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𝚝𝚛𝚎𝚌𝚎


Jennie había llegado a la casa de Jeongyeon a eso de las 6:30 de la tarde, una hora antes de lo que había dicho Jihyo, porque sabía que tenía que ayudar a convencer a su amiga de disfrutar su propia fiesta.

—¡BUENAAAAS! – gritó desde el frente, tocando la reja con una piedrita que había conseguido en el suelo. Tiró la piedra al suelo, revisando por tercera vez la bolsa que llevaba. — Coño, no me metieron los Lucky. – estaba por darse media vuelta e ir a la bodega de nuevo cuando vio a su prima abrir la reja.

—Pensé que tía Fany te había castigado. – dijo Jisoo, frunciendo el ceño y haciéndose a un lado para dejarla pasar.

—Nah. – se encogió de hombros. — ¡FE-

—Shhhh. – su prima le había metido un lepe.

—Pero coño, Jisoo, ¿que te pasa? ¿'tas loca? – se quejó, sobándose la cabeza. — ¡JE-

—Pero shhh

—Nojoda, Chu, ¿qué te pasa? ¿te pica er culo, mamagüeva? Deja la vaina ya, fastidiosa. – caminando hasta el interior de la casa y llegando a la sala, viendo a diez de sus amigas ahí, sentadas en el sofá y los sillones en total silencio. Frunció el ceño y fue cuando escucho una discusión que parecía venir por uno de los pasillos de la casa. — Ay, coño, ya entendí. – dejó la bolsa que llevaba sobre el bar y se fue a saludar a su grupo. — ¿Y ahora por qué están peleando?

—Jeong no quiere celebrar su cumpleaños porque dice que es el primer año que lo celebra sin Sejeong. – dice Seulgi, pasándole una polarcita a Jennie. — Y Jihyo dice que lo de las decoraciones y el pastel fueron comprados con la plata que Sejeong mandó desde Perú y que si lo hizo es porque quería que celebrará su cumpleaños como todos los años pero bueno, Jeong anda atestada de que no y no.

—Coño, pana, que arrecho. – tomó la bolsa del regalo que le llevaba a su amiga y caminó hacia el pasillo que llevaba a la habitación de Jeong.

—¿Pa dónde vas, salía? – le preguntó Irene, frunciendo el ceño.

Jennie se encogió de hombros y desapareció por el pasillo, está vez escuchando con más claridad a sus dos amigas discutir. Cuando llegó a la puerta del cuarto de su amiga, la tocó con los nudillos antes de abrirla y asomar la cabeza. Vio a su amiga acostada boca abajo en su cama y a Jihyo de pie frente a ella, con los brazos cruzados y mirándola con enojo.

—¿Tas arrecha menor? Hoy no es sábado. – dijo, haciendo que Jihyo la mirara antes de rodar los ojos y colocar sus manos en su cintura.

—Yo ya no te voy a jalar más bolas, Yoo Jeongyeon, haz lo que se te de la gana. – dijo. — Le diré a las muchachas que nos vayamos a Palo Palito así no te jodemos más la existencia.

—Pero no es por uste- – fue lo que dijo Jeongyeon mientras se volteaba y se sentaba en la cama, al mismo tiempo en que Jennie abría la puerta por completo y se hacía a un lado para dejar pasar a Jihyo. — Ji- Jihyo. – aún así salió de la habitación. Jeongyeon miró a Jennie con el ceño fruncido, quién simplemente se encogió de hombros. — ¡Jihyo! – no hubo respuesta. — Ash, el coñisimo de la madre, nojoda.

—¿Feliz cumpleaños? – dijo Jennie después de unos segundos, levantando la bolsa de regalo hacia su amiga.

—Si vienes a mamarme gallo, anda a ver si la puerca puso, Jennie, en serio. – dijo, levantándose de su cama.

—Pero cálmate vale, respira profundo. – la menor se acercó a su amiga y le puso una mano en el hombro como muestra de apoyo. Jeongyeon decidió hacerle caso y cerró los ojos durante unos segundos. — ¿Qué pasa?

—Nada, nada. – se quitó la camisa y comenzó a buscar en el closet algo que ponerse. — ¿Ya llegaron todos?

—No.

—Bueno, ya ahorita voy.

—Toma. – Jennie le dió la bolsa de regalo que llevaba. — Felices 19, toche.

Jeongyeon sonrió y se acercó a su amiga, abrazándola y dándole un par de palmadas en la espalda en forma de agradecimiento.

—¡Aaaaay, parchitaaaas! – escucharon.  Jennie se giró y vio a Seulgi tirada en el suelo, con las manos alrededor de su boca para que se escuchara más fuerte el grito.

—¡Se partió la galleta! – se burló Lisa

—¡Mariquitaaas! – gritó Momo, apareciendo sobre la espalda de Mina, quien silbaba con burla.

—No no no, vale, ¿qué te pasa? – dijo Jeongyeon, apartando a Jennie de un empujón. — Cero maricoteo, bicha rara.

La menor del grupo levantó la ceja y la miró, ofendida.

—Y yo que te quería animar, sapa. – Jennie abrió la bolsa de regalo y sacó una caja de condones. — Toma, son de tu talla.

Jeongyeon frunció el ceño y tomó la caja de condones, buscando el lugar donde decía la talla antes de mirar al techo y cerrar los ojos.

—Pobre mamagüeva.

—¿Qué? Me dijiste que eras talla XS.

El grupo de amigas estalló en carcajadas, Jennie había logrado su cometido, había animado a Jeongyeon.

Estuvieron jugando un rato más entre ellas en el cuarto de la cumpleañera antes de ir de nuevo a la sala, dónde se encontraban las demás chicas conversando entre ellas. Jeongyeon se acercó a Jihyo y la abrazó, susurrandole un par de disculpas al oído mientras que la menor trataba de no sonreír para no darle el gusto a su novia. Definitivamente la había hecho arrechar innecesariamente.

Jennie había destapado la primera botella de "Mal Portada" y había servido en pequeños vasitos, dándole una a cada una. Jihyo y Rosé regresaban de la cocina, la mayor con el pastel en las manos y la rubia con platos y cucharas de plástico.

Jeongyeon se había colocado justo en el centro del grupo, con un gorrito de cumpleaños que Jihyo le había puesto.

—¡La que está más cerca que apague la luz! – pidió Jihyo. Jennie miró a su alrededor justo en el momento en que Sana apagaba la luz y notó que Rosé estaba parada a su lado, mirándola fijamente con una pequeña sonrisa en el rostro.

La protagonista la miró de arriba a abajo, aprovechando lo entretenidas que se encontraban las demás para demorarse un poco más en las piernas de la rubia. Aquella falda le quedaba brutal. Cuando miró a Rosé de nuevo a los ojos, se dió cuenta de que en todo ese rato la rubia no había dejado de mirarla, por lo que le guiñó un ojo de forma coqueta.

—¿¡El largo o el corto!? – escuchó que preguntaban. Desvío la mirada y miró a su mejor amiga, agradeciendo que estuviera distraída y que no se hubiera dado cuenta del intercambio de miradas entre ella y Rosé. Sin embargo, al mirar a Lisa, notó que Jisoo si las había visto. Su prima negó con la cabeza y le templó los ojos, Jennie simplemente la ignoró.

—¡Tú canta y ya! – gritó, comenzando a aplaudir con alegría. — ¡Ay que noche tan preciosaaaaa! – comenzó.

—¡Está noche de tu díaaaa, todos llenos de alegría, en esta edad primaveraaaal! – cantaron todas mientras aplaudían.

—¡Eh eh eh! – ánimo Seulgi.

—¡Tus más íntimos amigooooos!

—¡Y enemigos! – gritó Lisa, recibiendo un pellizco por parte de Jisoo que hizo reír a las demás.

—¡Está noche te acompañan!

—¡Bebiendo caña! – está vez fue Momo, levantando en una mano la botella de Mal Portada y en la otra, una de Cinco Estrellas.

—¡Te saludan y deseaaaaan!

—¡Tremenda pea! – gritaron las seis amigas, está vez uniéndose Jeongyeon.

—¡Un mundo de felicidaaaad! – Jennie rió al ver cómo Sana le quitaba las botellas a Momo y las colocaba sobre la mesa. — ¡Yo por mi parte deseooo!

—¡Tirarme un peo! – volvió a decir Seulgi, evitando con destreza el lepe que Irene le iba a dar.

—¡Lleno de luz este día! ¡Todos llenos de alegría!

—¡Con alegría! – gritó Mina al mismo tiempo que Nayeon levantaba la mano para pegarle, deteniéndose de inmediato al darse cuenta de que su novia no había dicho nada malo.

—Perdón, la costumbre. – se excusó, volviendo a cantar y aplaudir.

—¡En esta fecha nataaaal!

—¡Fatal, fatal, fataaaaal! – dijo Jennie está vez, recibiendo un codazo de Rosé, haciendo reír a Jeongyeon.

—¡Y que esa luna plateadaaa!

—¡Y oxidada! – gritó Mina de nuevo, riendo al ver la cara de confusión de Nayeon.

—¡Brille su luz para ti!

—¡Para mí! – gritó Jeongyeon, abrazando a Jihyo para darle un beso en la cabeza.

—¡Y ruego a Dios porque paseeeees, un cumpleaños feliiiiiiz!

—¡Con los pañales que te di, que me costaron 30mil, con la tarjeta mercantil! – gritaron las seis amigas, quienes aplaudieron aún más fuerte y silbaban.

—¡Cumpleañooooos feliiiiiiz!

—¡Eh eh! – ánimo Jennie.

—¡Te deseamos a ti!

—¡Eh eh! – dijo la misma Jeongyeon.

—¡Cumpleaños Jeongie, cumpleaños feliiiiiiz!

—¡Otra vez! – gritó Lisa, tomando la caja de fósforo de la mesa para encender la vela de chispas que habían puesto a un lado del pastel.

El grupo de amigas volvió a cantar, finalizando con un coro de gritos y pidiéndole a la cumpleañera que mordiera el pastel, quien se negaba entre risas sabiendo que la harían meter la cara contra ella. Al final, les dió el gusto, alejando la cabeza de inmediato en cuanto notó que la empujaban, miró a su lado y notó como si novia reía con picardía, pues Jeongyeon se había manchado el rostro con crema pastelera.

La cumpleañera tomó el cuerpo de su novia con fuerza y le estampó un beso, manchandole la cara también en el proceso.

—¡Bueno, bueno, ya! – dijo Jeongyeon, separándose de Jihyo con los labios hinchados y con una sonrisa alegre. — ¡¿Qué fue lo que me desearon?!

—¡Tremenda pea! – respondió Jennie, dándole un vaso lleno de Anís a la cumpleañera para que lo bebiera. — ¡Fondo blanco, Jeong!

La cumpleañera obedeció, dándole inicio a su propia fiesta de cumpleaños.

Esa fiesta iba a ser el propio desastre.

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