Clastomanía
La palabra "clastomanía" está formada con raíces griegas y significa "deseo morboso de romper cosas".
Continuación de "Aerofilia"
— Bonito lugar.— dijo Jimin observando el restaurante al que lo había llevado su marido.
— Lo más bonito para el ser más bonito de todos.— respondió jalando la silla para que el contrario se sentara.
— Oh, no me digas que ahora te volviste poeta— Interrogó con una ceja alzada y un toque de ironía en sus palabras.
— Tú me vuelves así.— susurró sobre su oído antes de ir a sentarse en la silla de al frente.
Jimin hizo una mueca de rareza hacia él, antes de tomar uno de los menú que se encontraba en el centro de la mesa
— Ya te dije que perdonaba lo que hiciste en el avion asi que deja de actuar como idiota. Me gusta mi marido atento y complaciente que no actúa como un bobo, así que quita esa cara.— le dio un manotazo en el brazo que sostenía su cara que tenía una expresión de "enamorado embelesado" actuado.
— Amargado.— murmuró entre dientes.
— ¿Qué?
— ¿Qué?— repitió.
— Te escuché murmurar algo.
— No, yo no dije nada.— fingió demencia mientras veía su menú. Jimin lo observó indeciso y regresó su mirada al menú.— Sordo.— volvió a murmurar.
— ¿Me llamaste gordo?— exclamó ofendido y con cara de asombro.
— ¿Qué? No, no dije eso.
— Claro que sí, yo lo escuché, fuerte y claro.— Yoongi con tantos años que tenía junto a Jimin, conociendolo, podía asegurar que por sus expresiones tan exageradas, estaba fingiendo.
— Tú sabes que no dije eso.— entrecerró los ojos.
— Bien, si vuelves a decirme sordo y amargado, armaré el mejor espectáculo de todos solo para hacerte pasar vergüenza.— Le sonrió falsamente y de nuevo ambos volvieron a ver sus menús, pero detrás de ellos terminó por relucir una sonrisa sincera en ambos.
Esa era su manera de demostrar amor, con burlas el uno al otro y peleas a modo de juego para posteriormente hacer drama por ello.
— Bobo.— está vez fue Jimin quien murmuró, pero antes de que Yoongi le respondiese un mesero se acercó a ellos.
— Buenas noches, ¿Cómo están? ¿Están listos para ordenar?— habló el mesero en su idioma natal.
— Hoolaa— canturreo jimin con un perfecto fraces.— Ahora que te veo estoy mejor...Es que tenía mucha hambre.— respondió y de manera sutil sus dientes atraparon su labio inferior para luego sonreír de manera dulce al mesero, pero aquello no pasó desapercibido para Yoongi lo cual hizo convertir su rostro en todo un poema.— ¿Haz probado el ratatouille?— preguntó está vez a su marido ignorando la mirada que le estaba otorgando.
— No te va a gustar, son puras verduras Jimin.
— Pero en la película se ve rico.— puchereó
— Haz lo que gustes.— le restó importancia un poco molesto por lo anterior.
— Bien.— se encogió de hombros y miró al chico que esperaba con una sonrisa.— A mi me traes un ratatouille y ¿Tú qué vas a querer?— le preguntó a Yoongi.
— Boeuf Bourguignon está bien para mí.— se comunicó con el francés de igual manera.
— ¿Tienen algo pensado para beber?— preguntó el mesero luego de anotar.
— Una botella de vino tinto.— se apresuró a decir Yoongi, antes de que su marido hablara de nuevo con una enorme sonrisa al camarero.
— De acuerdo. Permítanme.— Dijo extendiendo sus manos para que pudieran entregarle los menús. Primero fue el de Yoongi el cual tomó solo de la mesa y por último el de Jimin, quien se lo entregó directamente con la misma sonrisa que le estaba enojando a Yoongi desde que llegaron, y jamás le había molestado tanto las sonrisas de Jimin como en esos momentos.
— Si sigues sonriendo así, te saldrán arrugas más rápido que una liebre.
— ¿Perdona? ¿Qué quisiste decir con eso?— se cruzó de brazos y lo miró con incredulidad
— Nada, pero estás como muy sonrisitas con el mesero.
— Solo estoy siendo amable, una palabra que tú no conoces.
— No soy amable con alguien que ve a mi esposo con ganas de llevárselo a la cama.— susurró llevando su cuerpo hacia el frente casi encima de la mesa sin querer llamar la atención de los demás comensales.
Jimin también se inclinó y sonrió, pero fue una sonrisa que le causó escalofríos a Yoongi. Colocó su mano en la mejilla contraria como si le hiciera cariño, ya que algunas personas ya habían puesto su mirada en ellos.
— Oh cariño estás siendo tan celoso.— luego de verificar que nadie lo viera, separó un poco su mano de la mejilla para dar dos palmadas con fuerza en dicha zona, dejando a Yoongi sorprendido.— Tan celoso y tan hipócrita.— se separó de igual manera con una gran sonrisa como si nada hubiera pasado, en el momento justo que regresaba el mesero con la botella de vino.
Yoongi se reincorporo en su lugar, viendo fijamente a su esposo quien tomaba la copa de vino que había servido el mesero y la llevaba a sus labios de forma lasciva.
Yoongi lo entendió todo, no podía hacerle un escándalo de celos cuando él había hecho peor en el avión que los había llevado a su luna de miel y aunque pidió perdón un centenar de veces, no quitaba el hecho de que estuvo mal.
— Ahora que lo mencionas...— dijo Jimin llamando la atención de Yoongi que tomó su copa viéndolo directamente.— No está mal el mesero.— Yoongi empujó su mejilla interna con la lengua y dió un sorbo al líquido en la copa, soltando un simple "Umhm" e ignorando el vuelco que había dado en su estómago como si los celos lo hubiesen golpeado allí con un puñetazo.
— Si, solo hay que verlo detalladamente, para darse cuenta que tiene un gran atractivo;— continuó Jimin — Cara bien definida, un lindo cabello y un muy, pero muy buen cuerpo.— Con sus manos hizo señas de lo grande que se veía el cuerpo, pero aquello podría malinterpretarse y Yoongi creyó que no estaba hablando del cuerpo exactamente.
— Suficiente, nos vamos.— dijo levantándose abruptamente llamando la atención de las personas presentes, y sacando su billetera.
— ¿Qué? Yoongi, ¿estás loco? Siéntate, ahora.— ordenó Jimin, queriendo que la tierra lo tragara en ese instante.
— No, andando.— Yoongi dejó una buena cantidad de dinero, sin importar el precio de lo que habían ordenado y tomó a Jimin del brazo bruscamente para jalarlo hacia la salida.
— Yoongi, me estás lastimando.— dijo Jimin tratando de zafarse de su agarre, pero fue en vano, no fue soltado hasta que llegaron al auto que habían alquilado para el viaje, Yoongi hizo que entrara para posteriormente cerrar la puerta con fuerza e ir hacia el lado del piloto.— ¿Yoongi qué demonios te sucede?— preguntó, siendo ignorado olímpicamente.
Yoongi sujetaba con fuerza el volante marcando cada vena de su dorso y causando que los nudillos se blanquearan, la mandíbula se marcaba con cada apriete que le daba a sus dientes y Jimin podía jurar que era una imagen demasiado excitante si no fuera porque en esos momentos estaba temblando de miedo por lo que pudiera hacer su marido.
Jamás había visto a Yoongi tan celoso y a decir verdad, el nunca le había dado razones para estarlo, pero aún no olvidaba lo que le había hecho Yoongi en el avión, así que vio una oportunidad de venganza con el mesero, y aunque no iba ni por la mitad de su plan, ya le había dado de probar una cucharada de su propia medicina, ya que el pelinegro no se destacaba por su paciencia, pero en esos momentos ya se estaba arrepintiendo al ver su comportamiento.
— Yoon, hablame.— su voz tembló un poco, porque debía admitir que ya le estaba causando un poco de temor el no saber cómo iba a reaccionar Yoongi en ese momento, porque como se dijo antes; jamás se había puesto celoso a tal magnitud. Si, se había enojado una que otra vez con las personas que le coqueteaban pero nunca directamente con su persona, así que estaba a la expectativa de lo que pudiera hacer Yoongi en ese estado.
Yoongi no hizo caso a su llamado, al contrario lo ignoró y aceleró el auto. Jimin se resignó y con miedo se abrochó el cinturón de seguridad aferrándose a él con fuerza.
Si, Yoongi también debía admitir que tal vez había exagerado, pero la "amabilidad" de Jimin lo estaba sacando de quicio y aunque trato de que no le afectará el que haya dicho indirectamente que el mesero tenía un gran pene, lo terminó por descolocar.
Cuando llegaron al estacionamiento del hotel «porque si Yoongi los había llevado de regreso al hotel» él recordó que había hecho lo mismo en aquel avión solo para ver celoso a su novio y tener sexo en el mismo.
— ¡Mierda!— gritó mientras golpeaba el volante, asustando a Jimin en proceso. ¿Cómo podría si quiera reclamarle lo que había hecho en el restaurante? No tendría moral, tampoco tendría derecho.
Y no es que estuviera enojado con Jimin, estaba enojado con él mismo, porque él causó todo eso, si no fuera por él, su pareja no estaría viendo a otros como un pedazo de carne. Él le dió entrada a todo ese revuelo.
— Yoonie ¿Qué te pasa?— Y aunque intentó regular su voz a una pacífica y melodiosa no pudo evitar que temblara al hablar.
— ¿Qué, qué me pasa? Tú sabes que me pasa. Estás allí sonriéndole al mesero, siendo amable.— hizo comillas con sus dedos en la última palabra.— coqueteando indirectamente bajo mis narices.— no pudo evitar soltar todo lo que pensaba
— ¿Ah sí? Acaso debo recordarte lo que pasó en el avión hace unos días?— se cruzó de brazos, el miedo que había tenido por lo que pudiera hacer su marido, desapareció al instante.
Yoongi jamás le tocaría un pelo para dañarlo, en todos los años que llevaban juntos jamás lo había hecho, pero claro era de dudar si se ponía de esa manera tan agresiva.
— Es que... agh...— gruñó exasperado y volvió a darle un golpe al volante.
— Recuerda que no es tu auto, así que contrólate.— habló calmado el rubio, en la misma posición; con sus brazos cruzados y su cuerpo recostado entre la puerta y el asiento, de frente en dirección a su esposo.
— Me importa una puta mierda.— otro golpe para el volante antes de pegar su espalda al asiento y desviar su mirada hacia afuera con su codo apoyado en la puerta y sosteniendo su mandíbula tensa.
Jimin mentiría si no dijera que era una imagen demasiado provocativa, junto a la camisa blanca que portaba el hombre pegada a sus músculos y que los botones luchaban por no separarse en la parte de los pectorales.
— Yoonie.— canturreo apresando con fuerza su labio entre sus dientes. Yoongi no respondió al llamado, ni siquiera volteó a verlo y Jimin frunció su ceño enojoso.— Amor...— se acercó a él y lo tomó de la quijada para que se volteara.— Yoonie, bebé ¿Estás llorando?— preguntó con sorpresa.
— ¿Qué? No, claro que no, solo fue algo que se me metió en el ojo.— trató de alejarse del agarre de su esposo, pero este no se lo permitió.
— Ay, eres un bebote.
— ¿Qué si lo soy?
— Oye no te pongas a la defensiva conmigo
— Lo siento.— decayó de nuevo, pero Jimin volvió a elevar su cabeza, sujetándolo por las mejillas y robándole un beso.
— Amor, no te gusto que viera a otro hombre con otros ojos ¿verdad?— Yoongi negó con un puchero que se acentuaba más por la forma en la que Jimin apretujaba su rostro.— ¿Sabes? Un sabio una vez dijo... "Los ojos se hicieron para ver" y déjame decirte que ese chico tenía una muy gruesa y larga razón para verlo.— sonrió ladinamente.
Aprovechando el estado de letargo que había adquirido Yoongi después del beso, se separó y abrió la puerta para salir del auto y dejar solo al contrario.
Aquellas palabras, fueran las que necesitaba Yoongi para que el interruptor de paz que se había encendido gracias a las caricias de Jimin, se volviera a apagar por esas simples palabras que él le había dicho en el avión cínicamente.
Jimin chilló cuando lo introdujeron con fuerza al auto de nuevo y se pasmo cuando escuchó el sonido de su prenda siendo rasgada.
— ¡Yoongi, mi camisa!— No le dió tiempo de lloriquear más en cuanto el mencionado se lanzó con furia sobre él y atacó sus labios con violencia, trato de seguirle el ritmo, pero estaba siendo rudo, chupando y empujando su lengua contra sus labios para que le diera paso en su cavidad.— ¡Yoon!— exclamó cuando el aludido se separó dejando un fuerte mordisco en su labio inferior.
El pelinegro fue directo a su cuello chupando con furia hasta dejar la piel marcada en un rojo potente que con el pasar de las horas se convertiría en púrpura.
Jimin trato de detener a Yoongi entre gemidos y jadeos, pero no podía evitar que el mayor lo retuviera entre su cuerpo mucho más grande y fuerte. Jadeó sorprendido en el momento que Yoongi abrió su camisa sin cuidado alguno rompiéndola y haciendo que los botones salieran disparados en diferentes direcciones del auto.
— Yoon, no.— dió unas palmadas en la ancha espalda del mencionado tratando de detenerlo. A este paso quedaría sin ropa.
Yoongi por el contrario no le importo eso, sí la ropa se dañaba o no, el solo quería impregnar a su esposo de sí mismo, dejándolo lleno de marcas, que supieran que ya tenía dueño y demostrarle que la única polla larga y gruesa que tenía que disfrutar era la suya.
Hizo lo mismo con el pantalón, cuando lo desabrochó, jaló la parte de la pretina, abriendo el pantalón y rompiéndolo más allá de donde terminaba el cierre.
— ¡Yoongi, ese era mi pantalón favorito! ¡Ah!— no continuó con su berrinche ya que los dientes que ahora mordían sus pezones, le hicieron gritar de placer.— Mmh, sí, sí, no te detengas.— sujetando a Yoongi por la nuca lo pegó completamente a su pecho, para que chupase con más ahínco.
La lengua de Yoongi se deslizó por toda la aureola y alrededor de la misma, sus incisivos apresaron el pico y jaló de él a la vez que lamía lo que quedó dentro de los dientes. Lo mismo hizo con el otro pezón que recibía atención de sus dedos.
— Ve a atrás.— le pidió a Jimin luego de separarse y dejar un hilo de saliva entre sus labios y la piel de Jimin que al despegarse por completo dejó húmedo la parte de su barbilla.
— ¿Qué?— pregunto absorto, confundido por la manera en que había estado disfrutando de los toques para que segundos después su marido se separa dejándolo con ganas de más.
— Ve a la parte trasera del auto.— pidió de nuevo antes de salir del auto. Jimin aún en medio de su desconcierto, se trasladó a la parte trasera aún dentro del auto. Yoongi espero a que se acomodara para poder entrar él y volver a adueñarse de tan exquisitos labios que le podrían ordenar lo que fuera y él complacientemente lo haría sin refutar.
Yoongi terminó de despojar a Jimin de la tediosa prenda de pantalón que seguía estorbando. Se separó observando a su marido acostado en el asiento, con sus piernas alrededor de su cadera, lleno de moretones viejos ocasionados por él y con un lindo boxer de encaje, color vinotinto que contrastaba a la perfección con su tono de piel.
A Jimin le encantaba usar ese tipo de prendas y a su esposo le encantaba verlo en casa paseándose desnudo con únicamente eso, agachándose a cada rato solo para que la prenda se perdiera más entre sus nalgas y tentar a Yoongi. Y vaya que lo conseguía.
Las posiciones cambiaron en cuanto Yoongi jaló a Jimin para que se colocará a horcajadas sobre él. Continuaron besándose con furor y las manos de Yoongi se deslizaron hasta las nalgas de su esposo, recorrió toda la zona hasta llegar a la hendidura que separaba ambas mejillas. Uno de sus dedos se encajó en la tela fina del encaje, abriendo un hueco en ella.
— Yoon, no. Son caras.— lo miró severo, con la cara roja y los labios hinchados.
— Te compraré más.— manifestó antes de jalar la prenda hacia direcciones contrarias, dejándole un gran agujero.
— ¡Yoon!— lloriqueo como por quinta vez esa noche por sus ropas totalmente desgarradas y hechas trizas.— Tu ropa también está estorbando.— sujetó la camisa del contrario desde la parte de abajo, tirando de las esquinas y rompiéndola en el proceso como había hecho con él anteriormente, pero eso a Yoongi no le importo en lo más mínimo y eso frustró un poco a Jimin, pero en cuanto sintió una mano apretar sus nalgas y unos dedos dirigirse a su entrada, toda frustración se disipó de inmediato.
— Que importa la ropa, desbaratala, siempre se puede comprar más.— expresó; besando y mordiendo la mandíbula del otro.
— Eres imposible.— repicó, llevando sus manos al pantalón contrario, rompiéndolo con fuerza y sacando la gran erección del interior.
Yoongi gimió sobre la piel de Jimin causándole escalofríos en cuanto su pene fue manoseado en la punta. Él tampoco se quedó atrás e introdujo sus dedos en el interior del más pequeño.
Las caderas de Jimin se movieron de adelante hacia atrás buscando follarse él mismo con los dígitos de su marido.
— Estás tan necesitado de mis dedos. Puedo apostar que ese tipejo no te hubiera causado ni la mitad de lo que yo.— Reveló, introduciendo un tercer dedo.
— No puedes asegurar eso, no pude comprobarlo. Tal vez me haría gemir más que tú, ¡Ah!— gritó en el momento que Yoongi sacó sus dedos y los introdujo de nuevo con fuerza.
Yoongi sacó sus dedos y tomó con demasiada fuerza la barbilla de Jimin, tanto que dolía. Sin dejar de besarlo lo acomodo sobre sí y elevó sus caderas para enterrarse sin previo aviso y con violencia. Sintió como las uñas del rubio se enterraban en sus hombros pero no pudo importarle menos.
Se separó del beso y tomó las caderas ajenas para embestir una y otra vez sin darle chance a Jimin de siquiera tomar un poco de aire.
— Me gustaría ver eso, para que luego vengas a mi rogando porque te complazca como se debe.— espetó con la voz entrecortada y llena de gruñidos de enojo.
— ¡Yoon!— Jimin no pudo hacer más nada que recibir las embestidas, una tras otra sin compasión alguna por parte del pelinegro.
Yoongi solo arremetía con fuerza, mordiendo y marcando cada zona del pecho del Jimin; desde el cuello hasta los pezones, también chupando e introduciendo la lengua entre los hinchados labios del rubio, quien solo podía sostenerse de ambos asientos delanteros, recibiendo cada centímetro del pene de su marido.
Los vidrios del auto se empañaron y era difícil poder visualizar algo de afuera, aunque poco les importaba lo que estuviera pasando afuera o si alguien veía la manera tan extraña y reveladora en la que se movía en carro. Cualquiera que estuviera de paso sabría lo que está pasando dentro.
— ¡Yoonie!— gimió alto cuando el pelinegro golpeó con rudeza en el punto más sensible de su entrada.
— Ahora dime, ¿quién es el único que puede hacerte gritar así?— Jimin volvió a sumirse en una ola de éxtasis y gemidos, rasguñando el cuero de los asientos, sin prestar total atención a las palabras de su marido.— ¡Dime, Jimin!— bramó sin detenerse.
— ¡Tú, Yoon, so-solo tú! ¡Ah!— no pudo soportarlo más. Sintió sus brazos debilitarse y no pudo sostenerse más mientras su pene descargaba todo lo que había retenido. Antes de caer hacia atrás por el hueco entre los asientos, Yoongi lo sujetó de la cintura, abrazándolo con fuerza sin dejar de mover sus caderas.— ¡Yoon, basta, por favor!
— Que no se te olvide Jimin.— remarcó cada palabra con cada última embestida que daba. Sintió unos brazos a su alrededor y luego su cabello ser jalado y su espalda arañada con cada mano del rubio.
Cuando por fin su ansiado orgasmo llegó de golpe, sus dedos se enterraron en las costillas del contrario causándole algo de dolor, y cuando por fin fue soltado ambos cayeron sobre el largo asiento trasero.
Sus respiraciones eran erráticas, el cuerpo de Jimin estaba adolorido, no había estado en una buena posición y Yoongi como si pudiera leer su mente lo hizo acomodarse de mejor manera sobre su cuerpo. Era algo incómodo ya que sus piernas tenían que encogerlas al no tener más espacio en el auto para estirarlas.
El silencio reinó durante un tiempo, uno donde Jimin podía escuchar los latidos constantes en el pecho de su marido y en dónde Yoongi se dedicaba a dejar caricias sobre su columna causándole escalofríos.
— Yoon...— rompió el silencio Jimin, acomodándose sobre el pecho para poder ver a su esposo y dejar suaves caricias en su mandíbula y mejilla.
— Umh...— respondió con los ojos cerrados, casi dejándose llevar por el sueño y los mimos que le otorgaban el otro.
— Te amo...— manifestó robándole una sonrisa adormilada al pálido.
— Yo te amo más, precioso.— de nuevo hubo silencio en el lugar y Jimin se acurrucó más cerca del cuerpo de su amante.
— Yoon...— volvió a llamar.
— Umh.— se repitió el diálogo.
— Tengo hambre...— reveló. Y como si con esas palabras no fueran suficientes para avisarle a Yoongi su necesidad, su estómago rugió de inmediato.
— Oh bonito, perdón, no te alimenté antes de esto.— Ambos cuerpos se movieron para sentarse.— Pero en mi defensa es tu culpa, no debiste coquetear con el mesero.
— Y tu no debiste coquetear con la azafata y así yo no hubiera buscado venganza.
— ¿Así que fue a propósito?
— ¿Qué comes que adivinas?— preguntó con ironía.
— Te acabo de comer a ti.— respondió entre burlón y pícaro.
— Baboso. En serio tengo hambre, quiero ir a la habitación y mis ropas están todas rotas. ¿Cómo pretendes que salgamos de aquí? No pensaste eso mientras las desgarrabas ¿Cierto?
Yoongi rasco tras de su oreja con una sonrisa "inocente"
— Puedes usar mi saco, el pantalón no sufrió tantos daños.— explicó, tomando dicha prenda y revisandola. Jimin se la arrebató y comenzó a colocarsela como pudo.— Solo debemos sujetar bien para que no se abran las prendas.
— Si claro, muy fácil.— dijo con obvio sarcasmo.
Se vistieron en silencio con mucha paciencia y cansancio, debían admitir que no es nada cómodo hacerlo en un auto.
Salieron del auto, con las manos en su pecho y en el botón del pantalón para que no se viera nada que no debía verse. Agradecían que a esa hora no había nadie en el estacionamiento.
Caminaron a paso apresurado hacia el elevador que los llevaría a su piso, y casi podían sentir el olor de la victoria cuando las puertas se estaban cerrando, pero antes de que eso pasara una mano se introdujo entre ellas para volver abrirlas.
— Disculpen.— dijo la persona entrando al ascensor con una sonrisa, sin embargo en cuanto se fijó en sus pintas que gritaban a voz pública que habían tenido sexo alocado recientemente, la hilera de dientes dasaperecio y en cambio se formó un sonrojo en toda su cara.
Jimin y Yoongi aparentaron locura, mirando hacia otro lado que no fuera la persona ni a ellos mismos.
Yoongi se puso a silbar y Jimin le dió un codazo por lo malo que era para aparentar normalidad.
Cuando el ascensor llegó a su piso, ambos salieron con rapidez sin contar con la otra pareja que venía de frente a ellos y que también lo vieron interrogantes.
— Ay Dios, solo camina.— susurró Jimin. Yoongi hizo caso y cuando por fin pasaron de ellos, casi corrieron por todo el pasillo para entrar a su habitación entre empujones y peleas para sacar la bendita llave.
Cayeron hacia adentro sobre el otro, pero de inmediato una risa histérica atacó a los dos.
— Por Dios, eso fue...— dijo Jimin.
— Increíble.— completó Yoongi. las risas no se hicieron esperar de nuevo.
Jimin fue el primero en levantarse para ir a la cama, mientras se despojaba de las prendas.
— Jaja, nunca olvidaré sus caras.— Cuando llegó a la cama se sentó a lado de la mesa de noche en dónde había un teléfono.— pediré servicio a la habitación, muero de hambre.
Yoongi no refutó aquello, él también moría de lo mismo, así que se levantó del piso e hizo lo mismo que Jimin, caminando hacia el baño. Cuando salió de este se quedó en el marco de la puerta, observando al rubio acostado en la cama como una estrella de mar.
— ¿Qué haces ahí? Ven acostarte.— dijo cuando se dió cuenta de su presencia, haciéndose a un lado. Yoongi no se hizo esperar y se echó no a su lado, sino encima de él, siendo recibido gustoso y lleno de mimos.
— ¿Sabes? Cuando estábamos subiendo pensé en algo.— Confesó, cerrando sus ojos, disfrutando de los cariñitos que le daba su hombre.
— ¿En qué?
— En que no lo hemos hecho en un ascensor.— y mentiría si dijera que no esperaba aquel almohadazo en su rostro
— Eres un baboso, Min Yoongi, solo piensas en sexo.— fingió estar ofendido, pero la verdad era que la idea no le desagradaba para nada.
— Solo si es contigo.— levantó su cabeza para verlo con una sonrisa.
— Pues eso espero, no quiero que se repita lo del avión.
— Y dale con eso...Auch.— sobó el brazo que recién fue golpeado
— y seguiré hasta el fin de los tiempos.
— Y está bien siempre y cuando el fin sea a tu lado.
— Que romántico.— canturreo con sarcasmo.
— Si, lo soy.— Jimin puso los ojos en blanco antes de juntar los labios con los contrarios y fundirse en un beso, uno que duraría en sus memorias toda la vida, porque definitivamente ese día era uno de tantos inolvidables...
Buenas madrugadas, volví.
Les traigo malas noticias, y es que estamos cerca de la recta final de esta sección.
La verdad es que no me gustaría alargarlas a más de 30 capítulos creo que 20 como mínimo o 25, máximo. No lo sé. Aún no estoy del todo segura.
Muchos me han pedido la continuación de Plushofilia en dónde Jimin es actor porn, y la verdad es que si le tengo una continuación a ese capítulo, pero también me gustaría hacerle un fic, así que que dicen ustedes? Por supuesto que sí hago la continuación no habrá fic y viceversa, así que esa decisión la dejo en sus manos. ¿Que eligen? Fic o continuación? Las leo.
Si algunos leyeron "granjero bonito" esa historia la mandé a borradores pero pienso continuarla de igual manera, al igual que pienso comenzar nuevos proyectos (yoonmin, por supuesto) y espero recibir apoyo de ustedes con ello.
Así que pues nada, creo que eso es todo, no se porque siento que me falta algo más, pero si me acuerdo les digo, jajaja.
En fin, hasta luego, cuidense, viditas. No estaremos viendo pronto y como spoiler, regresaré con un trío ಠ ͜ʖ ಠ.
17/08/2023
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