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Capitulo 20 parte 2

Jennie Kim

Está última mencionada, seguía mirando hacia el suelo, con sus manos contra su abdomen, jugueteando con ellas. Yo seguía mirandola, nerviosa, más nerviosa que nada.

— No lo sé.

— Lisa — llamó mi hermano — si no decides ya, tendré que preguntarle a alguien más.

— Quizá sea lo mejor.

Estaba sin palabras mirando a mi hermano y lisa, lo que está última había dicho me había dejado sorprendida, pensé que si lisa tenía la más mínima oportunidad de vivir, la tomaría, más teniendo en cuenta que quedaban dos meses para la fecha que mi hermano nos había dado, no sabíamos si mañana ella ya no despertaría.

Pero ella estaba rechazando esto.

— ¿Lisa estás segura? — preguntó mi hermano — Necesito que estés segura.

— Lo estoy.

— ¿Podrías darnos un momento a solas? — intervine, tome a lisa de la mano y la jale hacia mi. E'dawn asintió, y se alejó un poco de nosotras, me llevé a lisa hacía una esquina solitaria de la recepción — Lisa — tenía su mirada hacía abajo, su cabeza agachada — Mirame, por favor.

— ¿Que sucede?

— ¿Por qué rechazas eso? — negó — Es lo único que queda, la última opción y puedes probar. Quizá salga bien, no lo sabes.

— Exacto, no lo sabemos y me da miedo que salga mal.

— ¿Por qué?

— Porque me da miedo tener que irme ya y dejarte aquí

— Aún así lo harás si no aceptas.

— Si pero quizá no todavía, quizá todavía faltan meses para irme.

— ¿Y que? Da igual, el punto es que te irás y no quiero que lo hagas sin saber que intentamos todo — hice un mechon de su cabello hacía atrás — Necesito que intentes esto, por favor. Arriesguemonos lisa.

— Puedo morir en medio de la operación ¿Sabías?

— Lo sé y no sabes cómo llega a dolerme pensar que quizá estás palabras que estamos intercambiando sean las últimas — iba a llorar, iba a llorar.

— Está bien, lo haré

Por un momento pensé que no la convencería, que ella rechazaría esto y nos iríamos a casa, conmigo sin poder dormir, y no por la película que habíamos visto, si no porque no habíamos hecho todo para que ella viviese.

— ¿De verdad? — asintió. Soltando lágrimas y estás cayendo por mis mejillas la abracé.

Ella correspondió a mi abrazo y acarició mi cabello, mis lágrimas mojando un poco su blusa, y sus frías manos acariciaban mis mejillas, intentando limpiarlas.

— No sabes cuánto duele verte llorar por mi culpa — su voz se escuchaba debil, como si en cualquier momento pudiera romperse — No quiero provocar dolor en tí, Jennie.

— No me importa, me hiciste más feliz que esto.

Ella se separó de mí, y me observo durante un momento, todavía con sus manos en mi rostro.

— Te amo, Jennie.

Comencé a sollozar, y oculte mi cabeza en su pecho.

— Yo también te amo, lisa — respondí.

Una voz nos interrumpió, era mi hermano, así que me separé de lisa, limpiando con el dorso de mi mano unas cuantas lágrimas que seguían en mi rostro, y otras que seguían escapando.

— ¿Han decidido ya? — lisa asintió — ¿Que harás?

— Lo haré, la operación, la acepto.

Mi hermano sonrió.

— Necesitamos irnos ya, será toda la noche, no sabremos hasta mañana por la mañana si esto a funcionado o si…no lo ha hecho — evadió decir que podía morir en medio de ella, lo hizo por mi — Lisa, vamos.

Antes de irse, me dedicó una última mirada y se acercó hasta a mí, unió nuestros labios en un corto beso.

Podría ser el último que le daba…

— Te amo, demasiado lisa — se alejó de mí, yendo de camino a dónde mi hermano estaba, ambos caminaron en dirección al elevador, y yo me coloqué frente a el, ella me dió una última sonrisa antes de que las puertas del elevador se cerraran.

Habían pasado dos horas desde que mi hermano y lisa habían subido al tercer piso, donde según la señora rubia que hacía unos horas había ayudado a hablarle a e'dawn, se encontraba la habitación donde se realizaban las operaciones.

Estaba nerviosa, ni siquiera podía comer las galletas que había sacado de la máquina expendedora que estaba a mi lado. No podía evitar ponerme de pie y sentarme cada dos segundos.

No sabría noticias de lisa hasta mañana — o más bien dentro de unas horas porque era de madrugada — y no sabía si podría aguantar tanto tiempo con estos nervios.

— Jennie, dios santo, deja de moverte — escuché la voz de rose a mi lado — me vas a poner nerviosa a mí.

Ella había llegado hace media hora, porque no podía estar aquí sola, y a pesar de que la había despertado de su sueño, ella había accedido a venir y la adoraba por eso. La necesitaba aquí.

— No puedo evitar estar nerviosa.

— Está bien, lo entiendo, o quizá no demasiado pero algo entiendo — respondió alzando sus brazos — Solo que también deberías comer algo, no has comido nada hace horas y creo que según me dices ni siquiera cenaste nada. Así que yo también tengo hambre e iré a comprar comida para ambas y espero que cuando vuelva te comas todo lo que te dé.

Ella se levantó de su asiento y con cuidado hizo que me sentara en una silla, me dió un pequeño beso en la frente.

— Ahora regreso, no tardaré nada — ella salió del hospital, dejándome con tan solo otro chico en la sala de espera, aunque esté estaba dormida opacando dos de los asientos, así que técnicamente estaba sola.

Abrí el paquete de galletes y me comí una, después de otra, hasta que me las terminé, y  fui a por otras en la caja expendedora. Me terminé comiendo tres paquetes enteros, y fué cuando me dí cuenta de que ahora estaba comiendo por los nervios, así que mejor me alejé de la máquina expendedora y me senté lo más alejado que pude de ella.

Rose llegó pasados unos diez minutos, y traía unas bolsa enormes de comida, parecía haber pedido el menú de toda la tienda.

— Compré pollo frito — dijo dejando una de las bolsas en mis piernas — También compré hamburguesas — abrí mis ojos enormemente — Así que hay mucha comida para las dos.

— Voy a salir rodando de aquí.

— Lo que digas.

Abrímos la bolsas de comida y ambas procedimos a comerlo todo. Pasó un largo rato en que ambas hablábamos, rose intentando distraerme de que en este momento estaban operando a lisa, y yo intentando dejar de comer tanto por los nervios. Dejé la mitad de la hamburguesa y solo comí dos piezas de pollo frito. Pero ya no podía más. Rose seguía comiendo, y no entendía como podía comer tanto tan pequeña mujer.

Pasaron otros dos horas, y yo seguía sin saber nada de lisa, me dí por vencida, tenía mucho sueño, así que me recosté en ambos asientos, igual que el otro chico que estaba al lado opuesto nuestro, no faltó mucho para que pudiera dormirme.

La voz de rose me despertó, talle mis ojos y me senté, todavía soltándo unos cuantos bostezos.

— Jennie, ya es de mañana — murmuró, parecía también algo adormilada.

— ¿Mi hermano no ha bajado? — nego — Espero que no tarde demasiado en hacerlo.

Justo en ese momento, las puertas del elevador fueron abiertas, dejando ver consigo a mi hermano, con su bata blanca puesta y con notables lágrimas rondando por sus ojos.

Sus próximas palabras mencionadas, hicieron que yo también me pusiese a llorar, llorar como nunca lo había hecho.

Epílogo

Jennie Kim

Bebí de la taza de café que estába en la encimera, mirando fijamente hacía un retrato que estaba puesto en la pared.

Había llegado al trabajo desde la mañana, y ya era de noche, no había salido de aquí desde hace dos semanas, cuando un pequeño incidente provocó que no pudiera alejarme. La empresa no había estado tan bien en el tiempo que había estado lejos de ella, algunos problemas sucedieron las últimas semanas y debía ayudar a rose en esto. Pero ya era tarde, y mi cuerpo no podía estar más de pie, mis ojos no resistirían abiertos más tiempo.

Guardé todas mis cosas en mi bolsa, dejé la taza en mi escritorio, y apagué la computadora. Salí del edificio, siendo golpeada por el frío aire que hacía fuera, estos días las lluvias habían parado, pero por las noches a veces estaba frío, por las tardes hacía calor y otras veces se sentía un ambiente muy húmedo. Cambios locos de clima.

Fuí en mi auto hasta el departamento, lo dejé en el estacionamiento del edificio y baje de el, colocándome una chaqueta que cubría por completo mi cuerpo.  Caminé hasta el departamento, subiendo el elevador hasta llegar al tercer piso donde vivía. Saqué las llaves de mi bolsa e introduje en la cerradura de la puerta, provocando que está última se abriera, la cerré y puse llave cuando ya estuve dentro, deje mi chaqueta en el perchero y cuando me gire hacía la sala donde estaba el sofá y la televisión solté mi bolsa en el suelo y di pequeño brinco al mirar a alguien ahí.

Pero después me di cuenta de quién era esa chica de cabellera rubia, lisa. Sentada en el sofá y mirando televisión.

— Pensé que no llegarías nunca — mencionó ella, todavía recostada en el sofá.

— Pensé que Mañana te daban de alta — dije incredula, no podía creer que lisa estuviera aquí, en casa.

— Se adelantaron las cosas y ya puedo regresar, solo que debo ir a hacerme unos chequeos semanales. 

Me acerqué hasta ella, me agaché a su lado en el sofá y la envolví en mis brazos, ella al instante correspondió y dejó un beso en mi mejilla.

Hace dos semanas había sido la operación, hace dos semanas esa operación había sido éxitosa, por ello las lágrimas de mi hermano al salir del elevador del hospital y por eso mis lágrimas al escuchar el resultado. La operación había salido bien, pero lisa debió quedarse dos semanas internada en el hospital, puesto que debía reposar y estar conectada a unos aparatos, al igual que suero, y no recuerdo que mas cosas dijo mi hermano cuando me lo explicó.  En esas dos semanas solo la había podido ver una sola vez, puesto que el trabajo no me había dejado más tiempo, pero por fin ella estaba aquí, entre más brazos y dejando besos por todo mi rostro.

Estaba soñando, debía despertar.

Pero no podía despertar porque esto era real, de verdad era real.

— No puedo creer que estés aquí — susurré — No creo que esto sea real.

— Lo es.

— ¿De verdad vas a estar conmigo mucho tiempo más? — ella asintió, todavía sin separarse de mi.

— Voy a estar mucho tiempo a tu lado, bueno si es que no quieres deshacerte antes de mí.

— Jamás, te tendré mucho tiempo a mi lado, toda mi vida estaré a tu lado.

Duramos más tiempo abrazadas, ella repartiendo una que otra vez besos por todo mi rostro, y con su mano acariciando mi espalda y cabello. No me quería separar de su lado, sentía que nuevamente estábamos viviendo el momento antes de que mi hermano me hablase, cuando ambas estábamos recostadas en la cama, juntas.

Pero tuve que separarme de ella, porque debía ir a cambiarme de ropa y a dejar mis cosas en la habitación.

— Ahora vuelvo y cenamos juntas algo.

— ¿Podemos pedir comida japonesa? — sonreí — del lugar donde pedimos el otro día en tu oficina.

— Está bien, llama desde mi celular — le lance el celular y me fui hasta la habitación.

Abrí la puerta y entré a esta, la oscuridad me recibió, así que fuí en busca del interruptor para encender la luz, y cuando lo hice y me gire de vuelta a la cama, solté un pequeño grito que pareció alarmar a lisa, puesto que esta vino al instante y abrió la puerta de mi habitación, posicionándose a mi lado y observando hacía la cama.

—  ¿Que sucede?

— Que hay una muñeca en nuestra cama — chillé — ¿La has puesto tu ahí?

— No

— ¿Es una broma cierto? — dije con una risa nerviosa — ¿Lisa? — ahora estaba asustada.

Entonces ella se comenzó a reír fuertemente, y se acercó a mi para darme un beso en la frente, envolviéndome está vez ella en sus brazos.

— Era una pequeña broma .

— No fué gracioso — pero ella seguía riéndose, me acurruque aún más con ella — es bueno tenerte de vuelta en casa.

— Es bueno estar de nuevo aquí, contigo, la comida de hospital no es muy rica — reí.

— ¿Ahora sacarás esa muñeca de la habitación? — se quedó pensante un momento — Lisa — exclamé.

— Está bien.

— Pero está vez si tirala a la basura — le di un leve empujón y ella rió de vuelta.

Los siguientes meses los pase en el cielo a su lado, lisa se graduó de la preparatoria, y acaba de entrar a la universidad. No puedo estar más feliz de verla sonreír cada día, Ella conoció a mi padre y la reunión con el fué bien, a él le agradó mucho lisa y ella estuvo nerviosa todo el rato que estuvimos con ellos. Pasamos las noches juntas mirando películas, a veces ella haciendo sus tareas de la universidad y yo haciendo trabajo desde casa, pero siempre juntas.

Ahora estamos en un pequeño jardín de una casa que hemos visto, a lisa parece gustarle mucho el lugar y solo lo hemos visto mientras que paseabamos por las calles, pero de verdad está encantada.

Mientras que la miro no puedo evitar pensar en lo que quiero hacer, llevo todo el día dándole vueltas al asunto, llevamos un año juntas, más de un año juntas, pero hemos pasado tantas cosas que realmente siento estar lista para esto y quizá si que sea el momento adecuado.

— Lisa — la llamé, ella vino hacía mí, y sonrió — ¿Te gusta?

— Es hermosa ¿Tu no lo crees?

— Pienso exactamente lo mismo — juguete con mis manos — Y que bueno que te guste, porque la casa es nuestra — lo dije, lo que había guardado durante semanas.

— ¿Es una broma, cierto? — preguntó incredula.

— Es nuestra, la encontré hace un tiempo, y pensé que te gustaría. Me alegra no haberme equivocado.

— ¿No te parece un paso muy grande? — cuestionó, todavía sin dejar de mirar la casa — Una cosa es vivir juntas en un departamento, rentado, a vivir juntas en una casa propia.

— No creo que lo sea, llevamos un año juntas y si fuera por mi te propondría matrimonio en este momento — abrió sus ojos enormemente — Pero quizá sea demasiado pronto.

— ¿Lo dices en serio? — asentí — ¿Realmente estás segura de lo que dices?

— Estoy segura de que voy a pasar el resto de mi vida contigo.

Ella me dijo que me había encontrado, aquello hermoso en su vida y su motivación a seguir viva, pero no era la única, yo también la había encontrado a ella.

~ END ~

~ ~ ~

Que difícil despedirme por completo de esta historia, amo esta historia más que nada, y les admito que lloré más escribiendo este final alternativo feliz que cuando escribi el original. Más que nada porque pensaba en cada momento, como fueron las cosas y lo realmente diferente que hubieran sido con su final feliz,  lo felices que ellas habrían sido. Lloro.

Pero bueno no importa, igualmente estoy satisfecha con esta historia, yo elegí el final original y fué por algo, creo que estoy hasta orgullosa de la historia. Nunca pensé que diría algo así de algo hecho por mí, pero es verdad.

Gracias por todo su apoyo, la historia ya cuenta con 23k de lecturas y más de 2k votos, no puedo estar más feliz de ver crecer esta historia.

La voy a extrañar tanto.

Pensé realmente mucho en si escribir esto o no, al principio dije que no los iba hacer, que mejor no, pero quería escribir algo de esta historia y esto era lo único que me quedaba por hacer.

Este será el único final alternativo que haré.

Gracias por todo su apoyo.

también los invito a leer mis otras historias en mi perfil, autopromoción si.

De nuevo gracias, cuidense mucho ❤️❤️

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