❲ Minho ❳

Quiero volver a estar con Christopher. Necesito tenerlo conmigo para poder disfrutar cada segundo a su lado. Deseo estar entre sus brazos mientras me hace suyo. Y sé que es un completo error, pero no puedo parar de pensar en él y en todo lo que hemos hecho puesto que me gustaría repetirlo una y otra vez. Mierda, somos amigos, pero no puedo detener el deseo de acostarme con él cada vez que lo veo.

Salí de la ducha y fui a mi habitación. Y sin poder evitarlo, llevé mis dedos a mi ano y me masturbé una vez más; cerré mis ojos e imaginé que es Christopher el que me está penetrando y no mis dedos. Y después de unos minutos, me corrí de nuevo y me sentí tan patético puesto que deseo tener al pelinegro conmigo.

Me puse la toalla alrededor de la cintura y cuando estaba a punto de cepillarme el cabello, el timbre se escuchó por todo el departamento por lo que, de mala gana, me dirigí hasta la puerta y sin pensarlo dos veces, la abrí.

Maldita sea. Christopher se ve tan guapo y relajado mientras que yo me encuentro bastante caliente.

—¿Sucedió algo? — le pregunté cuando nuestras miradas se encontraron.

El pelinegro dio un paso hacía a mí y me dio un beso envuelto en pasión que me hizo sentir excitado de nuevo; sus deliciosos labios me hacen sentir tan jodidamente bien y no pude evitar abrir la boca para dejar que su lengua se metiera e iniciara con el proceso de exploración. Christopher cerró la puerta con una patada y después, me abrazó; bajó sus manos hasta mi cadera y acarició con suavidad dicha zona.

La toalla se encuentra sobre el suelo y mi cuerpo está completamente desnudo ante mi amigo. Caminamos juntos directo al dormitorio mientras nos besábamos y acariciábamos. Y mientras nos dirigíamos a la habitación, no dudé en sacarle toda la ropa a Christopher debido a que me encanta verle desnudo ya que su cuerpo es una jodida obra de arte.

Caímos en la cama y no pude evitar admitir—: Me sentí tan jodidamente excitado cuando te vi vistiendo un traje.

Christopher enarcó la ceja antes de preguntar—: ¿En serio?

—Es bastante tonto, lo sé— me reí.

El pelinegro llevó su mano a mi rostro y pasó su dedo pulgar sobre mis labios y sin despegar la mirada de la mía, dijo con tono ronco—: Te haré sentir tan jodidamente bien.

—¿Y qué estas esperando? — le pregunté con tono pícaro.

Christopher aceró sus labios a los míos y dio inicio a un suave beso mientras me acariciaba el pene.

—Oh por Dios. Te necesito tanto, Chris— murmuré.

—Y yo a ti, Minho— dijo.

Señalé hacia la mesa de noche y Christopher entendió a la perfección pues no dudó en estirarse para tomar el lubricante que había comprado para ocasiones especiales. Justo como esta pues me gusta estar preparado para todo.

Christopher colocó una generosa cantidad de lubricante en sus dedos y los llevó directamente a mi agujero; introdujo suavemente un dedo tratando de no lastimarme y su dedo casi fue succionado por mi agujero a causa de que ya me encuentro dilatado y más que listo para tenerlo dentro de mí.

—Me masturbé pensando en ti— admití.

—¿Debería castigarte por tocarte sin mi autorización? — me preguntó con tono ronco mientras empujaba más sus dedos en mi interior.

—Yo... ¡Ah! — gemí al sentir tres dedos en mi interior e inevitablemente, levanté las caderas.

Christopher sacó sus dedos y me sentí tan vacío, sin embargo, debía ser paciente. El pelinegro se levantó de la cama y fue hacia su pantalón por un condón; abrió el envoltorio y se lo colocó. Después, procedió a ponerse lubricante en su excitado pene y me sentí más caliente porque sé que lo mejor se acerca.

Me apoyé sobre mis manos y rodillas mientras esperaba por Christopher.

—¿Estás listo para mí, bebé? — me preguntó tras darme un nalgada que me hizo soltar un gemido. 

—Sí— logré responder. No tengo duda de que siempre estaré listo para él.

Christopher se inclinó y me besó en la espalda. Se colocó entre mis piernas y me penetró lentamente.