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Capítulo 1

Ya se que ya paso el cumpleaños de Jungkook en Corea, pero aquí aun estamos a 1 de Septiembre, así que les traigo actualización para celebrarlo.

Disfruten de su lectura 💜

Ya había pasado la parte que esperaba de su aniversario, una cita donde recordarían sus primeros años de novios y una comida que incluía a sus padres, a los padres de Taehyung y a sus pocos pero sinceros amigos, todos ellos felicitándolos, otorgándoles palabras de ánimo, consejos y brindando por su felicidad futura. Realmente había sido tan feliz y emocional como esperaba.

Pero no había podido disfrutar de nada de ello.

Todo el día no dejó de pensar en lo que pasaría al anochecer, en exactamente cuarenta minutos, según el reloj de su teléfono celular.

El día había pasado en un veloz borrón de eventos que no tuvo la oportunidad de preservar en su memoria de manera adecuada. No cuando estaba tan nervioso por lo que lo esperaba y que parecía estar inevitablemente cerca porque el tiempo decidió avanzar demasiado rápido especialmente ese día.

¿Realmente podría hacerlo?

Nunca había estado con nadie más que Taehyung, su única vez viendo pornografía fue absolutamente aterradora porque en el video golpeaban al chico, le daban bofetadas en las mejillas y en el trasero. Estuvo asustado por tanto tiempo hasta que decidió revelarle a Taehyung porque tenía miedo de tener relaciones por primera vez, el mayor se había burlado y le había explicado que eso no tenía que pasar. Su primera vez había sido un poco dolorosa, pero su novio fue paciente y amoroso.

¿Qué pasaba si esa persona con la que se involucrara fuera agresiva y le gustaban los golpes?

¿Podía decir que no?

Tenía tantas preguntas y miedos por ir a ese club. Pero no reveló ninguno. No porque su esposo no fuera a comprender. Su esposo lo amaba. Si él decía que no, entonces no irían. Pero no quería limitar a su marido.

La relación tan bonita de sus padres siempre fue su inspiración. Ellos también se habían conocido jóvenes, su madre apenas tenía quince cuando su papá la invitó a salir. Desde entonces fue una hermosa historia de amor que le daría envidia a cualquiera. Estaba tan feliz cuando Taehyung le pidió matrimonio, porque el mismo estaba viviendo su propia y romántica historia de las que encuentras en un libro de romance, los cuales amaba leer. Pero esos libros finalizarán con una grandiosa boda y sólo las palabras "vivieron felices para siempre". Él no se dejaba engañar por ello, para mantener un matrimonio había que aprender de su pareja y ceder cuando era necesario, sobre todo después de una pelea, esas dos lecciones se las había enseñado sus padres y durante esos años de relación con Taehyung le habían servido para que su noviazgo culminará en un feliz matrimonio.

Así que también cedió cuando su esposo hizo la propuesta. Como había dicho Taehyung, ambos habían tenido pensamientos donde se preguntaban "¿cómo sería si...?", no quería que estas dudas se transformarán en "ojalá hubiera...", porque esto podía llenar a cualquier persona de enojo o rencor. Eso era algo que no podía permitir en su matrimonio.

Además, no tenía que ser una experiencia necesariamente mala, quizás al final ninguno desearía estar con nadie más y volverían a casa y se reirían de ello.

Se sobresaltó cuando la puerta de la habitación fue golpeada dos veces. Su esposo se asomó por la puerta.

- ¿Preparado?

Parpadeo sorprendido cuando volvió a ver la hora, había estado cuarenta minutos sentado al borde de la cama cavilando nerviosamente por lo que estaban a punto de hacer.

Soltó un suspiro tembloroso y asintió tímidamente.

- Solo tomo mi cartera y celular.

Su esposo lo vio por unos segundos, parecía estar analizando su comportamiento y siguiendo cada uno de sus movimientos. Fue un silencio un poco intimidante, a pesar de que solo duró unos segundos.

- ¿También llevas condones y lubricante?

Su cartera resbaló de sus manos.

- ¿Q-Qué?

