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CAPÍTULO ONCE

—No entiendo por qué haces esto —preguntó Boun, a la persona sentada frente a él. El rubio formó un puño con ambas manos por detrás de su espalda y volvió a extender sus dedos, hacía esto para evitar que sus manos se durmieran.

—Nadie jamás lo entendió. —Sonrió con sarcasmo —Nadie jamás entiende nada, querido... mi voz jamás fué escuchada, jamás nadie ¡SE DETUVO A ESCUCHAR MIS SÚPLICAS, MIS RUEGOS, MIS LAMENTOS! ¡NADIE!... y tú me quitaste lo que yo más amaba —murmuró, con voz llorosa —tú me quitaste todo.

—¿Qué fué lo que pasó? —cuestionó Boun, con voz tranquila —Y-yo...

—¡¿ME PREGUNTÁS QUÉ FUÉ LO QUE PASÓ?! —Golpeó su rodilla con su mano y se puso de pie de inmediato, el enojo irradiaba en su mirar, en la fijeza y profundidad de sus ojos, sus palabras iban cada una cargada de un resentimiento no reciente, de un resentimiento nacido hace años y que jamás había mermado. —Tú deberías saber muy bien lo que pasó

—No lo recuerdo, déjame recordar, por favor — Boun intentaba seguir el juego de la persona frente a él, no parecía que esa persona estuviese en un estado mental estable y gracias a sus estudios de psicología Boun sabía cómo tratar los delirios de una persona psicópata. Seguir su juego era el mejor de ellos y el más efectivo para seguir con vida —Yo puedo ayudarte... —Trató nuevamente —déjame ayudarte.La dudosa mirada de su captor se posó sobre él.

—¡YA BASTA! — Boun se sobresaltó un poco por el grito —Conozco todos esos absurdos juegos de psicología que ustedes los detectives usan. —Sonrió —No lograrás persuadirme, querido. —Enarcó una ceja —Me sé de memoria todos los juegos de la "justicia."

—Si es así entonces sabes que te encontrarán, no se detendrán hasta hacerlo —murmuró Boun.

—¿Tan seguro estás de que tu amiguito me encontrará? — Sus palabras fueron sarcásticas, mientras sonreía ladinamente.

—Sé que lo hará, todos ellos lo harán —respondió Boun con seguridad.

—Tu queridísimo amigo Suppasit está tan bajo mi cuidado que ni siquiera se lo imagina... ninguno de ellos, en realidad.—Sonrió nuevamente y Boun frunció el ceño — Además, tengo demasiada seguridad que por el momento le dí más en que pensar. — Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida.

—¿Te refieres a lo de Kanawut? ¿Por qué quieres a Gulf? —Inquirió, curioso.

—No pienses que con esto me detienes, —Pausó su andar y se giró hacia Boun nuevamente —digamos que su padre tiene una cuenta pendiente conmigo desde hace muchos años. El maldito murió con la "magnífica" etiqueta de haber sido el "mejor agente del FBI", el "mejor líder", pero nadie sabe que en realidad es una basura. UNA BASURA QUE SIEMPRE SE ESCONDIÓ TRAS SU CARGO PARA COMETER ACTOS CRUELES Y ABUSAR DE SU PODER... —gritó con enojo —Spencer murió sin pagarme lo que me hizo, ¡ÉL TE AYUDÓ! —Le señaló furiosa —La única forma en que puedo hacer que pague es asesinando a su querido hijo —Sonrió, y emprendió de nuevo su camino hacia la salida.

—¡NO! ¡GULF NO TIENE LA CULPA, GULF NO TE DEBE NADA! — comenzó a gritar Boun mientras se movía en aquel frío poste de metal intentando romper las cadenas que lo ataban a ese frío objeto, su cabeza dolía y la fiebre aún recorría su cuerpo —Mew... por favor, cuida de Gulf — "sé que ese chico cambiará tu vida", pensó. Sus ojos comenzaron a cerrarse nuevamente debido a la debilidad de su cuerpo. S-solo... c-cuídalo, es la luz que te hacía falta y la que creíste que jamás llegaría.—Tosió, escupiendo un poco de sangre, las gotas de sudor de su frente resbalaron hasta su mentón y se estrellaron contra el piso. —Y-y si no es mucho pedir, p-por favor también cuida de Prem,... amigo.—Sin más, se desmayó nuevamente

A su cuerpo le hacían falta los medicamentos para tratar la fiebre y el dolor de cabeza, no había ingerido alimentos desde hace doce horas y ni siquiera había bebido agua, todo estaba en su contra en este momento. Su cabeza se dejó caer sin fuerza alguna, cual masa sin un kilo de peso en ella, su cuerpo se volvió blando siendo sostenido únicamente por el agarre de las cadenas que lo mantenían unido a aquel frío poste de metal. El lugar en el cual lo mantenían cautivo permaneció en silencio, no hacía diferencia alguna si Boun estaba inconsciente o no.






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[Pov: Mew]

Llegamos al parque en el que había sido encontrado el cuerpo del niño, el médico forense ya se encontraba ahí, el lugar estaba repleto de policías y reporteros. Prem, Gulf y yo habíamos ido a la escena, también algunos del equipo de Gulf.

Zee y Perth seguían en el hotel intentando encontrar algo más, profundizar en el hecho de que el ignoto había estado con Boun desde más antes, solo debíamos descubrir en ¿dónde? ¿y cómo lo abordó?

—Detective, —saludó un oficial —que bueno que llegan. — Se dirigió a nosotros, los tres asentimos con una media sonrisa. Una casi invisible y muy falsa sonrisa.

—Mucho gusto, mi nombre es Mew Suppasit, él es Gulf Kanawut y él es Prem Warut. Nos presenté así como habitualmente solía hacerlo, señalando a cada uno, el oficial asintió con una sonrisa.

—Iré con los reporteros —anunció Prem, con su voz siendo más suave de lo habitual.

— Asegúrate que por el momento no filtren ningúna foto del cuerpo, tomaremos el control de la situación lo más que nos sea posible.

—Así lo haré —respondió, sin más, caminó hacia los reporteros.

—Por aquí, por favor, agentes.  —Indicó el oficial, Gulf y yo lo seguimos de inmediato. —El cuerpo fué encontrado por una mujer que paseaba por aquí con su hijo de ocho años, en días como estos las familias suelen venir y hacer picnic o simplemente disfrutar del buen ambiente del parque al lado de sus seres queridos.

Los tres pasamos por debajo de la cinta amarilla mientras seguimos escuchando atentamente lo que decía, unos pasos más y quedamos frente al cuerpo del menor. El pequeño estaba cubierto con una manta, solo podía verse desde su pecho hasta su cabeza.

—¿A qué horas fue encontrado? —preguntó Gulf.

A las tres de la tarde —respondió el oficial.

—¿Ya identificaron quién es? pregunté, sin apartar mi vista del cuerpo.

—Aún no respondió el oficial Los dejaré un momento para que hagan su magia, el forense ya está aquí por si lo requieren. Luego de sus palabras simplemente se retiró.

—¿Qué opinas? —pregunté a Gulf. Posando una de mis manos en mi cintura y con la otra rascando el puente de mi nariz.

Tengo una debilidad con los niños, me refiero, he visto miles de escenas de asesinatos impactantes y no me generan nada, pero los niños son niños, puros, inocentes, tan llenos de vida. ¿Quién puede tener el corazón de atentar contra la vida de un ser tan indefenso? El mundo con cada día que pasa comprueba que se va más a la mierda.

—No lo sé Rascó el puente de su nariz, en su voz era evidente la pena que le causaba ver el cuerpo del niño.—Observa el corte de su cuello, es un corte limpio.Lo señaló.

