
Capitulo 16
Jennie Kim
— No me gusta que me acompañes a esto —mencionó Lisa.
— ¿Por qué no te gusta?
— Es…
— ¿Vergonzoso? —he terminado yo. Ella se limitó a asentir levemente—. No debería serlo.
— Lo sé, pero así me siento —suspiró—. Hace mucho que no hacía esto, y me sentiré extraña, todo será extraño.
— Pero quiero estar a tu lado en cada momento.
Lisa siguió mirando por la ventana. No parecía querer mirarme demasiado. Yo no lo tomaba a mal, pues entendía que quizá hoy no era un buen día para ella.
Hoy era su primer día de quimioterapia. Al principio, Lisa no quería que yo viniera pero insistí bastante, tanto que no le dejé otra opción más que acceder a qué pudiera venir a acompañarla. Quería estar con ella en cada momento, quería estar en cada paso que diera. Así que tenía que estar en este inicio a su lado y demostrarle que la apoyaría en absolutamente todo.
Llegamos al hospital y ambas bajamos del auto tomadas de la mano. Fuimos directo hacia el elevador para subir al segundo piso, donde iríamos a ver al doctor. Al llegar fuimos rápidamente en busca del consultorio al que nos habían indicado el día anterior, llegábamos justo a la hora así que en cuanto estuvimos frente a la puerta pudimos entrar.
— No me habías dicho que E'dawn iba a ser tu doctor — le dije a Lisa mientras nos sentamos en las sillas que estaban frente al escritorio de mi hermana.
— Siempre lo ha sido, ¿por qué ahora no iba a serlo?
— ¿Ya me van a poner atención o van a seguir hablando? — dijo e'dawn con un cansancio notorio en su voz causando que tanto lisa como yo nos quedaremos en silencio — Gracias.
— Denada — mencionó lisa con una sonrisa en su rostro, mi hermano le dió una mala mirada que tan solo ella ignoro — Entonces ¿El tratamiento?
— Sobre eso...— el sacó unos cuantos papeles de uno de sus cajones—. Necesito hacer más estudios.
— ¿Más? —ha preguntado Lisa—. Pero si ya has hecho demasiados.
— Llevabas tiempo sin tratamiento. Tu cuerpo puede reaccionar de distintas maneras al nuevo tratamiento, así que debi asegurarme de que no te haga daño, necesito estar seguro de que tú cuerpo resistirá esto ¿Bien?
— Está bien.
— De momento empezaremos con la quimioterapia, y un par de medicamentos, pero en una semana más aumentará.
— ¿Ya podemos irnos? — E'dawn me miró con cierta preocupación, pero le respondió a Lisa con un leve asentimiento de cabeza, quien no dudó en ponerse de pie— ¿Vienes? —preguntó al estar en la puerta. Suspiré y fui junto a ella.
Caminamos por el estrecho pasillo de camino a dónde Lisa tendría su quimioterapia. Durante el camino hacia aquella sala no dijo palabra alguna, cosa que me preocupaba. Era su primer día de vuelta en esto y no parecía ir yendo demasiado bien, o no como quizá ella esperaba. No quería que se arrepintiera.
— Lisa —la mencionada giró su cabeza hacia mi— ¿Estás bien?
— Claro ¿Por qué no debería? —pareció notar la preocupación en mi rostro y entenderme, porque después de eso dejó salir un largo suspiro—. Puedo aguantar esto, estoy bien.
— ¿Estás segura? — ella sonrió.
— Solo no te vayas de mi lado.
Llegamos hasta donde E'dawn nos había indicado. En el lugar habían unas cuantas personas, unas sentadas en un gran sofá que estaba pegado a la pared, y otros tantos sentados en unos extraños…aparatos. Además de eso solo habían unas cuantas enfermeras caminando de un lado a otro, entrando y saliendo por la puerta.
Lisa soltó mi mano, la cual había tomado mientras caminabamos hacia aquí. Al hacerlo se acercó a una de las enfermeras y charló un poco con ella, parecían conocerse, bueno, en realidad me había dado cuenta de que todo mundo en este hospital conocía o si quiera había escuchado el nombre de Lalisa. Y no es que me sorprendiera, seguramente cuando pasaba todo el día aquí no le quedaba de otra más que hacerse amigos.
Cuando su conversación con la enfermera pareció terminar, establa llevó hasta uno de esos extraños aparatos para que pudiera sentarse. No estoy segura de que fue lo que hizo, de que fue lo que le puso a Lisa, pero al parecer eso era la quimioterapia, dónde justamente ella estaba sentada. La enfermera le decía a la rubia y esta sonreía. Cuando se alejó de ella y se quedó ahí sola, su mirada cayó en mí y me hizo una señal para que me acercara.
— Puedes sentarte en el sofá de allá — señaló aquel gran sofá que estaba pegado a la ventana — Esto tardará rato, espero no te aburras y si lo haces puedes irte, te dije que no era necesario que vinieras.
— Está bien, pero no me ire — mire a mis alrededores en busca de alguna silla y para mí buena suerte encontré una pegada en la pared que estaba enfrente de nosotras. La agarré y la coloqué junto a Lisa, para así poder sentarme cerca suyo— ¿Qué? — pregunté confundida, pues sus cejas se habían fruncido ante mi acción.
— Te dije que te sentaras en el sofá de allá, no que trajeras una silla.
— Me da igual — dije encogiéndome de hombros.
Lisa estuvo enfrente de mi leyendo un libro y escuchando música en sus audífonos, mientras que yo usaba mi laptop que había traído en mi bolsa. Tenía bastante trabajo que hacer y aprovecharía para avanzar un poco.
Una que otra vez me removía algo incómoda en la silla, ya que era un poco estrecha y mi trasero dolía por estar tanto tiempo sentada en ella. Lisa pareció notarlo, ya que se quitó sus audífonos y me miró, algo molesta.
— Ve a sentarte al sofá — dijo fríamente, yo me negué haciendo que soltara un gruñido — Jennie, ve al sofa.
— La verdad está silla es muy cómoda — Mentí.
Lisa entrecerró sus ojos en mi dirección, pero después pareció darse por vencida y seguir en lo suyo.
Entonces ví como una chica se acercó a nosotras, y se colocó a un lado de Lisa
— ¿Eres nueva? — le preguntó.
La chica era rubia. Un rubio parecido al de Lisa, con la excepción de que ese era más oscuro. La chica era bonita.
— Podría decirse que si — la chica la miró fijamente durante un momento, como si estuviera analizandola.
— ¿Segura de que no te he visto aquí? — volvió a preguntar.
— Antes venía, pero dejé de hacerlo.
— Oh, bueno espero que estés comoda, si necesitas algo puedes decirmelo, o si te aburres podemos hablar ¿Cuál es tu nombre?
— Lisa, y gracias.
— Podemos salir un día si quieres lisa.
Arrugue mis cejas mirando la escena, ¿La estaba invitando a salir conmigo aquí?
O quizá yo solo exageraba y la chica intentaba ser amable.
— Lo pensaré — ella le ha sonreído y entonces su mirada se poso sobre mí.
— Hola, perdona, no te había visto ¿Quién eres?
— Soy Jennie — me levanté y estreche su mano — Soy la novia de lisa — dije recalcando la palabra "novia".
No sé, porque dije eso. Pero había sentido esa extraña necesidad de decirlo que simplemente lo hice.
— Oh, bueno —miró confundida a Lisa, la cual simplemente nos ignoraba mientras que leía su libro—. Eh, creo que me voy. Ha sido un placer, Lisa y Jennie, espero verlas pronto de nuevo.
La chica se fue alejando, y yo no pude dejar de verla hasta que atravesó la puerta.
— ¿Era necesario? — preguntó Lisa reprimiendo una sonrisa. Le divertía la manera en que había actuado, y es que, hasta cierto punto, a mi también me divertía.
— Muy necesario — dije volviendo de vuelta a mi laptop.
Duramos otro rato ahí. Al parecer las quimioterapias eran un tanto largas.
Llegué a un punto en que noté que había terminado gran parte de mi trabajo pendiente —estaba trabajando más rápido de lo normal— y decidí darme un merecido descanso. Guardé mi laptop en la bolsa y fijé mi mirada en Lisa, quien ahora solo leía, sin sus audífonos puestos.
— Sabes Lisa, estaba pensando…—con aquellas palabras logré captar su atención.
— ¿En qué pensabas?
— Quiero mudarme. La casa en dónde vivo es muy grande, y no me gusta vivir en un lugar tan enorme yo sola.
— Pues si quieres deberías hacerlo —contestó con despreocupación.
— Pero no solo eso, si no que — juguete un poco nerviosa con mis manos — Quería saber ¿si quisieras venir conmigo?
— ¿Mudarme contigo? — asentí — No había pensado en eso.
Lisa mordió su labio, inquieta.
— Es algo pronto...¿no lo crees?
— Se que puede parecerte algo precipitado y sobretodo, rápido, bueno quizá muy rapido…pero en verdad quiero hacerlo. No lo sé. Así poder pasar más tiempo juntas. Tomalo como ¿pijamadas diarias?
Ella ha reído.
— Aunque sea algo rápido, la idea no me desagrada del todo, pero tendría que hablarlo con mi madre primero.
— Entonces ¿Tu aceptarías?
— Por supuesto — sonrió.
— Iré buscando departamentos por si acaso tu madre está de acuerdo ¿te parece bien?
— me parece bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro