han caminaba cabizbajo hacia su escuela.

“— ¡d-dios, jisung, eres... tan bueno!”

repetía en su mente. sus ojos se cristalizaron, últimamente lloraba muchísimo. se sentía horrible y humillado.

al llegar al establecimiento, en su mente debatía si entrar o salir corriendo para ir a su casa. pero decidió entrar.

"de nada sirve ir a casa a llorarle a la almohada, ¿verdad?" se dijo a sí mismo en su cabeza.

caminaba por los pasillos para ir a su salón, iba despacio, lento. pero la escena en su cabeza aún no lo dejaba en paz.

“— tan delicioso... ah... mi pequeño, hannie”
no aguantó más y salió corriendo a los baños, necesitaba llorar. al llegar, verificó que no hubiese nadie y se metió a un pequeño cubículo.

y las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas automáticamente.
sintió a su celular vibrar, pero no le importó, necesitaba estar solo.

[desconocido]

hannie, no llores, bebé, ¿qué ocurre?, ¿te sientes mal?

[07:23 a.m]

[desconocido]

tapa tus ojos, bebé, ¿sí?, déjame entrar para abrazarte, estoy aquí para ti, siempre lo
estaré, vamos cubre tus ojos.

[07:24 a.m]

jisung no dijo nada, y lo ignoró.
empezó a tratar de calmar su llanto pero no podía.
una partecita dentro de él se había roto.