La lluvia caía estrepitosamente, los truenos se oían a kilómetros y _______ lo único que veía y tenía su atención era la caja de caoba que ahora resguardaba a su querido amigo y camarada Diego.

Vistiendo sus mejores ropas negras, y aquella gabardina azabache que le llegaba hasta los talones, que el mismo Diego le regalo en su último cumpleaños.

«Si vas a ser una detective, debes verte como la mas genial»

Recordó sus palabras y apretó los labios con dolor, sus ojos intentaban evitar sacar más lágrimas de las que le gustaría; pero aunque evitaba llorar, sus ojos mostraban todo el dolor que su alma tenía.

Su semblante y la manera en la que tenía la cabeza baja, transmitía a todos ahí que le dolía como solo ella sabía.

Pero si había alguien que realmente superaba su aura deprimente, eran los pequeños sollozos de la rubia a su derecha.

A unos metros de distancia, al lado del jefe y el cura, estaba una rubia heterocromática, abrazándose a si misma y sin importarle nada, llorando a mares lo que hacía correr su maquillaje.

El tiempo para ella se perdió, ignorando a los de su alrededor, ignorando si alguien de sus compañeros le habló si quiera.

Fue hasta que su propio jefe le tomó del hombro y le despertó de su trance, que por fin pudo notar que los únicos ahí eran ella, la rubia, su jefe, y un hombre que reconocería donde fuera.

*Kinkade*

¿Qué hacía él aquí? El ocupado agente de policía Thomas Justin Kinkade, su superior y el futuro fiscal de Manhattan, ¿llegando a un funeral? Le sorprendía que tuviera tiempo, imaginandose su apretada agenda.

Notó como el hombre, sosteniendo un paraguas al igual que ella y todos los presentes, se acercaba a la lápida para dejar un ramo de flores.

—Ve a tu casa ________ –le llamó por su apellido–. Se que Diego era para ti algo muy importante.

—Era como mi hermano jefe –respondió finalmente alzando la mirada.

—Lo sé, ustedes eran como uña y mugre, un equipo imparable, Batman y Robín maso menos –mencionó el hombre mayor–. Tomate la tarde libre, te quiero mañana en la oficina bien, o por lo menos en tus sentidos.

Palmeo su hombro y volvió con la rubia, acompañándola hacia afuera.

______ soltó un suspiro y camino también, saliendo hacia el estacionamiento donde dejó su auto y lo arrancó. La lluvia y la radio eran por ahora su compañía.

Sus pensamientos eran divagantes, en un momento pensaba en muchas cosas y en otro nada, una especie de estática gris era en lo que se quedaba su mente.

Aprovecho la soledad de su auto para soltar las lágrimas, pero sin gimotear o soltar leves sollozos, solo dejaba que las lágrimas cayeran lentamente en la cantidad que quisieran.

Al llegar a su departamento y cerrar la puerta, soltó su cabello de la coleta en la que lo había amarrado, quitándose la gabardina y su saco, quedando solo en un tank top de cuello alto.

Se paseo por su sala, mirando  en los ventanales las gotas caer y a un Manhattan lluvioso, con nubarrones grises que rosaban el negro y llegaban a cubrir las puntas de los rascacielos.

Se sentó en uno de sus sillones y se quedó a pensar después de soltar un gran suspiro.

De todas las personas, ¿por qué Diego? ¿Qué persona pudo haber sido capaz de matar a el gran agente Diego García? Su mayor y mentor.

No se lo creía, Diego no bajaba la guardia, no fácilmente, ¿Cómo pudo morir?

Obviamente aludía todo esto con el caso que previamente a él le habían asignado, recordó como le platico de el.

—Déjame decirte que por un momento pensé que las primeras víctimas no tenían que ver o no fueron asesinadas por una sola persona, sino un grupo, pero cuando encontré la pista de los alrededores lo descarté totalmente –hablaba el mayor mirando a una pizarra, mientras la peli-___ sostenía su taza de café matutino.

—Un parque, una cafetería de los 50 y una zona departamental –analizó el pizarrón junto con él–. Suena a lo típicos escenarios de esas novelas de adolescentes, exceptuando la zona departamental.

— Hasta donde se ______ es curioso, los asesinatos giran en torno a cierta area, y por lo que veo y he investigado, en torno a cierta persona –comentó volteando a mirarla.

—¿Y sabes que persona es? –preguntó alzando una ceja y con un tono pacifico.

—Estoy así de lograrlo, algo me dice que no es un sospechoso, sino la próxima víctima o probablemente una clave para descubrir al asesino –respondió cruzándose de brazos.

En tres semanas Diego pudo lograr hacer una bastante extensa investigación de su caso con solo o casi nada, la mayoría creía que esos asesinatos eran individuales y no tenían nada que ver, solo el tiempo que transcurría entre cada asesinato.

______ supo que Diego estaba a punto de descubrir algo grande, o por lo menos lo logró y aquel asesino lo eliminó antes de poder avanzar más en su investigación.

Levantó la mirada y observó la foto que tenía con aquel mayor, colocada en el mueble donde tenía su televisor.

Definitivamente, ya sabía que hacer.

🖋️༆━━ Hello there honeypie.

Esta es Miss Writer o la señorita Writer, autora de esta novela y otras más.

Ya sea porque me sigues, porque conoces el videojuego Your Boyfriend, o simplemente curiosidad o casualidad, agradezco fervientemente tu tiempo para leer esta historia.

Quiero agradecer a mi querida avrilrdz8 por ayudarme con la portada, un grandioso trabajo.

Los separadores son obra mía.

Gracias por leer, votar y comentar.