𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟽)
Las explicaciones del profesor eran lo único que se escuchaba en el aula de clases, junto a los trazos de su bolígrafo en su libreta de apuntes. Ni siquiera estaba escribiendo algo importante, solo trataba de distraer su cerebro con cualquier otra cosa que no fuera la voz irritante de su docente.
No obstante, largó un suspiro disimulado cuando escuchó lo que dijo el hombre de aproximadamente cuarenta y siete años.
— Espero que hayan comprendido la importancia de lo visto en la clase de hoy, pues se graduarán pronto y no es aceptable ningún tipo de error a éste punto de su carrera. Sé que para los Alfas y Betas no será ningún problema, lo digo por los Omegas que se encuentran en el aula.— Soltó con sorna y aires de altanería.
Bien, su profesor era el prototipo perfecto de la palabra “Alfista”, todos sus compañeros ya estaban al tanto de eso y no hacía falta resaltar que él también.
No era necesario mucho para darse cuenta, en realidad, ya que el Alfa lo dejaba en claro cada vez que tenían clases con él, haciendo comentarios despectivos sobre ellos, diciendo indirectamente (muy directamente) que son inferiores, inútiles, dependientes y llamándolos incubadoras que solo sirven para el cuidado de sus cachorros y el hogar.
Imbécil.
Pobre de la mujer u hombre que tenga que soportarlo. Aunque lo más probable es que ni siquiera tenga pareja, seguro ni su madre lo soporta. Debe estar más solo que tú el catorce de febrero, pero no hablemos de como estás leyendo ésta historia porque no tienes una pareja y te reflejas en los protagonistas.
Ese no es el punto.
Viró los ojos por enésima vez en el día y se dispuso a levantarse luego de oír la campana que anunciaba el cambio o finalización de la clase.
En su caso; la primera opción.
Sus pasos eran amortiguados por el bullicio de los estudiantes en el pasillo. Su mirada viajaba de aquí para allá de manera discreta. Solo viendo que hacían. Algunos hablaban, estaban en sus casilleros, caminaban al igual que él, varios se comían la boca como si estuvieran en una habitación de motel, y Taehyung...
Él solo iba a su salón.
Mientras avanzaba, su mente no pudo evitar pensar varias cosas con respecto a su universidad (Y la sociedad en general). Si bien se supone que es una de las mejores instituciones de Rusia, o al menos eso es lo que se dice, no pasa por alto lo retrograda que puede llegar a ser.
En reiteradas ocasiones, en los pasillos se podía apreciar a los Alfas luchando hasta matarse por un o una Omega que lo único que podía llegar a ofrecer era una cara bonita y una noche de sexo.
Claro que cuando las feromonas de advertencia y los potentes gruñidos no definían al “ganador”, los golpes, rasguños y mordidas no se hacían esperar demasiado; desencadenando riñas salvajes y sangrientas en medio de los pasillos.
Eso era en el mejor de los casos, había otros en las que las personas tenían la increíble fortuna de poder transformarse, eso solo empeoraba las cosas.
Que felicidad.
En fin, más que una universidad, parecía un campo para una batalla campal donde los participantes se regían por un: “Yo tengo el pene más grande”.
Seguro que no tenían ni tres centímetros de salchicha, que decepción.
Lo peor de ese tipo de situaciones, es que nadie podía meterse en una pelea de Alfas, los docentes hacían la vista gorda y los estudiantes solo se quedaban a observar quien perdía la pelea, para luego burlarse de la persona que quedó con el orgullo hasta el suelo y una que otra herida mortal.
Nada de qué preocuparse.
Además, los mismos maestros eran iguales, llegando en su periodo de calor para aprovecharse de cualquier joven o jovencita que estuviera dispuesto a abrirles las piernas, ellos mismos beneficiándose para subir alguna nota al acostarse con algún profesor.
Como odiaba ese tipo de cosas, entrar a un salón y rezar para no encontrar a nadie cogiendo como animales sobre algún escritorio.
¿Qué eran? ¿Adolescentes hormonales? Porque sus feromonas siempre decían algo como: “¡Oye, estoy disponible! ¡Follemos!”.
“¡Tengo un agujero necesitado, ven y llénalo con tu semen para tener un embarazo no deseado porque ninguno de los dos sabe lo que es un jodido método anticonceptivo!”.
“¡Tengo un pene y me encanta meterla sin condón, lo más probable es que ya embaracé a alguien, pero no me voy a hacer responsable!”.
O en el caso de los directores, era algo más como: “¡Hola! formo parte de los directivos encargados de ésta prestigiosa universidad y sinceramente me da completamente igual lo que hagan las personas que cursan en mi institución. Y de hecho me encanta romantizar su comportamiento, porque me encargo de contratar a maestros que son iguales o peores que los mismos alumnos ¡Bienvenido! ¿Que carrera vas a elegir?”.
Ja, ja, parece chiste pero es anécdota.
Seguimos.
También había algunos que solo se aprovechaban de su designación para humillar, hacer sentir menos a los demás, despreciarlos y/o abusar de ellos... En cualquier sentido. Ya había pasado, pero desafortunadamente, iniciar un proceso legal solo perjudicaría la imagen del plantel. Entonces ¿Qué hacían? ¡Encubrirlo! ¡Exacto! Que inteligente.
Cómo si una compensación monetaria fuera la solución para el posible trauma que la persona pudiese llegar a desarrollar a ese tipo de eventos, o que una reprimenda verbal al Alfa que cometió el DELITO, es suficiente castigo para sus acciones.
A veces se preguntaba cómo mierda terminó estudiando ahí.
Pero bueno, cosas de la vida.
Suspiró pesadamente, tampoco es que pudiera hacer algo para cambiar a la sociedad y su forma de ver a las cosas, así que solo siguió su caminata.
Una vez llegó a su destino; se dirigió a su asiento. Generalmente siempre se sentaba hasta atrás, no le gustaba estar rodeado de personas, él no tenía amigos ahí. Nadie a excepción de...
— ¡Taehyung!
Hablando del rey de Roma.
— DaHyun, hola.— Saludó de vuelta a la joven Alfa de cabellos castaños.
La amistad que ellos compartían era un poco complicada, ya que para Tae, la universidad era única y exclusivamente para estudiar y listo. Pero DaHyun era su polo opuesto. Ella era extremadamente sociable, el significado de la palabra extrovertida, tenía amigos aquí y allá, siempre rodeada de personas y siendo muy amable con todos.
Cuando se conocieron, el platinado solo tenía una semana de haber iniciado la universidad. Estaba comiendo solo y la castaña apareció de la nada, hablándole con toda la confianza del mundo, riendo de lo que ella misma decía e invadiendo su espacio personal.
Él solo se quedó procesando información.
Aún no dominaba el idioma en ese momento además de palabras básicas, la castaña también lo ayudó con su objetivo de aprender ruso, ya que ¿Qué mejor que aprender con un nativo con el que convivías la mayoría del tiempo? Eso, además de las clases que ya tomaba, lo ayudaron demasiado.
Después de ese momento en el patio de la universidad, la Alfa siguió hablando con él. Casualmente, ella también cursaba veterinaria.
Si bien sus conversaciones se basaban en DaHyun hablando hasta por los codos y con Taehyung escuchando todo y solo diciendo lo necesario; se llevaban bien. Agradecía la compañía a pesar de no ser tan comunicativo.
— Lamento no haber estado contigo la clase anterior.— Se disculpó.— Sé que el viejo Kang, alias: el señor pene con telarañas, es un poco, muy, fastidioso.
Y no mentía. El profesor “no se la meto a nadie” o “pichula triste” como ellos le habían apodado (cabe resaltar que como esos hay muchos más) era insoportable para la mayoría de los estudiantes, exceptuando a los Alfas que parecían lame botas con el hombre que solo los beneficiaba por el simple hecho de ser eso: Alfas.
Parecían secta, en serio.
Sin importar que DaHyun también formara parte de esa misma casta, ella no estaba para nada de acuerdo con todo lo que el viejo “verga cansada”, decía o hacía. Ella procuraba entretener al Omega cuando éste se veía un poco afectado por los comentarios de agresión hacía su designación.
A pesar de que no estaba al tanto de lo que le sucedió a Taehyung para que el último mencionado se quedara mirando a un punto muerto cuando el señor “pepino defectuoso” abría de más la boca; la castaña procuraba que no se quedara demasiado tiempo encerrado en su propia burbuja de pensamientos.
Simplemente no le gustaba verlo así.
— No te preocupes, estoy bien.— La tranquilizó. El platinado estaba al tanto de la preocupación que reflejaba DaHyun cuando él tenía alguna de sus lagunas mentales.— ¿Por qué te ausentaste?— Preguntó en cambio, solo para cambiar el tema. Además, era raro que ella faltara a clases, la joven era casi tan aplicada como él.
La miró con genuina curiosidad, con esos ojos avellanas brillando por el sol que entraba por los ventanales situados en la parte superior del salón, la joven solo admiró el destellar de su mirada. Embobada por la inocencia y pureza que Kim transmitía.
Taehyung era un Omega tan jodidamente perfecto...
Salió de su ensoñación cuando escuchó como otros estudiantes entraban al aula y se sentaban en alguno de los asientos restantes. Enfocó su vista y notó como el peligris seguía esperando pacientemente su respuesta.
Carraspeó un poco para eliminar esos pensamientos.
— Nada de qué preocuparse, solo tuve unos pequeños inconvenientes con el Omega con el que salgo.
Ese era otro detalle que los diferenciaba a ambos. Y es que DaHyun tenía una lista de Omegas tanto machos como hembras con los que ha salido. La mayoría de las veces (Por no decir todas) se le declaraban y ella solo aceptaba, más sus noviazgos nunca duraban más de un par de semanas.
A Kim se le habían declarado un par de veces, pero él muy amablemente los rechazaba.
— Te dije que dejaras de aceptar salir con cualquiera solo porque sí.
— Lo sé.— Suspiró.— Es solo que no quiero herir sus sentimientos.
— Entonces ¿Prefieres salir con ellos solo por un par de semanas, para luego terminar? De todas formas saldrán heridos, y tú también. Tienes que aprender a decir que no.
Lo dijo de una manera tan calmada que no sonaba como una reprimenda. Solo intentaba ayudar a su amiga, ya que muchas veces las personas con los que salía terminaban diciéndole cosas hirientes, solo porque las relaciones no eran duraderas.
Si se ponían a analizar la situación, solo se le declaraban sin conocerse siquiera, por eso es que los noviazgos siempre terminan mal para la joven Alfa.
— Está bien, Tae. Gracias.— Sonrió con amabilidad hacía él.
Justo en ese preciso momento, un hombre entró al salón, vistiendo un traje caro y sosteniendo un maletín en una de sus manos. Llamando la atención de los jóvenes que dejaron de hablar hasta dejar el aula en completo silencio.
A comparación del señor “mi mejor amiga es la Manuela”. el profesor Lee era mucho más joven, rondando los treinta y tantos años. Tenía el cabello rubio oscuro, peinando perfectamente. Ojos verdes, piel ligeramente bronceada, un tono más clara que la de él. En estatura, el profesor le ganaba por unos cuantos centímetros y era un poco corpulento.
Aunque, no tanto como el señor Jeon, que tenía un cuerpo de infarto. Esos tatuajes en sus musculosos brazos, su mandíbula definida que parecía haber sido tallada tan perfectamente, esas piernas tan jodidamente fuertes con unos muslos tan gruesos que le hacían querer babear, una espalda tan ancha que parecía una montaña. Y ni hablar de su pecho, ah, sus pectorales eran enormes. Tanto que los botones de su camisa se tensionaban un poco cuando se reclinaba en las silla de la cafetería...
“Ah, Jeon Jungkook” Dijo su lobo en su interior mientras ronroneaba de tan solo pensar en el azabache.
Sacudió su cabeza. Diosa Luna ¿Qué estaba imaginando? Trató de eliminar esas imágenes de su mente. ¿A caso estaba soñando despierto con en el jefe de Valhar? Además ¡¿Por qué específicamente estaba pensando en su físico?!
Definitivamente el haberse caído de la cama en la mañana le había afectado bastante. Alguien que lo golpee, por favor.
Fijó su vista al frente cuando su profesor carraspeó para llamar la atención de los estudiantes.
— Buenos días. El día de hoy solo quisiera que se concentraran en finalizar el último proyecto que deben entregar antes de su graduación.— Anunció mientras paseaba su vista por todo el salón. Deteniéndose unos segundos de más en varios alumnos.
Omegas, específicamente.
Algo que hay que destacar sobre el profesor Lee; era su comportamiento con los alumnos de dicha designación. No era como el viejo “pajas Kang” que soltaba veneno por la lengua con sus pensamientos retrógrados sobre ellos, sino que... Bueno, sus palabras eran de otro tipo.
Nadie pasó por alto esas miradas, ya estaban acostumbrados.
— A veces me pregunto qué les pasa a los profesores de esta universidad.— Murmuró la castaña mientras sacaba su laptop y se disponía a realizar lo pedido.
El de piel canela hizo lo mismo sin decir nada, sabía a lo que se refería, pero simplemente no tenía nada que decir o agregar.
Una vez todos estuvieron enfrascados en su trabajo, el Alfa se dispuso a pasearse por el aula, supervisando los progresos de los estudiantes, respondiendo alguna pregunta o simplemente dando alguno que otro consejo, además...
— Señorita Larissa.— Llamó, la joven volteó en su dirección, ésta última maldiciendo para sus adentros.
— ¿Si, profesor?— Dijo en cambio, con una clara sonrisa forzada en su delicado rostro.
— ¿Me permite darle algunas recomendaciones?— El Alfa solo la miraba tranquilamente.
— Claro, gracias.— Era mejor aceptar y evitar reprobar su materia.
Todos observaban disimuladamente como el rubio se inclinaba más de lo debido sobre la Omega pelirroja, casi estando encima de ella. Susurrando en su oído las “recomendaciones” que quería darle.
Pura mierda.
Sinceramente, preferían tener clase con el “berenjena con enanismo” y no tener que aguantar a un puto acosador sexual que se hacía pasar por un jodido profesor.
Alguien que le dijera como carajos, los directivos de la universidad permitían que esos Alfas impartieran una clase. Ellos eran iguales o peores que los docentes, sin lugar a dudas.
Luego de esos susurros (que posiblemente eran comentarios fuera de lugar), el ojiverde se enderezó de nuevo y le dio una caricia en el cabello a la pelirroja que quedó rígida ante su tacto.
Algunos lo disfrutaban, pues decían que el profesor era lo suficientemente guapo y caliente como para meterse con él, alegando que: “valía la pena”. Taehyung no negaba el hecho de que era atractivo, pero francamente no era su tipo, y menos con ese comportamiento.
Como se mencionó antes, no faltaba el o la Omega que se pavoneaba frente al hombre, casi desnudandose en su cara para llamar su atención, ellos mismos ofreciéndose en bandeja de plata para él y pasar una noche de sexo alocado en un motel, un baño o en el mismo salón de clases cuando todo el mundo se iba.
Sinceramente, tampoco quería pensar en lo poco higiénico que era eso.
Pero bueno ¿Le importaba? No, de hecho le daba absolutamente igual. Con tal de que no follaran en su asiento, a él le daba lo mismo. Ya había visto a varios limpiar sus lugares porque había residuos de fluidos de dudosa procedencia en ellos, tanto en las sillas como en los escritorios.
Pura proteína.
Sin embargo, en su mente solo estaba cierto lobo blanco, que en su forma humana lo hacía temblar hasta el culo con tan solo una mirada.
Se sonrojó hasta la punta de las orejas por seguir pensando en el señor Jeon, pero no lo culpen. ¿Quién no pensaría en ese hombre con apariencia de Dios griego? Nadie, ¿Cierto?... ¿Verdad? Por favor no lo dejen mal.
No te hagas, tu también lo haces.
Suspiró profundamente, intentando concentrarse en el proyecto por el cual se ha estado desvelando recientemente. Su mente se enfocó en la pantalla frente a él y se dispuso a continuar.
Sin notar como cierto rubio lo miraba con ojos cargados de interés en su persona.
Yoongi estaba encerrado en su oficina, buscando información sobre el posible culpable de gastar algunos millones de las cuentas de Jungkook.
Se supone que esa labor le correspondía a Hoseok principalmente, pero el peliblanco tuvo que hacerse cargo de algunos trabajos en la compañía, ya que Jeon estaba ocupado con algunos asuntos directos de la mafia.
Hoseok se negó al principio, diciendo que él podía hacer ambos trabajos. Tanto Yoongi como Jungkook quedaron desconcertados por la actitud y el comportamiento del primer mencionado, pues lucía algo... ¿Desesperado? ¿Nervioso? No podían describirlo realmente.
El Alfa pelinegro fue claro y firme con respecto a los encargados de cada cosa, por ende, al de sonrisa de corazón no le quedó de otra más que obedecer. A pesar de ser su amigo, aún seguía siendo su jefe.
Llevaban aproximadamente tres días así, gracias a que algunos de los que hicieron tratos con “el líder de Valhar” estuvieron diciendo que dé la cara, que debían continuar con su negocio.
El azabache se estaba conteniendo de hacer una masacre, pues, que le hablasen de esa forma no era de su total agrado.
Mayormente eran las personas que estaban encargadas de la trata de blancas, cosa que Jungkook no practica en su mafia, ya que esto iba en contra de sus principios. Él podía exportar la mejor droga del mundo, vender las armas más peligrosas, crear armamentos que podrían destruir a un continente completo con solo presionar un botón... Pero él no traficaba personas.
Podía ser todo lo que quieran, pero tenía valores, ¿Okey? Más respeto.
Si bien todo se solucionaría con decir que Jungkook no hizo un trato con ellos y en lugar de eso fue otra persona con su nombre, eso no era posible, pues ¿Qué clase de líder sería si dejaba que cualquier persona usara su nombre como si no fuera nada? Ja, los viejos de otras organizaciones se le vendrían encima por eso, creyendo que ellos también podían hacer lo mismo o simplemente hablarían de él a sus espaldas.
Y aunque eso le importara una mierda, tenía que resolver rápido esa situación, deshacerse de ese imbécil que se atrevió a siquiera pensar en meterse con él.
Por eso, Yoongi no había descansado en lo absoluto, sobreviviendo esos tres días a base de cafés y bebidas energéticas. Luego podría caer en coma por un mes, pero tenía que dar resultados antes de que al pelinegro se le fueran los tapones. Aunque eso muy rara vez pasaba, pues muy pocas cosas podían hacer a Jeon enojar, generalmente resolvía todo con la mente fría, siendo excesivamente paciente, un maldito calculador con cada uno de sus movimientos.
Era mejor prevenir que lamentar, dicen por ahí.
Estaba a punto de buscar algún rastro en otro de los bancos que tiene Jungkook en el extranjero, cuando notó algo que lo dejó frío.
— Esto tiene que ser una jodida broma... Hoseok.
Hola, hola, personitas. ¿Cómo están? Espero que muy bien.
Ojalá hayan disfrutado el capítulo, además de mi muy pobre y soso intento de humor. La verdad es que pensé como cinco minutos en varios apodos para ponerle al profesor de Taehyung, jaja.
Tenía varios en mente, pero mi humor está muy roto y es hasta cuestionable. Era mejor ir a lo seguro. Espero que les haya dado risa o sino lloro.
En fin, por favor denle amor.
Cuídense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.
Tu existencia es importante. 💜
Meanwhile, the autor:
¿Les dije que estoy haciendo esto el mismo día? ¿No? ¿Si? No me acuerdo, pero todas mis intervenciones hasta ahora son del 16 de mayo, por si se lo preguntaban.
Estas dos capturas son de hoy mismo, si tengo más guardadas pero quería poner una fresquita, y estaba pensando en ponerles de a dos, sean respuestas de otro mensaje o no.
¿Saben lo feo que es editar desde el celular? Ahora entiendo a todas las autoras que se demoraban mucho más en actualizar porque se les dañaba el computador o algo así, es horrible, me llega una notificación diciendo que se editó desde otra parte (Azumi no está editando ahora, esta escribiendo otro cap) y me borra las imágenes 😭. Me demoré como media hora en que el cap 2 quedara bien.
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