𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟻)
¡ACLARACIÓN!
Las escenas escritas en cursiva son sucesos acontecidos en el pasado, antes de iniciar la historia.
Cualquier inquietud o duda no duden en escribirla en los comentarios.
Disfruten la lectura.
[...]
El silencio pesado se cierne sobre las maquinas oxidadas en los pasillos desiertos. La luz tenue que lograba colarse por las ventanas rotas, pintaban sombras tétricas sobre las paredes descascaradas. El aire estaba cargado de humedad y decadencia, mientras el eco de sus propios pasos resuena en los rincones vacíos. El ambiente está impregnado de un aura de desolación y ruina, es como si el tiempo se hubiera detenido allí dentro.
— Pensé que no ibas a venir.— Dijo la joven de cabellos oscuros.
— ¿Hiciste lo que te pedí?— Preguntó en cambio.
— Eres insoportable ¿Lo sabías?— Rodó los ojos y sacó una carpeta del interior de su bolso.— Esas son las cuentas de Jeon y la información sobre sus bancos.— Le extendió los papeles.— Tuve que acostarme con su amigo para conseguirlas, no fue desagradable, pero no pensé caer tan bajo.
— Esa es información que no te solicité.— Revisó el interior y levantó su vista para mirarla nuevamente, alzando una ceja.— ¿Quién fue?
— Jung Hoseok.— Respondió.
— ¿Jung Hoseok? ¿En serio te lo cogiste?
— Le adelanté el celo, tuve que hacerlo para poder entrar a su oficina.
El hombre dio un asentimiento mientras apretaba los labios, aguantando la carcajada que deseaba brotar de su boca. Dobló el sobre manila a la mitad, lo guardó dentro de su abrigo y carraspeó.
— Mira el lado positivo, conseguiste sexo gratis y sin compromisos.— Se rió de sus propias palabras, burlándose de ella. Segundos después, se acercó y juntó sus belfos con los contrarios, su lengua haciéndose espacio en el interior de la boca ajena. Una vez se habían separado, habló.— Te llamaré de nuevo por si necesito algo, preciosa.— Le guiñó el ojo.
— ¡Eres un imbécil! ¡¿Me oyes?!— Gritó al verlo alejarse como si nada.
— ¡No tan imbécil como Jung, pero yo también te amo!
Fue lo último que dijo antes de salir del edificio en ruinas.
[...]
— Entonces ¿Tu mafioso de casi dos metros va a venir por ti?— Inquirió el rubio mientras llevaba un trozo de pastel a su boca.
Taehyung había decidido quedarse otra noche en casa de Park gracias a que la pelinegra no se encontraba bien debido al exceso de alcohol que consumieron. Le informó a Jeon que no fuera a su casa a recogerlo y, luego de explicarle los motivos, este respondió que no se preocupara, que le indicara la dirección de su amigo para ir por él.
— Sí, Jimin, Jungkook va a venir por mi.— Respondió mientras se miraba al espejo, arreglando algunos mechones de cabello y revisando que el poco maquillaje que se había aplicado estuviese bien.
— ¿Dónde está mi hombre tatuado?— Puchereó.— La vida me trata como si yo le hubiese dado los latigazos a Jesús.
— Ni siquiera creemos en ese dios.— Frunció el ceño y se giró para mirarlo.
— Creo que ese puede ser uno de los motivos de mi desgracia.— Lloriqueó.
El platinado estaba por responder, pero unos toques en la puerta interrumpieron cualquier palabra que pensara emerger de su boca. Le dio una última mirada al Omega bajito y avanzó hacia la entrada, encontrándose con Eunwoo.
— Joven Taehyung, el señor Jeon se encuentra afuera esperándolo en su auto.— Informó.
— Oh, Gracias.— Sonrió.— ¿Ustedes que van a hacer mientras yo estoy en clase?
— Iremos a la base para asearnos y comer.— Explicó.— Para cuando el líder lo deje en su hogar, nosotros ya estaremos ahí.
— Ya veo...— Se agachó para tomar su mochila que estaba al lado de la puerta y volteó su rostro para mirar a su amigo.— Nos vemos luego, Chim, dile a Momo que la sopa está en el microondas y por favor no te comas todo el helado que está en la nevera, déjale un poco para cuando se sienta mejor.— Lo observó asentir con las mejillas llenas.— Te quiero.
Tras cerrar la puerta después de salir de la casa, caminó tranquilo hasta el Alfa azabache que lo admiraba con ojos brillantes. Su corazón dio un vuelco al notar lo guapo que se veía con ese traje que se ajustaba perfectamente a su cuerpo trabajado, Diosa ¿Cómo es posible que con cada día que pasaba solo se viera mejor? En cambio, él parecía una bola andante con todas las capas de ropa que traía encima. Él amaba el clima de Rusia, era una de sus cosas favoritas, pero odiaba verse como un jodido exhibidor de prendas de invierno al lado de ese atractivo hombre.
Maldice el hecho de ser un puto friolento y admite sentir un poco de envidia hacia las personas de nacionalidad rusa que no tienen que pasar por lo mismo gracias a que sus cuerpos están adaptados para esas temperaturas.
Al estar lo suficientemente cerca, Jeon lo atrajo a su anatomía, inclinándose solo un poco para que el peligris estuviera pegado a su cuello privado de aroma. ¿Qué si quería que lo oliera? Por supuesto, no tienen ni la menor idea de lo mucho que quiere marcar al menor con sus feromonas, para que ningún Alfa esté cerca de él. Pero no es el momento, sabe que al liberar su esencia el Omega entraría en celo y notaría que son destinados.
Jungkook no desea eso.
Al menos, no por el momento.
Prefiere ganarse el amor del chico sin la presión de su instinto, sin la necesidad de verse obligado a estar con él por no poder rechazarlo, es consciente de que el lobo del menor ya lo reconoce como tal, pero la parte humana aún no lo sabe. El pelinegro quiere enamorarlo como es debido, ganarse su corazón de manera justa para el Omega, cortejarlo y crear una relación estable antes de dar el siguiente paso.
¿Cursi? Uf, demasiado, mucha azúcar. Ni él mismo cree lo mucho que ha cambiado.
¿Hola? ¿Jungkook de los primeros capítulos? ¿Estás ahí? Creo que no.
Pequeños movimientos lo sacaron de sus pensamientos, por lo que aflojó el agarre para liberar del abrazo a Kim, quien lo miraba confundido.
— ¿Sucede algo malo?— El pelinegro negó.— ¿Seguro? Es que le pregunté varias veces como está y no me respondía... ¿Se siente bien?
— Lo siento, mi mente estaba en otro lado.— Pasó una mano por las mejillas ajenas, dejando caricias sutiles.— ¿Vamos? No deseo que llegues tarde.
El menor asintió con los ojos cerrados, disfrutando del cariño recibido, dándole el placer a Jeon de deleitarse con su rostro masculino pero sin dejar de ser delicado. La mayoría de los Omegas macho eran extremadamente pequeños, con aspecto aniñado y luciendo empalagosamente tiernos. Siendo completamente desagradables para su gusto.
No obstante, Taehyung era la excepción.
El joven no era bajo de estatura, midiendo uno setenta y ocho, se notaba que hacia al menos un poco de ejercicio, pues no era especialmente débil. Además, por lo que había escuchado y de paso indagado sobre su vida, el de piel canela practicaba Judo antes de salir de Corea... deseaba saber el motivo por el cual empezó a realizar dicho deporte, pero eso sería algo que hablaría con él más adelante, no pretendiendo saber todo sobre su pareja por el simple hecho de investigarlo. El Alfa en serio anhelaba conocerlo poco a poco, tomarse su tiempo.
Aunque ya sabía cosas básicas como sus gustos por las novelas clásicas, quería aprender mucho más.
Después de subirse al vehículo, emprendieron camino hacia la Universidad del menor. Por lo que este le iba comentando, recientemente solo está viendo una que otra clase a la semana, desvelándose para terminar los que se supone, eran sus últimos proyectos antes de su tan esperada graduación. Estaba más que emocionado, por fin podría dedicarse al cuidado de los animales como tanto había querido.
Jungkook solo lo escuchaba atentamente, su lobo inflando su pecho con orgullo por lo mucho que se estaba esforzando. Se regocijaba al saber que su compañero era una persona decidida a alcanzar sus metas por si mismo, deseando en lo más profundo de su ser, tener la oportunidad de verlo recibiendo su diploma. Anhelando fervientemente ser testigo del brillo de satisfacción en esos hermosos ojos avellanas.
Después de unos minutos en los que Taehyung hablaba animadamente sobre lo que quería hacer luego de graduarse, llegaron a su destino. El Alfa bajó del auto y lo rodeó, abrió la puerta de Kim y extendió su mano para ayudarlo a bajar.
— Vendré por ti cuando termines, por favor espérame.— Besó sus nudillos.— Ten un buen día, Omega.— Se inclinó un poco para dejar otro beso sobre su mejilla, alejándose a los pocos segundos.
El platinado asintió, sonriéndole pequeño e inclinando su cabeza a modo de despedida, dio pasos relajados, adentrándose al edificio de su carrera.
[...]
— Así que... ¿Ahora sales con un mafioso? Y no cualquiera, sino el puto mafioso más peligroso de toda Rusia.— Dijo DaHyun mientras le daba un mordisco a la porción de pastel que el menor le había llevado.— Nunca has tenido pareja, pero cuando decides tener una, piensas en grande.— Se burló.
— No hables con la boca llena, no seas maleducada.— Frunció el ceño.— Y... No lo sé, me siento bien cuando estoy con él y me trata de manera especial, es lindo.
La castaña lo miró con los ojos bien abiertos mientras tragaba con dificultad.
— De todas las descripciones que pudiste darme, no esperaba para nada que incluyeras la palabra “lindo”.— Hizo comillas, mirándolo con incredulidad.— Bueno... Solo ten cuidado, ¿Vale?
Luego de asentir y que DaHyun terminara de comer, se levantaron para dirigirse a la salida.
Ya había llamado al azabache, este le avisó que estaba ahí en díez minutos, así que decidieron esperar en la banca en la que el peligris se sentaba para hablar un poco, sacando el tema gracias a los rumores que la mayor había escuchado: “Kim Taehyung estaba con Jeon Jungkook, el líder de Valhar” ¿No tenían nada mejor que hacer que estar repartiendo chismes sobre los demás?
Bueno, tampoco es que le importara lo que dijeran sobre él.
Ya casi estaban en la salida, cuando un agarre en su brazo lo suficientemente fuerte como para sacarle un quejido, lo detuvo. La castaña volteó a verlo preocupada, cambiando sus ojos a dorado intenso al notar como el profesor Lee tenía a su amigo arrinconado contra la pared, sosteniendo sus manos y pegándose a él para que no se moviera.
— ¡¿Qué cree que está haciendo?! ¡Suéltelo!— Gritó enojada.
— ¡No te metas!— Gruñó.— Y tú... Tú y yo tenemos que hablar en mí oficina.
Desde lo acontecido hace más de una semana, el rubio no había parado de intentar tener algún tipo de interacción con Taehyung, este huyendo constantemente para evitar cualquier conflicto que pudiera afectar su tan ansiada graduación. ¿Era molesto? Por supuesto, tener que salir prácticamente corriendo después de clases, evitar estar demasiado tiempo en el patio donde era visible y el mayor podía citarlo a su oficina bajo cualquier excusa era más que cansado, pero él no quería problemas.
Kim gruñó, mostrando sus dientes en señal de advertencia, mas solo causó que una molesta sonrisa se formara en los labios contrarios. La castaña iba a tirarse sobre él, queriendo arrancarle la garganta, no obstante, se vio interrumpida por un potente rugido gutural, este siendo totalmente amenazante, dejándolos rígidos en sus lugares.
Los dos Alfas mostraron su cuello, completamente intimidados. Mientras tanto; Kim reprimía el chillido que quería abandonar sus labios. No deseaba mostrarse débil ante el hombre que lo mantenía inmovilizado, pero los deseos de su Omega que le suplicaban llamar a su Alfa fueron más fuertes.
De su boca emergió un pequeño y casi inaudible gimoteo, causando que la piel de Jungkook se crispara y sus instintos más primitivos salieran a flote.
No había llegado hace mucho, estaba por sacar su celular para llamar al menor y avisarle que ya estaba ahí, cuando un grito lo alertó. Su lobo se irguió en su interior, incitándolo a entrar para asegurarse de que su pareja estuviese bien, pero el escenario con el que se encontró lo hizo rugir desde lo más profundo de su pecho.
Ver como un hombre desconocido tenía a su Omega sujeto contra una pared, además de notar como este presionaba su entrepierna contra su trasero, fue lo último que necesitó para querer asesinarlo ahí mismo.
A paso rápido, se aproximó hacia ellos. Lo primero que hizo fue tomar al rubio por la nuca y lanzarlo lejos del joven platinado que se había vuelto dócil, evitando que sus sucias manos estuvieran tocando su cuerpo por más tiempo.
Quería destrozarlo con sus dientes, hacerlo pedazos de forma dolorosa hasta matarlo.
Pero no podía.
La primera razón era no aterrorizar al de piel canela, no deseaba mostrarle ese lado suyo y asustarlo al punto de que ya no quisiera verlo. La segunda era que posiblemente ese hombre era algún docente de la Universidad, y aunque eso le importara una mierda, su chico podía verse afectado. Aun cuando el dominara a toda Rusia (Literalmente) no quería interferir en la vida del menor.
Él había logrado llegar hasta ahí por su cuenta, interferir de cierta manera solo era echar todo su esfuerzo a la basura.
Tratando de contener sus crecientes deseos de destrozarlo, dio un último gruñido y se volteó para ver cómo se encontraba su Omega, quien tenía a su lobo a flor de piel, demostrándolo con sus orbes que brillaban en violeta. No sabía exactamente como tratar con el lado animal del contrario, la vez anterior en la que ambos se encontraban en el hogar de Kim, no estaba tan expuesto como lo está ahora.
— ¿Omega?— Taehyung levantó su mirada.— ¿Puedo acercarme?— Lo observó asentir.
No sabía si era porque era él quien lo estaba pidiendo o si tenía algo que ver con el hecho de que se encontrara sumiso por su estado, aunque esta vez no era como la anterior, quería creer que la primera opción era la correcta.
Dio pasos cautelosos, no deseando alterarlo más de lo que ya se encontraba. Cuando estuvo a una distancia más corta, extendió su mano lentamente hasta tocar su mejilla, no perdiéndose el cómo Kim tomaba su brazo para acercarlo y tener más contacto, prácticamente restregando su rostro contra su palma.
A unos pasos de la pareja que permanecía sumergida en su propia burbuja, la castaña observaba todo con la mandíbula desencajada y con los ojos a punto de salir de sus cuencas, simplemente no podía creerlo ¿Jeon Jungkook en serio estaba siendo así de tierno con su amigo? ¿El líder de toda una mafia y el dueño de todo el país le estaba haciendo mimos a Taehyung?
Pellízquenla, porqué está soñando.
Cuando iba a hablar para llamar la atención de ambos, un quejido débil los hizo voltear.
El profesor se había levantado, tenía algunos raspones y respiraba pesadamente, demostrando su enojo. El Omega gruñó, aferrándose al brazo del azabache, este último cambiando el color de sus ojos a uno rojo sangre, cubriendo al platinado con su cuerpo, casi tapándolo por completo.
¿Es que ese hombre no le tenía miedo a morir?
— ¡¿Quién te crees que eres para meterte en lo que no te incumbe?!
Uh, definitivamente quería morirse.
Ciertamente había personas que desconocían la apariencia de Jeon cuando estaba en su forma humana, pero vamos ¿Tratar de pelear contra un Alfa pura sangre? ¿Es que no poseía instinto de supervivencia?
— Si quiere seguir conservando todas sus extremidades, le recomiendo que deje de molestar a Mi Omega y se vaya por donde vino.— Su voz había sonado rasposa, profunda, aun cuando generalmente era así, ahora lo estaba mucho más.
— ¿Tu Omega?— Bufó.— Por favor, llevo todo el año tratando de cogérmelo ¿Y luego llegas tú a decir que es tuyo?— Bramó enojado.— Escucha, chico, si no quieres problemas, vete, tengo dinero e influencias. ¿Está bien? Puedo desaparecer tu existencia si así lo quiero.— Sonrió altanero.— Creo que el que debería irse es otro.
¿Quién le dice? Yo no.
Jungkook permaneció inexpresivo, sin decir ni una palabra mientras el peligris solo se restregaba contra la chaqueta de su traje.
Por otro lado, DaHyun soltó una fuerte carcajada que hizo voltear al rubio, quien tenía el entrecejo fruncido por la reacción de la fémina ¿De qué se estaba riendo?
De ti, ups.
— ¿Qué te causa tanta gracia?— Exclamó exasperado.
La castaña levantó su mano pidiendo un momento para poder calmarse. Y cuando por fin lo hizo, habló.
— Discúlpeme, profesor, pero...— Rió otra vez.— Ese que ve ahí.— Señaló a Jungkook.— Es el líder de Valhar, dueño de la empresa Jeon Inverstmentes, el hombre que maneja a todo el continente y próximamente el Alfa de Tae...— Carraspeó.— Creo que no debería hablarle así.
La forma en que los colores abandonaron el rostro del mayor fue algo excesivamente cómico, ojala hubiera podido grabarlo.
Un ligero temblor se instaló en su cuerpo, el miedo y las alarmas de advertencia que sonaban en su cabeza le decían que debía salir de ahí en ese momento si quería vivir un día más. Antes de dar un paso para emprender su huída, el pelinegro dijo unas últimas palabras antes de que se fuera.
— Mi Omega es lo más importante para mí.— Comenzó.— Él solo tiene que pedirme cualquier cosa y yo la cumpliría. Movería montañas si eso quisiera, destruiría a la mitad del mundo tan solo con mover un dedo si eso lo hace feliz...— Sus orbes destellaron peligrosamente.— Si él me dijera que quiere deshacerse de alguien, sería un trabajo extremadamente fácil para mi.— Su expresión se endureció.— Puedo asesinarlo de formas que usted no se imagina y hacerlo sufrir de maneras impensables. Así que le recomiendo mantener sus manos alejadas, porque si me llego a enterar que le ha vuelto a tocar un solo cabello, no tendré ningún tipo de misericordia con usted.
Una vez dichas esas palabras, se giró para tomar al menor en brazos, quien gustoso se aferró a su cuello, enredando sus piernas alrededor de su cintura y dejando su cabeza pegada a su fuente de aroma, a pesar de que esta no tuviera ningún tipo de olor. Sus fuertes brazos se ajustaron a la pequeña cintura y muslos del menor, sin ningún tipo de doble intención, solos asegurándose de sostenerlo bien para no dejarlo caer.
Le dio un último vistazo a la Alfa que solo sonreía en su dirección, dándole un asentimiento como despedida antes de caminar en dirección a su auto, sin volver a mirar hacia atrás.
Al llegar, abrió la puerta del copiloto para dejar al menor en el asiento, sin embargo, este no deseaba despegarse de su anatomía, poniendo resistencia cuando intentó remover el agarre en sus caderas, sintiendo como se sostenía con más fuerza, además de percibirlo gruñir disconforme. Rió internamente por lo tierno que estaba siendo.
Ojala tuvieran más momentos así.
En otro tipo de circunstancias.
— Omega, tenemos que irnos, por favor suéltame para que podamos ir a tu casa.— Le habló suavemente, no queriendo herir al lobo ajeno.— Puedo hacer un nido para ti ¿Mmh? ¿Qué te parece?— Susurró y repartió caricias sutiles por toda su melena grisácea, escuchando un bajo ronroneo.
El agarre en su cuello se fue aflojando de a poco, revelando el rostro de Kim. Sus mejillas estaban sonrojadas, su cabello alborotado y sus orbes se veían tan hermosos con ese tono violeta. Jungkook sintió el aire atascarse en sus pulmones por unos segundos, tenerlo de esa manera era tan tentador, quería besar esos belfos rojizos, tocarlo como nunca había querido tocar a nadie antes...
Pero no podía, no debía y no lo haría. No así.
No iba a aprovecharse de esta situación, él no era ese tipo de Alfa. Todo lo que anhelaba hacer con Taehyung en un futuro, iba a ser consensuado por ambas partes, lo harían porque querrían, porque los dos lo desearan. Jeon jamás se sobrepasaría con nadie, muchísimo menos con el platinado.
Él era especial y debía ser tratado como tal.
Luego de dejar un beso en ambos parpados, el azabache adentró el cuerpo más pequeño al vehículo, dejándolo con suma delicadeza, posteriormente, cerró la puerta y se dirigió a la del piloto, arrancando el motor ni bien ingresó. Condujo con precaución pero más rápido de lo normal, quería llegar lo antes posible, hacerse cargo del joven que solo se había hecho bolita en su lugar. Su cuerpo picaba y sus manos sudaban, nunca se había sentido así y le asustaba de cierta forma; pero al mismo tiempo era tan emocionante para él que no sabía cómo sentirse.
Jamás había vivido algo parecido, y le encantaba que solo tenga esas experiencias por primera vez con su compañero.
Llegaron en menos del tiempo estimado, los cinco Alfas ya se encontraban ahí, esperando por su líder y el Omega platinado. Cuando estaban por ir a recibirlos, el mayor salió del Mclaren, dirigiéndose hacia Kim para volver a tomarlo en brazos.
Antes de que siquiera emitieran algún sonido, Jeon habló primero.
— No quiero que entren a la casa. Vayan a la tienda, compren dulces, frutas y algo para comer.— Les tendió su billetera y acomodó a Taehyung que se había quejado bajito.— Cuando regresen, toquen la puerta y yo saldré por las cosas.— Sin decir más, se adentró a la residencia.
Le hubiera gustado ir él mismo, proveerle a su Omega por su propia mano, pero no pensaba alejarse de él ni por un segundo, mucho menos exponerlo más de lo que ya lo había hecho ese día. En ese momento era preferible enviar a sus hombres, solo esperaba que no compraran alguna estupidez.
[...]
— ¿Crees que las gomitas de ositos son una buena opción?— Preguntó Bangchan.
— ¿Acaso eres tonto?— Lo reprendió Félix con el ceño fruncido.— Las de sabor a mandarina son mejores.— Tomó dos paquetes y las dejó en la canasta.
Mientras tanto, por otra parte...
— ¿Al señor Jeon y al joven Taehyung les gustará el pollo picante?— Dijo Changbin mientras veía el menú.
— Al señor Jeon, sí, al joven Taehyung, no.— Respondió Hyunjin.— Escuché que le dijo a Eunwoo que una vez le lanzó un zapato a su amigo rubio porque le echó picante a su sopa.— Se encogió de hombros.— No creo que quieras recibir uno ¿O sí?— Sonrió.— Además de la paliza que te va a dar el líder por llevarle eso a su Omega.
— Creo que vi un restaurante de comida coreana por aquí cerca, es mejor llevarle algo de eso.
Hwang se carcajeó por las palabras de su amigo.
— Solo espero que a Eunwoo le esté yendo mejor que a nosotros.— Suspiró.
Claro, le estaba yendo muy bien...
— ¿Me está diciendo que no puede darme una porque usted quiere hacerle una tarta a su esposo?
Discutiendo con una abuela.
La anciana asintió mientras se aferraba a la bolsa que contenía el último kilo de manzanas que quedaba en el mercado. Era lo único que le faltaba y llevaba aproximadamente cinco minutos discutiendo con esa señora, pidiéndole solo una de las siete manzanas que tenía... UNA, pero la vieja tacaña no podía dársela “Porque su querido esposo está esperando por su tarta, que era su favorita”.
¿Y a él que mierda le importaba? las vio primero y estaba por tomarlas cuando la doña apareció como si hubiera salido de una alcantarilla, ni siquiera la había visto cuando ya la tenía al lado suyo agarrando la fruta como una verdadera maniática desesperada.
Él no era un maleducado, muy amablemente le había dicho que si por favor podía darle una, pero la vieja que parecía de la era cretácea era una doñita grosera, le habló horrible y nombraba a su esposo cada dos palabras. Luego de dar un suspiro, volvió a tomar palabra.
— Señora, escuche, tengo que llevarle esa fruta a mi jefe antes de que me corte los huevos por no hacer mi trabajo, y yo aprecio mucho a mis huevos. Si no quiere que le arrebate esa bolsa por la fuerza, será mejor que de al menos una de las manzanas que tiene ahí. Yo las vi primero e iba a tomarlas cuando usted se teletransportó como si fuera un puto súper Sayayin. Estoy perdiendo la paciencia, así que ¿Me la va a dar o no?— Habló rápido y fuerte, llamando la atención de varias personas.
La mujer abrió la bolsa, sacó dos de las manzanas y las extendió en su dirección para estregárselas.
Eunwoo sonrió e inclinó la cabeza en agradecimiento.
— Gracias, me alegra saber que llegamos a un acuerdo.— Volvió a sonreír.— Que tenga un lindo día, ojalá a su esposo le guste la tarta.
Eunwoo (uno) abuelita (cero).
[...]
— Shh, shh, Omega, estoy aquí.— Tranquilizó Jungkook, dejando a Taehyung sobre la cama mientras este soltaba quejidos bajos en protesta.— Dame un momento, por favor, necesito buscar las cosas para hacer el nido.— Miró a su alrededor.— Lamento hurgar entre tus pertenencias, pero es necesario. ¿Está bien?— Kim Asintió.— Buen chico.
Padre cielo que estás en el nuestro...
El lobo ajeno se removió eufórico en su interior por el halago, mientras la parte humana solo pudo ronronear al no tener mayor conciencia.
Mientras el platinado se removía entre sus sábanas, Jeon lo observó un momento antes de apartar la mirada y dar unos cuantos pasos hasta llegar al closet, abriendo la puerta de este para tomar: edredones, más sábanas, mantas, frazadas y la almohada de repuesto. Además de algunas prendas que estaban en la ropa sucia, solo porque estas contenían el olor de Kim de manera más potente.
Teniendo todo a la mano, se dio cuenta de que el espacio de la habitación no iba a ser suficiente para hacer un nido donde entraran ambos, así que tomó al platinado nuevamente con un brazo mientras que con el otro sostenía las cosas.
Salió a la sala, tirando el bulto de telas en el piso, además de sentar al contrario en el sofá. Se arrodilló disponiéndose a comenzar a armar el nido, colocando la colcha que el Omega había usado la vez pasada como base. Acomodó las sabanas y demás de manera estratégica, siendo excesivamente meticuloso, cuidando cada detalle para asegurarse de que al menor le gustase.
Una vez finalizada su labor, asintió conforme.
— Omega.— Se giró llamándolo, dándose cuenta de que este ya lo observaba atentamente.— Está listo ¿Quieres entrar?
Taehyung se levantó, rodeó el sofá y entrecerró sus ojos color violeta para escudriñarlo con minuciosidad, analizando cada detalle. Su comportamiento era normal, pues tenía que evaluar que tan bueno era el Alfa para hacer un nido, más aun si era para reconfortar al lobo de un Omega. No podía entrar a cualquier desastre de sabanas, no señor, tenía que ser perfecto si deseaba que ingresara.
Pero antes de eso, el azabache lo interrumpió.
— Espera.— Invadió su espacio personal y lo olfateó muy desvergonzadamente. El menor solo se dejó hacer.— Hueles a ese hombre, no es agradable ese olor en ti, ¿Puedes ir a cambiarte antes de que decidas si vas a entrar? Por favor.
Taehyung se olió a si mismo y arrugó el entrecejo en señal de disconformidad. Se retiró a su habitación, regresando a los pocos minutos con una muda de ropa nueva: un short que le llegaba por la mitad de los muslos y una camisa tres tallas más grande que la suya. Viéndolo así, parecía que no llevaba nada debajo de la prenda superior.
Y sí, ustedes se preguntanran: ¿Por qué Jungkook no usó esa camisa la noche que se quedó en su casa? Bueno, era la única prenda que Taehyung conservaba de su padre Alfa biológico. Este era, al igual que el azabache, de contextura fuerte. Pero era un objeto del cual estaba muy apegado, solo lo usaba en momentos especiales... Cómo este. Por eso mismo, estaba oculto en una caja en la esquina más profunda de su armario, como si fuera el más precioso tesoro para él.
Después de escanear las mantas nuevamente, se dispuso a deslizarse en el piso, entrando al nido.
Jungkook suspiró aliviado, ni siquiera sabía que había estado reteniendo el aire, solo se sentía nervioso por un posible rechazo. Infló su pecho con orgullo al saber que su trabajo era lo suficientemente bueno como para que el peligris quisiera acurrucarse en el.
Pero el sonido de la puerta siendo golpeada hizo chillar a Taehyung.
Nadie, absolutamente nadie que no tuviera permiso, podía ver el nido de un Omega, era un espacio íntimo, se sentiría atacado y vulnerable. Era invadir su privacidad de manera descarada, se volvían violentos o lloraban hasta que su pareja llegara a reconfortarlos.
Jungkook gruñó de manera territorial, calmando a Kim al saber que su Alfa estaría ahí para cuidarlo en su estado. A él y a su nido. Así que solo se refregó contra este, bañándolo con su olor a manzanas y canela, mientras el pelinegro daba pisadas fuertes con dirección a la puerta, abriéndola lo suficiente para que su cuerpo fornido saliera, cerrándola a sus espaldas, solo para recibir a los cinco guardaespaldas que tenían sonrisas nerviosas en sus rostros.
— Lamentamos interrumpir, señor, aquí están las cosas que nos pidió.— Informó, extendiendo el montón de bolsas hacia él.— Estaremos a una distancia prudente de la casa. Si nos necesita, por favor llámenos.— Todos hicieron una reverencia tras las palabras de Eunwoo.
El pelinegro asintió, viéndolos alejarse.
Al notar que estaban lo suficientemente apartados, se volteó para adentrarse a la casa, cerrando la puerta con seguro una vez estaba en el interior. Se giró en el momento justo para maravillarse con la vista de su Omega restregándose contra su saco. Se lo había quitado para más comodidad, no esperaba que Taehyung lo tomara. Pero Diosa, era precioso y no sabía cómo había vivido antes de conocer a ese chico que había puesto todo su mundo de cabeza.
Fue a la cocina rápidamente, sacando todo lo que sus hombres habían traído. Cortó la fruta, sirvió la comida y dejó los dulces en unos envases de plástico. Cuidando que todo estuviese bien, se dispuso a colocarlos sobre una bandeja para luego ir a la sala.
— Mi hermosa Luna...— Kim volteó.— Vamos a comer algo, ¿Mmh? Permíteme cuidar de ti y alimentarte como se debe.— Dijo mientras avanzaba.— ¿Puedo entrar a tu nido?
Asintiendo a sus peticiones, le hizo espacio en el nido que era lo suficientemente grande como para que ambos estuvieran allí. Cuando ya estaban cómodos, Jungkook alimentó a Taehyung, que se limitaba a abrir la boca y masticar, frotando su rostro contra el brazo ajeno, marcándolo con su olor.
[...]
— Jeon ya se enteró de la cuenta de banco ¿Qué hacemos?— Preguntó un hombre.
— Los negocios ya están hechos, lo importante ya se hizo, eso ahora es innecesario...— aclaró otro, aparentemente el que estaba al mando.— El problema es que se deshizo de Choi también, ese era el trato más grande, todo porque el viejo estúpido no pudo guardar su puto orgullo y quiso meterse con ese Omega.— Tras lo dicho, se levantó rápidamente y sonrió, mirando a los demás.— Oh... El Omega, es verdad. Señores, nuestro siguiente objetivo va a ser ese chico.
Los presentes en la habitación solo se quedaron callados, esperando a que continuara.
— Piénsenlo un poco, Jungkook nunca ha tenido pareja, seguramente sigue sin metérsela a alguien.— Se rió, los contrarios hicieron lo mismo.— Si se atrevió a asesinar al viejo Choi y a todos en su organización; ese joven debe ser especial... Tal vez podamos divertirnos un poco, no se preocupen, ese culo debe hacer maravillas para tener al líder de Valhar detrás de él.— Se encogió de hombros.
Dicho eso, todos en la gran habitación rieron nuevamente, deseando empezar a armar el plan...
Secuestrar a Kim Taehyung.
Hola, hola, personitas. ¿Cómo están? Espero que muy bien.
Les pido comprensión por la decisión de Jungkook, él no desea meterse en la vida de Taehyung pues él siente que técnicamente aún no tiene ese derecho.
Espero que hayan disfrutado el capítulo.
Cuidense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.
Tu existencia es importante. 💜✨
Es capítulo múltiplo de 5, ya saben lo que se viene.
Meanwhile, the girlfriends:
¿No es poético que me mandaran el mismo mensaje? ¿O es mi alma shipper?
En todo caso, Yari me va a matar cuando vea esto, si llega a salir a la luz y lo pueden leer, van a ser afortunadxs.
Creo que Azumi me esta espiando (CUANDO SE SUPONE QUE ESTÁ ESCRIBIENDO) porque terminé de escribir el cap en donde dije que no me quedaban fotos y me mandó capturas desde su chat con Yari, so, no estaré en las siguientes imágenes, se que me van a extrañar pero traten de no llorar mucho, guarden las lágrimas para la historia 😊.
(Azumi al habla, no se tomen en serio lo último que dijo... ¿O si?).
Tengo miedo, no me deja escribir mis notas tranquila.
(Tengo que verificar que no me expongas como en el capítulo uno).
Mención especial para: VeronicaViviana2
Gracias por preocuparte, espero que lo disfrutes. 🫶🏻
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