Sí, fue muy cuidadoso al hacerlo Suspiré pesado, sin volver a ver el cuerpo, pero el corte fue lo primero que llamó mi atención desde un principio.

—¿Crees que sea doctor? —inquirió.

—Probablemente, y si no lo es al menos tiene buenos conocimientos al respecto. — Me incliné para ver más de cerca el cuerpo y estudié detenidamente el corte en el cuello del menor, buscando algunos detalles que pudieran darnos una pista.

—Espera... — Gulf me detuvo, inclinándose junto a mí, se colocó los guantes de látex al igual que yo y movió la sábana negra de cuadritos rojos y amarillos que cubría el pequeño cuerpo —está abrazando algo.

Lo ayudé a mover poco a poco el cuerpecito y efectivamente el niño abrazaba algo. Gulf y yo nos miramos extrañados por ello. Era un oso de felpa color café, el niño estaba en posición fetal y abrazaba ese peluche, al girar al pequeño en vista al cielo, pudimos notar que el corte era horizontal solo a la mitad del cuello, de oreja a oreja, por debajo de estas. El corte era limpio, parecía haber sido hecho con un cúter o tal vez una navaja fina, no parecía que se hubiese utilizado uno de los típicos y tradicionales cuchillos de cocina.

Su cabello era de un castaño casi naranja, piel blanca y labios delgados, los cuales ya estaban de un color púrpura debido a la falta de vitalidad. No tenía rastros de suciedad en su rostro, lo que nos decía que no fue arrastrado o no fue asesinado en un campo o tierra. Su cabello tenía pequeñas motas y fibra de la cobija, lo cual nos dice que antes de traerlo aquí el cuerpo estuvo envuelto por completo con la cobija.

—Lo cubrió y le dejó su peluche, además, por la posición en que lo deja...Fruncí el ceño y entrecerré mis ojos.

—¿Crees que sea remordimiento? —preguntó Gulf.

—No lo sé, no me convence. El corte es perfecto pero,... para cubrir un corte tan grande como ese se necesitan más puntadas y el niño solo tiene ocho puntadas respondí.

—¿Crees que sea una pista? — Gulf me observaba con atención, sabía que él sentía que había algo más.

¿Por qué solo ocho puntadas cuando el corte era en efecto, extenso?

—Puede que sí, debemos volver y pedirle a Mark y Bass que investiguen —propuse. Gulf asintió.

—Sí, todavía nos falta saber la identidad —agregó, esta vez yo asentí.

Salimos de ahí con rumbo nuevamente hacia el cuartel secreto, la puesta del sol ya estaba sucediendo y Boun cumplía sus casi catorce horas de haber desaparecido. Solo pedía que en dónde fuese que se encontrara, soportara hasta que pudiéramos llegar por él.






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[Pov: Zee]
[primera vez que narra Zee. 🤭]

—No hay nada que pueda indicarnos que estuvo aquí, además de las fotos que él mismo filtró —comentó Perth.

—¡Perth! —exclamé, casi gritando, provocando que el castaño oscuro se sobresaltara —Tengo una idea —Me miró confundido y yo guardé un suspensivo silencio.

—¡Mierda, Zee! ¡Habla ya! —espetó, enojado. Sonreí al darme cuenta que el ajenjo había vuelto, prefería escucharlo gritarme, que ver sus ojos a punto de derramar lágrimas y la impotencia gritando desde su interior.

—Bien, pensé esto: saldré de la habitación y haré exactamente lo mismo que hizo Boun, prestaré mucha atención a todas las áreas por las que él pasó y... — Perth me interrumpió.

—¡Verás en cuál pudo haberse encontrado con el ignoto! —concluyó, sobresaltado.

A esta técnica se le llamaba: recreación de los hechos. Nos ayudaba a conectar con la víctima, y en algunos casos incluso sentir las últimas emociones que la víctima vivió, imaginar como si fuese nuestra persona quien estuviera en el cuerpo de la víctima en ese momento.

