009. ┊໒ ⸼۰CHAPTER EIGHT
❛Soy horrible❜

Los gritos de Lily Potter se escuchaban por todo Hogwarts, la mujer estaba gritando con tanta fuerza y enojo que cualquier persona que pasaba por el pasillo de la oficina de la profesora Minerva, huían de ahí.

Roy estaba afuera de la oficina con las manos en la cara, Jack y Lydia estaban junto a él, en señal de apoyo. A unos metros de ellos, se encontraban Hermione y miraba a Roy preocupada.

Harry había salido como un campeón de Hogwarts, su hermano menor estaba inscrito a un terrible torneo de muerte. Roy estaba colapsando. Sentía su cuerpo temblar ligeramente y respiraba con dificultad. Todos sus pensamientos acerca del torneo y la vida de su hermano, fueron interrumpidos al escuchar la puerta abrirse.

Eran sus padres con Harry.

—¡Mamá! —Roy se pegó a la mujer con fuerza y está lo abrazo igual—. ¿Qué va a pasar? —miro a su hermano quien era abrazado por su padre.

—Harry tiene que competir.

—¡De ninguna manera! —replicó de inmediato.

Sus padres suspiraron, ellos estaban igual.

—Hablamos con Dumbledore y Barty, pero al parecer las reglas son las reglas —James se veía molesto—. Esos malditos idi-

—James —Lily le dio una mirada que decía que no era el momento—. No podemos hacer nada más que apoyar a Harry —estiro el brazo para abrazar a su otro hijo quien estaba decaído.

—Esto es horrible —Roy negó con la cabeza, molestó.

—Hermione —los Potter se giraron al escuchar el murmullo de Harry, su amiga estaba parada detrás de ellos con los ojos llorosos.

—Oh, Harry —la chica lo abrazó mientras que Roy los miraba—. Lo siento, mucho.

—Esta bien, Hermione —negó—. Supongo que si no me pasa nada en un año de Hogwarts, no es un año de Hogwarts.

—¿Cómo estás Hermione? —Lily le dio un corto abrazó a la chica quien sonrió débilmente.

—Estoy bien, gracias, señora Potter —hablo cortésmente para mirar a James—. Señor Potter.

—Hermione —le sonrió.

Roy vio que Hermione se giro a mirarlo y parecía que iba a decir algo cuando esté escuchó su nombre.

—¡Roy! —el chico se giró y miro una cabellera pelirroja antes de sentir unos brazos a su alrededor.

Era Kendall.

—¿Cómo estás? —le preguntó una vez que lo soltó.

Roy le sonrió con tristeza mientras apretaba sus brazos.

—He estado mejor —la atrajo hacia él una vez más para abrazarla, le había resultado reconfortante.

No supo si paso mucho tiempo, pero fue una falsa tos la que se escuchó detrás de él. Roy se separó y miro a su familia y Hermione mirarle. Su madre y padre los veían atentamente y Harry le sonreía con picardía.

—¿Así que . . . ? —Su padre lo miro esperando que presentará a Kendall.

—¡Claro! —exclamo al captar—. Mamá, papá, ella es Kendall, viene de Beauxbatons. Kendall, ellos son mis padres.

La chica se sonrojó con fuerza y se estiró su mano para saludar a Lily quien le sonrió amablemente y la abrazó.

—Es un gusto, cariño —le sonrió antes de mirar a su hijo.

—Un placer —James también le sonrió.

—Kendall es la pelirroja de Roy —les dijo Harry sonriedo con emoción.

Roy se sonrojó mientras que Kendall frunció el ceño. Hermione por su parte, lloró, de todos modos ya estaba llorando, no se iban a dar cuenta.

—Ya veo —James miro a la chica para después darle una mirada a Hermione de reojo—. No todos los Potter tienen una —miro a su hijo Harry quién frunció el ceño.

—Tu dijiste que-

—A ti no te gusta alguien pelirroja, Harry —lo cortó su madre.

Harry frunció el ceño antes de recordar algo y sonrojarse violentamente. Hermione miro al señor Potter quién le guiñó un ojo.

( . . . )

—¡Harry! —Roy escuchó el nombre de su hermano ser gritado, pasaba por las mazmorras para buscar un libro que Jack necesitaba de su padre.

—¿Qué está-? —Jack y Roy se dieron una mirada antes de mirar a un grupo de personas afuera del salón del padre del primero.

—Vamos, Potter —Malfoy desafío con tranquilidad a Harry, sacando su varita —. Ahora no tienes a Moody para que te proteja. A ver si tienes lo que hay que tener…

Se miraron a los ojos durante una fracción de segundo, y luego, exactamente al mismo tiempo, antes de que Roy pudiera hacer algo, ambos atacaron:

—¡Furnunculus! —gritó Harry.

—¡Densaugeo! —gritó Malfoy.

De las varitas salieron unos chorros de luz, que chocaron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione.

Goyle chilló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos. Hermione se tapaba la boca con gemidos de pavor.

—¡Hermione! —Roy se acercó a ella apresuradamente, para ver qué le pasaba.

Harry se volvió y vio a Roy que le retiraba a Hermione la mano de la cara. No fue una visión agradable. Los dos dientes superiores de Hermione, crecían a una velocidad alarmante. Se parecía más y más a un castor conforme los dientes alargados pasaban el labio inferior hacia la barbilla.

Los notó allí, horrorizada, y lanzó un grito de terror.

—¿A qué viene todo este ruido? —dijo una voz baja y apagada. Acababa de llegar Snape.

Los de Slytherin se explicaban a gritos. Snape apuntó a Malfoy.

—Explícalo tú.

—Potter me atacó, señor…

—¡Nos atacamos el uno al otro al mismo tiempo! —gritó Harry.

—… y le dio a Goyle. Mire… —Snape examinó a Goyle, cuya cara no hubiera estado fuera de lugar en un libro de setas venenosas.

—Ve a la enfermería, Goyle —indicó Snape con calma.

—¡Malfoy le dio a Hermione! —dijo Roy—. ¡Mire!

Obligó a Hermione a que le enseñara los dientes a Snape, porque ella hacía todo lo posible para taparlos con las manos, cosa bastante difícil dado que ya le pasaban del cuello de la camisa. Pansy Parkinson y las otras chicas de Slytherin se reían en silencio con grandes aspavientos, y señalaban a Hermione desde detrás de la espalda de Snape.

—Papá —tanto Jack como Elieen le dieron una mirada y el hombre supo que tenían razón.

Snape miró a Hermione y luego dijo:

—Ve a la enfermería, Granger, alguien que la acompañe.

—Yo lo haré —Roy se ofreció pero Hermione negó.

Profirió un gemido y se le empañaron los ojos. Dando media vuelta, echó a correr por el corredor hasta perderse de vista. Roy frunció el ceño y tomo sus cosas como las de la chica y comenzó a seguirla.

—¡Espera, Hermione!

La había perdido de vista, no tenía idea de a dónde había ido, suspiró mientras la buscaba y trataba de pensar en que hacer. No fue hasta que recordó el mapa de su padre y comenzó a buscar en su mochila con urgencia. Al encontrarlo dijo las palabras necesarias y busco el nombre de la chica.

Bingo, estaba en el baño del tercer piso, Roy corrió hasta ahí para escuchar unos sollozos.

—¿Hermione?

—¡Vete!

Siguiendo el sonido de su llanto, Roy la encontró al final de uno de los baños con la cara tapada.

—Hermione . . . —murmuro el chico—. Déjame ayudarte.

La chica levantó la mirada con los ojos llorosos.

—Estoy horrible —sollozo.

—No, claro que no —negó—. Nunca podrías, eres demasiado hermosa para todos.

Hermione miro a los ojos de Roy quien saco su varita antes de conjurar un hechizo y que los dientes de Hermione volvieran a su lugar. La chica al ver eso sollozo y abrazo de manera inconciente a Roy, el chico le regresó el abrazo con fuerza al sentirla llorar.