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𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟹)

ADVERTENCIA:

El capítulo contiene escenas de tortura.

Si eres sensible a este tipo de temas, te recomiendo saltar la parte donde está narrada.

Por favor no denuncien la historia.

[...]

Su día transcurrió tranquilo, pasó un rato agradable con sus amigos, poniéndose al tanto sobre lo ocurrido en ese tiempo donde no estuvieron en contacto.

Aunque, hizo caso omiso a los intentos de ambos Omegas por sonsacarle al menos un mínimo de información en cuanto a su repentina recaída emocional. No quería preocuparlos, además de que le daba un poco de vergüenza hablar sobre el Alfa pelinegro con ellos así tan espontáneamente. Sin mencionar que este mismo llegó a su casa anoche estando herido, él se encargó de colocar crema en sus heridas, le dio de comer, lo dejó tomar un baño y se quedó a dormir en el nido que le hizo...

Bueno, cosas de todos los días.

Oh, hablando de él, lo ha notado más serio de lo normal y, al parecer, era posible ese hecho; como si su estado sombrío habitual solo fuera una pequeña demostración de lo increíblemente arisco que puede ser. 

Cuando fue a llevarle su café junto a las galletas que había comido la vez pasada (de paso llevando algunas extras para los gorilas), pudo notar el ambiente un poco más pesado, los hombres uniformados se veían ligeramente nerviosos y Jungkook parecía ausente. Su semblante rígido lo descolocó un poco, además que le agradeció sin mirarlo directamente, eso lo hirió tanto a él como a su Omega.

¿Qué había pasado? ¿Había hecho algo mal? Jeon no lo estaba viendo con sus ojos brillantes y llenos de calidez... No le gustaba.

Mmh ¿Hola? ¿No se supone que lo tiene que ver bonito como siempre? Que raro.

Una vez había terminado su turno, se despidió de sus Hyungs, el peli morado parecía feliz al ver a su cachorro más animado, y Namjoon le comunicó que cualquier cosa que llegase a necesitar; se los hiciera saber inmediatamente.

De verdad agradece tener a personas que se preocupan por él de esa manera... De cierta forma, eso lo reconforta de sobremanera.

Jimin y Momo se habían ido hace aproximadamente una hora, ellos siendo los últimos clientes, así que solo había tenido que terminar de limpiar y podría irse con Jeon. Sentía a su lobo un poco inquieto en su interior, supone que es debido al cambio de humor del pelinegro. Aunque siendo honesto, no está seguro.

A pasos seguros se aproximó a la mesa donde el Alfa yacía sentado, dándole a entender que ya era hora de irse. Lo observó levantarse y darle una señal a Bam para que también lo hiciera, sus hombres colocándose uno al lado del otro detrás del azabache. Taehyung les regaló una sonrisa a cada uno, recibiendo un asentimiento por parte de los guardaespaldas. Movió su mano para despedirse de sus mayores nuevamente, estos haciendo lo mismo.

Después de salir del local, Jungkook le indicó que subiera a la camioneta que estaba estacionada frente a la cafetería, Taehyung así lo hizo, seguido de Bam que se recostó en el asiento y finalmente el Alfa, este último con su mirada igual de neutra que hace unas horas. El peligris quería hablarle, preguntarle el porqué de su comportamiento tan despectivo, pero se limitó a hacerse pequeño en su lugar.

Jeon notó el aura que rodeaba al menor, se veía decaído y su olor tenía matices agrios que evidenciaban su estado de ánimo, no entendía muy bien el motivo de su aparente tristeza, y antes de pronunciar palabra, sus orbes oscuros se percataron de cómo sus guardaespaldas subían a los asientos delanteros; por ende, les indicó la dirección de la casa del menor, para luego percibir cómo se encendía el motor y, Luego de unos segundos; emprendieron camino.

Se limitó a tomar la mano ajena, ésta siendo un poco más chiquita que la suya (Y cabe resaltar que las manos de Taehyung no eran precisamente pequeñas), dejando caricias sutiles que ayudaron a Kim a calmarse, el aroma contrario volviéndose más suave que hace tan solo unos instantes. Se conformó con eso. No era fan del contacto físico, pero extrañamente siempre quería tocar al platinado, tenerlo en sus brazos y reconfortarlo de cualquier mal que pudiese llegar a tener...

Pero ¿Si te enamoraste o no?

Por el contrario, el lobo del Omega ronroneaba a gusto en su interior, tranquilo. En un principio el tacto lo sorprendió, pero debía admitir que lo relajó instantaneamente.

Jungkook no estaba enojado con él... Suspiró aliviado.

Fueron pocos minutos los que transcurrieron antes de llegar al hogar del menor, el azabache abrió la puerta dejando salir a Bam, posterior a eso, tomó la mano del platinado nuevamente, ayudándolo a bajar. Les indicó a sus hombres que esperaran afuera y que vigilaran el perímetro.

Nadie iba a acercarse a Taehyung.

Los tres se adentraron a la casa, Kim invitando a Jeon a sentarse, mientras él iba a la cocina por un poco de agua para la mascota del ultimo mencionado. Luego de ver como Bam bebía agua efusivamente, se dispuso a hablar.

— ¿Puedo preguntar por qué está molesto? Si gusta decirme, claro. No quiero parecer entrometido.— Su voz fue suave, tanteando el terreno.

— No eres entrometido, Omega. Me disculpo por mi comportamiento anterior, no va a volver a pasar. No debí haberte tratado de esa manera.— Habló, aún con su semblante impasible, pero sus ojos transmitiendo esa amabilidad característica que solo aparecía cuando lo miraba a él.— Debo decir que no pude evitar escuchar la conversación que tuviste con tus amigos, no es algo de lo que me sienta orgulloso, pues sé que es un tema que técnicamente no me concierne por los límites que has establecido.— Pausó un segundo antes de proseguir.— Pero me he jurado protegerte, así que agradecería que me permitieras ir a recogerte a tu Universidad, para así evitar que este tipo de incidentes vuelvan a suceder. Admito que ese fue el motivo de mi cambio de humor, aunque esa no es excusa para mi actitud, lamento si en algún momento llegué a ofenderte.— Finalizó, inclinando su cabeza en señal de respeto.

Eh, chismoso.

El menor quedó mudo al oír la declaración contraria, definitivamente no esperó que Jungkook escuchara la charla que tuvo con Jimin y Momo, muchísimo menos esperó que se enojara por lo que sucedió. Su cerebro trabajaba velozmente para terminar de procesar sus palabras, admiraba mucho la franqueza del Alfa, aún cuando a veces lo abrumaba un poco.

Jeon esperaba pacientemente su respuesta, con la esperanza de recibir una afirmación de su parte, no quería ni deseaba que ese tipo de situación volviera a repetirse. Su sangre hervía y su lobo gruñía enojado en su pecho, pidiendo proteger a su compañero.

Tal vez debía hacerse cargo de ese profesor... No, no podía interferir en la vida estudiantil del platinado, al menos, no sin su consentimiento, pero aún no tenían esa confianza y no quería asustarlo. Por el momento, sí tendría un ojo sobre su docente y estaría al pendiente por cualquier cosa.

Después de unos pocos minutos, Taehyung habló.

— Sé cuidarme solo, no soy alguien débil que necesita que lo cuiden de todo y de todos.— El azabache lo escuchaba atento. Kim inhaló profundamente, para luego exhalar de la misma forma.— Pero voy a aceptar su petición, solo por precaución.— Kim lo detuvo cuando vio sus intenciones de decir algo.— Con una condición.— Jungkook asintió.— No quiero guardaespaldas, al menos no demasiados, si usted va a ir a buscarme; con uno solo basta.

— No pensaba llevar guardaespaldas, Omega.— Aclaró.— Además, tenía planeado ir a buscarte en mi auto personal, sería más discreto que una camioneta blindada. Me tomo en serio tus límites, y voy a hacer lo posible para que te sientas más cómodo conmigo, no te preocupes.

Un ligero sonrojo se instaló en sus mejillas, Diosa ¿Quién es Jungkook? ¿El Alfa perfecto? Desde que Taehyung lo conoce, no ha hecho más que pensar en lo bien que Jeon lo trata, llevándole regalos y cuidándolo. Su lobo se sentía pleno, recostado mientras mostraba su vientre, ronroneando por el pelinegro que lo hacía sentir querido. La manera de actuar de su parte animal ya no le molestaba, es más; compartía su forma de pensar...

Estamos cayendo por ti, Jeon Jungkook...” Llegó a esa conclusión. Y, de cierta forma, eso le asustaba.

Sin miedo al éxito, mi rey.

Su plática sobre la seguridad de Taehyung continuó, el mayor le asignaría cinco hombres para que estuvieran con él, y aunque el número le parecía exagerado, no se comparaba con los quince que el Alfa había mencionado en un principio.

¿Quién era? ¿La reina Isabel? (Que en paz descanse la reptiliana) No necesitaba tanto gorila estreñido.

Después de tanto insistir en no querer llamar (demasiado) la atención, el contrario accedió a la reducción de guardias, con la condición de que estos serían cambia formas para compensar la baja cantidad.

Kim a regañadientes aceptó.

Mientras seguían hablando, el peligris no podía evitar pensar en todos los cambios que estaban ocurriendo en su vida. O sea, le gustaba un mafioso, este siendo extremadamente lindo con él (a su manera), gracias a eso ahora está en la mira de varias organizaciones y ahora le estaban asignando hombres para su cuidado y protección... Vaya. ¿Qué era esto? ¿Una novela barata? Eso parecía, de esas que escriben las adolescentes cuando no tienen supervisión de un adulto. Mmh... Tal vez eso era, pero no se quejaba, al menos no demasiado.

[...]

Luego de salir de casa del peligris unas horas más tarde, pues Taehyung lo invitó a comer, estaba en camino al edificio de Valhar, pues tenía que hacerse cargo de un asunto.

Tras haber llegado a su destino, bajó del vehículo y se dispuso a entrar. Como era costumbre, las personas que estaban trabajando se inclinaban ante él, no les dio mucha importancia en esta ocasión, tenía prisa, así que siguió su camino hacia el elevador; presionando el botón que daba al sótano. Esperó pacientemente hasta que este se abrió, hizo el recorrido tan familiar hasta llegar a la puerta de madera que tanto conocía. Consciente de lo que encontraría al otro lado, giró el pomo y traspasó el umbral de la habitación.

Al iluminar el cuarto, se encontró con una escena que lo llenó de satisfacción: Choi estaba amarrando a unas tablas de madera en forma de equis, sus extremidades eran sujetas por alambres de púas que llegaban a cortar su piel, dejando así pequeños hilos de sangre que goteaban en el piso. Poseía hematomas por todos lados, marcas violetas con tonos verdosos que adornaban su cuerpo gordo y viejo. Su rostro era casi irreconocible, parecía que lo habían golpeado con un bate hasta el cansancio, pero sin llegar a matarlo. Se notaba que le costaba respirar, pues sus inhalaciones eran débiles y las exhalaciones se notaban dolorosas, tal vez debido a alguna costilla rota.

Aun viendo su estado deplorable, no se sentía completamente complacido.

— Veo que se divirtieron sin mi...— Caminó a paso relajado, acercándose poco a poco al Alfa moribundo.— Espero, señor, que con esto le haya quedado claro que no debe meterse con mi Omega.— Mencionó tranquilo, observando cómo el contrario levantaba muy débilmente su cabeza.

Sabiendo que no recibiría una respuesta, se encaminó hacia la mesa donde se encontraban los elementos quirúrgicos y los analizó con detenimiento. Luego de unos segundos en los que se dedicó  a realizar un análisis exhaustivo, tomó unos fórceps número 68 SK, junto a un bisturí número veinte, para nuevamente acercarse al mayor, quien solo trataba de enfocar su vista.

— Inicialmente, voy a cortar su lengua, mejillas y dedos con esto.— Mostró los utensilios.— Va a ser un proceso un poco lento y doloroso, pero no imposible, tal vez sea mejor para usted si lo hago directamente con mis manos y una navaja normal, pero no queremos eso ¿O si?— No hubo respuesta.— También romperé sus brazos, además de sacar sus ojos y dientes. Posiblemente se desmaye por la incomodidad o la pérdida de sangre. Tal vez ambos. Pero no se preocupe, no haré heridas mortales para evitar una muerte prematura... Oh, pero no acaba allí, también quebaré su mandíbula, casi lo olvido.— Parpadeó lentamente, su rostro permaneciendo imperturbable.— No puedo tardar demasiado, en realidad, tengo que ir a casa porque el día de mañana voy a llevar a mi Omega a la Universidad. Cuando terminemos aquí, Yoongi se encargará de darle su cuerpo a los perros, lo más probable es que siga vivo para ese momento.— Su semblante se volvió aún más duro, sus ojos destellando en rojo y el tono de su voz bajó una octava.— Nadie que amenace con tocar a mi compañero merece vivir, señor Choi.

¿De casualidad no sintieron como que les tembló todo lo que se llama culo? ¿No? Yo sí.

Por consiguiente a de decir esas palabras, Jungkook se dedicó a hacer lo mencionado, disfrutando de los débiles gritos de dolor, las súplicas para que se detuviera y acabara con su miserable vida. Las lágrimas mezcladas con ese líquido rojo que ya había formado un gran charco en el suelo, además de manchar su rostro y vestimenta. La penuria, el sufrimiento y la agonía eran las emociones que predominaban en aquella habitación, sin mencionar la rabia y el matiz de placer de Jeon al torturarlo.

El azabache estaba jodido, él lo sabía y nunca se interesó por ocultarlo. Pero ahora estaba Taehyung, ese precioso chico que estaba derritiendo su frío corazón, derribando los muros que con mucho esfuerzo se había encargado de construir. Despertando emociones que nunca creyó posible poder experimentar, queriendo colarse en lo más profundo de su ser y, si se lo preguntaban; Jungkook no tiene ninguna intención de impedírselo.

El aceptaría convertirse en un mejor Alfa para el peligris, aun cuando debía pelear contra la locura que habitaba en él.

Dos horas y media más tarde, ya había finalizado su labor. Estaba medianamente conforme con el estado patético del mayor, ya no quedaban rastros de ese hombre de mediana edad con aires de superioridad, no. Ahora, solo era una bola de carne sangrienta al borde de la muerte. Las cuencas vacías de donde se supone deberían estar sus ojos le daban un aspecto tétrico, casi terrorífico. No poseía dedos, ni en sus manos, ni en sus pies. Su boca abierta dejaba salir hilos de saliva junto a algunos coágulos de sangre al no poder sostenerse. Cómo lo prometió, Jeon había roto su mandíbula y rebanado sus mejillas... Ahora, lo único que podían llegar a sentir era lástima por él. 

Pero claro, no en el caso de Jungkook.

Aunque para el azabache esa no era suficiente tortura, no podía hacer más, tenía que ir a su hogar para dormir si quería recoger a su Omega temprano por la mañana.

Tan bonito.

Sin decir ni una sola palabra, salió de aquel cuarto y se encaminó hacia el elevador, hizo el mismo procedimiento hasta llegar a la planta principal, con la única diferencia de dejarle un mensaje al Alfa pelirrojo para que se deshiciera del cuerpo del viejo, además de encargar a alguien para que limpie la habitación en donde este se encontraba. Una vez llegó a su piso, se dirigió hasta la zona del estacionamiento, tomó uno de sus autos y se dispuso a manejar hasta las cuatro paredes a las que llamaba hogar.

Un rato después de haber llegado, estacionó el vehículo y dio algunos pasos hasta la entrada de su mansión.

Se despojó de sus prendas mientras avanzaba, dejando a la vista su desnudez, ingresó al baño y se metió a la ducha, dandose un baño caliente para destensar sus músculos. Luego de unos quince minutos, salió secando su cabello azabache con una toalla, recorriendo la sala sin cubrir ni un centímetro de su cuerpo. Caminó por el pasillo, llegando así a una gran habitación desolada, con solo un montón de sábanas, almohadas y frazadas en el piso, estas siendo extremadamente suaves, además de una chimenea empotrada en la pared que siempre estaba encendida. Dando lugar a un ambiente acogedor. 

Se dispuso a transformarse, dejando que la luz de la Luna que se colaba por las ventanas iluminara su pelaje blanquecino.

Jungkook solo duerme en el cuarto con cama cuando sus padres llegan a casa, diariamente, ese es su lugar de descanso. Se sacudió un poco, para posteriormente recostarse en medio de ese enorme nido, teniendo como último pensamiento a su hermoso platinado.

Ansioso.

Esa era la definición de cómo se sentía en ese preciso instante.

Ese día solo tenía clase con el profesor Lee, que para su mala suerte; no había dejado de verlo como si quisiera ahorcarlo delante de todo el puto salón.

Si bien a Taehyung no le preocupa en lo más mínimo lo que piense o quiera hacer ese hombre con él (porque es completamente capaz de defenderse), lo que le estaba carcomiendo el cerebro eran las posibilidades de que el muy imbécil lo repruebe por haberlo rechazado... Y haberlo tirado al piso como un jodido saco de papas.

¿No que muy fuerte? ¿No que muy Alfa? Ja, cabrón.

Sabía que no podía hacer nada, los directivos de esa Universidad eran unos chimpancés sin cerebro a los que solo les interesa la reputación de su institución, así que, si uno de sus estudiantes llegara a realizar una denuncia de acoso sexual por parte de un profesor, estos no van a salir perjudicados. Los que van a pagar son los alumnos, a pesar de ser ellos las víctimas.

Que bonita sociedad.

El timbre sonó, causando una punzada en su cabeza, no se había concentrado para nada en terminar de realizar su trabajo final, solo aparentó hacerlo. No quería problemas, y es por eso siempre evitaba darle motivos al rubio para llamarle la atención y prevenir que algo así pasara.

Se levantó rápidamente de su asiento, tomó sus cosas de manera desorganizada y metiéndolas en su mochila a como caigan, a paso apresurado salió del aula, perdiéndose en la bola de estudiantes que se había formado en los pasillos.

Mientras él trataba de “escapar” de su maestro, Jungkook yacía parado en el estacionamiento de la Universidad; esperando pacientemente por el Omega.

Iba vestido con un suéter cuello de tortuga ajustado a su cuerpo, una gabardina que le llegaba a las pantorrillas, con unos vaqueros y unas botas con un pequeño tacón que lo hacían ver un poco más alto. Todo de negro, era su color favorito, si lo ponían a escoger... Asimismo, no podía faltar ese collar que portaba con total orgullo en cuello, siendo este el único accesorio además de los piercings que generalmente nunca se quitaba.

Todo en su apariencia gritaba masculinidad, dominancia, poder y autoridad. Cualquiera que lo viera mojaría sus pantalones... Por cualquiera de los motivos aparentes: miedo, o por la subida de hormonas que Jeon pudiera provocar.

Lo más probable es que tú también andes con el calzón mojado.

Y a decir verdad, ese era el caso de los y las Omegas que se habían aglomerado “discretamente” a su alrededor, al pelinegro no podía importarle menos. Estaba lo suficientemente entretenido observando la entrada de la facultad de veterinaria como para prestarle atención a los jóvenes y jovencitas que al parecer ya tenían sus bragas empapadas solo por su expresión estoica.

De hecho, soltó su celular hace poco, pues Yoongi le había llamado diciendo que ya no quedaba absolutamente nada de Choi.

Ni siquiera sus huesos.

Un problema menos, yupi.

Sabía que le había prometido a Taehyung que no iba a llevar guardaespaldas para no llamar la atención, pero nunca dijo que no podían estar ocultos.

Es por eso que tenía a diez hombres rodeando el perímetro para asegurarse que la zona esté a salvo. Quienes solo interferirían si ocurría algo que lo pusiera en peligro a Kim, si no es por eso, tenían estrictamente prohibido dejar que los viera.

Él era perfectamente capaz de protegerlo por sí mismo, pero digamos que se ha vuelto más quisquilloso en cuanto se trata de la seguridad de su chico.

En eso, una Omega de cabello color borgoña, ojos verdes, piel blanca y con pequeñas pecas dispersas por todo su rostro, era motivada por sus amigas para acercarse al hermoso azabache para conseguir su número, y ¿Quién sabe? tal vez si lo seducía adecuadamente podía tener una buena sesión de sexo en un motel, o si estaban muy urgidos, en el baño o en el auto último modelo que estaba estacionado detrás del apuesto Alfa.

Luego de unos segundos, desabrochó el ligero abrigo que portaba, permitiendo así admirar su curvilíneo cuerpo adornado con las casi inexistentes prendas de ropa. Bajó un poco su blusa, dejando a la vista su brasier blanco y gran parte de sus pechos, agarró los bordes de su mini falda y la subió aún más, no dejando absolutamente nada a la imaginación. 

Caminó segura hacia él, moviendo exagerada y muy descaradamente sus caderas, batiendo su cabello con cada paso que daba.

Oh, oh... ¿No tienen el presentimiento de que algo malo va a pasar?

Jungkook la observó aproximarse, suspirando para sus adentros. Mantuvo su expresión seria, endureciendo la misma aún más, dándole una clara señal de que no la quería en su espacio personal. Cosa que la Omega sin neuronas no pareció comprender. Cuando estuvo lo suficientemente cerca y ella estiró su mano queriendo tocar sus pectorales; Jeon habló.

Aléjese.— Su voz de mando fue dura y agresiva. La joven se quedó inmóvil en su sitio, mostrando su cuello y chillando para hacerle saber al pelinegro que no era una amenaza.

Y no solo ella, sino todos en el aparcamiento, los pocos Alfas que había en el lugar se estremecieron y también mostraron su garganta ante él.

Ese, era el poder de un Dominante.

Potente.

Importándole poco y nada las personas que quedaron prácticamente estáticas al oírlo, clavó sus ojos nuevamente al frente, esperando diligentemente por el joven peligris, quien a los pocos segundos apareció caminando rápidamente. Esto lo desconcertó, pero no pudo evitar sentir como sus facciones se ablandaban y, sin saberlo, sus ojos brillaron tan hermosamente al admirarlo.

Kim al ver al Alfa sonrió pequeño. Eso, hasta que analizó el panorama donde todos veían temerosos al azabache, este último regalándole una mirada inocente. Esas que dicen un claro: “Yo no fui” y es que con solo verlo, podía darse cuenta de que hizo algo.

Frunció el ceño y terminó de acortar la distancia entre ellos antes de hablar.

— Hola...— Miró a todos lados y se acercó un poco para susurrar.— ¿No se supone que no iba a llamar la atención?— Preguntó un poco desconcertado por la actitud de los universitarios, quienes veían la escena incrédulos.

¿Kim Taehyung conocía a ese Alfa?

Como se mencionó anteriormente, el Omega no era alguien particularmente sociable. Mas sin embargo, eso no fue impedimento para que se hiciera medianamente popular por su belleza exótica. Y es que ¿Cómo no? Si con solo verlo, el primer pensamiento que surca tu mente es que tienes a un modelo reconocido frente a ti.

— No me importa llamar la atención.— Se inclinó un poco, quedando cerca del oído ajeno.— Siempre y cuando sea la tuya...— Retomó su postura recta.— ¿Vamos?— Dicho eso, se giró en su lugar y le abrió la puerta a Kim, quien quedó ruborizado por sus palabras.

Ingresó al Mclaren 720s de color gris plomo, tomándose el atrevimiento de admirar el interior. Era la primera vez que estaba dentro de un auto tan caro, y debía decir que en otra ocasión le hubiera dado un poco de vergüenza que los estudiantes de su Universidad lo vieran. Pero ¿A quién le importaba? literalmente estaba con el mafioso más peligroso de toda Eurasia. En ese momento; todo le valía mierda.

Su burbuja se rompió cuando Jeon se adentró al vehículo.

— Abrocha tu cinturón, por favor, Omega.— Pidió mientras él hacía lo mismo, para posteriormente ponerse en marcha.— Estaba pensando que... Podríamos ir a un restaurante a almorzar ¿Qué dices? Acepta solo si lo deseas, no te sientas presionado.— Aunque no lo demostrara, estaba ligeramente nervioso, su lobo estaba inquieto y eso no lo ayudaba demasiado.

Taehyung no podía creer lo que escuchaba ¿Jungkook lo acababa de invitar a salir? Es eso, ¿No? O sea, le estaba diciendo para ir a almorzar. ¿Eso se puede considerar una cita? Diosa, podría jurar que su lobo se había puesto un uniforme de porrista, cogido dos pompones y en este momento estaba haciendo maromas en su interior. Animándolo a aceptar.

Y eso era justo lo que iba a hacer.

— Tengo que ir a trabajar.— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Jodida boca que reacciona antes que su cerebro!— ¡Quiero decir! tengo de avisarle a mi Hyung que voy a faltar al trabajo.— Se apresuró a explicarle cuando notó la mirada de soslayo que le dedicó el mayor, y sonrió cuando lo vio asentir.

Hizo una rápida llamada a SeokJin explicándole (sin detalles) que debía faltar por un asunto que le surgió de improvisto.

Jungkook no dijo nada al respecto.

Después de unos veinte minutos en los que el platinado se dedicó a poner música de diferentes tipos, como por ejemplo: Adele, Taylor Swift, Linkin Park, Chase Atlantic, Maneskin, llorar por canciones de su grupo favorito y escuchar la historia de cómo los conoció gracias a un anuncio de YouTube, alegando que nunca estuvo tan agradecido con ellos, habían llegado a su destino.

Fue un viaje... ¿Entretenido? No sabía cómo definirlo exactamente. El menor estuvo cantando a todo pulmón y Jeon solo lo dejó ser, riendo internamente por su muy mala pronunciación, además de estar un poco confundido por su extraña mezcla de géneros musicales. Aun así, quedó más que maravillado por la hermosa voz que el contrario poseía.

Estaban en el lobby del restaurante, esperando a ser atendidos por alguien. No tardó más de dos minutos en aparecer un Alfa de tez morena, que coqueteó muy directamente con... ¿Jungkook? Bueno, no juzgaba, existen diferentes gustos, pero no estuvo conforme, así que “disimuladamente” se pegó más al cuerpo del azabache para marcar territorio.

Ah no, mi hermano, consigue el tuyo Dijo su lobo, acompañado de un gruñido. Taehyung estuvo de acuerdo con el pulgoso.

Después de llegar a su mesa que estaba un poco más apartada que las demás y tomar asiento, el platinado hizo la pregunta que estuvo rodando en su cabeza.

— ¿Por qué me invitó a salir?— Kim directo Taehyung, ese es su nombre.

— Voy a serte sincero, Omega.— Lo miró a los ojos.— Quisiera conocerte, no solo por el hecho de sentir la necesidad de protegerte. Si no porque me gustaría pasar tiempo contigo de esta manera, no por haber llegado a tu casa a la una de la madrugada sangrando, o por tener que encargar guardaespaldas para tu cuidado.— Apoyó sus codos en la mesa, acercándose peligrosamente a él.— Me interesas, Taehyung.— Casi se derrite Por lo bien que se escuchaba su nombre saliendo de sus labios.— Es por eso deseo salir contigo, poco a poco, todo a su tiempo. Pero con el objetivo de demostrarte que soy un Alfa digno de convertirse en tu pareja.

>> No debes sentirte presionado, en ningún sentido. Puedes rechazar mi petición, nada va a cambiar; pasaré por ti a la Universidad, mis hombres velaran por tu seguridad y yo voy a estar al pendiente de tu bienestar.— Continuó.— No hago todo esto para que creas que quiero aprovecharme, esa no fue nunca mi intención.— Volvió a enderezarse.— No tienes que responder ahora, si no quieres, tómate tu tiempo, por favor.— Finalizó.

En ese momento, llegó el mesero para tomar al orden de ambos.

Kim sentía como su lobo hacía acrobacias en su interior, agitando sus pompones de manera frenética, dándole a entender que debía decir que sí. ¿Tener citas regulares con Jungkook? No sonaba mal, a decir verdad, pero necesitaba pensarlo mejor. Después de todo, el mundo en el que el pelinegro vivía era... Peligroso. Y gracias a acontecimientos de su pasado, generó un pequeño trauma a ese tipo de ambientes.

No obstante, quería intentarlo, más que todo porque sabía que estaba a salvo al lado del mayor.

Aun así, se tomaría su tiempo.

— Por favor, deme unos días para pensarlo bien.

Jeon asintió conforme, al menos no lo había rechazado directamente. Debía esforzarse si quería estar con el platinado.

Su tarde se basó en conocerse mejor, hablar de temas que eran del interés contrario, además de preguntar cosas básicas que surgían en cualquier conversación.

El sentimiento de familiaridad se instaló en ambos pechos. Se complementaban tan bien, no había momento en el que no hubiera palabras en su mesa, la actitud seria del Alfa siendo el opuesto a la divertida del Omega. Ni el mismo Taehyung sabía que podía llegar a hablar de esa manera con alguien con quien salía por primera vez.

De lo que sí estaba seguro; era de querer seguir sintiéndose así... Tan completo.

Hola, hola, personitas. ¿Cómo están? Espero que muy bien.

¿Qué les parece? ¿Van muy rápido? ¿Que piensan sobre las decisiones de Kook? ¿La forma en la que Tae se siente? Me encantaría leer sus opiniones.

En fin, ojalá les haya gustado el capítulo. Por favor denle amor.

Cuidense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.

Tu existencia es importante. 💜

Meanwhile, the author:

Encontré una que no tiene humor roto, para la próxima entrega habrá una captura que puede llegar a ser un poco controversial para algunas personas, les aviso desde ya porque soldado avisado no muere en guerra y es mejor prevenir que lamentar.

Voy a llorar, desde el cap 9 no había tenido problemas para guardar y en este si 😭.

Azumi: Al final, Mafe no apareció y, honestamente, no tengo idea de si esta es la cap que va, pero bueh. 

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