🪻┆Problemas
— ¡Ay, pero si es el dictador! —dije levantando mis brazos de golpe; lo que causó que Taehyung tuviera que soltarme—. “Mi amado y fiel esposo" Ja, ja, ja —empecé a reír como fuera de mi cordura.
— Esto es lo único que faltaba —refunfuñó Jungkook, apretando los dientes—, que llegues en tan deplorable estado.
— Tranquilo, solo bebí unas… veinte o más copas.
— ¿Por qué está así? ¿Acaso tu le hiciste esto? —preguntó, dirigiendo su mirada gélida a Taehyung.
— No, no, no —negué con la cabeza, caminando con la poca estabilidad que me daban mis piernas—. Yo quise beber y lo hice, nadie me obligó.
— Creo que deberías llevarla adentro, dale un buen café y que duerma. Mañana tendrá un terrible dolor de cabeza.
— No me digas que hacer ¿De acuerdo? ¡Es mi esposo, te lo dejé claro en el evento! ¡Y ni tus rosas ni nada van a cambiar eso!
— ¡Un momento! —estiré mi mano apuntando al pecho de Jungkook—. No voy a permitir que le hables así a mi amigo ¿oíste?
— Voy a llamar a Hyejin a que te preparé una ducha, mírate das lastima en ese estado.
Definitivamente con este hombre era difícil tener una conversación tranquila y decente.
— ¿Sabes algo? ¡Vete al demonio! —le grité—. Me voy con Taehyung.
Me di la vuelta para acercarme a mi amigo. No pensaba dormir en una casa donde estaba mi peor enemigo. Le pediría a Tae que me dejara dormir en su sofá, al menos por esta noche.
— ¿Qué acabas de decir? —la voz de Jungkook sonó como salida de ultratumba.
— ¡Qué voy a dormir con Taehyung!
En mi estado de ebriedad, supe que había algo malo con mi declaración, pero no estaba tan consciente como para notarlo en ese momento. De hecho, incluso mi amigo se sonrojó.
— ¿Por qué pones esa cara? —lo enfrenté. Jungkook transmitía la viva pesadilla con sus ojos abiertos y sin intenciones de parpadear.
— Jimin, creo que usaste mal las palabras —añadió Taehyung.
— ¡Tú cállate! ¡Y no quiero tu presencia cerca de mi casa! —gritó Jungkook, se veía más furioso de lo que antes lo hubiera visto—. Y tú —se dirigió a mí—. Vienes adentro conmigo —sujetó mi muñeca con su fría y grande mano.
— Un momento, Jimin no es un animal para que la trates de esa manera. Serás muy esposo, pero es mi amigo, y si tengo que enfrentarme a ti para ayudarlo, lo haré.
— ¡Es mi esposo!
— ¡Y qué! Yo tambien… También la estimo como amigo.
— ¡Por Dios, Jimin! —Jennie salió y no ocultó su sorpresa al verme tambaleando por mantenerme en pie.
— Llévalo a su habitación, Jennie —Jungkook me soltó para recibir las manos de ella en mis hombros.
— Por el amor a Dios, Jimin. Estás muy mal.
— Solo me puse un poco feliz, no es nada de malo.
— ¡Si no querés que te rompa la cara, vete! ¡Qué de mi esposo me haré cargo yo!
— ¿Tú esposo? Ja, ja, ja —me reí estando detrás de él.
— Jimin, mejor vamos a tu habitación —quiso intentar callarme Jennie.
— Llevátelo hermana, no quiero hacer algo de lo que después pueda arrepentirme.
— Vamos Jimin, conozco a mi hermano y cuando está así es capaz de hacer una locura —ella alzó la mirada hacia Taehyung—. Agradecemos tu preocupación, pero yo me haré cargo de el.
— ¡Ya oíste! ¡Vete! —exigió Jungkook.
De ese modo, Taehyung levantó su mano para despedirse de mí, se metió a su auto y se marchó.
— ¡Jimin! —exclamó asustada Jennie, al soltarme para acercarme a su hermano.
— ¡Escúchame bien señor dictador! —era difícil apuntarlo cuando se veía borroso—. No vas a impedir que vea a Taehyung, y como te atrevas a hacer algo al respecto, voy a declarar ante la prensa que mi muy amado y fiel esposo ¡Tiene un amante que lo entretiene en su cama!
— ¡Jimin! —Jennie estaba escandalizada.
— Ya fue suficiente —dijo Jungkook elevándome en sus brazos. La verdad es que ni siquiera pude resistirme, Todo me daba tantas vueltas como estar en un carrusel.
Teniendo sus manos bajo mis muslos y con la otra tras mi espalda, sentía su corazón latiendo cerca a mi oído, mientras una Jennie boquiabierta se quedaba atrás.
— ¡Oye! —le di con el puño en el pecho, pero él ni siquiera mostró una reacción—. ¡Vas a bajarme! —me costaba mucho poder formular palabras, sentía mi lengua pesada. Tal parecía que sí me había pasado un poco de copas.
Así llegamos a mi habitación, donde él tuvo cuidado de bajarme para dejarme sobre mi cama, al hacerlo sentí sus manos resbalar por mis muslos, fue un lento movimiento como si se tratara de una caricia.
— ¿Qué haces? —alcé la voz al ver que él se había tomado el atrevimiento de sentarse en mi cama y no conforme con ello, estaba manoseando mis piernas—. ¡Sueltame!
— ¿Quieres callarte un momento? Solo estoy quitándote las botas. No entiendo como puedes caminar con semejantes cosas —afirmó, dejando libre uno de mis pies.
— Pues yo puedo hacerlo solo —contesté con la intención de quitarme el otro, pero todo daba tantas vueltas que al hacerlo caí de lado, resbalando de la cama.
— ¡Hey!
— Ja, ja, ja —mentiría al decir que sentí el golpe, simplemente reí porque ni yo esperaba que esto sucediera.
— ¿Acaso has perdido la razón? —me dijo extendiendo su brazo para ayudarme a pararme.
— Supongo que ahora soy más inútil que las instrucciones detrás del shampoo.
— No digas más tonterías ¿Sí? Ojalá nadie de la prensa te haya visto en este estado. Sería una vergüenza.
— La vergüenza es para ti, por todo el ridículo que hiciste al sacarme como un cavernícola en pleno evento.
Mientras le hablaba de cómo fue el evento después de que él se hubiera ido, Jungkook guardaba silencio, quitando la otra bota de mi pie.
— El ridículo lo hemos hecho ambos, pero prefiero que me cataloguen como un cavernícola a un cornudo.
— Por supuesto, todo mundo piensa que eres un fiel y amado esposo. Cuando en realidad eres el que se pasea con un puto a escondidas ¡Y ya suéltame! — alejé mis piernas de sus manos.
— Podría hacer unas llamadas para detener las portadas, pero igualmente se filtrará por algún lado—suspiró—.Nuestros nombres están condenados.
— ¡Pues tú eres el culpable! —lo señalé.
— ¿Qué estás diciendo? —se giró a verme—. Por si no lo recuerdas, no fui yo la que se deja abrazar delante de cámaras. Encima te trajo rosas y tu muy feliz las recibiste.
— ¿Y qué con eso? taehyung es un caballero.
— ¿Estás insinuando que yo no lo soy?
— Pues un caballero no pide un hijo a cambio del divorcio —con mi respuesta él se quedó en silencio—. Pero ¿Sabes? —me acerqué hasta sujetar su corbata—. Aunque me de rabia que un hombre como tú me toque, podría tal vez cerrar los ojos y pensar en otro.
— ¡Cállate! —me alejó, mirándome con reproche.
— Así es Jeon Jungkook¿Podrás tener un hijo con el "querido de tu difunto padre"? No lo creo ¿verdad? ¿Puedes soportar eso?
Contemplar sus manos en un puño y la mirada fija en el piso con la mandíbula tensa, fue suficiente respuesta para mí. En su orgullo de hombre prefería seguro pensando lo peor de mí.
— Sí aún con todo eso estás dispuesto a seguir. Anda, tócame ¡Hazme el hijo que tanto quieres para reclamar tu maldita herencia! ¡Rompe mi ropa y tómame a la fuerza como el animal y egoísta que eres! Después de todo, no espero menos de un cavernícola como tú.
Lo siguiente que pude hacer, fue solo parpadear ante el ruido de la puerta cerrarse. Jungkook se había ido sin decir una sola palabra más. Le di justo donde más le dolía, en su ego masculino.
Siendo ya de día. Desperté con el típico dolor que uno tiene cuando se pasa de copas.
— ¡Dios! —me levanté, tocando mi cabeza.
— *¡Wof!*
El ladrido de Bam, fue como oír un taladro, subiendo con su energía desbordante, pasó la lengua en mi mejilla.
— Ay amigo —me senté haciendo un gran esfuerzo—. Muy bien, ya se que ya salió el sol.
Pensaba pedirle un café cargado a Hyejin, con eso al menos despertaría de tan pesada noche.
— Pero… —entonces, me pregunté cómo había llegado a mi habitación—. ¡Oh no! —recordé las palabrotas y cosas que dije.
¿De verdad yo había dicho tales barbaridades? Seguro estaba echando chispas de rabia. Creo que mejor me quedaré en la habitación.
— *¡Wof! *
Pero Bam iba a seguir insistiendo hasta que saliera de la cama. No tengo más opción que salir y enfrentarme a ese dictador.
— Al demonio, si lo dije ya no había vuelta atrás, pero primero.
Me levanté para cambiar mi ropa, seguía con el traje de anoche, entré a la ducha para darme un baño rápido, lo suficientemente frío para abrir los ojos.
— Listo, así está mejor —me dije mirando en el espejo mi apariencia.
Bajé dispuesto a encontrarme con esos ojos fríos llenos de odio, mas al pisar el último escalón, me encontré con unas personas que jamás había visto en mi vida.
— Buenos días —saludé.
— Oh Jimin, veo que estás mejor —dijo Jennie.
— Sí, estoy bien —contesté desviando la mirada a Jungkook, quien estaba más serio de lo acostumbrado.
— Perdón que interrumpa, pero ¿quienes son las visitas?
— Mucho gusto muchacho, Somos oficiales, y estamos aquí porque descubrimos que el occiso Hyunbin, encontrado en su departamento, tuvo un altercado con el señor aquí presente.
— ¿Cómo?
— De acuerdo a la autopsia, no fue un suicidio como se hizo creer, tal parece que alguien lo asesinó, por ellos estamos tomando la declaración de cada persona que lo vio por última vez esa noche.
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