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𝚅𝚊𝚕𝚑𝚊𝚛 (𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟷)

Unos días antes...

— Señor Jeon, ha llegado otra carta.— Le comunicó uno de sus subordinados.— ¿Qué quiere que hagamos con ella?

— Déjala en el escritorio, gracias.— Dicho eso, el joven Alfa hizo lo pedido, para luego reverenciar ante Jungkook y salir de la oficina.

Después de lo ocurrido con Taehyung, el pelinegro se concentró única y exclusivamente al trabajo. No porque no quisiera ir a ver al platinado; sino que, recientemente, han llegado cartas amenazantes dirigidas hacia él y a la mafia en general.

Bueno, de hecho no tenían nada de “amenazantes”, en realidad, era pura palabrería que no asustaría a ni a su abuela, que en paz descanse.

Si bien es algo que no le preocupa y de hecho le causa gracia, porque, seamos sinceros ¿Quién en su sano juicio se metería con una mafia tan grande y poderosa como lo es Valhar? ¡Bingo! La respuesta correcta es: Nadie es tan imbécil.

O eso pensaba.

La verdad, si existen muchas personas que no valoran ni en lo más mínimo su patética vida.

Pero él no es nadie para juzgar a la gente, eso es de víboras.

Aunque, simplemente no puede ignorarlo ¿Cómo podría? Una persona tiene los huevos suficientes como para enviarle un pedazo de papel donde dice muy detalladamente que es lo que quiere hacerle.

Y no es nada bonito, a decir verdad.

Pero poco le importa lo que dijeran esos intentos de intimidación, Jungkook sabe muy bien quienes son los que le están escribiendo.

Son los hijos de puta de la trata de blancas.

Personas sin valores, tenían que ser.

Su suposición es que no soportaron el hecho de que haya anulado el “trato” que aparentemente tenían. Trato que hizo otra persona con su nombre y con su dinero.

Vaya dolor de cabeza que ha sido.

Sin contar que posiblemente; Hoseok, uno de sus mejores amigos, sea uno de los que estén involucrados en dicha situación. No ha tomado ningún tipo de medidas, pero si le encargó a Yoongi estar al pendiente de cada uno de los pasos del peliblanco. Tenía que verlo con sus propios ojos, su mente lo necesitaba, para que cuando todo saliera a la luz; no tener ningún tipo de remordimiento a la hora de saldar cuentas.

Y digamos que Jeon es una persona que se toma bastante en serio ese tipo de cosas.

Volviendo a lo de antes; pasó una semana en la que todos los días le llegaba por lo menos una carta con advertencias. Los hombres de Jungkook estaban alertas, aunque les parecía raro ¿Por qué su jefe no hacía nada? Perfectamente pudo enviar uno de sus brigadas de lobos y unos cuantos hombres armados para desaparecer a esas personas. Pero, bien sabían que el pelinegro siempre iba con ellos.

En el tiempo que tiene de líder en Valhar, nunca ha dejado morir a nadie, ni un solo hombre se ha quedado atrás. Sí, a veces se enojaba y era más estricto de lo normal. Sin embargo, nunca han cuestionado su papel como jefe, porque a pesar de eso, aprecian todo lo que el azabache ha hecho por ellos.

Ese día en específico, una carta dando un ultimátum llegó, Jungkook la tomó y se dispuso a leerla. Honestamente, ya le estaba cansando la situación, pero lo que leyó fue demasiado.

– ——— –

Buenos días, mi querido señor Jeon, espero que se encuentre muy bien.

El motivo de este mensaje es para informarle que ya no voy a ser paciente con usted.

Me ha ofendido a mí y a mis socios a la hora de cancelar el acuerdo que habíamos formado. Por favor, le pido que venga a dar la cara como un buen Alfa, si no quiere que el joven al que ha estado viendo últimamente, sea nuestra próxima adquisición.

¿Sabía usted que el mercado árabe es el que más ha pedido por él?

Nos hemos tomado el atrevimiento de enviar algunas de sus fotos a varios compradores frecuentes. Déjeme decirle que tiene unos muy buenos gustos.

Lo esperamos.

– ——— –

Además de eso, dentro del sobre se encontraban varias fotografías de Taehyung en la cafetería, en el centro comercial junto con el Omega rubio y la pelinegra, sentado en algún parque y... Su casa.

En su pecho vibró un gruñido al saber que han estado siguiendo a su compañero.

Siguió pasando las fotos y lo que se encontró lo hizo volver a gruñir aún más grave, teniendo profundas ganas de despedazar a quien quiera que se haya atrevido a tomar dicha imagen.

El menor estaba semidesnudo en su cuarto.

La foto fue tomada desde la ventana, en un ángulo en el que las cortinas no llegaban a cubrir del todo el vidrio. Sus ojos cambiando de color, sus colmillos comenzaron a picar por destrozar a quien sea que se haya sido el susodicho que tuvo la valentía de acercarse tanto a su Omega.

Salió de su oficina con una apariencia malditamente aterradora, sus subordinados dando paso al Alfa que se notaba claramente cabreado. Si bien no dejaba olor alguno que demostrara el cómo se sentía; su presencia como Dominante era más que suficiente para hacerse a un lado.

Si alguien que no lo conociera lo viese en ese estado, podrían apostar sus puestos a que ya se habría hecho en los pantalones.

A paso pesado se adentró a la oficina de Yoongi, este último estaba sentado en su escritorio mientras firmaba unos cuantos papeles. Al verlo, el mencionado dejó lo que estaba haciendo para prestarle su total atención.

Si Jungkook iba a buscarlo primero, quiere decir que algo serio estaba pasando.

— Quiero que te hagas cargo de todo mientras no estoy.— Su voz sonó tan jodidamente grave, que al pelirrojo se le erizaron algunos vellos de la nuca.— Voy a volver en cuanto pueda.

— ¿Se puede saber a dónde vas?— Tenía que preguntar, Jeon no solo llegaba y decía que se iba, no era normal en él.

— Voy a hacerme cargo de los Choi de una jodida vez.— Luego de decir eso, salió de la habitación.

¿Qué Jungkook iba a hacer qué?

Apresurado, fue detrás del pelinegro que ya estaba en el almacén tomando unas cuantas armas, explosivos, granadas y una que otra navaja. ¿Eso era un fusil de asalto? ¿Qué carajos estaba haciendo? ¿Pensaba ir solo?

De ninguna manera.

El azabache no usaba armas de fuego, muchísimo menos usaba explosivos. Todos sabían que el lobo de Jeon era más que suficiente cuando se trataba de peleas, no había oportunidad para el o los contrincantes...

Pero en este caso eran demasiados.

Los hombres de Choi no estaban ni cerca de llegar al número de personas que había en Valhar, es más, parecían un pequeño hormiguero que en cualquier momento podían desaparecer. Pero aun así, eran muchos para él solo.

Y eso Yoongi lo sabía.

— Se lo que estás pensando, y no, esto no es para mi.— Dijo aparentemente tranquilo el más alto, al sentir la mirada de su amigo en la espalda.

Ah, ¿No? Bueno, eso era peor.

— ¿Por qué vas solo? Puedes pedir un grupo e ir donde el viejo. Son demasiados, Kook.— Razonó.— Además ¿Cómo que eso no es para ti? Vas a ir sin compañía y de paso desarmado?— Preguntó con obviedad, cómo queriendo hacerle saber que era una pésima idea.— Yo sé que eres fuerte, el Alfa más fuerte que he conocido. Pero te estas sobrepasando.

El mencionado solo continuó en lo suyo, quitándose la ropa frente a Yoongi sin pudor alguno, para cambiarla por un traje especial; parecido al de los militares. La diferencia, es que el del azabache es de color negro con toques de gris. Ese tipo de vestimenta era la que usaban cuando iban a cambiar a sus formas lobunas.

Min solo lo miraba, sabiendo que ese uniforme iba a terminar hecho pedazos cuando el contrario se transformara.

— Lo que está pasando ya es personal.— Habló mientras ajustaba sus botas.— El viejo se está metiendo con lo que es mío.— Se levantó, mirándolo fijamente.— Y eso no lo voy a permitir.— Esas palabras fueron como un balde de agua fría para el pelirrojo.

El hombre se había enterado sobre el Omega de Jungkook.

Se preguntaran: ¿Cómo es que él sabe que Taehyung es el destinado de su amigo? Bueno, solo puedo decir que no hay información que Min Yoongi no pueda conseguir.

...

Le insistió hasta que le contó.

...

Por dos días seguidos.

Pero eso no es importante, lo que realmente dejó descolocado al pelirrojo, es saber que el azabache va a ir él solo y sin arma alguna para acabar con la vida de no se sabe cuántos hombres, además de eliminar a toda una red de tráfico de personas e ir directamente por la cabeza del líder de dicha organización por... Un Omega.

Por su compañero...

No lo podía creer.

Jeon, el sujeto más arisco que conoce, el que repele a los Omegas como si fueran una plaga, aquel que pasa sus celos solo por no querer estar con ninguno, aun sabiendo las consecuencias de esa decisión... Está haciendo todo eso por alguien de esa designación.

Vaya, ahora puede decir que ha visto de todo en la vida. Falta que los cerdos vuelen.

— Hazte cargo de lo demás. En cuanto pueda, regresaré.— Volvió a hablar.

— Al menos dime para quienes son las armas.— Se cruzó de brazos.

— Oh, para nadie, solo me dio tic verlas desordenadas.— Respondió simple.

Otro dato a mencionar, es que a Jungkook le gustaba el orden, no llegaba a tener TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) pero si tenía una maña por acomodar las cosas.

Yoongi casi le salta encima para darle un zape.

Un suspiro resignado por parte del mayor se escuchó en aquella habitación, este mismo trataba de analizar todo, preguntándose internamente si era buena idea dejar que Jungkook vaya solo a lo que posiblemente era una misión suicida.

¿Sería lo correcto? ¿Qué pasaría si algo sale mal? ¿Ese Omega lo vale? No tiene derecho de pensar lo último. Es consciente que los Alfas son protectores y territoriales con sus parejas (Aunque ellos no estuvieran enlazados, en realidad) más para el mayor; que tiene sangre pura, sus instintos están más desarrollados, son más primitivos... Nada lo haría cambiar de opinión.

Dio un pequeño asentimiento en su dirección, dándole a entender que había entendido la orden. Después de todo, seguía siendo el líder.

Jeon se disponía a salir cuando sintió como sus amigo jalaba su brazo y lo tomaba por los hombros para hacer que lo mirara. Posterior a eso, habló.

— Te doy veinticuatro horas para reportarte.— Declaró firme.— Si no tengo ninguna señal de ti en ese periodo de tiempo, voy a ir a buscarte para matarte yo mismo.— Luego de eso, lo soltó y salió del almacén, iba a preparar una de las camionetas para el pelinegro.

Después de un rato, observó como el Alfa se subía al vehículo y arrancaba para perderse de su vista en unos pocos segundos.

Apretó los labios y se dio la vuelta para ingresar nuevamente al edificio.

Esperaba que todo saliera bien.

[...]

El lugar era un completo desastre.

Había cadáveres por todas partes, sangre, órganos, partes de personas, lobos tirados por ahí y demás cosas regadas por toda la base del viejo Choi.

Jungkook estaba un poco herido, nada grave en realidad. Solo unos cuantos rasguños y una que otra mordida. Eso, porque se le abalanzaron todos en cuanto lo vieron, y está demás decir que ni se molestó en ser cuidadoso, no estaba para rodeos.

Literalmente entró como Juan por su casa y empezó a despedazar gente a lo Jeison... O cualquier asesino de películas, sinceramente no sabe mucho del tema.

Siguiendo con lo de antes ¿Es que aquí no entrenan? Oh, bueno, entrenaban, porque ya no queda nadie. La verdad la seguridad era una mierda, los lobos eran diminutos y además patéticamente débiles. ¿Y así se tomaron la osadía de amenazarlo? Que lamentable.

El lobo blanco de Jungkook (Que ya no era tan blanco) dio pasos fuertes hasta la oficina del jefe, rompiendo la puerta de madera de un zarpazo. Dentro de ella, estaba nada más y nada menos que el hijo de perra que dio la orden de mandar a tomar fotos de su Omega...

Fotos en las que en una, se podía apreciar casi toda su desnudes.

El mero pensamiento de saber que todos ellos vieron su hermoso cuerpo sin ropa, lo hizo gruñir guturalmente, mostrarle los colmillos al viejo decrepito que solo estaba en una esquina temblando más que gelatina.

¿No se supone que era su líder? ¿Por qué no salió a enfrentarlo junto con sus hombres? Verlo de esa forma lo único que lograba era que su sangre hirviera de pura rabia.

— Señor Jeon, por favor, piedad.

Jungkook volvió a rugir antes de transformarse, dejando a la vista toda su complexión desnuda.

Que suerte la del señor Choi.

— Deje de decir estupideces.— Se acercó a paso seguro, como si no estuviera como su madre lo trajo al mundo, lo tomó del cuello y lo levanto como si no pesara nada, apretó el agarre hasta cortarle la respiración. Apreciando como el cuerpo contrario se retorcía y su rostro tomaba un color rojo debido a la falta de oxígeno.— Usted siguió a mi Omega.— Apretó un poco más.— Vio su cuerpo sin ropa.— Gruñó otra vez.

Amanecimos gruñones, ¿No?

Con su mano libre, agarró la muñeca de Choi y la torció hasta hacerla crujir. El último mencionado solo pudo soltar un quejido ahogado, pues los dedos en su garganta le imposibilitaban gritar.

— ¿Quiere piedad? Por favor...— Sus labios se posaron cerca del oído ajeno, para luego susurrar.— Eso es lo que menos voy a darle.

Logró que se desmayara después de unos pocos segundos, se acercó a la mesa de madera y agarró el teléfono fijo, marcó el número de Yoongi y le informó que debía ir a buscar el cuerpo de Choi y llevarlo al cuarto del sótano.

Luego se encargaría de él.

Decidió que no esperaría al equipo que el pelirrojo enviaría, iría a ver a Taehyung.

Necesitaba verlo, necesitaba saber que estaba bien, tenerlo cerca para inhalar profundamente ese delicioso aroma, perderse en esos ojos avellanas, admirar su piel ligeramente tostada por el sol, deleitar su vista con ese rostro tan hermoso. Sus pestañas, sus cejas, la forma de su nariz, esos lunares que están esparcidos estratégicamente por su cara, formando así un triángulo, sus labios... Diosa, esos labios tan rojos como una cereza.

Quería besarlo...

Siguiendo sus deseos y los de su lobo, amarró fuertemente al viejo Alfa a una viga y volvió a transformarse, para luego correr lo más rápido que sus patas lastimadas se lo permitieron con dirección a la casa del platinado.

[...]

Bueno, tal vez correr no fue su mejor opción.

La base no quedaba para nada cerca y, a pesar de que esa distancia no sería nada para él, había olvidado el pequeño detalle de que estaba herido. A pesar de que su sistema regenerativo era más rápido que el de los Alfas comunes, el estar en constante movimiento por estar corriendo y el cansancio por la pérdida de sangre, disminuye su capacidad de curarse de manera eficiente.

Debía admitir que pensar en Taehyung lo volvía un poco estúpido.

Un poco mucho.

Una vez llegó al pequeño hogar del platinado, cayó como peso muerto en el porche y empezó a rasgar la puerta de la entrada. A los pocos segundos, escuchó unos pasos aproximándose, para luego sentir como ésta se abría y casi al instante se volvía a cerrar.

¿Qué pasó? ¿No lo vio? ¿Estaba enojado con él?

Volvió a rasguñar, la puerta se abrió nuevamente y al instante lamió los pies del chico. No quería que estuviera molesto, él podía ser un mejor Alfa, iba a mantenerlo seguro para evitar que una situación como esa volviera a repetirse.

Jungkook se iba a encargar de protegerlo.

Escuchó un grito que por poco lo deja sordo y observó al joven saltar en su lugar, se percató de que lo estaba apuntando con un... ¿Trapeador? Bueno, al parecer su Omega tenía unas buenas armas para su defensa personal.

Casi que tiembla de miedo, fíjate.

Quiso levantarse, podía oír como Kim le hablaba pero solo escuchaba un pitido ensordecedor. Su respiración se volvió algo errática, su cuerpo pesando más de lo normal. Sabía que posiblemente el piso donde se encontraba ya debería de estar más que manchado por la sangre en su pelaje.

Su último pensamiento antes de caer inconsciente fue: No volver a hacer una pendejada así.

Para la próxima se curaba antes.

[...]

Unas manos acariciándolo con parsimonia lo sacaron de su estado de inconsciencia, el lobo de Jungkook ronroneó a gusto por la atención recibida... Esperen ¿Manos? ¿Quién era la persona que lo estaba tocando? ¿Dónde estaba? Esas preguntas lo alertaron de sobremanera, gruñéndole a quien sea que estuviera posando sus extremidades en su melena blanca.

Incorporándose, tomó una posición de defensa, mostrando sus garras y los dientes afilados en su hocico fruncido. Sus orbes tomado un tono carmesí volviéndolo más intimidante.

Sabía que aún estaba un poco lastimado, por eso, sus primeros instintos fueron tomar una postura hostil. A pesar de sentir que sus heridas ya estaban casi curadas, no podía bajar la guardia.

O eso pensaba.

Su vista se enfocó en el joven platinado que estaba sentado en el sofá de lo aparentemente era una pequeña sala, mostrando su cuello en señal de sumisión, mientras tenía los ojos cerrados con un poco de fuerza.

Mierda... Ya la cagó, ¿Cierto?

Su expresión y su postura se suavizaron al instante, sus ojos cambiando al color azul natural en ellos, su Alfa avergonzado volviéndose dócil en presencia de su compañero.

Se acostó en la alfombra acaparándola por completo. Era tan diminuta para él; que solo ocupaba una cuarta parte de su cuerpo. Bajó sus orejas en señal de arrepentimiento, su rostro recostado en sus patas delanteras dándole un aspecto tierno y movió ligeramente su cola que ahora golpeaba el piso de madera.

Lo más probable es que lo manipulador lo heredó de su papá.

Gruñó nuevamente, esta vez, solo para llamar la atención del chico que aún no abría sus ojos.

Sus luceros captaron como el cuerpo contario se iba relajando de a poco, asomando esas esferas avellanas por sus espesas pestañas. Se miraron unos cuantos segundos, Kim sin comprender el comportamiento del animal frente a él, y Jeon extasiado de por fin poder ver al joven que ocupaba la mayoría de sus pensamientos.

Se fue arrastrando hasta quedar cerca de los pies contrarios, sacando su lengua para lamerlos. Quien viera la escena quedaría perplejo, y ¿Cómo no? ¿Un Alfa estaba lamiendo los pies de un Omega? Más importante ¿Un Dominante de alto rango? Vaya que cosa, definitivamente no es algo que se vea todos los días.

Pero eso poco le importaba, Jungkook es capaz de eso y más solo por Taehyung. Haría lo que fuera por él, para demostrarle que podía ser una buena pareja, que podía ser un Alfa que lo cuidaría, a él y a los cachorros que esperaba poder tener en un futuro. Era impresionante la forma en la que su lobo era tan manso en su presencia, como el hombre que no quería saber nada de sentar cabeza, pensar en tener crías o algo por el estilo, ese que se la pasaba encerrado en su trabajo de la empresa o la mafia... Desaparecía por completo.

Así como mi papá a la hora de darme el dinero de la pensión alimenticia.

Mis traumas mis chistes.

Bueno, ese era el efecto que Kim Taehyung tenía sobre él.

— Al parecer su parte animal es más expresiva que el humano.— Habló por fin el menor, disipando el silencio para nada incómodo que se había instalado en la sala.

Jeon alzó su cabeza y, con su hocico, tocó la mano que reposaba en el regazo del joven, dando a entender con ese gesto que quería que lo acariciara.

Kim lo hizo sin chistar.

— Debo admitir que entré en pánico al verlo sangrando en el porche de mi casa. Aunque fue más el susto que otra cosa, la mayoría solo era sangre seca en su pelaje.— Volvió a tomar palabra, aún repartiendo mimos detrás de las orejas del lobo.— Fue realmente difícil arrastrarlo hacia dentro, usted es enorme.— Soltó una risa nasal.— Cuando estaba por curarlo, me di cuenta de que sus heridas se estaban cerrando solas, supongo que por sus genes Dominantes. Lo único que hice fue poner una crema para ayudar con la cicatrización.

Jungkook se limitaba a disfrutar la suavidad de las manos ajenas en su pelaje, su Alfa ronroneando internamente. No queriendo volver a separarse de su compañero.

— Debe estar cansado por... Lo que sea que haya pasado.

Siendo sinceros, no quería ni preguntar qué fue lo que ocurrió para que Jeon terminara de esa manera en su hogar. Estaba claro que la mayoría de la sangre no era de él ¿Tal vez un enfrentamiento? Era mejor no saber.

— Encima de esa mesa hay una toalla.— Señaló.— Por favor transfórmese para que pueda tomar un baño.— Se levantó.— Iré a prepararlo.— Dicho eso, se retiró.

Vio como la pequeña y bien formada figura del contrario desapareció tras una puerta.

Haciendo lo pedido, sus huesos se rompieron para volver a unirse en su forma humana, sonaba feo, sí, pero no duele tanto una vez te acostumbras.

Se acercó a la mesa, tomando el trozo de tela que, se supone, debía cubrir su parte inferior. A duras penas pudo atarla en su cintura, cubriendo así al para nada pequeño Kookie.

Él era humilde (en su mayoría), pero debía admitir que, al menos, era meramente consciente de que su tamaño no era cualquier cosa...

Pero esos son datos innecesarios, seguimos.

Esperó en su sitio, escuchando el ruido del agua a unos pocos pasos de distancia. El sonido de unas pisadas lo hicieron girar en dirección al pasillo, notando como el Omega detenía sus movimientos repentinamente; analizando su cuerpo de pies a cabeza sin ningún tipo de vergüenza.

Honestamente, a Jungkook no le importaba su apariencia física, pero en ese momento agradecía las horas de ejercicio y entrenamiento. Obviamente, su genética de Alfa ayudaba, pero nada se comparaba a las largas horas en las que se dedicó a cuidar su forma para estar preparado para pelear, logrando así, una complexión sólida.

Mientras tanto, Taehyung estaba a punto de entrar en crisis por la vista tan espléndida que tenía la dicha de observar.

El cuerpo del azabache estaba esculpido como si fuera una maldita obra de arte, cada uno de sus músculos era delineado con precisión. Sus brazos fornidos detonaban fuerza, su pecho ancho con esos grandes pectorales viéndose tan jodidamente bien marcados, y ni hablar de esas piernas firmes que sostenían todo su ser... Oh, Diosa, esa piel lechosa que estaba adornada con tinta, era lo mejor que alguna vez vio en su vida. Pudo apreciar tatuajes que con la ropa no podía, algunos regados alrededor de su pecho desnudo, complementando así el magnífico placer que era observar a Jeon Jungkook.

Además, se fijó en algunas cicatrices que también poseía. La que más llamó su atención fue una que era demasiado grande, pasando desde su pectoral derecho hasta la costilla del lado izquierdo.

El sentimiento de curiosidad atravesó su cuerpo, pero sabía que no era de su incumbencia.

Taehyung levantó su vista después de escrutar su anatomía como si la evaluara, para por fin mirarlo directamente a la cara, y ¿Siempre ha sido así de alto? No sabe por qué, pero repentinamente se siente más pequeñito delante del hombre que lo observaba tan profundamente, su expresión estoica nunca le había parecido tan atractiva como ahora.

— El... El baño está listo.— Murmuró quedito, maldiciendo para sus adentros por el pequeño tartamudeo que abandonó su boca.

Iba a ser una larga noche.

Hola, hola, personitas. ¿Cómo están? Espero que muy bien.

¿Que tal el capitulo? ¿Les gustó? ¿Que opinan de la reacción de Jungkook?

Cuídense mucho, tomen agüita, coman bien y descansen.

Tu existencia es importante. 💜

Meanwhile, us:

Azumi:

Si no estoy mal, esto fue cuando nuestra querida Azumi estuvo enferma. La muy perre dormía como 2 o 3 horas al día, no comía y se ponía a leer o a escribir el capítulo. NO LO HAGAN EN CASA. Dejando eso de lado, su voz estaba muy chistosa en ese momento.

(Soy Azumi, mi voz sonaba como la de un jodido macho Alfa, era bien potente... Además de que se me iba el gallo de vez en cuando).

(Regalito porque soy buena gente, pero ya ésta semana no actualizo más hasta mediados de la próxima. Lxs amo 💜).

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