❲ Christopher ❳

Disfrutaré y atesoraré tanto este momento justo como lo he hecho con todos los momentos que pasé junto a Lee Minho hace un año atrás. No hay duda de que nuestro amor verdadero nos ayudará a superar todos los obstáculos que su padre decida ponernos con el objetivo de separarnos. Yo estoy dispuesto a hacer hasta lo imposible con tal de tenerlo a mi lado para amarlo y cuidarlo justo como se merece.

—Eres tan hermoso, bebé— gruñí, trazando el caparazón de la oreja de Minho con mi lengua. —Me gusta todo de ti. Tus ojos, tu nariz, tu sonrisa, tu voz, tu cuerpo, tu personalidad... Todo en ti es perfecto para mí—. Mientras hablaba, puntuaba cada palabra con un beso mordaz a lo largo del cuello de Minho, las protuberancias de su columna y su cadera. Minho no respondió, simplemente se aferró a la sábana, respirando entrecortadamente. Presioné un beso entre sus omoplatos y bajé las caderas, frotando mi miembro contra el trasero del pelirrubio mientras le preguntaba con tono ronco—: ¿Ves lo que le provocas a daddy? ¿Ves lo duro que me pones?

—Por favor, daddy.

Reprimí un gruñido mientras apretaba mi erección contra Minho. —¿Quieres ser bueno para mí, ¿no es así, bebé?

—Sí, daddy— dijo Minho entre sollozos que son la gloria para mí.

Le di un tierno beso en la sien antes de decirle—: Entonces relájate, bebé. Quiero saborearte por completo.

Minho pareció derretirse, sus manos se aflojaron de su agarre mortal mientras yo tomaba asiento sobre mis pies, tomándome un momento para mirar la atractiva, sensual y seductora imagen que Minho me está presentando. Después de unos segundos, dejé que mis dedos provocaran los tobillos de Minho, la parte posterior de las rodillas y la parte interna de sus hermoso mulsos —que me vuelven locos— antes de levantar las caderas del pelirrubio y abrirlo de piernas. Me incliné hacia él, dejando que mi respiración se extendiera por el estrecho y pequeño agujero de Minho.

—¿Es esto lo que quieres? ¿Mi boca sobre ti?

Minho arqueó la espalda, empujando su trasero más alto mientras me pedí—: Por favor, daddy.

—Dilo de nuevo— le ordené antes de inclinarme para morderle las nalgas.

—Por favor, daddy— gimió Minho —Hazme tuyo.

Me incliné hacia delante, pasando la parte plana de mi lengua sobre el apretado agujero fruncido de Minho y este gimió, empujándose hacia atrás sobre mi cara. No dudé en mantenerlo en su lugar, mordisqueando, lamiendo y chupando hasta que Minho se convirtió en un desastre sollozante y tembloroso debajo de mí.

Metí las manos entre las piernas de Minho, envolviendo mi puño alrededor del miembro del pelirrubio, trabajándolo lentamente hasta que balbuceó—: Necesito más, Christopher.

Mi miembro goteó al oír mi nombre en la lengua de Minho. Gruñí, apuñalando mi lengua contra el codicioso agujero de Minho, sintiendo que cedía solo un poco. Y entonces, tomé el lubricante de la mesa. —Daddy se hará cargo de su bebé—. Me cubrí los dedos con el líquido y después, procedí a masajear el agujero de Minho con mi pulgar, aplicando presión, pero no lo suficiente para penetrarlo.

Presioné mi pulgar más allá del primer anillo apretado del músculo. Minho seseó, su cuerpo se tensó logrando apretar mi dedo con fuerza. «Jodida mierda. Se siente tan bien», pensé mientras frotaba círculos en la cadera de Minho hasta que su cuerpo se adaptó por completo a la invasión menor. Y una vez que se relajó, no dudé en presionar más allá. No hay duda de que podría correrme con tan solo ver como mi dedo desaparece entrando y saliendo del cuerpo de Minho, pero quiero que ambos lo disfrutemos al máximo y lleguemos juntos a nuestra liberación.

Tomé el miembro de Minho en la mano una vez más, haciendo que su suave erección volviera a endurecerse. El peligris no dudó en frotarse en mi puño y lo permití sin problema alguno. Saqué mi pulgar y lo remplace con mi dedo, sondeando más profundamente hasta que encontré la próstata de Minho, aplicando presión sobre la glándula esponjosa.

—¡Mierda! Oh, mierda. No pares, por favor— me pidió entre gemidos mientras empujaba sus caderas hacia atrás en busca de mi dedo y hacia delante en busca de mi mano que se encuentra masajeando su miembro. Cuando Minho liberó mi dedo, presioné dos de vuelta hacia adentro.

Minho no detuvo su ritmo desesperado mientras perseguía su orgasmo. Deseo tanto liberar mis dedos para conducir mi miembro hacia el estrecho canal de Minho hasta correrme dentro de él, pero debía encargarme de satisfacer primero al pelirrubio. Y entonces, le pedí con tono ronco—: Córrete para daddy, bebé.

El ruido que hizo Minho fue algo entre un chillido y un grito mientras su cuerpo se estremecía y su semen salpicaba la sábana de abajo. Después, se derrumbó en la cama, enterrando su rostro en la almohada y sus hombros no paraban de temblar. —Lo hiciste tan bien, bebé.

«Nunca tendré suficiente de Lee Minho», pensé mientras bañaba mi miembro en lubricante y después, la froté entre las nalgas de Minho hasta que la cabeza se ajustó contra la entrada.

—¿Estás listo para esto, bebé? — le pregunté después de darle un tierno beso en su hombro desnudo.

—Sí... ¡Hazlo ya! — me exigió.

Me presioné hacia delante antes de que Minho terminara de hablar, me hundí en el apretado agujero del pelirrubio que me recibió sin problema alguno. Y después de quedarme inmóvil durante unos segundos, sentí el cuerpo de Minho adaptarse a mi alrededor.