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Xenofilia

Xenofilia: Atracción por las costumbres, características o personas extranjeras.

Advertencia:
Este capitulo no va con el fin de burlarme u ofender a ningún país del que se haga mención. Solo va con el fin de entretener.

Yoongi observó su itinerario con cansancio, aquel día había amanecido con un terrible dolor de cabeza que aumentaba con el pasar de la horas y sabía que se pondría peor con todo lo que tenía que hacer.

Estando en el aeropuerto de la isla jeju, dió un último vistazo antes de observar a aquel grupo de turistas bulliciosos que esperaban ansiosos en un lugar apartado del resto esperando por él y su equipo. Suspirando fue hasta ellos con una enorme sonrisa que ya estaba acostumbrado a fingir.

—Buen día, señoras y señores, niñas y niños, espero se encuentren muy bien y que su viaje haya sido de total agrado. —La atención cayó totalmente sobre él, siendo halagado entre murmullos por su buen español y asoecto. Él rió ante ello—. Mi nombre es Min Yoongi, y este es mi equipo de trabajo. —Señaló a dos chicos a su lado, una mujer y un hombre que sonrieron en grande, alegrando aún más a los turistas—. Somos de Lotte Hotel y nos encargaremos de su estadía en estás vacaciones, también seré su guía turístico y les mostraré las maravillas de este lugar. Así que si están preparados para todo lo que se nos viene, acompáñenme a su nuevo hogar durante este tiempo que es donde comienza la diversión.

Extendiendo su brazo, señaló, dando paso a dirección al bus que los esperaba, muchos de los turistas no lo hicieron esperar siendo niños los primeros en correr para subirse. Yoongi aún con su sonrisa observaba y detallaba las nuevas caras y razas del lugar, sin ignorar a las mujeres y hombres que le hacían ojitos.

Ciertamente su dolor de cabeza se había disminuido luego de ver muchos cuerpos hermosos y agradece que esa ocasión le haya tocado el grupo de latinos. Nunca decepcionan con sus prominentes curvas, y grandes pechos, hasta los hombres tenían lo suyo, con grandes hombros, piernas fuertes y sin mencionar los redondos y altos glúteos que podían portar ambos sexos.

Relamió sus labios y observó a sus dos compañeros que parecían tener el mismo pensamiento al subir al autobús.

Ya en el hotel avisó a los turistas, que durante la noche habría una cena de bienvenida, dando más tarde lugar a espacios donde los padres podrían dejar a sus hijos mientras ellos iban al bar o a las piscinas.

La mirada de Yoongi iba de aquí allá en lo que hacía su trabajo sin perder de vista a los cuerpos que ya se paseaba en traje de baño cerca de la recepción. Bikinis pequeños que mostraban dos tonos distintos era lo que más llamaba su atención haciéndole saber que ya venían bronceados de otro lado. En serio que se volvía loco porqué alguno de ellos lo invitará a su habitación esa noche.

—Hola mijo. —Una señora se atravesó en su campo de visión, llevaba un gorro y pareo completo junto a unos lentes, morena como cualquier otro latino en ese lugar, no era gorda como las señoras que solían visitar al lugar, al contrario se veía bien cuidada y joven, pensó Yoongi.

—Hola, ¿Puedo ayudarle en algo? —preguntó con esa sonrisa que calmaba a cualquiera que tuviera una duda.

—Si mi niño, al parecer hubo una equivocación con uno de los cuartos de uno de mis muchachos. —El acento que portaba la mujer le hizo eco a Yoongi y aunque lo comparo con el dominicano o puerto riqueño que había escuchado antes, había algo en este que lo hacía diferente e incluso le pareció sensual. Desecho rápidamente el pensamiento al recordar que era una señora que podría ser su madre.

—Mami, ya estoy aquí, ¿pudiste resolver? —De nuevo el acento pero está vez en alguien más que le causó atracción inmediata a Yoongi hacia la persona que llegaba. Un joven de cabellos castaños, piel morena que a Yoongi le pareció la más reluciente que haya visto, y cuerpo que parecía esculpido por un montón de artistas profesionales.

