
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