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Dɪ́ᴀ Tʀᴇs: Cᴀʙᴀʟʟᴇʀᴏs

Me esta naciendo el amor de antaño por el sonamy otra vez... ¿será esto el inicio de una nueva racha de sonamy's sacados de mi cabeza? Ojalá...
 
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Día Tres
"Caballeros"
 
 
 

 
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Decir que la experiencia con los piratas había cambiado su vida era quedarse a medias.
 
Sí, habían cambiado las cosas. Pero lo curioso es que, de ser un niño que evitaba todo contacto con las del género contrario, ahora estaba pasando prácticamente todos los días en compañía de una.
 
Amy se había convertido rápidamente en su mejor amiga y compañera predilecta para llevar a cabo sus aventuras tan imaginativas.
 
Por ejemplo, la tarde anterior habían jugado a las aventuras en la selva y pasaron un rato increíble fingiendo que los arbustos espinosos del jardín de la madre de Amy eran la jungla de pinchos donde el aventurero azul conseguiría las gemas preciosas.
 
Aunque un rato después hubiese terminado con espinas en lugares que no debía decir abiertamente o su mamá le lavaría la boca con jabón.
 
Aún así todos esos juegos eran divertidos y le gustaban mucho más de lo que hubiese podido imaginar.
 
Amy era una niña muy agradable y divertida; todo lo opuesto a lo que el pensaba en un inicio.
 
La pasaban bien y estaba convencido de no haberse equivocado al hacerla su amiga.
 
−Entonces, ¿cómo van las cosas entre tu pequeña amiga y tu?−Pregunto su padre en medio de la cena y le codeó suavemente−tu madre dice que pasas mucho tiempo con ella−.
 
El tono que utilizó le hizo ruborizarse suavemente. ¿Ahora también su papá estaba insinuando tonterías? Amy era su amiga y le caía bien, pero no significaba que quería que fuese su novia.
 
Su mamá y la señora Rose eran demasiado insistentes y molestas con la idea de ser "consuegras" en un futuro.
 
 
−Es solo mi amiga, papá−respondió apenado y sus padres soltaron unas risillas burlescas.
 
Ya se les estaba haciendo una rutina fastidiarle con el tema.
 
−¿Una amiga?−dejó el tenedor a un lado y lo miró directamente, apenándolo−Tu madre dice que hoy hiciste algo muy caballeroso por ella en el parque−.
 
Escandalizado por la sola mención del incidente, el pequeño Sonic dejó de ingerir sus alimentos y miró horrorizado a sus padres quienes estaban demasiado entretenidos con el asunto de ponerlo incómodo.
 
Lo sucedido en el parque no tenía nada de romántico ni caballeroso; solo había actuado según las circunstancias y ayudó a su amiga a salir de un problema, como lo hubiese hecho con Knuckles o con cualquier otro niño que no pudiese defenderse.
 
−Solo fue suerte, ¿sí?−trato de restarle importancia al asunto, aunque los adultos no estaban dispuestos a dejar de lado el tema.
 
Que hubiese sido un buen amigo al parecer era sinónimo de que estaba enamorado de Amy.
 
Que horror...
 
¿Desde cuando ser un buen chico era estar enamorado?
 
−Nuestro pequeño ha encontrado el amor, Jules−su madre seguía fastidiando con ese asunto−Ya puedo imaginar a la pequeña Amy en el altar dentro de unos años más−su rostro se iluminaba ante la sola mención para desgracia del pequeño que ni en sus peores pesadillas había pensado en casarse.
 
No quería nada de eso...
 
¡Ni siquiera había perdido todos sus dientes de leche! ¿Por qué sus padres estaban tan insistentes con ese asunto?
 
Sí, apreciaba a Amy, eran amigos. Pero no tenía intenciones de tener novia ni ninguna de esas cursis que decían los adultos, el no quería casarse ni hacer cosas cursis como hacían sus papás.
 
Tampoco quería bebés como decía el padre de Knuckles.
 
Tan solo quería ser un niño y seguir jugando a la jungla y los piratas sin que sus papás lo fastidiaran con eso.
 
−¿Puedes imaginarlo, Jules?−seguía la mujer y Sonic no pudo soportarlo más.
 
−¡AMY NO ES MI NOVIA!−Chilló molesto−Solo somos amigos, no me gusta y no me gustará nunca−dictaminó para retirarse de la mesa sin terminar de cenar.
 
Las risas cesaron y sus padres entendieron que quizá se habían pasado un poco de la raya con tanta insistencia.
 
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A solas en su habitación y con medio estómago vacío el pequeño Sonic se permitió refunfuñar con libertad.
 
Sus papás se habían pasado de la raya esta vez y estaba en extremo molesto por como habían terminado las cosas durante la cena.
 
Sí bien era cierto que esa tarde en el parque había cometido una "acción heroica" hacía Amy y la había ayudado a liberarse de alguien que la estaba fastidiando, no significaba nada salvo que era un buen amigo.
 
Que le preocupara la pequeña y tierna Amy no era una razón suficiente para decir que le gustaba.
 
Era linda, divertida y cocinaba muy rico.
 
¡Pero vamos! Él sólo tenía cinco años y pensar en cosas de adultos lo estresaba.
 
Abatido ante la sola idea de que sus padres tuviesen razón y que de verdad tendría que hacer de Amy su novia, pensó que lo mejor que podía hacer era dormir.
 
Se puso la pijama y se recostó en su cama mirando hacia el techo, reflexionando.
 
Le daba una y mil vueltas al asunto y seguía sin entender cómo es que sus padres y los demás adultos podían seguir insistiendo en que ellos dos hacían "bonita pareja".
 
Era raro y si se lo preguntaban, incluso le parecía muy molesto. Ambos eran un par de niños y no tenían tiempo ni cabeza para esas cosas.
 
Aunque por otro lado, no podía dejar de lado que Amy le parecía una niña linda. Tenía unos bonitos ojos verdes y las pestañas bien risadas.
 
Era bonita en toda la expresión de lo que conocía de la palabra y eso no podía sacarlo de su mente.
 
¿Estaba mal que la considerara bonita? No lo tenía claro, pero era más que obvio que no podía decirlo abiertamente porque sus padres no le dejarían olvidarlo.
 
Se giró a la izquierda y observó el dibujo que Amy le había entregado el primer día en que se conocieron. Mucho había cambiado desde ese día.
 
Era raro, pero le gustaba estar con ella. Y aunque no podía entender que significaba eso, seguiría siendo su amigo.
 
La puerta de su habitación se abrió suavemente dejando asomar a su madre quien entro con paso sigiloso y se sentó a la orilla de la cama, justo a sus pies.
 
−Lo siento cariño, no queríamos hacerte enojar−se disculpó la fémina acariciando su cabeza−Es solo que nos emociona que tengas una amiguita tan cercana y tan linda−.
 
No muy convencido, el pequeño suspiro de manera sonora y miró a su mamá con una mueca de disgusto.
 
−No es gracioso−reiteró−Sólo somos amigos−.
 
Aleena sabía en el fondo que quizá el pequeño tenía razón y que era momento de dejar la broma de lado.
 
−De acuerdo cariño, tu ganas−puso una mano en su pecho simulando un juramento−Prometo que ya no vamos a fastidiarte con ese tema−Sonriente afirmó−Aunque tengo que confesarte que ustedes dos me recuerdan a tu padre y a mí a su edad−confesó.
 
Eso era algo nuevo para él. No tenía ni idea de que sus padres tuviesen tanto tiempo de conocerse.
 
Intrigado ante las palabras de su madre decidió cuestionar un poco más a fondo sobre el tema.
 
−¿Por qué?−.
 
Recordar era algo bonito y aunque muchas primaveras habían pasado desde que ella y su esposo habían sido unos infantes aún podía recordar cuando lo conoció una tarde de verano y como a su corta edad había quedado profundamente enamorada del muchachito que no era muy distinto en esencia a su pequeño hijo.
 
Se sentía identificada ante tales paralelismos y de uno u otro modo pensar que en algunos años pudiese repetirse una historia similar la llenaba de emoción.
 
−Digamos que... −se tomó unos segundos para elegir las palabras adecuadas−Que tu padre ha sido mi caballero y príncipe azul desde que lo conocí y bueno, tu te le pareces mucho y no puedo evitar pensar en una mini yo cada que veo a Amy−.
 
Sí, los adultos eran muy raros...
 
−No entiendo...−
 
La cara de confusión en el rostro de su hijo le llenó de ternura. No estaba listo para estos temas según podía notar.
 
−No es nada, tesoro... lo sabrás cuando seas mayor−finalizó depositando un beso en su frente y saliendo de la habitación.
 
Odiaba cuando sus padres usaban la excusa de "cuando seas mayor" el no era un bebé, podía entender muchas cosas si se las explicaban bien.
 
¿Por qué sus padres seguían creyendo que no era capaz de entender? Hablar de caballeros, príncipes y princesas le parecía algo medio cursi y simplón, pero luego de considerarlo un rato creyó que sería una buena aventura para vivir en el parque.
 
Dejando de lado todas las cosas cursis podía jugar con Amy y Knuckles toda la tarde.
 
Soltó un suspiro de cansancio y cerró los ojos dejando que Morfeo hiciese su trabajo.
 
Mañana sería otro día...
 
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Cuando despertó por la mañana tomó un desayuno ligero y se vistió rápidamente para pedirle a su mamá que le llevase a casa de Knuckles.
 
Si llegaban temprano al parque ganarían las mejores áreas para jugar y cumplir su aventura. Tomó su mochila llena de juguetes y salió detrás de su madre con rumbo a la calle.
 
Era una mañana calurosa, los autos pasaban y aquellos quienes se cruzaban en su camino le saludaban con un buenos días. Todo parecía tan normal y corriente.
 
Cuando llegó a casa de Knuckles fueron recibidos por su madre quien les saludo entre prisas pues estaba próxima a irse a su trabajo.
 
−Tengan cuidado−Les dijo antes de irse y se perdió entre la lejanía.
 
Un ratito después, el perezoso y cabeza hueca del Equidna salió de su casa con una cara adormilada y muchos bostezos acompañándolo.
 
−Viejo, es muy temprano−se quejo el chico, quien hubiese preferido seguir durmiendo.
 
−Oh vamos, no seas tan perezoso, rojito... ¡es un día muy genial y perfecto! −Estaba particularmente emocionado y se notaba.
 
−Sí claro, el gran Blue quiere ver a su novia desde temprano−refunfuñó entre burlas el chico y Sonic solo le fulminó con la mirada.
 
Durante el trayecto compartían temas sin mucho sentido, bromas, golpes y demás tonterías que disfrutaban cada que se veían. Frente al parque, a unos cuantos metros logró divisar el auto de la chica rosa quien bajaba torpemente acompañada de su hermano mayor.
 
Apresuró el paso para darle alcance, frente a frente los cuatro se observaron y solo tres de ellos dijeron un "buenos días".
 
−Voy a estar sentado allá, hazme saber si necesitas algo−Dijo Shadow a su hermana menor y se dirigió hasta una banca a tomar su desayuno.
 
Ahora a solas con sus dos mejores amigos en el mundo Sonic sonrió confiado.
 
−¡Juguemos a algo!−dijo dando un salto−¡Los caballeros de la corte del rey Arturo!−.
 
Knuckles y Amy le observaron sin entender que acababa de decir.
 
−¿Corte de quién?−Fue el chico quien manifestó su ignorancia−¿Qué es eso?−.
 
Ladinamente, el chico explicó.
 
−Sir Gawain, es mi deber informarle que el reino corre peligro, una gran amenaza está por azotar nuestras tierras−Dirigió su mirada hasta Shadow quien estaba ajeno a su plática−Sir Lancelot ha sido poseído por el demonio de la pubertad−el rostro tétrico que tenía, incomodó a sus amigos−Y me temó que quiere llevarse a su alteza, Nimue−Finalizó su discurso y sus amigos lo observaron.
 
−Entonces, ¿Cómo salvamos a la dama?−Cuestionó, entrando en el personaje.
 
 Con pasos firmes, caminó al lado contrario y con un gesto dramático continuó.
 
−Me temo que debemos proteger a nuestra dama del lago−miro a Amy haciéndole señas de que debía actuar−Oh querida Dama, ¿qué destino nos depara?−.
 
Fingió ser poeta y entre risillas infantiles comenzaron a correr de un lado a otro dejando que su imaginación se echara a volar.
 
Corrían y brincaban, de aquí para allá pues era muy divertido fastidiar a Shadow quien intentaba comerse un sándwich con tranquilidad.
 
Entre risas y peleas con baras que simulaban ser espadas, un golpe fue a dar directo a su frente haciéndole caer de bruces contra el suelo.
 
−¡Sir Sonic!−dijo la mini dama preocupada−¿se encuentra usted bien?−.
 
Aunque aturdido y un poco adolorido, asintió, gallardo como era de esperarse.
 
−Estoy bien, my lady−fingió que no le dolía y se puso de pie, disimulando las punzaciones en su frente−Oh... miserable traidor−señaló a Knuckles−me has atacado a traición.
 
Mientras los chicos seguían con su batalla, pensó que quizá si recolectaba algunas flores bonitas podría hacerle una corona a Sonic y hacerlo sentir mejor.
 
Caminó unos pasos hasta el área de jardineras del parque y tomó unas cuantas flores silvestres que pensó le gustarían a su amigo.
 
De muchos colores le haría una corona que le quedaría muy bonita.
 
Rosa, violeta, amarillo, blanco. Había muchas flores para escoger.
 
−Esta es linda−dijo tarareando−Esta también−.
 
Estaba concentrada en su actividad, pensando en la cara que pondría Sonic cuando le diera su nueva corona que no notó que era observada por alguien que no parecía de buen humor.
 
Con pasos fuertes y estridentes se aproximó a la pequeña y la observó con desagrado.
 
−¿Otra vez aquí, chicle rosado?−Habló el adolescente malhumorado y la señaló con el dedo−¿qué no les dije a ti y a tu tonto amigo que no los quería jugueteando en mi parque?−.
 
Ese sujeto la miraba y señalaba con sus largos y feos dedos, asustándola. Era muy alto y delgado, con una mirada de matón que podría asustar a cualquiera, en especial si se era alguien de cinco años que no sabía como actuar.
 
−Y-yo−.
 
−Y encima te atreves a responder−le arrebató las flores de entre sus manos y las tiró al suelo pisoteándolas−Las ratas como ustedes no deberían salir de sus madrigueras−Continuó burlándose.
 
Sin saber como reaccionar, poco a poco los ojitos verdes de la pequeña se llenaron de lágrimas al ver sus flores tiradas en el suelo.
 
Ya no podría darle la corona a Sonic y eso la ponía muy triste.
 
−Y ahora la rata bebé rosada quiere llorar−seguía burlándose mientras más lágrimas salían de los ojos de la pequeña.
 
A lo lejos, mientras el par de amigos jugaban, el llanto de la pequeña de hizo audible para el cobalto quien, cesó sus movimientos para buscar con la mirada a su pequeña amiga.
 
A lo lejos pudo observar a Amy llorar y a la derecha a ese adolescente malvibroso del día anterior.
 
No le gustaban las injusticias, mucho menos si involucraban a quienes le importaban.
 
Avanzó con paso rápido hasta donde la pequeña se encontraba y empujó al sujeto con todas las fuerzas que pudo reunir.
 
−¡Déjala en paz!−Le gritó, haciéndolo caer debido a la fuerza y la sorpresa de la acción.
 
El tipo de nombre Zazz solo soltó una carcajada que incomodó a ambos pequeños.
 
−Mira nada más, tenemos a un héroe−se burló, poniéndose pie−¿Quieres un ojo morado, o tal vez los dos?−sujetándole del cuello, le mostraba sus sucios y desalineados dientes pestilentes.
 
Era difícil respirar, pero no dejaría que ningún malvado le hiciera daño a sus amigos; el era Sir Sonic, el protector de los inocentes y las causas justas.
 
Aunque le pusieran un ojo morado y su mamá no estuviese para salvarle el trasero como el día anterior.
 
Zazz estaba mas que dispuesto a partirle la cara a un niño pequeño, con un puño levantado en posición de ataque, Sonic cerró los ojos para esperar el golpe.
 
−Deja a Sonikku en paz−Chilló la pequeña furiosa y asustada lanzándose a la espalda del malandrín, halando su cabeza y picándole los ojos.
 
Cayó de espaldas contra el suelo observando incrédulo lo que estaba sucediendo. Amy en la espalda de Zazz, golpeándolo con todas las fuerzas que tenía, mientras el tipo intentaba quitársela de encima sin mucho éxito.
 
−Malditas ratas−se quejaba desesperado y luego del tercer intento, Amy cayó al suelo también.
 
Estaba furioso; ese par de mocosos se habían atrevido a burlarse de él y pagarían caro por su insolencia.
 
Con ambos puños fuertemente cerrados y dispuesto a atacar a dos niños inocentes, se aproximo hasta ellos para asestarles un fuerte golpe que, para fortuna de los menores no llegó.
 
−Hey tu, idiota−Shadow apareció frente a ellos, interponiéndose entre los pequeños y el golpe−No te metas con mi hermana y su amigo el idiota−.
 
Podía escuchar a Shadow discutir con ese tipo tan raro; ninguno de los tenía intenciones de ceder, así que se pregunto quien podría ganar esa pelea.
 
−Tu no me dices que hacer rata−Furioso, el tipo lanzo un golpe que fue esquivado con facilidad por el moreno.
 
−Mi turno−respondió, sarcástico y de un golpe en el rostro le caer al suelo, incapaz de seguir peleando−Si me entero que has vuelto a molestar a mi hermana, el próximo te dejará sin descendencia−le amenazó.
 
Dejando al tipo retorciéndose dolor; el trío se alejó de ahí.
 
−Cielos viejo, eso fue intenso−Knuckles se unió a la plática, levemente asustado
−Será mejor irnos a casa Blue, has tenido muchas emociones por hoy−.
 
−Estoy de acuerdo−Shadow secundó el comentario−Es hora de ir a casa−le hizo señas a la pequeña para que le siguiera y ella asintió.
 
−Nos vemos pronto, Sir Gawain−Hizo una reverencia y Knuckles le imitó−Sir Sonic, gracias por salvarme de ese malvado hechicero−se acercó hasta el caballero y le otorgó un suave besito en la mejilla−Nos veremos en otra ocasión−se despidió la chiquilla dejando sin palabras al chico.
 
Knuckles quien había observado toda la escena no pudo evitar echarse a reír ante la cara de sorpresa que Sonic tenía en el rostro.
 
Era como si hubiese visto un fantasma o algo así.
 
−Viejo, deberías ver tu cara−seguía riendo a carcajadas−¡Sonic tiene novia, Sonic tiene novia!−.
 
Se burlaba su amigo y seguía en shock. Amy le había besado en la mejilla y esta le ardía.
 
¿Tenía fiebre a caso?
 
No tenía ni la menor idea de que estaba sucediendo, pero una cosa si tenía muy en claro, no volvería a jugar a los caballeros con Amy en un tiempo...
 
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FIN.
Se cuidan y gracias por leerme.
Atte.
Gri.
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