Extra 2
— ¡Wendy, vamos o se nos hará tarde para tu primer día de clases!.
Su primer día de clases en la primaria, todavía no podía creer en cuanto crece mi hija, hace solo dos años atrás la estaba llevando a su primer día en jardín de cinco, ni siquiera puedo imaginar cuando sea toda una adolescente y la tenga que ver irse sola o con amigos a la secundaria y luego a la universidad.
Crece tan rápido mi pequeña.
— Ya estoy lista mami —como cada mañana se acercó a dejar un beso en mi mejilla. Cada vez que la miraba veía a su padre en ella— ¿Dónde está papi?.
— ¡Buenos días!.
Y ahí estaba él, enfundado en un traje totalmente negro y una camisa blanca con algunos botones abiertos, Jeon Jungkook no cambiaba por nada, parecía ser que los años no le afectaban en lo más mínimo, o por lo menos yo lo sigo viendo como aquel chico del cual me enamoré.
Amaba ver lo tierno que era con su hija, claro, le ponía límites cuando la malcriaba demasiado. No quería que Wendy creciera creyendo que todo lo puede conseguir de manera fácil, lamentablemente ni él ni yo seremos eternos, algún día ella se quedará sola y tendrá que valerse por sí misma.
— ¿Cómo despertó la esposa más guapa de este mundo? —me abrazó por detrás y dejó un beso en mi mejilla.
— Muy bien. ¿Y tú? —giré un poco mi cabeza para poder verlo mejor.
— Más que bien. ¿Y sabes por qué? —susurró en mi oído, de manera que Wendy no pudiera oir.
— ¿Por qué? —pregunté interesada, aunque sabía que su respuesta sería algo indecente.
— Porque te tuve desnuda toda la noche —mi cuerpo vibró, Jungkook tenía efecto fuertes en mí desde siempre.
Me sorprendía ver que la llama entre nosotros seguía prendida a pesar de los años que tenemos casados, algunas de mis pacientes me han contado que después de casarse y tener su primer hijo entre su pareja y ellos ya no vuelve a pasar nada, como si la chispa que hubo antes se apagará. Creí que entre nosotros podía pasar eso, incluso me asustaba el solo pensarlo, pero en nuestro caso todo estaba bien aún, el sexo seguía siendo tan fantástico como antes.
— ¿Qué tanto están diciendo? —Wendy nos miraba curiosa— ¿Me están ocultado algo?.
— Claro que no princesa —Jungkook la alzó y llenó su rostro con besos— Es algo de adultos.
— Yo ya soy adulta —formó un puchero.
Digna hija del bad boy.
— No, tú todavía estás chiquita.
— Pero si ya voy a ir a primer grado, eso significa que crecí.
— Hija, desde ahora te advierto que tu padre se negara a que crezcas algún día —reí.
— Ella siempre será mi pequeña —me miró mal.
— ¿Dirás lo mismo cuando traiga a su primer pretendiente? —la cara de Jungkook se deformó al solo oir la palabra pretendiente.
Ya hemos tenido esta conversación e incluso Ahn y Jin varias veces lo molestaron preguntándole como reaccionaria el día que Wendy tuviera novio, decir que escupió fuego por la boca es poco.
— Ella nunca tendrá novio, nadie me va a separar de mi hija. ¿Verdad amor? —Wendy asintió— ¿Qué te ha dicho papi sobre los niños?.
— Que son caca y la caca no se come —respondió la pequeña.
Creo que no hay que dejar que pasen tanto tiempo juntos.
Es Jungkook. ¿Qué te podías esperar de él? Es un posesivo andante.
— Bien, vamos a desayunar.
Jungkook depósito a Wendy en su lugar y pudimos comer en paz, claro, con los consejos de advertencia que él le daba a ella. Jeon es demasiado sobreprotector y creo que debería entender que algún día nuestra hija se irá de nuestro lado, estoy cien por ciento segura de que ese día va a llorar como nunca antes lo ha hecho o mínimo va a enloquecer.
