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🌸𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑛𝑔 𝑎𝑡 𝑡ℎ𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑠

Mucho tiempo, pero al fin... ♥

Q u i n t a P a r t e
"El amor es eso: cuando alguien aun conociendo tus cicatrices se queda para besarlas..."
Benjamín Griss.

La verdad es que mentiría si dijese que recordaba lo sucedido aquella noche en la cornisa después de caer al suelo y desistir. Ninguno de los dos había vuelto a tocar el tema y de algún modo eso estaba bien.

No era fácil hablar de cosas tristes decían los entendidos y concordaba con ellos.

Aceptar que Amelia Rose le agradaba -un poquito- había vuelto las cosas mucho más sencillas y abría un panorama de posibilidades que no hubiese pensado ni creído posible.

Entre ellas, el hecho de que verdaderamente disfrutaba su compañía.

Dejando de lado aquella fachada de chiquilla fastidiosa, había una chica agradable y servicial con quien compartía los almuerzos en el receso y una taza de café por la tarde. Se sorprendía a sí mismo de lo mucho que había cambiado todo desde aquella noche que prefería olvidar.

Es decir, tenía recuerdos borrosos que no conectaban del todo con la realidad; por ello prefería evitarlos si eso significaba que las cosas funcionasen correctamente. De cualquier modo ella seguía actuando como si nada de eso hubiese pasado y eso estaba bien para él.

A veces fingir demencia estaba bien.

Ella no hablaba de ciertas cosas y el tampoco se esforzaba mucho en hacerlo.

-Me gusta mucho el otoño-le dijo al salir de clases y tomar asiento en el árbol de siempre-¿No te parece fascinante esta gama de naranjas en las hojas?-hablo fascinada y Shadow solo asintió.

Para él solo había dos clases de naranja pero era hilarante ver como algo tan simple como una hoja parecía deleitarla.

-Es... interesante-Fue su contestación y ella pareció darse por bien servida ante esto.

Ella podía hablar horas y horas de las cosas, de situaciones, pensamientos, de todo lo que viniese a su mente en ese preciso instante y bueno, a este punto se veía inmiscuido en sus fantasías que lejos de abrumarle, le parecían francamente adorables.

Escucharla hablar era atrapante; la manera en que su rostro se iluminaba cuando le contaba datos curiosos y le sonreía a la nada iluminaba su existir.

-Bueno, debo irme... mi clase de cocina está por comenzar-Y la vio perderse entre la multitud.

Era tan extraño y sin embargo se sentía bien.

Por primera vez en mucho tiempo la compañía de alguien más le agradaba y eso podía notarse a simple vista.

-Luces muy animado Shaddy-Rouge traía en sus manos unos pompones de animadora y se sentó a su lado sin ser invitada.

Efectivamente, ella tenía razón. Tenía ánimos y fuerzas sacadas de solo Dios sabe dónde y solo por ello no respondió sarcásticamente.

-Sí...-era sincero y eso la sorprendió.

Verlo tranquilo y sin esa actitud altiva que tanto le caracterizaba le alegró y pese a su obvia naturaleza burlona, decidió omitir sus comentarios esta vez.

Quizá Pinky lo ayudaría a sanar y con eso bastaba...

Leía sin interés uno de sus libros de misterio mientras esperaba a que Rose saliese de su clase de cocina. El frío de la tarde estaba comenzando a calarle los huesos y las nubes en el cielo anunciaban una próxima lluvia inminente.

Con suerte no se mojarían; pensó sin tomarle importancia y siguió con su lectura sin prestar atención a su alrededor. A esas horas el tráfico estudiantil se limitaba a aquellos que cumplían castigos o entrenaban en sus respectivos equipos deportivos.

Desde donde se encontraba podía ver al equipo de baseball; el Faker y su grupo de idiotas estaban ahí entrenando y bromeando entre ellos como si no hubiese nada más en el mundo.

No le agradaba; no era sorpresa para nadie, aunque no iba a negar que el tipo era un buen elemento, era veloz y sabía lo que hacía -aunque no iba a decirlo en voz alta, claro está- y sin importar cuánto tuviese en su contra de manera personal, sabía en el fondo que era un buen remplazo.

No iba a decírselo, quizá en el fondo tampoco estaba del todo preparado para aceptar que las cosas habían seguido su curso aún a pesar de que él había dejado el equipo, pero no podía negar lo evidente.

La vida siguió y ahora que veía las cosas desde una perspectiva ligeramente menos pesimista pensó en aquellas épocas en dónde él entrenaba también.

Era el mejor, decían los que le conocían y durante dos años creyó firmemente que era verdad. La escuela fue campeona dos años consecutivos gracias a él. Fue una buena época, no tenía duda de ello.

Lastimosamente las cosas cambiaron; su abuelo se fue y con ello sus ganas de hacer cualquier cosa que implicase respirar y terminó dejando el equipo y cualquier actividad que implicase un mínimo de esfuerzo pese a la insistencia de sus directivos y sus otros compañeros.

Incluso el Faker le había insistido mucho para que reconsiderase sus decisiones y no dejara el equipo, pero una vez que decidía algo difícilmente cambiaba de opinión.

Aún con todo la vida siguió; y aunque no se arrepentía -no del todo, al menos- podía sentir esa vena del hubiera instalarse en el fondo de sus pensamientos.

¿Qué tal serían las cosas si el abuelo siguiera con vida? ¿Habría ganado el tricampeonato? ¿Se habría graduado con honores? O inclusive, ¿habría conocido a Rose? Muchas preguntas se agruparon en su mente y desde lejos la bola que Sonic bateó se acercaba peligrosamente rápido hasta donde se encontraba.

Y, con aquella bola rozando su rostro, sus reflejos un tanto oxidados le salvaron por poco de una contusión cerebral entre ceja y ceja.

Con la mano ardiendo debido al impacto miró por breves instantes aquella pelota que se ajustaba perfectamente a su mano adolorida y una sensación electrizante le recorrió.

-Hey Shaddy-Sonic y su voz fastidiosa se hicieron presentes donde se encontraba y lo miraron con su estúpida cara de sorpresa-Buena atrapada, bien hecho-.

No necesitaba sus adulaciones, pero no negaría que se sintió bastante bien haber logrado atraparla aún a pesar de estar distraído.

Otro grupo de inadaptados se congregó hasta donde se encontraban y con miradas lerdas le observaban y cuchicheaban entre ellos.

-Creo que deberías volver, el equipo sería dinamita si tú estás en él-Uno de los amigos del Faker cuyo nombre no recordaba le hablo-Aún lo tienes, Robotnik-Aseveró haciendo amago de chocar los puños, siendo rechazado en el proceso.

Podía sentir las miradas y especulaciones sobre lo que debía hacer; no era la primera vez que era el centro de atención y pese a que ya había lidiado con la sensación, la idea le abrumó un poco.

Se había desacostumbrado a generar tanta expectativa y atención.

Silencioso; lanzó aquella pelota hasta el capitán del equipo dispuesto a alejarse de todos esos sujetos cuando a lo lejos notó que Rose le observaba con una bolsa de papel entre sus manos y harina cubriendo su gorro de lana.

-Piénsalo, de verdad nos vendría bien tu ayuda-Finalizó el cobalto y aquellos que obstruían su camino se hicieron a un lado.

Caminó hasta donde Rose se encontraba y ella sonrió feliz al verle frente a frente.

-Aprendí una nueva receta-Le dijo contenta y ambos empezaron a caminar rumbo a la salida-No sabía que se te daba bien el baseball-Añadió la jovencita y titiritó de frío debido al viento.

Sin detenerse a mirarla, asintió restándole la importancia al tema. No tenía ganas de hablar de ello y curiosamente ella no insistió.

De camino a casa las hazañas de Rose en la cocina fueron el centro de atención, para su alivio.

Aún en silencio y con ocasionales monosílabos ella seguía sumamente emocionada relatándole como había terminado la receta y que la maestra le había felicitado frente al grupo por ser la única en no quemar la comida.

-Fue muy lindo, se siente bien cuando te dicen que lo haces bien-Parecía ensimismada ante la idea del reconocimiento y eso lo intrigó ligeramente.

Rose no parecía el tipo de mujer que iba por ahí llamado la atención de todos quienes le rodeaban; y aún así lucía particularmente interesada en que notasen cuando hacía algo bien.

Por mínimo que fuese, el simple hecho de recibir un cumplido, una sonrisa o lo que fuese remotamente "positivo" -viniendo de él- parecía complacerla.

-Supongo...-A secas respondió y ella no lo miró en ese momento.

El resto del viaje transcurrió en silencio...

Al llegar a casa y con toda la confianza que había adquirido ella se dirigió a la cocina y encendió la tetera con la intención de preparar un poco de té.

-Hoy en la clase hicimos galletas de mantequilla-habló desde la cocina muy emocionada-Debiste haberlas probado, estaban deliciosas... ¡Todos en la clase las devoraron de inmediato y se acabaron tu porción!-.

Sin prestarle del todo atención, se deshizo de su abrigo y se abrió paso por el pasillo hasta su habitación dispuesto a cambiarse de ropa. Desde donde se encontraba podía escucharla hablar y hablar de cosas referentes a la cocina, al día escolar y entre tanto palabrería distinguió un nombre que le hizo prestar atención.

-Silver es alguien muy agradable-La escuchó decir y aunque no la veía podía adivinar que estaba sonriendo mientras lo decía.

De alguna forma la sola mención de ese sujeto le dio repelús; no era un mal tipo, al menos no como ese idiota del Faker o cualquiera de su séquito, pero si era lo suficientemente insignificante y pelele como para no prestarle atención.

¿Qué podría tener de interesante un tipo así? Se dejaba dominar por quién podía suponer era su novia o interés amoroso, esa chica de segundo año cuyo nombre no recordaba pero que solía verlos juntos con mucha regularidad.

Tomó un suéter del clóset y se lo colocó con rapidez saliendo de la habitación con rumbo a la cocina; Rose estaba parada frente la estufa tarareando una cancioncilla que desconocía mientras el aroma a especias inundaba la morada.

-Como termine mi actividad antes que todos, la señorita Étel me permitió cocinar lo que yo quisiera para matar el tiempo... espero que te gusten las albóndigas-Animada le comentó y siguió concentrada en sus asuntos.

Shadow por su parte no podía dejar de pensar en aquel tipo de ojos amarillos y de que posibles temas podía hablar con Rose.

¿Qué clase de cosas hablarían? ¿Comida? ¿Las clases? ¿Quizá el clima? No lo tenía del todo claro, pero la idea de que compartiera espacio con ese sujeto no le agradaba del todo.

-Y entonces, cuando estaba a la mitad de clase Silver derramó la masa por todo el piso y sus galletas se arruinaron-seguía hablando sin reparar en la actitud ligeramente hostil en el moreno-Y fue muy gracioso verlo intentar recoger la masa con las manos mientras esta se esparcía por toda la mesa-rió a la par de que servía los platos con comida sobre la mesa-¿Te gustaría un poco de queso parmesano con tu comida?-Preguntó amablemente antes de sentarse a comer.

Sin emitir un solo sonido ella comenzó a esparcir el condimento sobre su comida completamente ajena a aquella actitud atípica en el joven.

-Buen provecho, Shads-Hablo con tranquilidad recogiendo sus cosas dispuesta a irse más pronto de lo usual.

Ni siquiera alguien como Shadow pudo pasar por alto tal acción por lo que se vio obligado a cuestionar casi en el acto lo siguiente.

-¿Te vas tan pronto?-Se estaba esforzando por no sonar tan interesado, aunque lastimosamente no funcionó.

Que ella se fuese temprano era extraño; normalmente era él quien tenía que decirle -sutilmente- que debía volver a casa.

Se había vuelto una costumbre pasar horas juntos, a veces en silencio, otras tantas haciendo sus tareas y algunas más hablando -Rose, claro está- de temas de interés general.

El tiempo pasaba volando, pensaba. Ni siquiera era capaz de medirlo.

Las horas se volvían segundos y de alguna forma era agradable vivir así...

-Me temo que sí-Estaba serena, aunque para Shadow algo no parecía normal-Hay algo de lo que debo encargarme en casa...-Le aclaró dirigiéndose rumbo a la puerta-Te veo mañana, descansa...-

A solas, la sensación de incomodidad le hizo resoplar. Había algo que no le cuadraba, quizá tan solo estaba siendo un idiota paranoico que se estaba encariñando demasiado con la chiquilla.

¿Se estaba ablandando?

Era probable; y dicha posibilidad le asqueó ligeramente.

-Eres un idiota-Se dijo para sí y comenzó a comer.

Sí, estaba delicioso; y sí, seguía pensando en ella.

Siendo un tipo de costumbres, que su nueva y cómoda rutina se viese afectada por la ausencia de la fémina le alteraba.

Se había acostumbrado demasiado a las atenciones y cuidados que ella le suministraba y ahora parecía un niño pequeño esperando a que su madre le atendiese.

De acuerdo, eso no sonó nada bien...

Dejó el plato en el fregadero y cepillo sus dientes con la intención de irse a dormir. Pensar demasiado le estaba afectando.

Recostado con las mantas hasta el cuello miró el techo en búsqueda de aquella sensación de somnolencia que precede al sueño y en su lugar el ruido proveniente de su techo le hizo removerse incómodo entre las mantas.

Sabía que ese ruido provenía específicamente del departamento de Rose, quien a estas alturas ya debía haber terminado de desempacar todas sus cosas lo cual le restaba motivos para realizar esa clase de ruidos a esas horas.

Por un momento pensó en la posibilidad de ir a su departamento y averiguar si necesitaba alguna clase de ayuda o algo por el estilo, aunque la deshecho casi de inmediato al considerarlo poco prudente de su parte.

No era hora de visitas, sumado al hecho de que ella había dicho claramente que tenía asuntos que atender. Quizá esos asuntos tenían relación con la limpieza -a deshoras- de su casa, pero tampoco era quien para juzgarla por ello.

Con ese pensamiento en mente, se cubrió de pies a cabeza y cerró los ojos tratando de dormir por segunda ocasión. El ruido en el departamento de Rose desapareció al cabo de unos minutos, pero la sensación de incomodidad seguía latente dentro de sí.

La idea de que algo sucedía le albergaba; se repetía como eco una y otra vez en su mente y la desesperación le invadió. Abrumado ante sus propios sentimientos salió de su habitación y deambuló durante un rato por todo su departamento con la intención de relajarse, cosa que no sucedió.

-Carajo-Maldijo y sin más salió de su apartamento adentrándose en los solitarios pasillos en búsqueda de un alivio para su pesar.

Con pasos lentos se adentró con rumbo al piso inferior siendo solo acompañado por el eco de la noche y el frío abrigando sus huesos. Con las prisas incluso había olvidado tomar algún abrigo.

Caminaba por inercia, en el fondo sabía a dónde se dirigía, aunque se negaba a aceptarlo.

Escaleras arriba; vislumbró a lo lejos una sombra extraña caminar en sentido contrario desde donde se encontraba.

Entornó los ojos para distinguir con dificultad una silueta masculina caminar y perderse por las escaleras de ese pasillo.

Le era familiar, algo en ese tipo le decía que ya le había visto, pero no recordaba de donde.

Ese tipo...

Instintivamente sus pies comenzaron a dirigirle por donde aquel sujeto había desaparecido; le seguía, no tan de cerca para no alertarle, pero lo suficiente para notar que lucía desaliñado.

Al cabo de un par de minutos el tipo se detuvo frente al cuarto de lavado y entró con rapidez. Desde fuera y con mejor iluminación notó que aquel sujeto era el mismo tipo que trató de golpearlo aquella vez.

Tenía la ropa sucia y arrugada; tal como si se hubiese inmiscuido en alguna especie de riña en la que no salió bien librado. Desde donde se encontraba no podía observar con mucho detalle, pero si lo suficiente para intuir que tenía laceraciones en el rostro.

Tal vez arañazos, pensó.

El tipo se frotaba las manos en el lavabo con desesperación, como si estuviese tratando de deshacerse de algo lo más rápido que le fuese posible. ¿Habría golpeado a alguien? La idea le pareció plausible y bastante deprimente.

Quien sea que haya sido el desafortunado que recibió los golpes, seguramente debía estar mucho peor que ese tipo. Fuere como fuere decidió que había visto suficiente y casi corriendo regresó a su departamento, metiéndose a la cama dispuesto a dormir.

La imagen del tipo le acompañó durante un rato más antes de quedarse dormido...

A la mañana siguiente sentía resaca debido a su desvelo de la noche anterior. Se había desacostumbrado a la sensación y ahora le dolía la cabeza y bostezaba de cuando en cuando mientras se preparaba un café.

Encendió la radio y escuchó que la primera tormenta invernal se acercaba. Debía irse abrigado, fue su primer pensamiento y tomó su abrigo saliendo del departamento.

Efectivamente, hacía mucho más frío que días anteriores.

Camino a la entrada buscó con la mirada a Rose, quien extrañamente no se encontraba ahí. Usualmente siempre le estaba esperando con un empalagoso buenos días, acompañado de algún comentario referente al clima, pero esta vez no había rastros de la chica.

Supuso entonces que quizá tenía prisa y ya se había adelantado por lo que continuó su camino a la escuela. Hacía frío, tenía sueño y la sensación de la noche anterior no le había abandonado del todo. Seguía ahí, sintiendo en el fondo que algo no andaba bien, ¿pero qué podía hacer en todo caso?

No tenía certezas, sólo dudas que a estas alturas ignoraba que estuviesen bien fundamentadas.

Seguramente exageraba...

Frente a la entrada, desde lejos observó a ese papanatas de Silver hablar animadamente con la otra chica que tenía entendido era su amiga. Ninguno parecía reparar en su presencia, aunque tampoco le importó.

Buscó con la mirada aquella cabellera rosada sin éxito; que tampoco estuviese ahí le pareció extraño. ¿Sería posible que ya se encontrase dentro de su aula? Le parecía extraño, Rose no era precisamente el tipo de chica que disfrutase estar en clases.

Sin embargo, no le quedaba más remedio que esperar al receso para comprobar si estaba equivocado.

Camino a su aula, la voz molesta de Rouge le hizo detenerse.

-Buenos días cariño-abrazada a su espalda, le besó la mejilla-¿Cómo te encuentras, tesoro?-Chilló en su oído mientras el brillo labial le dejaba pegajoso el pómulo.

No hacía falta decir que ni siquiera se tomó la molestia de responder; no tenía ánimo de soportar las idioteces de Rouge, tristemente para su infortunio, no iba a dejarlo tranquilo tan fácilmente.

Sentado en su pupitre, ella tomó asiento frente a él.

-Vaya cara tienes... creí que Pinky te iba a quitar lo amargado-Se burló.

Shadow la ignoró.

Se le había vuelto costumbre venir a molestarle y ahora, con ánimos renovados se sentía mucho más en "confianza" para toquetearlo y lanzarle indirectas.

-Siempre tan serio Shaddy-Se burló-¿Dónde está Pinky? Me resulta muy extraño que no viniese pegada a ti esta mañana-.

Si, era extraño, pero no iba a ahondar en sus pensamientos precisamente con Rouge y sus conjeturas absurdas. Cualquier cosa que dijese sería usada en su contra y el rumor de que gustaba de Rose se correría como la pólvora.

Algo muy absurdo si se lo preguntaban; había cogido cierta simpatía por la chica, pero nada más allá.

-No soy su niñero-A secas respondió y a Rouge no le quedo más remedio que sonreír.

Era un tipo difícil sin duda...

Al comenzar el receso se dirigió lo más rápido que le permitieron sus pies hasta el árbol de siempre y, tras esperar unos cuantos minutos, Rose no apareció.

Que no apareciera tan solo confirmó que no había asistido a clases y, contrario a lo que su 'intuición' -si se lo podía llamar de ese modo- le decía, muy seguramente tan solo se había quedado dormida o habría pescado algún resfriado.

Eran opciones mucho más lógicas y probables, así que sí, debía ser solo eso.

No tenía sentido preocuparse por Rose, era una mujer joven y lo suficientemente saludable para arreglárselas con un resfriado común.

Más tranquilo con esa respuesta se dirigió nuevamente hasta el aula de clases y tomó asiento.

Todo parecía tranquilo, demasiado tranquilo para ser un aula con una veintena de adolescentes hormonales llenos de estupideces y basuras propias de la edad.

Algo había en el ambiente que los tenía muy tranquilos...

-Hey Shadow-El Faker se le acercó con una libreta entre las manos y se sentó frente a él-Quería preguntarte si de casualidad quisieras firmar la petición para que el entrenador nos dé uniformes nuevos para todo el equipo-Lucía confiado y particularmente elocuente esta vez.

Comprar nuevos uniformes...

No le interesaba saber nada de ese mundo; ni siquiera por error.

-No-

Sonic por su lado, no se inmutó. Ya se esperaba una respuesta de ese estilo.

-Vale, vale... gracias de todas formas-De pie, tomó una hoja de la carpeta que tenía entre sus manos y se la tendió-una pena que estas bellezas no consigan ver la luz del día-y sin más se retiro a su sitio esperando que el docente iniciara las clases.

