
🪻┆Una noche juntos
Con cada suspiró que venía de los labios de Jimin, tenía el deseo por apoderarme de ese suave y delicado lugar que solo mis manos rozaban. Pero ¡Mierda! ¡Mierda! Nunca creí que desear tanto pudiera llevar a doler. Jimin… si te tomo una vez… Solo así podré apagar este fuego. Hacerte mío para calmar esta sed.
Me sentía tan excitado que mi cabeza era un torbellino, pero no más que mi entrepierna.
— Serás mío esta noche, Jimin, y así comprobaré que esto solo es producto del calor.
Decir aquello, fue mi sentencia. No estaba seguro por qué lo dije, pero de inmediato las manos de Jimin se rehusaron a seguir tocándome.
— ¿Qué estás diciendo? ¡Para! —se movió con brusquedad, evitando que siguiera con mis besos—¡Ya basta! ¡No quiero que me toques!
Ante mi debilidad, el me apartó. Cual calor infernal, mi cabeza quemaba; causando que mis pensamientos fueran sin orden específico. Solo podía sentir como el sudor bajaba por mi frente, mientras Jimin se apartaba.
¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy actuando como idiota? ¿Acaso era la única manera en cómo podía actuar delante de el?
Al querer irse, Encendí la luz, provocando que sus ojos se abrieran enormemente con sorpresa.
— ¡Señor! —exclamó sorprendido viendo mi abdomen. Parecía asustado, de modo que bajé la vista y descubrí la sangre.
Mierda, entonces esto era lo que me estaba haciendo actuar como un idiota.
Jimin apoyó su mano sobre mi frente. La preocupación en su rostro se expandió.
— Tienes mucha fiebre. Eso explica tus acciones, agradece que de lo contrario te daría unas buenas bofetadas.
— Lo que yo quiero es darte una palmadas, mientras tiro de tu cabello.
— ¡Calla! Solo hablas tonterías.
— ¿Por qué? Eres mi esposo, y también me provocas.
— Voy a traer unas cosas, para limpiar eso ¡Y no te muevas! —me retuvo de los hombros obligándome a seguir en la cama.
— ¿Te gusta lo rudo, eh?
— Sí sigues hablando pura incoherencia, me obligaré a darte una ducha helada.
— Sí la voy a tomar contigo, está bien para mí.
— ¡Ay! Eres peor que un adolescente con las hormonas alborotadas.
— Entonces hazme un favor y calma a estas hormonas.
Jimin se acercó, creí que obedecería a mi petición, pero solo tocó mi rostro.
— Estás delirando, quédate quieto en lo que regreso.
— Espera, pero…
De todos modos el se fue. Me sentía agitado, el hecho de estar desnudo con solo una sábana cubriendo mi desnudez, ya no era suficiente.
¿En verdad este calor es solo por la fiebre? Solo siento una ganas de tocarlo. Ahora que he probado un poco más, quiero llegar a fondo. Necesito apagar esto que quema en mi hombría. Escuchar de sus labios carmesí gemir hasta el cansancio, y que repita mi nombre una y otra vez, mientras me hundo en su cálido interior.
Algunos minutos después, el entró con unas cosas que apenas pude distinguir en sus manos. Creo que eran toallas, un tazón con agua y unas cosas para limpiar mi herida.
— Todos están durmiendo y tuve que dejar mi cena para después, así que ayúdame a que esto sea rápido ¿Quieres?
— ¿Serás mi enfermero?
— No negaré que me da algo de nerviosismo la sangre, pero creo que no tengo alternativa.
El procedió a limpiar mi herida, sentir el agua resbalando por mi abdomen hizo que apretara los ojos.
— ¿Te estás vengando de mí, pequeña florecilla?
— Jimin, soy Jimin, recuerdalo ¿Si? —dijo apretando mi herida, cosa que causó un dolor agudo que casi logra que grite.
Después de haberme limpiado y cambiar las gasas. El se ocupó de colocar paños fríos en mi frente, pero eso no fue todo. Buscó en mi cajón de al lado, sacó las pastillas que el doctor me había recetado. El leyó cada uno con la indicación que había.
— Traeré agua, debes tomar tu medicina, y en caso de que no mejores, llamaré al doctor.
¿Cuántas veces he estado enfermo a lo largo de estos años? Debido a mi condición con la glucosa, tengo que comer sano y ejercitarme regularmente. Así que era raro que yo estuviera en cama, pero las muy pocas veces que estuve así. Yo me ocupaba de cuidarme. Cuando era niño tenía la atención de mi madre, pero en la adultez, solo estaba yo. Jihoon nunca estaba cerca, parecía que siempre me tuve solo a mí.
— Aquí está el agua —volvió, el se sentó sobre la cama, ayudándome con su mano a levantar mi cabeza —Intenta no moverte, por poco la herida se abre, felizmente solo ha sido un estirón.
Tomé la pastilla que el me ofreció con la palma de su mano, dando paso a que el agua pasara por mi garganta.
— Te estuve esperando… —musité sintiendo mis ojos pesados—. Pensé que tú irías a recibirme.
— Tuve mucho trabajo, mañana es la presentación.
— Ahhh—exhalé—. Supongo que está bien. Eres un hombre independiente, y el trabajo es primordial.
— Ya no sigas, por ahora duerme.
— ¿Te quedarás conmigo?
— Solo un momento, luego iré a mi habitación.
— No, no te vayas. Me gusta tu aroma, me hace olvidar el dolor.
— Estás exagerando, ese es el efecto de tu medicina.
— Al menos no te vayas hasta que me quede dormido.
Escuché que soltó una suave carcajada, no parecía enojado.
— Eres como una criatura, está bien. Me quedaré, pero luego me iré.
Sentí el delicado y pequeño cuerpo de Jimin hacerse un espacio a mi lado. El decía que la medicina era lo que me estaba haciendo efecto, pero cómo explicarlo… Creo que la cercanía de el, era mejor que cualquier pastilla.
Sin embargo, fui cayendo en el sueño. No quería dormirme, porque sabía que al despertar el no estaría más, pero fue inevitable. Mi cuerpo no soportó y caí rendido.
Con la mañana despertando a mis ojos de un largo reposar en el paraíso de la suavidad, apreté con mis dedos lo que en sueños creí que eran fantasía.
Los cabellos de Jimin estaban dispersos sobre la cama, su espalda pegada a mi pecho y mi mano aferrándose a su cintura ¿Qué pasó anoche? Entonces, recordé los besos que compartimos, sus manos pasando por mis pectorales, sus gemidos con el debajo de mí.
Eso quería decir que… ¿Me acosté con Jimin?
— Mmm Ah… —el empezó a revolverse, hasta que se reincorporó de la cama, se sentó frotando sus ojos, y cuando me vio se apresuró en pararse—. Oh Dios, me quedé dormido. Dime ¿Cómo te sientes hoy?
— Un momento ¿Por qué estabas en mi cama? ¿Acaso tú y yo hemos…?
— No, si tu pregunta es sobre si nos acostamos, la respuesta es un rotundo no. Estuviste diciendo una cantidad de estupideces, pero era producto de la fiebre.
— Entiendo, supongo que te debo las gracias por cuidar de mí. Creo que estamos a mano.
— No es nada, después de todo tenía que hacerlo. El hecho de que estés en cama con esa herida es parte de mí responsabilidad, así que es lo mínimo que puedo hacer.
— De todos modos, gracias.
El se acomodó su cabello y apretó los labios asintiendo con la cabeza.
— Le diré a Hyejin que te traiga el desayuno, yo debo irme a la empresa. Hoy es la presentación y nada puede salir mal.
— Claro, ve.
Jimin se marchó, me había quedado solo una vez más, y sentir el vacío de su cuerpo en la cama, fue como la ventisca tomando su lugar.
Al pasar los minutos, Hyejin subió con una bandeja, era mi desayuno listo. Comí y bebí hasta vaciarlo. Sentía más apetito de lo común.
— ¿Jungkook? —llamando a la puerta, mi querida hermana espero a mi respuesta.
— Adelante Jennie.
— Hermano, que bueno verte mejor —sonrió ampliamente, acercándose a ayudarme con la bandeja.
— Sí, supongo que pronto podré regresar a la oficina.
— Bueno si recibes los cuidados de tu querido esposo, por supuesto que sí.
— Jennie…
— No tienes que explicarme nada. Yo misma vi a Jimin saliendo en la mañana de tu habitación ¡Pasaron la noche juntos!
— Jennie, estás malinterpretando todo.
— No, no, no. No deseo saber detalles, supongo que eso lo sabré dentro de nueve meses ¡Ay! Estoy tan feliz por ustedes. Pequeño o pequeña, será un bebé hermoso.
— ¿Bebé? ¿De qué estás hablando, Jennie?
— Por favor hermano ¿No creerás que yo me voy comer el cuento de qué sólo durmieron? Aquí pasaron más cosas y casi puedo olerlo.
— Pero sólo dormimos, no ocurrió nada más.
— Sí, y yo soy una supermodelo ¡Ay! Este día es glorioso, al fin dos de las personas a las que tanto cariño tengo están juntos. Soy tan feliz que podría llorar de la emoción.
— Jennie, lamento romper tus ilusiones, pero entre Jimin y yo jamás va a ocurrir nada. Solo estamos unidos por un papel.
La expresión de mi hermana cambió tanto que me dolió romper sus ilusiones.
— Pero yo pensé que…
— Bueno, te equivocaste. El solo estuvo cuidándome porque tuve fiebre y se quedó dormido. Solo eso.
— ¿No habrá bebé?
— Jennie… —dije manteniendo la paciencia.
— Supongo que pensé todo muy rápido.
— Ven acércate —la llamé para que se sentará a mi lado.
Ella obedeció cabizbaja.
— No me gusta verte triste ¿De acuerdo? Que algo ocurra con Jimin, es imposible.
— Imposible era pisar la luna y ya sabes que pasó.
— Jennie, a lo que me refiero es que no hay posibilidad de que algo nazca entre Jimin y yo.
— Pero ¿No crees que es muy bonito y digno de admirar?
— No niego eso. Sí, es muy atractivo a los ojos de cualquier hombre —comenté trayendo a mi mente las miradas de otros hombres en la fiesta Kim —. Es listo, independiente, tiene muchas virtudes.
— ¿Entonces? ¿Por qué no ves más allá?
— Ya te lo dije.
— No —mi hermana se apartó levantándose —. Muchos morirían por estar con Jimin. Lo sé, porque lo he visto, pero aunque me duela decirlo. Tú eres el único tonto que no ve más allá. Estás tan embobado por un hombre que te abandona cada vez que discuten. Y no te atrevas a negarlo que estoy enterada. De tus seis años de relación con ese tipo, solo han vivido juntos unos meses.
— Jennie, no sabes lo que estás diciendo.
— El que no se da cuenta eres tú ¡Abre los ojos!
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
🪷😶🌫️❤️🔥No se les olvide votar❤️🔥😶🌫️🪷
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro