CAPÍTULO UNO
Me desperté muy temprano por la mañana, sabiendo que debía partir al trabajo lo antes posible. Dispuse mi cronómetro y subí a la caminadora eléctrica que estaba en mi gimnasio personal. No podía pasar un día sin ejercitarme, siempre he sido un maniático de la buena apariencia y complexión física; y por otra parte mi trabajo también me exigía buena resistencia física.
Al cabo de las 6:30 partí hacia mi lugar de trabajo, sabía que tenía que estar en mi oficina a las siete de la mañana, el caso que estábamos manejando mi equipo y yo, nos tenía un poco estresados.
Es muy bien sabido que el tráfico y prostitución de personas es un tema muy delicado a tratar, desde hace unos meses veníamos tratando ese caso con Boun. En lo personal, por mi propia cuenta lo venía tratando (investigando) desde hace cinco años cuando mi hermana menor: Becca, desapareció al viajar a América con mi tío. Mi hermana tenía apenas doce años cuando viajó, dolorosamente cuando tenía estipulado que volvería... no lo hizo.
Al viajar mi padre a los EE.UU. para buscarla, lo único que encontró fue el cuerpo de mi tío en una morgue cercana al centro del estado de Virginia, sin ningún rastro del paradero de Becca.
Mis padres entraron en depresión y madre murió a causa de ello, mi padre siendo un ex teniente de la fuerza armada se mantuvo al margen de la situación y fue así como pudimos llegar al punto que Becca había sido raptada por una mafia Estadounidense que se dedica al tráfico de personas. Nos dolía tanto la idea de que Becca en este momento pudiera estar siendo maltratada o incluso abusada. Solo rogaba al cielo y a mi hermana que aguantara un poco más, no descansaría hasta dar con su paradero y con las personas (si es que se les puede llamar así) que le hicieron esto.
Desde que terminé mis estudios medios (Bachillerato) me apasioné tanto con la idea de ser policía, más no un agente, y mucho menos detective. Desde pequeño siempre he tenido el ejemplo de mi padre: rudo y fuerte. Me enseñó muchas cosas y habilidades en mi niñez, podría decir que de sus dos hijos a la única que le mostraba cariño siempre fue a Becca, cosa que no me molestaba ya que ella era mi princesa.
A mi alrededor tuve tantos ejemplos y a veces pienso que lo de ser policía ya viene en mis genes. Mi tío Tom, quien viajó con Becca, era un excelente policía, mi abuelo fue coronel y mi bisabuelo un comandante, la historia de la familia así venía en línea de fuego. El asesinato de mi tío me dolió tanto, siempre recibí más amor por parte de él que de mi padre. Yo lo amaba, pero tenía que ser fuerte para encontrar a mi hermana.
Al cumplir mis 18 años y convertirme en policía, más que por mí lo hacía por mi padre para que se sintiera orgulloso de mí, cosa que no fue así, el único que siempre me apoyaba era mi tío y al morir él me quedé completamente solo. Boun, mi mejor amigo de la infancia es el único que me apoya. Cumplí mi licencia policial en Tailandia.
Al cumplir los 23 decidí mudarme a Estados Unidos con mi equipo, si bien no iniciamos con casos de tráficos ilegales, resolvíamos algunos en el camino pero personalmente jamás me solté de esa investigación. Estudié criminología debido al caso de mi hermana, actualmente soy un detective de alto rango, he seguido a esta mafia durante años y solo he logrado atrapar a unos cuantos estúpidos que muerden el anzuelo.
Me dedico de lleno a mi trabajo y todas mis amistades son colegas aparte de amigos. Boun es el detective que trabaja conmigo en el caso, tiene conocimiento en derecho y un casi doctorado de psicología, y digo casi ya que no lo terminó.
Prem es quien desempeña las labores de relaciones públicas, es decir, quien decide qué información darle a la prensa y qué no.
Por otra parte, tenemos a Perth, es un detective de un rango menor al mío, cuenta con un doctorado de criminología y uno de psicología, con el cual nos es de mucha ayuda para interpretar las acciones, gestos y comportamientos de los criminales a los que atrapamos. Ahondar en sus emociones más que todo.
Mark, o el nerd Siwat como yo lo llamo, es quien se encarga de la base de datos e información necesaria, es un genio de las computadoras y maneja la tecnología a su antojo. Tecnicamente hablando es capaz de encontrar una aguja en un pajar.
Por último pero no menos importante, se encuentra Zee, quien es un agente especial ex entrenador del FBI. Todos los ya mencionados a excepción de Mark y yo, pasaron bajo su entrenamiento, por lo cual Zee decidió dejar el FBI y unirse a nuestro equipo. Lo habían ubicado temporalmente con nosotros pero decidió quedarse, lleva cuatro años en el equipo y es un gran amigo.
Por último me encuentro yo, soy solamente un detective especial y el jefe de la unidad, cuento con un doctorado en criminología, psicología y relaciones públicas, entre otros.
También tengo una licenciatura en economía y una en administración de empresas, las cuales a duras penas terminé ya que con un año de la desaparición de mi hermana fuí bruscamente amonestado por mi padre para hacerme cargo del caso de mi hermana, decidió que necesitaba más entrenamiento (sin mencionar todo lo que ya me había entrenado desde niño) así que tomé un curso adicional de defensa personal.
Desde chico me había dado enseñanzas acerca de lo que él había aprendido en la fuerza armada, al cumplir mis quince años estando muy bien entrenado por mi padre pero necesitando más entrenamiento a criterio suyo, me enlistó en el ejército, lugar en el cual realicé mis doctorados.
Al cabo de unos años decidí llevar mi estadía a los Estados Unidos para estar más cerca del movimiento de la mafia misma que había secuestrado a mi hermana, anteriormente había vivido en Estados Unidos pero no fue permanente. Llevo ocho años en mi carrera y seis como detective.
Luego de la desaparición de mi hermana y al mudarme a Virginia, mi equipo se trasladó junto conmigo, llevamos cuatro años liderando el caso desde aquí, actualmente nos encontramos en el Estado de Virginia, lidero a mi equipo en CUÁNTICO. (Así se llama mi unidad)
UNIDAD DE ANÁLISIS DE TRÁFICOS ILEGALES, DE CUÁNTICO VIRGINIA.
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Entrando a mi oficina encontré al pequeño castaño sentado en el sofá de mi oficina. Se puso de pie automáticamente cuando me vió llegar.
—Detective Suppasit, lo he estado esperando desde muy temprano —dijo Siwat, mientras se acercaba a mí con su laptop —. Investigué muy bien el caso de los Kansamonat, su hijo Earth desapareció hace dos años, viajó de Tailandia hacia acá, se creía que llegaría a New York pero éste jamás puso un pie en su destino. ¿Podría adivinar por qué?
—Lo abordaron en el aeropuerto —musité, tras recordar que fué lo mismo que logramos investigar acerca del día en que secuestraron a mi hermana y asesinaron a mi tío.
—Usted sabe muy bien, agente, que esa es su táctica, aún no sabemos qué les ofrecen realmente o qué es lo que en realidad hacen para llamar su atención y lograr alejarlos de la muchedumbre. —Expresó Siwat, en tono perturbador ya que llevábamos meses tratando este caso y no había pista alguna que nos llevara a tener algo concreto con respecto a la táctica que dichas bestias utilizaban para secuestrar a las personas.
—¿Averiguaste cómo supieron sus padres acerca de la desaparición de su hijo?
—Lo supieron por medio de su primo, señor, el joven Kansamonat venía a visitar a su primo a los Estados Unidos; pero éste nunca llegó a su destino, por ello, al llegar la noche el chico decidió llamar a sus tíos informando que Earth no estaba en el país, que había estado esperándolo en el aeropuerto pero nunca llegó.
—Una anomalía más, ¿eh? —Fruncí el ceño —. A este jóven ni siquiera lo dejaron salir del aeropuerto.
—Así es, agente, tal parece que ya lo tenían vigilado. Con esa misma medida hubo una desaparición similar hace ocho años, al parecer es hijo de una de las familias más ricas de Tailandia, la familia Supappong. Su único hijo tenía 15 años cuando viajó de Chiang Mai a Washington, venía a vacacionar con su mejor amigo, pero al bajar del avión los abordó un tipo ofreciéndoles ayuda para bajar sus maletas.
—¡Diablos! Ese pobre chico cumplió su mayoría de edad bajo el abuso de esos malditos. —Expresé molesto, me sentía furioso de saber que un pobre chico de apenas quince años había tenido que pasar la mejor parte de su vida bajo los abusos de unos ¡malditos hijos de puta! —E-Espera, ¿acaso no podemos usar lo de las maletas a nuestro favor?, ¿no es esa la medida que siguen utilizando?
—No, señor, en los registros que estaban bajo encriptación, por cierto, aclaraba que su mejor amigo pudo huir a los dos años de haber desaparecido, la forma de escape no está escrita pero el chico dió una declaración. Al parecer, la declaración la tomó un agente del FBI de Washington, señor. El chico dijo todo lo que vivió en esos dos años, confirmó el abuso sexual, la tortura y el tráfico de cocaína y marihuana. Al llegar el FBI y los SWAT al recinto donde se suponía que estaban, estos ya habían huido y tras verse descubiertos decidieron cambiar su estrategia, por ello se desconoce de qué forma operan actualmente.
—Dime que averiguaste el nombre del chico, tenemos que hacerle unas preguntas y lo sabes.
—Lo sé, señor, pero el caso es que el nombre ha sido borrado de todo expediente, busqué y busqué por toda la red y no lo encontré, el nombre fue oculto y borrado del registro a petición del agente del FBI que lo interrogó.
—Búscalo, Siwat, has todo lo posible por encontrarlo, yo confío en tí, eres el mejor en las computadoras y se qué lo lograrás. —Froté sus hombros con mis manos para darle un poco de ánimo, sabía que le exigía mucho en ocasiones, pero era el único que podía hacer todo lo relacionado con informática e investigar lo que fuese en cuestión de segundos.
Al terminar mi frase ingresó Perth, frunció el ceño cuando notó la posición en la que estábamos, me sorprendió un poco ya que Perth, es jodidamente solitario, sé de sobra que Siwat está enamorado de él, soy perfilador y lo he sabido desde que este conoció a Perth. Pero esa mirada de Perth hacia Siwat y hacia mí era nueva.
Al instante Mark se puso muy nervioso y de un tirón se soltó de mis manos, miró a Perth, asustado y tragó grueso, siempre reía al ver su actuar de niño enamorado.
—P-Perth... —siseó Mark, en un tono tímido.
—Hola, agente Siwat, escuché que Prem te buscaba, ¿sabes? —Señaló la salida y alzó una de sus cejas.
—¿A-Ah si? C-creo que debería ir entonces —exclamó Mark, tragó saliva —. Me retiro, agente. —Inclinó su cabeza hacia mí en señal de reverencia y respeto, estábamos en otro país pero mi equipo y yo somos de nacionalidad Tailandesa, por lo cual mantenemos las formalidades de dicho país al menos entre nosotros. Obviamente ya nos acoplamos a la manera Estadounidense pero no nos avergonzamos de nuestra cultura y lo seguimos haciendo.
—En cuanto sepas algo, avísame, Mark, sabes muy bien que necesitamos ese nombre. —Extendí mi mano y desordené su cabello, si bien este chico no era nada mío, yo lo veía como un hermano pequeño. Perth me miró con un gesto de asesino por haber tocado al chico, dirigió su mirada a él y este salió temblando de ahí. —Si tanto te molesta que lo vea, deberías confesarte, ¿no crees? —Miré a Perth y alcé una ceja, este me veía con enojo.
—El chico no me gusta, Mew. —Tomó asiento frente a mí, yo solo sonreí ante su respuesta.
—Tus miradas asesinas, ¿a qué se deben entonces, Tanapon? Ellas dicen lo contrario, ¿sabes? —Sonreí maliciosamente.
—A nada. —Sonrió sarcástico —Sé que eres un puto, ¿sabes, Mew? — Se echó a reír —No quiero que te aproveches del chico, a lo largo de tu vida has dormido con muchas mujeres.
—Cómo olvidar que investigaste a tu jefe de unidad antes de ingresar. — No pude evitar reír al recordar que este chico cuando supo que lo asignaron conmigo en Tailandia, investigó todos mis antecedentes e incluso durante una semana me siguió, era muy desconfiado y eso estaba muy bien, pero sabe mucho de mi vida privada, algo que no me molesta pero es gracioso. —Ya lo dijiste, Perth: MU-JE-RES, no chicos. Tú sabes que no bateo de ese lado, ni estoy de acuerdo con los homosexuales.
—Lo sé, Suppasit, sin embargo, no eres indiferente ante la relación de Boun y Prem, todos sabemos acerca de ellos.
—Claro que no soy indiferente, que no esté de acuerdo con ellos no quiere decir que no los respete, aunque sean homosexuales siguen siendo hombres humanos y mis amigos, eso no cambia, cada quién decide hacer lo que quiere con su vida. Boun sabe muy bien que yo jamás le daré la espalda, yo supe de esa relación desde muchísimo más antes que empezara. —Sonreí. —Por eso digo, si te gusta el nerd Siwat solo háblale, no eres el único que investigó a alguien, ¿sabes? Soy mayor que tú y obviamente no iba a dejar entrar a cualquier chiquillo a mi equipo, sé que estudiaste para perfilar también, por lo tanto sabes lo que el chico siente por tí, ¿o no?
Perth me miró fijamente, inclinó su cabeza y entrelazó sus manos.
—Puede que lo sepa, ¿quién sabe? —Se encogió de hombros.
—Dime, ¿a qué viniste? —pregunté, con una sonrisa reflejada en mi rostro. Sabía que este chico ni siquiera él mismo tenía claro lo que pasaba por su cabeza con respecto a Mark. Si bien éste tuvo la intención de contestarme, no lo hizo ya que Prem ingresó bruscamente a mi oficina
—Los necesito a ambos en la sala de juntas.
—Un nuevo caso, ¿eh? —exclamó Perth, dirigiendo su mirada hacia mí.
—Hora de trabajar, muchachos — dije, mientras me levantaba soltando un suspiro y al mismo tiempo palmeando la espalda de Perth en señal de salir.
꧁ (•••) ꧂
Al llegar a la sala de juntas se encontraba mi equipo reunido, Mark bromeaba con Boun mientras que Zee llamaba la atención de Boun por molestar siempre a Mark. ¿Quién lo culparía? Mark era el chiquito de todos en el equipo, incluso Boun y Prem parecían sus padres ya que lo cuidaban como tal.
Al tomar asiento con Perth junto a mí y Zee a mi otro costado, Prem empezó su labor, la cual consistía en informarnos todo acerca del caso que debíamos tratar, si bien no todos los casos que trabajamos eran de tráficos, ya que siempre nos pedían tomar algunos casos porque éramos el mejor equipo de Virginia, este sí parecía ser uno de nuestra especialidad.
—Salma Fuentes, 17 años de edad, fue encontrada y reportada por un chico que hacía sus ejercicios matutinos, estaba tirada al costado de unos basureros en Seattle, envuelta en bolsas negras de basura, más no estaba dentro de estas. Su estómago está muy visiblemente abierto —informó Prem.
Cada que tratabamos casos en que jóvenes eran brutalmente asesinados, mi rabia crecía y elevaba mis súplicas a mi hermana pidiéndole que resistiera un poco más.
—¿Órganos faltantes? —preguntó Zee, con cierta rabia. Prem soltó un suspiro.
—Pulmones y corazón —exclamó el castaño.
—Debemos apresurarnos. —Expresé, volviéndome hacia mi equipo. —Prepara el vuelo, Boun, partimos en veinte minutos. — Boun asintió —Prepárense. — Me levanté para dirigirme a mi oficina a preparar lo necesario.
Así iniciaba otro día más de mi vida, sin mi tío, sin mi hermana, sin saber dónde está, sin dar con los malditos que la tienen, y con muchos de esos basuras sueltos por ahí.
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Hasta aquí el capítulo de hoy, amores, recién lo acabo de escribir 😃😚😊.
Muchas gracias por leer, espero les guste y lo disfruten, a mí me gustó mucho escribirlo ya que los temas de acción me llaman mucho la atención 😍 realmente me encantan y me encantan aún más si les sumamos a las bellezas de nuestros bebés 🤭🤭❤️❤️❤️.
No olviden dejar sus comentarios.
Gracias por todo el apoyo que recibo de ustedes, pueden leer mi otra historia, la encuentran en mi perfil , ciertos días nos leeremos por allá y ciertos días por acá.
Cuidense mucho. Bye. 💜
Nos leemos a la próxima.
[Publicado: 16/05/23
Corregido: 28/05/23]
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