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𝚆𝚑𝚘

El sonido de los cubiertos chocando contra los platos se escuchaba fuerte. Nadie de los que ocupaban esa mesa hablaba. Y era normal, después de cuatro años de mantener una relación "aburrida" ya no había mucho que contar.

Las pláticas comenzaron a volverse las mismas, parecía que los dos conocían la historia del otro. Parecía que estaban seguros de lo que la otra parte iba a decir. Nada podía sorprenderlos acerca del otro. Ya no.

Era muy difícil para la pareja mantener una conversación larga, una conversación en la que no estuvieran presentes los temas de siempre: La casa, la comida, el trabajo y el dinero.

Nada les sacaba una sonrisa, ya no. Ya nada fluía con naturalidad. Las risas tontas y los comentarios ocurrentes terminaron por desaparecer. Todo era muy distinto ahora, todo era tan distinto.

—Entonces, estaba pensando que podríamos salir a cenar para celebrar tu ascenso. —habló el menor de los dos, miró a su novio quien estaba sentado frente a él y solo se decidió comer en silencio. Ahora todo era así. La frialdad no solo se sentía como un cuchillo en el corazón, se vivía de la peor manera posible.

Y no solo era su novio quien era frío y a veces un tanto serio, Jungkook también se la pasaba pegado al teléfono y no despegaba la mirada de la pantalla, incluso cuando comía.

—Ajá. —contestó el mayor, en ningún momento miró a Jungkook. Jungkook estaba harto de eso. Estaba harto de que Taehyung solo lo ignoraba todo el tiempo.

—Ya era hora, ¿no? —Jungkook lo miró con una sonrisa, pero una sonrisa peculiar, era fingida. Taehyung por fin lo miró, serio, frío, la sonrisa que alguna vez iluminó su rostro, ya no estaba.

—Eso creo. —volvió a hablar Taehyung. Llevaba casi tres años trabando en la misma compañía y jamás lo habían ascendido, hasta ahora. Y es que, a pesar de trabajar en la empresa de su hermano mayor, jamás había sido ascendido.

Y Taehyung ya estaba harto, estaba harto de dar todo de sí y no recibir una recompensa. Y tal vez no se estaba refiriendo al trabajo. En este momento pensaba en su relación con Jungkook.

Esa relación hermosa que llevaban los dos cuando eran apenas unos adolescentes se convirtió en rutina. Se convirtió en aburrida.

Y es que se conocieron en la Universidad siendo apenas niños ilusos. Pensando que el amor jamás se iba a desvanecer y que iban a estar juntos toda la vida. Los dos eran la pareja perfecta. El chico más inteligente de la carrera con el chico más popular, era muy imposible su relación, pero se logró.

Y ahora, con cuatro años de vivir juntos, de dormir en la misma cama, de compartir todo, de desayunar, comer y cenar juntos todos los días, ya era más que aburrido.

Y Jungkook no era precisamente lo que se diría "un buen novio" todo el día estaba en el gimnasio, trabajando sus músculos que -alguna vez- hacían babear a Taehyung.

Además, Taehyung se la pasaba todo el día en la oficina, soportando todo el estrés, y todo para que Jungkook y él pudieran sobrevivir.

Volvieron a quedar en silencio. En este momento, dudaban mucho de la persona que tenían al lado.

La mirada de Taehyung estuvo perdida durante toda la cena. Hablaba de cosas con Jungkook, si, pero eran cosas sin importancia. Cosas que a nadie le interesaban. Taehyung sentía que comenzaba a odiar la manera en la que Jungkook lo miraba. Porque lo miraba y sus ojos eran oscuros, la luz que alguna vez los alumbraba cuando lo veían había desaparecido y con ella, la sonrisa de Taehyung.

Y Tae no entendía por qué Jungkook era tan celoso con él. Ni siquiera lo besaba en público, jamás lo tocaba, a la hora de dormir, ¡dormían! ¿Cómo era posible?

Hubo un tiempo en el que Jungkook jamás dejaba dormir a Tae, y todo porque lo follaba duro toda la noche, más bien, no dormían porque tomaban turnos para ser el activo. Ahora... Taehyung despertaba descansado y lo odiaba.

En este momento, la mirada de Taehyung se desvió de su plato de comida, que tenía un corte fino de carne; su paga no era tan mala y podían darse esos lujos de vez en cuando. Los ojos del chico de cabellos azules se posaron en un chico, el cual caminaba por afuera del restaurante, el chico de afuera miró a Taehyung, le sonrió y le guiñó el ojo, Tae sonrió y Jungkook lo notó.

El menor miró hacia la ventana y encontró al chico de cabellos rubios con un cuerpo pequeño que caminaba contoneándose mientras veía a Taehyung.

—¡Hey! Taehyung. ¿Qué demonios ocurre contigo? —Jungkook se molestó de sobremanera. —Si vienes a cenar conmigo, lo menos que puedes hacer es verme solo a mi. ¿Qué mierda tienes que andar viendo chicos que pasan por la calle? —preguntó con un tono demasiado molesto, el que bien conocía Taehyung. El regañado rodó los ojos, sabía que lo siguiente sería disculparse y que Jungkook maldijera por lo bajo para después empujar el interior de su mejilla con su lengua.

Jungkook sabía que Taehyung estaba aburrido y también sabía que la atención del mayor iba a ser atrapada por cualquier chico que tuviera un cuerpo delgado y pequeño, porque cuando se conocieron Jungkook era así. Pero decidió trabajar más en su figura y vaya que lo había logrado.

Cuando caminaban por el restaurante hasta la mesa en donde comerían, hubieron chicas y chicos que se quedaban endiosados por el cuerpo exquisito del menor. Y vaya que presumía de buenas piernas, pecho inflado, grandes abdominales y brazos fuertes y grandes.

Era casi como... un libro que ya estaba escrito. Los dos sabían cómo reaccionaría el otro. ¿O no?

Una larga mano fue posicionada en la estrecha cintura de Jungkook. Jungkook se sorprendió, Taehyung lo apegó a su cuerpo mientras caminaban por aquella plaza, ya era de noche y ellos dos seguían ahí.

—¿Qué? —preguntó Jungkook aún sorprendido.

Taehyung rodó los ojos e hizo un tierno puchero.

—¿No puedo tomar a MI novio por la cintura para demostrar que es mío? —preguntó Taehyung mientras veía al menor con una expresión seria.

—Como sea. —contestó Jungkook. Sacó su teléfono, aprovechó el hecho de que Taehyung lo guiaría mientras caminaban para observar que había de nuevo en sus redes sociales.

Taehyung se molestó por eso y en un intento fallido por llamar la atención de su novio, habló tiernamente.

—Jungkookie~ ¿me das un beso~? —habló, tratando de hacer que el poco aegyo que le quedaba en su ser saliera en esa frase. Cosa que pensó, Jungkook debería de haber apreciado.

Jungkook lo miró con el ceño fruncido. Le parecía extraño escuchar eso del mayor. Y es que si, ahora las cosas se pedían para evitar peleas, Jungkook extrañaba esos tiempos en los que Taehyung simplemente llegaba y se adueñaba de su cintura para después profanar su boca con su exquisita lengua. Sin duda la pasión había muerto.

Finalmente Jungkook se volteó hacia Taehyung y unió sus labios rápidamente. Le había dado un beso corto, muy corto. Pero le dió lo que quería.

Pero, ¡claro! Taehyung no podía ver a otro chico porque Jungkook se enojaba.

Digamos que si Taehyung no se controlaba en ese momento, le habría arrancado el celular a Jungkook de las manos y lo habría arrojado al suelo.

Solo tenía que respirar. Al siguiente día podría largarse a trabajar y dejar de pensar en los múltiples problemas que tenía con su pareja.

El teléfono que se encontraba en el sillón en donde Jungkook estaba sentado mientras veía su serie comenzó a sonar. Sin duda Jungkook habría contestado, pero el teléfono era de su novio, quien estaba metido en su computadora.

