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JUNGKOOK

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Me encontraba en mi habitación, tranquilo jugando videojuegos, cuando de la nada, entra un Hyunjin agitado y asustado, como si hubiera visto al mismísimo Satanás.

—¿Y a ti qué te picó? —puse pausa al videojuego.

—Tu madre no ha parado de llamarme.

—Pero si te dije que cambiarás de número —le recordé molesto.

—Y lo hice idiota, hasta cambié de teléfono, pero todavía conservo el otro y ella me manda mensajes a cada rato y también me llama.

—¿Y qué dicen los mensajes?

—Que quiere saber dónde estamos, que si te tomas tus medicamentos, entre otras muchas cosas.

—Ves, por eso me quería ir de Busan, ella solo quería mantenerme medicado y nada más —golpeé la cama.

—Pues en eso le doy la razón, yo recuerdo que tenías que tomar esas pastillas de por vida —lo fusilé con una sola mirada.

—Quiero que me consigas una pelea —él se cruzó de brazos sin hacer nada.— ¡Te acabo de dar una puta orden Hyunjin! —me levanté colocándome frente a él.

—No soy tú maldito sirviente Jeon. Y no pienso conseguirte ninguna pelea, tú le prometiste a TN que las dejarías.

Él tiene razón Jeon.

—¡Maldita sea! —le di un puñetazo a la pared.— ¡Me importa una reverenda mierda la estúpida promesa esa, ve y consigue una puta pelea ahora!

—Es por eso que necesitas los medicamentos, no sabes cómo controlar tu ira y cuando te enojas lo quieres arreglar todo a golpes. Me voy y cuando se te baje el enojo, me llamas —se dio la vuelta y salio de la habitación.

— ¡No me importa, no te necesito! —grité furioso.

No lo necesito a él, no necesito a nadie.

Tomé las llaves de mi auto y salí del departamento, estoy que me hierve la sangre, necesito romperle la cara a alguien ahora mismo. Cuando salí del edificio, me dirigí a mi auto, pero en ese momento otro coche se frenó de la nada atrás del mío. Dos tipos enormes salieron de este y comenzaron a acercarse a mí.

—¿Qué quieren? —los inspeccioné con desconfianza.

—Solo te venimos a advertir, que no te vuelvas a meter con el hijo del jefe —fruncí el ceño sin entender de que me estaban hablando.

Y antes de poder decir algo, el puño de uno de esos gigantes se estampó contra mi cara, caí al suelo muy desconcertado y ellos se aprovecharon de eso para comenzar a patearme por todo el cuerpo. He peleado muchas veces y me han partido la cara de una manera increíble, pero no dolían tanto como lo que estos tipos me estaban haciendo.

Cada vez mis ojos se cerraban más, perdía el conocimiento de lo que estaba pasando a mi alrededor, aquellos hombres dejaron de golpearme y salieron corriendo. Mi vista era borrosa y antes de cerrar mis ojos, lo último que ví fue a Hyunjin.

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TN

—¡Yoongi elije una película de una vez por todas! —se quejó Ahn, ya todos estábamos impacientes.

—Dejen de apurarme, quiero una que sea buena —justificó.

Pasaron varios minutos y él por fin eligió algo para mirar, no era una película, era una serie llamada "Falling Skies", la cual trataba de una invasión alienígena, entre otras muchas cosas.

Estaba muy concentrada en todo lo que pasaba en la serie, pero mi celular comenzó a sonar, interrumpiendo todo; cuando miré quién llamaba, el nombre de Hyunjin figuró en la pantalla.

—¡TN! —exclamó acelerado.

—¿Qué pasó Hyunjin?

—Tienes que venir al hospital Suwon-si, unos tipos golpearon a Jungkook fuera de su edificio y lo tuve que traer urgente aquí —al oir aquello, mi corazón comenzó a latir rápido.

—¿¡Que!? —dije casi gritando.— ¿Pero él está bien verdad?

—No lo sé, nadie ha salido a decirme nada todavía. Pero tienes que venir.

—Voy para allá, adiós.

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Cuando corté la llamada me levanté desesperada del sillón y busqué mi bolso para irme al hospital. Necesito saber si Jungkook está bien.

—¿TN qué sucede? —preguntó Ahn.

—Jungkook está en el hospital, unos tipos lo golpearon afuera de su edificio y debo ir a verlo —les expliqué lo más rápido que pude.

—Vamos en mi auto —propuso Yoongi.

Apagamos la televisión y salimos de la casa de Ahn corriendo desesperados al auto de Yoongi. Mis piernas no podían quedarse quietas y mis manos no paraban de sudar, era demasiada la desesperación por llegar al hospital y saber cómo está él.

¿Por qué le habrán hecho esto? ¿Habrá sido un ajuste de cuentas? Son millones las preguntas que tengo, pero por ahora solo importa que él estuviera bien.

Cuando llegamos al hospital, baje corriendo del auto y entré al lugar, busqué desesperadamente a Hyunjin por cada pasillo, hasta que lo encontré.

—¡Hyunjin!

—TN, que bueno que estás aquí.

—¿Qué pasó, por qué le hicieron esto?

—No lo sé, yo había ido a su departamento, luego me fui, pero volví porque me había olvidado algo, entonces vi a esos hombres golpeándolo, les grité y salieron corriendo, cuando llegué con él, apenas y podía abrir los ojos —me explicó preocupado.

—¿Quién crees que pudo haber sido? —preguntó Jin.

—No lo sé —se encogió de hombros.— Jungkook no tiene enemigos y la gente de las peleas clandestinas no pueden ser, aquellos hombres estaban vestidos con trajes muy elegantes, la gente que pelea en las clandestinas, son la mayoría drogadictos o alguno que otro que quiere conseguir dinero fácil.

—Él acaba de llegar hace muy poco a Seúl como para que alguien quisiera hacerle daño —agregué desconcertada.

—¿Familiares de Jeon Jungkook? —preguntó un doctor.

—Sí, nosotros —respondió rápido Hyunjin.

—Bien, Jungkook está fuera de peligro, los golpes fueron muy duros, pero nada peligroso, lo que si, tiene un brazo fracturado y una que otra costilla rota. Pero hoy ya se lo podrán llevar, solo que tiene que hacer mucho reposo.

—¿Podemos verlo? —averiguó Ahn.

—Claro que sí, su habitación es la 215 —no dijo más nada y se fue.

Nosotros fuimos a buscar la habitación donde él estaba, al encontrarla, entramos y me dolió verlo todo golpeado, pero lo importante aquí es que no está grave, mucho menos que pasó a mayores.

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                      —ᴇᴛᴇʀɴɪᴛᴇʟʏ