
𝟷𝟶 | 𝚂𝚊𝚍𝚗𝚎𝚜𝚜
Hoy es el funeral de mi padre. Decidí que sería enterrado en el mejor cementerio de todo SunnyVale, y aquí es donde estoy ahora, esperando a que lleguen todos sus socios y conocidos para darle el último adiós.
El clima es frío y nublado, incluso parece que pronto lloverá, es por eso que aproveché para usar uno de los abrigos negros de papá, de aquellos que amaba para las frías tardes invernales.
Apenas llevo un día sin él y ya lo extraño bastante.
Durante todo este tiempo, no he podido evitar culparme una y otra vez. Nada de esto hubiera sucedido si yo no hubiera aceptado ir a ShadySide. Debí haber sabido que no era una buena idea meterme en aquel lugar repleto de gente loca.
En este momento me odio más que a nadie.
Me limpio la lágrima que resbala por mi mejilla y levanto la mirada, observando cómo es que los conocidos de papá llegan poco a poco, caminando por el verde césped, cosa que me hace recordar lo ocurrido.
Algunos se acercan a darme sus condolencias, y algunos prefieren darme espacio, aunque la verdad estoy demasiado triste como para importarme si lo hacen o no.
Al cabo de unos cuantos minutos, logro reconocer un rostro familiar. Se trata de Nick, y se ha tomado el tiempo de dejar de lado su uniforme para presentarse aquí usando un traje negro, con camisa y corbata del mismo color.
A decir verdad, no estoy muy contenta de verlo, pero en este momento me da igual. Él era conocido de mi padre y tiene derecho a estar aquí.
Se acerca a mí con cautela, deteniéndose a mi lado, mientras que yo simplemente lo ignoro.
—Zella— susurra. —¿Cómo has estado?.
—Mal, evidentemente— respondo cortante.
—Lo siento mucho.
Hay un silencio incómodo. La verdad es que no sé qué decirle y tampoco tengo muchas ganas de hablar. Cuando ve que no tengo intención de contestarle, él solo prosigue.
—He venido por que no quiero dejarte sola en esto. Sé lo que se siente perder a un padre y la verdad es que no es algo fácil... estoy aquí para tí, Zella, para lo que sea que necesites.
Sus palabras remueven algo en mi interior, provocando que mis lágrimas salgan con facilidad. Y siendo honesta, en este momento no me vendría mal un hombro sobre el cual llorar, mejor aún si se trata de Nick, el hombre del que creo estar enamorada.
Finalmente, me digno a alzar la mirada y verlo a los ojos, esos preciosos ojos verdes que tanto me gustan.
Él lleva sus manos hacia mi rostro, limpiando mis lágrimas con sus pulgares de una manera suave y delicada. Su tacto se siente tan tierno que no lo resisto más y me lanzo a él, abrazándolo por la cintura y enterrando mi rostro en su pecho.
Suelto todos los sollozos que llevaba reteniendo desde la mañana, mientras que Nick me sujeta con fuerza y me consuela acariciándome el cabello.
No me importa que todos los presentes nos vean juntos, estoy cansada de tener que ocultar lo que siento por él.
En este momento somos solo Nick y Yo.
«•»
Cuando todo termina y los conocidos ya se han ido, tomo una rosa blanca de su corona de flores y la deposito justo sobre él, por encima de la tierra fresca.
También me inclino y beso su lápida de mármol blanco, que ahora tiene la inscripción de: "Tobias Goldsmith 1942 - 1994".
Suelto un suspiro. Es oficial, he perdido a la persona más importante de mi vida y me he quedado totalmente sola. Pero al menos todavía tengo a Sam y Nick.
Miro la sepultura de mi padre una última vez, y cuando al fin me siento lista para dejarlo ir, me doy la media vuelta, caminando hacia Nick, quien me espera desde lejos.
—¿Lista para irnos?— me pregunta en cuanto me reúno con él.
—La verdad es que no— digo sincera. —Pero tampoco planeo pasar todo el día en un cementerio.
Nick pasa su brazo por mis hombros y caminamos juntos hacia el estacionamiento, como una linda pareja.... Y al pensar eso, me doy cuenta de que aún no sé lo que somos.
Al llegar al imponente Rolls-Royce de mi padre, que ahora es mío, no subo de inmediato, simplemente me detengo frente a él y me separo de Nick para entrelazar ambas de mis manos con las suyas.
Él me mira enarcando una ceja, intentando descifrar qué es lo que pretendo.
—¿Puedo hacerte una pregunta?— le pido en voz baja, aunque sé que me dirá que si.
—Adelante.
—Probablemente este no sea el momento indicado para hablar de esto, pero... ¿tú y yo que somos?.
—Lo que tú quieras que seamos— responde calmado. —No quiero presionarte.
Aprieto mis labios y me recargo sobre mi auto, aún sosteniéndome de sus manos. Mientras tanto, pienso en mi respuesta, pronto decidiéndome por algo formal entre nosotros, pues eso de simplemente jugar en uno con el otro no es muy de mi agrado.
—Bien, seamos novios— le digo, pensando en lo mucho que a papá le encantaría ver este momento. Seguramente estaría más que encantado en ver cómo se consolida una relación entre los Goldsmith y los Goode.
Nick sonríe y me da una ligero apretón en las manos.
—Llevaba semanas queriendo oírte decir eso.
—Y Nick Goode siempre consigue lo que quiere ¿no?— lo molesto un poco, recordando lo que me dijo aquella vez que papá me obligó a llevarle la botella de vino.
—Casi siempre— responde siguiéndome el juego.
No sé por qué, pero las lágrimas comienzan a fluir de mis ojos otra vez. Creo que han sido demasiadas emociones por hoy, o quizá solo necesito derrumbarme una vez más.
Nick me suelta las manos y luego extiende sus brazos.
—Ven aquí— susurra, indicándome que me refugie en él otra vez.
Obedezco sin pensarlo y vuelvo a abrazarlo, enrollando mis brazos alrededor de su torso y enterrando mi rostro en su pecho, sin importarme que mis lágrimas mojen su camisa aún más.
Nick me sujeta con firmeza, ahora acariciando mi espalda, moviendo su mano de manera lenta.
—Todo estará bien— dice. —No estás sola en esto.
Cierro los ojos, sacando toda mi tristeza mientras me sujeto de él como si mi vida dependiera de ello.
Y en cierta parte es verdad. Me estoy hundiendo y Nick Goode es mi salvavidas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro