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Capítulo 19

Las fiestas no eran lo suyo.

Incluso una cena “tranquila" en honor a Namjoon, le estaba resultando agotadora. Realmente había reducido la lista de personas al mínimo pero el escritor era tan conocido y tenía tantas conexiones que el salón de ese hotel lujoso apenas daba cavidad. Y lo peor es que parecía que en todo momento tenía que correr de un lado a otro porque temía que la comida no estuviera lista a tiempo, que la música cambiará a alguna que Namjoon no aprobaría o que los discursos y palabras de felicitaciones siguieran el cronograma que el editor en jefe del mayor le había mandado.

Estaba agotado.

— Jungkook, descansa un poco. — Hoseok. — La fiesta no se desmoronará por que te tomes unos minutos para descansar.

El esposo de Namjoon posó un brazo alrededor de sus hombros, mostraba esa sonrisa siempre amigable que solo mejoraba el costoso traje que portaba.

— Es solo que mi jefe esta preocupado-

— Yo soluciono eso. — El mayor hizo un gesto con la mano que le pedía que no se preocupara. — En realidad tu jefe esta así porque mi jefe no para de acosarlo en cuanto a esta fiesta. Pero realmente todo está bien, muy bien, hiciste un buen trabajo así que descansa un poco, realmente me comienzas a marear porque solo te veo ir de un lado a otro.

Realmente esperaba que el esposo de Namjoon fuera alguien menos amigable. Con Hoseok comportándose de esa manera solo lo hacía sentir más culpable de que su cuerpo se excitara con Namjoon aún fuera del club.

— Yo puedo seguir, no se preocupe.

— Hazle caso, Jungkook.

Se dio media vuelta tan rápido cuando la voz profunda de Namjoon acarició su oído que chocó con el cuerpo duro del dueño de la voz. Un brazo rodeó su cintura en un agarre firme para evitar que rebotaba después del choque. Fue como un ave chocando contra una ventana. Namjoon ni siquiera se movió y la copa en su mano derecha seguía intacta.

Podía sentir los músculos debajo de la tela suave del traje que el más alto portaba, el calor que desprendía y de nuevo ese aroma almizcle y masculino que le hizo sentir un tirón en la parte baja de su abdomen.

— Hazlo que escuche, Namjoon. — Se había olvidado de Hoseok. Se empujó lejos del agarre del más alto con prisa, podía sentir el rubor extendiéndose en su rostro cuando miró a los dos mayores, pero ninguno tenía una expresión diferente. — Tendré que hablar con Sukmin para que deje de hacer sus comentarios al jefe de Jungkook, de otra manera no dejaran de presionar. — El ahora peliblanco lo miró con la misma sonrisa de antes. — Hazle caso a Namjoon, yo me encargaré de nuestros jefes.

Después de una palmada en su hombro, el más bajo se alejó entre la multitud dejándolo a solas con el escritor.

De alguna manera su cuerpo sabía que estaba con Namjoon, aún sin mirar al mayor, ese cosquilleo en su abdomen bajo continuaba y su piel estaba erizada aún con la ausente brisa del interior del salón.

— Este lugar tiene terraza, ¿no?

— ¿Eh? ¡Ah, s-si! Esta-

— Llévame.

De nuevo ese tono autoritario que no admitía una negativa como respuesta y su cuerpo solo avanzó. Debería estar molesto por la interrupción y por la manera en que Namjoon pedía, o más bien ordenaba las cosas, pero el ego y la falta de modales básicos solo le hizo recordar las exigencias que el más alto le hizo en la cama y por supuesto el placer que obtuvo de obedecer esas demandas.

No estaba ayudando que Namjoon fuera un paso detrás de él, solo se imaginaba esa oscura mirada viendo su nuca de manera intensa y que en cualquier momento esas manos grandes y calientes tomarían su cintura.

— Feliz cumpleaños, señor RM.

Una joven sonrojada se paro frente a ellos, aunque sus ojos solo miraban al mayor que estaba detrás de él. No tenía ni idea de quien era pero no le podía importar menos cuando se dio cuenta de cómo su mente comenzó a vagar incluso en ese lugar donde personas de su trabajo y otros que conocían a Namjoon.

¡¿Qué pasa conmigo?!

Puso sus manos rápidamente frente a su entrepierna, tratando de ocultar la semi-erección que estaba teniendo.

— Lo siento, pero me siento un poco mareado por lo que me dirijo a la terraza por un poco de aire fresco. — Se había perdido por completo lo que había dicho la joven, sólo podía ver que aún miraba al más alto con mejillas sonrojadas y ojos brillando. — Pero puedes hablar con mi esposo, es el de cabello blanco que esta por allá. El recibirá cualquier petición de trabajo.

La sorpresa en el rostro de la chica cuando Namjoon remarcó las palabras esposo y trabajo podría haber sido graciosa si no estuviera lidiando con un problema en su entrepierna.

— Oh. E-Esta bien. Con permiso.

La joven se fue al lado contrario de donde debería de estar Hoseok así que en realidad no era una petición de trabajo lo que sea que quería con el escritor, además de que el obvio rechazo corto cualquier intención que tenía.

Miró a la chica voltear una vez hacia atrás, su rostro tenía una mueca para nada feliz.

Si solo supiera que Namjoon en realidad podría acostarse con alguien que no fuera Hoseok si estaba en el secreto club Whimsy, aunque no sabía si también con mujeres, nunca le había preguntado tal cosa.

Nunca lo he visto con mujeres, aunque solo han sido dos veces. ¿También habrá estado con mujeres?

— Jungkook.

Se sobresaltó de nuevo con esa voz chocando contra su oído.

Cuando giró su rostro, el de Namjoon estaba tan cerca que su respiración se volvió más pesada.

— Terraza.

— ¿Eh?... Ah, lo siento. — Se alejó rápido, en unos pasos más estaba frente a las puertas transparentes que daban a la oscura terraza iluminada tenuemente por las luces de la ciudad y del interior. — Es aquí. Toma asiento ahí, iré por una botella de agua para ti.

Llevo al más alto a la banca que estaba en la orilla derecha del lugar, era el rincón más escondido de ese espacio porque estaba donde las puerta transparentes terminaban pero era el único lugar para sentarse.

— ¿Por qué me traerás agua?

— Dijiste que estabas mareado. Quizás es porque has estado bebiendo desde que llegaste. Con agua te pasará un poco el alcohol.

Namjoon lo miró con una ceja alzada y enseguida estaba riendo. Era la primera vez que lo veía reír de verdad. Los hoyuelos estaban más marcados que nunca y sus ojos perdieron dureza. Se veía como alguien más accesible y amable. Y tan guapo que no debería ser posible.

El vuelco en la boca de su estómago estaba de vuelta.

— Jungkook, eso era obviamente una excusa para deshacerme de ella. No estoy mareado, en realidad puedo beber bastante porque no me emborracho fácilmente.

— ¿Entonces querías salir un rato? — Comenzó a hablar más rápido de lo normal, la sonrisa en el rostro de Namjoon no era de esas superiores y engreídos que siempre daba, ahora era una de verdad que lo estaba haciendo sentir raro. — Jimin me dijo que no te gusta mucho estar rodeado de gente todo el tiempo y hay mucha gente aquí, aunque de verdad puse el mínimo de invitados reduje la lista como tres veces-

— No, Jungkook. Estamos aquí por ti. — El más alto se sentó en la banca y golpeó el lugar de al lado en una silenciosa invitación a que se uniera. — Hoseok tiene razón, no has parado en toda la noche, descansa un poco. La fiesta va realmente bien y ya está por terminar, esta bien si te tomas unos minutos para sentarte.

— E-Esta bien. Me quedare aquí, lo prometo. — Se sentó en orilla peor eso no lo separó loco de Namjoon porque este estaba a mitad de la pequeña banca. — Puedes volver adentro.

— ¿Me estas pidiendo que me vaya? ¿No quieres mi compañía?

Namjoon se inclinó más cerca, una ceja alzada y es sonrisa de hoyuelos aún en su rostro. El mayor decía que no se emborrachaba fácilmente pero definitivamente lo estaba porque no había otra manera de explicar esas expresiones relajadas y que lo hacían ver más accesible. Aún en su mirada había un cambio, todavía era intensa pero tenía un borde más amable.

— La fiesta es por ti, deberías de volver.

— Pero ahora que estoy aquí, quiero un poco de aire fresco. ¿Me lo vas a negar?

— N-No — dijo rápidamente.

Su rostro se puso más caliente cuando la risa de Namjoon volvía a llenar sus oídos.

— Bien. Entonces descansa un poco.

El mayor se enderezo en su lugar dejando por fin un poco de distancia entre ellos, aunque solo eran unos pocos centímetros, cualquier movimiento de si parte provocaría que sus hombros chocarán.

¿Se supone que solo tenían que sentarse ahí en silencio?

Miro a Namjoon de reojo pero el escritor estaba relajado, su espalda y cabeza apoyándose contra la pared de atrás y sus ojos cerrados hacia el cielo de la noche. Volvió a mirar hacia las luces de los edificios de la ciudad.

No debería de ser tan difícil estar ahí con Namjoon en silencio, a solas. Lo hacía prácticamente todos los días cuando estaban en la biblioteca del mayor, aunque claro que ambos estaban concentrados en sus respectivos trabajos. Además la biblioteca estaba bien iluminada. En esa terraza las luces eran pocas y daba una atmósfera más parecida a las luces tenues con las que se iluminaban los pasillos y las habitaciones del club Whimsy.

Las palmas de sus manos volvían a sudar pero se sentía demasiado tímido como para dejar de estar a la defensiva y deshacer los puños apretados que mantenía sobre su regazo.

Su cuerpo realmente relacionaba a Namjoon con sexo.

¿Me estoy volviendo tan pervertido que no puedo dejar de pensar en… eso?

Pero el mayor había dicho que era porque había probado cosas nuevas. Solo… tenía que dejar de pensar en ello. No le gustaba Namjoon, solo era que le había mostrado cosas nuevas en la cama. No era su culpa reaccionar así.

Es culpa de Namjoon... Él me hizo… todas esas cosas…

Un escalofrió erizó su piel por completo, no le pudo impedir a su mente que divagara. Había calor corriendo debajo de su piel al punto de que la brisa helada de ese mes se sintió como un respiro.

No, no, no.

Llevó sus manos rápido a su entrepierna, cubriendo el bulto que alzaba la tela de su pantalón de vestir. Tenía que alejarse de Namjoon, o al menos ya no estar a solas con el mayor, pero no estaba volviendo al salón en ese estado, alguien lo notaría.

¿Qué hago?

— ¿Qué te pasa? — Namjoon estaba de nuevo inclinado hacia él, demasiado cerca, pero si se levantaba sabría lo que le pasaba. —No te vas a enfermar, ¿verdad?

— No. No es nada…

Se apretó más cerca de la pared y también apretó sus manos tratando de hacer que su pene se notará menos, pero esa acción solo atrajo la morada del mayor a esa parte.

— ¿Se trata de lo que me dijiste el otro día? — Esa mirada intensa volvió a su rostro, sus ojos ni siquiera parpadearon en un intento de no deshacer el contacto visual. — ¿Estas duro?

— Pu-Puedes cambiar e-el tema.

Esa sonrisa burlona apareció de nuevo.

— Pero en realidad quiero molestarte un poco más.

— P-Por favor.

— Sabes que tus por favor no cambian nada, no me convencerás con eso.

— ¿Entonces?

Abrió sus ojos, expectante y temeroso de que pidiera algo que lo avergonzara más.

El mayor dejó su copa en el suelo y uso su mano libre para descansar su mejilla aún sin dejar mucho espacio entre ellos.

— Mmmm… — Tener toda la atención del mayor sobre él mientras le sonreía de esa manera superior no ayudó a su problema. — Desde que nos conocimos nunca me has llamado por mi nombre, ¿verdad? — No podía recordarlo, no podía pensar, pero igual afirmó con su cabeza porque sintió que esa era la única respuesta que el mayor quería escuchar. — Entonces, llámame Namjoon-hyung y cambiaré de tema.

¿Lo dice de verdad?

El mayor seguía a la espera por lo que no era broma.

