Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘦𝘯𝘨𝘢ñ𝘢𝘳 𝘢 𝘶𝘯 𝘪𝘥𝘪𝘰𝘵𝘢 𝘺 𝘯𝘰 𝘧𝘳𝘢𝘤𝘢𝘴𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘰?

Aclaración: Sonic y sus personajes no me pertenecen; créditos a SEGA. El concepto de libro para dummies y las imágenes aquí utilizadas tampoco me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores. Lo que sí es mío es lo que vas a leer a continuación. 

Advertencia: Esta medio cursi y muy tonto. Hay mucho OCC y probablemente no te deje ningún buen consejo para San Valentín. 

Me enfermé... chale.

.

.

.

Única Parte
Hay que ser un poco idiota en la vida, pues si no se aprovechan los demás y lo son solo ellos». Ramón Gómez de la Serna.

.

.

.

Muy bien, la cosa era muy simple:

Este sería el primer San Valentín que pasaría junto a Amy siendo novio y novia oficialmente —después de mucho, sí— y tenía que ser memorable, único e irrepetible porque él era el gran Sonic The Hedgehog y siempre hacía cosas geniales. 

Solo había un pequeño, minúsculo e insignificante detalle chiquito, cosita de nada.

No tenía ni la más remota idea de que podía regalarle.

Amy, la reina —diosa— indiscutible de las manualidades, los detalles y las cursilerías difícilmente se vería sorprendida ante alguno de los regalos que pudiese obsequiarle. 

¿Qué podría darle? 

―¿Y si le das flores?―El pequeño zorrito estaba ahí para brindarle apoyo moral, como siempre. 

Podría ser una buena idea, si tan solo no tuviese un jardín repleto de todo tipo de plantas y flores cuyo nombre ni siquiera podía pronunciar. 

No, las flores estaban descartadas.

―¿Quizá chocolates y bombones?―De nueva cuenta Tails brindaba un poco de luz en su oscuridad.

Eso podría ser la mejor opción, si tan solo la rosada no se comiera toda una caja de un solo bocado y después le culparía ―directamente― por darle cosas que le harían engordar. 

Los chocolates tampoco podían ser una opción...

―Tal vez... ¿un osito de peluche?―Las ideas se le estaban agotando y lidiar con Sonic y su renuencia no era algo divertido.

El joven azulado podía ser el mejor amigo que tenía en todo el mundo, pero cuando se lo proponía podía volverse un dolor de muelas ―como ahora―.

Por mucho que quisiera ayudarle, el amor y el romance excedían sus capacidades por mucho. Y siendo realistas, ni el mismo Sonic tenía idea de que rayos debía hacer.

Era el primer año en el que tenía una novia y ni siquiera se había tomado la molestia de prepararse para la ocasión. 

Ahora estaban ahí sentados en el taller teniendo una granizada de ideas de último minuto esperando que mágicamente la respuesta cayera como del cielo.

Desafortunadamente, ni Sonic sabía de romance ni el pequeño zorrito estaba en edad de entusiasmarse por esas cosas así que de gran ayuda no podía ser...

Y, siendo Sonic —el grandioso— el experto en chicas —según él— volvía la situación más apremiante. Sobretodo tomando en cuenta que esta vez genuinamente estaba interesado en hacer algo bonito por ella.

Las fechas y los detalles no eran su fuerte, por lo regular siempre olvidaba esas cosas, salvo los cumpleaños y navidad, recordar días festivos estaba fuera de su radar.

Sin embargo, este tipo de cosas era algo que ella disfrutaba y pese a su falta de habilidades en el fondo sabía que ella merecía el esfuerzo.

No por nada era su novia después de todo...

—Sonic, tal vez debas buscar la ayuda de alguien mas especializado en el romance—Tails sabía que esta vez no podía ser de ayuda—¿Quizá Sticks pueda darte algunos consejos? Es una chica...—.

El par de amigos inmediatamente descartó la idea; Sticks tampoco podía ser una opción.

La última vez que se les ocurrió escucharla Knuckles terminó parcialmente calvo y tenían prohibido hablar del tema desde entonces.

De acuerdo, muy bien, no pasa nada...

Solo debía pensar un poquito más y las ideas geniales le vendrían.

Tails por su parte solo guardo silencio, exasperado.

Normalmente tener a Sonic compartiendo el mismo espacio era divertido, pero tenerlo ahí  ansioso e inquieto era un peligro para su taller y todos los experimentos en los que estuvo trabajando así que tenía que pensar rápido o terminaría arrepentido después.

—¿Y si damos un paseo por el pueblo? Quizá encuentres algo interesante...—Ofreció y para su fortuna el cobalto estuvo de acuerdo.

En un parpadeo Sonic desapareció tal como siempre hacía y Tails solo suspiró.

Sonic siendo Sonic...

.

.

Después de la sexta vuelta supo que él y el día del amor no eran aliados formidables.

Había puestos de comida, arreglos y un sin fin de cursilerías que podían servir para llenar las expectativas de cualquier novio comprando regalos de último minuto, pero no las suyas, obviamente.

Le había dicho no al pastel en forma de corazón que una viejecilla le estaba ofreciendo pues sostenía que ni en un millón de años ese sabría tan bien como uno preparado por su novia.

Demás estaba decir que recibió un bastonazo en la cabeza luego de tal afirmación.

Pese a lo evidente y luego de mucho sobarse la cabeza ante el golpe llegó a un puesto donde vendían globos de todas las formas y tamaños: corazones, círculos e incluso flores extrañas; a donde quiera que dirigiera la mirada encontraba globos con palabras ridículas y cursis que estaba seguro que a Amy iban a encantarle.

Llamó especialmente su atención un globo en forma de corazón en donde una parte poseía la palabra "TE AMO" con letras gigantes y doradas y por el otro tenía un enorme rostro de un chao rechoncho y adorable perteneciente a una de esas series que Amy seguía por televisión. 

Emocionado ante la idea de lo feliz que esto haría a su novia se acercó hasta el dueño del puesto a preguntar por ese globo tan perfecto. 

—85 rings, ¿Quieres que le ponga listón? Serían 20 rings más...—El hombre rechoncho le sonrió casi asegurando su venta.

¡¿105 rings por un mísero globo?! ¿Qué acaso era de oro y plata o qué rayos? Y su cara debió ser lo suficientemente obvia pues el vendedor se apresuró a rebajar un poquito el precio.

"Dame 90 y cerramos el trato" algo que tampoco sonaba mejor. Porque el podría ser poco romántico y desconocer muchas cosas con respecto a las cursilerías, pero no era un idiota y no iban a estafarle con tanto dinero por un objeto que terminaría en la basura. 

Además, solo tenía 40 rings en su bolsillo...

Media hora después —y luego de que le echaran de cinco puestos más— Tails y Sonic terminaron sentados frente al Meh Burger esperando que un milagro ocurriera. 

—Eres demasiado exigente—Tails suspiró cansado—Hemos recorrido todo el pueblo y una viejita me lanzó un florero por tu culpa—Se quejó el menor. 

Sin prestar la menor atención a las quejas de su mejor amigo Sonic seguía debatiéndose sobre que sería lo correcto. El tiempo se agotaba y el estaba tal y como había comenzado, sin nada.

Incluso podría decir que estaba aún peor; estaba cansado, hambriento y visiblemente desesperado.

Hasta ese tipo raro que atendía la caja parecía tener un regalo para su novia cibernetica —dinero que le enviaría a su tarjeta para comprarle una skin rara—.

¿Realmente él era el único idiota que no tenía idea de que regalarle a su novia? 

—Que hay chicos—Knuckles traía consigo una bolsa llena de paletas y dulces que no le implicaba mucha dificultad sostener.

—¿Quién te ha dado eso, Knux?—El zorrito reparo en el detalle y el aludido solo se encogió de hombros como si no fuese la gran cosa.

—Una viejita allá en el pueblo me dio todos estos dulces le ayudaba a limpiar todo el desastre que un idiota bueno para nada le hizo hacer un rato antes—Explicó sin medias tintas y Tails solo pudo atinar a mirar feo a su mejor amigo.

—Eso es genial... ¿Qué tipo de dulces tienes?—

Al vaciar la bolsa sobre la mesa muchas paletas en forma de corazón y chocolates con envolturas rojas y rosadas se regaron por todo el espacio; finalmente, un ruido seco sonó sobre la mesa y el trío de amigos observó curioso lo siguiente:

.

.

Un libro extraño cuya portada parecía prometer un San Valentín perfecto para aquellos seres inexpertos en el ámbito. 

—¿Qué rayos?—El dueño de los dulces iba a tomar aquel objeto extraño pero el cobalto le ganó—¡Hey!—.

Leyó brevemente la portada y aunque parecía ser extrañamente conveniente que uno de sus mejores amigos llegara con un libro como ese pensó que podría serle de utilidad. 

Estaba lo suficientemente desesperado para intentar lo que fuese a estas alturas, además el libro parecía lo suficientemente congruente para poder tomar algunos consejos y lograr que su primer San Valentín fuese memorable. 

—¿De verdad confiarás en un libro así?—

Sin apartar la vista de la lectura, asintió.

—¿No eres tu quién siempre dice que debo leer más y nutrir mis conocimientos?—

Touché...

No tenía un argumento ante esto y no le quedó más remedio que suspirar; aunque ese libro no le inspiraba confianza al menos mantendría a Sonic entretenido y quizá podría funcionarle un poco.

Y si no funcionaba al menos sabrían que hicieron el intento. 

—Veamos... capítulo uno, "¿Qué es una cita y cómo tener una?"—leyó un poco y se concentró.

"Una cita es un intercambio de planes, encuentros, situaciones y virtudes con fines románticos y reproductivos" citaba aquel versículo y aunque entendía a que hacía referencia, de algún modo se sintió un poco cohibido al leer eso último. 

Había tenido citas con Amy con anterioridad, algunas salieron extremadamente bien, otras solo podían considerarse como prueba y error. Nunca había tenido en consideración el tiempo que estas debían durar, tampoco los temas que debía abordar ni mucho los lugares que podía considerar "prohibidos o aprobados" para salir con una chica. 

Ir a la matiné estaba prohibido, también compartir un café porque podía apestar su aliento y eso no sería romántico. 

Había muchas reglas que no había considerado y ahora que lo pensaba con detenimiento le hacía sentido el porqué algunas citas fracasaron. Es decir, ese concierto al que fueron hace un par de semanas fue un fracaso porque todos estaban bebiendo y Amy terminó incómoda debido a esto.

Quizá no era tan buen novio como pensó... 

Al leer un poco más a fondo también se encontró con una lista de tópicos de los cuales no debía hablar. 

"Hablar de temas que no son del interés de tu cita siempre provocará que pierdas su interés de inmediato; debes ser interesante, atrayente y generar expectativa en tu acompañante para generar interés" citaba el experto y aunque entendía que el interés era fundamental en cualquier relación no recordaba no haberle puesto interés a su chica.

¿O si? 

Rayos...

Pequeños recuerdos de ella hablándole de los protagonistas de sus libros favoritos y de sus plantas y retoños recién nacidos venían a su mente; el siendo un idiota fingiendo interés a lo que ella decía.

Joder...

Había mucho que aprender y memorizar. 

—Chicos, los veo después... necesito reunir unas cosas—Y se fue sin más.

Knuckles ni siquiera pareció notar su ausencia; estaba demasiado ocupado comiendo los dulces y caramelos que le habían obsequiado como para preocuparse por algo más y al pobre Tails no le quedó más remedio que pagar la cuenta por la hamburguesa que Sonic no se comió.

En fin, Sonic siendo Sonic...

.

.

Bien, de acuerdo, repasemos de nuevo:

Es catorce de febrero; son las 4:30 de la tarde y de alguna forma que desconoce se obligó a sí mismo a levantarse temprano para cocinar alimentos con nombres extraños y aromas raros para poder ofrecerle un almuerzo romántico a Amy, 

Después de pasar toda la noche leyendo ese libro concluyó que su mejor opción era concertar una cita en su hogar, prepararle una comida elegante y hablar de temas que fueran del interés de ella. 

Con algo de suerte ella no notaría que no había limpiado su casa en semanas y con mucha más suerte tampoco notaría que no sabía cocinar y que terminó improvisando muchos de los ingredientes que decía el libro.

De acuerdo, eso no es importante; los detalles ya los afinaría después, ahora lo importante era lograr que el ambiente fuera idóneo y eso solo lo conseguiría con esa colonia de importación que era un éxito entre las mujeres y que denotarían su masculinidad. 

Miró el frasco y el nombre 7 machos estaba impreso en el frasco; el fugaz pensamiento de quienes podían ser tales machos le vino a la mente, pero lo desechó por completo y siguió ordenando sus prioridades porque el tiempo apremiaba y sabía que Amy era una chica muy puntual. 

El libro también mencionaba algo referente a su apariencia física; sabía que era un galán y que poco podía trabajarse con ese rostro de Dios griego que la naturaleza le había obsequiado, pero aún así haría el noble esfuerzo.

Ya había invertido mucho y una manita de gato no le vendría mal de todas formas. 

"Verse bien siempre sirve, usar un traje que resalte los atributos es lo apropiado para llamar la atención de tu interés amoroso" Sabía que tenía pocas opciones así que solo tomó un chaleco viejo que tenía botado por ahí y con la colonia en mano se puso lo que consideró apropiado —Media botella, porque ser macho nunca estaría de más— y colocó velas sobre la mesa. 

"Comer a la luz de las velas es romántico además de que ayudará a economizar, las velas nunca son suficientes para demostrar un ambiente romántico" y si lo decía el libro debía ser real, ¿no? así que puso una veintena de velas por toda la habitación con la intención de que el  ambiente se volviese más propicio, aunque eso solo logró que le diera un poco de calor.

De nuevo frente a la estufa aquella sopa extraña que había estado cocinando ahora hervía al fervor del fuego y desprendía un hedor extraño que le hacía desear tirarla al océano y fingir que nunca había conocido su existencia; pero el libro aseguraba que pese a su extraño aroma era exquisita y debía confiar en el proceso. 

Incluso cuando los ojos le lloraban debido al sentir un sabor amargo en el ambiente aún sin habérselo llevado a la boca. 

Dejando de lado eso ahora solo restaba esperar a que Amy llegara; así que pondría un poco de música para armonizar el ambiente; sabía que ella amaba esa música romántica y llena de pop y aunque a él no le molestaba del todo el libro recomendaba piezas mucho mas movidas.

"Mantén el ambiente siempre en un tono de ánimo, evita que tu cita pueda sentir sueño y has que sienta deseos de bailar con una playlist llena de merengue, salsa o sus derivados".  Era extraño y normalmente el no optaría por algo similar, pero no pondría a prueba el proceso. 

Debía confiar... 

Solo debía confiar. 

Con la quimabara sonando con fuerza dentro de su hogar Sonic repasó mentalmente todos los detalles que abarcaría su cita y pensó en lo mucho que Amy se sorprendería al ver todo el esfuerzo que le había puesto.

Si todo salía bien ella estaría feliz; y si Amy era feliz él estaría feliz —y de paso obtendría algunas cosillas que solo su chica podía darle, como chilidogs, claro—.

Veinte minutos después la puerta sonó; sabía de quién se trataba así que solo se apresuró a atender a su recién llegada novia que sostenía una caja en forma de corazón entre sus manos. 

Estaba bonita y radiante como siempre; con un bonito vestido rojo y unas sandalias que la hacían verse francamente adorable.

—Feliz día de San Valentín—Ella le sonrió y extendió sus manos para hacerle entrega de su regalo—¿Qué es... ese olor?—Nada más entrar se percato de una mezcla de aromas en el ambiente.

No supo si era la comida, el propio y particular aroma de la casa de su amado o una extraña colonia saliendo del propio Sonic, pero había tantos aromas que la marearon un poco.

—Eh, debe ser la comida—se apresuró el cobalto de nuevo a la estufa con intenciones de apagar su obra maestra—Toma asiento Ames, estaré contigo en unos minutos—le dijo desde la cocina y ella asintió.

Tomó asiento como pudo frente a la mesa y no pudo evitar notar la cantidad de velas que reposaban sobre el objeto; pensó por un momento en si Sonic tenía problemas con la factura eléctrica, pero lo desechó de inmediato y decidió restarle importancia.

Era un bonito detalle romántico cenar a la luz de las velas, pensó y dejó que la música se colara por sus oídos. Era peculiar por decir lo menos y seguramente no sería algo que ella elegiría de tener la opción.

—¿Cómo estuvo tu día?—Pregunto el chico; con dos platos hondos en sus manos que colocó rápidamente sobre la mesa porque estaban muy calientes; sin quererlo un poco del contenido se regó por la mesa apagando algunas velas y ensuciando la madera de paso—Rayos, voy a limpiarlo—.