—Taehyung... tu teléfono suena. —anunció Jungkook seriamente.

—¿Quien es? —preguntó Taehyung de la misma manera. No iba a mirar a Jungkook, tal vez el video porno que tenía en la computadora era más interesante.

—Es Jimin. —Ni bien terminó de decir eso cuando Taehyung saltó de la silla del comedor en donde estaba sentado para tomar el teléfono con emoción y contestar.

Jungkook debía admitir que eso le molestó bastante. Además, la voz que Taehyung usó al contestarle al enano ese le molestó mucho.

—Hola, Jiminnie. —saludó Taehyung con una voz grave.

—¿Qué? Ah, no. Jungkook no está. —soltó descaradamente el peli azul y Jungkook se molestó aún más. Se levantó del sillón y con las manos en su cadera miró a Taehyung.

—¡Ay! ¡Jiminnie! ¿Que cosas dices? Ahorita no puedo, aunque me muero de ganas. —Taehyung tal vez olvidó que su novio estaba mirándolo en ese momento, con el ceño fruncido. Jungkook estaba echando humo por las orejas. ¿Cómo podía ser tan descarado?

—¿Y qué me harías? —preguntó Taehyung en la llamada. Y ese fue el detonante para que Jungkook lo tomara del brazo y le gritara.

—¡Cuelga esa maldita llamada, ahora mismo! —gritó Jungkook. Taehyung se maldijo por haber olvidado que Jungkook estaba ahí.

—No. Tú no tienes ningún derecho a decirme que hacer y que no. —soltó Taehyung con rabia. No debió de haber dicho eso. Jungkook le arrebató el teléfono y colgó la llamada.

¿Quién mierda eres? —preguntó Jungkook. Sus ojos se cristalizaron al igual que los de Taehyung.

Y es que ya estaba harto. Comenzaba a creer que ya ni siquiera conocía a Taehyung. Porque Kim Taehyung, su novio, el chico dulce, de sonrisa cuadrada y ojos felices jamás lo ignoraría así, jamás voltearía a ver a alguien más que no fuera "Kookie". Jamás se atrevería a serle infiel.

—¿Quién eres? —volvió a preguntar. Esta vez tomó la muñeca de Taehyung con fuerza. Lo miró a los ojos.

—¿Tú? Jungkook, siento que no te conozco. —habló Taehyung con su voz temblando. —¿En que te has convertido? Me tratas así, me ignoras, me lastimas. Cuando llego a la casa no eres ni como para preguntarme cómo me fue. No me tocas. ¡No me hablas! ¡Joder! —los ojos de Taehyung explotaron en lágrimas. —¡Amas más al maldito teléfono que a mi!

—Eso no es cierto. Taehyung, te la pasas volteando a ver a otros chicos en la calle. Y si no te pregunto cómo te fue, es porque sé que me vas a contestar lo mismo de siempre. —Jungkook apretó con más fuerza la muñeca de Taehyung.

—¡Suéltame! ¡Me lastimas! Eres un maldito salvaje. —se quejó Tae mientras amagaba con deshacerse del agarre. —Me haces escenas de celos. ¿Cómo puedes si quiera pensar que Jimin y yo hablaríamos de sexo? ¿Tan enfermo y celoso eres? —preguntó Taehyung. Sus ojos rojos por las lágrimas.

—¡No me des esas tonterías! ¡Te escuche decirle: ¿Qui mi hirias?! —imitó la voz de Taehyung, burlándose de él.

—¡Maldito enfermo! ¡Le pregunté: ¿Qué le harías?! Hablábamos de su novio, maldito celoso de mierda. —gritó Taehyung.

Y puede ser que Jungkook si fuera un celoso de mierda y que sus oídos lo traicionaron.

—¿Quien mierda eres? —preguntó el azabache por tercera vez. —Tú no eres el chico del que me enamoré. No eres el chico que hacía y decía tonterías, no eres el chico que sonreía a pesar de todo. ¡No eres el chico por el cual yo caí rendido! —Su intención era lastimar a Taehyung y lo estaba logrando con esas palabras tan desgarradoras.

—¡Mira quien habla! Porque el Jungkook que yo conozco no era tan inseguro de sí mismo, jamás me lastimaría como lo acabas de hacer. Jamás me haría escenas de celos. Y no llegaría a la casa todas las tardes reclamándome por todos los lugares a los que salí. No eres el mismo, y lo odio. —soltó Taehyung aguantándose las lágrimas, se volteó y dándole la espalda a Jungkook, comenzó a llorar.

—Tae-

—¡No! Eres tan inestable, emocionalmente hablando, que ya no sé qué es verdad y que no lo es. Es decir, ya no sé si me amas. —Taehyung sollozó fuerte. El corazón de Jungkook se rompió.

—Tae, yo te amo. —habló Jungkook. Taehyung se volteó a encararlo y cerca de su cara habló.

—No me mientas. Ya me cansé. Ya me cansé de estar rogándote. Ya no puedo esperar a que me demuestres el amor que simplemente ya no sientes por mi. —habló con el corazón hecho trizas.

—Taehyung... en serio. No te estoy mintiendo. Yo-

—No. No puedes amar a alguien que no conoces. Y ahora, después de tanto tiempo, por fin me doy cuenta de lo que es y lo que no. No me amas. Yo no te amo. Hemos cambiado. No puedo seguir aquí, contigo. Llorando todas las noches, esperando a que me digas que me amas. A qué me digas que no puedes vivir sin mi. Pero en vez de eso, solo te dedicas a... solo te dedicas al celular, a ignorarme. ¡Ni un mísero beso puedo conseguir de ti! ¿Cómo mierda esperas que sonría? —preguntó con la mirada lastimada. Jungkook se quedó sin palabras ante todo lo que le había dicho el mayor.

Y es que, en esa relación, lo único malo era que no se comunicaban. Jamás se hablaban el uno al otro. Dejaron de conocerse.

—Tranquilo, Tae. Vamos, te vas a deshidratar de tanto llorar. —habló Jimin, tratando de tranquilizar a su amigo que pronto los haría nadar en un mar de lágrimas. El chico llevaba apenas diez minutos llorando en la cocina de la casa que Jimin compartía con su pareja: Min Yoongi.

Los dos habían sido amigos por años, y siempre se habían apoyado en las situaciones difíciles, y, sin duda esta era una de ellas. Porque Taehyung estaba destrozado, ya no conocía a Jungkook pero le dolía la manera en la que todo terminó.

—¿Qué te dijo? —preguntó Jimin mientras le pasaba otro pañuelo desechable, con este iba a ser oficial, la mesa de la cocina estaría llena de los mocos y lágrimas de Tae.

—Al final me dijo que necesitaba aire. Me dijo que necesitaba pensar en quién era él y en quien era yo. Dijo que él ni siquiera se- conocía- a- sí- mismo. —habló entre sollozos y trabándose un poco. —¿Qué hago? —Taehyung volvió a romper en llanto, a este paso, sería capaz de despertar a Yoongi, quien estaba durmiendo plácidamente en su cama en el piso de arriba, sí, así de alto lloraba Tae.

—Tranquilo. —Jimin hablaba suave. —Mira, te seré sincero. —suspiró antes de tomar la mano de Tae y mirarlo a los ojos.

—Yo sé que tú y Kook están pasando por una mala fase, pero solo es eso, una fase. Yo jamás había visto a una pareja como ustedes. Que, claro, han pasado casi cinco años juntos, tal vez ya no es como antes, pero ten cuenta que tú y él han madurado juntos. Y créeme, lo mismo que tú sientes en este momento, lo está sintiendo Jungkook. Porque ustedes dos se aman. A este punto, si no se amaran con locura, ya estarían separados. Cuatro años no son fáciles de lograr pero tú y Jungkook lo han logrado. Y, claro, nunca nadie dijo que sería fácil. Pero ustedes tienen un problema. —dijo Jimin, en realidad no era difícil descifrar que aquella pareja no se comunicaba, y efectivamente, como decía Jimin, si ellos hablaran, no estarían sufriendo ahora mismo.

Y Jimin tenía razón, Jungkook también estaba sufriendo en ese momento. Y estaba caminando -casi corriendo- a casa del rubio para ver a Tae.

—¿Cuál es? —preguntó Tae con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

—Que no se comunican. Sí, hablan, pero no es comunicación pretender que lo escuchas y no es comunicación ver el teléfono mientras el otro está hablando. —explicó Jimin, y es que si, él sabía perfectamente todo, sabía que Jungkook siempre estaba en el celular y Tae pretendía escuchar a su novio.

Tae respiró profundo.

Pensó que en realidad Jimin tenía razón. Jungkook y él... eran la pareja ideal, y qué tal vez si los dos escuchaban lo que el otro tuviera que decir, resolverían todos sus problemas. Y que... no es como si no supiera quien era Jungkook, lo sabía y lo sabía a la perfección.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del menor, recordó todos esos momentos en los que jugaban, en los que platicaban, en los que veían películas juntos; cuando Jungkookie sonreía como conejito y le decía que su sonrisa era un rectángulo perfecto. Cuando se quedaban despiertos hasta altas horas de la noche mientras se abrazaban y se cantaban al oído. Ahora si, estaba sonriendo grande.

La puerta de la casa fue golpeada tres veces. Taehyung supo que era su novio. Se levantó de la silla con una enorme sonrisa y corrió hasta la puerta.

La abrió y pudo ver al azabache, su rostro estaba rojo, sus ojos igual o más hinchados que los de Tae. Su cabello despeinado y un semblante preocupado. Alzó la cabeza y vió a Taehyung, quien le mostraba esa hermosa sonrisa.

—Tae... yo-

Y fue cuando no pudo hablar más, unos labios se posaron sobre los suyos impidiendo que pudiera emitir palabra alguna. Taehyung lo estaba besando suavemente. Las manos de Jungkook fueron hasta la cintura del mayor y éste lo abrazó por los hombros.

El beso era tierno, suave, lleno de disculpa y arrepentimiento. Unas lágrimas fueron derramadas y acabaron entre los labios de los dos chicos, pudieron saborear el sabor salado de estas.

Las manos de Taehyung recorrían toda la ancha espalda de Jungkook, mientras que las manos del mencionado iban directo a su trasero para estrujarlo y apretarlo a su gusto.

—¡Mierda! ¡Vayan a hacer sus porquerías a su maldita casa!

La ropa de Taehyung fue arrancada con fuerza por su novio, quien lo veía con lujuria, lujuria inundando esos oscuros ojos. Taehyung sonrió al notar que el menor ya tenía una gran erección dentro de sus pantalones negros que le quedaban tan, pero tan jodidamente apretados.

Fue arrojado a la cama con brusquedad y una vez ahí, decidió ponerse en cuatro puntos sobre la cama, mostrándole su necesitado trasero a su novio.

Jungkook mordió su labio al ver a su novio desnudo en esa posición. Sabía que esa noche, Taehyung no iba a pedir ser el activo y él lo iba a dominar.

—Mírate Taehyung. Como una perra suplicando que la follen. —Jungkook observaba a Taehyung desde el borde de la cama. Una sonrisa burlona y llena de todo menos de inocencia y castidad estiró sus labios.

—Jungkookie~ en serio necesito que me folles. —rogaba Taehyung. Y vaya que lo necesitaba, no tenían sexo desde hace mucho tiempo y era hora de desquitarse.

—¿Estas rogándome que te convierta en mi puta? —preguntó Jungkook mientras sacaba su camisa, seguida de su pantalón y quedó únicamente usando esos -ya mojados- bóxers color negro.

—Si. Joder, si. —rogaba Taehyung. No pudo evitar mover su trasero para llamar la atención de Jungkook, quien se estaba acercando a él. Mala idea, porque sufriría las consecuencias.

