CAPÍTULO DIECINUEVE
—¿Por qué tardas tanto en responder. —Acomodó su camisa —Hice lo que me pediste, el traslado de la mercancía podrá llevarse a cabo en tres días, las fronteras están despejadas.
—¿De nuevo obtuviste la misma ayuda? — Trent pasó el celular de su mano derecha a su izquierda y cerró la puerta del auto con su mano libre. Le sonrió a Becca al mismo tiempo en que le indicaba que entrase al auto.
—Claro, — Yuteng sonrió —Samantha nunca me ha fallado. — Trent sonrió esta vez.
—No confíes demasiado, querido Yuteng. Le has hecho mucho daño y en algún momento se revelará en contra tuya. —Acomodó su cuerpo en el asiento.
—No lo creo, toda su vida ha sido demasiado estúpida y siempre cree en mis palabras —respondió Yuteng, con autosuficiencia y seguridad.
—Suppasit está de su lado, en tu lugar yo no sería tan confiado. El imbécil de Suppasit sabe cómo actuar —Soltó un bufido con demasiado desagrado de tan solo recordar al detective.
Los ojos de Becca se cristalizaron por la sola mención de su hermano, tenía que ser fuerte y no llorar frente a Trent. Este se volvía como un maniático celoso cada que ella lloraba por su hermano. La obsesión de Trent hacía Becca era enfermiza y abrumadora.
—No lo hará. Estoy seguro que luego de la muerte de su pequeño detective, Suppasit tirará todo por la borda y se retirará de la CIA por haber permitido que un inocente muriera. — Yuteng soltó un suspiro antes de dar otra profunda calada a su cigarrillo.
—Está bien. — Trent le sonrió a Becca, dándole un guiño e intentado tomar su mano. —Si eso es lo que opinas, no me busques cuando todo se te haya venido abajo, Yuteng. Nuestro trato está a punto de llegar a su fín y luego tú quedarás a cargo de la mafia Japonesa. Sabes que me iré a Rusia con mi princesa. — Becca tragó grueso y apretó los puños.
Sí, Trent estaba planeando llevársela a Rusia luego de acabar con Mew y todo su equipo.
—Queda muy claro, Trent. Pero no olvides que estamos juntos en lo de acabar con Mew Suppasit. — Trent sonrió con autosuficiencia y Yuteng quebró en dos pedazos el pequeño bolígrafo que sostenía entre sus dedos, el cual había tomado luego de acabar su cigarro.
Trent finalizó la llamada y miró a Becca, admirando de pies a cabeza a la chica, quien solamente podía mirar hacia el frente e intentar lucir lo más tranquila posible. Vestía un vestido rosa en tonos tenues, el mismo estaba adornando con pequeñas flores fucsias y blancas.
—¿Estás lista, querida? —Acarició con suavidad la mano de Becca, provocando que la chica sintiera su cuerpo temblar por el miedo que en estos cinco años no había dejado de tenerle.
—Estoy lista —respondió bajito.
—Estoy seguro de que las nuevas te amarán. Todos te amamos, princesa. — Becca tragó grueso para poder contener el nudo en su garganta, pedía y rogaba que aquello acabara ya. Sentía que ya no lo soportaba más. —Les enseñarás cómo funciona todo y dependerán de tí para sobrevivir.
Becca se limitó a solamente asentir. Desde hace tres años había dejado de resistirse y revelarse contra Trent, aquello solamente le traía graves consecuencias, algunas ocasiones desde costillas rotas o graves y violentos abusos sexuales.
De niña algunas veces se escabulló entre las pláticas de su padre y su hermano, estos mencionaban que luego de un secuestro una táctica efectiva para poder continuar con vida era obedecer a lo que el secuestrador te pidiese hacer o decir, para que el agresor permanezca tranquilo y creyendo que te tiene en su mano y bajo su control. Existían también los casos de víctimas en los cuales estas resultaban adoptando el síndrome de Estocolmo*.
[(*) En mis propias palabras les explico que el síndrome de Estocolmo es cuando una víctima se enamora de su agresor, ya sea una persona secuestrada que luego de un tiempo deja de ver mal el maltrato que recibe de su agresor y al contrario de ello, lo justifica y lo resiste haciéndose creer a sí mism@ que su agresor tiene la razón. Personalmente creo que este síndrome también aplica para todas aquellas mujeres que sufren violencia intrafamiliar y aún así continúan con sus esposos que en dicho caso, serían su agresor. Creo que me expliqué bien, pero si hay algo que no comprendieron, no duden en preguntarme.]
Por supuesto que aquel no era el caso de Becca, ella actuaba conforme a lo aprendido. Mew la instruyó muchas veces desde que él se encontraba en la academia y aunque en esos momentos a Becca aquello solamente le causó gracia, el día de hoy agradecía a su hermano mayor por enseñarle a sobrevivir; de no ser así, hubiera muerto el mismo día en que Trent la secuestró.
Suspiró mientras miraba por la ventana, ese día Tren había decidido llevarla con él por la "mercancía" que llegaría ese mismo día desde Japón hasta Virginia, su corazón dolía de tan solo imaginar cuántas pobres niñas venían a sufrir un infierno en ese maldito lugar, el mismo infierno en el que ella ha sufrido desde hace cinco años.
En su interior guardaba la esperanza de que su hermano la encontrase y la llevara a casa, su hermano, su héroe sin capa, su Superman personal, como ella solía decirle de niña. Su padre no era su héroe, ya no más. No desde que supo que por culpa suya ella se encontraba en ese lugar y su madre y su hermano sufrían por su ausencia.
Añoraba el momento en que pudiese reencontrarse con su madre y abrazarla nuevamente, decirle cuanto la amaba y lo fuerte que había sido por ella; añoraba abrazar a Mew y repetirle una y un millón de veces que era el mejor hermano en todo el mundo. Pero... ¿podría darle la vida la oportunidad de hacerlo? Una lágrima rodó por su mejilla.
“Creo que no.” Pensó.
꧁×}•{×꧂
—Fuimos asignados al área de lavado de platos. — Wattana llegó con dos botellas de agua y le entregó una a Perth y la otra a Gianni.
—¿Cuándo empezamos? —preguntó Gianni.
—Esta misma tarde —Destapó su botella y comenzó a beber. Gianni lo imitó segundos después, pero Perth simplemente comenzó a jugar con la botella entre sus manos. —Saenghtong nos observa —informó a los dos restantes.
Con mucha cautela Perth dirigió su mirada hacia el lado derecho del patio de la prisión y efectivamente el líder los observaba fijamente. Saenghtong le sonrió con autosuficiencia, pero el rostro de Perth continuó sin mostrar expresión alguna.
—Debemos actuar cuanto antes —murmuró Gianni, dando un trago a su agua, Wattana asintió.
—La prisión ha permanecido en completa paz —Bebió un trago de su agua —o al menos hasta hoy. Este día la algarabía está bastante alta. — Wattana mantenía su vista al frente.
—Actuará esta noche —siseó Perth, debían cuidar el ser escuchados por alguno de los demás internos. La mayoría de la prisión se encontraba bajo las órdenes de Saenghtong.
—Recibió la visita del superintendente Japonés — Wattana miró a Perth, el moreno frunció su ceño.
—¿Superintendente? —repitió Gianni.
—Sibar Yuteng — Wattana frunció el ceño y elevó un tanto su mano para cubrir sus ojos del ardiente sol de ese día, los tres se encontraban en las gradas de la enorme cancha, las cuáles servían de asientos para pasar el tiempo. —Es el encargado de todas las estaciones de policías en Tokio.
—Su poderío es grande — Perth golpeó su rodilla con su mano.
—Mm. Lo es. — Wattana dejó caer un poco de agua sobre su cabeza. —Visita a Saenghtong todos los viernes, desde tu llegada a prisión — Perth y Gianni fruncieron el ceño. —¿Conoces a Yuteng? — Perth negó de inmediato.
—Me temo que jamás había escuchado de él, pero no me da buena espina. Mucho menos aún si visita con frecuencia al mayor delincuente de la prisión. ¿Por qué lo haría siendo un superintendente?
—Es corrupto —expresó Gianni —. Él fué uno de los jurados en el juicio por el caso de mi hermana, votó a favor del acusado. — Aquella confesión tomó por sorpresa a los otros dos presentes, el detective sintió como su sangre hirvió de tan solo recordar el suceso injusto en la vida del chico.
—Maldito — Perth no pudo evitar que sus palabras salieran cargadas con un grado de desprecio. Wattana estuvo de acuerdo con él.
—A Yuteng solo le falta que se le venga abajo su teatro, —murmuró el mayor de los tres —todo Japón confía ciegamente en su juicio. Pero, hay personas que han podido conocer su verdadero ser.
—¿Cómo llegaremos a Saenghtong si toda la prisión lo protege? —preguntó Gianni.
—Una distracción. — Perth dijo. Wattana y Gianni lo miraron confundidos —Debemos alejarlo de su gente, llevarlo a un lugar aislado de la prisión sin que sospeche absolutamente nada.
—¿Qué distracción podríamos usar? — Gianni sacudió su camisa.
—Puedo ser yo quién lo distraiga —sugirió Wattana.
—No lo creo, si tú lo alejas será demasiado sospechoso debido a que toda la prisión conoce de su rivalidad. — Gianni asintió ante lo que dijo Perth —¿Cuál es su área de trabajo?
—Su área es en reparación y mantenimiento de celdas. Siempre queda solo hasta las 6:30 de la tarde —informó Wattana.
—Al menos sabemos en qué lugar y a qué horas podemos asegurar que se encontrará solo, sería fácil que alguno de nosotros llegase y de alguna manera logre hacer que se dirija al baño. Pero a este punto ya tendríamos que estar seguros de que los otros dos estarían en el baño. Wattana, tú tienes que estar adentro del baño pues serás tú quien... — Perth frunció el ceño — lo elimine. — El mayor asintió —Debemos asegurarnos que aquello no levante ningún tipo de sospecha para los demás internos y los guardias que se encuentren en ese turno.
—El baño tiene un pequeño espacio entre la pared del último y la pared que lo divide del cuarto de provisiones (papel higiénico, jabones y toallas) en el momento en que Saenghtong ingrese al baño, quien sea el encargado de vigilar que no venga nadie deberá cerrar la puerta para que seguidamente tú salgas de tu escondite y lo asesines. Ese pequeño espacio puede servirte para que escondas su cuerpo y luego salgas sin ser visto —agregó Gianni.
—Sin importar qué tipo de objeto sea el que quieras utilizar para asesinar a Saenghtong, asegúrate de no dejar huellas —aconsejó Perth. —. Encontraré la manera de obtener un uniforme adicional para que puedas desechar junto al cuerpo el que hayas usado a la hora de asesinarlo, eso ayudará aún más a desviar el rastro de tí.
—El castigo por asesinar a Saenghtong puede representar el mismo precio, puesto que afecta directamente la jerarquía de los guardias y del 99% de los demás internos. — Gianni bufó. —Así que debemos ser como torres de vigilancia al momento en que Saenghtong abandone el área de cocina y si es posible también deberíamos de intentar distraer a más lavaplatos para que no sea más sospechoso que solo tú, o Perth y yo faltemos al momento en que todo suceda. — El detective estuvo de acuerdo.
—Gianni tiene razón. Será la eliminación de su líder y estoy seguro de que su lealtad hacia él se debe solamente a que Saenghtong conoce sus secretos y con ellos los chantajea, si Saenghtong muere a ellos no les conviene que sus secretos salgan a la luz — Perth miró a Wattana, este solamente escuchaba con suma atención. — Debemos tener una coartada que nos salve a los tres y no nos exponga ni siquiera ante los demás reos.
—Escuché que en tres días será el día de la limpieza masiva en toda la prisión, si los tres estamos en el área de lavar los platos se nos hará más fácil poder entrar y salir por medio del pequeño túnel que se esconde entre la parte trasera de la cocina y la parte delantera del taller. Quien deba distraer a Saenghtong para llevarlo a los baños podrá pasar libremente por el túnel y quien se quede lo cubrirá un momento, luego de unos minutos debe entrar al túnel también —explicó Gianni. Perth apoyó la propuesta.
—Wattana, tú tendrás que ir minutos antes al baño y con la misma precaución de no levantar sospechas. — Perth golpeó sus rodillas con sus manos. —Podríamos inventar que te heriste o algo así, romper un plato tal vez o qué sé yo.
—De igual forma creo que necesitamos más aliados, al menos dos o tres más para que puedan cubrirnos —sugirió Gianni —. Pero deberíamos estar seguros de que ellos no vayan a traicionarnos.
—Seré yo quien se encargue de eso, puedo usar mis conocimientos en psicología para conseguir el resultado que necesitamos y asegurar su lealtad también. — Perth sonrió.
—Muy bien, dentro de tres días será. — Se miraron unos a otros y sonrieron, el guardia Japonés llegó indicando que el receso había acabado y debían volver a sus celdas —Hay algo que debo hacer, llegaré a su celda hoy por la noche para fijar los últimos detalles. Mientras tanto no hablen de esto entre ustedes, ¿de acuerdo? — Los dos más jóvenes asintieron.
—Cuídate —dijo Perth. Gianni sonrió y Wattana rió ante lo peculiares que eran ambos. Con un asentimiento se retiró y Gianni junto a Perth, emprendieron camino hacia su celda.
꧁×}•{×꧂
—¿El hotel ha estado cerrado desde ese día? — Mew preguntó a Mark.
—Sí, señor. Fue cerrado puesto que las personas luego de lo sucedido no quisieron hospedarse más en este lugar —explicó el menor.
—Es comprensible que sea así —comentó Gulf, observando una que otra telaraña en el edificio.
—Si en su mayoría son turistas es normal que el hotel se haya ido a la quiebra luego de lo sucedido. ¿Tenemos las llaves? —Miró a ambos chicos. De inmediato Gulf le extendió las llaves que anteriormente le habían sido entregadas en el departamento de jefaturas de Tokio.
Mark se instalaría para comenzar su investigación desde ahí mismo, anteriormente había intentado acceder pero tal parecía que todo lo relacionado al hotel estaba bajo encriptación, solamente esperaba poder encontrar algo en ese lugar que pudiera ayudarle a descifrar la encriptación de aquellos archivos.
Al encontrarse en el interior del hotel, lo primero a su vista fué el espacio de la recepción. El área en la que había tenido lugar la masacre aquel fatídico día. En el lado izquierdo se encontraba una planta artificial, las grandes hojas de esta estaban cubiertas de polvo, la mesa de recepción también tenía polvo en su superficie, un pequeño estante que contenía folletos de los lugares para visitar en Japón estaba cubierto con una manta blanca y así sucesivamente todos los demás muebles que adornaban el área de recepción se encontraban polvosos o manchados de sangre.
Los detectives se adentraron un poco más mientras que con la vista examinaban detenidamente cada parte de aquel lugar, habían algunos vidrios rotos, el piso aún mantenía las manchas de sangre, en el fondo izquierdo del rincón de aquel lugar, un pequeño tren de juguete color azul con sus ruedas talladas de un negro azabache se encontraba tirado al frente de un pequeño mostrador. Gulf se inclinó y tomó el pequeño juguete entre sus manos, este tenía unas pequeñas gotas de sangre en la parte del techo del tren y en una rueda.
—No tenía idea de que hubieran habido niños —siseó Gulf, casi en un susurro.
—Tampoco lo sabía — Mark tragó grueso. —De ninguna manera Perth hizo esto. Jamás haría esto, jamás.
—Ahora comprendo un poco más el por qué la rudeza y la actitud de ni siquiera dejarlo declarar. — Gulf seguía sosteniendo el pequeño tren.
—Su furia es por los niños asesinados. —Completó Mew, girandose hacia Mark —Investiga cuántos niños habían ese día ¿Qué tan lleno se encontraba el hotel a la hora en que Perth llegó y horas antes de que llegase? — Mark asintió.
—Esto fue muy sanguinario, tan solo mira la cantidad de sangre que hay. —El agente del FBI se inclinó para rozar con la yema de sus dedos un pequeño "charco" de sangre ya seca, que se encontraba en el suelo.
Prem, Boun y Zee se encontraban con el forense. Mark, Mew y Gulf intentarían encontrar pruebas en ese lugar.
—Los casquillos de bala han sido retirados pero los impactos tanto en la pared, en el suelo y en los muebles siguen intactos —comentó Mew, ya habiendo iniciado un análisis.
El detective caminó hacia una silla de madera que se encontraba al frente del pequeño mostrador en un lado derecho, esta estaba tirada y en su esquina derecha una pequeña grieta alcanzaba a ser visible. Gulf caminó hacia el sofá, éste tenía tres impactos de bala en la zona superior del respaldar, la sangre era de un color negro al estar impregnada en la gruesa tela gris de aquel sofá y al llevar ya más de quince días en el mismo lugar.
—Siento que hay algo en todo esto que no me convence —siseó Gulf, para él mismo pero fue audible para los otros dos presentes.
—Aquí hubo más que pánico y terror, hubo enfrentamiento. Con solamente veinte personas asesinadas los impactos de bala contados exceden los treinta, seguramente intentaron ordenar algunas cosas y no dejar la escena como en el momento exacto en qué ocurrió —indagó Mew —. Esto es un escenario montado. Habían más de quince personas y hay más de treinta casquillos de bala, hay rastros de sangre que dan incluso hacia los cuartos y abajo de algunos muebles, estantes tirados y sillas rotas. Hubo pánico, enfrentamientos e intentos de huída.
—Están tratando de desviarnos — Gulf soltó un suspiro pesado, sin dejar de apretar el pequeño trencito de juguete.
—Hay algo más — Mark salió de una habitación —entre los reportes de las víctimas no se presenta ninguna jovencita y... —Miró hacia el interior de un pequeño cuarto.
Mew y Gulf caminaron hacia esa dirección, el detective se inclinó para recoger lo que era un pendiente de una mujer, una pulsera bordada con lana morada, en su centro y de un color blanco se bordaba el nombre: “Shanon.”
—Es la mafia — Gulf tragó grueso.
El celular de Mew comenzó a sonar con frecuencia, extrañado y sorprendido por aquello, pidió disculpas y se retiró del lugar para atender —¿Qué número de cuarto era en el que se hospedó Perth?
—261, en la segunda planta.
Sin perder más tiempo se dirigieron hacia la parte de arriba, en el transcurso Gulf abría cada puerta que se encontraba y examinaba su interior y si no había nada extraño volvía a cerrar.
Al llegar a la habitación 260 se percató del impacto que tenía la puerta en la parte baja, abrió la puerta e ingresó a la habitación, en el interior de esta se encontraban unos pequeños maleteros de color azul negro. Luego de quitarles el polvo, los abrió; en su interior simplemente encontró máscaras blancas, negras y unas que otras grises, un abrigo negro con la letra T estampada en su centro. El segundo maletero contenía folletos con fotografías de niños, hombres, mujeres y jovencitas. Las sacó y las ubicó en un costado de la cama, continuó buscando y en el fondo de esta encontró una foto de una chica de cabello castaño, ojos claros y su sonrisa era idéntica a la de... Mew.
Se giró hacia Mark y éste tomó la foto, sacó un pequeño folder manila y en el interior de este se encontraban fotografías de Mew con una X en rojo, atravesando su rostro. Fotografías de Mark, Boun, Prem, Zee y Perth. Todas éstas estaban marcadas por un número, Perth era el número uno, Zee el dos, Mark el tres, Prem el cuatro, Boun el cinco y Mew... el seis.
Gulf frunció el ceño. ¿Cómo habían podido dejar pasar por alto esto?
—Vamos a la habitación de Perth — Mark rápidamente lo siguió.
La puerta de la habitación 261 estaba arrancada de sus bisagras y partida a la mitad, en el interior de la habitación todo se encontraba en orden y por más increíble que pareciera, la maleta con las pertenencias de Perth continuaba ahí.
—¿En realidad nadie revisó toda la escena? —cuestionó Mark de forma retórica.
—Alguien de la policía lo sabía, alguien debe haber arreglado para que no le tomaran nada de importancia a la escena del crímen. — Mark se dirigió hacia la cama en la que la maleta de Perth se encontraba. Con un poco de euforia comenzó a sacar todo el contenido de esta y a extenderlo en la cama.
Gulf caminó alrededor de la habitación, revisó el baño, la cocina y la sala, el pequeño sofá individual que se encontraba ahí estaba tirado de un costado, a la salida del baño una mancha grande de sangre se había secado en el piso, frunció el ceño.
Mew estaba tardando mucho en la llamada. Pensó.
El cuerpo de la recepcionista había sido encontrado ahí. ¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Qué había estado haciendo Perth durante todo ese lapso de tiempo? ¿En la habitación? ¿Había salido?
—Pudieron haberla hecho venir hasta aquí y asesinarla de inmediato —inquirió Mark.
—Perth se encontraba en la habitación, jamás salió de ésta. — Mark y Gulf se sobresaltaron ante la llegada de Mew.
—Si se encontraba aquí, ¿por qué no escuchó el estruendo de los disparos o los gritos de las personas? — Gulf bufó.
—Las paredes no son insonoras, es imposible que estando despierto no haya escuchado nada —comentó Mark.
—¿Y qué tal si no estuvo despierto? — Los tres se miraron con duda, Mew había considerado esa posibilidad en cuanto habló con Perth en prisión.
Mark dejó caer la maleta y de la bolsa trasera de esta salió un diminuto sobre color blanco crema. El delgado jóven se inclinó para recogerlo y al abrirlo se encontró con una nota escrita a mano en una hoja de un cuaderno rayado.
¿Qué significaba aquello y quién lo había escrito?
꧁×}•{×꧂
El reloj de la prisión marcó las siete de la noche, permitiendo que la oscuridad poco a poco se apoderara de aquellas cuatro paredes. Perth y Gianni se encontraban en su celda, charlando amenamente desde sus respectivas camas.
—¿Entonces Mark sí te gusta? — Gianni bromeó, con sus brazos cruzados bajo su cabeza y una de sus piernas apoyada sobre su rodilla.
—Ehm, creo que sí — Perth sonaba nervioso pero había un apice de nerviosismo y alegría en su voz.
—¿Ni siquiera estás seguro de tus propios sentimientos? No estuvieras aquí si no hubieras decidido venir a buscarlo, no trates de engañarte a tí mismo, Perth.— Gianni se sentó en la cama.
—Temo que se culpe por ello, ha pedido verme pero me negué — El semblante del moreno decayó, tomando asiento en su cama también.
—¿Por qué?
—Porque sé que sufre y que se culpa por esto cuando en realidad de lo único de lo que lo culpo es de haber entrado tan profundamente en mí. — Las mejillas de Perth se tiñeron de carmín y de inmediato ladeó su rostro para evitar que Gianni lo observara.
—¡¡AAAAHHHH, DIOS!! El detective está enamorado — Gianni se carcajeó.
—Basta. ¡Ya basta! — Perth lo imitó en las risas pero quitándose uno de los zapatos se lo arrojó a Gianni, el zapato cumplió la misión con la que fue enviado y golpeó a Gianni en el rostro.
Aquella celda estaba llena de risas y gritos alegres, llena de una amistad que recién había florecido pero que desde ya sus raíces eran profundas.
—Perth Tanapon — Todo se detuvo en ese instante, Perth y Gianni se miraron mutuamente. —Necesito que vengas conmigo.
—¿Qué? ¿Por qué? — Aunque sus interrogantes lograron ser escuchadas por el guardia, este simplemente decidió ignorarlo.
Con un tanto de duda Perth recogió su zapato de la cama de Gianni y cuando por fin se lo colocó de nuevo se puso de pie y caminó hacia la salida de la celda. Se giró hacia atrás para ver a Gianni y sonreírle, el chico de inmediato le correspondió su gesto e incluso le hizo una seña de adiós con ambas manos.
Perth miró a su alrededor y notó como las miradas de los reos de las celdas del frente estaban fijas completamente en Gianni, aquello le pareció extraño, pero recordando que Wattana llegaría en unos minutos, sintió como su corazón suspiró aliviado. Asintió con la cabeza a Gianni por última vez antes de salir de la celda, logrando observar como el chico simplemente volvió a tumbarse en su cama.
El detective siguió al guardia en un completo silencio. Cruzaron por el pasillo al lado izquierdo para llegar al final de toda la fila de celdas, en todo el camino no pudo ignorar las miradas y sonrisas ladinas que los demás internos le dedicaban, frunció el ceño pero continuó con la vista al frente.
Giraron en el tercer pasillo a la derecha y luego de unos cuantos metros más giraron nuevamente a la izquierda, llegaron finalmente al área en el que se recibían las visitas y el guardia le indicó entrar en una pequeña cabina, Perth incluso sentía que acababa de atravesar un enorme laberinto. Pero el área de visitas se encontraba en completa soledad, ni siquiera habían guardias de turno ahí.
Sus habilidades como perfilador no habían dejado de indicarle que algo andaba mal, el sudor constante de aquel guardia, el completo silencio de todo el lugar, incluso el descubrir que habían guardias Tailandeses en prisión y que en esta ocasión habían permitido que uno de ellos lo sacase de su celda, era demasiado extraño y sobre todo sospechoso.
Incluso su corazón se sentía oprimido y acelerado, había preocupación en el aunque no descubría el motivo. Se sentía ansioso.
—¿Qué hago aquí? — El guardia ignoró su pregunta y simplemente le volvió a indicar que entrara a la cabina, pero como en la primera vez, Perth desobedeció.
—Entra de una vez. Maldita sea.
Ambos se miraron en un silencio desafiante, la mirada de Perth era intimidante y debido a esto segundos después el guardia tragó grueso. Movía rápidamente sus dedos a la vez que los golpeaba contra su macana, su pie izquierdo golpeaba el suelo en intervalos de tres segundos por golpe. Algo andaba mal.
Perth miró hacia su lado izquierdo, no había nadie, a su lado derecho, tampoco había nadie, arriba tampoco había nadie.
Aquello era una trampa
En ese mismo momento su cerebro se alumbró y su corazón le reveló la razón de su ansiedad.
—¡Gianni! — Sin esperar más tiempo comenzó a correr ignorando los elevados gritos del guardia.
Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron y en su mente solo pedía que no fuese lo que imaginaba, que su corazón se equivocara con ese mal presentimiento que lo agobiaba. Giró a la izquierda, luego a la derecha, cruzó la cocina, los baños y a medida que se acercaba más al área de las celdas, su corazón latía más frenéticamente.
—¡Detente, reo estúpido! ¡DETENTE AHORA! — El guardia corría detrás de él, pero Perth era más rápido, maldecía internamente que el guardia lo haya llevado tan lejos de su celda.
Llegó por fin al pasillo que daba inicio a las celdas y corrió aún más rápido, desde lejos divisó un círculo formado por los demás reos de la prisión, su corazón dió un vuelco a la vez que un pensamiento negativo invadía su mente.
No, por favor. Suplicaba internamente.
No se detuvo, al contrario, aumentó su velocidad. Todos los reos que formaban el círculo cubrían la entrada de su celda mientras gritaban fuertemente.
Gianni, ¿qué ocurre? Sintió preocupación se convertía en temor e ira.
—¡GIANNI!
Empujó a quienes se cruzaron en su camino para detenerlo, dos, tres, a todos los que se le atravesaron los golpeó y empujó. Al estar frente a la celda detuvo su andar y junto a este se detuvo su corazón y el tiempo a su alrededor. Sintió la adrenalina y la furia volverse un solo remolino en su interior.
Saenghtong estaba golpeando a Wattana, este último tenía el rostro cubierto de sangre y los golpes que lanzaba a Saenghtong eran solamente un intento. Perth tiró de Wattana para alejarlo del lider y de un solo golpe en el rostro hizo caer a Saenghtong.
—P-Perth — Wattana lloró mientras lo veía con sus ojos morados y llenos de sangre, sus pupilas estaban rojas, su nariz sangraba al igual que su ojo izquierdo —y-yo... no lo--
—Wattana, estás bien, estarás bien. No te esfuerces, está bien. — Wattana se deslizó de sus brazos debido a la falta de fuerza, cayendo de inmediato al suelo por más que Perth intentara sostenerlo —¡Wattana!
