❲ Christopher ❳

—Te extrañé tanto— confesé mientras acariciaba el perfecto cuerpo desnudo de Minho. No dudamos en arrancarnos la ropa tan pronto entramos a su departamento puesto que ambos nos necesitamos. He extrañado cada parte de su cuerpo contra el mío y he deseado tanto estar unido a él durante todo este largo año de separación.

La verdad es que deseo tanto llevarme a Minho lejos para poder disfrutar por completo de la compañía y amor que ambos sentimos uno por el otro. Minho me pertenece y yo, le pertenezco a él, sin embargo, los dos somos unos estúpidos que tienen miedo de hablar con la verdad porque todo podría arruinarse por completo.

Afortunadamente, el amigo de Minho tomó prestado el auto y se fue solito a su casa por lo que usamos mi auto para venir directamente a su departamento. Sinceramente, creí que estaba saliendo con esa chico y me sentí demasiado celoso, sin embargo, no fue nada más que una tonta jugada de mi cerebro pues le encanta hacerme perder la cabeza justo como Lee Minho.

Me separé de Minho unos segundos para admirar su cuerpo que había extrañado demasiado y no me canso de decirlo. Y sin pensarlo dos veces, llevé mis labios a su pecho y comencé a besarle son suavidad y delicadeza que hizo suspirar a Minho.

—¿Qué estás esperando para dar inicio a la verdadera acción? — me preguntó Minho.

—Había olvidado que careces de paciencia— me quejé falsamente mientras me ponía sobre él. Y sin perder más el tiempo, abrí las piernas del pelirrubio para poder acomodar mi cuerpo sobre él y así, será más fácil rozar nuestras erecciones suavemente.

Bajé por su pecho hasta que pude chupar uno de sus pezones. Minho gimió y puso las manos en mi cabello para acercarme más a él y entonces, bajó la mano alcanzando mi miembro y lo acarició con suavidad justo como a mí me gusta.

—Bebé, si continúas haciendo eso me voy a correr antes de empezar con la verdadera acción— dije con voz ronca.

El pelirrubio sonrió con picardía antes de retirar su mano. —Entendido, daddy.

—¿Me quiere tener dentro, bebé? — le pregunté con voz ronca en su oído y el cuerpo de Minho tembló por completo a modo de respuesta silenciosa, pero bastante clara.

—Eso ha sido un sí para mí— dije antes de llevarme los dedos a la boca y después hacia su trasero y lo penetré suavemente con un dedo.

—Aaah... — casi gritó de placer mientras se empujaba más hacia mi mano en busca de más contacto. —Christopher...

—¿Te gusta esto, bebé?

—Sí— murmuró. Y no dudó en decir—: Las herramientas necesarias están en esa mesa.

No puedo negar que me encantaría gritar de alegría pues había soñado durante tanto tiempo tenerlo conmigo de nuevo; deseaba sentir su cuerpo, besos, caricias y por supuesto, quería tanto estar en su interior. El amor que he sentido por él no ha parado de aumentar con cada segundo que transcurre y sé que no debería hacerlo, pero deseo tanto confesárselo.

De pronto, Minho me abrazó y se corrió.

—Lo siento, estaba demasiado excitado— se disculpó.

Lo besé antes de decir—: Eso me hace sentir más excitado.

Comencé a penetrarlo suavemente y no dudé en tocarlo en todos los puntos de su cuerpo que lo hacen sentir excitado. Minho no dudó en levantar sus caderas para encontrarse en cada empuje. Y sorpresivamente, logré tocar su próstata pues gritó y después, su cuerpo comenzó a retorcerse de placer mientras gemía.

—Estoy al borde— le dije a Minho con voz ronca. —Si sigues moviéndote de esa manera, me correré también.

—Hazlo. Córrete para mí— me pidió.

—Solo si te corres conmigo.

—Christopher... — alcanzó a gritar explotando nuevamente. —Te amo tanto.

La sorpresa me abofeteó con fuerza al escuchar las palabras de Minho puesto que nunca esperé que fuera a decir eso y sin poder evitarlo, me corrí como nunca lo había hecho, sin embargo, no fui capaz de confesarle que también lo amo por temor a que pude haber escuchado mal.