alfa impostor
Aplico fuerza en la puerta, empujandola y manteniendola ignorando los gritos del otro lado, el olor comenzaba a afectarlo, sentía el sudor frío y cada inhalación lo volvía loco. Pudo finalmente colocar la llave y al girarla, encontró una mínima paz pese a los gritos y el hedor.
Sus mejillas hervian, debia calmarse y tratar de respirar bien pero era imposible con su olor filtrándose por debajo de la puerta.
Jamás pensó verse envuelto en tal situación.
Debían pagarle el doble.
No, ¡el triple!
Esto era demasiado y nisquiera era su horario de trabajo, bueno, al menos hasta dentro de media hora. Y esta situación no estaba pronta a solucionarse.
Tomo su teléfono tratando de ignorar sus manos temblantes, bufo sintiendo el aroma cada vez más y más espeso, por más molesto que fuera no podía alejarse, algo podría pasarle y no quería eso en su conciencia.
Hizo el marcado rapido y no fue ni el primer pitido cuando fue atendido.
—¿Hak? Justo iba llamarte, el chico que te dije accedió y me preguntaba si podrías...
—no podré
Iba a soltar los motivos a su jefe, mas el motivo se manifestó.
—¡sácame de aquí, carajo!
—¡maldita sea! ¡¿te cuesta tanto quedarte en la jodida cama?!
—¡¿Hak?!—llamo conmocionado al reconocer la otra voz—¿ese no es Ahn Jiwon?
—eso quería decirte... —se paso una mano por el rostro, aplastando y tapando su nariz momentáneamente —él entró en celo, en el restaurante
—¿el C.E.O?
—¡¿crees que es momento para preocuparnos por su mierda?! Agh—cada vez era más difícil respirar—lo traje a mi departamento
—sé que la rut es complicada pero no veo cual es el problema si lo tienes en tu casa, con dejarlo con medicamentos es pasable
—¿rut? ¿De qué mierda hablas?
¿Como jodidos esto podía ser una rut?
¿Su amigo necesitaba lentes? ¿O quizas un examen de ofalto? Porque que estaba seguro que las feromonas que lo ahogaban eran de un omega, los fluidos que manchaban sus pantalones cuando lo trajo en brazos también.
Jiwon tenía una cara bonita, era alto y de hombros anchos. Tenía un olor peculiar para su segundo género, nicotina y arándanos agrios.
Todo ese maldito aroma se había esparcido por su apartamento.
El aroma de un omega, llevándolo al borde del calapso nervioso y su idiota amigo le decía que era un alfa.
—estoy seguro que ese niño es un omega—se estremeció al sentir un golpe débil en la puerta después de unos minutos de silencio—manda supresores de omega a mi departamento
—asumo que tampoco vendrás hoy
—no digas lo obvio—gruñó golpeando su cabeza contra la pared—apenas pude reunir fuerzas para llamarte
—entiendo, la medicina llegara pronto...cuídate y mantenme informado
—sisi
Colgó deslizándose hacia el suelo, apoyándose en la puerta.
No oía nada del otro lado pero el olor se hacía cada vez y más intenso, no había pasado ni una hora desde que llegaron.
—alfa, déjame salir por favor—rogó, vaya que había pedido toda razón.
—no soy tu alfa, niño, solo alguien que tuvo la decencia de cuidarte—suspiro, su cabeza pitaba dolorosamente—mi ropa, si duele úsala, tiene mi olor
Y en cuanto menos lo espero, oyó gemidos y lloriqueos salir del otro lado, tuvo que usar todo su control para no seder a sus bajos instintos y como un milagro caído del cielo, cuando lo escucho gritar de placer el timbre de la residencia sonó motivandolo a arrastrar sus piernas a la puerta y recibir los supresores.
Jodido fin de semana, esto contaba como horas extras ¿verdad?
Sea como sea, necesitaba una paga por esto, ya sea una simple golosina o dinero.
—mírate nada más, dejaste mi cama hecha un desastre
Jiwon estaba esparcido por la cama, con sus pantalones manchados al derecho y al revés, una capa de sudor aperlado y su rostro paspado por las lágrimas.
La vista era magnífica, aforunamente la ropa del chico estaba en orden, vio como el omega le había hecho caso y había tomado prestada una chaqueta y se la había puesto para bañarse en sus feromonas.
Todo el desorden que era no lo hacía menos atractivo o delicado.
Era un omega precioso ¿como MD pudo decir que era un alfa?
Pero pensándolo bien, hasta el C.E.O lo trataba como si de un alfa se tratara.
Una sonrisa tiro de sus labios, mirando divertido al pequeño desastre.
—con que eres un omega travieso, fingir ser un alfa, eso es algo caliente ¿no crees?
Se levantó dispuesto a dormir en la sala y abrir las ventanas para circular el aire, ya no era tan espeso el aroma pero el agobio lo seguía de cerca.
Durmio con las feromonas agrias picando su nariz.
Ahn Jiwon fue su último pensamiento antes de caer dormido sin esperar ansioso el mañana.
Solo desastres puede haber cuando se involucra un celo no deseado, Jiwon y Hak están apunto de descubrirlo.
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