Cronofilia II
El término es normalmente utilizado para reflejar el deseo sexual que experimenta un niño o un adolescente hacia un adulto.
—¡Papá ya llegué!— aviso un muchacho de diecisiete años.
— ¡Estoy aquí!— se escuchó la voz del aludido, desde la cocina.
— Ven, te va a caer bien mi papá.— le dijo a su amigo que estaba en la puerta con un palito en la boca. Entraron a la cocina y vieron al hombre de espaldas cocinando algo.— Papá, te presento un amigo.
El hombre se volteó sonriendo, pero rápidamente toda esa fachada decayó al ver al dichoso amigo, que estaba lleno de tatuajes y unos cuantos piercings en el rostro.
— Hola.— trató de mostrar su mejor cara pero no le funcionó puesto que los dos adolescentes notaron su decepción.— Soy Jimin un placer.— a pesar de, le extendió su mano de manera educada. El niño la agarro y le respondió:
—Soy Min Yoongi, señor.— dijo con una fiel sonrisa, por supuesto que había notado la cara de desprecio que le dió el hombre, pero era tan común ver ese tipo de gestos a su persona, que se acostumbró a ello, era bastante normal que los padres de sus amigos les disgustara que su hijo tuviera un "amigo maleante" como lo habían osado llamar más de una vez, pero este hombre simplemente trato de no decir nada, así que él le demostraría lo contrario a lo que pensaba.
Luego de aquella presentación, el hijo le había preguntado a Jimin si su amigo podría quedarse a comer, a lo cual tuvo una respuesta afirmativa pero algo indecisa.
A pesar de haber sido amena la comida y de haber conocido mejor al muchacho, algo no le convencía a Jimin de que esté niño tuviera buenas mañas, es que solo mírenlo: Esos tatuajes, esos piercings y su vestuario, todo de negro como si fuera un mafioso. ¿Su hijo estaría metido en algún problema? Comenzó a preguntarse. El temor recorrió su cuerpo al pensar aquello.
Cuando el muchacho se fue, el padre no dudo en preguntarle si tenía algún problema o si estaba consumiendo drogas, a lo que su hijo atino a reírse en su cara, como si había dicho el mejor chiste de todos, pero al ver la cara de su padre totalmente seria, se dió cuenta de que no estaban bromeando.
— ¡Papá! Por supuesto que no. Yoongi es muy buen amigo y tuvo que ser cambiado de escuela porque sus papás se mudaron de ciudad, no tenía a ningún conocido y yo quise ser su amigo.— Trató de tranquilizar a su padre, pero aquello solo alimentaba más su teoría de que no era de fiar. Ahora pensaba que la familia del chico tuvo que irse por problemas con la mafia o algo parecido.— ¡Ya, papá! Deja de pensar cosas malas de él.— siguió defendiendo a su amigo, pero su padre simplemente no quiso escuchar y salió de la habitación.
Sería una lucha hacer que su padre acepte a su amigo
∆
Los días pasaron y con eso la constante presencia de Yoongi en la casa de Jimin. Estaba ya acostumbrado a tener al muchacho en su sala de manera relajada o comiendo sus galletas favoritas, ahora había tenido que comprar dos paquetes cada que iba por el mercado. Pero, ¿Por qué simplemente no le decía al adolescente que no se las comiera? No sabía, él solo dejaba que se las comiera y bufaba internamente, pero nunca le reclamó por ello y seguramente no lo haría.
— Papá, ¿crees que Yoongi pueda quedarse hoy?— preguntó el adolescente sin mirar a su padre ya que estaba con su mirada fija al televisor mientras jugaba con su play. El que si lo miro de arriba abajo esperando una respuesta fue el de piercings, se sintió flaquear al tener esa mirada pesada en sí. Tenía que controlarse, era un simple adolescente. Cuando estaba a punto de negarse, el hijo puso en pausa su juego y comenzó a rogarle que se quedará.
— Ay, está bien, pero...— aviso antes de que los muchachos cantarán victoria.— Vas a lavar los platos por una semana.— hizo una pausa, pensando en lo próximo que diría.— Junto a él, ya que se la pasa aquí sería apropiado que también hiciese algo.— Los miró seriamente. El hijo iba a refutar pero su amigo habló antes.
— De acuerdo.— Hizo contacto visual con el hombre de cabellos rubios ceniza.— Me parece lógico, señor.— Jimin solo asintió y se fue con un cesto de ropa al cuarto de lavado.
Luego de aquello Jimin se dispuso a cocinar para la cena, los chicos hablaban y lanzaban chistes que hacían reír al mayor por pocos segundos, cosa que le gusto a Yoongi, ya que siempre lo veía con una mirada seria y de desprecio hacia su persona, aunque ahora era más leve a diferencia de la primera vez que lo vio.
Después de comer, los adolescentes lavaron los platos como le había ordenado anteriormente Park, para luego mandarlos a dormir. Al invitado le pareció extraño, ya que apenas eran las 9 de la noche, veía eso muy temprano para acostarse a dormir.
— Toma, te presto esto para que duermas.
— ¿Siempre sueles dormirte tan temprano?— tomó las prendas que extendía el otro.
— Hhm.— Lo pensó por unos segundos.— Si, papá siempre me ha mandado a dormir temprano y yo no me quejo, ya estoy acostumbrado.— le restó importancia elevando sus hombros.
Ambos adolescentes terminaron de arreglarse y se acostaron, Yoongi se sorprendió de lo rápido que su amigo Jungkook se podía dormir, pero lo que más le sorprendió y extrañó, fue escuchar sonidos de golpes junto a gemidos en el cuarto siguiente en el que se encontraba ¿Ese era el padre de su amigo? Su cuerpo había empezado a sentirse tan acalorado y su entrepierna crecía más y más bajo los pants holgados que portaba, por supuesto que no pensaba masturbarse con su amigo a unos metros de él, así que intentó calmarse.
Esperó hasta que no escuchó más nada (lo cual fue un largo rato) y decidió levantarse para salir a indagar, aunque eso lo hiciera ver como un metiche, de paso debía ir a la cocina por un vaso de agua, así que no estaba del todo chismeando ¿cierto?
Se asomó por el pasillo y no había nada, bajó las escaleras y se encontró con Jimin en la puerta despidiéndose de un hombre, muy sugestivamente, el hombre lo beso y le dió una nalgada, a lo que él sonrió y lo empujó cerrando la puerta.
— Estúpido degenerado.— lanzó al aire sin ser consciente de que no estaba solo, fue hacia el cuarto de lavado y allí empezó a meter unas cuantas ropas en la secadora. Yoongi se quedó en la puerta del cuarto y se fijó en las ropas del mayor. Una pijama de seda y una bata transparente que dejaba ver sus hombros
— ¿Kook sabe que le gusta meter hombres a su casa mientras él duerme?— preguntaron a sus espaldas haciéndole pegar un brinco del susto y botar toda la ropa en el piso.
— ¿Qué? ¿Qué haces despierto?— preguntó con una mano en el pecho. Procedió a recoger las ropas del suelo sin mirar al chico.— Me asustaste.
— Por eso manda a dormir a Junkook tan temprano ¿No?— preguntó acercándose al hombre con una sonrisa ladina.
— ¿De qué estás hablando?— se hizo el desentendido.
— Lo ví con ese hombre y no creo que sea su novio para llamarle "degenerado" así que deduciendo por cómo está vestido y los gemidos que escuche hace un rato, puedo suponer que es un amante de una noche.— El cuerpo de Jimin se tensó por completo, pero supo recomponerse de inmediato.
— No digas tonterías, si así fuera, a ti no debe importarte eso.
— Me pregunto si Jungkook sabrá que a su padre le van otros hombres.— colocó una mano en su barbilla.
— ¿Qué? ¿Se lo vas a decir tu? Es mi hijo y si yo quiero hago que no vuelva a verte más.— Estaba enojado, ¿¡Cómo se atrevía ese niño a meter sus narices donde no le habían llamado!?
Yoongi miró hacia el techo y sonrió cínicamente. Empujó al hombre mayor hacia la lavadora y lo sujetó fuertemente del cuello.
— ¿¡Qué mierda te pasa!? Suéltame.— Trató de zafarse y de alejar al chico de su cuerpo, pero cualquier intento fue en vano. ¿Cómo podía ser tan fuerte un adolescente?
— ¿Qué tiene contra mí, señor Park?— aflojó el agarre de su cuello para ir subiendo a su mandíbula. Jimin seguía luchando contra el menor, pero era imposible.— He tratado...— Yoongi tocó los labios ajenos con su pulgar— de llevarme lo mejor que se pueda con usted.— empujó su dedo en la cavidad bucal. Jimin gimió quedito.— y usted solo quiere alejarme.— saco y metió su dedo en repetidas ocasiones, estaba encantado con su mayor y la manera en que sujetaba su brazo tratando de detenerlo, pero con el pasar de los segundos Jimin se rindió y dejo que el menor jugará con su boca como quisiera .— ¿Lo ve? Usted es como una perra en celo.
Jimin asintió en un completo trance, sacó el dedo de su boca y jaló al adolescente de su camisa para acercarlo y besarlo, no supo porqué lo hizo pero la sensación de sentirse asfixiado, acorralado y denigrado, simplemente lo excitaba descomunalmente.
Una escurridiza lengua quiso entrar a su boca y él lo permitió, jadeo cuando sintió aquella tibia lengua junto al metal de un piercing, no se detuvo a pensar en lo que hacía, chupó la extremidad con énfasis. Yoongi lo sujetó de la cintura y lo pegó a su pelvis, frotándose con ella.
— No, no, no.— Un golpe de realidad le llegó al mayor que se separó del beso, pero el menor solo aprovechó eso para ir a su cuello y lamer allí.— Para. Yoongi.— el chico hizo caso omiso.— Esto no está bien.
— ¿Por qué? ¿Por qué soy menor que usted? No se deje llevar por la edad.— metió las manos por dentro del pijama del hombre.— son solo números.— recalcó.
Park gimió al sentir las frías manos recorrer su torso y llegar hasta sus pezones, el pálido bajó hasta ellos y los mordió aún con la tela atravesada, el mayor sentía un cosquilleo en su vientre bajo y la seda del pijama se pegaba a su sudorosa y mojada piel.
No quería admitirlo pero ese niño sabía lo que hacía y lo estaba volviendo loco, sabía dónde tocar y que puntos erógenos besar.
— Usted es tan hermoso.— introdujo sus manos por los pantalones del hombre y procedió a bajarlos lentamente.— ¿Se lo habían dicho?— Su manos no se podían quedar quietas y separó las nalgas de su mayor mientras aún chupaba y mordía sus pezones.— Yo creo que sí.
El pelinegro bajó hasta el suelo para quedar arrodillado frente al goteante pene del mayor.
»— ¿Sabe?— empezó a repartir besos húmedos en sus piernas.— apenas lo ví, me dejó embobado.— tomó unas de las piernas ajenas y la subió a su hombro. Jimin estaba temblando ante sus toques, y trataba de sostenerse de la lavadora, que estaba en movimiento, lo cual lo hacía vibrar cada vez más.— Pero inmediatamente supe que iba a ser difícil que me aceptará.— respiro cerca del glande.
— Min.— lo llamó en un alarido alargado que sonó más como una súplica.
— Pero mírelo ahora.— dió una lamida al pene arrebatándole un suspiro al de cabellos ceniza.— rogando por atención.— Y fue allí donde no hizo esperar más al mayor y se introdujo el pene en su boca de manera lenta y tortuosa.
Jimin lo tomó de los cabellos, buscando más profundidad, cosa que Yoongi no le permitió, ya que quería hacer sufrir al mayor. Saboreó y delineó cada vena resaltante del pene con su piercing, por lo que el mayor era un desastre de gemido al querer ir más allá y poder conseguir un orgasmo pronto.
Min después de un rato le dió el placer de introducirse por completo el falo, y dejar que el mayor le follara la boca como él quisiera, de la manera más errática, al punto de acabar en ella. El pelinegro recibió gustoso la esencia del mayor, sintiendo el espesor por toda su garganta.
Se levantó y sujetó al mayor de los muslos para subirlo a la lavadora. Jimin lo tomó de los hombros para ayudarse a impulsarse también, chillo al sentir el frío del metal en sus muslos.
— Está frío.— manifestó.
— Pronto ya no se sentirá así.— El joven abrió la piernas opuestas lo más que pudo y el mayor apenado intento cerrarlas más el pelinegro lo detuvo.— No sé avergüence. Todo de usted es magnífico.
Alguien que le tomase la presión a Jimin porque con cada palabra que salía de la boca contraria, su corazón latía con más fuerza a tal punto de sentir como si quisiera salir de su pecho.
La fuerte respiración de Yoongi y los gemidos ahogados de Park era lo único que se escuchaba en esos momentos.
— Dígame que quiere hacerlo, por favor.— le rogó Yoongi con su cara entre su cuello. El rubio no lo pensó y asintió frenéticamente, desesperado por tener las caricias del más jóven en su cuerpo.
El pelinegro llevó su mano a su propio pantalón y sacó su pene y Jimin se preguntó cómo un adolescente podría estar tan bien dotado. Jadeó al imaginar aquel pene en su interior.
Yoongi se acercó a su entrada y dió una cuantas lamidas allí antes de escupir una buena cantidad de saliva, con su dedo índice empujó el líquido mientras veía las reacciones del mayor, su facciones lo hipnotizaba. Estaba desesperado por hundirse en él y hacerle suplicar por más, pero quería demostrarle que no era ningún puberto y que podría ser mejor que cualquiera que haya pasado por su cuerpo antes que él, así que se tomó su tiempo.
El rubio se encontraba apoyado de sus antebrazos rogando por algo más que unos tres simples dedos, tres simples dedos que por supuesto lo estaban haciendo ver estrellas.
— Mételo ya, puedo soportarlo.— le aseguró el mayor, el chico lo vio indeciso pero hizo caso, sacó los dedos de su interior y los metió a su boca, probando más del sabor de su mayor.
Tomó su pene lubricandolo con su mismo líquido pre seminal y lo acercó a la entrada del mayor que estaba a la altura perfecta. Entró de a poco para no lastimarlo pero el rubio le dolió como el mismo infierno, sabía que era momentáneo, pero sentía que se quedaba sin aire.
— ¡Yoongi!— gimió alto cuando el chico entró por completo en su interior, se sostuvo fuerte de su espalda y mordió el blanquecino hombro, dejando una marca rojiza allí.
— Lo siento, perdón, perdón. No quise.— y Jimin lo calló con un efusivo beso, le pareció tierno la reacción del chico y como se había preocupado de haberlo lastimado. Movió sus caderas para darle a entender al otro que ya podía moverse.
Yoongi tuvo que juntar toda fuerza de voluntad para no acabar en ese momento, el interior se sentía tan tibio y suave que le sacaba gruñidos de placer. Comenzó a moverse dando estocadas duras y certeras haciendo delirar al contrario
Jimin lo sostenía de las mejillas para besarlo con vehemencia, mientras su culo era fuertemente golpeado con la pelvis del blanquecino. La lavadora había detenido su movimiento y Yoongi se separó para ponerla en marcha de nuevo y sentir la fuerte vibración en sus cuerpos.
El choque de sus pieles era cada vez más rápido y fuerte, haciendo que las nalgas de Jimin se colorearan de rojo intenso. Yoongi no tuvo más compasión y sostuvo al mayor de las caderas, clavando sus dedos en ella y arremetiendo duramente contra su punto erógeno interno. El mayor apretó todos sus músculos anales y le hizo más difícil la intromisión al pálido, que comenzó a salir y entrar con más ímpetu.
El menor no soporto más y se corrió dentro del más bajo, un gemido grueso y alto hicieron temblar a Jimin y sentir cómo estaba completamente lleno, lo hizo llegar al éxtasis también.
El mayor cayó de espaldas a la lavadora, sus paredes anales palpitaron más de una vez debido al reciente orgasmo y expulsó todo el líquido que tenía.
Yoongi se colocó sus pantalones, tomó al mayor en sus brazos el cual se sujeto como koala, subió las escaleras con él encima como pudo y fue hasta la habitación del hombre. Lo recostó en la cama y lo besó tiernamente.
— Señor Park, la noche aún es joven.— dijo mientras se quitaba su camisa, Jimin lo observó con cansancio.— Y yo también.
El hombre gimoteo cuando el chico le quitó también sus prendas superiores y se dispuso a besar y chupar cada parte de su pecho, otra vez estaba duro.
— Espera.— lo tomo del rostro y lo acerco al suyo, miro los ojos negros del menor y como estaban dilatados probablemente igual a los suyos.— Prométeme, que Jungkook no va a enterarse de esto.— sus ojos le suplicaban a Yoongi con temor que no saliera nada de su boca. Él sonrió y lo besó calmadamente.
— Será nuestro secreto, señor Park.— aquella promesa se cerró con un beso tierno para luego continuar en lo de antes y dejar marcas por todo el esbelto cuerpo del rubio.
Al menos Yoongi había logrado su cometido. Jimin ya no lo vería como un maleante y se había ganado su confianza para dejarlo entrar a su casa, y tal vez también a su cama.
07/06/2023
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