Luego de un trayecto largo, llegamos a la que sería la nueva escuela de mi pequeña, ver su carita llena de emoción me emocionaba a mí.
— Bien princesa, llegamos. ¿Recuerdas lo que papá te dijo?.
— Si, que no debo acercarme a los niños y que si uno se me acerca lo escupa en la cara y salga corriendo —sonrió.
— ¡Jungkook! —le di un golpe en el pecho— ¿Cómo pudiste decirle eso?.
— Yo solo cuido a mi pequeña —se encogió de hombros.
— Mejor dicho eres un papá demasiado celoso —suspiré y miré a Wendy— Nena, olvida lo que papá dijo y solo diviértete.
Ella asintió frenética y bajo del auto, la vimos correr hacia la maestra que estaba en la entrada, la mujer tomó la pequeña manito de mi bebé y la llevó con los demás niños.
Yo no estoy llorando, tú estás llorando.
Creí que después de tantos años se te quitaría lo dramática, pero veo que me equivoque.
A ti no se te quita lo idiota, por lo tanto no estás en condiciones de decirme nada.
— Si, SunHe, estaré allí enseguida.
SunHe, de solo oir ese nombre se me revolvía el estómago. Ella era la secretaria de Jungkook, una mujer muy voluptuosa, con un cuerpo bien formado gracias a las horas que pasa tonificadolo en el gimnasio, pero no es por eso que me cae mal, es porque siempre está intentando seducir a mi esposo y cada vez que visito su oficina me hace comentarios estúpidos solo para hacerme enojar.
— Amor, debo ir a la empresa, SunHe me avisó que llegaron papeles y tengo que firmarlos. ¿Te dejó en el hospital?.
— Si —contesté cortante. Sé que no debería enojarme con él, pero es que solo oir el nombre de esa trepadora me pone de mal humor en un instante.
Y luego el celoso posesivo es él.
Tú cállate.
Oblígame
— ¿Pasa algo, TN? —tocó mi rodilla, su mano se sentía muy cálida.
— Nada, solo llévame a mi trabajo, tengo muchos pacientes que atender.
— Primero dime qué te pasa, hace solo segundos estabas muy feliz y ahora de la nada estás enojada.
— No estoy enojada —me crucé de brazos.
— Ahora dímelo mirándome a los ojos —mantuve mi postura— Te conozco mujer y sé que algo te pasa.
Solo dile la verdad, que te choca que la pelos de alambre lo busque.
— Me molesta tu secretaria —confesé.
— ¿SunHe?.
— ¿Tienes otra? —lo miré.
— ¿Y por qué te molesta?.
— Es que estás tan ciego que no te das cuenta de como intenta seducirte, de que te devora con la mirada —expuse molesta. Reír, esa fue su respuesta— Anda, ríete, que de seguro a ti también te debe gustar mucho que te pase las tetas por la cara y te mueva el culo de mundo giratorio que tiene.
Lo de mundo giratorio no lo tenía, gracias.
De nada.
— ¿Qué es lo gracioso? —mascullé.
— Que te pones celosa por nada —se quitó el cinturón de seguridad y se acercó a mí— Bonita, la única mujer que amor eres tú y por un par de tetas y un culo en forma de mundo giratorio no te dejaré —acarició mi rostro— Tú eres cien mil veces mejor que ella. SunHe debe ponerse ropa escotada para seducirme, mientras que tú solo tienes que existir —besó mis labios— Ella puede darme solo sexo, pero tú me das mucho más, me has dado una princesa hermosa y una familia, además, tenemos el mejor sexo del mundo.
Sonreí;— Perdón, no debí molestar con mis estupideces.
— Tranquila, yo te celo todo el tiempo y también suelo hacerte escenas —ahora lo besé yo. No sabía cuánto necesitaba su cercanía hasta que lo tenía cerca— Tal vez deba llamar a SunHe y decirle que hoy no llegaré a la empresa.
— ¿Por qué?.
— Porque estaré en mi casa haciendo el amor con mi esposa.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Autora:
¡Sorpresa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro