Cuando Jennie llegó al estudio, Lisa estaba enfurruñada y con los brazos cruzados en el sillón, un bonito moretón en su ojo adornaba su rostro. 

—Pero es que ¿cómo se te ocurre? – preguntó con enojo, llevándose las manos al rostro con frustración. — ¿Necesitabas dinero? ¡Podías haberme pedido prestado!

La habitación se quedó en total silencio, incluso se podía escuchar los pasos de las personas que iban de un lado a otro en el pasillo.

—¿Ahora qué vamos a hacer? – preguntó, girándose para mirar a Teddy y a JiSoo. — Se supone que la canción saldría en cuatro días.

—Lo único bueno es que no la han filtrado. – respondió él. — Tal vez si no la filtran, no sea necesario escribir una nueva letra.

—¿Y que pasa si lo hacen unas horas antes de que salga oficialmente? – habló JiSoo, girando en su silla.

—¿Y si...? – intentó hablar Lisa.

—¡Cállate! – le gritaron JiSoo y Jennie, la tailandesa se volvió a enfurruñar.

—También es mi canción. – murmuró con enojo.

—Sí, pero no estaríamos en esta situación si no se la hubieras dado a Roseanne, así que cállate antes de que te dé otro puñetazo. – amenazó la mayor, apuntando con el dedo a Lisa.

Teddy se aclaró la garganta y se levantó de la silla, colocándose en medio de las tres para evitar que recurrieran al camino de la violencia.

—Hagamos esto, cada una escribirá la canción en base a lo que fue su relación con Roseanne, momentos que la marcaron o momentos que ustedes consideren que fue "el principio del fin". – dijo él, mirando a las tres. — Tienen 48 horas para hacerla, al tercer día nos veremos aquí para hacerle los cambios que sean necesarios y para grabarla, así que liberen totalmente su agenda de estos tres días. ¿De acuerdo?

Lisa asintió, levantándose del sillón y saliendo del estudio dando un portazo. JiSoo soltó un suspiro y miró a Jennie.

—¿Podemos hablar? – preguntó Jennie, mirando a JiSoo a los ojos. La mayor frunció el ceño, sin embargo, asintió.

Ambas se despidieron de Teddy y salieron del estudio en dirección a la azotea. En el ascensor se podía sentir la tensión entre ambas y el silencio era realmente incómodo.

Jennie se balanceaba en sus talones, mirando fijamente al suelo y pensando en cómo sería la mejor forma de preguntarle a JiSoo lo que tenía en mente. Aquella pregunta había estado carcomiendole el alma desde hacia un par de meses.

Ambas salieron del ascensor y fueron a sentarse en una banca, ignorando a los trainees que las veían con la boca abierta.

—¿Sucede algo? – preguntó la mayor, mirando al frente.

Jennie bajó la mirada y jugó con sus manos, nerviosa por lo que podía ser la reacción de JiSoo ante la pregunta. En cuanto se conocieron tuvo la necesidad de preguntarle, pero su odio y rencor por la mayor y el miedo al dolor que le provocaría la respuesta se lo evitaron.

Pero ahora aquella necesidad había incrementado. El "porque yo no te amaba" de Rosé seguía repitiéndose una y otra vez en su cabeza, tal vez la respuesta doliera menos ahora.

—¿Jen? – la mano de JiSoo se posó en su hombro, dándole un suave apretón.

—Yo... quiero saber algo. – comenzó, levantando la mirada para ver a la mayor al rostro. — Al principio tenía miedo de la respuesta, pero creo que ahora es necesario que lo sepa, tal vez pueda cambiar muchas cosas de aquí en adelante.

—¿Si aún siento algo por Rosé? – se adelantó JiSoo, elevando una ceja. — No, ni amor, ni cariño, ni odio o rencor, nada.

—No era eso... – murmuró en voz baja.

—Oh. – JiSoo entendió. — No sé de dónde salió ese rumor, pero creo que es necesario que sepas que cuando tú estabas con Rosé, yo ya había dejado de quererla. – confesó, mirando a Jennie a los ojos para que la menor pudiera notar que decía la verdad. — Cuando ella comenzó a salir con Lisa, ella estaba conmigo, así que admito que tuve muchas ganas de hacerle sentir la desesperación y el dolor que yo sentí al pensar que yo quizás no era suficiente, creo que eso fue justamente lo que sentiste tú cuando supiste eso.

—Que quizás no era lo que ella quería.

—Exacto. – asintió. — Jennie, si Rosé nos amó a mí y a Lisa, te juro que ese amor no fue ni la cuarta parte de todo lo que ella te amó a tí.

Jennie se sorprendió con aquello, sin embargo aún había una gran parte de su mente que no se lo creía. Aquel "yo no te amaba" se escuchó tan sincero...

—¿Entonces por qué se acostó contigo? – preguntó.

—Nunca dije que lo hiciera...