—Noo chicoo, estaba por decirle el problema. —Señaló a Yoongi y fue entonces que la mirada del castaño reparó en él. Yoongi observó las facciones del muchacho y le extrañó que parecieran asiáticas—. Niño, sucede que hay alguien más en la habitación de mi hijo, yo no entiendo que pasa, pero en cuanto mi hijo abrió esa puerta había un señor que decía que esa era su cuarto.

Yoongi trató de procesar todo lo que la mujer había dicho y es que su acento lo confundía, las palabras sonaban incompletas y varias de ellas que llevaban R la terminan cambiando por la L.

—No se preocupen, solucionaremos su problema de inmediato. Dígame el número de su habitación —dijo acercándose a la computadora de la recepción.

En cuánto escucha la voz del chico hablar su madre no pudo evitar que la sangre le recorriera directamente al pene, palpitando en el proceso.

—¿Nombre?

—Park Jimin

—¿Eres coreano?—Yoongi sintió curiosidad ya que no era común que un latino tuviera tal apellido.

—Mi padre lo es. —Jimin sonrió mostrando una hilera de relucientes dientes—. Yo nací y me crié en cuba. Apenas papi se decidió en traernos a conocer sus tierras. —Explicó.

La madre de Jimin decidió dejar solo a su hijo en vista de que ya podría arreglarselas solo, y fue en busca de su marido.

—Eso explica el acento, creí conocerlo, pero realmente no, es la primera vez que vienen cubanos aquí.

—Vaya, yo adoro ser el primero en todo. —La manera en que habían salido aquellas palabras de su boca hicieron tragar duro a Yoongi. Evitando esa seductora mirada a atoda costa, puso la suya devuelta al computador.

—Bien, efectivamente, hubo una confusión hay dos personas registrados en ese cuarto, tú y supongo que con quién te encontraste. ¿Te gustaría que te asignaramos a otra habitación o que se la asignemos a la otra persona?

—él ya ta’ ahí, así que asigname otra a mí, por favor.

—Seguro… Está es la nueva. —Extendio la tarjeta siendo cambiada por la que Jimin tenía antes—. Pido disculpas de parte de todo el hotel y aquí tienes un vale para que puedas tener una hora extra durante el buffet.

—Oh, chico, pero vale la pena que ocurran estos errores, si estas serán las recompensas. —Jimin le guiño el ojo—. Espero verte pronto, nene.

—Seguro…—Si Yoongi creía que los latinos eran irresistibles el primer puesto de todos definitivamente se los llevaban los cubanos, especialmente ese chico.

La hora del buffet ya había llegado y como todos los demás trabajadores el tenía que estar allí, supervisando y ayudando en lo que pudiera. El salón, ya se había llenado y los ojos de Yoongi solo podía buscar a alguien en específico. En cuanto no lo vio, se rindió pero una presencia a su lado lo asustó.

—Chico, pero no te me vayas tan rápido de este mundo.—dijo la mujer que hace un rato había atendido, la mamá de Jimin junto a su familia, un hombre que supuso era su marido y dos chicas incluyendo al castaño ahí.

Hay que apurarnos, ya estoy partido al medio de tanto esperarlas, mujeres—. La voz de Jimin hizo eco, llamando su atención.

Jimin, por el amor de Dios, chico, tú solo piensas en comida —dijo una de las chicas.

—¿Que tal? Familia park ¿cierto? —Se atrevió a preguntar recibiendo una respuesta afirmativa de parte del hombre mayor. Antes de poder decir algo más la mujer lo interrumpió.

—Pero niño…¿tú no eres el que estaba hace un rato en la recepción? —pregunto la mujer. Yoongi asintió con gracia.—Crei que eras otro, es que todos ustedes son igual, muchacho.

