◦୨Capítulo 12୧◦
❲ Christopher ❳
Evidentemente, nunca dejaría que Minho buscara a otro hombre para tener sexo por primera vez. Tengo muy claro que acepté ayudarlo y también sé que todo se podría arruinar gracias a mis verdaderos sentimientos, pero él es mi amigo y no puedo dejar todo a la mitad, así que, no tengo otra opción más que hacerlo con él. Una parte de mí se encuentra demasiado feliz, pero la contraparte, me hace sentir temeroso porque no deseo perder a Minho.
—Bien— dije en un intento de animarme a mí mismo.
Minho no dudó en acercarse a mí para besarme en los labios. No puedo negar que los besos del pelirrubio son demasiado suaves, delicados y muy deliciosos que me hacen perderme por completo. Minho se acercó más a mí y pude sentir cada parte de su cuerpo, incluida su dura erección.
—¿Estás seguro de esto, Minho? — le pregunté cuando nos separamos un poco para tomar aire. —¿Estás seguro de querer hacerlo?
El pelirrubio solo pudo asentir pues al parecer, no le sale la voz y me fue inevitable sonreírle para hacerle sentir más cómodo y después, procedí a besarle de nuevo y no dudé en desabrochar su camisa. Mi corazón late desbocado mientras toco con lentitud la piel desnuda de Minho. Lo desnudé y acaricié lentamente porque quiero grabar este momento para tenerlo conmigo por siempre.
Abracé a Minho y lo acaricié sensualmente de nueva cuenta, pero está vez, en la espalda; bajé las manos hasta su trasero y lo acaricié, acercando aún más nuestras erecciones. Quiero ir lento porque es la mejor manera para disfrutar segundo a segundo y al parecer, a Minho no le molesta en lo absoluto.
Después de unos minutos, le quité los pantalones y tan pronto tomé su pene en mi mano, lo acaricié y Minho gimió de placer.
—Mierda, se siente tan bien— dijo Minho.
—Lo siguiente estará mejor— le aseguré mientras lo guiaba hasta mi habitación. Minho gimió cuando caímos juntos en la cama y no dudé en posarme sobre él para continuar besándonos y acariciándonos como si nuestras vidas dependieran de ello. Entre besos y caricias, logramos quitarnos toda la ropa.
Estar desnudos juntos en la cama es lo más increíble que me ha pasado y no puedo negarlo. Llevé mis labios a su cuello antes de atormentar sus pezones, sus costillas y su obligo. Y lentamente, bajé hasta llegar a su erección; lamí lentamente su miembro y Minho gritó de placer.
—Oh por todos los cielos...
Lamí nuevamente su erección de arriba abajo y saboreé la sensible cabeza de su pene antes de tragarlo por completo. Dejé la lentitud a un lado y procedí a chuparlo vigorosamente mientras evitaba correrme a causa de la excitación que siento por tener el miembro de Minho en mi boca.
—Chris... — no alcanzó a decirme nada más pues llevé mis dedos a su rosado agujero y comenzó a acariciarlo con lentitud.
—¿Se siente bien?
Suspiró antes de responder—: Sí.
—¿Todavía estás seguro sobre esto? — le pregunté mientras tomaba un lubricante y no dudé en colocar un poco en mis dedos.
—Por supuesto... ¡Ah! — gimió al sentir de nuevo una caricia en su agujero. Minho se reclinó hacia atrás sobre las almohadas y cerró sus ojos. Sin poder esperar un segundo más, decidí penetrar su agujero con uno de mis dedos y sentí como Minho se tensaba mientras mi dedo entraba y salía.
—Relájate, bebé— le dije con tono suave. —Te prepararé bien.
—Aaah... — gimió cuando agregué un segundo dedo y después un tercero.
Se siente tan jodidamente bien hacer esto con Minho.
Sinceramente, no puedo creer que estoy penetrando al chico que me gusta con mis dedos y realmente, deseo reemplazarlos por mi pene que está en busca de ese rosado agujero desde que lo vi completamente desnudo ante mí. Minho no paraba de gemir de placer con cada beso y caricia que le daba y mi corazón no ha dejado de sentirse bastante feliz puesto que estoy haciendo sentir a Minho bastante bien.
—Creo que estás listo para mí— le dije mientras retiraba mis dedos y luego me puse un condón.
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