🪻┆El hombre que mereces
Tenía que hacer algo para evitar que interviniera, fui bastante duro con el, pero no tenía más alternativa que esa. Tal vez mis palabras lo hirieron por su expresión al decirle que no era un Jeon. Maldición, nunca me había costado tanto decirles unas palabras a alguien. Era más que seguro que Jimin estaba furioso conmigo, sin embargo, Había algo que descubrí y ya tenía comprobado, este problema lo había iniciado yo. Fueron mis actos los que llevaron a que esto se salga de control, y sólo yo debía solucionarlo.
De modo que, tras recibir un mensaje de Jihoon, acepté reunirme con el. Las manos me ardían con rabia, la sangre me hervía cual lava, todo mi cuerpo era un volcán a punto de hacer erupción.
Y así ocurrió, luego de bajar de mi auto, llegué al lugar dónde debíamos vernos. El ya se encontraba en la mesa esperándome, su expresión rápidamente se mostró como la de un joven recién ilusionado en una primera cita.
— Mi am… —se acercó a darme un beso, pero interponiendo mi mano frente a el se lo impedí de hacerlo.
— Siéntate —le dije—. Si accedí a reunirme contigo, fue solo por un motivo claro que tengo en mente hace más de un año.
El tomó asiento, se veía bastante desconcertado ante mi comentario.
— No lo entiendo Jungkook ¿Acaso hice algo malo?
No sé si reí por la indignación o por mi estupidez de estar tan ciego y encaprichado con el hombre equivocado.
— ¿De verdad no lo sabes, o es que no quieres recordar?
El abrió los ojos con sorpresa, y suspiró bajando la mirada.
— Supongo que ya te enteraste del problema que hubo en tu casa —su voz cambió a la de una suave y sumisa.
— ¿Por qué no eres sincero y mejor hablas las cosas por su nombre?
—Pero mi vida ¿Por qué eres tan duro conmigo?
— Déjame ponerte las cosas claras, primero; no me. digas mi vida ni amor. Aquí entre nosotros el amor no existió.
— ¿Qué?
— Déjame terminar —la interrumpí—. Y segundo; cambia esa cara de no entender de lo que hablo, porque no me refiero únicamente al problema que tu causaste en mi casa ¿Sabías que tu discusión llevó a mi hermana a un hospital?
— ¿Hospital?
— ¡Ella está embarazada!
— ¿Qué? P-pero yo no lo sabía. Si lo quieres puedo ir a pedirle disculpas.
— No, me he dado cuenta que una disculpa no lo soluciona todo.
— ¿Entonces qué quieres que haga? ¿Que compre un obsequio?
— ¡Por un maldito segundo, puedes ser serio! No quiero que te acerques a mi hermana ni a mi familia. Estoy harto de todo esto, de tus niñerias, berrinches, fingir que eres un hombre inocente cuando me viste la cara prácticamente desde que iniciamos nuestra relación.
— ¿Por qué me tratas así? —me preguntó con los ojos llorosos, y ahí entendí de lo estúpido que fui al dejarme manipular por el—. Mi única verdad es que te amo.
— ¡Cállate! —exclamé apretando la mesa para no soltar mi ira de otra manera—. No me hagas olvidar que eres una persona.
— Fue por ese recogido ¿Verdad? Estas así porque después de abrirte las piernas ya te lavó el cerebro. El solo te está usando.
— ¡No metas a Jimin en eso! —lo señalé—. Que el única que me lavó el maldito cerebro fuiste tú.
— ¿Qué dices?
— Así es, durante años no te he terminado de conocer…Ahora entiendo el motivo de tus tantos viajes, justificando tus berrinches y familia… ¡Para lárgate con tus múltiples amantes!
Jihoon enmudeció, su rostro lleno de colores, cayó del mismo modo que su careta.
— Y antes de que digas que fue Jimin la que me dijo eso, te diré que no. Yo lo hice, después de tu último viaje. Me tomé el tiempo de contratar a alguien que hiciera este trabajo. En un principio no lo quise creer, pero luego de pensarlo y verlo con mis ojos, solo puedo decir que me queda un único sentimiento por ti. Asco —finalizando mis palabras —me levanté del asiento para retirarme.
— Jungkook, mi amor déjame explicarte —se opuso a que yo saliera, sin embargo, se me hizo fácil pasar por un lado.
— Espero que esto al menos entiendas que todo se acabó —dije saliendo fuera.
— ¡No! ¡No! —se aferró a mi pecho—. No puedes decirme eso ¡No después de más de seis años de relación! ¡Ese recogido no pudo haberte hecho cambiar de opinión tan pronto!
— ¡Cuida tus palabras! —la alejé sujetando sus hombros—. Estás hablando de mi esposo, y así como mi hermana ellos son las únicas personas que se han verdaderamente preocupado por mí.
— Mi amor…
— ¡No me digas amor! —la sacudí—. Todas tus palabras como tu son falsas —terminé soltándola de mala gana—. ¡Pero qué imbécil fui! ¡¿Cómo me dejé usar tanto tiempo por ti?! Por alguien que no tiene valor, por alguien que solo miente y daña para ser feliz.
— ¿Tanto te gustó revolcarte con el como para tirar a la basura siete años?
— Ja, ja, ja —me pasé la mano por los cabellos—. Bueno, si lo quieres llamar siete años, está bien por ti. Pero en esos siete años en los que te la pasabas con tus amantes, que de milagro no me pasaste una enfermedad, fue simplemente superado con unas pocas semanas de conocer a Jimin.
— Jungkook yo te amo —fue su último recurso entre lágrimas.
— ¡Tú no amas a nadie!
— Mira, déjala. Vayamos juntos a cualquier país y empecemos de cero. Revivamos nuestro amor.
— ¿De verdad crees que voy a dejar a el único que me ha hecho sentir vivo? Ahora estoy más seguro que antes de haberme equivocado contigo y haber cometido un gran error al juzgar mal a Jimin.
— Pero…
— ¡Ya me escuchaste! ¡No quiero volver a verte cerca de mi vida, ni de las personas que me importan!
Dejándole todo en claro, subí a mi auto. Estaba ahogándome en la rabia de no estallar con más violencia de la que podía controlar, pero más rabia sentía por mí. Por haber sido tan estúpido en cegarme completamente por Jihoon. Confundí el sexo con el amor. Le hice daño a la persona que no lo merecía. Jimin… mi esposo.
Los días que siguieron a la discusión final con Jihoon, estuve intentando hallar la manera de tener una conversación con Jimin, no quería que pensara que el era un plato de segunda opción, que eso que ocurrió entre nosotros no significó nada para mí. En mi pecho atesoraba su completa entrega y lo maravilloso que fue tenerlo para mí. Caí en mis palabras, pero caí por un hermoso hombre que lo era tanto por fuera como por dentro.
…
Sin embargo, el fin de semana me traería más de un dolor de cabeza.
Jennie estaba llegando de su control prenatal, se la veía muy feliz, con las mejillas rosas y la mirada brillante.
— ¡Oh Jungkook! —se lanzó a mis brazos, soltándose en risas—. Estoy tan llena de dicha.
— Buen día señor —me saludó Bamban quien cerraba la puerta después de entrar tras mi hermana.
— Hola —le respondí.
— Hermano, él me acompañó a mi control. Jackson está muy ocupado con su trabajo y le pidió a Bamban que estuviera pendiente de mí. Ya le he dicho que no es necesario, pero ya sabes que mi esposo me adora y ahora más que nunca por nuestra bebé.
— Bueno, al fin le funcionó el cerebro a tu esposo —comenté.
— Vamos Jungkook, no seas tan cruel con Jackson, él se está esforzando por nuestra bebé y por mi.
— Disculpe que los interrumpa, pero no quiero causar malestar en una conversación personal.
— Oh no, Bamban tu no molestas —afirmó Jennie—. Es más, quiero que los dos vengan conmigo, les tengo que enseñar las imágenes de mi ultrasonido, incluso hay un video. Mi bebé está tan pequeño que hasta podría tenerlo en una sola mano y sobraría espacio.
Llevándonos de las manos, nos condujo a las escaleras, para llegar a la habitación.
— Señora Jennie…
— Sin protestas Bamban, eres como de la familia y quiero que compartas esta emoción conmigo.
Los ojos de él destellaron con un brillo que rápidamente intentó ocultar.
Estando ya juntos en la habitación, Jennie nos mostró las imágenes de la criatura que crecía en su vientre. Era algo maravilloso pensar que así se formaba la vida. Jamás había pensado en lo que era formar tu propia familia, y por un instante, me imaginé a Jimin llevando un vientre abultado con un hijo mío. Pasé mis dedos en la figura del pequeño o pequeña Jeon, pensando en que estaba tocando el vientre de mi esposo. Un hijo mío, uno que fuera el reflejo de ambos.
— ¿Kook? —Jennie me devolvió a la realidad.
— Eh… si.
— ¿Qué sucede hermano? ¿También estás ansioso por tener un hijo?
— Ja, ja, ja Eso es un futuro lejano para mí —contesté.
— No si tu lo quieres. Algo me dice que de ese viaje, no han venido solo dos —bromeó ruborizándose.
Estaba por reír, pero tras pensar en las palabras de mi hermana, la sonrisa me cambió. Había cierta posibilidad de que eso fuera cierto. Solo fue una noche, pero en cada acto no usamos protección. Me había dejado llevar por la pasión y el deseo que inundé a Jimin más de una vez.
¿Podría ser que el ya estuviera esperando un hijo mío? Mientras más lo pensaba, más convencido me sentía.
De repente, unos ruidos llegaron desde la sala. Jennie también lo escuchó y al salir descubrimos a Jimin discutiendo con Jihoon.
Le había dicho que no lo quería volver a ver cerca, pero el al parecer no lo había entendido.
Me vi obligado a echarlo, entre el y yo, ya todo estaba más que claro y nada cambiaría mi pensar.
Luego de que se marchara, Bamban bajó ayudando a mi hermana a subir a su habitación, y Hyejin regresó a la cocina.
— Con permiso —dijo Jimin alejándose de mí.
— ¡Espera! —lo llamé parándome detrás de el.
— Estoy con prisa, saldré con Bam y no encuentro su correa.
— Jimin, tenemos que hablar.
— Tal vez en otro momento, Bam me está esperando afuera.
—Jimin… —lo rodeé para mirarlo a los ojos.
— Esto es importante.
— ¿Importante? ¿Tan importante como lo fue reunirte con Jihoon?
Inevitablemente bajé la mirada.
— Sobre eso, tenía que solucionar el problema en el que yo mismo me había metido. No quería que intervinieras porque fui yo el que cometió el error de no darme cuenta antes.
— Bien, tienes razón. No es de mi incumbencia meterme en tus problemas.
— Jimin… —quise tocarlo, pero el retrocedió—. Sé que fui duro con mis palabras, y que me equivoqué contigo.
— ¿Equivocarte? Yo creo que fuiste muy claro al decir que no soy un Jeon, que no soy parte de tu familia —su respuesta era tan calmada que me hacía notar cada vez más de lo estúpido que fui.
— Fueron palabras que no las dije con sinceridad. Jimin… —tomé sus manos sin importarme si me rechazaría o no—. Tú, como Jennie son personas que aprecio en mi vida.
Jimin asintió, evitando mirarme.
— Fuiste igual de tierno en Madrid, tus palabras y mirada parecían ser sinceras, pero… —el alejó sus manos de las mías—. Yo necesito más que palabras. Hechos, si realmente quieres que te crea, demuéstramelo. De lo contrario, solo serán palabras que se irán volando con el viento.
Intenté tocar sus mejillas, pero el giró su rostro.
— Me da gusto que hayas abierto los ojos con respecto a Jihoon, en realidad nunca creí que lo echarías de casa así como lo hiciste ahora.
— Tenía que hacerlo.
— Lo sé, solo espero que no vuelvas a caer en su telaraña de seducción. Parece ser el tipo de hombre que no le gusta perder.
— Te demostraré con hechos que puedo ser alguien mejor —le dije.
— Adelante, pero no lo hagas solo para mí, hazlo por ti, y que sea tu propio yo quien esté conforme con la persona que eres —resopló acomodando su cabello detrás de su oreja—. Ahora si me disculpas, debo irme a sacar a Bam.
— Adelante —le permití seguir su camino.
Y mientras el caminaba, no pude quitarle la mirada de encima.
— Te lo demostraré Jimin, verás que puedo ser el hombre que mereces.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
😶🌫️🪷❤️🔥No se les olvide votar ❤️🔥🪷😶🌫️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro