Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟼)

Se removió buscando una mejor posición para continuar durmiendo, aferrándose a la almohada que reposaba bajo su cabeza y brazos. ¿Siempre ha tenido una así de cálida? Vaya, hasta se movía, aunque era un poco dura y muy grande, además de ser excesivamente peluda. No se quejaba, era la noche en la que mejor ha dormido, debería usarla más seguido.

Pensándolo bien ¿Cómo había llegado a su casa ayer? Recuerda estar saliendo con DaHyun de la universidad hasta que el profesor Lee los interceptó, después de eso todo era borroso. Supone que la Alfa lo habrá llevado traído su a casa, era lo más probable, así que no había nada de qué preocuparse.

Un bostezo perezoso se escapó de sus labios, se sentía somnoliento aun cuando había descansado bien, era mejor seguir durmiendo. Después de todo; no tenía clases ese día y seguro a SeokJin no le importaría demasiado si llegaba un poco tarde al trabajo. Sin embargo, un pequeño gruñido se formó en su garganta al sentir algo moverse a su lado, frustrando sus intentos de ser holgazán.

Cuando menos lo esperó, su cómoda almohada le había devuelto el gruñido, siendo más grave, pero no llegando a ser amenazante, sino más bien... Juguetón.

Abrió sus ojos y se levantó rápidamente, soltando un potente grito cuando pudo notar como un gigantesco lobo blanco estaba junto a él, dándose cuenta que no estaba en su cama sino en un nido, vestía otra ropa y además yacían en el medio de la sala.

Y sí, no entendía ni mierda la situación.

Para darles un poco de contexto, luego de haber comido y después de una sesión de caricias por parte del azabache a petición del Omega, ambos cayeron dormidos. El platinado fue el primero en ceder al cansancio gracias al revuelo de emociones que tuvo el día anterior, y el pelinegro le siguió al poco tiempo después de transformarse. Todo por el simple hecho de no querer dejar solo al menor, además de que deseaba estar ahí en dado caso llegase a ocurrir algo...

Taehyung no quería soltarlo.

En fin ¿Por qué Jungkook estaba en su forma de animal? Bueno, está acostumbrado a dormir de esa manera... Por no decir que cuando lo hacía siendo un humano, generalmente era sin ropa.

Entonces, sí, era mejor así.

— ¡¿Alfa?! ¿Qué hace aquí?— Frunció el ceño.— ¿Qué pasó?

Jeon solo lo miró.

— Claro, si, no puede hablar.— Dijo con obviedad, rodando los ojos.— Diosa, me asustó. ¿Por qué es un...?

Su pregunta se vio interrumpida por el toque insistente de la puerta, el lobo se incorporó, gruñendo en dirección a esta, cubriendo al menor con su enorme cuerpo.

— Tranquilo.— El Omega habló, acariciando su cabeza para relajarlo.— Seguro son los chicos, deben estar preocupados por el grito.

Se levantó y caminó hacia la entrada, con Jungkook siguiéndolo muy de cerca. Abrió levemente la puerta y se encontró con cinco Alfas con mirada angustiada, quienes al verlo sonreír suspiraron aliviados. Primero por saber que se encontraba bien y segundo porque iban a conservar sus hombrías un día más al saber que no le había pasado nada. No obstante, retomaron su postura recta al percatarse de cierto lobo albino que los observaba amenazante, como si estuviera reprendiéndolos por demorar tanto en llegar tras el grito de su peligris.

— Estoy bien, no se preocupen.— Rio al ver sus expresiones.— ¿Quieren algo de comer? Voy a preparar el desayuno.— El de pelaje blanquecino gruñó en protesta, no deseaba que el platinado hiciera algo.— No me gruña.— Juntó sus cejas, arrugando el entrecejo.— Vaya adentro y acuéstese.

Para sorpresa de los contrarios, el pura sangre acató la orden de Kim sin rechistar, adentrándose a la casa y recostándose en el nido, aunque esto último no alcanzaron a verlo. El Omega les sonrió apenado y les dijo que en una hora les tendría listo algo de comer.

Una vez dentro, soltó un pesado suspiro.

No sabía que estaba pasando, ayer estaba en la universidad hablando con DaHyun y ahora estaba en su casa con Jungkook en su forma de lobo, con otra ropa y además con un enorme nido en medio de su sala... ¿De qué se perdió? Estaba casi seguro que debería recordar al menos algo de lo que pasó antes de llegar a esa situación, pero su cabeza estaba en blanco.

Dirigió su mirada al animal que lo observaba profundamente con sus ojos azules tan claros como las olas del océano. ¿Se sentía cohibido por su presencia? Ni un poco. De hecho, le parecía tan normal que le resultaba espeluznante. Volvió a suspirar antes de apoyarse en la puerta y pensar un poco más antes de decir cualquier cosa.

— ¿Pasó algo antes de que fuera por mí?— Jungkook movió su cabeza, asintiendo.— Okey, sí, eso está más que claro... ¿Puede transformarse para que podamos hablar?

Volvió a asentir antes de levantarse y sacudirse un poco.

— ¡Espere! ¡No delante de mí!— Jeon lo miró fijamente.— V-vaya a mi cuarto y póngase algo de ropa.

Obedientemente, el Alfa se retiró de la sala y fue a la habitación, procurando no derribar los pocos muebles que Taehyung poseía gracias a su enorme tamaño. Después de estar listo, regresó, notando como el platinado ya no se encontraba ahí. Confundido, dio algunos pasos hasta la cocina, donde el contrario se hallaba preparando el desayuno.

— No tienes que hacer eso.— Dijo Jungkook.

— ¡Joder!— Soltó asustado.— ¿Cómo es que camina sin hacer ruido?

El mayor solo se encogió de hombros y se apoyó en el marco de la puerta, tomándose el atrevimiento de observa muy detenidamente al menor, que se movía de aquí para allá haciendo quien sabe qué. La elegancia característica del Omega era algo fascinante para el pelinegro, la forma en la que se desplazaba lo hacía ver tan etéreo, casi irreal, simplemente era algo magnifico de admirar a su parecer.

—Quisiera que me explicara qué fue lo que pasó.— Pidió el peligris.

El azabache se limitó a contar en su totalidad lo que había ocurrido, desde el instante en el que había llegado hasta el comportamiento del lobo ajeno, sin omitir ni una sola cosa. Taehyung escuchaba todo atentamente, sintiendo rabia por su jodido profesor y bochorno por su forma de actuar.

Diosa, se había expuesto de tal forma frente a Jungkook, que vergüenza.

Después de haber terminado el relato, se quedaron en silencio por un momento.

— Así que...— Carraspeó.— ¿Yo no quise dejarlo ir a su casa?— Continuó sin mirarlo.

— Sí.

— Ya veo... Lamento eso.

— No hay necesidad de disculparse, no lo veo necesario, así ocurrieron las cosas y además no fue tu culpa, sino la de... Ese hombre.— Apretó la mandíbula y pausó unos segundos.— Sin mencionar que no me molestó para nada, Omega, iba en serio cuando dije que me interesas.

Kim dejó lo que estaba haciendo y volteó para por fin mirar al Alfa, quedándose sin aire en el proceso gracias a la imagen que tenía frente a él.

Jungkook estaba sin camisa y con los mismos pantalones de la vez anterior, tan ajustados que sus muslos gruesos se ceñían a ellos. Su pecho lechoso brillaba por la luz que se colaba por la pequeña ventana de la cocina, los músculos de sus brazos se marcaban al estar cruzados, su pecho fuerte se apretaban tan deliciosamente que sentía que podía desmayarse y su abdomen marcado son un claro sixpack lo tenía bobo de tan solo mirarlo. Y esos tatuajes, Diosa, eran tan atractivos a su parecer, además de las cicatrices que estaban regadas por todo su escultural cuerpo.

Algo en su interior se removió y sintió su entrada contraerse de tan solo fijarse en el miembro que reposaba debajo del pijama, tan acentuado que se notaba a kilómetros de distancia que no traía ropa interior.

Sus piernas temblaron y en su rostro se pintó con un notable sonrojo debido a los pensamientos impúdicos que atravesaron su mente en ese momento. Todo era igual, nada había cambiado desde la última vez que lo vio de esa manera. Pero se sentía tan diferente, tan distinto que no sabía cómo explicar lo que ocurría con él.

Ser virgen a los veintitrés le estaba pasando factura, parecía adolescente cachondo.

— Yo... No estoy buscando una pareja, señor Jeon.— Apartó la mirada, ni siquiera sabía que estaba diciendo.

— Yo tampoco, Omega.

Taehyung elevó su vista y sus ojos destellaron en dolor por sus palabras. ¿Qué era lo que le dolía exactamente? Él mismo acaba de decir que no estaba buscando a nadie, el azabache dijo lo mismo, no tenía que sentirse tan mal por eso... Pero lo hacía.

El pelinegro se acercó a paso lento, relajado, y se situó frente a él. Levantó sus manos y las posó en las mejillas contrarias, dejando caricias sutiles que lograron calmar el mar de emociones que el menor experimentaba. Su tacto era agradable, cariñoso, como dulces melodías que lo ayudaban a sentirse mejor.

Tan bueno, tan hermoso... Se sentía correcto.

— No estoy buscando a nadie...— Susurró, el menor abrió sus orbes avellanas que se habían cerrado tras el tacto ajeno, mirando directamente a los oscuros contrarios.— No busco a nadie más que no seas tú, Omega.— juntó sus frentes, cerrando los ojos.— Por favor permíteme cortejarte, no te arrepentirás.

El peligris quedó pasmado al oír sus palabras, en su estómago explotaron miles de mariposas que revoloteaban alegres, su lobo saltaba eufórico, rodando y mostrando el vientre. ¿Debía aceptar? Él estaba bien sin una relación, no quería tener la responsabilidad de tener una pareja... Pero al mismo tiempo desea estar con Jungkook, por La Luna que sí. Anhelaba besarlo, pasar tiempo con el mayor, poder decir que ese hombre era suyo...

¿Estaba bien dejarse llevar?

Sí, lo estaba.

A la mierda con todo y todos, la vida podía joderse en ese preciso momento.

— Acepto.

Podía jurar que en el fondo se escuchaba el famoso: “War Is Over” bueno, solo esperaba no arrepentirse de su decisión.

Por otro lado, Jungkook no cabía en emoción, su Alfa aullaba contento por la respuesta del platinado, jadeando feliz por saber que su propuesta de cortejo había sido aceptada. ¿Era normal el querer saltar y gritar? Supone que sí, porque eso es lo que quería hacer en ese preciso instante. Una cálida y hermosa sonrisa se formó poco a poco en los belfos rojizos del pelinegro, era tan grande que en las esquinas de sus ojos se formaron pequeñas arrugas y a los costados de su rostro, dos hoyuelos adornaban sus mejillas.  

El menor se le quedó viendo embelesado, maravillado por lo perfecto que era Jeon. ¿Cómo es que ese hombre se ha privado de sonreír todo este tiempo? Se veía tan guapo... Su animal interior ronroneó encantado, en definitiva era atractivo.

— Gracias por darme esta oportunidad, Omega, veras que voy a cuidar de ti. Seré un buen Alfa, lo juro.— Bajó una de sus manos a su cintura, dio un ligero apretón y lo acercó más a su cuerpo. Cerró fuertemente sus ojos por lo suave que era.— Te cuidaré, proveeré para ti y te darás cuenta que no hay mejor hombre para que sea tu pareja, que yo.

— Está sonriendo...— Tocó uno de sus hoyuelos.— Se ve bien mientras sonríe, hágalo más seguido.— Dijo, solo observándolo y sin prestarle mucha atención a sus palabras. Simplemente era algo impresionante de ver.

— Lo que desees, pero debes darme motivos para sonreír.

Posterior a esa petición y la afirmación de Taehyung, se concentraron en terminar de preparar la comida, Jungkook lo ayudó haciendo algunas cosas y sirviéndolas, además de poner nerviosos a sus hombres gracias a que su líder les había llevado el desayuno al porche. ¿Fue raro? Obviamente, pero el azabache se rehusaba rotundamente a que otros Alfas vieran el nido que le había armado a su Omega. Aunque, estaba más que complacido al escuchar las risas alegres del menor, era tan gratificante verlo así de risueño, su pecho se calentaba de tal forma en la que solo quería tenerlo de esa manera.

Brillando tan únicamente.

Después de unas horas en las que solo se la pasaron hablando y recogiendo el nido (para desgracia de Kim que quería conservarlo), Jeon se ofreció a llevarlo a su trabajo, estaba demás decir que entraba tarde, pues no sabe cómo su Hyung se había enterado de lo ocurrido que decidió darle el día libre (Dahyun lo llamó), pero luego de insistir un poco, aceptó que fuera pasado el mediodía. Así que, sí, Jungkook iba a llevarlo, además de ir con sus guardaespaldas por primera vez...

Santa mierda, estaba nervioso.

El pelinegro le informó que luego de darse un baño y cambiar su ropa, pasaba por él, así que no tenía de qué preocuparse. ¿Sus guardias podían llevarlo en la camioneta? Claro, pero el mayor se negó, alegando que, como Alfa que estaba próximo a realizar el cortejo, él debía hacerse cargo de ese tipo de cosas.

Taehyung solo aceptó sonrojado.

Y por eso estaba ahí, sentado en su pequeño sillón hablando por teléfono, esperando impaciente cuando aún faltaba media hora para las doce. ¿Tal vez se estaba precipitando? Nah, no cree.

Para calmar sus nervios, hace unos instantes llamó a Jimin y a Momo, citándolos en el local para contarles lo que pasó, además de decirles que Jeon Jungkook; el líder de Valhar, se había ofrecido a cortejarlo. Hubo algunos gritos a través del celular por parte de ambos Omegas, estos diciendo que estaban ahí en unos diez minutos. Se podía escuchar claramente cómo se arreglaban apresuradamente al otro lado de la línea.

Diosa, decir que posiblemente iba a ser pareja del hombre más peligrosos del país en voz alta, solo hacía más real y eso lo asustaba, pero estaba feliz.

Que fuera un mafioso solo era un pequeño detallito sin importancia.

El sonido de unos golpes en la entrada de su hogar lo sacaron de su pequeña ensoñación, colgó la llamada rápidamente para ir a abrir la puerta.

Su Alfa había llegado.

Jeon lo saludó (otra vez) con los típicos besos en su frente, parpados y mejillas, sin contar el que dejaba sutilmente en su cuello, siendo casi imperceptible, pero que lo erizaba completamente. Luego de eso, caminaron hasta los autos donde los Alfas los esperaban dentro de la camioneta y, una vez estaban listos, emprendieron camino a la cafetería que en realidad no quedaba tan lejos, pero no importaba, se sentía bien.

Cuando estacionaron los vehículos, el pelinegro les dejó instrucciones de cuidar los alrededores, además de que Eunwoo estuviera con Taehyung dentro del establecimiento, sentado en alguna de las mesas. Acatando la orden, tomaron posiciones. Cuando Jungkook los analizó lo suficiente y determinó que era seguro, pasó su brazo por la cintura del menor y lo atrajo a su cuerpo, dejando un suave beso en sus cabellos plateados para, posteriormente, avanzar a la entrada.

Dentro del local, dos Omegas (que llegaron antes que ellos por tan solo dos minutos de diferencia) y un Alfa moreno observaban la escena con total impresión. El pelinegro iba en serio con Taehyung. No sabían si preocuparse por lo peligroso que eso podía llegar a ser o alegrarse de que por fin el menor haya decidido aceptar salir con alguien... La segunda opción era la mejor, así que solo se miraron entre ellos y asintieron.

Iban a apoyarlo en todo.

Al estar adentro, las miradas curiosas de los clientes estaban sobre ambos, ellos solo lo pasaron por alto y caminaron hacia la barra. El platinado le informó que iba a cambiarse rápidamente y que en un segundo volvía, el menor le proporcionó un beso fugaz en la mejilla que provocó que una sutil media sonrisa se formara en los labios del mayor, antes de desaparecer tras la puerta de los vestidores.

Volviendo a su rostro inexpresivo, se giró para mirar a los tres pares de ojos que lo veían expectantes. El azabache solo miró a Namjoon e hizo una reverencia para luego decir:

— Buenas tardes, le informo que he decidido cortejar formalmente a mi Omega. Sería muy amable de su parte otorgarme su bendición. Aunque, lo que diga no me hará cambiar de opinión y no será un impedimento para mí o mi cortejo, sé que para él, usted representa una figura paterna y se alegraría de saber que está de acuerdo con nuestra futura relación.— Se enderezó, mirándolo directamente.— También me gustaría hablar con su padre Omega, si no es mucho pedir.— Dijo, sin ninguna expresión que adornara su cara.

Aún en shock, el contrario asintió y fue a la cocina para llamar a SeokJin, tropezando con sus propios pies pero aún sin detenerse. Al verlo desaparecer, volvió a girarse para ahora observar a los amigos de su Omega que lo veían con la boca abierta. ¿Había dicho algo malo? Bueno, no le importaba realmente.

— ¿Necesitan algo?— Cuestionó al darse cuenta de sus insistentes miradas.

— ¿Vas en serio con Tae?— Preguntó Jimin.

— Sí.— Respondió sin dudar.

—No estás jugando con él... ¿Cierto?

— No lo tomes a mal, pero queremos asegurarnos de que Tae no salga herido.— Habló Momo.

— Quiero dejar en claro que estoy yendo completamente en serio y no tomo esta situación a la ligera.— Su voz sonó grave.— Él significa mucho para mí, no solo me convertiré en su compañero, sino también en su pareja y seré el futuro padre de nuestros cachorros. Nunca lo consideraría como alguien del cual aprovecharme, especialmente siendo alguien tan importante como lo es mi Omega.— Pausó un momento.— Les agradezco el interés por su bienestar, me reconforta saber que tiene a personas que se preocupan por él, sin embargo, quiero que sepan que haré todo lo posible para evitar que sufra de alguna forma, así tenga que priorizar su seguridad por encima de la mía.— Inclinó levemente su cabeza.— Sería de mi total agrado saber que también cuento con su apoyo.

Perplejos, así se encontraban, no procesaban la información, sus bocas no podían articular palabras coherentes en ese momento. ¿Acaso escucharon bien? Ese hombre acaba de dar un monólogo completo de sus pensamientos sobre Taehyung y... Querían llorar, definitivamente sus palabras los habían ablandado de cierta forma. No obstante, antes de siquiera pensar en algo que responder, una voz lo hizo por ellos.

— ¿Es cierto?— Intervino el peli morado, quien había escuchado cada frase dicha por el azabache que ahora lo miraba.— Lo que acabas de decir. ¿Es cierto? ¿Piensas de esa forma sobre él?

El pelinegro se inclinó nuevamente en dirección al Omega mayor, esta vez, una reverencia más pronunciada que las anteriores.

— Todas mis palabras dichas anteriormente, son completamente ciertas, deseo convertirme en el compañero de Kim Taehyung después de realizar el cortejo.

Llegando en momentos oportunos, el peligris apareció en ese instante, deteniendo la conversación. Arrugó el entrecejo al observar a su Jin Hyung con los ojos cristalizados y el rostro levemente fruncido, al igual que sus amigos. Namjoon estaba con los labios temblorosos y su Alfa permanecía inclinado mientras veía en su dirección con la cabeza ligeramente levantada.

¿Por qué todo pasaba cuando él no estaba?

— ¿Interrumpo algo?— Inquirió desconcertado.— Alfa ¿Por qué está reverenciando?... Y ¿Ustedes por qué lloran? ¿Qué pasó?

Estaba más perdido que calvo en peluquería.

— No pasa nada, Tae.— Suspiró Jin sorbiendo su nariz, clavó sus ojos nuevamente en el azabache que ahora se encontraba derecho.— Tienes mi bendición.— Fue su respuesta antes de desaparecer por la puerta de la cocina.

— Voy a suponer que entendí lo que acaba de pasar.— Murmuró mientras se acercaba a Jungkook.— ¿Va a quedarse o tiene que irse?

— Voy a quedarme por un rato, llamaré a unos amigos para hablar sobre algunas cosas referentes a la empresa.— Besó su nariz.— Puedes trabajar tranquilo, Eunwoo y los demás están aquí para cuidarte, sin contar el hecho de que yo también estoy aquí... Estas seguro, Omega.

— Lo sé, Alfa...— Susurró.— ¿Desea algo para tomar?

— Lo mismo de siempre, por favor.

Taehyung asintió y lo observó sentarse en su mesa habitual. Cuando estaba por girarse, dos pares de manos lo tomaron por los brazos, colocándolo detrás de la barra. Un poco aturdido, se fijó en una cabellera rubia y otra pelinegra que lo veían con ojos cargados de curiosidad. Casi que saltaban encima suyo para todo con absoluto detalle. Kim se limitó a soltar una risita nasal y comenzó a relatar lo acontecido desde el día anterior hasta ese momento, mientras preparaba la bebida del Alfa.

Hubo insultos, deseos de muerte y una que otra amenaza sobre cortar penes de profesores.

Cosas normales en cualquier conversación.

Aunque, también hubo varios suspiros y chillidos emocionados por parte de sus amigos cuando les explicó lo ocurrido con Jungkook, la forma en que lo cuidó y habló cuando estaba expuesto. Su propuesta de cortejo en esa misma mañana y lo lindo que se veía cuando sonreía. Al aludido le causaba gracia saber como hablaban sobre su persona como si no estuviera a tan solo unos cuantos metros de distancia, pero se sentía bien ser consciente de como su Omega estaba contento y que él mismo era la causa de dicho sentimiento. Esperaba que estuviera igual o más feliz cuando comenzaran con el ritual para cortejarlo.

Diosa, estaba ansioso por empezar.

Una hora después, dos Alfas ingresaron al local, yendo directamente a la mesa donde su líder se encontraba.

— Ugh.— Jimin hizo una mueca de asco cuando Yoongi guiñó un ojo en su dirección.

— ¿Pasa algo?— Inquirió Momo.

— Es el cabeza de fósforo de la vez pasada, me lo encontré el otro día en la farmacia cuando estaba comprando las jodidas aspirinas. Además de ser malditamente molesto, aparece en todos lados.— Soltó con disgusto.— No lo soporto, es un fastidioso.

— Me perdí.— Habló Taehyung.

— Mi cabello de viejito, a ti no se te pierde la cabeza porque la tienes pegada al cuerpo.

El susodicho, frunció el ceño.

— Solo diré: los que se odian se aman.

El rubio se carcajeó fuertemente, llamando la atención de los otros clientes que estaban en la cafetería. Se calmó a los pocos segundos mientras limpiaba una lagrima que se deslizaba por su mejilla, además de sostener su estómago que dolía después de tanto reír.

— ¿Él y yo? ¿Yo y él? ¿De cuál te fumaste?— Se burló.— No, no, eso es algo que no va a ocurrir, mi querido Taehyungie, bájate de esa nube.

— Ya veremos, dijo el ciego.— Sonrió, encogiéndose de hombros.

Luego de eso, se dispuso a hacer su trabajo, regresando momentáneamente para seguir charlando con ambos amigos que se encargaban de devorar los postres que habían pedido. Mientras tanto, un Alfa pelirrojo y otro peliblanco, escuchaban incrédulos las palabras que su líder comentaba con toda la serenidad del mundo. ¿Lo que estaba diciendo era en serio? Era completamente cierto que; recientemente, el comportamiento del pelinegro los tenía realmente confundidos.

Que haya llamado a Yoongi ayer por la tarde para preguntarle si podía cuidar a Bam mientras él estaba en la casa de su Omega, era algo que nunca esperaron escuchar de su parte.

A veces se cuestionaban si estar en constante contacto con la realización y exportación (nunca consumo) de drogas, los estaba afectando de cierta forma.

He decidido cortejar a mi Omega como se debe, no estaré tan presente en los asuntos referentes a Valhar, necesito que se hagan cargo, por favor.

Santa Madre Luna, le lavaron el cerebro.

— Hablando de Valhar...— Empezó Yoongi luego de unos segundos de silencio.— Las cámaras de la oficina de Hoseok no estaban funcionando esa semana en la que empezó su celo, casualmente para ese momento decidimos cambiar el sistema de seguridad, entonces no tenemos nada.

Jungkook asintió.

— Vigilen a Manoban por el momento, no se le acusará de nada sin alguna prueba. Mantengan todo asegurado, cambien las claves de todo el sistema, no importa que tan mínimo sea, no quiero más fugas.— Miró al peliblanco.— Que algo así no vuelva a repetirse ¿Quedó claro?— Espetó firme.

Jung solo asintió mirando fijamente la mesa.

Su celular vibró en su bolsillo al mismo tiempo en el que Min se levantaba para ir al baño. Lo sacó de su abrigo para notar que su madre le estaba escribiendo. Bueno, posiblemente iba a tener a ambos mayores en su casa esa noche.

Mamá.

Hola, mi Alfita hermoso. ¿Cómo estás?

Tu padre y yo queríamos saber si estabas ocupado, para ir a visitarte.
✓✓(Visto)

Estoy bien, mamá, espero que ustedes igual.

Saben que pueden venir cuando quieran, y de hecho... Tengo que preguntarles algunas cosas.

✓✓(Visto)

¿Pasa algo malo? ¿Estás bien? ¿Qué sucede?
✓✓(Visto)

No ha pasado nada malo. Y sí, más que bien, en realidad.

Quisiera hablar con ustedes sobre mi compañero.

✓✓(Visto)

...

Al no obtener respuesta, el azabache frunció el ceño preocupado.

...

¿Mamá? ¿Estás ahí?

✓✓(Visto)

¡La Luna escuchó mis súplicas! ¡¿Tienes un Omega?! ¡¿Ya lo cortejaste?!

¡Cuéntame todo!

¡NO! ¡No lo hagas! Mejor espera a que tu padre y yo estemos en tu casa, quiero saber todo con lujo de detalles, Jeon Jungkook.
✓✓(Visto)

Sí, señora.

✓✓(Visto)

 [...]

Se levantó de su asiento sin decir nada, dejando a su amigo desconcertado, dio algunos pasos hasta el mostrador atrayendo la atención de dos Omegas que lo observaban esperando a que hablara.

— Luna de mi vida...— Taehyung se sonrojó por el nuevo apodo, al cual aún no se acostumbraba.— Tengo que irme antes, mis padres vendrán a visitarme y debo hablar con ellos con respecto a algunas cosas. Lamento no poder llevarte a tu casa, pero los chicos cuidaran de ti ¿Mmh?— Acarició su mejilla.— Por favor llámame cuando estés en tu hogar, ¿De acuerdo?
 
— Eso haré, Alfa.— Jungkook iba a apartarse cuando el platinado tomó su mano, deteniéndolo.— Espere, dijo que iba a ver a sus padres, ¿No?— Lo observó asentir.— ¿Puede llevarles algunos postres de mi parte?— Sonrió geométricamente.

Antes de obtener respuesta, Kim ya estaba moviéndose rápidamente para empacar unas cuantas tartas y trozos de pasteles. Al finalizar, se los entregó al hombre que solo se limitó a recibir todo, pero al verlo intentar sacar su tarjeta, el menor lo detuvo con una seña.

— Va por mi cuenta, Alfa, esto es algo que quiero darles y espero que les guste. Tal vez para una próxima vez pueda estregárselos personalmente.— Sonaba seguro de sus últimas palabras, pero la verdad es que le temblaba el culo de tan solo pensar en conocer a los progenitores del pelinegro.

Uh, sus futuros suegros, ay.

— No puedo aceptar esto, Ome...— El menor endureció su expresión.— Está bien, Mi Luna.— Bajó la cabeza respetuosamente.— Mañana quisiera ir a tu casa para conversar sobre el cortejo. ¿Estas libre por la noche?

El peligris asintió sonriendo abiertamente.

— Iré alrededor de las siete.— Se acercó nuevamente para besar su mentón y su mejilla.— No puedo esperar...— Susurró cerca del oído ajeno.

Luego de dejar a Kim ruborizado hasta el inicio de la coronilla, el mayor se alejó y se despidió del Alfa moreno y la Omega pelinegra con otro asentimiento de cabeza, además de darle una mirada a Hoseok y a Eunwoo, haciéndoles saber que tenía que retirarse. El platinado aún estaba estático en su lugar tratando de procesar la sensación del aliento contrario en su oreja, le puso la piel de gallina y su lobo gimoteó extasiado.

Madre Luna, algo le acaba de palpitar.

Y no fue el corazón.

El silbido de la mujer sentada en una de las butacas a su costado lo sacó de su nube de pensamientos.

— Mierda, Tae... Lo tienes comiendo de la palma de tu mano... Afirmó asombrada.— Pasa tips para enamorar mafiosos, hombre.— Lo codeó juguetona.

— Ay, cállate.— Habló abochornado.

[...]

— Oye ¿Has visto a Jimin? Preguntó Taehyung mientras ordenaba unos vasos.— Hace como una hora que se fue y no tengo ni puta idea de donde está.

Ese vocabulario.— Reprendió Namjoon.

Puede que el Alfa no hable coreano, pero gracias al constante uso de malas palabras por parte de su cachorro, consigue identificar algunas de ellas.

Perdón.— Bajó la cabeza.

— Dijo que iba al baño, y a menos de que tenga algún malestar estomacal, no tiene sentido que se demore tanto.— Respondió Momo encogiéndose de hombros.

— Ya... Voy a buscarlo y ver si se encuentra bien.

Salió de detrás de la barra y se encaminó a un pasillo donde se encontraban los sanitarios, abrió la puerta y se adentró a este; encontrándose con la escena de su mejor amigo semidesnudo sobre el lavamanos, con el pelirrojo ubicado entre sus piernas y teniendo el rostro ajeno escondido en su cuello, repartiendo besos húmedos en este. El inconfundible aroma a excitación los rodeaba y se extendía por la habitación. Además de los jadeos y pequeños gemidos que salían de la boca del rubio.

— ¡Diosa Luna!— Su grito alteró a los dos jóvenes que saltaron en su sitio.— ¡No vi nada, sigan con lo suyo!— Gritó nuevamente antes de salir disparado del lugar.

[...]

— ¿Sí se siente mal del estómago? Le dije que comer tantos dulces no era bueno.— La pelinegra chasqueó la lengua.

— Solo sé que quiero sacarme los ojos en este momento.— Exhaló el de piel canela, pegando su frente en el mostrador.

Momo lo miró confundida.

[...]

Al llegar a su hogar, estacionó su auto y descendió lentamente para dirigirse hacia la puerta del copiloto y así poder tomar las bolsas que le había entregado su platinado. Luego de asegurar el vehículo, se aproximó a la entrada para ingresar a su casa; dándose cuenta de que sus padres ya se hallaban ahí, sentados en el sofá junto con Bam, evidentemente emocionados de verlo llegar.

— Hol...— Calló bruscamente al escuchar el chillido excesivamente agudo que soltó su padre.

— Jeon Jungwoo.— Reprendió su mujer.— Las orejas de tu hijo son sensibles, contrólate.

— Perdón.— Puchereó. 