Pero llamarlo por su nombre…

Mordió su labio inferior y se aseguró de mirar alrededor aunque ya sabía que estaban por completo solos y que nadie iría en su rescate.

Aún mirando hacia otro lado comenzó a hablar.

— Na-Nam-Namjoon-hy-hyung.

— Bien, pero quiero que me lo digas mientras me ves.

Podía escuchar la burla en cada palabra que el mayor pronunció lentamente.

— Ya lo dije — miró hacia esos ojos oscuros con su mejor cara de enfado —, no especificaste que tenía que mirarte.

— Cierto. — Una risa fuerte finalizó con esa silenciosa tortura y Namjoon retrocedió para acomodarse de nuevo en su lugar después de tomar su copa casi vacía nuevamente. — Entonces cambiemos de tema.

Si, por favor.

El silencio se extendió por unos segundos. De nuevo se estaba creando ese ambiente íntimo que lo había llevado a la situación que ya tenía en su entrepierna. Pero Namjoon seguía sin decir nada. Y a él tampoco se le ocurría de que hablar.

— Oh, cierto. Hay algo que quería preguntarte.

El escritor se terminó el último líquido de la copa y volvió a dejarla en el suelo antes de girar hacia él.

¿Namjoon no entendía que necesitaba espacio entre ellos para que su pene se calmara?

El mayor sostuvo su barbilla con su pulgar y dedo índice.

Él no protestó.

No dijo nada.

— Realmente no eres mi verdadero fan, ¿verdad?

Parpadeó confundido. No esperaba una pregunta así. Mucho menos que el mayor cuestionara lo mucho que le gustaban las obras que había publicado. Independientemente de cuanto odiara la personalidad de Namjoon, su talento para escribir no cambiaba.

— ¡Si lo soy! — respondió indignado.

— No me trajiste un presente por mi cumpleaños — dijo, haciendo chocar su aliento contra sus labios.

Realmente… ¿le estaba reclamando por un regalo?

Miró esos ojos oscuros sin poder creer la conversación que estaban teniendo.

— Tienes mucho dinero, nada de lo que yo pudiera regalarte te gustaría — contestó en un susurró.

Namjoon tomó su barbilla con más firmeza entre sus dedos gruesos y elevó su rostro hasta que sus miradas estaban a la par. Pero el mayor no mantuvo la vista en sus ojos por mucho tiempo, empezó a vagar por el cuerpo su cuerpo. La sonrisa de hoyuelos se volvió tan lasciva que hizo que su abdomen bajo se apretara en un nudo.

— Me gusta tu cuerpo, lo aceptaría como regalo. — Cuando esos ojos de ónix miraron sus labios, la punta de su lengua los humedeció. Fue solo un reflejo de su cuerpo, él no quería besar a Namjoon. — Vayan tu y tu esposo mañana por la noche al club, te contaré eso como mi presente de cumpleaños. — Ese pulgar grueso acarició su labio inferior y lo separó ligeramente, cuando vio que Namjoon se inclinaba más, sus ojos se cerraron y él contuvo la respiración, casi podía sentir esa presión de los gruesos labios contra los suyos, podía recordar el sabor de los mismos, estaban impregnados por la bebida ámbar que el mayor tomaba en el club. ¿Cuál sería el sabor del vino que estaba tomando antes? — Estaré esperando por ti.

Esas palabras no fuero susurradas en sus labios, fueron dejadas directamente en su oído.

Y después la presión sobre su barbilla se alejó. Para el momento en que abrió los ojos, Namjoon ya está abriendo la puerta de la terraza para volver al interior, el mayor solo volteó breve mente para giñarle un ojo y salió dejándolo ahí con las mejillas calientes y la respiración entrecortada.

Ese maldito.

Pero…

Ir una vez más al club quizás lo ayudaría con su problema, ¿no?

En algún punto tenia que dejar de asociar a Namjoon con sexo, quizás podría aprovechar esa última vez para poner más atención y pedirle a Taehyung que hiciera algunas de las cosas que Namjoon le hacía. Eso resolvería el problema.

Solo una vez más…

Aquí otro capítulo más.
Tengan un lindo día mañana.
Los quiero Makis 💜

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