- Cuando llame para hacer la reservación me dijeron que se nos permitía llevar nuestros propios condones, lubricante, juguetes sexuales y cigarrillos.

Mordió su labio inferior.

- Yo... yo no tengo, nosotros ya no usamos condones.

Taehyung se acercó y lo atrajo en un abrazo apretado. Su nariz fue de inmediato al cuello de su marido, inhalando la fragancia del perfume que usaba.

- No estés nervioso, mi vida. No te estoy obligando.

- Lo sé. Yo realmente lo sé y estuve de acuerdo porque quería, lo prometo.

- Bien. En ese caso vamos, deje en la sala unos cuantos condones que compre ayer cuando salí del trabajo. También compré dos botellas de lubricante de tamaño bolsillo, así que cada uno podrá tener el suyo.

- Esta... bien.

Se separaron y comenzaron a caminar después de que su esposo le dio un beso rápido. Se tomaron de las manos hasta que llegaron al auto del mayor y finalmente estaban de camino hacia ese club.

Esperaba poder calmarse un poco antes de llegar.

🔁

Cuando llegaron a Gangnam, estaba sorprendido de que un club de ese tipo estuviera en una zona lujosa como esa. Aunque recordó que los adinerados eran los principales consumidores de precisamente esas prácticas inusuales.

No sabía si eso lo hizo ser más consciente del nuevo en su estómago o si este se sintió peor porque su esposo dijo: "Ahí esta".

Miró a través del parabrisas. Una cuadra de edificios con locales se extendía frente a ambos lados de las estrechas calles, estas estaban repletas de automóviles alineados uno detrás del otro dejando acceso a ese edificio que ocupaba la esquina de la cuadra.

Desde ya parecía grande e intimidante para él. Seis pisos, todo el edificio estaba pintado de negro y un único logotipo en pintura roja, una mariposa encerrada en un círculo y justo debajo de esta había un letrero neón en color rojo también, "Bar W" se podía leer en este.

Lucía como un bar muy sospechoso, sobre todo porque las ventanas estaban solo a partir del cuarto piso y lucían vidrios gruesos tintados en negro y no había ninguna que no tuviera las cortinas en su lugar, bloqueando la vista exterior. Y también porque aunque su vista recorrió el borde del edificio de ida y vuelta, solo logró ver una entrada, un hueco que conducía directamente a unas escaleras negras con más luces neón rojas alumbrando el camino.

Se demoro tanto como pudo en bajar, su esposo ya estaba fuera esperando por él pero tomó primero dos respiraciones profundas.

Puedo hacer esto.

Probablemente nos vayamos rápido, demasiado avergonzados para hacer cualquier cosa.

Solo entraremos y todo nos intimidara y saldremos riendo de nosotros mismos.

Esos pensamientos eran lo que realmente esperaba que sucediera, eran lo único que lo mantuvieron con un andar firme cuando siguió a su marido con manos entrelazadas.

Aun cuando terminaron de subir esos escalones que terminaban frente a una puerta gruesa, no podía escuchar ningún ruido desde el interior, las paredes debían estar insonorizadas, también la puerta lucía gruesa, no sabía si para atrapar el ruido dentro o a la gente.

Basta, estas actuando como si esto fuera una película de terror.

Tomo una respiración más para calmarse. Su esposo aprovecho ese momento para tocar el botón, rojo por supuesto, a un lado de la puerta y debajo de un intercomunicador de metal. Una voz gruesa atravesó la bocina.

- Bienvenido al Bar W. ¿A que nombre busco su reserva?

- Kim Taehyung - respondió su esposo y le sorprendió escuchar su voz clara y sin titubeos.

Por un momento no pasó nada, no hubo ningún ruido desde el interior y tampoco se abrió la puerta. Sus esperanzas de que volvieran aumentaron por un muy breve instante, hasta que esa voz masculina volvió a atravesar por la bocina.

- Kim Taehyung y su esposo, sean bienvenidos al Club Whimsy.

Con un sonido metálico, la pesada puerta se abrió para ellos. Entraron a una especie de recepción, un hombre grande y robusto estaba sentado justo enfrente del otro lado de la bocina que se podía ver por fuera, he inmediatamente a su lado había un mostrador que contenía una computadora de escritorio y donde una chica los recibió con una sonrisa, su playera era dorada y tenía el mismo círculo con la mariposa en color rojo estampado al frente.

Con una reverencia y una sonrisa los invitó a que se acercaran. Así lo hicieron.

- Bienvenidos. Déjenme darles su pulsera. - Les colocó a ambos una pulsera de papel con absoluta facilidad y rapidez practicada. Ambas eran del mismo color rojo con el logotipo del club en color negro. - La encargada estará con nosotros en un minuto, a ella le encanta recibir personalmente a las parejas que nos visitan por primera vez. Así que por favor sean pacientes por un poco más. Mientras tanto los invito a que observen la distribución de nuestro edificio.

Señaló detrás de ellos donde estaba una imagen del edificio con letras a un lado por cada piso. En el primero se podía leer "Solo personal", el segundo era el que tenía más inscripciones, "Recepción, casilleros, bar y sala común". Podía entender perfectamente la parte de la recepción, el bar y la sala común, pero ¿"casilleros"?

No sabia si quería saber.

Mordió su labio inferior nerviosamente tocando la fina pulsera en su muñeca que de alguna manera se sentía pesada, estaba muy consciente de ella.

Siguió leyendo la descripción de los pisos, ojalá no lo hubiera hecho, eso no ayudó para nada con sus nervios. En el tercer piso se podía leer "Group", en el cuarto "Watching & Watched" y en los pisos cinco y seis se leían las palabras "Full & Soft".

Su inglés no era el mejor, podía admitirlo sin problemas, pero entendió cada palabra. Grupo, observar, observado, completo y suave. Las palmas de sus manos comenzaban a sudar, no quería saber que había o que se hacía en cada piso.

Sobre todo en el tercero y cuarto.

Afortunadamente no tuvo mucho tiempo para pensar en ello porque una señora elegante se acercó a ellos. Cabello recogido en un moño apretado y un traje a medida acentuando su cuerpo. Pero su mirada era la que atraía la atención. Parecía ver a través de ellos, como si con solo un vistazo pudiera saber muchas cosas sobre sus vidas, incluso las que ellos mismos ignoraban.

- Bienvenidos - dijo con voz cálida y amable -, soy la encargada y dueña de este club, y por esta noche seré quien les presente las reglas, así que no teman preguntar. ¿Vamos?

Señalaba la puerta al final de la pequeña recepción y los siguió después de tomar la llave que le entregaba la misma chica que les colocó las pulseras.

Entraron en una sala larga, paredes forradas de casilleros, filas y filas con tres divisiones cada una. Al final había otra puerta como por la que acababan de entrar, esta zona tenía una iluminación más adecuada y menos fosforescente que en la recepción. Además había cuadros por encima de los casilleros que enmarcaban escritos. En uno se podía leer "Reglas", en otro "Código de color de tu pulsera" y en otro más se podía ver la misma imagen del edificio que describía lo que había en cada piso. Estos cuadros se repetían hasta llenar todos los espacios de pared por encima de los casilleros.

- ¿Cuándo hicieron la reservación le dijeron a mi personal que era la primera vez que asistían a un lugar así, ¿cierto?

- Si -respondió su esposo con una sonrisa y su voz igual de estable, el solo pudo asentir.

- Bien, entonces déjenme solo decirles nuestras reglas, lo haré rápidamente para que puedan disfrutar de su noche. Nuestra regla primordial es el respeto, en general, queremos que respeten a quienes asisten al club, al personal, las instalaciones y por supuesto las decisiones, si una pareja dice no o si ustedes dicen no, entonces absolutamente nadie puede obligarlos, ¿de acuerdo?

- De acurdo.

Bien, dejaría que su esposo hablara por los dos, porque de alguna manera escuchar las reglas lo estaba volviendo más real. Su voz se había ido.

- Discreción. Esta prohibido que ingresen con dispositivos que puedan grabar audio y vídeo, tampoco se puede divulgar fuera de estas paredes a las personas que hayan visto. Siempre tiene que haber consentimiento de todas las partes involucradas para cualquier práctica, un consentimiento verbal. Si están involucrados en cualquier situación agresiva o violenta, ya no se les permitirá la entrada. No dejen que nadie les cobre dinero por conectar con ustedes y, por supuesto, tampoco podrán cobrar por ello. ¿Estamos claros hasta aquí?

- Si, entendido perfectamente.

La mirada dura de la mujer lo observó, él asintió tímidamente.

- Bien. - Un sentimiento cruzó rápidamente por esa mirada antes de que se apartara de la suya, pero no pudo identificarlo, fue demasiado rápido para ello. - También recuerde, esta es su primera vez, esta bien si no logran conectar con otra pareja, no están obligados a ello y por supuesto pueden retirarse a la hora que gusten. Solo, si se quedan, déjenme recordarles que nuestro club cierra a las doce de la tarde de mañana, tendrán que abandonar las instalaciones antes de eso. - Señaló el cuadro que decía reglas, era mucho más desglosado de lo que ella acababa de decir, pero por lo poco que alcanzó a leer abarcaba las palabras de la encargada. - Nuestras reglas siempre están a la vista por si quieren recordar algo, y nuestro personal se pasea por todo el lugar, ellos están listos y dispuestos a ayudarlos e informarles sobre cualquier cosa. - Extendió la mano con la llave que había tomado antes. Taehyung la agarró. - Ese es el número de su casillero para que puedan dejar sus pertenencias, recuerden que tienen que dejar sus teléfonos y relojes inteligentes, pero pueden llevar sus condones, lubricante y juguetes sexuales.

- Nuestras carteras...

Su marido mostró la suya, para aclarar su punto.

- Si lo crees necesario, adelante, pero en nuestro bar se apunta todo lo que consumen y se les cobra antes de que se retiren. Por lo general es mejor dejar la mayor cantidad de pertenencias y ropa en el casillero, así evitan que les estorbe.

La mujer les giró un ojo.

Su marido sonrió.

Él solo seguía pensando en una de las palabras.

¿Ropa?

¿Había quienes entraban desnudos?

- Por cierto, hay máscaras colgadas por allá. - Señaló al final del pasillo, donde varios ganchos sostenían máscaras de diferentes colores y que solo te cubrían la mitad del rostro. - Si se sienten muy tímidos, pueden usarlas. Aunque en mi opinión, esos atractivos rostros que tienen ustedes dos les conseguirán muchos interesados.

Ella y su marido reían como si las palabras hubieran sido lo más gracioso del mundo. Él solo pudo dar una sonrisa torcida que probablemente parecía más una mueca.

- Por cierto. Se que son nuevos en esto, así que permitanme decirles una última regla que todos en este estilo de vida deben tener muy presente. - La pequeña mujer se cuadro, y su rostro se puso serio. - Disfruten de la experiencia como lo que es, diversión y sexo. El corazón se queda en casa. - Los miró con seriedad una vez más antes de plantar su sonrisa de nuevo. - Disfruten su velada.

Y sin más, se dio media vuelta y se retiró, dejándolos de pie en medio de los casilleros.

Su corazón palpitaba fuerte en su pecho, como si le recordará que no podía "dejarlo en casa".

Estaba a punto d e pedirle a su marido que volvieran a su hogar, cuando esté lo volteo a ver con una deslumbrante sonrisa.

- Vemos.

Y fue.

Lo siguió hasta el casillero con su nombre. Dejaron sus teléfonos carteras y el reloj de su marido, luego avanzaron hasta que estaban frente a la otra puerta. La tentación de ponerse una de las máscaras fue fuerte, pero Taehyung no lo hizo, así que él tampoco.

Solo pudo inhalar profundo una vez más antes de que su marido abriera la puerta.

Bellezas, les recuerdo que las palabras que no se explican, es porque más adelante lo veremos. Bonita noche 💜

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