Minerva, por Dios… —Su marido había hablado con un perfecto español casi llegando a imitar a la perfección el acento, Yoongi supuso que se debía al tiempo que tenía con su familia cubana. La mujer no le dió importancia a su marido y siguió hablando

Yoongi rió y es que desde que trabajaba en el hotel supo que los latinos siempre confundían a los asiáticos y creían que eran iguales.

Bueno, ¿que pasa? yo si te digo, que cuando conocí a este hombre —Señalo a su marido hablando con yoongi—, me pareció espectacular, y cuando me trajo pa’ acá, todo igualitos a él. Es primera vez que traemos a los chamos a conocer el lugar

—Mami, no le cuentes eso a él. A el que le importa nuestra vida, respeta. —Regaño está vez el chico a su madre. La señora chasqueó la lengua restándole importancia.

—No se preocupen... Pueden pasar, su mesa ya está lista. Que disfrute del buffet.

—Gracias mi niño.

Todos pasaron en fila siendo Jimin el último, este le sonrió seductoramente sin apartar su mirada de él hasta darle la espalda por completo. Antes de perderse dentro del salón pudo escuchar a una de las hermanas decir—: Ese tipo es un mango, chica.

Yoongi realmente no entendió aquello y tomó nota mental para buscarlo más tarde en su celular.

No tardó mucho en enterarse que hablaban de que era atractivo, lo que no sabían es que para él, el mango realmente era ese tal Jimin, y debía de admitir que tenía mejor cuerpo que las hermanas mismas.

Mierda, incluso Yoongi tuvo que masturbarse esa noche con la imagen de un recién conocido recordando la dulce voz con aquel atrayente acento.

Al día siguiente debía llevar a los turistas a conocer la isla. Tenía para el primer día algo que le facilitaría las cosas a él, los llevaría a la aldea, dándoles un aburrido recorrido, para luego llevarlos a la cascada wonang, dónde esperaba que se cansaran la mayoría de visitantes para a la hora de la cena muchos se fueran a dormir y aligerar él su trabajo.

De camino a la aldea, Yoongi presentaba todo lo que pasaban cerca del autobús abierto, mientras que los turistas observaban todo con genuina fascinación.

La mirada del turista se movía de un lado a otro, viendo los rostros sorprendidos de los visitantes, también se movían a las zonas que señalaba que tanto conocía de memoria, pero aún así su mayor atención divagaba en aquel chico que tomaba fotos a todo, embelesado de lo que la isla le podía enseñar. Tampoco fue ajeno a las tímidas miradas que el chico le daba cuando creía que no lo estaba viendo o no le prestaba atención, cuando en realidad su visión periférica se encontraba directamente en él, disfrutando de la atención que le ponía.

Luego de la aldea fueron a parar a la cascada. Los coreanos que visitaban el lugar, solían usar trajes de baño completos o ropas que pudiesen mojar, realmente se consideraban más recatados. Pero ese no era el caso con los latinos y aunque les advirtió que las aguas de aquel maravilloso lugar probablemente estuvieran heladas, ellos no dudaron en quitarse las ropas hasta quedar en trajes de baño dejando sus pieles al aire.

Había ignorado que en algún punto alguno de los turistas habia llevado una corneta inalámbrica de música, y habían puesto canciones que era muy comunes en el sur de américa, como la salsa, merengue o bachata, también algo de reguetón. Claramente conocía muchos de esos géneros luego de haber trabajado con latinos durante tanto tiempo. Y aunque la música no fuera de su total estilo, realmente no le molestaba, mucho menos si sacaban esos pasos que para él eran totalmente sensuales.

Sentado sobre una roca seca, Yoongi pensó que así es como podría verse el paraíso.

¿Era un pervertido por estar duro mientras observaba a las personas bañarse? Probablemente. ¿Alguien se daría cuenta? Tal vez. ¿Le importaba lo que pensaran los demás? Definitivamente no, así que mientras él no viera al chico que realmente lo ponía duro como las rocas del lago, su polla y dignidad estarían bien. Entonces, cometió el ridículo error de preguntarse dónde estaba ya que no lo observaba y buscarlo en todo el lugar.

—Hola

—¡Mierda! —Yoongi con la mano en el pecho trató de calmarse, encontrándose con la persona que tanto buscaba a su lado

—Perdón nene, no querías asustarte. —Realmente si no lo mataba de un susto, tal vez si de excitación, porque esos shorts que se cargaba deberían ser ilegales. El rojo definitivamente se convertiría en su color favorito.

—Tú y tú familia siempre aparecen así? —Jimin se encogió de hombros con una sonrisa que Yoongi considero perfecta—. ¿Sabes coreano? Dijiste hola hace un momento.

—Oh, solo un poco. Sería un colmo que no lo hablara teniendo un papá coreano.

—Claro… —Su mirada fue a parar en su pecho goteante de agua donde le llamó la atención dos preciosas areolas marrones que quiso chupar. Justo debajo de una de ellas, en su costilla había un tatuaje.

—¿Por qué no te das un chapuzón, chico? Mira que te hace falta agarrar un poquito e' color.

—No tengo permitido hacer tal cosa en horas de trabajo.

—Debe ser muy aburrido entonces.

—No realmente, puedo venir en mis tiempos libres.

—¡Qué bacano, chico! —Yoongi frunció el ceño ante la palabra, pero no le tomó importancia, supuso que significaba algo bueno si Jimin se mostraba entusiasmado. —¿Hace cuánto que trabajas aquí?

—¿Cinco años? —dijo con duda. realmente no estaba del todo seguro.

—Eso es un montón, nene.— ahí está de nuevo ese punzón en su pene que reaccionaba con esa palabrita.

—Si, pero no está mal. Me gusta.

—Eso es lo importante, que te guste, chico.

—Si, claro… —En serio estaba siendo una total tortura tener que ver el cuerpo de aquel hombre semidesnudo. —Yo creo que ya es hora de irnos… Tal vez puedan seguir en la piscina del hotel.

—Oh bien, iré a avisarle a mi familia.— Yoongi asintió y observó como Jimin se alejaba y cómo con ello sus glúteos se elevaban con cada paso en su andar.

Ya en el hotel Yoongi había decidido cambiarse ya que su uniforme se encontraba algo húmedo gracias a la cascada y el viento que llevaba las gotas hacia diferentes lugares, humedeciendo un poco. Estando afuera se repitió la rutina de atender a los comensales en el gran salón. También le tocó cuidar uno que otro niño en los salones de recreación mientras sus padres hacían quien sabe que. Quiso pensar en que no le pagaban lo suficiente por ello, pero la verdad es que si lo hacían, así que no tenía ni como quejarse aunque quisiera. En todo ese rato no se encontró con Jimin ni de casualidad y aunque se sintió un poco decepcionado por ello, tenía más trabajo que preocuparse en dónde se había metido un huésped.

—¡Yoongi! —suspiro frustrado y volteo sus ojos con fastidio antes de darse vuelta al llamado de su amiga y compañera.

—¿Ahora que, Jieun?

—Quita esa cara hombre, necesito que me hagas un  favor ¿Puedes?

—No

—Por favor, solo esto y prometo hacer lo que me pidas el resto de estás vacaciones.

—Soy tu superior, tienes que hacer lo que te pida.

—Hombre, no seas amargado, solo necesito que me cubras en el spa, solo es un huésped.

—¿Qué? No, estoy demasiado cansado como para hacer un masaje a alguien.

—Ven…— la mujer se lo llevó a rastras dejándolo frente a una de las tantas puertas que tenía el spa.

—No lo haré, ya te dije, que estoy demasiado cansado como para…—La mujer había abierto la puerta silenciosamente dejando ver al huésped boca abajo dándole la espalda a la puerta, dejando ver dos montes perfectamente redondos tapados por una diminuta toalla que dejaba ver el surco de sus nalgas. Jieun lo miró con orgullo y cerró la boca de su amigo junto a la puerta sin hacer ruido.

—¿Y bien?

—Eres realmente malvada. —Arrebatándole el bote de aceite que le ofrecía su amiga, se tomó el tiempo para respirar y pasar. La chica se fue dejándole unas cuantas palmadas en el hombro deseándole suerte.

Ya estando adentro se hizo notar en lo que cerraba la puerta con algo de fuerza.

—Oh, te tardaste, ya estaba pensando en irme —dijo el hombre moviendo sus pies sin sacar la cabeza del hueco que tenía la camilla.

Él no respondió y parece ser que para el huésped no fue totalmente necesario.

Se mentalizó en no perder más el tiempo, por muy duro que estuviera poniéndose su miembro, él tenía un trabajo que cumplir ahí.

Embarro una buena cantidad de aceite en la espalda del chico, un tatuaje de las fases de la luna llamaron su atención en ella y sus dedos cosquilleban cada que estaban más cerca de la piel ajena. Ya pudiendo tocar como se debía, regó por toda la espalda aquel líquido. Con su dedo pulgar hizo presión en el coxis en medio de dos sexis agujeros pequeños que se postraban encima de cada nalga, subiendo su dedo por toda la columna vertebral hasta llegar a la primera luna. La presión hizo gemir gustoso al chico bajo sus manos.

El hueso de sus omóplatos también fueron apretados con delicadeza, relajando esa parte tensa. Deslizó de regreso hacia abajo, amoldando su cintura y hundiendo sus pulgares en aquellos dos huecos sin pasar a más abajo por muy tentado que estuviera. El comienzo de la línea que separaba ambas nalgas lo estaba llamando a quitar aquel cuadro de tela lanuda.

Se dió cuenta de los dos preciosos tatuajes en cada brazo en la parte trasera de ellos.

Su erección se volvió más tiesa al estar en la parte de los pies del chico. Repitió la acción de embarrar la piel de aceite comenzando por los tobillos. Doblando la rodilla consiguió que los pies estuvieran frente a él, dando un excelente masaje en cada uno, separando los dedos y tronandolos con profesionalidad.

—Válgame Dios, eso se sintió muy bien…

Yoongi tuvo que detenerse un momento en lo que se contenía de hacer algo que pudiera costarle su empleo. Simplemente estaba al borde de todo.

Dejando los pies de nuevo sobre la camilla, subió por las pantorrillas hasta los femorales. Y solo los santos saben cuanto se estuvo conteniendo Yoongi para no llegar al punto de masajear las nalgas, pero simplemente todo fue en vano. Porque ya se hallaba subiendo sus manos por ellas y regresando rápidamente a los muslos, internándose entre ellos. Jimin realmente tenía una voz preciosa, no solo su acento lo hacía pensar su miembro sino que también los pequeños sonidos de placer que expulsaba de esa preciosa boca que había detallado en la tarde.

Los gemidos pausados del chico solo le hacían tomar más confianza adentrándose más entre aquellos perfectos muslos hasta el punto de separar las nalgas dejando a la vista una perfecta entrada en la que su pene saltaba ansioso por hundirse.

—¡Oye!— Jimin se levantó rápidamente al sentir sus nalgas separarse, pero para sopresa de Yoongi se relajo al notar que se trataba de él. —Oh, chico, eres tú…

—Si, lo siento si te incomode.

—No, para nada, nene. —se apresuró a decir —Realmente eres muy bueno con las manos. Puedes seguir, solo creí que era otra persona

—¿Dices que si fuese otra persona no lo hubieras permitido tocarte así? —Jimin se encogió de hombros, con una sonrisa que Yoongi supo interpretar muy bien

—¿Por qué no sigues adelante? —dijo dándose la vuelta, mostrando su pecho ahora y una pierna doblada como una montaña.

Yoongi no quiso tomar aquello como una clara invitación pero qué clase de persona tonta sería si no lo hiciera.

Cómo había hecho antes embarró el pecho del chico hundiendo sus manos primeramente en el abdomen sintió la respiración ajena comenzará agitarse y aquello solo lo incentivo más, hundiendo su dedo en el ombligo bajando y subiendo por aquella línea de vello en todo el medio del estómago.

Aquellos marrones botones llamaron a sus manos tentativamente y él no las detuvo, masajeando con las palmas abiertas esperando alguna señal y cuando ésta llegó en un gemido y un arqueamiento de espalda no se contuvo en apretar débilmente aquellos picos duros.

—¿Se siente bien?

—Si, coño, si. No te detengas, nene.

Aquello solo había sido el incentivo que necesitaba Yoongi para poder hacer de aquel cuerpo suyo como quisieras.

Reparó en la carpa que se hacía en el paño sobre la cadera de Jimin. Ignorándola fue hasta las piernas que se doblaban orgullosas de abrirse para él. Introduciendo sus brazos bajo las rodillas, lo jaló hasta tenerlo en la orilla de la camilla. Las manos recorrieron la ingle, volviendo a parar en la separación entre las bolas y el ano, jugando con la paciencia del castaño.

—Vamos chico, mata eso, no le des tantas vueltas.

Consciente de que lo estaba apresurando, no le retrasó más la situación e introdujo uno de sus dedos lleno de aceite que se deslizó con facilidad en aquel apretado interior. Viendo cómo su dedo estaba siendo succionado, jugó con su polla por encima de los pantalones, tratando de no mostrarse desesperado al intentar soltar el botón y bajar el cierre.

Jimin se retorció de placer bajo su sucio tacto, tocando sus pezones aumentando dicha sensación. La toalla sobre su cadera ya se encontraba húmeda y sabía que dentro de unos segundos más estaría empapada, solo si así lo quería Yoongi.

El castaño sujeto la mano que lo penetraban con pasividad pero que tocaba justo ese punto que lo hacía delirar. Junto a los dedos que lo penetraban, introdujo uno de los suyos moviendolo y mostrándole a Yoongi como realmente lo quería.

El pelinegro en lugar de tomarlo como una ofensa por querer mostrarle como hacer las cosas, lo tomó como una llamada de alerta, avisándole que pronto estaría a llegar al climax, asi que junto a la mano que se mostraba mas pequeña que la suya, movió sin piedad sus dedos, provocando que Jimin sacará los suyos viendolo totalmente innecesario y estorbante.

En cuánto su cuerpo tembló y se sintió desfallecer supo que había logrado llegar al orgasmo sin si quiera tocar su pene, manchando la toalla sobre su cintura, escurriendose su semen por su ingle hasta llegar a los glúteos ensuciando la camilla.

—¿Que hay de ti, nene? ¿No quieres continuar?

La respuesta era bastante clara, sin embargo yoo gi se negó, alegando que no tenía condones, siendo sorprendido por la sonrisa perversa que le regalaba el contrario en lo que sacaba un condón detrás de su espalda. Que había estado ocultando.

—¿Cómo tienes eso?

—Esa muchachita me lo dió, ¿Jieun?

—Tú... Planteaste todo esto?

—Bueno, nene, no creerías que en mis vacaciones me iría sin echarme a alguien ¿No? —Yoongi de nuevo tuvo que detenerse un momento para procesar aquel acento.

—Y me elegiste a mi...

—Claro, tenía que hacer algo antes de que alguien más lo hiciera. —Yoongi simplemente no pudo molestarse, claro que Jieun tendría cosas que explicarle, pero ese no era el momento indicado para pensar en ello.

Con una sonrisa de medio lado, Yoongi tomó el condón y sin dudarlo sacó su miembro.

—Chico, tú si que rompes con el estereotipo de que los asiáticos lo tienen pequeño... —Sintiendose orgulloso por ello, Yoongi se colocó el condón, golpeando con la punta de su pene la irritada entrada del castaño bajo su cuerpo.

Jimin lo sintió entrar despacio, y entonces aprovechó de sentarse en la camilla apoyandose de sus manos. Si boca se abrió, viendo a su entrada expandirse dando paso, a aquel cuerpo intrusivo. Sintió sus labios ser presionado sin aviso, y una lengua aprovechada se introdujo en la boca, buscando jugar con la suya. Lamió aquellos labios como si de un gato se tratase provocando gruñidos en el contrario que le hicieron sonreír entre el beso.

Yoongi se hundió está vez sin compasión provocando una distorsión de su rostro al sentirse completamente lleno. Los ojos llorosos le recordaban a Yoongi lo mucho que se había estado conteniendo, y aún dentro del muchacho seguía haciéndolo para no correrse como un total adolescente precoz. Se justificaba con el hecho de que Jimin verdaderamente se encontraba demasiado estrecho, y jugaba con su paciencia relajando y apretando su músculos anales, bombeando hasta sacarlo de quicio.

La mano en el cabello del pelinegro y el espacio que hizo el castaño en su cuello lo invito poner su boca ahí en lo que movía sus caderas en un vaiven suave y malditamente provocador y excitante.

Jimin también movía las suyas, ayudándose de sus pies y manos, meniandose con su pene adentro como un total experto. Si seguía así, Yoongi estaba muy seguro de no poder soportarlo por mucho tiempo, así que tomando las riendas de la situación, agito sus caderas como más rapidez, golpeando contra los muslos suaves del otro, ocasionando un choque ensordecedor en la habitación.

Los gruesos gemidos que el pelinegro soltaba sobre su oído jodidamente lo estimulaban más y animaban a seguir con el trabajo que había estado haciendo.

La camilla empezaba a chirriar contra el suelo y avisándoles también que comenzaba a aflojarse, pero menos no pudo importarles a ambos cuando estaban muy cerca de correrse.

Llevando su mano a su entrepierna, Jimin no tardó en correrse luego de masturbarse fuertemente sin tener compasión sobre su eje dificultando a Yoongi las últimas estocadas luego de que se contrajera por completo y se apretara al rededor de él más de lo que debería.

Los últimos empujes le hicieron gritar fuerte sobre estimulado luego de haberse corrido por segunda vez. sintió el condón hincharse un poco dentro de su interior, sacarlo de su interior también fue una tortura, aunque ya no estaba tan hinchado el pene que tenia dentro, la sensibilidad que tenía ahí le provocó escalofríos y unos últimos espasmos antes de caer sobre la camilla.

Yoongi se sacó el condón y amarrandolo lo boto en el cesto, no son antes envolverlo en una servilleta.

—Nene, tú si que sabes complacer a tus huéspedes —Siguiendo con la mirada al pelinegro, mordió su dedo pensando en las maravillas que ese hombre podría hacer si tuvieran más de una vez.

—Me gusta dar lo mejor de mí en mi trabajo —le ofreció una servilleta para que pudiese limpiarse también. Jimin la aceptó y en cuanto terminó se levantó, para colocarse la bata que les daban antes de entrar al cuarto de spa.

—Que chevere, nene. —Amarró el nudo de su bata y lo observó sin dejar de seducirlo con la mirada. —Me gustaría que me sigas enseñando por el día las maravillas de la isla, pero por la noche... La maravillas de ti.

La manera en la que Jimin lo barrio con la mirada de arriba abajo lo convenció de querer enseñarle aquello que estaba pidiendo.

—No me negare...

—Tienes unas manos que hacen milagros, chico. Vendré seguido a recibir masajes. —El último guiño antes de salir de la habitación hizo a Yoongi desplomarse en una silla que había.

Sonrió divertido a la nada, y entonces pensó que realmente aquel día no había sido tan agotador como lo había creído y que debería hacerle favores más seguido a su amiga Jieun.

Buenas, capitulo de regalo para no dejarlas tanto tiempo sin actualización ya que estoy preparando otra historia aparte y que quiero dedicarme a ella de lleno por el momento y en cuanto la publique volveré con parafilias. Espero no tardarme mucho tiempo.

En fin, se les quiere, muchachonas. Pido disculpas si hay algun cubano y no se siente identificado con alguna palabra o lo que sea, hice lo que pude con ello. 🫠

05/10/2024

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