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Extra [2]

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Una niña rubia  de apenas nueve años caminaba por los pasillos del supermercado, su madre la había dejado ir a por las galletas que a ella le gustaban, ya que la niña había insistido tanto en que se las comprará que a su madre no le quedó de otra más que acceder a que fuera.

Ella rápidamente encontró las galletas que le gustaban en uno de los pasillos, al hacerlo se fué nuevamente por el pasillo en el que había caminado minutos antes, para así devolverse a dónde su madre se encontraba, si no está se preocuparía demasiado por ella. Pero en el transcurso a buscar a su madre ella se detuvo a mirar a una niña que parecía masomenos de su edad, quizá un poco más grande, la pequeña no estaba segura de aquello, pero de lo que estaba segura es que aquella niña estaba llorando mientras que caminaba.

La rubia se acercó hasta la castaña y tocó su hombro tímidamente. Está última se detuvo y miró a la niña que había tocado su hombro todavía con lágrimas en su rostro, se limpió con el dorso de su mano unas cuantas para poder intentar hablarle.

— ¿Q-quien eres? — cuestionó con débil voz la castaña.

— ¿Por qué lloras? — la niña que lloraba se sintió nerviosa, en lo que llevaba caminando nadie le había preguntado la razón de que estuviera llorando, y en realidad no le gustaba que se lo preguntaran y era extraño para ella. A decir verdad solo escuchaba a personas diciendo que seguramente ella estaba llorando porque su padre no había querido comprarle algún juguete pero no era en absoluto por aquella razón que está lloraba.

En realidad no le gustaba hablar de ese tema, claramente todavía era muy delicado y triste para ella.

La rubia al no obtener una respuesta de la niña que lloraba acarició el cabello de esta haciéndolo hacia atrás y causando un débil escalofrío a la mayor.

— Puedes confiar en mí — sonrió de manera amable a la castaña haciendo que está después de pensarlo un poco accediera a hablar.

— Y-yo m-mi m-mami S-se — hipo — f-fue

— ¿A dónde se fue? — preguntó inocentemente la pequeña rubia.

— T-todos dicen que e-ella se f-fue a un l-lugar m-mejor.

— ¿Y que es un lugar mejor?

La menor no comprendía las palabras que la castaña estaba diciendo, ella no entendía a qué se estaba refiriendo con que se había ido a un lugar mejor.

— ¿Se fue de tu casa?

— N-no ella estaba…enferma y y-yo un día f-fui al hospital y e-entonces ella cerró sus ojos y no los abrió d-de nuevo — el tartamudeo de la mayor había comenzado a ser menor, pero aún así todavía lo hacía mucho y temblaba y lloraba mucho — P-pero yo quiero a m-mi mami.

— ¿Segura que no se quedó solamente dormida?

— Segura — dijo firmemente —  dicen q-que ella n-no volverá a a-abrir sus ojos.

— Mi mamá siempre cierra sus ojos en las noches y los vuelve a abrir al día siguiente ¿No sucederá lo mismo?

La rubia no comprendía, no fué así hasta las próximas palabras que la otra niña que se encontraba a su lado pronunció:

— Ví su cuerpo, e-ellos se lo llevaron, m-mi madre no d-despertaba ella no se movía, s-se fue, d-dicen que se fue al c-cielo.

La niña comprendió lo que no había logrado entender minutos antes, ella se sintió mal por la niña que no paraba de lloriquear a su lado, puesto que no se imaginaba lo que sería no volver a abrazar a su mamá, o que no le comprará las galletas que le gustaban como era la ocasión.

Algo dudosa la pequeña abrazó a la castaña, acarició su espalda y le susurró cosas bonitas en su oido.

— Seguramente tú mamá te está cuidando, ella está allá arriba como un angel.

— ¿Ella me está cuidando? — la menor asintió — Pero yo también quiero cuidarla a ella.

— No puedes, ella no quisiera que estuvieras llorando.

— Y-yo solamente quiero a-abrazarla.

La pequeña niña rubia ya no sabía que más decirle a aquella niña que no paraba de hipar y llorar, solamente quería que está dejara de llorar. No le gustaba verla triste porque a ella también la hacía sentir triste.

— ¿Quieres venir a mi casa a jugar con mis muñecas? — curiosa la mayor la miró algo sorprendida pero todavía atenta a lo que pudiera decirle aquella niña que le había hablado — Tengo muchas muñecas que tía me ha regalado, además de una casa también enorme, ¿Eso te haría feliz?

— g-gracias — por primera vez en todo lo que ellas llevaban hablando la castaña sonrió, sonrió de una manera genuina, una sonrisa que fue causada por nadie más que por la rubia que se encontraba a su lado — Pero y-yo tengo que volver a c-con mi papá.

— ¿Segura?

— Si — la menor asintió entendiendo que en verdad tenía que irse.

La castaña no dudó ni un segundo y comenzó a alejarse de aquella pequeña niña que se había preocupado por ella, no podía evitar preguntarse ¿Cuál era su nombre? Pero se estaba haciendo esa pregunta demasiado tarde puesto que ya se había alejado lo suficiente de ella como para que le fuera difícil que pudiera escucharla, pero a pesar de ello aquella pregunta no paraba de rondar por su cabeza.

La rubia también se quedó dudosa del nombre de aquella niña, y también algo preocupada sobre lo de su madre. Pero de igual forma ya era tarde para preguntar al respecto, pero le gustaría volver a verla y esperaba poder hacerlo, más bien lo anhelaba.

¿Ellas recordaban ese momento?

Lo hicieron.

Pero lisa jamás supo que aquella niña que lloraba por ese pasillo era Jennie.

Y Jennie jamás supo que cuando era pequeña lisa fue la causante de que ella sonriera después de semanas sin hacerlo.

~ ~ ~

Lalisa corría por la calle, tenía mucho prisa, tenía que recoger el pastel que ella y su madre habían encargado a hacer por el cumpleaños de su tía el cual era ese mismo día.

Eran las siete y media de la mañana y ellas tenían que tener absolutamente todo listo para antes de que su tía despertara, que era aproximadamente a eso de las nueve, pero todavía faltaba mucho que hacer y existía la posibilidad de que su tía despertara antes de lo esperado.

Ella se acomodaba el sombrero que llevaba sobre su cabeza para que esté no se cayera, puesto que su madre había insistido en que estaba haciendo demasiado sol y que llevar un sombrero ayudaría para que no le molestara tanto, al igual que unos lentes de sol.

Miró el reloj que llevaba en su muñeca izquierda, tenía que correr más rápido si quería llegar a tiempo a la pastelería.

Estaba tan distraída mirando la hora en su reloj cada cinco segundos y corriendo cada segundo que pasaba más rápido que el anterior, que en ningún momento pensó en que podría chocar con alguien y así fué.

Su cuerpo choco contra algo que hizo que ella se tambaleara un poco hacía atrás. Sujetó su cabeza ya que el impacto de esto hizo que está se golpeara contra aquello, se giró y dió con una chica castaña que la miraba algo molesta. Al parecer solamente había chocado contra su brazo y su cabeza había chocado contra el hombro de la castaña.

— Lo siento — murmuró lisa.

— Deberías fijarte un poco más por dónde caminas — la castaña sonrió a medias, al igual que la rubia está llevaba unos lentes de Sol que no dejaban ver claramente su rostro — Lindo sombrero — dijo sarcásticamente.

— Es de mi madre, yo solamente me lo puse porque ella insistió — la otra chica asintió a lo que pudo — Yo…me iré.

Lisa intentó pasar por un lado de la castaña pero al hacerlo está última se fué por el mismo lado que ella, intentó irse por el otro lado pero al igual que hace unos segundos sucedió lo mismo. Lo intentó de nuevo pero sucedió lo mismo que la primera y segunda vez.

— Voy a comenzar a creer que no quieres alejarte de mí — dijo una lisa sonriente.

— Avanza tú.

La rubia asintió y le pasó por un lado a la chica, haciendo que de esta forma sus brazos rozaran, y aunque no le tomaron importancia…ambas sintieron algo al suceder eso.

Pero nuevamente se separaron.

Lisa, mientras caminaba hacia la panadería y antes de alejarse demasiado de la otra chica se giró detrás suyo, pero ella ya no estaba parada ahí, más bien caminaba al otro lado que ella.

Pero Jennie también hizo lo mismo, justamente cuando lisa se había girado y había seguido su camino la castaña la miró. Cada vez estaba más lejos y se arrepentía de no haberle preguntado su nombre.

Hubieron dos oportunidades para que pudieran conocerse, ellas nunca supieron que ya se habían visto.

Jamás se imaginaron que habían tenido la oportunidad de que su historia fuera más larga, más duradera y con más momentos incluídos.

Pero aquella vez en ese hospital fué su última oportunidad.

La tercera debía ser la vencida y en realidad después de esa ya no habría oportunidad alguna.

Algo quería que se conocieran, debían estar juntas, debían hacerse feliz mutuamente, amarse.

Pero si se hubieran conocido antes…

¿Cómo hubiera sido su historia?

¿Que tan diferente hubiera sido?

¿Hubiera habido un final?

Quizá si se hubieran conocido antes lisa no habría dejado el tratamiento que llevaba.

Quizá, tan solo quizá si se hubieran conocido antes lisa no habría muerto.

Si tú y yo estábamos destinadas a estar juntas, a encontrarnos en algún momento…

¿Por qué no tuvimos nuestro final feliz?

Bueno este es el último extra :(

Pero… en el extra anterior hubo un comentario que decía que porque no hacía finales alternativos con los finales que les comenté en la parte anterior ( no sé si lo recuerdan) y la verdad lo había pensado en algún momento pero no estaba segura de hacerlo, digamos que al leer eso me decidí y si haré esos finales alternativos.

Para que ustedes puedan elegir el final que más les guste.

Solo que necesito tiempo, bastante, pero les prometo que subiré esos finales alternativos para que puedan leerlos.

Los  amo demasiado, espero leernos pronto.

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