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𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸)


— Diosa Luna, tiene un culo increíble.— Ese, fue otro de los comentarios de Bogum, la mano derecha de Jungkook.

Hace aproximadamente media hora habían llegado a la cafetería. Todos en el establecimiento aguantaron la respiración al ver cómo diez camionetas blindadas se estacionaban fuera del establecimiento. Y nadie pudo ocultar el claro nerviosismo que se apoderó de sus cuerpos cuando pudieron notar como una cantidad absurda de hombres bajaban de éstas, siendo increíblemente grandes, con apariencia intimidante y todos armados hasta la medula.

Después de la última vez, Taehyung no volvió a aparecerse por el bosque. Específicamente a la zona donde entrenaba el Alfa Jeon y sus demás tropas. Principalmente porque no deseaba causar más problemas, además de no querer preocupar a su Hyung.

Grande fue su sorpresa al ver como la Mafia Rusa: Valhar, llegó al lugar en donde trabajaba.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” Dijo el gran Rubén Blades un día, que sabias sus palabras.

Seguimos.

Se ofreció a darles algo de beber a los que estaban parados, pero estos negaron amablemente.

Exactamente diez minutos después, más hombres armados ingresaron al local (Como si los que ya estaban ahí no fuesen suficientes). Todos los uniformados hicieron una reverencia de noventa grados al azabache con aura amenazante que se acercaba al mostrador donde el Omega se encontraba. Pues Namjoon había enfermado y él tuvo que encargarse de la caja y llevar los pedidos.

— ¿Y éste quién es?— Susurró para sí mismo el peligris, observando muy detalladamente al hombre de aproximadamente uno ochenta y seis que se acercaba a la barra con rostro inexpresivo.

— Quisiera un café machiato con un toque de avellana, por favor.— Luego de decir eso, entregó su tarjeta para pagar.

Ni siquiera un hola, maleducado.

El joven tardó unos segundos en reaccionar, pues su voz era tan malditamente intimidante como él, siendo rasposa y profunda. Cuando la escuchó, sintió un escalofrío recorrer todo su complexión, además de percibir como su lobo se removía inquieto en su interior. Sin embargo, solo ignoró la sensación y lo atendió lo más rápido posible.

— Puede ir a sentarse mientras preparo su café.— Señaló las mesas que estaban a un costado, luego de regresarle su tarjeta.

Luego de dar un leve asentimiento, el aludido se alejó a paso relajado, sentándose en la misma mesa donde se encontraba el Alfa castaño, ese que hacía comentarios obscenos sobre su persona como si no pudiera escucharlo.

Mientras preparaba la bebida, Taehyung observaba con detenimiento al hombre que se encontraba a tan solo unos cuantos pasos de distancia. Llevaba una camisa abierta hasta el pecho con las mangas recogidas hasta los codos, dejando a la vista sus brazos fuertes llenos de tatuajes, un pantalón y unos zapatos de vestir. Todo de color negro, haciéndole competencia a su largo cabello azabache que permanecía recogido en una coleta, con varios mechones rebeldes colándose en su frente, ese que contrastaba con su piel lechosa, labios rojizos y mejillas ligeramente rosadas.

Detallando su rostro, pudo darse cuenta de las perforaciones que poseía; un piercing en la ceja derecha, una doble perforación en el labio del mismo lado y varios aretes en ambas orejas. Viéndolo así, tenía toda la pinta de ser un jodido Playboy.

Posiblemente lo era.

Algo que llamó su atención, fue cierto collar de plata que adornaba el cuello ajeno. Su respiración se entrecortó y casi deja caer el vaso que tenía en sus manos. Ese, ese era el collar que el lobo blanco tenía cuando fue a ver el entrenamiento, no podía equivocarse. Detalló a los demás y vio que nadie más portaba uno parecido.

Bueno, al menos sabía cómo lucía el jefe de Valhar...

Era un sujeto malditamente atractivo.

Cuando el café estuvo listo, se disponía a llevárselo cuando otro de los comentarios del castaño llegó a sus oídos.

— Hola, precioso. Cuando salgas del trabajo ¿Quieres ir a otro lugar? Puedo ser una muy buena compañía, ya sabes.— Dijo, para posteriormente guiñarle un ojo. Kim simplemente dejó el café, reverenció y se alejó de la mesa.

Jungkook levantó la vista al escucharlo, sus orbes oscuros reflejando nada más que desaprobación, su mirada endurecida dejaba más que claro lo poco que le habían agradado sus palabras.

Para él, ese tipo de comentarios eran inaceptables. El azabache no permitía ningún tipo de acoso dirigido hacia los y las Omegas, pues su madre, SunHee, desde muy joven le había inculcado la importancia de respetar a estos. Explicándole que no son meros objetos con los que puedes divertirte y desechar después, ni tampoco simples incubadoras de cachorros como muchos imbéciles sin escrúpulos solían insinuar.

Por eso mismo, que la persona que se supone era su mano derecha tuviera una actitud tan cuestionable, no era de su agrado.

— Park, compórtate.— Fue su única palabra, para luego darle un sorbo a su bebida.

El castaño dejó de observar como Taehyung limpiaba las mesas y dirigió su mirada a su jefe. Sin más, empezaron con su reunión.

Aproximadamente una semana había pasado desde la primera vez que Jungkook y sus hombres habían ido a la gran cafetería de SeokJin. Desde ese entonces, todos los días sin falta estaban ahí para lo que a su parecer, eran una especie de juntas. Los mismos hombres gigantes y armados con cara de pocos amigos cuidando a su jefe, el mismo Alfa imbécil con sus comentarios impúdicos, y aquel hombre con semblante serio que hacía a Kim babear. Todos en la misma mesa que han estado ocupando regularmente.

¿Por qué? Era una muy buena interrogante, él se lo había planteado varias veces, pero simplemente no encontraba una respuesta. ¿Era totalmente necesario que estuvieran forrados con el armamento suficiente para deshacerse de toda la cuadra? No tenía ni la menor idea.

Tampoco tenían intenciones de preguntar.

El platinado ya estaba acostumbrado a la presencia de esos Alfas dentro del establecimiento. Había notado que el señor Jeon (como todos le decían) siempre pedía lo mismo: “Un café machiato con un toque de avellana”, no cambiaba en absolutamente nada, uno que otro postre, pero la bebida siempre era la misma. Lo único que el pelinegro necesitaba hacer era llegar al local y pagar, pues el Omega solo requería verlo para empezar a preparar su café.

Era casi como si estuviera en piloto automático.

Otra cosa que notó, es que ese tal Jungkook hablaba coreano. Se le hacía raro que el jefe de una mafia rusa tenga ese tipo de nombre, no los que generalmente se usan en dicho país, pero no pensó que también fuera de su misma nacionalidad.

Muy pocas veces hablaba en el idioma ruso, solo cuando era meramente necesario, darle alguna orden a uno de sus hombres o pedir en el local; por ejemplo. Sin embargo, cuando hablaba por teléfono o con el castaño, siempre era en el idioma de su país natal.

No sabía si era con individuos en específico, tampoco es que pudiera ir y decir: “Hola, sí, soy el chico que le prepara el café. Pasaba para preguntarle si las personas con las que habla en coreano son las mismas o tiene un círculo social más grande que forme parte de la cultura asiática Oriental”.

Obviamente no podía.

Oh, bueno, sí podía. Pero estaba bastante bien sin una bala entre ceja y ceja, gracias.

Estaba dejando las bebidas en la mesa de dicho hombre que le podía volar los sesos con solo mover un dedo, cuando sintió una mano apretar su trasero fuertemente. Inmediatamente soltó la bandeja, ésta cayendo estrepitosamente al suelo. Para luego tomar la muñeca de quien quiera que fuera el hijo de puta que lo estuviera tocando para hacerle la técnica del brazo.*

Todo el local quedó en silencio cuando vieron al castaño quejarse de espaldas en el piso y a un Taehyung que prácticamente estaba echando humo por las orejas.

Los guardaespaldas quisieron intervenir, pero su líder los detuvo.

— Quédense en sus puestos.— Habló, todos los hombres automáticamente volvieron a sus posiciones y retomaron su postura erguida.

El más alto se levantó de su asiento y ayudó a Bogum a ponerse de pie nuevamente.

— Gracias, señor.— Sacudió su ropa.— No sé por qué ese loco hizo es...— No pudo terminar lo que decía, pues el azabache le propinó un golpe que lo mandó derecho al piso.

Otra vez.

Todos sus subordinados quedaron fríos al ver la reacción de su líder, pues este rara vez se enojaba. Pero cuando lo hacía, no significaba nada bueno.

— Te lo dije muy claramente, te ordené que no molestaras a ese Omega.— Habló Jungkook, apretando la mandíbula.— No digas que no te advertí sobre tus comentarios, Bogum. Fui paciente contigo, llamando tu atención cuando le decías obscenidades, cuando lo veías más de lo debido.— Sus ojos cambiaron a un rojo brillante, demostrando así cuan molesto se encontraba.— Pero he llegado a mi límite. Quiero que recojas tus cosas y desaparezcas, no te molestes en aparecer mañana, estás fuera de Valhar. No quiero ver tu asquerosa presencia otra vez. Y esto no es una advertencia, Park, es una amenaza. Si te veo de nuevo, será para romperte la cara y hacerte lo impensable, agradece que no corté tus manos y arranqué tu lengua, así que no me provoques.— Dicho esto, el pura sangre se sentó y comió del pastel que Taehyung le había traído con anterioridad.

Uh.

A pesar de los segundos que seguían avanzando, Bogum aún estaba procesando todo lo que su jefe (ya no tan jefe) había dicho. Cuando por fin pudo reaccionar y darse cuenta de que lo habían vetado de la mafia, se arrodilló ante él.

— L-lo siento, señor. No volverá a suceder, pero por favor no me deje fuera, le he dedicado mi vida entera a la organización, le pido que por favor lo reconsidere.— El pelinegro ni se inmutó por lo dicho.

Después de tragar el otro bocado que se había encargado de degustar, se giró y miró al que era su subordinado, antes de volver a hablar.

— Dije: quiero que recojas tus cosas, estás fuera de Valhar, no quiero ver tu cara. Desaparece, antes de que te arranque la cabeza.— vociferó, parpadeando lentamente, como si estuviese buscando paciencia de dónde no tenía.

— P-pero, señor, yo...— Jungkook lo interrumpió.

Llévenselo.— Sentenció.

Dos guardias tomaron al castaño de los brazos y lo estaban llevando fuera del local, cuando gritó:

— ¡Vas a arrepentirte de esto, Jeon, voy a ir por ti y me las vas a pagar! ¡Voy a hacer de tu vida un infierno.— Bramó mientras forcejeaba.

A Jungkook no le podía importar menos lo que dijera. Después de todo, el amo de Rusia era él.

Y nadie más que él.

Taehyung observaba la escena atónito, tratando de procesar lo que había ocurrido hace tan solo unos instantes. Ver cómo ese Alfa golpeaba al que se supone que era su segundo al mando, lo amenazaba y además lo sacaba de Valhar era impresionante. Luego de salir del shock que le provocó la escena, se inclinó en dirección a Jungkook.

El hombre lo había defendido, lo mínimo que podía hacer era agradecerle.

— Muchas gracias por lo que hizo, eh... Señor Jeon.— Dijo, aún estando perfectamente inclinado.

El pelinegro lo miró, se levantó de nuevo y lo ayudó a recobrar la postura, para luego ser él quien reverenciara.

— No debes agradecerme, por el contrario yo debería disculparme. lamento no haber hecho algo antes, además de solo darle advertencias al que era uno de mis hombres. Me apena mucho su comportamiento. Siento lo que pasó.

Todos estaban pasmados. No podían creer que el gran Jeon Jungkook, el líder de la mafia más grande de Rusia y prácticamente toda Eurasia; se encontraba haciéndole una reverencia y pidiendo disculpas a un Omega que trabaja en una cafetería.

Que cosas, ¿No?

Kim no estaba mejor que los demás. No sabía qué hacer. No quería que ese imponente Alfa estuviera inclinado. Así que, tomando valentía de quien sabe dónde, posó sus manos en los hombros ajenos y lo enderezó. Los guardaespaldas pensaron lo peor, era de conocimiento general que al azabache no le gusta el contacto físico, muchísimo menos por parte de alguien de la misma designación del chico. Nadie sabía la razón, pero es mejor abstenerse de tocarlo.

— Por favor no haga eso, usted no debe disculparse por nada. Fue ese sujeto, así que le pido que se levante.— habló el platinado, notablemente nervioso.

Y ante todo pronóstico, Jungkook recobró su postura y miró al Omega con amabilidad. Muy raro en el hombre que siempre tenía cara de odiar a todo el mundo, era un evento histórico para las personas que convivían con él diariamente.

Rápido, anoten la fecha, hora y lugar de los hechos, necesitamos contactar a un historiador.

— Espero que estés bien, Omega.— A los uniformados se les había desencajado la mandíbula al oír como su jefe había llamado al pequeño joven que estaba más rojo que un tomate. Ya que usar un mote tan íntimo con alguien que no sea tu pareja es... Algo que no se ve todos los días.

¿Que carajos estaba pasando?

— Lo mismo digo... Señor.— Dicho eso, el contrario asintió en su dirección y, haciéndole una seña a sus hombres, salieron del local.

El platinado estaba tan absorto viendo la puerta por dónde el pura sangre se había ido, que no notó como SeokJin se acercaba a él y le tocaba el hombro.

— ¡La puta madre!— Gritó, girando para ver como el Omega mayor lo miraba confundido.— ¡Diosa! Jin Hyung, me asustaste.— Dijo luego, tocando su pecho para calmar los latidos de su acelerado corazón.

— ¿Eres amigo del jefe de Valhar?— Preguntó aturdido.

Había salido de la cocina hace un momento para saber que era todo el escándalo que había, sin embargo, nunca esperó encontrarse al hombre más peligroso de todo el país, haciéndole una reverencia a su cachorro.

¿El polvo para hornear le había afectado?

— ¿Qué cosas dices? Claro que no.

— Entonces ¿Por qué estaba inclinado ante ti?— Preguntó en cambio, entrecerrando los ojos al ver cómo el menor se sonrojaba.

— Siéntate, te voy a explicar que fue lo que pasó.— Rendido, le señaló una de las mesas.

Para ese momento, ya era la hora de cierre, entonces no tendrían que preocuparse por los clientes. El peligris le contó con extremo detalle lo ocurrido hace solo unos momentos, Jin escuchaba todo atentamente y sin pronunciar ni una sola palabra.

Una vez terminado el relato, por fin habló.

— Le gustas.— Fue lo primero que salió de sus labios carnosos.

— No digas eso, solo me defendió de ese Alfa.— Bufó Taehyung rodando los ojos.— Desde hace días ha estado advirtiéndole que se detuviera. Se sobrepasó y eso fue lo que se ganó.

Después de decir eso, se levantó para organizar todo en la cafetería. El mayor lo miró con una mueca, pues no podía creer que ese hombre haya hecho todo eso solo para "defenderlo" pero no podía decir nada, lo más seguro para Taehyung era que no se metiera con ese hombre. No quería que su cachorro corriera peligro.

Luego de limpiar y cerrar el local, Kim se dirigió a su casa, estaba cansado y lo único que quería era darse un baño y echarse a dormir. Pronto terminaría su carrera y podría abrir su veterinaria con el dinero que tenía ahorrado, estaba emocionado por esa parte. Siente mucho amor por los animales y el saber que está estudiando una profesión para ayudarlos, lo ponía feliz.

Una vez llegó a su hogar, hizo lo dicho. Pero en ningún momento dejó de pensar en cierto pelinegro y en sus hermosos ojos. ¿Cómo es posible que alguien tenga una mirada tan fría pero al mismo tiempo tan cálida? No lo sabía, pero había logrado acelerar un poco su corazón.

Solo un poquito.

Hola, hola, personitas. ¿Cómo están? Espero que muy bien.

La técnica del brazo o ippon seoi nage; es una técnica de judo en la que el practicante agarra al oponente, lo levanta sobre su espalda y luego lo proyecta hacia adelante. Es un método efectivo para derribar al contrincante y se basa en el uso del impulso y fuerza del cuerpo.

Pueden buscarla para que tenga una mejor idea de cómo se realiza.

Cuídense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.

Tu existencia es importante. 💜✨

Meanwhile, us:

Helloooo, soy yo de nuevo, aclaraciones de este segmento: En ese momento, Azumi y yo no teníamos tanta confianza, ahora si me insulta.

Me siento en la obligación moral de repetirles que por favor no sigan nuestro ejemplo.

(Soy Azumi, haganle caso).

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