El moreno se giró hacia Saenghtong con intención de lanzarle un insulto y un golpe, pero su corazón se detuvo en ese momento al ver lo que no quería creer por más que estuviese frente a él. Sus manos soltaron el puño en el que se habían vuelto sus dedos al golpear a los internos y a Saenghtong, su cuerpo se volvió pesado, su labio tiritó y sus ojos liberaron las primeras lágrimas sin su permiso.
El cuerpo desnudo de Gianni yacía en el suelo, su parte trasera sangraba, la sangre corría hasta sus piernas, su cuello estaba cortado por una profunda herida y su espalda tenía moretones y arañazos. Los ojos azules de Gianni lo veían desde el piso, sin vida. El pequeño Gianni se había ido para estar junto a su hermana.
Sus ojos continuaron derramando las imparables lágrimas e incluso fuertes sollozos escaparon de su garganta. Su cabeza daba vueltas y su mente repetía una y otra vez la sonrisa que Gianni le obsequió minutos antes, incluso el recuerdo de su voz aún estaba latente y fresco en la mente de Perth.
Apretó sus puños, una ola de calor y furia atravesó por completo su cuerpo, su corazón se vistió de un rojo ardiente como el fuego y al escuchar las burlonas carcajadas de Saenghtong toda la razón abandonó su ser y la ira nubló por completo su juicio. Se giró con brusquedad hacia él y comenzó a golpearlo, sin dejarle espacio de analizar o contraatacar.
Daba un golpe tras otro y otro, Perth lloraba a la vez que golpeaba el rostro de Saenghtong. Como era de esperarse algunos trataron de entrometerse y defender a Saenghtong, pero Perth los golpeó a todos, fracturó el brazo de uno y la pierna de otro. Cerró la reja de la celda y cayó de nuevo sobre Saenghtong quien intentó lanzar un golpe pero fue en vano.
Perth golpeó su rostro y en cada golpe solo podía ver las risas de Gianni, imaginarlo en la universidad, imaginar su feliz rostro mientras recibiera su primera placa policial, en el maldito rostro de Saenghtong solo podía ver el rostro de Wattana cuando soltaba sus roncas carcajadas. Veía el rostro sonriente de Wattana junto a su hija y a su esposa que le habían sido arrebatadas, en la sangre que emanaba el rostro de Saenghtong solo podía ver pasar los momentos que vivió junto a Wattana y a Gianni. Fueron pocos días solamente, pero ellos se habían vuelto sus amigos tan pronto y con la misma prontitud le habían sido arrebatados.
Aunque Saenghtong ya había muerto, Perth continuó golpeándolo, Perth veía esa ladina sonrisa en su rostro. Su nariz ya estaba fracturada, sus labios más que reventados e incluso una parte de su cráneo se había hundido debido a una serie de puñetazos. Pero Perth no se detendría, él lo golpearía hasta que lo viera morir y por un maldito infierno que él aún lo veía sonreír.
Sus lágrimas eran inevitables y sus gritos acompañaban cada uno de sus golpes, era inevitable que sus lágrimas salieran sin control y que los recuerdos de los momentos al lado de ambos hombres se recrearan una y otra vez en su mente. Debía acabar con ese maldito que le arrebató a dos seres que en tan poco tiempo habían entrado en su corazón.
[C larga a tirarse de un puente o a ahorcarse con un espagueti.😭💔🤧]
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¿Qué dirá y de quién será la nota que encontraron en la maleta de Perth?
¿Será una prueba a favor de Perth?
Saenghtong ha muerto, ¿qué ocurrirá con Perth en la prisión a partir de hoy?
Nos leemos en el capítulo de mañana,para descubrirlo.
Hasta aquí el cap de hoy.🥺
Estoy llorando por como terminó 😭😭no se olviden de decirme en los comentarios si les gustó, siempre los leo.
Sin más que decir (porque este cap me dejó mal 😭) nos leemos mañana. Bye.🥺🤧
[Publicado: 10/09/21
Corregido: 19/06/23]
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