El azabache solo negó con la cabeza y se acercó a ambos mayores, estos captaron enseguida su petición. Quería un abrazo. Ellos no eran quienes para negarle tal muestra de afecto a su único hijo, así que rápidamente lo apresaron entre sus extremidades. Apretándolo fuertemente y bañándolo con sus aromas, marcando a su cachorro.

Puede que Jungkook parezca alguien frío a primera vista, con su semblante casi sombrío y carácter autoritario. Pero la verdad es que es débil en cuanto se encuentra con alguien a quien aprecia, volviéndose frágil y necesitado de cariño. Cosa que únicamente pasaba cuando estaba a solas con sus progenitores. Al menos, así era hasta que cierto Omega entró en su vida, destrozando la coraza que había armado a su alrededor, derrumbando los muros que se había encargado de construir y derritiendo el glaciar al que llamaba corazón...

Deseando mimarlo y ser mimado por él.

Después de unos segundos, se separaron para mirarlo expectantes, anhelando una explicación para la repentina noticia de haber encontrado a su pareja.

— Antes de empezar con el interrogatorio.— Les señaló el sofá para que tomaran asiento nuevamente, ambos acataron su pedido.— Mi Omega me encargó entregarles esto.— Dejó las bolsas sobre la mesa ratona para darle una caricia a su mascota que ahora estaba junto a él.— Son postres de la cafetería en la que trabaja, su padre los prepara.

— Madre Luna, es tan lindo de su parte.— Chilló su madre.— ¿Ya lo cortejaste? ¿Lo marcaste? ¿Son compañeros oficiales? ¿Ya puedo empezar con los preparativos para la boda? ¿Cuántos nietos me van a dar? ¿Cuándo podremos conocerlo?— Habló rápidamente sin darle oportunidad para responder.— ¡Jungwoo!— Se giró para mirar a su esposo que se estaba atragantando con un trozo de tarta.— Llama a Hye Noona, dile que hay que preparar una fiesta para celebrar que mi cachorro por fin encontró a su pareja.

Para ese momento, el señor Jeon ya estaba morado por la falta de oxígeno.

Jeon menor soltó un suspiró y se acercó a su padre para darle una palmada lo suficientemente fuerte como para que el pedazo de durazno que tenía atorado en la tráquea saliera volando por la sala de estar.

Bam rápidamente saltó, lo olisqueó y estornudo disgustado, por lo que regresó al sofá para recostarse nuevamente.

La pelinegra no le dio importancia y siguió esperando la respuesta de su hijo. Era algo de todos los días el que su marido se estuviera muriendo con cada oportunidad que tuviera o a cualquier mínimo descuido de su esposa. A veces se cuestionaban como es que ese hombre era un Alfa Dominante, no se parecía en nada a su hijo, que heredó el carácter fuerte de su madre.

Pero así lo querían, pendejito y todo.

— No lo he cortejado aún, de eso quería hablar con ustedes.— Respondió mientras se sentaba al notar que su padre ya podía respirar adecuadamente.— Evidentemente las preguntas que siguen también son negativas. Después del cortejo pienso presentarlos a los tres. Y todavía es muy pronto para pensar en nietos y hacer una fiesta, mamá.— La mujer frunció los labios.— Quisiera que me ayudaran con consejos para realizar adecuadamente el ritual.— Hizo una pausa.— Nunca hablamos de esto pues no esperé interesarme por alguien en algún momento.

Los dos pares de ojos que lo observaban brillaron al escucharlo decir que los necesitaba. Los del Alfa mayor ligeramente rojos debido a las lágrimas por su casi muerte gracias a una tarta de durazno... Agradece que su hijo estuviese ahí para ayudarlo, morir gracias a un trozo de fruta no es muy de Rockstar que digamos.

En fin, Era la primera vez que Jungkook pedía ayuda en toda su vida. Así que, asintieron efusivamente y se dispusieron a conversar sobre lo que generalmente se hace:

✓ Entregar regalos significativos para la persona cortejada.

✓ Llevarlo a citas y salidas especiales.

✓ Hacer un nido con ayuda de ambos y allí entregarse mutuamente en luna llena.

✓ Realizar un baile en sus formas humanas y en sus formas animales.

— ¿Hay que bailar?— El menor alzó una ceja.— ¿Por qué?

— Pues... Es algo complicado, a decir verdad.— Respondió su madre.— Originalmente, antes se realizaba el baile para dar por finalizado el cortejo, mas ésta costumbre se fue perdiendo con el tiempo y ahora se conforman con la marca.— Se encogió de hombros.— Se dice que el ritual no finaliza hasta que ambas partes bailan por primera vez. Es lindo cuando lo hacen en sus formas lobunas porque de esa manera se reconocen como compañeros para toda la vida.

El azabache la escuchaba atentamente, prestando especial interés a sus palabras. Él deseaba cortejar a Taehyung correctamente, y si eso significaba que tenía que bailar con él, eso haría.

— Pero eso sí.— Intervino esta vez su padre.— Es muy poco probable, pero puede suceder. Hay ocasiones en las que las partes animales no llegan a aceptarse o reconocerse mutuamente. Y si eso pasa, el enlace no será válido.— Dijo seriamente.— No importa si la marca ya está hecha y ustedes digan quererse de verdad, nunca llegarán a amarse realmente.— suspiró.— Una parte de ustedes rechazará al otro, pero tampoco podrán estar con alguien más debido al lazo en el cuello de tu Omega.

— ¡P-pero!— Casi gritó SunHee al ver como su cachorro endurecía su expresión.— No es común que después de todo el cortejo y el enlace, los lobos se rechacen. No se supone que sus yos animales repelan a alguien después del tiempo compartido como pareja, así que no hay de qué preocuparse, es tu destinado, ¿No?— Sin importar que tan optimista se viera, se notaba nerviosa por la probabilidad de que eso le sucediera a Jungkook.

— Lo es.— La pelinegra sonrió.— Pero él no lo sabe.— suspiró al ver los rostros confundidos de los mayores.— Mi Omega no me reconoce como su pareja destinada porque no me ha olfateado, su lobo sí me acepta como tal, pero la parte humana no.

— ¿Cómo que no te ha olido? ¿Por qué?

— No quiero presionarlo, no deseo que me acepte solo porque “soy su Alfa”.— Hizo comillas.— Quiero enamorarlo como se debe, si aceptó mi cortejo fue porque quiso hacerlo... Le diré cuando tengamos que... Ya saben.

Sus progenitores apartaron la mirada ruborizados, hablar de estos temas con su hijo, siendo este un adulto, simplemente era una cosa a la que nunca iban a acostumbrarse.

— Bueno... Es lindo que pienses así, cielo. Te ayudaremos en lo que necesites, no te preocupes.— Dicho eso, se levantó y se sentó al lado del menor, abrazándolo tiernamente.

— ¡Esto es tan emocionante!— Exclamó su padre, pataleando encantado.— ¡No me dejen solito, yo quiero unirme!— Prácticamente se aventó sobre su esposa e hijo.

— Jungwoo... ¿Estás llorando?— Se burló la pelinegra.— Llorón.

— ¡Kook, tu mamá me está molestando!

Jeon menor solo rió entre dientes, negando con la cabeza, los amaba con todo su corazón.

3:32 A.M.

SeokJin sintió la puerta de su hogar cerrarse, y a los pocos segundos, el sonido de la regadera del baño del piso de abajo encenderse.

Recientemente, Namjoon ha estado saliendo de noche y regresaba a altas horas de la madrugada, solo para entrar directo al cuarto de baño e ingresar a la habitación recién duchado y claramente exhausto. ¿Estaba preocupado? Por supuesto... Pero luego empezó a sospechar.

¿Su Alfa le estaba siendo infiel?

De solo pensar en eso su pecho dolía como el infierno, su Omega aullaba lastimero en su interior y las inmensas ganas de llorar le provocaban dolor de cabeza.

Debería hablar con él, pero tenía miedo. Miedo de escuchar de su propia boca que el moreno estaba viendo a alguien más. Y es que ni siquiera lo había tocado como generalmente lo hacía, simplemente se iban a dormir sin siquiera dirigirse alguna palabra, porque cuando el mayor se acuesta para dormir, su Alfa ya se ha ido...

¿Se había cansado de él por ser un Omega inservible?

Era cierto que al principio ambos estuvieron decepcionados de no poder tener bebés propios, pero habían aprendido a aceptarlo. Al menos, hasta que llegó su Tae, ese joven peligris que adoptaron como su cachorro. Pero, al parecer, eso no era suficiente para Namjoon. Al menos, así era en la mente de Jin, que soltó un suspiro tembloroso al sentir como el lado vacío de la cama se hundía, indicando que su pareja ya estaba junto a él.

Unos fuertes brazos apresaron su cintura y el aliento caliente del menor chocó contra su oreja, para posteriormente, percibir como un beso húmedo pero delicado fue depositado en su nuca, justo en la marca que los unía.

Te amo tanto... Fue lo que dijo el moreno, para luego caer dormido.

SeokJin quería llorar. Mucho.

Hola, hola, personitas.

Este es un capitulo más largo de lo normal, espero que no se les haya hecho tedioso de leer. Deseo que les gusten este tipo de capítulos extendidos, porque posiblemente los demás sean iguales o más extensos.

Quisiera realizar una pequeña aclaración en cuanto a la explicación del cortejo que le hicieron los padres de Jungkook a este último.

La idea original no es de mi autoría, de hecho es de una guía Omegaverse que le pertenece a: yxxrxdxxblx estuve buscando referencias para esto mismo, y la verdad su definición del baile me gustó demasiado. Tengo su permiso para utilizar su concepto, y de hecho, puede que lo haya plasmado prácticamente igual (me declaro culpable) pero lo hice porque no quería alterar demasiado la esencia de sus palabras.

Espero que no haya ningún tipo de inconveniente respecto a esto.

Cuídense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.

Tu existencia es importante. 💜✨

Meanwhile, the autor:

Aparte o a causa (no sabemos si es por eso, pero digamos que si) de la mala alimentación y falta de sueño de Azumi, ya parece una viejita de 90 años cuando solo tiene 18 (los cumplió el viernes) siempre le duelen las articulaciones y se saca yucas con gran facilidad (estoy igual, solo que tengo 19), por algo les decimos que NO HAGAN LO MISMO QUE NOSOTRAS.

(Aquí Azumi, es que, uno a parte de ser guapo es crujiente ¿Saben?... No es cierto, no tengo autoestima, bruh).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro