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𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎

—¡Trancao' esa mierda nojoda! – grito Ryujin, colocando la ficha del doble tres, trancando la partida por ambos lados.

Jennie simplemente echó la cabeza hacia atrás, colocando sus propias fichas con fuerza en la mesa. Ryujin le había echado severa revolcada en el mismo momento en que le había tapado los seis, impidiéndole botar el doble seis.

—Recontra e coñisimo e tu madre, Ryujin, te odio. – dijo, destapando sus fichas, haciendo reír a las demás.

Jennie tomó todo el contenido del vaso del que estaba bebiendo, arrugando el rostro un poco al sentir el amargo sabor del jugo de naranja mezclado con el licor, ¿desde cuándo habían empezado a mezclarla? Ni idea, ella no se iba a quejar.

No tenía ni idea de que hora eran exactamente, pero si imaginaba que ya eran más de las 12.

Yeji le había escrito justo cuando estaba con Rosé, estaba invitandola a un asado que ella y sus amigas estaban haciendo y, por supuesto, también a beber. Jennie no iba a negarse ante aquella invitación.

Ryujin, Chaeryeong y Yuna estaban allí cuando llegó, y más tarde se unieron Karina y Giselle, ambas llegando con sus novias y un caja de cervezas Polar. Lia, la novia de Yeji, llegó al lugar justo antes de las 8 con una corneta inalámbrica donde justo ahora se estaba escuchando un Mix de vallenato.

—Dale, revuelve tú entonces. – dijo Yeji luego de haber volteado todas las fichas de domino. — Doble seis sale.

Después de haber mezclado las fichas, Jennie agarró las siete fichas que le correspondían y las revisó, soltando un suspiro al ver que no tenía el doble seis y la jugada tan mala que le había salido. Karina, quien estaba sentada al lado izquierdo de Jennie, sacó la ficha.

—Epa, Jen, ¿Y Chaewon? – escuchó que le preguntaban, frunció el ceño y levantó la vista para ver a Ningning, la novia de Giselle, mirándola con curiosidad.

—Ni idea. – respondió con sequedad, no queriendo tocar más el tema.

—Jennie volvió a hacer de las suyas. – rió Yeji y haciendo reír al resto del grupo a excepción de Jennie. — Pero sí viste que lo que te dije no era mentira, Félix estaba esperando verte mal parada pa caerte de sorpresa.

—Mariquito que es. – Jennie sacó una ficha. — Primero, se llegó con todo su combo, lo que significa que no tiene las bolas suficientes pa haberlo hecho el solo. – suspiró. — Y segundo, yo se lo dije a él y se lo digo a cualquiera que me pregunte, Chaewon ya está grandecita pa la gracia, sabe lo que es bueno y lo que malo, y ella aún así quiso estar conmigo, yo tampoco le hice nada que ella no quisiera.

—¿Ella es la qué?

—Ni idea, ya perdí la cuenta. – se encogió de hombros con soberbia.

—Erga, matona. – se burló Karina, dándole una palmada a Jennie en el hombro. — ¿Y que vas a hacer ahora? ¿Te vas quedar quieta o ya tienes a otra?

—No sé, a veces quiero quedarme quieta un ratico pero ahorita también hay una pelada que me está llamando burda la atención pero ta difícil la vaina. – contó, bebiendo del vaso que le habían llevado.

—¿Difícil? – dijo Yeji. — Pa ti nada es difícil.

—Yeye tiene razón. – concordó Karina. — A menos que...

Jennie levantó la mirada para mirar a la muchacha, viéndola darle un codazo a Giselle, quién de inmediato asintió comprendiendo a lo que su amiga se refería. Escuchó como Yeye dejaba salir un "aaaah" luego de mirar a las otras dos.

—Tú tas loca, ni yo me he atrevido a tanto. – dijo Yeji, negando con la cabeza. Jennie colocó todas las fichas que le quedaban en la mesa al ver que la partida se había vuelto a trabar.

—¿Qué fue? – preguntó, llevándose la mano al cabello para acomodarlo. Aún seguía sentada y se sentía normal, pero le habían dado ganas de ir al baño y sabía que el momento en que se levantase la pea le iba a explotar.

—Rosé ta bonita, no lo niego. – habló Giselle. — Pero coño, es la hermana de tu mejor amiga, weon, se supone que no deberías.

—De pana, hay límites y tú quieres cruzar esos límites. – Jennie ladeó la cabeza. — ¿Y que pasa si Lisa se entera?

—Nah, yo sé hacer mis vainas callaita. – se encogió de hombros. — Además de que yo siempre le he tenido queso a Rosé, solo que pues bueno, estos días han sido más...

—Nawebona, pero tú no perdonas nada, rata. – dijo Yeji, negando con la cabeza ante lo dicho por Jennie.

—Bueno, pajuda, pero tú no te levantaste a la hermana de Ryujin. – se defendió, mirando como la mencionada se llevaba la mano al rostro con pena.

—Sí, pero Ryujin no es mi mejor amiga.

—¡ES TU HERMANASTRA, COÑO E TU MADRE! – gritó Karina, haciendo reír a las demás.

—¡Nawebona, pero es que tú si eres salida! ¿¡Quién te preguntó!? – se defendió Yeji, tratando de aguantar la risa. — Yo no tengo culpa de que mi mamá se haya metido con el papá de ellas, además de que quien lo manda a tener una hija tan bonita como Lia.

—Ah, ¿entonces Ryujin es fea?

—O sea, tan así, no, pero igual pe. – Yeji miró a la rubia y la señaló. — Cero maricoteo, panita.

Jennie volvió a reír a carcajadas, sacando el celular de su bolsillo para revisarlo. Notó un par de mensajes de su madre dándole la bendición y pidiéndole que tuviera cuidado, le respondió asegurándole que estaba bien y salió del chat, notando por fin la hora.

—Nawebona, ya son las 3:15. – dijo, tomando otro trago de su vaso. — Voy al baño, Yeye, ya vengo.

—Listo.

Se levantó de la silla, cerrando los ojos ante el mareo que le recorrió el cuerpo en cuanto se paró. Se metió el teléfono en el bolsillo y entró en la casa de la muchacha, agarrándose de las paredes para evitar caerse o tropezar con algo. Entró al baño y cerró la puerta, pasándole el seguro para evitar que alguien entrara de sorpresa.

—Toy reloca. – se dijo a sí misma, mirándose al espejo mientras intentaba desabrocharse el pantalón.

En cuanto terminó, bajó la tapa y se sentó en él, volviendo a tomar su teléfono para borrar el chat que tenía con Chaewon sin ni siquiera leer los mensajes que la chamita le estaba mandando en ese momento.

—Fastidiosa. – dijo, bloqueando el número y cerrando los ojos en cuanto el mareo se hizo más fuerte.

Deslizó el dedo por la pantalla, mirando los chats que tenía con sus amigas y dándose cuenta de que ninguna estaba en línea, así que busco el de Rosé.

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