No estaba interesado en ninguna de las mierdas que el Faker trajese a cuestas, aunque echarle un ligero vistazo a las estupideces que traía entre manos no le quitaría más de dos segundos por lo que desdobló aquel trozo de papel y miró el contenido.

Aquel uniforme de baseball en color gris le resultaba ligeramente familiar. Ese diseño había sido su invención.

Abrió la boca para formular una pregunta, más Sonic y algunos de los otros miembros del equipo fueron mucho más rápidos y se formaron en un semicírculo rodeándole.

-Es el uniforme que todos queremos, Shadow-Knuckles fue el primero en hablar-Todos lo hablamos y estamos de acuerdo en que deseamos que el último partido sea con él-.

Algunos asintieron, otros guardaron silencio afirmativo corroborando sus palabras. De igual manera, no es como que fuese a impedírselos o algo similar, simplemente se mantenía alejado de esas cuestiones por salud mental.

-Y todos creemos que lo correcto sería tener tu aprobación como una señal de buena suerte-Sonic añadió.

Toda esa cursilería le pareció innecesaria; ¿desde cuándo tenían que pedirle permiso? El no era nadie, no era el entrenador ni un miembro del equipo como para que su opinión fuese tomada cuenta.

Sin embargo, no pudo pasar por alto la sorpresa que le generó esto último. Que aún le consideraran fue levemente halagador.

Bajo la atenta mirada de la mitad del equipo Shadow sintió que el silencio no ayudaría a salir de la situación por lo que optó por arrebatarle aquella hoja al cobalto y firmar de manera apresurada la petición donde figuraban nombres tales como el de Rouge y ese papanatas de Silver.

Cuando le entregó de nuevo la pluma al lanzador estrella este sonrió.

-Ahora, déjame tranquilo-.

Regresando a sus asientos Sonic seguía sonriendo complacido y murmuró un gracias antes de alejarse completamente.

Ese día era extraño, pero muy al fondo algo le dijo que hizo lo correcto.

Si no participaba al menos dejaría un buen recuerdo...

Le daban igual... todo le daba igual.

¿Qué más daba? ¿Por qué era de su incumbencia en todo caso? Demasiadas preguntas, todas golpeando su cerebro logrando que sus ánimos cayeran en picada.

Para su suerte el profesor en turno se hizo presente y el resto de la clase transcurrió de manera habitual.

Al finalizar el horario y a sabiendas de que esta vez no debía esperar a Rose, regresó a casa encontrando todo tal y como lo había dejado.

Nada nuevo, nada que fuese considero anormal, salvo el único detalle que le hizo echar un segundo vistazo como cerciorándose de que no había visto mal.

Algo que, aunque imposible no pudo evitar realizar de igual modo; buscó la melena rosada en la cocina y efectivamente, no la encontró.

Ese día no habría comida caliente a menos que él la preparase y tampoco habría té.

¿Desde cuándo se había vuelto tan dependiente de Rose? El mundo no iba a colapsar si no la veía un día.

Tomó la barra de pan y se preparó un sándwich de manera apresurada y se sentó a la mesa a comer.

Todo tan silencioso...

No escuchar la palabrería sin sentido pero igualmente adorable de la rosada era extraño...

¿Por qué se sentía de ese modo?

No habían pasado más de 24 horas desde la última vez que estuvieron en compañía del otro y de alguna manera sentía como si hubiese transcurrido mucho más tiempo.

No era lógico...

Simplemente no le parecía atinado pensar en ello, ¿Qué tenía esa chiquilla fastidiosa que le estaba volviendo tan dependiente?

Sonaba tan patético...

Él sintiéndose encariñado con alguien a quien prácticamente no conocía de nada...

Quería reírse de sí mismo por pensar de ese modo.

Estaba perdiendo el juicio, eso era más que claro. Encariñarse con esa chica le estaba ablandando y pese a que no sabía cómo reaccionar ante ello, no se sentía tan mal.

De pronto la posibilidad de seguir conviviendo con ella de ese modo no le parecía tan abrumadora; sin embargo, tampoco podía dejar de lado sus pensamientos negativos y su rechazo casi inmediato a la idea de volver a perder a alguien que le importase.

Ya estaba desvariando sin duda alguna. Encariñarse no estaba a discusión. No tenía tiempo para esas ridiculeces; el cariño le tenía así en primer lugar y si se encariñaba con ella seguramente terminaría decepcionado.

La chica era agradable, no iba a negarlo; pero tampoco quería que su vida dependiera de ella.

Aceptar sus cuidados le estaba volviendo un idiota consentido y eso no estaba bien; ¿Qué pasaría cuando Rose tuviese un novio? No podría lidiar con tanto drama innecesario.

Y ahora estaba pensando en estupideces que no venían al caso...

¿Podría ser más idiota?

Posiblemente sí, pero no tenía intenciones de averiguarlo. Ya sentía suficiente culpa consigo mismo.

A la mañana siguiente la noticia de que Rose tampoco había hecho acto de presencia le proporcionó una sensación agridulce en el estómago.

No verla implicaba que no necesitaba de ella, aunque también estaba ese sentimiento de incertidumbre sobre que podía estar sucediéndole.

Fuese lo que fuese decidió que no dejaría que interfiriera en sus planes y tomó asiento en su lugar de siempre a comer uno de esos alimentos precocidos que vendían en la licorería.

Sabía a diablos, pero era mejor a nada.

Todo seguía su curso natural, la soledad de su propia compañía le proporcionaba esa tan anhelada estabilidad que daba pie a no sentirse frágil ante nada ni nadie más.

Y aún así se sentía raro...

-Luces triste-Rouge y su impertinente presencia se sentaron junto a él-¿Dónde está Pinky?-.

-¿Tengo cara de ser su niñera?-Ácido, respondió.

No mentía, aunque también se preguntaba en donde podía estar.

-Con ese humor no me sorprende que pueda estarte evitando cariño-se burló-En fin, de cualquier modo, ¿Ya resolviste tus opciones universitarias? Los exámenes de admisión comienzan en primavera-.

Estudiar...

Años atrás se habría creído un excelente abogado, un grandioso administrador o cualquier carrera que se le ocurriese sabía que podría desempeñarla con facilidad.

Y ahora, prácticamente a nada de graduarse, dudaba mucho que eso fuese posible.

Con tantas materias encima y exámenes fallidos era prácticamente un hecho que tendría que quedarse otro año más en la escuela y aunque no fuese el caso, tampoco tenía ni la más remota idea sobre que estudiar.

Sonaba patético si lo pensaba con profundidad. De ser el mejor alumno de su generación, una promesa deportiva y un aspirante a una beca completa, ahora se veía relegado a un simple pelele que no tenía aspiraciones a nada más...

-No...-Era seco y cortante.

Rouge en cambio solo suspiró; ya se esperaba una respuesta de ese estilo.

Había sido testigo del deterioro gradual pero constante en el que se había sumergido y aunque intentó en más de una ocasión acercarse y salvaguardar la integridad de quien consideraba su mejor amigo, Shadow no lo permitió.

La muerte del abuelo Gerald no hizo sino potenciar una faceta hostil y huraña en el joven que se veía aderezada con aquel aparatoso fracaso en el partido decisivo de la temporada pasada.

-Shadow, creo que...-

-No es relevante-Se apresuró a poner palabras en su boca. La conocía lo suficiente para saber que pretendía y no estaba para sermones que no le llevarían a ningún lado-No necesito tu ayuda, te lo dije antes y sigue siendo lo suficientemente válido para que lo creas de igual modo-.

Estaba dispuesto a irse y dejarla ahí cuando la mano manicurada de su compañera le detuvo en su andar.

-Siempre estás a la defensiva...-sonaba fastidiada y apesadumbrada-Sólo piénsalo... ¿Qué va a ser de tu vida dentro de cinco años? ¿Has pensado si quiera de que vas a vivir?-.

Ahora jugaba la carta de la culpa...

La muy ladina tenía astucia, eso se lo reconocía.

-No espero vivir tanto...-

Rouge rodó los ojos en señal de fastidio y bufó después. Había olvidado lo difícil que era lidiar con este hombre.

-Eres un idiota...-De pie, se alejó unos pasos de él-Espero que no te arrepientas de tus decisiones tarde o temprano-.

Y se alejó dejándole a solas nuevamente con una nueva interrogante surcando su mente. ¿Qué pasaría después? ¿Podría seguir viviendo tal y como estaba en estos momentos? ¿O tarde o temprano terminaría pagando las consecuencias de su abandono?.

No lo negaba, era una posibilidad tan factible que le daba náuseas pensarlo. Y aún así...

¿Por qué no podía hacer nada al respecto?

Maldijo por lo bajo y tomó su mochila aún refunfuñando. Este día no esperaría hasta el final de clases para irse a casa...

Al llegar y estar un rato tumbado en sillón salió a tomar un poco de aire fresco a la azotea. Las palabras de Rouge seguían causándole un malestar y en el fondo, tampoco había dejado de pensar en Rose.

Se abrió paso por las escaleras y al llegar a su lugar predilecto notó aquella silueta rosada descansando en la cornisa con ambas piernas meciéndose entre el vacío y el concreto.

Seguía viva al menos; pensó acercándose con pasos lentos y se colocó a su lado sin emitir ninguna palabra.

No le apetecía hablar y al parecer a ella tampoco porque no hizo ningún comentario al respecto. Ambos estaban en silencio dejándose cubrir por el viento gélido mirando al vacío.

Rose parecía ajena a la realidad; su enorme suéter color verde le llegaba poco más debajo de la cintura y traía el cabello revoloteado, aunque no supo si fue el viento su peluquero o si estaba así por voluntad propia.

Lucía extraña y eso era decir mucho viniendo de alguien como él.

Seguía en silencio mirando a la nada, mientras sus brazos se envolvían sobre si misma tal como si buscase un poco de calor.

-Sí tienes frío es absurdo que estés aquí enfriándote-.

Ella no respondió; no hizo ningún tipo de gesto que indicase que estaba escuchándole. Solo se quedó ahí, inmóvil y apacible ante lo que él pudo entender como un trance.

Sin embargo, una media sonrisa se instaló en el rostro de la jovencita y suspiró soltando al aire un poco de vapor debido al clima tan frío.

-Gracias...-

¿Gracias?

-No entiendo que es lo que agradeces-Sonaba tan sincero que incluso el se sorprendió.

Amelia miró hacia abajo y sus piernas escasamente cubiertas con unas de esas estéticas pero nada abrigadoras medias de red se movieron nerviosamente durante un momento.

Desde donde se encontraba pudo notar débilmente un puñado de manchones lo suficientemente grandes y vistosos para clasificarlos como moretones.

Lucían extraños; y aunque en un primer momento pensó en acercarse fue interrumpido por las palabras de la fémina en ese instante.

-Por estar aquí...-

No supo porque lo decía, pero instantáneamente una sensación de ardor se le instaló en el rostro y su estómago se revoloteó de un modo distinto al usual.

¿Se sentía nervioso a caso?

Miró a la chica y esta también le miraba sin dejar de sonreír.

-Te quiero...-Fue tan simple y espontáneo.

Ella seguía ahí sentada mirando a la nada tarareando una canción que no pudo identificar y sus piernas seguían meciéndose a la par.

Te quiero...

¿Por qué? ¿Por qué le quería? ¿Qué había hecho él para ganarse ese afecto?

-¿Por qué?-Tantas dudas le estaban invadiendo.

Tomó su mano con delicadeza y aunque estaba fría, sintió algo tibio recorrer su interior al contacto.

-Porque me escuchas incluso cuando ni siquiera yo quiero escucharme...-

Fue raro, sí.

Y sin embargo al regresar a su departamento esa noche pudo dormir perfectamente por primera vez en mucho tiempo.

Después de ese encuentro en la azotea la relación que mantenía con Rose se volvió... peculiar.

No podía describir con fidelidad que era lo que sucedía entre ambos, pero sí tenía muy en claro que aunque estaba haciendo todo lo posible porque no ocurriese, ambos se volvían más cercanos.

Pasaban las tardes juntos y con el pasar de los días se sorprendió de lo mucho que había aprendido de ella; desde sus aspectos más simples como cuantas cucharadas de azúcar ponía en el café, hasta las más insignificantes, como esa manía que tenía de tronarse los dedos mientras estaba concentrada en algo particular.

Porque Rose era así, un libro abierto que se escribía constantemente, porque no importaba que tanto creyese conocerla, siempre había más detalles que llegaban a su vista y la dotaban de eso que llamaban "misterio".

No iba a admitirlo, pero estaba intrigado con cuanto podía ofrecerle a su curiosidad.

-Te quiero, Shadow-Le dijo por la tarde y de manera abrupta mientras tomaban el té.

Alzó la vista para observarla, no había pizca de mentira en sus palabras, nada que indicase que bromeaba o que solo fue un comentario fugaz.

En silencio solo la observó sin mediar una palabra y ella continuó relatando sus historias extrañamente cómicas como lo hacía siempre.

Solo hablar y dejarse llevar por esa voz que le hacía olvidarse de pensar...

Qué curioso era el destino, si es que existía tal cosa.

-Shadow...-Hablo nuevamente y el solo la miró como gesto indicativo de que le prestaba atención-¿Alguna vez has deseado morir?-.

Pregunta curiosa para alguien quien hacía menos de dos minutos clamaba amar a los unicornios.

Pero sí, no iba a andarse con rodeos y mentirle con cosas que eran demasiado obvias para ocultarse.

-Sí-era tan monótono, que hasta le pareció el tono de un robot.

Por otro lado, ella pareció complacida con su respuesta, aunque escueta, bastante sincera.

-Entiendo...-dejó la taza en el fregadero y tomó su mochila en señal de que pensaba retirarse-¿Te molestaría si mañana en el almuerzo nos acompañan un par de amigos?-.

Iba a negarse, pero ella fue mucho más rápida y le impidió siquiera abrir la boca para soltar una negación.

Con su rostro de cachorro regañado, le dedicó su mueca más lastimera esperando ablandar su corazón, a lo que extrañamente pareció funcionar.

-De acuerdo-.

Era sorpresivo para ambos, pero de todas formas le alegró.

-Gracias, te veo mañana...-

A solas y en silencio se cuestiono que rayos acaba de suceder. ¿Había aceptado socializar? ¿Desde cuándo el hacía esas cosas tan ridículas?

Cada vez le quedaba mas que claro que esa chiquilla le estaba haciendo perder el juicio.

Temprano por la mañana justo al despertar el sonido de la puerta principal le hizo arrugar el entrecejo; miró el reloj en su mesita de noche y bufó ante el hecho de que no pasaban de las 6:00 de la mañana y ya había alguien importunándole desde tan temprano.

De pie, con pasos rápidos y el semblante molestó camino hasta la entrada abriendo la puerta de mala gana; frente a él se encontraba su ama de llaves y ese hombre calvo y grasoso.

Ambos tenían en el rostro una mirada preocupada y por un instante la sensación de que algo malo había ocurrido, le invadió.

-Joven Robotnik, buen día-Saludo la mujer-Disculpe que le molestemos tan temprano por la mañana en un día de escuela, pero me temo que hemos descubierto algunas cosas que necesitan de su atención urgente-.

Antes de que pudiese abrir la boca para cuestionar algo más, la mano huesuda y rasposa de su ama de llaves le haló de un tirón conduciéndole hasta donde querían llevarlo.

Escaleras arriba, pudo percatarse que había un rastro de sangre que iba extendiéndose por todo el pasillo, algo que llamó su atención e inmediatamente su imaginación empezó a maquilar yn sin de posibilidades cada una más descabellada que la anterior.

¿Algún asesinato? ¿Suicidio quizá? Es decir, era lo más lógico de pensar dadas las circunstancias; y aún a pesar de no tener más de cinco minutos de haber despertado, sentía que su cerebro estaba trabajando al mil por hora para poder adelantarse a los hechos que estaban por avecinarse.

Rumbo al cuarto de lavado el camino y restos de sangre seca iba aumentando su cantidad. Definitivamente era demasiado para pensar que no significaba nada.

-Joven Robotnik-el vecino grasoso llamó su atención-Al venir a lavar mi ropa, observé a un hombre salir de aquí-se notaba nervioso, mucho mas que de costumbre-Como era demasiado temprano no pude observar quien era, pe-pero estoy seguro que ese sujeto hizo algo muy malo-.

Dejando de lado lo tonta que le sonó esa última parte, Shadow suspiró. Había una mala sensación recorriendo su interior.

-Llamen a la policía, que ellos se encarguen de esto-Respondió dándose la vuelta y regreso hasta su hogar.

Al estar ahí se permitió respirar con normalidad.

Todo era tan raro; ¿por qué le resultaba tan familiar en todo caso? Dubitativo encendió la cafetera y empezó a arreglarse para ir a la escuela.

Entonces recordó aquella 'reunión' en la que la rosada le había inmiscuido; había por lo menos ocho razones por las cuales no quería -ni debía- aumentar su círculo social.

Sin embargo, ya se había comprometido de algún modo con Rose y pese a todo, era un hombre de palabra.

Aunque ello significase perder su tiempo y paciencia con esos papanatas desagradables.

¿Quién podría estar en esa mesa? Posiblemente Rouge -para su infortunio- si mal no entendía, la albina tenía particular interés en entablar amistad con Rose y siendo la rosada extremadamente amable, terminó aceptándola.

No le gustaba, no iba andar por ahí fingiendo que le agradaba compartir el mismo espacio con otros seres vivos -Bastante le costaba aceptar a Amelia-

El sonido de la cafetera le sacó de sus pensamientos; avanzó con pasos torpes hasta la cocina y apagó el aparato con apatía. Ya estaba listo, de resto solo bastaba con ponerlo en su termo y salir de su hogar.

Algo que por primera vez en meses le producía satisfacción.

El ruido de las sirenas policiales se aproximaba desde la calle; al abrir la puerta, algunos de los inquilinos salían curiosos a absorber porque había tanto alboroto.

Cerró la puerta y caminó hasta la entrada encontrándose con los elementos policiales que hablaban con su ama de llaves. Al aproximarse, uno de estos hombres reparo su atención en el.

-Joven Robotnik-Le saludo por cortesía-Tengo entendido que ha sucedido un accidente-el tipo lucía hermético y a juzgar por su tono, intentaba intimidarlo-.

Inmediatamente sintió la necesidad de responder sarcásticamente; afortunadamente su autocontrol le permitió acallar esos pensamientos.

-Sí...-.

-Es curioso que pasen estas cosas, ¿no cree?-seguía hablando el oficial-Todo este asunto de la sangre y la sombra que vieron algunos testigos es... aterrador, ¿no le parece?-.

Sombra...

¿A caso este tipo estaba insinuando algo?

Abrió la boca para responder cuando el sonido de unas pisadas se escuchó entre la multitud.

-Buen día-Rose hizo acto de presencia saludando a todos en la entrada-¿Nos vamos ya? Se hace tarde...-Caminaba lento y no pudo evitar reparar en el gorro de lana que ahora cubría su fleco.

Había algo diferente, podía notarlo.

-Rose...-

-Tengan un buen día jóvenes-El oficial se despidió de ambos-Quisiera hablar más tarde con usted en privado Joven Robotnik, por favor pase a la estación al finalizar el horario escolar-.

-Entendido-.

Afuera el clima frío envolvió sus huesos mientras caminaban en un silencio casi absoluto; no era usual que la joven se mantuviera callada. Normalmente no paraba de parlotear de tantas cosas a la vez que bien podía compararla con una abeja zumbando en su oído una y otra vez.

No iba a mencionarlo abiertamente, pero algo en su semblante lucía diferente; casi como algo le faltase, alguna parte en ella estaba diferente y aún con todo su hermetismo podía notarlo tan fácilmente como mal corte de cabello o una joroba a cuestas.

Rose no estaba bien, podía notarlo por ese caminar desganado; incluso podía atreverse a asegurar que cojeaba de la pierna izquierda a cada paso que daba.

-Estoy emocionada por el almuerzo de hoy-Dijo al fin después de mucho silencio y Shadow solo pudo limitarse a mirarle-Incluso preparé unas galletitas para todos-De nuevo, al dar un paso la expresión de dolor en su rostro terminó de comprobar sus sospechas-Soy tan torpe... cuando estaba buscando algo en la alacena resbalé y caí...-

Y aunque seguía hablándole de sus famosas galletas y de las chispas de chocolate que les había colocado no le miraba al rostro.

Que evitase mirarle indicaba que estaba nerviosa y cuando alguien se ponía nervioso solo indicaba que no creía en sus palabras y por ende, mentía.

Sí, quizá estaba sobreanalizando las cosas y lo que ella decía era real, un simple accidente que le había lastimado el pie; sin embargo no podía terminar de convencerse. Si bien, no podía acusarla directamente de mentirle y tratar de convencerla de que cambiase su versión -porque al final, no tenía certeza de nada- cuestionarle un poco no estaba demás.

-¿Tus padres te dejan hornear durante la madrugada?-Inquirió, mordaz y ella detuvo su andar.

Fue cuestión de segundos; tal como si aquella simple pregunta le hubiese hecho pensar en otra cosa completamente distinta. Inmediatamente después continúo su caminar.

-Sí, sí... a papá le gusta mi comida-A secas respondió.

Ninguno de los dos dijo nada más durante el trayecto a la escuela...

Al llegar al aula, Rouge ya le esperaba; con su impertinente sonrisa surcándole el rostro; sabía -pues no era algo que se molestase en ocultar- que ya se estaba planteando molestarlo, lo único sorprendente es que se estuviese tardando tanto.

-Vaya cosa... ¿qué son todos esos policías tus dominios, cariño?-Pregunto, haciendo gala de sus dotes de comunicación.

Después de los breves segundos de estupor que le generó el saber que ella sabía lo que estaba sucediendo en su hogar tomó asiento y volvió a la actitud de siempre.

-No sé de que carajo hablas-Fingió demencia y la ignoró.

-Ah no, a mi no me vengas con eso-no iba a darse por vencida tan fácilmente-Lo vi en Mobiusface-enseñándole su teléfono, Shadow comprobó que efectivamente había una nota hablando sobre el incidente-Vamos cariñito, cuéntaselo todo a la Tía Rouge-.

Ni siquiera el tenía una jodida idea de que rayos había sucedido; y, antes de que Rouge pudiese cuestionar algo más el docente hizo acto de presencia imposibilitando dicha acción.

Que aquella noticia estuviera regándose por redes sociales le pareció enfermizo. Es decir, ni siquiera sabían que había pasado y ya estaban sacando conjeturas.

Y si bien, él también pudo haber sacado lo peor de sus pensamientos en el trayecto de la mañana, ya podía intuir que la cosa no iba por ahí.

Fuese como fuese de igual modo tenía que ir a la estación y rendir una declaración aunque ni el mismo podía entenderlo, supuso que era parte del protocolo.

El que nada debe, nada teme rezaba el dicho y el no sabía nada...

O bueno, nada que fuese relevante al menos .

Igual algo seguía haciendo ruido en su cabeza. Le daba vueltas una y otra vez y seguía asociándolo con Rose.

Algo tenía que ver...

-Joven Robotnik...-El docente le miró desde su escritorio-Me gustaría hablar con usted al finalizar la clase...-.

Algunos giraron las cabezas para verle; entre burlas y cuchicheos el sonido que anunciaba el fin de las clases provocó que el Faker y su séquito de imbéciles se rieran de él.

-Mucha suerte, Shaddy-Escucho decir entre la multitud antes de quedarse a solas con el hombre mayor.

Este último no le miraba dado a que estaba eliminando todo rastro de su lección marcada en el pizarrón. Impaciente como era su costumbre, Shadow comenzó a mover su pie de arriba abajo haciendo ruido en señal de incomodidad.

-Paciencia Robotnik, esto va para largo...-siguió borrando con calma y después de ello, guardo sus cosas de igual modo-Toma asiento por favor-.

Ignorando la petición, decidió quedarse de pie.

No necesitaba que lo sermonearan, no estaba de humor.

-¿Puede darse prisa? Tengo otra clase esperándome...-.

El hombre sonrió y al tomar asiento resopló.

-Hoy no Robotnik... tus maestros y yo nos hemos tomado el tiempo de hablar entre nosotros y dado a que hasta hace muy poco eras el mejor alumno del instituto, creemos que sería una completa desgracia permitir que unos cuantos meses arruinen todo tu historial académico-

El mejor alumno...

Vaya porquería, nada de eso le ayudaba...

-Al grano-el rumbo de la conversación se estaba tornando bochornoso y no pensaba permitirlo.

-Creemos que puedes ponerte al corriente con todo antes de que se acabe el año escolar y puedas graduarte en tiempo y forma...-.

Graduarse...

¿De verdad valía la pena? Ya lo había discutido con Rouge y todo ese asunto de seguir estudiando -cuando ni siquiera sabía que quería hacer en 24 horas- le parecía risible.

-¿Algo más? ¿Puedo irme ya?-.

El hombre seguía estoico y sin hacer algún gesto que indicase molestia ante su insolencia.

-La vida es muy corta, Gerald... creo que tu mejor que nadie entiende este concepto-aunque no respondió, le concedió un poco de razón-Piénsalo... ambos sabemos que esto es pan comido para ti...-Le animó-¿O realmente crees que no podrás con ello?-.

Claro que podía, aunque su psicología barata no iba a convencerle de caer en su juego.

-Da igual... no necesito sus alabanzas-.

Y no mentía, no necesitaba que un papel indicase que él era el mejor. Lo supo y lo sabía y eso era lo único que necesitaba para estar bien.

-Entiendo...-el sujeto seguía observándole, tratando de adentrarse en lo mas profundo de su ser-Es justamente lo que sus compañeros dijeron de usted-.

-¿Qué?-eso si llamó su atención. No era que le importara, pero si le causaba un poco de curiosidad.

-Miss. Rouge sostiene que le gusta autocompadecerse-no le sorprendía viniendo de Rouge-Y ex-compañeros de equipo como Sonic y Knuckles creen que usted está y cito textualmente "sentado en la banca por voluntad propia"-.

No hacia falta alguna clase de confirmación de su parte para comprobar que en efecto, el se había aislado de todos por voluntad propia.

Fue el quien decidió dejar de lado todo y solo sumirse en su propia miseria individual.

-Y luego está Miss. Rose...-Continuó hablando y Shadow centró su vista en él-Es la única de su círculo social que se a abstenido de hacer algún tipo de comentario al respecto de usted... -.

Lo cual era raro pues ella hablaba hasta por los codos y que en este momento mantuviera sus 'interacciones' en secreto le brindó un poco de seriedad a todo.

Rose no estaba exponiéndolo como los otros idiotas.

-Me parece muy tierno de su parte el querer respetar sus secretos de pareja-Comentó después.

¿Secretos de pareja? ¿De qué rayos hablaba este tipo?

-Rose y yo no somos una pareja-aclaró.

-¿Ah no? Es curioso que lo menciones... tus compañeros tienen un concepto aparentemente equivocado de tus interacciones con la señorita-.

Estaba al tanto de los rumores; ninguno se había molestado en ocultar que estaban emparejándole con ella, sin embargo eso no los hacía verdad.

-¿Cuál es el punto? ¿A caso pretende que le diga que salgo con Rose?-estaba perdiendo la paciencia-Esa chica me sigue a todos lados, vive en el complejo de apartamentos de mi familia y al parecer no entiende el concepto de espacio personal-Enlistó las cualidades de la chica que mas le molestaban.

Ello no hizo sino aumentar la confianza del adulto que tenía frente a él. Shadow era alguien maduro y responsable, pero no por ello dejaba de ser un adolescente impulsivo y con las hormonas revoloteando en su interior.

Toda esa fachada de tipo duro y sin pretensiones de seguir la vida eran eso, una fachada que ocultaba a un jovencito solitario y que buscaba ayuda desesperadamente.

Para todos fue una sorpresa cuando la chiquilla nueva de primer año se acercó a la ex-estrella sin ser rechazada del todo. El cúmulo de casualidades trajeron consigo tiempo después espacio para las teorías y posteriores confirmaciones.

Si salían o no era un objeto de debate para todos quienes le conocían y sabían del tipo de personalidad que poseía ya se podían hacer una idea de por donde iba el asunto.

Lo que si era un hecho era que esa chica había penetrado su armadura y se habían vuelto lo suficientemente cercanos para que Shadow le permitiese almorzar y caminar juntos al finalizar las clases.

Ello no significaba nada, según Shadow aunque para aquellos quienes le rodeaban estaban convencidos de que había más entre líneas.

-¿Eso significa que no hay ninguna razón por la que no quieras graduarte?-

Shadow no respondió. Esta conversación no estaba llevando a ningún lado.

-Significa que me está haciendo perder el tiempo-Hostil, respondió-¿Qué le hace suponer que voy a contarle mi vida personal solo por qué no ha hecho otra cosa que intentar adularme?-De pie, tomó su mochila y se dio la vuelta sobre sí-La respuesta es no...-Finalizó azotando la puerta tras de sí.

Caminando por los pasillos Shadow seguía molesto por tan impertinente conversación. ¿Qué carajo esperaba conseguir ese tipo?

¿De verdad pensó que hablaría de sus sentimientos e inquietudes? Vaya idiota.

Estaba molesto, no era difícil de notar y aquellos que se le cruzaban por el camino tan solo podían hacerse a un lado para evitar pagar los platos rotos.

-Puta madre-se quejó al llegar al árbol de siempre y se sentó de golpe aún vociferando.

Maldita sea...

¿Por qué todos insistían en meterse en su vida? No quería ser salvado, eso era todo.

Ahora todos se creían sus salvadores... todos pensando que necesitaba algún samaritano para salvarlo.

Patético...

Primero estaba Rouge y su estúpida manía de meterse en su vida y luego esos papanatas del equipo que creían que podían convencerle con adulaciones.

Y ahora ese sujeto que ponía en práctica la psicología barata aderezada con la meritocracia.

No lo necesitaba...

No quería que se metieran en su vida, no quería lecciones ni palabras de aliento.

No quería nada...

-¿Shadow?-La voz de Rose le distrajo de sus pensamientos. Parada frente a él tenía una mirada preocupada en el rostro-¿Estás bien?-.

Seguía tan de mal humor que decidió no responder.

Con suerte se iría y le dejaría tranquilo por lo menos un rato.

-¿Recuerdas que hoy almorzaríamos con unos amigos?-continuó, para su disgusto-Preparé unos aperitivos deliciosos que te van a encantar y...-

-No estoy de humor, Rose-.

En el fondo sabía que ella no le había hecho nada y no merecía pagar el precio de su mal humor

-¿Puedo hacer algo para hacerte sentir mejor?-No iba a darse por vencida tan fácilmente.

-Vete...-ordenó-Ve y has amigos a los que si les interese tu amistad-soltó al fin y se dio la vuelta para no verle más.

No le miraba pero podía adivinar su expresión de tristeza en el rostro. Ya había sido cruel con ella en ocasiones anteriores, sin embargo esta vez estaba desquitándose aún consciente de que estaba mal hacerlo.

Se sentía tan papanatas.

-Si cambias de opinión, estaré en la cafetería-dijo al fin y se alejó tal como había llegado.

Pudo verla alejarse con pasos lentos y aún cojeando.

No lo merecía... esa chiquilla fastidiosa no merecía ese trato ni el merecía las atenciones que ella le brindaba.

¿Por qué seguía insistiendo en ser su amiga después de lo mal que se ha portado con ella?

Amelia Rose siempre era tan buena, tan comprensiva, amable y servicial. Constantemente buscando el lado bueno de todo lo que le rodeaba, incluido él.

Desde que la conocía no había hecho otra cosa que intentar ganarse su aprobación. Estaba ahí, siempre detrás de él esperando pacientemente a que le permitiese acercarse.

Cuidando de el como si fuese un niño pequeño asustado y confundido.

-Que idiota eres-Se reprendió a si mismo y suspiró.

Nunca deseó que ella penetrase su burbuja de soledad. La vida era mas sencilla ignorando a los demás y vivir un día a la vez.

Ahora Rose y su compañía habían complicado todo. Estaba ahí sentado enojado con todo lo sucedido con ese tipo hacía un rato y a la vez se sentía culpable por haber tratado a la chica de ese modo.

Estúpidos sentimientos...

Rose solo había entrado en su vida a complicar aquello a lo que ya se había acostumbrado; desde que ella apareció no hacía otra cosa salvo equivocarse y sentirse expuesto.

No, eso no debía ser así...

Todo estaba tan mal, nada debía ser de ese modo.

Y sin embargo, en el fondo estaba esa voz, ese jodido sentimiento que clamaba por no dejarla ir.

Se había acostumbrado a la presencia de esa chica que cuando no estaba a su lado se sentía vacío.

Ella, su comida y sus historias absurdas.

Su olor...

Estaba perdiendo el juicio; de pronto todo ese enojo dentro suyo se vio mermado y ahora en su mente solo había cabida para Rose y en como estaría después de aquella conversación.

De pie y sin pensar en algo más allá se dirigió rumbo a la cafetería. Miró la puerta durante unos segundos y se abrió paso al recinto ante la atenta mirada de todos los que estaban ahí.

Hacía bastante tiempo desde la última vez que había estado en ese lugar y se sentía tan raro. Todas las miradas sobre él y ese sentimiento de ser juzgado albergaba su interior.

Tomó aire y se abrió paso buscando con la mirada aquella melena rosada entre la multitud; y ahí al fondo a la derecha la mano pequeña de Rose se alzó entre la maza haciéndole señas de que ahí se encontraba.

Dio un paso y luego otro y trató de ocultar lo mejor que le fue posible todo ese nerviosismo tras su máscara de frialdad.

Al llegar a la mesa donde la fémina se encontraba algunos viejos conocidos le esperaban sentados también.

Sonic, Rouge, el papanatas de Silver, su frígida novia que no recordaba como se llamaba y al final estaba el cabeza de rodilla de Knuckles. Todos reunidos junto a Rose disfrutando de lo que pudo suponer era algo preparado por ella.

-Buen día, Shadow-Silver fue el primero en saludarlo con amabilidad-Que bueno que viniste, entre más compañía es mejor-Seguía hablando con cursilería que de algún modo le recordó un poco a Rose.

-Sabía que ibas a terminar viniendo-Rouge sonreía triunfal-Cariño, me debes 20 dólares-alzó su mano en dirección a Knuckles y este entregó el dinero resignado.

-Que bueno que viniste Shad, me estaba aburriendo sin ti-Ahora Sonic continuó la conversación-Siéntate, Amy preparó unos bocadillos deliciosos y no nos dejará tocarlos hasta que todos estemos sentados-.

Miró de reojo a la rosada quien colocaba la comida -que solo Chaos sabe como pudo guardar tantas cosas en su mochila- y les entregó una porción a cada uno.

-Huele delicioso, Amy-Silver le alagó y ella sonrió en señal de que aceptaba su cumplido-Muchas gracias por invitarme, salí tan de prisa esta mañana que ni siquiera me dio tiempo de desayunar esta mañana-.

-Yo igual, rayos...-Sonic se unió de nuevo-No sé porque mamá me despierta a las 6:40 si la escuela inicia a las 7:00-se quejó poco antes de llenarse la boca de comida-Ca-cabajo esbta delicioso-habló entrecortado con la boca llena.

-Siempre tan educado, Sonic-Al fin se dejó escuchar la voz de la fémina acompañante de Silver.

-Blue es todo un príncipe-Se burló la albina y ella también probó un bocado-Cielos Pinky, esta delicioso cariño...-.

-Concuerdo, es delicioso-añadió de nuevo la fémina de rostro serio.

Shadow seguía en silencio mirado a todos comer y alabar la comida de Rose mientras ella permanecía en silencio observando a todos degustar sus creaciones.

Miró el plato que le fue entregado y comenzó a comer en silencio. Sí, sabía delicioso, aunque el no lo externó.

-Cielos Ames-el Faker habló de nuevo-Si mamá cocinara tan delicioso como tu-Seguía con la boca llena después de su segunda porción-Rayos, con razón le gustas a Shadow...-

Todos los presentes se desbarataron de risa, Shadow por el contrario se removió incómodo en su asiento.

-¿Eso significa que el shadamy es real?-Rouge seguía fastidiando y todos reían ante esto.

-Rouge, no creo que debas molestar a Shadow-Amy al fin habló consciente de que esas bromas no le gustaban al moreno.

-Tonterías cielito, Shadow es un niño grande y debe aprender a lidiar con las bromas, ¿no es así, cariño?-.

El tan solo rodó los ojos a modo de fastidio e ignoró a la fémina sin dejar de comer.

-Pues a mi no me molestaría tener una novia que cocine tan bien como tú-Sonic se abrió pasó con su coquetería barata y le sonrió.

Sin pretenderlo; las mejillas de Rose se tornaron carmín ante aquella indirecta tan directa y Shadow lo notó.

¿A Rose le gustaban los coqueteos del Faker? ¿Desde cuando esto era así? Un montón de preguntas comenzaron a producirse en su cabeza cuando la plática fue retomada por el grupo.

-Pues yo pienso que harían una buena pareja-Habló Knuckles quien se había concentrado en solo comer-Es decir, a Sonic le gusta comer y a ella cocinar, es el equipo perfecto-Aunque su lógica era un poco idiota todos menos Shadow se rieron ante esto.

-¿Y cómo deberíamos llamarlos?-Continuó la albina-¿Sonamy? ¿Amyson?-.

-Sonamy suena bien para mí-Habló la otra chica-Pienso que serían una buena pareja, si permiten mi opinión-.

Amelia seguía en silencio roja de la pena y Sonic en tanto casi se atraganta con un pedazo de pastel que estaba masticando.

-Rayos, cuanta intensidad-Habló más repuesto y miró unos segundos a la fémina frente a él-Amy y yo solo somos amigos-.

-Knuckles y Rouge también dicen lo mismo y ello no les impide besuquearse detrás de las gradas-Silver habló al fin y los mencionados cambiaron a mil colores debido a la exposición de su intimidad.

-Silver-reprendió la fémina-No debes hablar de la vida de los demás, no es correcto-.

-Lo siento, Blaze-.

Bueno, al fin sabía el nombre de esa chica que lucía en esencia menos molesta que los otros cuatro y continuó escuchándolos discutir sobre cosas que no le importaban.

Y aún con todo no podía dejar de pensar en la posibilidad de que Rose realmente gustase de ese papanatas del Faker.

En el fondo, eso le resultaría beneficioso. Si a Rose le gustaba el Faker significaba que al fin le dejaría tranquilo.

Aún así... ¿por qué le molestaba la posibilidad?

-Yo sigo creyendo que Sonic y Amy harían buena pareja-Knuckles habló de nuevo y señaló al par de jóvenes que le miraban abochornados-Piénsalo Blue, Amy es buena...-.

Sonic tan solo tenía ambas manos cubriendo su rostro en señal de incomodidad y Rose evitaba mirar a otra cosa que no fuese la bandeja que tenía frente a ella.

-Dejen de hostigar a la pobre Amy-Hablo Blaze y ahora la atención de todos estaba en ella-Es mas que claro que le incomoda que intenten emparejarla con dos tipos mayores para ella-.

Blaze solía actuar como la voz de la razón y en efecto, todo esto era incómodo para la fémina.

No necesitaba ser un científico para darse cuenta de que no sabía lidiar con toda la atención que estaba generando y por mucho que se esforzase en generar alguna clase de distracción las cosas seguían rebotando hacía ella de uno u otro modo.

Shadow por su parte notó esto último y pese a que no sabía exactamente si era buena idea o no, decidió intervenir de la mejor forma que le fue posible.

-Rose-Hablo y todos le miraron-Más, por favor- Pidió otra porción y aunque se sorprendieron por su forma educada de pedir las cosas, no comentaron nada al respecto.

Al entregarle su plato, ella evitó mirarle al rostro. Fue una leve, muy leve fracción de segundo en donde la tristeza en su mirada fue percibida por el moreno y una punzada de culpabilidad le invadió.

-Yo pienso que el que hace buena pareja con Amy es Silver-Sonic y su bocota se pronunciaron de pronto y todos miraron al muchacho albino cuyo rostro bien pudo ser comparado a un tomate en ese momento.

Estaba abochornado y aunque trato torpemente de hablar al respecto, la lengua se le trabó y fue incapaz de pronunciar palabras coherentes.

-Piénsenlo, ambos son un pan de Chaos... ¡Por favor! Son tan adorables que podrían estar todo el día derramando miel sin cansarse el uno del otro-Continuó el cobalto.

-Si lo pones de ese modo, suena bien para mí-Knuckles le concedió razón a su argumento-Sin mencionar que Silver es demasiado blando y necesita alguien igual a él o lo van a matar de un golpe-.

-¡Yo no soy blando!-Se defendió-So-solo no me gustan las confrontaciones-Aseveró.

-Y supongo que las clases de cocina y corte y confección son muy varoniles-se burló Sonic-Lo siento Silv, no creo que sea algo malo que seas alguien tranquilo, al contrario... compartir tantos intereses con Amy te hace alguien perfecto para ella-Lo codeó animoso y este no pudo evitar volver a abochornarse.

Amy no dijo nada al respecto; Shadow por su parte se mantenía comiendo en silencio escuchando todas las razones del porque Rose debía salir con ese papanatas.

Si bien era cierto que ambos tenían cosas en común y que en términos de compatibilidad ambos encajaban casi a la perfección había algo que le molestaba aún más de lo que le molestaba la idea de que ella saliese con el Faker.

Miró de reojo a la rosada quien estaba entre Rouge y Blaze silenciosa y roja de vergüenza.

-Bueno, yo también creo que harían una buena pareja-Blaze habló-Es evidente que Silver sería lo suficientemente bueno para cualquier chica que guste de él-hablo tranquila-¿No crees, Rouge?-La aludida asintió-Así que si a Silver le gusta Amy y a ella le gusta el no creo que sea motivo de burla, ni viceversa-dio por finalizado el tema y todos callaron al fin.

Luego de unos segundos de mutismo la anfitriona de tan encantadora reunión se puso de pie.

-¿Me disculpan un momento? Necesito ir al tocador-Se excuso la chica y se abrió paso entre la multitud con pasos lentos.

Al verla alejarse no menos de un metro sus pasos lentos se vieron interrumpidos por algo que la hizo caer de bruces contra el suelo.

De pie frente a ella estaba ese chiquillo fastidioso al que todos apodaban Jet burlándose de la chica en el suelo a la que había hecho caer poniéndole el pie en su camino.

Todos rieron ante esto.

-¿Qué pasa Rose?-miró hacia el suelo donde la jovencita aún se encontraba recuperándose del golpe-¿Tienes tanta hambre que necesitas recoger comida del suelo?-se burló y los que estaban en su mesa también se rieron.

Trató de ponerse de pie, aunque el dolor en su pierna le imposibilitó hacerlo de manera efectiva. Su suéter color rosa ahora manchado de restos de comida había amortiguado un poco el golpe, aunque su frente no tuvo tanta suerte.

-¿Qué pasa? ¿Quieres más comida?-tomó de su bandeja un plato con fideos dispuesto a lanzárselo.

-FUE SUFICIENTE, CABRÓN-Sonic se abalanzó contra él y detuvo su mano en el trayecto-Déjala en paz, imbécil-.

Una mano firme se ofreció a levantarla; Silver y su rostro preocupado le ayudaron a incorporarse.

-Amy...-Su rostro palideció al ver el de ella sangrar profusamente.

Sintió su rostro empaparse debido a la sangre corriendo y esto la alertó.

Todos los presentes observaron a la chica que seguía sangrando y antes de que alguien pudiese decir o hacer algo para ayudarla, huyó tan rápido como sus piernas se lo permitieron con rumbo a la salida.

Incluso Jet enmudeció ante lo que acababa de suceder. El rastro de sangre que la rosada había dejado en el suelo pareció darle una nueva perspectiva a su pensar.

-R-rayos yo-yo no...-.

Sonic le sostenía del cuello de la camisa y Silver le observaba con rabia. Por otro lado, Knuckles y Blaze sostenían fuertemente a Rouge quien estaba dispuesta a abalanzarse contra el causante de todo esto y hacerlo trizas.

Shadow en cambio se quedó ahí observando todo en cámara lenta unos segundos, asimilando lo sucedido.

Sangre...

Rose...

De pie; y con toda la rapidez que sus años de ejercicio aún despiertos en él se abalanzó contra aquel sujeto que no pudo hacer otra cosa que intentar cubrirse lo mejor que le era posible.

El alborotó entre el alumnado alertó a los docentes que antes de que las cosas se intensificaran detuvieron el pleito.

Entre dos maestros le sostenían de cada brazo y le obligaban a salir de la cafetería ante la atenta mirada de los presentes.

Jet y su cara magullada podía caminar por su cuenta y también salió del lugar mientras algunos coreaban el nombre de moreno en señal de victoria.

Sentado en la oficina del director no pudo sino sentir una sensación de deja vú albergarle. Había estado sentado en ese sitio tantas veces antes que había perdido toda validez.

A su izquierda esta ese idiota de Jet; tenía un ojo morado y restos de sangre seca en la comisura de la boca.

-Eres un imbécil Robotnik... ¡Mira en que problema nos has metido!-le reprochó.

Le dolía la cara y a juzgar por como se veía su uniforme, posiblemente tenía algún hueso roto.

-Cierra la boca de una jodida vez-respondió ásperamente generando el silencio que tanto necesitaba.

Sí, Jet le tenía miedo y ahora con lo sucedido ya le tenía mucho más.

Seguía pensando en Rose y en como estaría. Por primera vez desde que la conocía sentía verdadera preocupación por saber como se encontraría.

Ahora estaba ahí sentado al lado de un idiota esperando que le dieran la noticia de que al fin le expulsarían.

No estaba tan mal, honestamente no le importaba.

La puerta se abrió dejando entrar al regordete director acompañado de quien pudo suponer era el padre de Jet. Un hombre alto y de traje elegante que traía en el rostro una expresión arrogante.

-Tome asiento señor Hawk-señaló un lugar al lado de su hijo y tomó asiento el también-Dadas las circunstancias, me parece que lo correcto es escuchar las versiones de ambos muchachos antes de tomar una decisión-.

El adinerado hombre asintió sin más y tras aclararse la garganta le dio un manazo a su hijo indicándole que esperaba que empezase a relatar su versión.

-Bien...-con la mano en el pecho, tosió-Yo estaba en la cafetería almorzando con mis amigos sin molestar a nadie cuando esa chica Rose tropezó cerca de mí-seguía quejándose del dolor en sus costillas-Cuando quise ayudarle, este bruto salvaje se lanzó sobre mí y bueno, lo demás pueden imaginarlo...-.

Shadow no hizo ningún comentario al respecto; en tanto el director asintió esperando que continuase su relato.

-Entiendo, entiendo...-centrando su atención en el moreno, el hombre le señaló-Muy bien, Robotnik, cuéntanos que sucedió-.

No tenía planeado hablarlo, ni siquiera iba a molestarse en emitir algún sonido de afirmación o algo por el estilo.

Sin embargo le fue muy difícil contenerse al mirar esa cara de satisfacción el rostro del imbécil de Jet al relatar su versión.

Después de lo que le hizo a Rose comprendió que ese bastardo no había tenido suficiente.

-Rose cayó...-la imagen de su rostro asustado y cubierto de sangre le provocó un escalofrío-La hizo tropezar con el pie y trató de lanzarle algo-Seguía relatando-Entonces ella sangró y huyó del lugar...-.

Los presentes le observaron y antes de que Jet pudiese replicar, el director tomó la palabra.

-Gracias Robotnik-centró su mirada en el empresario-Creo que ambos podemos estar de acuerdo en que ambas historias tienen como punto centrar a la señorita Rose...-

-En efecto-el hombre habló al fin-Sin embargo, nada justifica el grado de agresión con el que se le ha tratado a mi hijo-continuó, evidentemente molesto-Y no puedo ni pienso tolerar que situaciones como estás queden impunes...-.

Escuchaba al tipo hablar con soberbia y arrogancia; incluso sentía su mirada sobre él tratando de hacerle sentir poca cosa.

Algo que no funcionó...

Ya se sentía así desde mucho antes.

-Entiendo...-seguía tranquilo y sin inmutarse-¿Qué sugiere entonces que hagamos ante esto, señor?-.

-A no ser que quiera una demanda, quiero que expulsen a este muchacho del plantel-.

Lo esperaba, era lógico.

Dio una rápida mirada hacía el director y este a su vez también le miraba.

-Una demanda siempre es un proceso complicado señor The Hawk, pero entendiendo su molestia, sin duda alguna...-el hombre abrió uno de los cajones en su escritorio y sacó un fólder con el número de expediente de Jet impreso en él-Y hay que ser conscientes de que, dadas las circunstancias el historial de Jeffrey debe ser analizado para constatar que su versión de los hechos es la correcta-.

-¿Qué es lo qué está insinuando?-Ofendido, el hombre no parecía nada contento con que sus pretensiones fuesen puestas en duda de ese modo-Mi hijo fue agredido por este chico salvaje y quiero justicia-.

Antes de que el director pudiese responder el sonido de la puerta interrumpió sus intenciones.

-Pase...-

Al abrirse; un puñado de jóvenes entraron de manera ordenada para sorpresa de los adultos; parados a no más de 20 centímetros de donde Shadow se encontraba, Sonic, Silver, Knuckles, Blaze y Rouge hicieron acto de presencia, acompañados de un último sujeto al que no pudo reconocer en ese momento.

-Director...-Blaze tomó el mando de la conversación-Creemos que antes que todo usted y el señor The Hawk deben ver algo de suma importancia para esta situación-.

-Muy bien, muéstranos entonces-.

La joven dio una rápida mirada hacia sus amigos y todos asintieron como una confirmación de que eso era lo correcto.

-Espio, por favor muéstrale el vídeo-Pidió.

El aludido -ese rostro que había desconocido en un inicio- se abrió paso entre la multitud y le entregó su cámara de vídeo al hombre al mando.

-Soy un cineasta amateur y hoy intentaba hacer un documental con respecto a la comida que se sirve en la cafetería-dio un pequeño preámbulo del porque estaba a grabando en la cafetería-Todos hablan cuando creen que nadie está escuchando...-Continuó y su mirada se centró un momento en el muchacho que yacía herido en la silla-Por favor, presione play...-

Obedeciendo al dueño de la cámara una imagen ligeramente borrosa se presentó frente al director; en primera instancia cientos de jóvenes comiendo y conversando animados; algunos besuqueos, otras riñas sin importancia, nada aparentemente inusual mientras la cámara se movía de un lado a otro, captando todo a su alrededor.

Dos escenas después la imagen de Amelia Rose se hizo presente desde lejos acompañada de los jóvenes que ahora estaban ahí parados en silencio; nada relevante hasta que una voz no muy lejos se escuchó dentro del aparato electrónico a tiempo que la joven se ponía de pie.

"Ahí viene la gorda..." se escuchó y la cámara se giró violentamente hasta donde se Jet y su grupo de amigos se encontraba "50 dólares a que la hago caer y todo en la cafetería va a temblar" añadió después y todos rieron ante esto.

Alzó la vista para mirar al joven y a su padre que no hizo otra cosa que agachar la mirada al verse descubierto.

"Ya viene, ya viene" y segundos después el ruido de algo cayendo contra el suelo se escuchó dentro del vídeo para posteriormente pasar a la joven en el suelo y una serie de imágenes movidas debido al ajetreo que se generó después.

-Gracias Espio, es suficiente-le entregó el aparato al joven y este regreso hasta donde sus compañeros-En vista de las circunstancias y dada la nueva evidencia mostrada ¿Qué considera pertinente, señor The Hawk?-.

Abrió la boca para responder, pero no le fue posible dado a que las miradas de todos los presentes se centraron en el de manera despectiva y amenazante.

-¿En dónde está la chica?-Inquirió, levemente menos seguro de sí.

-Se fue a casa-Rouge respondió-Imagino que la humillación pública es casi tan dolorosa como el dolor físico y emocional al que fue sometida y ello le brinda esa pequeña libertad, ¿no?-añadió con sarcasmo.

Ninguno de los varones The Hawk pudo responder ante esto; Shadow en tanto solo se mantenía en silencio y expectante ante lo que sea que pudiese suceder.

Jamás creyó que ellos estarían ahí mostrando pruebas a su favor.

-No presentaremos cargos-Continuó-Si cree que la expulsión es el castigo pertinente para que mi hijo pague por lo que ha hecho, lo aceptaremos-.

-No le expulsaremos-El director parecía ligeramente feliz con su veredicto-Dos semanas de suspensión y dos meses de trabajo comunitario en la cafetería y biblioteca serán parte de su castigo-.

El hombre de negocios asintió sin más y antes de que pudiesen decir algo más tomó a su hijo por el hombro y le obligó a salir de la oficina casi a rastras mientras este se quejaba del dolor.

A solas el grupo de jóvenes y el director se permitieron relajarse.

-Ahora, hablaremos de tu castigo, Robotnik...-aunque Shadow evitaba mirarle, sabía que le escuchaba atentamente-No voy a negar que lo que hiciste estuvo mal pues como dijo el señor The Hawk, nada justifica esa agresividad, pero dado a que tus intenciones eran buenas al tratar de ayudar a la señorita Rose decidí que tu castigó será firmar la responsiva que el Señor Gray te presentó durante su reunión-tomó un papel con algo transcrito en él y se lo tendió-Si te comprometes a salvar todas tus materias y volver al equipo de Baseball evitarás la expulsión-.

¿Debía firmar?

La mirada atenta de esos que dieron la cara por él seguía firme, alentándole. Como una especie de magia o presión que le indicaba que era hora de seguir adelante, por su bien.

-Que más da...-Dijo al fin resignado y tomó la pluma que descansaba sobre el escritorio y firmó aquella responsiva.

Segundos después, todos gritaron emocionados y comenzaron a aplaudirle.

-Estoy orgullosa de ti-Rouge se acercó hasta él y le envolvió en un abrazo que él no pidió, más no hizo de huir esta vez-Gracias por ayudarla...-le susurró antes de soltarle y algo hizo click en su cerebro.

Rose...

Al salir de ese lugar tomó sus cosas lo más rápido que pudo y se dirigió rumbo a la salida con la firme intención de llegar a su hogar y buscar a Rose. Tan solo quería asegurarse de que estaba bien y todo podría volver a la "normalidad".

Con pasos rápidos se abrió paso entre la multitud que se congregaba en la salida y poner un pie en la salida el ruido de las sirenas policiales le hizo detenerse.

-Joven Robotnik, buenas tardes...-Habló el oficial de la mañana y se detuvo frente a él-Honestamente creí que olvidaría nuestra cita y decidí venir personalmente a hablar con usted, ¿por qué no sube a la patrulla y lo llevo a casa?-Sugirió.

Shadow no se atrevió a mover ni un músculo; no creía que eso fuese ni adecuado ni tampoco seguro para su integridad.

Algunos miraban curiosos la escena y la posibilidad de que Shadow fuese a la cárcel por lo que le hizo a Jet estaba ahí.

-Suba, no creo que le guste llamar la atención-.

Derrotado, tan solo subió y ante la atenta mirada de quien aún estaban en la entrada el auto arrancó.

Unos segundos de silencio se instauraron entre ambos varones y fue el mayor quien rompió el hielo al detenerse frente al semáforo en rojo.

-Vaya lío el de mañana-Remembró y Shadow no respondió-Algunos testigos dicen que jamás habían visto tanta sangre en un mismo espacio...-.

No entendía a donde pretendía llegar con ello, por lo que optó por guardar silencio en un intento de no empeorar las cosas.

Ya había tenido un día complicado y el que ese tipo estuviese ahí haciendo preguntas y conjeturas tan solo era la cereza sobre el pastel de un día de mierda.

-Siendo serios Robotnik, hay motivos suficientes para creer que tienes algo que ver en el incidente, pero en vista de que no puedo probarlo, quiero que confieses-.

¿Pruebas? ¿Desde cuando el estaba implicado en algo como eso?

-No sé que es lo que pretende, pero yo no tengo nada que ver con ello-.

-Hay muchas cosas que no cuadran...-.

Aún con todo, tampoco podía dejar que le acusasen falsamente por algo que no cometió.

-¿Y por ello significa que yo lo hice? ¿Qué razón tendría yo para alterar el orden de mi único sostento económico?-.

Tenía un punto; y pese a su evidente molestia debía concederle un poco de razón.

-Los jóvenes son impulsivos, Robotnik... algunos de los inquilinos te han visto pasar mucho tiempo con una señorita de los pisos superiores... ¿No sería lógico suponer que te gustaría llamar su atención?-.

Seguía pareciéndole tan estúpido todo esto y aún así tuvo la suficiente valentía para encarar al tipo que dudaba de su palabra.

-¿Llamar su atención implica que alguien salga herido?-cuestionó con ironía-No sé como sería en sus tiempos, pero definitivamente no se comquistaría a una chica con un escenario como el que plantea-.

Sonaba tan idiota que fue por puro autocontrol que no se echó a reír en la cara del bigotudo hombre a su lado.

Simplemente no tenía ningún sentido que estuviese suponiendo que el tenía algo que ver solo porque compartía tiempo con Rose.

Era como si solo buscase alguna excusa tonta para hacerle confesar algo de lo que ni siquiera estaba enterado.

A estas alturas no tenía idea de había sucedido en realidad y ese tipo seguía ahí sentado cuestionando cosas tontas en vez de ponerle al tanto con lo que de verdad importaba.

-Eres un jovencito muy suspicaz-Le alagó-Ante esto, el moreno no se inmutó-Debo decir que me alegra que entiendas la gravedad del asunto, es decir, el que no hayamos encontrado un cuerpo no significa que no se haya cometido un crimen-.

Esa última frase le provocó un ligero escalofrío que le fue muy difícil disimular.

-Es una pena, sin duda-.

El detective asintió.

-Si somos lo bastante positivos, podríamos pensar que la víctima aún está con vida...-continuó su discurso-¿Crees que haya motivos para pensar que alguien en el edificio sufre malos tratos o está en peligro?-.

Al pensar un momento en lo que acababa de preguntarle, Shadow se tomó su tiempo para responder.

Había una duda en su interior sobre si era lo correcto o no hablar sobre sus sopechas.

-A veces escucho ruidos fuertes a durante la noche provenientes del departamento que está justo arriba del mío-Hablo al fin, dubitativo-Y algún tiempo atrás el sujeto que vive en ese departamento estaba ebrio e intentó agredirme físicamente sin obtener resultados debido a su estado...-.

El policía parecía bastante complacido con la información que le era proporcionada.

-¿Hay algo más que recuerdes?-.

Entre el mar de pensamientos que surcaba su mente, Shadow dudó por unos segundos en hablar de aquel extraño incidente.

Sin embargo y aún con todo lo que implicaban sus palabras sabía que debía hablarlo tarde o temprano.

-En una ocasión salí a tomar aire y cuando caminaba por los pasillos encontré a uno de los inquilinos con una actitud sospechosa-recordaba esa ocasión y aún le parecía irreal-Al seguirlo llegó al cuarto de lavado y lucía desperado intentando lavarse las manos, como si hubiese estado implicado en una pelea... o algo similar-Relató al fin y el sujeto seguía complacido con la información.

-Muy bien, puedes irte... gracias por tu honestidad y ten una linda noche, Gerald-Se despidió al aparcar justo frente a los condominios y Shadow bajó con rapidez.

Subió las escaleras y al abrir la puerta lanzó su mochila cerrando la puerta tras de si.

Solo al fin se permitió desplomarse en el suelo dejando que todo es cúmulo de emociones saliera al fin...

Todo ese día había sido una mierda, pero al menos estaba en casa y ya no tenía que fingir que toleraba a los demás.

Ahora estaba ahí sentado recargado contra la puerta sin saber que hacer o como es que debía sentirse después de todo lo sucedido.

Tantas cosas, tantas complicaciones y el era muy idiota para poder lidiar con todas...

De pie; salió de su departamento y se abrió paso rumbo a la azotea tan solo para llenar de aire sus pulmones.

Necesitaba serenarse y decidir que debía hacer después.

Al llegar, el aroma a rosas inundó sus fosas nasales y vio a lo lejos aquella figura rosada darle la espalda mientras reposaba sobre la corniza.

-¿Por qué estás aquí?-Cuestionó al acercarse a ella y notar como su suéter estaba sucio y ensangrentado-¿Rose?-.

Y ella estaba ahí sentada mirando a la nada mientras las lágrimas en sus ojos se mezclaban con los restos de sangre seca que quedaban en sus mejillas y sus piernas se mecían de un lado a otro entonando una cancioncilla que no reconoció.

-¿Rose?-Le hablo de nuevo y ella siguió ignorando sus llamados.

Su feo gorro de lana ahora empapado en sangre le daba un toque macabro y su ropa sucia aderezaba tal suposición.

Era poco alentador por decir lo menos; verla en ese estado tan deplorable no hizo sino revolverle las entrañas.

Tomó su hombro obligándole a mirarle y en sus orbes vacíos y llenos de lágrimas pareció recobrar un poco el sentido.

Estaba fría y bastante pálida, tal como una moribunda y esto le alertó.

-¿Fuiste al hospital?-Pregunto y ella negó sin mirarle-¿Cuánto tiempo tienes aquí? Vas a pescar hipotermía si sigues enfriándote-.

La observó hacer el intento de bajar, pero sus piernas y todo su cuerpo no dejaba de temblar. No supo si de frío, no supo si de dolor.

Solo estaba ahí, presa de muchas sensaciones que la sobrepasaban.

-Voy a llevarte a tu departamento-Le dijo tomándola sin ninguna clase de difícultad y ella se negó.

-N-no...-entrecortada, su voz luchaba por hacerse notar-N-no qui-quiero ir a ca-casa...-

Y aunque sabía que no era lo correcto, no pudo negarse. Lo último que quería era alterarla aún más y que las cosas se complicasen.

Caminó hasta su departamento y se abrió paso hasta el sofá depositando a la joven con delicadeza.

Al verla más de cerca notó que sus labios estaban ligeramente morados y aún seguía temblando debido al frío.

Tomó unas mantas y se las colocó encima a fin de brindarle un poco de calor y en la cocina encendió la tetera para preparar un poco de té.

Ella estaba ahí sentada aferrándose a sus piernas sin intenciones de dejar de llorar o moverse de aquella posición.

Tal como si fuese una niña perdida y desubicada.

-Rose-Le llamó y ella no respondió nuevamente-Necesito que te recuestes-pidió y a esto si obedeció.

Sin saber a ciencia cierta que hacer, se acercó hasta ella y quitó aquel gorro de lana para descubrir vendas empapadas que ya habían perdido la batalla algunas horas atrás.

Supo entonces que debía limpiar aquella herida si quería que la chica mejorase un poco; aunque sin nada que pudiese ayudarle con dicha tarea comprendió que debía ir a la farmacia y comprar los instrumentos necesarios.

Tomó su billetera y la observó aún recostada sobre el sofá; lucía más tranquila y eso ya era una pequeña victoría.

Salió entonces con rumbo a la farmacia de la esquina y se propuso no tardar más de diez minutos en regresar por ella.

Porque por primera vez ella de verdad le necesitaba...


Continuará...
Bella Solesc26251 ailobiu mailob♡
Se cuidan y gracias por leerme, en serio.
Dispensen las faltas, así lo revise mil veces, ya no doy para más..
Atte.
Gri

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