❲ Christopher ❳

Amé cada segundo que pasé con Minho en la biblioteca y no puedo negarlo. Y a pesar de que sentía temor, no pude evitar disfrutar por completo el momento pues fue la primera vez que hacía algo tan descarado dentro de las instalaciones de la universidad y lo mejor de todo es que Minho estuvo involucrado. Desearía que él fuera mío y de nadie más, pero no puedo pedírselo puesto que él ya tiene alguien más en mente y debo respetarlo; sé que es una completa tontería el hecho de haber aceptado tener encuentros casuales con él, pero sentí que era la única oportunidad que tenía para estar a su lado y no pude evitar aceptarla.

Durante el tiempo que he estado con Minho lo he besado, acariciado, lamido y chupado cada parte de su cuerpo que puedo visualizarlo hasta con los ojos cerrados. No hay duda de que me encuentro bastante jodido. Cada minuto que paso con Minho es maravilloso y tengo la certeza de que no encontraré a nadie más que pueda reemplazar al pelirrubio.

Mi amor por Minho ha ido en aumento a pesar de tener muy claro que lo nuestro no es nada formal. Al darme cuenta de mis pensamientos abrumadores, bajé la vista con el objetivo de mirar a Minho a los ojos pues si eso sucedía, no dudaría en declararle mi amor. 

—¿Estás bien? — me preguntó Minho después de darle un sorbo a su refresco.

—Sí— respondí y no dudé en agregar una pequeña mentira. —Es solo que estoy un poco cansado por todos los proyectos que debo entregar a finales de mes.

—Tengo la certeza de que obtendrás buenas notas porque eres muy inteligente.

Si fuera inteligente, no hubiera aceptado tener encuentros casuales contigo.

—Por cierto— continuó hablando Minho —¿Alguna vez le has roto el corazón a alguien?

No puedo negar que su pregunta me ha tomado por sorpresa y al parecer, él se enteró de ello pues soltó una risita.

—No, nunca— respondí.

Minho entrecerró los ojos antes de decir—: No te creo.

—Ese no es mi problema— dije tras encogerme de hombros.

—¿Te gustaría ir a otro lugar?

—¿A qué otro lugar?

—No sé— respondió. —¿Qué te parece si vamos al cine?

—Sí... ¡No! — me fue inevitable exclamar. —No iré contigo al cine.

—¿Por qué no?

—Tengo la certeza de que intentarás hacer algo pervertido durante la función.

Minho soltó una estruendosa carcajada que me hizo rodar los ojos.

—Ah, me conoces tan bien.

—Lo pude detectar en tu mirada.

—Como sea— murmuró. —¿Entonces? ¿Que deberíamos de hacer?

—Yo tengo que acabar un proyecto esta noche por lo que no tengo mucho tiempo libre...

—En ese caso, ¿por qué no vamos a tu departamento?

Me gusta pasar tiempo con él, pero sé que no podré hacer nada más que besarlo y acariciarlo mientras se encuentre conmigo en el departamento.

—Está bien— dije mientras me ponía de pie.

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Miré hacia Minho y sonreí con ternura al verle recostado sobre el sofá. Tan pronto llegamos al departamento, él fue directamente al sofá, se recostó y se quedó profundamente dormido. Sinceramente, agradezco demasiado que se haya dormido porque de lo contrario, no hubiera logrado acabar mi proyecto. De pronto, mi celular comenzó a vibrar y no tuve más opción que responder la llamada al ver el nombre del contacto en la pantalla.

—¿En dónde estás? — me preguntó mi hermana del otro lado de la línea.

—En mi departamento— respondí en voz baja para evitar despertar a Minho. —¿Qué pasa?

—Te he llamado para preguntarte si deseas agregar a alguien más a lista de invitados de tu cumpleaños.

—No. Los invitados de siempre están bien. 

—¿Seguro? ¿No estás saliendo con nadie?

—No, sigo estando soltero— respondí.

Mi hermana soltó una risita antes de decir—: No te creo.

Miré hacia Minho y dije con tono serio—: Créeme, no me gusta nadie y tampoco tengo pareja.

Evidentemente, no voy a contarle sobre Minho porque mi hermana no dudaría en darme une bofetada a causa de la tontería que hecho al aceptar tener encuentros casuales con el chico que me gusta mientras él se encuentra profundamente enamorado de otra persona.