La habitación era bastante acogedora, pintada color lila con cortinas a juego y los muebles color blanco adornado con flores de varios colores y en la cama descansaba alguien plácidamente, dispuesta a dormir unas horas más, pues el viaje del día anterior había sido bastante agotador. Su sueño se vió interrumpido cuando el ruido de la molesta alarma se hizo presente por tercera vez en la mañana

Megan

_¡Maldita sea! Que no puedo dormir tranquila un puto día?

Me levanté a regañadientes de mi amada cama para apagar la maldita alarma que no recuerdo haber puesto anoche, pero resulta ser que lo que sonaba no era el despertador,sino, una llamada entrante en mi celular que me apresuré en contestar

_Hola hermanita querida ¿Qué se te ofrece tan tarde en la noche?- salió a la luz mi parte sarcástica-

_Hasta que al fin contestas ¿Puedes hacerme un favor?

_Pidiendo favores tan temprano, genial ¿Qué quieres Ana?

No es que tratara mal a mi hermana, pero me gusta despertarme por mi misma o de lo contrario estoy de mal humor en lo que resto del día, como por ejemplo ahora

_Lo siento por despertarte...eh... verás,es que

_Ana, sin rodeos por favor

_Se me quedó mi almuerzo en casa ¿Puedes traerlo? Hermanita de mi corazón,lo más preciado que tengo

_¡Yah! En cinco estoy allá- la más grande mentira que he dicho-

Bien,una breve presentación, me llamo Megan Jenkins, dieciocho años,mediana estatura, rubia, cabello por encima de los hombros, ojos azul celeste,labios gruesos, soy delgada, mamá insistía con eso de mantener la figura y siempre le obedecí, gracias a eso actualmente no me puedo quejar de mi cuerpo

Ahora me dirijo al hospital con quince minutos de atraso, como siempre. En cuanto veo a la recepcionista pregunto dónde está la sala de prácticas para los estudiantes de último año

_Segundo piso, doblando a la izquierda hasta el final del pasillo

Le agradecí y fuí a las escaleras, al doblar a la izquierda tropiezo con un chico haciendo que casi se me caiga el almuerzo y este siguió con su camino

_¡Maldito loco!

Lo único que pude ver antes de seguir caminando era que vestía completamente de negro y no se veía bien su rostro, solo sus ojos que me miraron de manera tan fría que me hizo estremecer

Al llegar a mi destino encontré la puerta cerrada, gire la manilla para luego abrir y lo primero que visualizaron mis ojos fue una escena que a partir de hoy se repetiría como una película en mi mente