❲ Christopher ❳

Por supuesto que me siento bastante bien al lado de Minho, pero no puedo evitar recordarme que esto no es nada más que parte de las lecciones que me ha pedido mi amigo para poder satisfacer al chico que en verdad le gusta. Involuntariamente, me tensé al recordar dicha información y me separé de Minho. Sinceramente, no estoy preparado para superar esta situación con facilidad pues estúpidamente, me entregué por completo a Minho sabiendo que él no está interesado en mí.

Esto no es nada más que sexo por lo que no debo esperar algo más que un agradecimiento por parte de mi amigo puesto que le he dado la lección que tanto deseaba tener. Cada gemido, caricia, beso y sonrisa que le regaló Minho durante el acto, fueron directamente a mi corazón y sé que será muy difícil eliminarlos porque me gusta demasiado ese chico de hermosa sonrisa que tiene apariencia de tierno conejito, pero que en verdad es un lobo.

Minho llevó sus manos a mi espalda e intentó acariciarme con suavidad, sin embargo, me incorporé de un salto antes de que eso sucediera. Me giré hacia él y le regalé una sonrisa antes de decir—: Debo encargarme de todo esto.

Tan pronto volví a la habitación, me acerqué a Minho y le entregué una toalla húmeda para que pudiera limpiarse y así lo hizo.

—Preferiría una ducha— bromeó mientras se limpiaba.

—Después.

—Gracias por ayudarme, Christopher— me dijo tan pronto nuestras miradas se encontraron.

Sonreí antes de decirle—: No hay nada que agradecer.

—Agradezco tenerte como amigo— admitió. —Eres una persona que aprecio y quiero demasiado, ¿sabes?

Lee Minho, no puedo negar que me duele demasiado lo que estás diciendo porque evidentemente, piensas en mí como tu amigo y nada más que eso. No hay duda, tengo que superar lo que siento por él para poder continuar siendo su amigo porque de lo contrario, no podré evitar arrastrarlo a mi cama para hacerlo mío una y otra vez, y por supuesto, para besarlo y amarlo justo como se lo merece.

—Lo sé— dije —¿Por qué no duermes un poco?

୨════ ••• ═ ♡ ═ ••• ════୧

Afortunadamente, ya transcurrieron cuatro días desde aquel encuentro que me dejó bastante conmocionado a causa del placer y excitación que sentí mientras lo hacía con Minho. Debo admitir que he estado huyendo de ese chico porque tengo el deseo de llevarlo a mi departamento para hacerlo mío de nueva a cuenta y sé que eso no puede suceder puesto que las "lecciones" ya han llegado a su fin.

El partido de basquetbol finalizó y no dudé en ir directamente a las duchas a causa de que tengo la necesidad de ducharme para eliminar todo los rastros de sudor que me hacen sentir demasiado incomodo.

—¡Hola! — me detuve en seco al encontrarme con Minho en los vestidores.

—¿Qué haces aquí?

—He venido a buscarte, ¿no es obvio?

—Minho, ¿ya te percataste de que estás en los vestidores?

El pelirrubio miró alrededor y después dijo—: Sí, ¿y?

—No puedes entrar aquí a menos que formes parte del equipo— le recordé.

—Acaso, ¿hay alguien más que nosotros dos aquí?

—No...

—Ve a tomar una ducha— me ordenó. —Yo te estaré esperando aquí.

Evité decir alguna cosa más y me dirigí hacia las duchas. No hay duda de que Minho siempre hace lo que quiere y nunca le importa lo que otras personas piensan o digan al respecto.

Después de unos minutos, salí de la ducha y caminé hacia mi casillero para poder vestirme; dejé caer la toalla sobre el suelo y cuando estaba a punto de ponerme el pantalón, Minho dijo—: Me gusta demasiado tu cuerpo. Deberías de ser mi instructor en el gym.

—¡Minho!

—¿Qué? No actúes como si no te hubiera visto desnudo— bufó.

—Como sea— murmuré y procedí a terminar de ponerme el pantalón.

—Christopher, ¿puedo decirte algo?

—Sí— respondí sin girarme hacia él.

—Me gustaría hacerlo contigo justo ahora— admitió y me atraganté con mi propia saliva.

—¿De qué hablas? — le pregunté tan pronto me giré hacia él. 

El chico sonrió con falsa inocencia antes de decir—: Hagámoslo aquí.