Jungkook tomó a Taehyung de los tobillos, los jaló hacia atrás, dejando a Taehyung acostado boca abajo en la cama y con un gran problema entre sus piernas.

—Deja de provocarme, Tae. —habló Jungkook, pero vaya que Taehyung quería provocarlo. Estaba tan necesitando de su polla que haría lo que fuera por tenerla dentro en ese preciso instante. —Si sigues así, no tendré piedad de ti. —habló en su oído antes de voltearlo por completo.

Taehyung quedó ahora boca arriba, mostrando por completo su gran erección. Y vaya era grande y para este punto, ya estaba demasiado húmedo, su pene expulsando un líquido pre-seminal.

Trataba de apretar sus piernas cuando sentía la mirada fuerte y pesada de su novio sobre él.

Jungkook rió casi como en burla, de nuevo. Y es que, ver a Taehyung tan necesitado por su pene lo volvía loco, creyó que debía penetrarlo con fuerza y sin ningún tipo de preparación.

Se contuvo unos segundos en los que sacó una corbata de Taehyung de un cajón. Tae sabía perfectamente lo que iba a hacer Jungkook y estaba más que ansioso.

—Está bien, Taehyungie... hoy vas a ser mi perra. Hay algo que aún no decido —habló con un tono que lo hacía sonar inocente, Taehyung se burló por aquello. —, todavía no sé si debería ponértela en el cuello o en las muñecas. ¿Qué debería hacer? —preguntó mostrando una sonrisa inocente al final.

Taehyung casi suelta una carcajada, pues ese show solo él se lo creía.

El mayor estaba por hablar pero Jungkook separó sus piernas y se metió entre ellas, rozando su pecho contra la erección de Taehyung. El último no pudo evitar jadear en respuesta.

Jungkook siguió subiendo hasta llegar a su boca, en donde marcó su propio ritmo sobre los labios de Tae, introdujo su lengua en la cavidad bucal del mayor y comenzó a dominarlo de esa manera. Por Dios, para este momento, Tae se sentía una puta sumisa.

Jungkook tomó la erección del mayor en su mano y la apretó, este último no pudo evitar gemir alto, sus gemidos fueron cayados por la demandante boca de su novio sobre la propia.

Jungkook era un Dios del sexo, eso si le quedaba claro a Taehyung. Y aunque a Jungkook también le gustaba ser dominado a veces, prefería ser el que tuviera a Tae retorciéndose debajo de él.

Vaya que con esto iban a tener en claro quién era el otro.

Para Taehyung, Jungkook era el amor de su vida, era el dios del sexo, el dios más sexy del mundo; su pequeño conejito, su pequeño bebé que necesitaba ser cuidado por él. Su pequeño inseguro, el conejito que con una simple sonrisa podía lograr todo. El único que podía tenerlo deseando por más mientras le daba suaves caricias por todo su delicado y acaramelado cuerpo.

Para Jungkook, Taehyung era su Hyung, era su guapo novio, era su precioso modelo de Gucci. Era su artista, era su amor. Era el chico más encantador del mundo. Era el chico que amaba ser dominado; era el chico que cantaba hermoso. Era el chico que lo consolaba cuando estaba triste. Era la completa definición de perfección y amor. Era Kim Taehyung.

Eran Kim Taehyung y Jeon Jungkook. Quienes ahora estaban gritando el nombre contrario.

Jungkook tenía a Taehyung boca abajo sobre la cama, con sus muñecas -amarradas con un nudo usando la corbata- sobre su cabeza, Jungkook utilizaba esas muñecas de soporte para enterraste con todo lo que tenía en ese hermoso y redondo trasero que lo tenía delirando y gritando su nombre.

Taehyung trataba de no hacer tanto ruido pero era completamente imposible, solo podía sentir como la gran polla -de veintitrés centímetros- de Jungkook se abría paso por sus paredes anales y entraba completo.

Las penetraciones se volvieron tan profundas y certeras que pronto Taehyung se retorcería debajo de Jungkook rogado porque el menor siguiera tocando su punto dulce.

Y ¡vaya! Era impresionante la manera en la que su gran polla entraba con facilidad en aquel agujero rosita. Y era algo que Jungkook no se iba a perder. Tomó las nalgas de Tae y las separó para lograr ver cómo ese trasero tan hermoso se tragaba su polla completamente entera, desde la punta hasta la base.

Los dos gemían con desesperación. Los hilos de salvia escurrían por las comisaras de los labios de Taehyung, el sudor empapaba la frente de Jungkook, y de verdad era un espectáculo bastante excitante para cualquiera.

Taehyung estaba a punto de llegar, fue avisado por las corrientes eléctricas que recorrían todo su cuerpo y se conglomeraban en su abdomen, en donde sentía que ya estaba por correrse. Pero fue abruptamente interrumpido por un vacío. Y es que Jungkook salió de él sin avisar.

Taehyung se quejó y comenzó a removerse sobre la cama.

—Imbe-cil. Estaba a-punto. —jadeó cuando unos brazos fuertes lo tomaron y lo voltearon sobre la cama, dejándolo observar a Jungkook de esa manera tan intima. No pudo evitar morderse el labio, casi fue algo instintivo.

—Cállate. Solo quiero verte mientras te fóllo. —habló Jungkook mientras volvía a tomar a Taehyung de la cadera y de una se enterró en él.

Y, ¡gran expresión que hizo el mayor! Sus ojos cerrados, su boca abierta que pronto se convertiría en: Uno de sus labios siendo mordido con fuerza por sus relucientes dientes. Y Jungkook estaba a punto de llegar al ver esa erótica expresión.

—Oh, Jungkook. Eres un- ah~ jodido dios del... hmm~ ¡SEXO! —gritó Taehyung cuando sintió que se estaba liberando sobre su abdomen y debido a la fuerza con la que se liberó, una parte de su semen quedó en el cuello sudoroso de Jungkook, quien lo follaba duro.

Jungkook sonrió con malicia y cuando Taehyung abrió los ojos, se encontró con el menor limpiando el semen de su cuello con su mano, misma que fue llevada a su boca para sacar su lengua y saborear todo el blanquecino líquido.

Taehyung sintió jalones que venían de su parte trasera y fue cuando Jungkook sintió una presión intensa sobre su pene, entró certeramente una vez más, con fuerza y rudeza, y se corrió dentro de su novio.

Taehyung gritó cuando sintió ese líquido dispararse con fuerza hacia su interior.

Jungkook cayó rendido a la cama pero Taehyung en realidad necesitaba estar lo más cerca de él posible. Para desquitarse de todo ese tiempo en el que no se estaban abrazando y en su lugar peleaban.

Es por eso que se subió sobre de Jungkook, como si de un koala se tratara y lo abrazó, fundiéndose en un abrazo con su novio.

Jungkook también lo abrazó y demasiado fuerte. Necesitaban tener esa cercanía, y Jungkook sabía que Taehyung no lo iba a soltar en un buen rato.

Así que, con sudor, semen y saliva por todas partes, los dos se quedaron abrazados sobre la cama que volverían a compartir con gusto.

Y fue entonces cuando lo supieron.

—Ya sé quién eres. —habló Jungkook, con una sonrisa en su rostro.

—Yo sé quién eres. —habló también Taehyung.

El amor de mi vida. —hablaron los dos al mismo tiempo, para fundirse en un beso.

Jamás volverían a ignorarse o a tratarse mal. Iban a escucharse mutuamente e iban a hablar de lo que sentían cada uno. Escucharían sus problemas y de apoyarían.

Jamás volverían a pelear y de nuevo, iban a follar todos los días. Eso seguro.

©𝚄𝙽𝙶𝙺𝙿𝙾𝙿𝙻𝙾𝚅𝙴









Espero hayan disfrutado este One Shot. Nos leemos en otro. No olvides darle mucho amor, comentar y compartir si te agradó. Yo sé que si Bv

Esta es una de muchas historias que podrás encontrar en mi perfil.

¡Gracias!

Nos leemos.

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