
Capitulo 5
Jennie Kim
Había vuelto al trabajo después de unos tres días sin asistir. Esos días me habían servido demasiado para relajarme, me sentía agradecida por haber podido pasar tiempo sola en casa y también por haber tenido la oportunidad de haber conocido gente nueva en el hospital sin haber tendio algún ataque de pánico.
Recordé entonces a Lisa, por alguna razón pensaba que era gracias a ella que no me había sentido mal. Lo pensaba porque al aparecer ella ahí había logrado mantenerme distraída y casi por un momento olvidar que me encontraba en un hospital.
Solo un día había pasado desde que la vi en su casa y me dio su numero de teléfono. Debo decir que había estado tentada de llamarla, quería saber como estaba, o que hacía. Pensar en ella me había mantenido distraída, por lo que no me concentraba lo debido en mi trabajo. Pero no la había llamado porque ¿Para qué? No tenía razón aparente para contactarla, lo único que sabía era que deseaba conocerla y ayudarla.
No sabía si Lisa tenía problemas con su enfermedad, con los gastos, y quería saberlo.
Así que ahí estaba mi razón.
Agarré mi celular, y miré fijamente el número de Lisa en mi pantalla. Solo debia de presionar a llamar, pero no pude. Así que lo dejé de nuevo sobre el escritorio.
Suspiré y puse mi mentón sobre mis manos, esto sin dejar de ver el aparato electrónico. Decidida agarré de nuevo mi celular para llamar, pero no a Lisa, en cambio decido llamar a mi hermano. En cuanto el me respondió yo hablé.
— Necesito saber más sobre Lisa —escuché un suspiro al otra lado de la línea.
— Para eso existen las conversaciones, y tu y Lisa las pueden tener. Así es como la gente se conoce
¿En serio dijo eso?
— E'dawn hablo en serio, quiero saber si necesita ayuda en algo, o si su enfermedad va bien o mal.
— Pues habla con ella, ya se que te dieron su dirección, solamente ve —como si fuera tan sencillo.
— No es así de fácil.
— Solamente no es fácil porque tú complicas las cosas, Jennie—quizá tenía razón—. Así que deja de comportarte como una niña e intentar conseguir información suya por parte de terceros en lugar de ir a darle la cara y mantener una comunicación con ella. Estoy seguro de que te responderá todo lo que le preguntes.
— Está bien —murmuré. No me había gustado que me dijera que me estaba comportando como una niña, pero había razón en sus palabras—, gracias, creo.
— Cuando quieras —terminé la llamada y dejé mi celular de lado.
¿Debía llamarla?
Finalmente, después de una larga lucha interna, busqué el número de Lisa entre mis contactos y presione en llamar. Esperé con paciente a que respondiera hasta que los pitidos dejaron de escucharse.
— Esperaba tu llamada, Jennie —apreté mis labios— ¿Qué necesitas ésta ves?
— Digamos que, de nuevo es algo que no se...—ella rió— ¿Lo habrás anticipado?
— Supuse que la primera llamada sería una sin intención de nada en si — Sentía un poco de nervios — Pero que te parece si tenemos una salida sin razón alguna.
Ahora mismo me sorprendía que haya sido ella quien tuviera la iniciativa.
— ¿Una salida? ¿A dónde?
— No lo sé, eso podrías decidirlo tu —respondió— ¿O estás ocupada?
Estaba ocupada, pero podía hacer una excepción el día de hoy por ella.
— ¿Puedes venir a mi trabajo? —de momento no me podía ir, pero si Lisa venía aquí, posiblemente en lo que llegara ya habría terminado y podríamos irnos— Seguro sabes dónde queda. Ya me investigaste ¿no? —dije recordando nuestra conversación de la última vez.
— Te tengo súper vigilada Jennie — Aquello me puso nerviosa — es broma, no te lo tomes en serio.
Pues al principio lo había tomado de esa forma.
— Claro, iré a tu trabajo en un rato — Sonreí— Estate pendiente de tu celular, seguramente cuando llegue te llamaré.
Ella colgó, y yo me quedé inmovil.
¿Iba a salir con Lisa? La acababa de conocer hace unos dias y ¿saldría con ella?
Claro que solo como dos conocidas, pero no podía enviar sentirme nerviosa por pensar en ello. Desde el primer momento sentía que la veia más de lo debido. Pero ahora mismo no podía darme el tiempo de pensar en ella como había estado haciendo desde nuestra conversación, tenía que terminar un documento para enviarlo y así terminar lo más pronto posible para estar disponible para cuando Lisa llegara.
A pesar de que intenté de mil maneras posibles concentrarme los minutos después de su llamada, me fue muy difícil lograrlo. Lo único que hacía era estar atenta a mi celular, mirándolo una y otra vez esperando que esa dichosa llamada llegara. La esperaba con grandes ansias.
Y entonces mi celular comenzó a sonar. Yo, sin siquiera detenerme a mirar el nombre de quien me llamaba, respondí.
— ¿Ya llegaste? — Pregunté.
— ¿A dónde? — Escuché la voz de rose al otra lado de la línea.
— Ah, solo eres tú —dije algo desanimada— ¿Qué necesitas, Roseanne?
— También me alegra oírte, Jennie —dijo con claro sarcasmo—. Como sea, llamo para saber si ya tienes los documentos que te pedí.
Justo lo que estaba haciendo y no terminaba gracias a mi distracción llamada Lisa.
— ¿Jennie?
— Si, si ya casi termino —mentí—, en cuanto lo tenga listo te lo envio.
Colgué con rapidez y dejé de lado mi celular. No era la llamada que esperaba pero si la que me había recordado que debía de trabajar. Cosa que hice.
Mientras que escribía en mi computadora el celular volvió a sonar. Probablemente Rosé para volver a preguntar sobre el documento. Mi amiga podía llegar a ser muy insistente. Pero algo desanimada, respondí.
— ¿Que necesitas ahora rose? — El cansancio en mi voz era notorio.
— ¿Rosé? —escuché la voz de Lisa al otro lado, y me quería desmayar ahí mismo— La verdad no tengo idea de quién sea esa Rosé pero ya llegué a donde trabajas, solo que no me dejan pasar.
— Ahora hago que te dejen pasar.
Antes de llamar a recepción el celular de mi oficina sonó. Se trataba de la recepcionista consultando sobre si conocía a una tal Lisa. Le dije que si y que por favor la trajera hasta mi oficina. Claramente me obedeció y en menos de lo esperado ya tenía a la rubia frente a mi escritorio.
— Eh...pues hola, Jennie —dudosa, ella se sentó en la silla que había al otro lado de mi escritorio—. Linda oficina —dijo mirando a su alrededor.
— Gracias — sonreí. Al desviar mi mirada hacia la computadora pude darme cuenta de que todavía me faltaban unas cuantas cosas por hacer—. Lisa, todavía no termino. Tu podrías...¿Esperarme?
— Por supuesto, no tenemos prisa, en realidad no tenemos planeado nada aún — Era cierto que no sabíamos bien que haríamos — así que tú tan solo trabaja, yo puedo esperar de verdad.
No me gustaba tener que dejarla esperandome en lo aburrido de mi oficina. Más que nada por el hecho de que no estaba segura de en cuanto tiempo terminaría, y tampoco deseaba dejarla ahí, en esa silla, por horas.
Quizá habia sido un error aceptar su salida cuando no me encontraba libre.
— Puedes ir pensando a dónde iremos —ella asiente.
— ¿Quieres comer algo?
— Estaría bien.
— ¿En dónde? —cuestiona.
— Eligelo tu.
— Bueno, no es que sea muy buena con eso de elegir lugares a los cuales comer, según mi madre tengo gustos algo exóticos respecto a comida — La he mirado curiosa.
— ¿Que es lo que quieres decir con exótico? —Lisa ha mordido su labio, y aquel gesto, por alguna razón de repitió en mi mente muchas veces mientras la escuchaba hablar.
— Cuando era pequeña le ponía mayonesa a absolutamente todo — Hice una mueca de asco — no pongas esa cara.
— Es asqueroso, ¿Hasta al cereal se lo ponías? —ella ha asentido. Bien, no esperaba que dijera que si— Lisa, que asco.
— Ya no lo hago —reprimió— Pero se supone que todavía hay cosas que me gustan que podrían ser consideradas extrañas.
— Ni quiero preguntar — Ella se ha reído.
Nuevamente fijé mi mirada en la computadora, y revisé la entrada de mi correo. Ahí logré leer un par de mensajes por parte de unos cuantos inversores de la empresa, donde me pedian un registro de los gastos y ganancias del último mes.
No podía ser que justo este día el trabajo me estuviera cayendo del cielo.
— Lisa —ella, que momentos antes se había puesto a ver por la gran ventana que había en mi oficina, se giró hacia mi. Lo mejor era ser sincera y decirle lo que pasaba— No podré ir hoy.
— ¿No? —en realidad no parecía sorprendida, todo lo contrario, parecía que esperaba que le dijera eso— No importa, bueno, no necesitamos irnos de aquí.
Por un momento había llegado a pensar que se iría, que diría que no pensaba quedarse ahí conmigo y que por eso la no sorpresa en su rostro, porque esperaba con ansias que le dijera aquello para así irse.
— ¿Estás segura? —pregunté todavía algo incredula.
— Claro — Ella se sentó nuevamente frente mió — podemos comer algo aquí.
Sentía que respiraba de nuevo, en verdad no quería perder la oportunidad de pasar tiempo con Lisa.
— De igual manera se trataba de una salida sin razón aparente, ¿Por qué preocuparse? —Lo era— Podemos pasar nuestra salida y comida sin razón aquí.
Ella agarró mi celular que se encontraba en mi escritorio. Al principio su acción me sorprendió, y Lisa pareció sorprenderse también y sobre todo dudar.
— ¿Puedo…? — Al final asentí, aunque preguntándome qué haría con el — Entonces ¿Que quieres comer? — Note que lo desbloqueo como si nada.
— Está vez no pediste mi contraseña.
— Fue fácil aprenderla con tan solo verla una vez — Volví a posar mi mirada en la computadora — Entonces jennie, ayúdame que yo no sé que tipo de comida te gusta.
Al final ordenamos comida japonesa, al parecer fue la única comida con la que ambas coincidimos, y ni hablar sobre el dilema y pequeña discusión que tuvimos al decidir sobre que cosa del menú pediriamos. La comida tardó poco en llegar ya que el lugar quedaba a tan solo una calles de la oficina.
Lisa colocó todo en el escritorio sacando una por una las cosas que venían en la bolsa, y dándonos a cada una lo que habíamos pedido al igual que nuestras bebidas. Aunque habíamos pedido lo mismo de beber.
— Se ve delicioso — Ha dicho ella — ¿Te parece a tí?
— Por supuesto, me encanta comer ahí — En realidad cualquier lugar en el que vendieran comida me encantaba ya.
Miré su platillo y noté que había un pequeño recipiente transparente con un aderezo entre amarillento y blanco en su interior a un lado de su comida, y por curiosidad me acerqué y lo agarré para probarlo. Al instante supe que era.
— ¿Que no ya no tenías obsesión por la mayonesa? — Ella se quedó en silencio — ademas ¿Venden mayonesa en la comida japonesa?
— No tengo una obsesión como antes, pero eso no significa que todavía no me guste — Arrebato el pequeño frasco y lo puso nuevamente dónde estaba minutos antes — Y para que lo sepas a muchas personas seguramente les gusta la mayonesa con comida japonesa.
— Lo dudo.
La comida fue lo suficientemente tranquila, aunque cuando íbamos ya por la mitad de nuestros platillos no habíamos dicho nada. Solo nos limitabamos a comer en silencio y aquello no era lo que yo queria. Lo que quería era conocerla, así que no dudé en comenzar una conversación.
— ¿Estudias algo? — Le pregunté.
— El bachillerato —parecía más mayor de lo que aparentaba— Perdí un año por mi enfermedad, y lo estoy recuperando.
Eso tenía más sentido.
— Entonces...¿Tienes diecinueve?
— Así es. ¿Y tú?
— Veintitrés.
Ella sonrió y siguió comiendo.
— Tu enfermedad ¿Cómo vas con ella? —silencio, un largo silencio— ¿Lisa?
— ¿La comida es deliciosa no? — Estaba ocultando algo seguramente.
— ¿Está todo bien?
— Podríamos decir que si —ha intentado sonreírme, pero no parecía sincera—. Por favor hablemos de otra cosa, Jennie.
Bien, tampoco quería hacerla sentir incómoda.
— ¿Con quién vives?, Tu casa es muy bonita —he dicho.
— Vivo con mi tía y mi mamá —se ha metido un trozo de comida en la boca — ¿Y tú? ¿Vives con alguien?
— No, digamos que vivo sola en una casa no tan grande.
— ¿No tienes familia?
— Claro que si, solo que todos tienen su vida hecha y no puedo meterme en ella. Asi que digamos que estoy sola —pareció entenderlo— ¿Tienes algo que te apasione mucho, Lisa?
— En realidad no…—su cara de torno a confusión—. De hecho nunca me había preguntado eso, ¿Tu tienes algo?
Ahora que lo pensaba, tampoco, creo que toda mi vida me dedique a estudiar, y a prepárme para quedarme a cargo de esta empresa, pero nunca me di el tiempo de buscar algo que me apasionara de verdad.
Así que tan solo negué con la cabeza.
— Veamos ¿Tienes hermanos? —negó— Tu familia es muy pequeña entonces.
— Lo es, pero solo necesito a esas dos personas que viven conmigo para ser feliz, Jennie —a mi también me gustaría tener a tan siquiera dos personas que estuvieran siempre conmigo. Bueno, tenía a Rosé, a E'dawn, pero sabía que no los tenía por completo. Ambos con sus vidas, yo solo era alguien secundaria en sus cosas. En cambio, estaba segura de que Lisa en la vida de su mamá y tía era alguien principal.
— ¿Has pensado en que te gustaría hacer en unos años? ¿Qué estudiarias? ¿Si es que te casarías? —su rostro cambió repentinamente, cambió de tener una expresion tranquila a una fría, seria, nada que ver con la anterior, cuando sonreía.
— Yo no…no — Solo dijo eso, tan solo eso, porque después se puso a comer de nuevo, y yo sentí que lo había arruinado. Aunque no sabía exactamente porque, pero ella no volvió a decir palabra alguna.
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