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16📚

Lo que empezó siendo el mejor día para Jisung, se tornó de un momento a otro, en un día que no quisiera recordar.

Hyunjin insistió en buscar a Minho para enfrentarlo, pero Jisung lo detuvo bajo el argumento de que él no había hecho nada malo, incluso tuvo que fingir que no se sintió dolido cuando a lo lejos vio a Minho junto a sus amigos bajando de aquella gran atracción con Jeongin. Suspiró derrotado y decidió que quería irse a casa.

—No debí dejar que se fuera solo—dijo Hyunjin luego de un rato—Jisung es muy llorón y conociéndolo, pasará llorando toda la noche.

—Escuchaste lo que dijo, él necesita estar solo, no podemos insistir en estar a su lado si no quiere—dijo Félix, tomando su mano con timidez, causando que Hyunjin pusiera sus ojos en él—Estará bien, lo sabes.

Hyunjin asintió con una débil sonrisa, sintiendo su corazón latir con rapidez ante el cálido tacto. Sabía que lo había arruinado todo desde el momento en el que Félix dejó de ser una apuesta para él, ni siquiera supo en qué momento sus sentimientos habían evolucionado de esa manera en su interior, haciendo su trabajo de decir la verdad cada vez más difícil.

—Tienes razón—asintió el mayor, entrelazando sus dedos con los del pelirosa—¿Tienes hambre?

Félix asintió con una sonrisa, sintiendo su estómago cosquillear, regañándose por ser el idiota más grande del mundo al empezar a ceder ante sus propios límites. De seguro, Hyunjin y sus amigos se reían de él a sus espaldas, pero podía seguir fingiendo que todo eso era simple actuación, sin revelar que eran sus verdaderos sentimientos.

¿Cómo podían ser ambos tan tontos?

A la mañana siguiente, Hyunjin llegó muy temprano a la casa de los Han, entró a la habitación de Jisung sin siquiera tocar y se acercó a su cama. Suspiró al verlo todavía dormido a pesar de que ya eran casi las doce del medio día, y Han Jisung nunca despertaba tan tarde.

Lo movió con sutileza hasta que el menor abrió sus ojos lentamente, quejándose por lo bajo por la interrupción en su sueño, cubriéndose completamente con las sábanas.

—Ya levántate, es tarde—dijo el mayor, moviéndolo de nuevo.

—Déjame en paz, hay comida en la cocina, no necesitas levantarme para que comas algo—se quejó, girándose para darle la espalda.

—No vine por la comida—sonó indignado, apartando las sábanas de su mejor amigo—Bueno, en parte sí, pero ahora solo quiero que te levantes.

Jisung suspiró resignado, talló sus ojos y se sentó, viéndolo con clara molestia.

—Bien, ya me levanté, ¿qué quieres?

—¿Qué es ese humor tan feo?

—No tengo un humor feo—hizo un puchero, frunciendo el ceño.

—¿Te sientes mejor? Ya sabes, por lo de ayer.

—No, todavía me siento triste, y si vienes a decirme que vaya a la biblioteca, no pierdas el tiempo y vete tú solo—volvió a acostarse, subiendo la sábana sobre su cabeza.

—No vengo a pedirte eso... ¿No ves que sigo en pijama?

Jisung salió de su escondite y lo miró, apenas dándose cuenta; rió por lo bajo al ver que tenía esa pijama ridícula de la que muchas veces se burló.

—¿Entonces?

—Solo vine a pasar el día—se encogió de hombros—Vamos por elotes donde Changbin, hay algunas películas pendientes que debemos ver.

—No quiero salir—agachó la mirada, recordando las palabras de los amigos de Minho—¿Tú crees que me veo ridículo siempre?

Hyunjin lo miró con expresión confundida ante esa pregunta, nunca le había preguntado algo así.

—Claro que no, siempre sueles verte lindo.

—¿Entonces por qué no le gusto a Minho? Sus amigos dicen que no me veo a su altura, ¿es eso? ¿me veo muy corriente o algo así?

—¿Esos idiotas dijeron eso sobre ti?

Jisung asintió sin mirarlo, sintiéndose avergonzado. Hyunjin sentía mucha impotencia, Jisung nunca se sintió inseguro en cuanto a su aspecto, siempre supo que era lindo, atractivo, y a pesar de los rechazos, nunca dejó de pensarlo, pero ahora... Ahora unos desconocidos aparecían de la nada para crearle inseguridades que nunca estuvieron, llenándolo de dudas. ¿Cómo se atrevían a hacerle algo así a alguien como él?

—Tal vez tienen razón...

—No, ni de cerca tienen razón, Jisung, y tú lo sabes muy bien—trató de mantener la calma, pero verlo tan desanimado generaba un horrible sentimiento en él.

—Soy un chico tonto, por eso a Minho le gusta Jeongin, él sí es inteligente, bonito, educado y reservado. No como yo, sé que soy muy ruidoso, insistente e ingenuo algunas veces, pero no puedo ser diferente.

Hyunjin lo tomó por los hombros e hizo que lo mirara, escucharlo decir eso le había dolido, ese no era su mejor amigo.

—Jamás digas eso de nuevo, ¿está bien? No hay nada malo en ti, te lo prometo, así que mientras voy por los elotes, te vas a bañar y te pondrás lindo como siempre, veremos piculas y vas a estar bien, ¿entendido?

Jisung pestañeó varias veces y asintió, sintiéndose un poco reconfortado a pesar de que todavía sus ánimos no subían del todo. Pasar el tiempo con Hyunjin le vendría muy bien.

Minho seguía viendo su celular con ansias a la espera de alguna señal de Jisung, pero durante la mañana, no obtuvo respuesta alguna.

Al llegar el medio día del sábado, ya se encontraba arreglando todo junto a Félix para cerrar la biblioteca ya que el fin de semana trabajaban hasta las doce. Guardó las llaves en su bolsillo y cundo el lugar se encontró por fin vacío, la campana de la puerta volvió a sonar, anunciando la entrada de un cliente.

—Está cerrado por hoy... ¿Hyunjin?

—¿En dónde están los idiotas de tus amigos?—preguntó de golpe cuando llegó hacia Minho.

—¿Por qué quieres hablar con ellos?

—Diles que se vayan de aquí, o que por lo menos no vuelvan a hablarle a Jisung—exigió, viéndolo sin ninguna pizca de amabilidad—¿Sabes que por su culpa, Jisung ayer se fue de la feria? ¡Jisung ama la feria!

Minho guardó silencio sin saber qué decir al respecto, simplemente viéndolo con sorpresa. La campana de la entrada volvió a sonar, escuchándose algunas risas dentro de la biblioteca.

—Hey, Minho, vamos, tenemos hambre—Wooyoung lo llamó, deteniéndose en Hyunjin—¿Otro pueblerino raro?—rió junto a los demás, burlándose de su atuendo, que por cierto, era su pijama.

—Ya veo, son así de estúpidos con todos—asintió Hyunjin, soltando una risa a secas.

—No es el momento, ni el lugar, Hyunjin—intervino Félix con advertencia en su voz—Ellos no se quedarán mucho tiempo aquí, solo evita problemas.

—No, estos idiotas se metieron con Jisung.

—Ah, ¿vienes en su defensa?—dijo Yeonjun, cruzándose de brazos—No le dijimos nada más que la verdad—se encogió de hombros.

—¿Cuál verdad? Si se puede saber—Minho los miró con seriedad, enarcando una ceja.

—Ya sabes, que jamás tendrá oportunidad contigo porque es muy corriente... Y de pueblo—respondió con naturalidad Heeseung, importándole muy poco lo furioso que Hyunjin se miraba—Incluso entendió que Jeongin es mucho mejor que él a pesar de que es pueblerino también—soltó una corta risa.

Minho abrió sus ojos con sorpresa, no podía creer que en serio le dijeron ese tipo de cosas a un chico que apenas conocían.

Hyunjin no pudo contener más su enojo y fue hacia Heeseung, tomándolo del cuello de la camisa para empujarlo con fuerza, causando que cayera de golpe al suelo.

—En tu miserable vida vuelvas a hablar así de él, ustedes son una basura, y es mejor que regresen a su estúpida ciudad—amenazó, mirando de la misma forma a Yeonjun y Wooyoung que mantuvieron expresiones neutras—Jisung nunca dañó a nadie y no voy a dejar que unos imbéciles como ustedes quieran acabar con él sin motivo alguno.

Nadie se atrevió a decir algo más, simplemente mirándolo.

Segundos después, Hyunjin salió hecho una furia de ahí con Félix tras él, dejando a Minho con sus amigos dentro de la biblioteca vacía.

—Ves, son unos violentos—Heeseung limpió sus ropas, negando con la cabeza—Típico de esta gente.

—Ustedes lo provocaron—respondió Minho a secas—Salgan de aquí.

—¿No íbamos a comer?—preguntó Wooyoung.

—Váyanse a casa, a su casa—habló con seguridad—Dicen ser mis mejores amigos y hacen esto... Realmente no quiero que sigan aquí.

—Por favor, Minho, solo fue una broma al chiquillo tonto—Yeonjun se cruzó de brazos—¿O es que te gusta y por eso que lo defiendes?

—¿Y qué si es así? Eso a ustedes no les importa—les dijo con frialdad—Váyanse, le diré a mamá que no se quedarán a cenar hoy.

—Vaya amigo que eres—rió Heeseung con sarcasmo.

—Lo mismo pienso de ustedes.

—Un mes logró cambiarte, ahora crees que eres como ellos, pero no, Minho, este ambiente no es para ti, y Jisung no es diferente a todas las personas de las que te reíste alguna vez.

—Lo sé, y me equivoqué... Ahora, salgan de aquí, y cuando realmente se comporten como mis amigos, podemos hablar de nuevo.

Los tres chicos lo miraron una vez más antes de salir de la biblioteca, dejándolo solo con la decepción haciéndose paso en su pecho.

Caen muy mal los amigos de Minho la verdad😤 pero no se preocupen, el "drama" no durará mucho😋

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