—Así es —respondí.

—Mientras tú haces eso yo iré a la oficina de seguridad y veré exactamente todo desde las cámaras de seguridad, así podremos saber en qué momento las cámaras perdieron a Boun —explicó.

—Exactamente. Fué lo que pensé, me alegra saber que también eres bueno en esto y no solo en ser un completo amargado —bromee. Perth me hizo una mueca de burla repitiendo lo que había dicho y yo reí fuerte a causa de ello. —Entonces... hagámoslo —Golpee su hombro.

—Quédate aquí y en cuanto llegue a las cámaras te aviso por el micrófono para que salgas —Yo asentí —. ¿Tienes el vídeo de las grabaciones de Boun? — preguntó antes de salir, asentí nuevamente Recuerda que debes hacer exactamente lo mismo que Boun.

—Lo sé, lo sé —respondí, asintiendo repetidas veces con la cabeza. Perth soltó un suspiro pesado y salió de la habitación, tomé mi celular y preparé el vídeo de las grabaciones.

Quince minutos después Perth me estaba indicando iniciar. Suspiré, tomé el celular y salí. Reproduje el vídeo y seguí las mismas direcciones que Boun había tomado anteriormente.

La primera dirección que tomé fué hacia la izquierda, al fondo del pasillo estaba el elevador, tal como Boun hizo ingresé a él y seguí atento al vídeo. No teníamos grabaciones de la cámara del ascensor pues ese día simplemente no había funcionado. Las puertas se cerraron detrás de mí, aparentemente nada parecía fuera de lugar, a excepción del exagerado vapor que se sentía al momento de ingresar al cubículo.

—Primera oportunidad, Zee, no puedo ver lo que haces y tampoco vimos lo que Boun hizo, si nuestro ignoto pudo hackear el sistema de seguridad del FBI, hackear el de un hotel cinco estrellas es un chiste, así que es más que seguro que el fallo de las cámaras no fué simple y si lo hizo es porque ahí debe haber algo. —Escuché a Perth hablar por medio del micrófono que traía sobre mi oreja.

En ese momento me di cuenta que todo mi cuerpo se sentía caliente como si estuviese expuesto a potentes rayos del sol, como si estuviese deambulando por el desierto a pleno mediodía. ¿Podría ser una pista?

—Bien, todo parece estar en normal funcionamiento, todo en su lugar, el aire no funciona... —Miré hacia arriba en donde estaba ubicado el aparato de ventilación —te sofoca en un momento. —Comencé a transpirar, mi respirar se volvió un poco acelerado —Hace mucho calor y la luz roja parpadea cada...

—El aire no funciona, la luz parpadea — Perth susurró, al otro lado del micrófono, posiblemente anotando las anomalías encontradas.

Entrecerré mis ojos y comencé a contar: 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8 Y la luz se apagó. Nuevamente reinicié la cuenta cuando se apagó de nuevo.

—La luz roja se enciende y se apaga en un intervalo de ocho segundos —Mi voz sonó entrecortada, el pecho comenzó a dolerme y mi corazón a latir rápidamente. Tomé una bocanada de aire al momento en que un punzón en mi pecho fue sentido, el sudor bajaba por mi frente —P-Perth... ha-hace... mucho calor — A este a punto incluso mi vista se había vuelto borrosa y el acelerado latir de mi corazón no se detenía. Con cada segundo que pasaba me sentía más sofocado que el anterior.

—Quítate la chaqueta y afloja la corbata, ya falta poco, Zee —dijo Perth —. ¿El aparato de ventilación es el único método que produce aire en el ascensor?, ¿eso no es un aire acondicionado? —Escuché a Perth preguntar, seguramente al chico que controlaba las cámaras en la administración.

—Lo es, todos los ascensores tienen esos pequeños aparatos en la parte de arriba, tambien en la parte baja del botón de emergencia hay un pequeño aparato que proporciona aire en caso de que el aparato no funcione.

—¿Cómo puedo activarlo? preguntó Perth, con un poco de prisa y desesperación en su voz.

—Solo debe retirar la pequeña tapa que tiene y presionar el botón verde que se encuentra al lado del rojo —explicó.

—¿Escuchaste, Zee? Hazlo, ya falta poco —Me indicó. Me incliné dónde se ubicaba el aparato, parpadeando para poder identificarlo, mi cuerpo comenzaba a sentirse demasiado débil.

—Lo encontré —solté, con dificultad. Retiré la tapa y presioné el botón verde tal como me fué indicado pero justo en ese momento el aparato esparció un polvo blanco que inundó el elevador —¡AAAGGGGHN!grité, al sentir el ardor en mis ojos, se sentía como si me rociaran picante o gas pimienta. Rápidamente y con dificultad retiré mi chaqueta y de inmediato cubrí mi boca y nariz con ella.

—¡ZEE, ¿QUÉ OCURRE? ZEE! —escuché como Perth gritaba desesperado. Mi cuerpo perdió fuerzas y mis piernas cedieron haciéndome caer de espalda en la pared del elevador.

L-ña -quina lanzó u-un... —Me comencé a sentir mareado, sintiendo como si el elevador se movía en círculos. Mi cuerpo comenzó a debilitarse casi por completo, como si cada uno de mis pies pesara una tonelada.

—¡ZEE! Ya llegaste, estás en el piso dos, sal de ahí amigo, vamos, tienes que lograr salir — Escuché la voz preocupada de Perth.

S-salir... —murmuré, con poca fuerza en mi voz, abriendo y cerrando mis ojos para observar como las puertas del elevador se abrían.

Boun había salido con rumbo al piso tres en el que se encontraba un mini bar, pero en las grabaciones se veía como él salía del ascensor en el piso dos, seguramente ocurrió lo mismo, el ignoto lo quería en este piso. Arrastré mis pies y al salir me apoyé de la pared, entrecerraba y abría mis ojos debido a que la vista se me nublaba cada vez con más frecuencia.

Con dificultad divisé frente a mí un cuarto de servicio, habían trapeadores, escobas, baldes. Fruncí el ceño y apoyé mi espalda en la pared, mi respiración se cortaba y el ardor en mis ojos era cada vez más insoportable, las escaleras estaban a un costado de la pared. Me puse de pie y comencé a subir, todo este tramo no estaba en las grabaciones de seguridad. Subí lo que creí fue un piso y encontré otro ascensor, ingresé a este y funcionaba normal. Sin fuerzas, simplemente me dejé caer en el piso y el elevador cerró sus puertas sin necesidad de que yo indicara un piso en el tablero de números.

—Zee, ¿dónde estás? —preguntó Perth.

—C-creo que... voy ha-cia la azote-a —respondí, con mi vista casi nula.

—¿Estás bien? Ya llamé a un médico, llega a la azotea y quédate ahí, yo iré por tí, amigo —dijo Perth —. Yo iré por tí.

Me recosté en la pared del ascensor y me retiré mi corbata, todo a mi alrededor daba muchas vueltas así que cerré mis ojos.

Minutos después el sonido del ascensor me anunció que había llegado al séptimo piso, el último. Salí con mis pies a rastras y encontré la puerta hacia la azotea, me dirigí hacia allí y comencé a estudiar todo con la vista, la cual aún me fallaba.

Encontré un bote de basura que llamó mi atención así que me dirigí a el y de una patada lo hice caer al suelo, éste solamente contenía polillas de cigarros y una miniatura bolsa con un polvo blanco, envolví mi corbata en mi mano derecha y tomé esa bolsa.

Continúe inspeccionando todo el lugar, tambaleando con las pocas fuerzas que me quedaban para no caer en la inconsciencia. Al fondo encontré otro bote de basura pero éste tenía cenizas y humo salía de su interior, habían intentado quemar un uniforme del personal del hotel al cual aún le faltaban unas partes por ser devoradas por el fuego.

Había también siete fotos, seis de ellas eran fotos de niños y la séptima era una de Boun, o bueno, del clon de Boun. Un certificado de matrimonio también, era rescatable solamente la mitad de éste. El humo estaba por evaporarse ya, al parecer habían utilizado gasolina para darle fuego a esto.

Con mi celular tomé una foto de ello y lo guardé nuevamente, seguí caminando pero esta vez lo hice hacia un delgado poste de concreto que estaba ahí, éste tenía una cuerda gruesa amarrada a su alrededor, seguí la dirección de la cuerda y esta salía por el borde de la azotea. Caminé hacia ahí y miré abajo, terminaba exactamente hasta el cuarto piso, el piso en que nos hóspedabamos.

—Ahora ya sé cómo entraste —sisee, con pocas fuerzas y caminé hacia adelante.

A lo lejos pude ver cómo la puerta de la azotea era abierta y Perth entraba corriendo, detrás suyo divisé una silueta vestida de blanco, posiblemente era un doctor quien venía tras él. Sonreí aliviado y sin soportar más, todo se volvió oscuro, dejándome escuchar un ruido sordo al fondo antes de caer por completo en la inconsciencia.


×

×

×


[Pov: Mew]

—Despertaste — Zee me miró sorprendido, yo sonreí. Intentó reincorporarse en la cama y rápidamente me dirigí a él para ayudarlo a sentarse.

M-Mew... —Presionó su cabeza ¿qué haces aquí?

—Llegué al cuartel secreto y no estabas ni tú, ni Perth, llamé a Mark y fué el quien me dijo lo que sucedió —respondí. Colocando una almohada bajo su cabeza.

—¿Qué fué lo que realmente pasó? —preguntó. Su mirada aún divagaba.

—Los exámenes reflejan que ingeriste una combinación drogas —expliqué.

—¡¿Qué?! Su ceño se frunció y su rostro cambió a una mueca de dolor, era muy probable que tuviera una jaqueca ahora mismo.

—Ahora sabemos que Boun no estaba enfermo, fue drogado, así como tú. A diferencia de que tú cubriste tu boca y no lo ingeriste por completo, Boun estaba peor que tú, posiblemente hasta haya tenido pérdida de memoria de lo que ocurrió. ¿Tú si recuerdas algo?

—¿C-combinación de drogas? —Frunció el ceño, no salía del asombro.

—Se le llama molotowdijo Perth, ingresando a la habitación junto a Prem —. En las calles, (pandillas) cuando una persona mezcla varias drogas y las vuelve una sola, se crea un molotow, consecuencias graves como fiebre, convulsión y pérdida de memoria son algunas de los resultados que esto te deja —explicó.

—En tu caso fueron Metanfetamina y Kristal —dije.

—¡Dios! — Fué lo único que Zee atinó a decir.

—Estuvo con él, ¿verdad? preguntó Prem.

—Lo Lamento, Prem, —respondió Zee —ella lo abordó al salir del primer ascensor y luego lo llevó a la azotea, seguramente también lo ayudó a bajar y regresar a la habitación.

—¿Ella? —preguntaron Prem y Perth.

—S-sí, en la azotea estaban los restos del uniforme del personal de servicio del hotel, un vestido, y... —Se detuvo.

—¡¿Qué?! —exclamó Prem, con frustración.

—Con respecto al niño asesinado —Suspiro y pasó saliva.

—¿También encontraste algo sobre eso? —preguntó Perth.

—No es el primero —Frunció el ceño —Mew... en realidad es el séptimo niño.

—¿Qué?...

—En el bote de basura habían siete fotos, una era de Boun--

—¡NO ES BOUN! ESE NO ES BOUN, NO PUEDE SER BOUN, COMPRENDE —gritó Prem, frustrado y desesperado. Sus ojos estaban hinchados y cristalinos.

—Lo siento, lo siento, lo siento, —respondió Zee —e-el caso es que habían seis fotos de seis niños, su cuello había sido cortado hasta la mitad.

—Posiblemente hayan sido las mismas que envío el día que hackeó el sistema —murmuró Perth

—Espera, Mew, hay algo más. Suspiró —Ella, está casada... —Negó varias veces con la cabeza q-quiero decir, ella cree que Boun es su esposo...

—¡¿Qué?! —exclamamos Perth y yo al mismo tiempo.

—¡¿Esposo?! — Los ojos de Prem nuevamente se cristalizaron y su voz se quebró B-Boun no puede ser su esposo... no puede ser...

—No lo es, Prem —calmó Perth —. No lo es pero debes tranquilizarte para que podamos salvarlo. — Prem asintió y limpió sus lágrimas.

—Zee, solo necesitas tres horas más para descansar y luego podrás estar mejor, duerme un poco y luego regresa al cuartel, ya estarás bien —Sonreí, palmeando su hombro me alejé de él y salí de la habitación del hospital.

—Recupérate —dijeron Prem y Perth al mismo tiempo.

Los tres salimos con rumbo al cuartel secreto, por suerte nuestro amigo ya estaba bien y aunque más de alguno quisiera poder quedarse cuidando de él, no podíamos porque esto aún no se acababa.







꧁×}•{×꧂





Al llegar al cuartel secreto lo primero que ví fue a Nahomy leyendo algunos expedientes que podrían darnos alguna pista con respecto al caso y tal vez al modus operandi de nuestro ignoto. Me sorprendí al verla porque antes cuando llegué de ver el cuerpo ella no estaba aquí, pero Sam tampoco y recordé que esta chica es su secretaria.

—Regresaste — le dije, sonriendo, al frente pero un poco retirado de nosotros se encontraba Gulf, quien me miró un poco molesto y sonreí internamente.

—S-sí —Sonrió con timidez y llevó un trozo de su cabello a atrás de su oreja.

—¿Dónde es que estabas? Me giré para ver a Gulf, éste efectivamente continuaba viéndonos mientras fingía leer algo en una carpeta, la cual estaba al revés.

—Oh, pues fuí a cambiarme, la ropa que traía anteriormente me acalóraba mucho. —Sonrió, yo asentí formando una pequeña "O" con mis labios. En realidad no estaba prestando atención a lo que decía porque estaba más pendiente de gozar de la sensación de que Gulf estuviese celoso ahora mismo.

—¿Cómo está Zee? —preguntó Gulf de pronto, quien sabrá Dios en qué momento se teletransportó.

—Se pondrá bien —respondí, tragando grueso al notar como Gulf alzó una ceja, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando me miró de esa forma, haciéndome tragar grueso por segunda vez.

Ehm... y-yo... yo mejor me iré, Coates necesita mi ayuda así que... adiós — Nahomy salió huyendo dejándome ahí a solas con el infierno en vida.

—¿Q-qué ocurre? —pregunté, desviando un poco la morada. Gulf me miraba con sus ojos entrecerrados y con su ceja aún alzada.

—Mew — La gloriosa voz de Perth me salvó de lo que pudo haber sido mi último momento sobre esta Tierra.

—¿S-si...? —respondí, y luego aclaré mi garganta por haber tartamudeado.

—Ya identificaron el cuerpo del niño y efectivamente es el séptimo, así como dijo Zee — Llegó hasta nosotros, con sus brazos cruzados.

—¿Te lo dijo Mark? —preguntó Gulf, con ese retador tono en su voz.

—¡Sí!, me lo dijo Mark, pero, ¿que tiene que ver? ¿Acaso si Mark no me lo hubiera dicho entonces no fuera verdad o no fuera creíble? —soltó Perth, con molestia.

—Pues no sé, los niños se inventan cosas, ¿ya sabes? —Cruzó sus brazos y alzó ambas cejas.

—Basta —dije, para ambos.

—Le diré a Bass que investigue qué similitudes hay entre todas las víctimas —anunció Gulf.

—Me parece perfecto, le diré a Mark que siga rastreando la señal —dijo Perth, yo asentí. Ambos chicos salieron cada uno por su lado, dedicándose retadoras miradas.


Yo me dirigí a la mesa en la cual estaban las fotografías que anteriormente habían aparecido en pantalla, la foto del clon de Boun también estaba ahí, no era el mismo, los ojos de ese chico eran azules y su nariz era un poco más respingada que la de Boun. De pronto, en las fotografías de los niños empecé a encontrar una similitud.

—¿Encontraste algo? — La repentina aparición de Gulf hizo que diera un brinco en mi lugar. No esperaba escuchar su voz en mi oído cuando acababa de estar completamente solo.

—¡Mierda! —  Gulf empezó a burlarse de mí —Me asustaste, Gulf — Ladee mi cabeza para quedar a unos centímetros de su rostro.

—¿No te gustó que te hablara al oído? —cuestionó, con una sonrisa juguetonay ladina.

[😏🔥]

—S-sí...Acomodé mi postura, con mis ojos fijos en sus labios. Tragué grueso. —no me gustó. —Sonreí, él también lo hizo.

—¿Qué encontraste? — Cambió el tema, posicionándose a mi lado.

—¿Recuerdas lo que dije acerca de que se necesitaban más de ocho puntadas para cubrir bien este corte?

—Sí, lo recuerdo.

—Pues mira. —Comencé a unir todas las fotografías en una sola línea ¿Qué ves?Su mirada comenzó a estudiar una por una casa foto, su ceño fruncido y sus ojos fijos en las fotografías, manos apoyadas a la mesa.

—El corte de todos llega desde debajo de una oreja hasta la otra, todos están en posición fetal y... — Me miró.

—Todos son de cabello negro, similar al de la foto. —Señalé la foto del clon de Boun.

—Además, que todos los niños tienen alrededor de ocho años —siseó, frunciendo el ceño.

—Así es, y todos tienen exactamente ocho puntadas en su herida, esto no es por coincidencia.

—Es su modus operandi, el ocho es un patrón, algo que si descubrimos qué, nos será de mucha ayuda —Suspiró.

—Puede ser una fecha importante, alguna cifra de algo, sea lo que sea, para nuestro ignoto es algo fundamental. — Me crucé de brazos Zee dijo que este era el séptimo niño. — Gulf y yo nos miramos mutuamente —Y el más importante al parecer...

—¡Señor! — Mark caminaba a toda prisa hacia Gulf y yo.

—¿Encontraste algo? —preguntó el azabache.

Logramos rastrear la señal de donde vienen todos esos mensajes y no creerá de donde proviene —Tragó grueso.  Gulf y yo compartimos mirada y luego ambos miramos a Mark.

¿De dónde proviene? —pregunté.

De aquí mismo, señor Tragó grueso, sus manos temblaban levemente al sostener la laptop.











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Nuestro ignoto es una mujer pero,
¿Qué tendrá Boun que ver con ella?
¿Realmente es su esposo?
¿Qué tiene que ver el padre de Gulf en todo esto?

Nos leemos en el próximo capítulo para descubrirlo.

Hola, solecitos 🥰, espero les guste el capítulo de hoy, cuiden sus uñitas 🤭, sé que siempre los dejo en el suspenso pero es que de eso se trata 🤭🤭🤭, el próximo capítulo es en el cual llegaremos al final del caso así que estén pendientes.

No se olviden de dejarme sus comentarios. Muy bien, espero disfruten el capítulo.

Sin más que decir, nos leemos a la próxima.

[Publicado: 23/07/21
Corregido: 05/06/23]

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