Mientras Sonic limpiaba ella no pudo evitar notar el aroma que la sopa desprendía; era amargo y al fijar su atención su textura parecía pastosa y de un color verde vómito que no hizo otra cosa que revolver un poco su estómago de solo imaginar el sabor. 

Sabía que Sonic había cocinado eso con cariño y sería muy grosero de su parte no probar algo que a él le tomó tiempo y dinero cocinar, pero pese a lo mucho que apreciaba el gesto de su novio la integridad de su lengua estaba en juego.

Al regresar a la sala Sonic traía consigo un par de latas de soda; una de fresa y otra de lima limón. 

—Ten—Le entregó una y sonrió galante—My lady, su cena está servida.—

"Sé romántico, dile que su peso está en estado óptimo" decía el libro y automáticamente le vino a la mente el deseo por halagar a la muchacha y su bonito vestido. 

Ajena a lo que estaba por decir ella observaba aquella sopa con recelo.

—Ese vestido te hace ver más delgada y...—Antes de que pudiera completar su cumplido ella le fulminó con la mirada. 

—¿Eso significa que normalmente me veo gorda?—Contraatacó ofendida por la mala elección de palabras. 

—No, no, no, no, quiero decir que no te ves...—Amy alzó una ceja sin dejar de estar ofendida, dijera lo que dijera no tenía escapatoria—¿Por qué no mejor comemos? la cena se enfría—cambió el tema y ella miró el plato otra vez. 

"Si las cosas se ponen feas cambia el tema y deja que ella deje de pensar en esas tonterías" citaba el libro y aunque tenía sus dudas, pareció funcionar. 

Ahora fue su turno de mirar el plato con la sopa y le tomó más de dos segundos atreverse a tomar la cuchara y meterla en el plato; no necesitaba ser muy avispado para saber que esa porquería no sabría bien y que si se lo comía iba a vomitar. 

Tristemente estabas demasiado comprometido con su plan como para dejarse amedrentar por una sopa mal hecha así que tomó todo el valor que pudo reunir y se llevó una cucharada a la boca.

Error...

Bastaron solamente dos segundos para que todo un día de planeación se fuese al cuerno; una simple cucharada de esa sopa extraña fue suficiente para que el pobre Sonic escupiera de forma exagerada sobre la mesa y que las velas que estaban sobre esta se cayeran provocando un pequeño incendio. 

Presa del pánico trató de apagarlo de forma apresurada con lo primero que encontró cerca; el frasco de su loción a base de alcohol que solo avivó las llamas, para su desgracia, todo esto sucediendo mientras de fondo el ambiente era amenizado con el ritmo de la vida es un carnaval.

¿Cómo todo pudo salir tan mal?

Para cuando despertó de aquel extraño trance el fuego estaba apagado, la música ya no sonaba y Amy le miraba con cara de preocupación. 

—¿Estás bien, Sonikku?—Ese apodo cariñoso lo hizo enrojecer suavemente. 

—No lo entiendo...—Confesó, apenado—Yo... yo solo quería que fuera una velada perfecta y mira lo que sucedió—La mesa de su sala estaba básicamente echa pedazos, había platos rotos y velas por aquí y por allá—Soy un idiota...—

—No digas eso, no lo eres—ella le restó importancia—A veces esas cosas pasan, no hay nada de que avergonzarse...—

Amy siempre tan optimista...

¿Por qué se sentía tan cucaracha? Es decir, ella no lucía enojada ni nada por el estilo, pero él sí lo estaba; estaba molesto consigo mismo por haberlo echado todo a perder.

Había arruinado el primer San Valentín de ambos y eso le sabía mal. 

—Tranquilo, no pasa nada...—Ella le daba palmaditas en la cabeza mientras descansaban sobre el sillón—Ya será el próximo año—.

Siempre tan comprensiva...

Quizá por eso le dolía todavía más el hecho de decepcionarla.

—Perdón, Ames...—

—No tengo nada que perdonarte, tranquilo—podía ver en su rostro tristeza y decepción. Sonic lucía genuinamente afectado por lo sucedido—De verdad yo no...—

—Yo quería que este San Valentín fuera memorable—confesó sin verle a los ojos—Quería que fuera especial, así como tú...—de nuevo confesó aún sin mirarla—Incluso seguí los consejos de este tonto libro y aún así lo eché todo a perder...—Esta vez si la miró de reojo mientras sacaba del bolsillo de su chaleco el dichoso libro—Soy un pésimo novio—. 

A punto estuvo de lanzar el libro por la ventana cuando ella le impidió hacerlo. Tomó aquel puñado de hojas entre sus manos y le dio una rápida inspección que le hizo fruncir el ceño y sonreír a partes iguales. 

—Sonic...—Ella hablo bajito, no supo si estaba molesta, sorprendida o se reiría en su cara por tener que recurrir a un libro para poder llevar a cabo algunas acciones simples—¿De verdad te tomaste todas estas molestias por mi?—Ella alternaba su mirada entre el libro y su novio por fracciones de segundo. 

Y bueno, no le quedó más remedio que asentir; no tenía forma de negar lo evidente y si quedó o no como un imbécil ya era harina de otro costal.

Podía esperar que ella quisiera terminar con él, iba a ser doloroso pero lo podía entender. Nadie querría estar con un idiota como él. 

—Escucha Amy yo entiendo si quieres que esto termine...—Antes de poder continuar con sus lamentaciones ella le besó.

Un beso pequeño, inocente pero lo suficientemente significativo para indicarle todo el sentimiento que ella albergaba para él. 

—No digas tonterías como ésas, ¿de acuerdo?—De pie, caminó hasta su olvidada caja y sonrió con dulzura para el confundido joven que la miraba sin salir de su estupor—Que alguien se haya tomado tantas molestias con tal de hacerme feliz me hace muy feliz—Aseveró—Y si ese alguien es mi novio lo hace aún mejor...—Añadió.

—Pero...—No iba a aceptar sus negativas, así que no le permitió continuar. 

—Abre tu regalo, ¿Sí?—Ella le instó y el aceptó.

Abrió la caja y se encontró con media docena de los chilidogs especiales que ella hacía para él en sus momentos especiales; al mirar de nuevo a la joven esta le sonreía con calidez. 

—Amo que hayas hecho todo a tu alcance para hacerme feliz—Lo abrazó—Y amo que estabas tan preocupado por esto que ni siquiera notaste que este libro tiene el sello de la editorial de Eggman—.

Eggman...

Un momento, ¿EGGMAN? Tomó aquel mugroso libro y reparó a mayor detalle en lo que ella decía y efectivamente, en el corazón se encontraba ese mugroso logo de esa sabandija regordeta y bigotona. 

Ahora se sentía muy idiota por haber caído redondito en la trampa de ese gordo mañoso; pero no era momento de pensar en cómo rayos es que ese libro pudo llegar a Knuckles y por consecuencia a él, ahora lo importante era comer esos manjares que Amy había preparado y pasar un rato agradable con su bella novia. 

Pues aunque las cosas no salieron tal como las planeó, al menos tendrían un primer San Valentín el cual recordarían —y tratarían— de mejorar el próximo año sí o sí. 

—Te quiero, Amy—Le dijo al oído y ella casi se derrite a sus pies.

.

.

Del otro lado de la isla el experto en robótica miraba por sus monitores lo que sus moscas robóticas transmitían en vivo; la cena de Sonic había sido un desastre y eso lo hizo regodearse.

—Señor, el plan fue un éxito—Orbot habló a su derecha y pese a esperar algún alardeo de parte de su creador, esto no llegó.

—Oh, el amor... el amor...—canturreó el científico y sonrió para sí, al final sus consejos amorosos funcionaron de uno u otro modo y esa viejita del pueblo era una cómplice formidable a la cual acudiría en una próxima ocasión. 

Además de que eso le ayudaría a volverse un autor famoso en la comunidad... Eggytheletters sería su usuario en la plataforma, ahora solo le restaba esperar. 

.


.


.


FIN

Quería publicar en pleno 14 de febrero, pero soy un asco con mis tiempos... esto de estar enferma como que no exprime bien mi cerebro... por eso estoy de madrugada sufriendo haber dormido todo el día, F por mí...
En fin, espero que hayan pasado un día agradable con sus seres queridos y que hayan recibido mucho amor... Los tqm (L)
Se cuidan y muchas gracias por leerme, dispensen las faltas mi cerebro ya no da para más...
Cariños, Gri...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro