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Capítulo 4: ֍‡ Despejar la mente ‡֍



—... ¿Cómo? —Contestó un poco confundido al escuchar la pregunta del pequeño kobold, algo extrañado de que algo como eso sea dicho de una forma tan... ¿Implorable? Casi esperanzado con que su respuesta de alguna forma lo ayudaría de gran manera en su vida; no, él...él espera una respuesta que le pueda dar sentido a su vida.

Sacudiendo su cabeza de un lado a otro por las suposiciones totalmente sacadas de lugar, volvió su mirada al joven lagarto, quien lo veía un poco raro debido a su acción anterior; vaya que le afectó ese golpe en la cabeza que le dio aquel villano gelatinoso.

—Oh-uhm bueno yo, yo solo quería saber.... ¿Qué es ser un héroe? —la pregunta cargaba con el mismo sentimiento singular; palabras llenas de esperanza, expectantes de escuchar la ayuda que ahora necesitaba.

—Esa es una pregunta bastante tonta —las reacciones sorprendidas de todos no se hicieron esperar; mirando con los ojos totalmente abiertos, desviaron su mirada al pequeño Tenya.

Ingenium lo veía con incredulidad, no podía creer que su hermano hubiera dicho algo tan mordaz. De por sí él no era mucho de guardarse lo que piensa, así que era bastante probable que pudiese llegar a ofender a los demás con sus respuestas totalmente honestas. Akini también lo miraba sorprendido; de verdad, este "cuatro ojos" no entendía lo importante que era para él hacer esa pregunta, y por último la pequeña espectadora lo veía sorprendida a causa de que uso la palabra "tonto", algo que para ella era bastante vulgar.

—Obviamente que ser un héroe es alguien que salva a las personas del peligro —respondió bastante seguro de sí mismo, mirando a su hermano en busca de ver que sus palabras eran ciertas.

—Oh Tenya...ser un héroe es más que eso —se inclinó hasta quedar a la misma altura que su hermano, apoyando una de sus manos en el hombro del niño de lentes. —Es verdad que la principal prioridad de un héroe es salvar a las personas del peligro, pero, la responsabilidad de un héroe va más allá de eso.

Observando la expresión sorprendida de Tenya, se permitió dibujar una pequeña sonrisa en sus labios. Volviéndose hacia Akini, quien nunca había quitado su mirada de él, pensó sus palabras a decir; abrió su boca y comenzó a relatar para él...qué era ser un héroe.

—Debo decir ...que no me esperaba una pregunta como esa en un lugar como este, después de todo, a los niños no es como que les interese mucho lo que conlleva el simbolismo de un héroe, o mejor dicho, la realidad a lo que uno debe ejercer como un héroe —explicó hacia Akini, como también a los otros que estaban a sus costados.

>—En mis días como estudiante de la U.A, hubo profesores que me guiaron e instruyeron sobre lo que un héroe debe ser, debo decir que estoy muy agradecido con todo ellos. Pero, recuerdo a uno en particular, uno que para él la profesión de héroe era algo por lo que tomarse en serio; una vez vino a la clase y vociferó ante toda la clase "¿Qué es ser un héroe para ustedes?" —se silenció un momento para ver el rostro de los niños y saber si estos se habían perdido en algo, pero parecían bastante atentos. —Cada uno dio su respuesta, algunos estaban bastante confiados con sus respuestas. No obstante, los que más alardeaban de su sabiduría, fueron los primeros en resultar reprobados, por qué sí, era un examen sorpresa jeje~ —riendo con nervios al recordar ese día.

Levantándose con una extensión de rodilla, observó los ojos todavía curiosos de los niños, quienes todavía querían escuchar lo que pasó en ese momento.

—Claro, yo di mi respuesta, "qué un héroe es aquel que se rige por la justicia y la verdad; un camino que se verá construido por la fortaleza y el corazón de este mismo". —Voces de impresión salieron de ambos niños, mientras que Akini no pudo evitar sentirse un poco decepcionado por lo dicho por el joven héroe. —Pero claro...esa era mi visión en ese momento.

Como si eso fuera una oportunidad más para creer; Shiwara levantó rápidamente su vista hacia Tensei, en contemplación de escuchar lo que verdaderamente creía él lo que era ser, un héroe.

—A mi profesor no le molestó la respuesta; mas no lo sorprendió.



~Preparatoria U.A; hace 6 años, 4:30 PM.


— ¿Eh? ¿Qué quiere decir con que es "aburrido"? —se expresó bastante confundido por la respuesta de su sensei.

—Por qué lo es, no estoy diciendo que tus ideales sean malos, IIda-kun, pero a decir verdad, me esperaba algo más por parte de ti —respondió a su alumno de manera totalmente calmada, pero con un suspiro de decepción. —Viendo cómo te esfuerzas para volverte un héroe profesional; de lo cerca que estás de lograrlo, me sorprende que no comprendas del todo bien lo que se supone que es lo que un héroe debe ser.

— ¿Qué? Pero... ¿Qué quiere decir con eso? ¿Acaso un héroe no es aquel que vive por la justicia y sus ideales? —a pesar de ser alguien tranquilo, escuchar de alguien decir como su visión del mundo estaba equivocada; hacía que su convicción por defenderlas se prenda; preguntar fervientemente por qué esa persona creía lo contrario, incitando que el opuesto diga algo que lo pueda hacer cambiar de opinión.

—Hah...Huff~, Iida, alguien que vive solo por la justicia no es más que un loco tratando de imponerse ante los demás. —Antes de que Tensei dijera algo, su sensei levantó una mano para detenerlo. —Y no digo que tú seas uno de ellos; es bueno ver por la justicia, es bueno querer ver que la sociedad se sienta tranquila sabiendo que existe una persona que pelea por un bien mayor, pero, no es bueno desvivirse por creer algo que posiblemente no puedas cumplir —dijo para después mirar a los ojos a su estudiante.

— ¡¿Qué quiere decir con eso?! —inquirió levemente enojado al pensar que su maestro lo estaba menospreciando. — ¿Piensa que no podré cumplir con mis propias palabras?

— ¿Qué harás después de que falles, Iida? —Tal pregunta hizo detener los reclamos de Tensei. — ¿Qué harás una vez que veas que no pudiste salvar a tiempo a las personas que una vez prometiste cuidar? ¿Qué harás cuando no llegues a ser lo suficientemente rápido? Dime Iida-kun... ¿Qué harás? —Dejando sembrar la duda en la mente de Iida.

—Yo...—trato de decir algo, pero se tropezó con sus palabras. La pregunta que le hizo su maestro lo había dejado en un estado pensativo; siempre tuvo en mente los ideales y promesas a cumplir cuando se convierta en un profesional, pero realmente, nunca se puso a pensar en preguntarse el « ¿Qué pasará si fallo?». Con dudas todavía cubriendo su mente, dio su respuesta. — me volveré más rápido —musito dubitativamente ante su respuesta.

La risa grave y seca de su profesor no se hizo esperar, cosa que descolocó un poco a Tensei. Quedándose unos segundos esperando a que su maestro dejara de reírse, observando como su sensei parecía recuperar un poco el aliento después de semejantes carcajadas; se pasó una mano por el rostro para limpiarse el sudor; ahora acomodándose mejor en su asiento para verlo nuevamente a los ojos. Aún mantenía una pequeña sonrisa en su cara, pero sus ojos, estaban totalmente estáticos en vista a él, mirándolo en signo de reprobación.

—Iida...el trabajo de un héroe no va a ser color de rosa; menos cuando si una de tus metas se tratase el intentar cambiar a la sociedad —movió todo su cuerpo para quedar frente a frente con su estudiante. —He visto chicos cuyo sueño era ese, cambiar a la sociedad; volver al mundo un lugar utópico, ¿y qué crees?... nadie lo hizo. En cambio, ellos solo se enfocaron en sus vidas y trabajos, perdiendo aquella chispa de ser los precursores de marcar una nueva etapa en la historia del mundo; ¿y sabes que? Lo entiendo, nunca es fácil cuando tu trabajo no se trata del todo de eso —relató el hombre al recordar las veces que veía como sus anteriores alumnos se rendían al ver el gran muro que los frenaba. Cambiar el mundo para bien...no es tarea fácil.

— ¿Qué quiere decir con eso, sensei? —pregunto un poco intrigado y confundido al escuchar como el trabajo de un héroe no se trata de cambiar a la sociedad.

—Derrumbes, robos, asesinatos, terremotos, inundaciones, planes de dominación mundial, terrorismo, narcotráfico, súper villanos, etcétera, etcétera, etcétera...esas son solo unas pocas cosas de la gran lista negra que nosotros nos debemos enfrentar —una mirada de cansancio paso por los ojos del anciano, solo para unos segundos desaparecer. —Cuando hay tantas cosas por resolver, no existe un espacio en el que puedas decir que nosotros los héroes nos enfoquemos plenamente en hacer un cambio a la sociedad —se enderezó en su asiento; miró el salón vacío a sus ojos, girando su rostro para tener un imagen panorámica del sitio; esto le traía recuerdos del pasado.

—Es verdad que lo fue cuando la "gran pandemia quirk" comenzó. No existía nadie en aquel momento que pudiera regular todo el descontrol que se estaba haciendo en ese momento...no hasta que alguien simplemente se hartó y decidió hacer justicia por su propia mano.

—La época de los vigilantes —respondió para sí mismo al recordar como mencionaron aquello en sus clases de historia.

—Sí. Una nueva era inició en ese momento y, dudo que algo así vuelva a pasar —recostando su barbilla en el bastón que sostenía una vez que sintió como las punzadas de su vieja espalda lo golpeaban.

—Pero, sensei-... —trato de hablar Tensei, pero fue interrumpido nuevamente por su allegado.

—Ahh...Iida-kun, dime, ¿quieres saber...qué es lo debe ser un héroe?

Cansado, pero todavía con los ánimos de querer hacer que su estudiante aprenda algo que le será útil en la vida que él eligió. Lo miro, notando a simple vista como esperaba diligentemente a que diera su respuesta a su pregunta; conociéndolo, sabía que no se negaría.

— Sí, por favor —pidió respetuosamente, ahora dándose cuenta lo mucho que todavía le faltaba por aprender.

—Je~, muy bien, más vale que te lo grabes, por qué no te lo repetiré dos veces —agarrándose la espalda para poder enderezarse en el respaldo de la silla, observó de nueva cuenta a Tensei, mostrándose serio y exhalando un aire de sabiduría y experiencia. —He estado por mucho tiempo ejerciendo como héroe; cómo tu profesor, es mi deber enseñarte y guiarte por el camino que una vez yo cruce, así que, escúchame atentamente Iida. Puede que en algún día de estos alguien necesite de las palabras necesarias para dar aquel paso al mundo de los héroes; una alma perdida, una persona descarriada, una sin esperanza...las palabras de uno pueden cambiar el destino de las personas, incluso...convertirla en la persona que podría cambiar al mundo como lo conocemos, ¿entiendes, Iida-kun?

— ¡Sí, sensei! —Afirmó con fuerza al entender lo que quería decir su sensei con todo eso, entendía el peso de sus palabras. Brindándole ahora mismo una parte de lo que fue su propia experiencia de los años que vivió en su juventud.

—Bien, esto será un regalo por tus esfuerzos.


~.



—"¿Qué es ser un héroe?... ¿Por qué no mejor te preguntas qué es ser humano?, ¿quieres ser invencible? Piensa, qué la fuerza no lo es todo, ¿quieres ser el mejor? Bien, enfócate primero en tus peores cualidades, ¿quieres ganar? Se atleta, por qué un héroe no busca ser el primero en todo. Si buscas un premio por lo que haces, ten en mente que lo único que recibirás en ese momento será: las sonrisas de los niños al salvarlos, la esperanza en los ojos de las personas al verte llegar, las cicatrices de las batallas que tendrás; el estrés en una misión de infiltración, el salado sudor recorriendo tu cara cuando una bomba está por estallar, el miedo inundando tu corazón cuando tengas que enfrentarte a un enemigo más fuerte que tú; ese temblor en tus piernas cuando te paras frente al peligro. Abraza todo eso y haz de todo ello tu guía, por qué cada vez que estés en el suelo totalmente vencido, cuando pienses que todo se perdió, recuerda todo lo que te dije; ponte de pie...y lucha. Por qué eso es lo que hace de un hombre...un héroe". —Terminando de recitar las mismas palabras que le dio su maestro aquel día, fue recibido con los aplausos de su hermano menor, quien nada más expresaba lo magnífico que fue aquel discurso.

Los otros dos niños solo se mantuvieron callados; la niña fue por no haber comprendido las palabras del héroe, demostrándolo con su pequeña cara en blanco y musitando de impresión a pesar de no haber entendido la mayor parte.

En cuanto Akini, él simplemente estaba callado para sopesar aquellas palabras; recortándolas en su mente, formó un compuesto de todo lo anterior en un solo párrafo. «Héroe es igual a ser humano, como también ser humano te puede convertir en héroe», resumiendo de una manera más simple la lección que le intentó dar su profesor de ese entonces a Ingenium. Si bien fue interesante escucharlo, incluso podría decir motivador y esperanzador, no era lo que buscaba.

«Yo...no sé por qué esperaba algo más», se sintió frustrado, extrañamente decepcionado, pero ¿Por qué?, ¿por qué se siente así? ¿Acaso aquellas palabras no fueron suficiente para hacerlo tomar un camino? «...No».

Esperaba demasiado, demasiado de alguien que aún sigue siendo bastante joven en lo que respecta a ser un héroe, aunque...igual y no es así, ¿podrá ser que acaso...él simplemente estaba exigiendo demasiado? Esperando mansamente a que la respuesta viniera de alguien de la calle y que con sus reflexiones le logre dar la motivación suficiente para ir por aquel camino que tanto duda.

«No, no lo... es verdad, yo...yo simplemente estoy esperando a que alguien elija por mí», se sintió decepcionado de sí mismo. Tanto pedía que alguien le dijera algo sobre lo que se supone que debe ser un héroe, y cuando se lo dicen en la cara, solo se queda parado criticando su mensaje. Al menos debía ser agradecido porque alguien se había tomado el tiempo en decírselo, aun si sentía que no fue "lo suficientemente bueno". —Eh-um gracias...gracias por habérmelo dicho —sintiéndose avergonzado a causa de los pensamientos que tuvo hace unos momentos.

—Jeje~ no hay problema, de seguro a mi sensei le hubiese gustado que les diera este mensaje a los que posiblemente sean los futuros héroes top de Japón Jajaja —sonriendo y riendo alegremente por su comentario, esperanzado de que al menos sus palabras le hubiesen llegado a unos de los dos niños frente suyo. Descartaba a Iida por qué sabía que su hermano graba a fuego sus palabras.

— ¡Claro que sí hermano! ¡Veras como me convertiré en uno de los mejores héroes de Japón! ¡Casi igual que tú! —Exclamando emocionado y mirando con estrellas a Tensei, determinado a cumplir con aquella meta que se propuso desde el día en que vio a su hermano salvar a todo un grupo de personas. Ver cómo se balanceaba por el aire como si pudiera volar, con su armadura plateada destellando y resplandeciendo a causa de los rayos del sol; con el rugir del aire cortante por la velocidad a la que iba.

Si bien tenía apenas un par de años en ese entonces, le alegraba poder recordarlo tan vívidamente. El grupo de héroes quienes eran liderados por su hermano Tensei, moviéndose tan coordinadamente como si fuera la coreografía de un baile, derribando aquel villano como si solo fuera un tronco ya cortado; todo eso en menos de dos minutos. Un fuego inagotable se había encendido en él; maravillado por los héroes ahora reunidos frente a él, observó cómo su hermano parecía llevarse bien con todos; calmado, elocuente y sereno. Él quería ser como él.

—Jajaja ¡Claro que lo harás! Es más, ¡te reto a que me superes! —eso sorprendió a Tenya, pensando que tal cosa que su hermano le pedía era imposible. —Jajaja muy bien, fue bastante agradable hablar con ustedes, pero ya es hora de irnos, vamos Tenya —encaminándose hasta la puerta, viendo de reojo al pequeño Iida, esperando a que lo siguiera.

— ¡Oh!-Am ¡Sï! —trotando un poco hasta ponerse a su lado, ambos finalmente se habían retirado del jardín de niños, sin evitar todas las miradas de asombro de los infantes como también de los padres que venían a recoger a sus hijos.

El lagarto solo se quedó en el mismo lugar, observando a los lejos como la figura de ambos Iidas salían del edificio. Aun de no haber recibido lo que quería, no pudo evitar que un pequeño sentimiento de insatisfacción se cierne sobre él.

—Uhm... ¿Entendite lo que dijo? —cuestionó la pequeña niña al chico kobold, quien solo seguía parado y mirando el suelo en contemplación.

—...Sí.

—...Ah.



→/-/


— ¿Y bien, como te fue?

Cambiamos de vista al dúo de dragones; madre e hijo habían finalmente arribado a las puertas de su casa después de un día agotador, Akini por su plática con Ingenium, e Ima por tratar con un imbécil cabeza caliente en el dojo.

— Vi como estabas acompañado de una niña, ¿acaso es tu amiga? —preguntó con un tono bastante extraño que rozaba entre la felicidad y la burla.

—No —negó el pequeño lagarto.

—Está bien, está bien, tampoco tienes por qué responder tan serio Fufufu~, bueno ¿Por qué no vas a tu cuarto? Seguro estás cansado de tanto jugar y revolcarte por el piso jeje —sabía que su hijo no era de ese tipo de niño hiperactivo que correteaba por todo el lugar, pero le hacía gracia ver las expresiones que hacía cada vez que lo molestaba un poco.

—Mmhhm —respondiendo con un ligero vuelco de sus ojos, comenzó caminar de una vez hacia su cuarto para continuar con sus divagaciones. Ahora mismo tenía mucho que pensar.

Abriendo la puerta de color cyan de su cuarto y cerrándolo detrás de sí con un sonoro click, se quedó unos momentos parado viendo a la nada, solo para comenzar a movilizarse alrededor de su habitación con la mirada en el suelo; tan atento a las tablas de madera ficticia, sabiendo muy bien como todo esos tablones eran falsos, pero con un detalle tal que parecían reales.

Pensamientos cuyo único afán era distraerse del verdadero problema a sus pies, ¿por qué le costaba tanto tomar una decisión? Este no era un caso que se podía tomar a la ligera; bien es sencillo decir « ¡Quiero ser un héroe!», no lo será cuando sabes lo que realmente significa serlo.

«Ser humano...es igual a ser un héroe», una mueca en sus labios fue recibida por el recordatorio de esas palabras que sintetizó. No había enojo, ni tampoco tristeza, solo...conflicto. «Entiendo que se refiera a tener emociones humanas, miedo, tristeza, angustia, enojo ¡Todo eso! Sí...ya lo sé, es solo que...es muy... ¿normal?», una respuesta posiblemente obvia para algo con gran significado como lo sería la palabra "Héroe". ¿Cómo?... ¿Qué es lo que debe pensar sobre esas afirmaciones?

No lo sabía, pero lo que sí sabía era que sus palabras no fueron suficientes para impulsarlo totalmente a incursionar en la cruzada del héroe. « ¿Acaso era demasiado exigente?» no, solo...solo...

Ahhg~...« ¿Por qué?», se cuestionaba el porqué de su obsesión con convertirse en héroe; no es algo que él realmente quiera, no es algo que pidió; nunca quiso ser enviado a otro mundo con el único objetivo de ser un maldito héroe, y aun con eso... ¿Por qué sigue intentando?

Siempre hubo un pensamiento que lo carcomía cada vez que se encontraba solo en su cuarto; mirando la ventana con vista a las otras casas de la redonda junto con una que otra avecilla que pasaba volando por la ventanilla; veía todo eso y pensaba...« ¿Qué pasaría si fuese como batman?», un vigilante que paseaba las calles de noche en busca de criminales, con un traje militar o lo que sea que lleve el encapuchado oscuro; se le hacía divertido pensarlo, pensar en las posibilidades y los sucesos que pasarían; como se movería, como reaccionaria la prensa, el gobierno, cómo reaccionaría su...familia...ugh.

—... —meditó profusamente, recordando lo que eran sus padres y hermanos desvaneciéndose en polvo ante sus ojos. Tal vez, con toda posibilidad y fé, ellos pudieron haber alcanzado el cielo.

A pesar de que sentía como los sentimientos de tristeza y melancolía recorrían todo su cuerpo, se dirigió firmemente y con calma a la mesita de noche que tenía al lado de su cama, decorada con una lámpara y un carrito de juguete. Un regalo que se le fue dado por su "padre" aleatoriamente en el día; venía acompañado con otros cuatro, pero no le importo los demás, solo este, aquel auto rojo.

¿Qué pensarían ellos...qué pensarían de él al ver que estaba en este mundo de héroes? Acaso... ¿Lo alentarán a convertirse en uno? ¿Desearían que lo haga? ¿Lo apoyarían?, ¿o se sentirán decepcionados?... ¿Pensaran...que eso no sería lo correcto?

«No...no lo creo», agito su cabeza en negación. Una presunción totalmente falsa que se había hecho ante su mente tormentosa. «No...no creo que se sientan decepcionados por algo así», cerró los ojos para evitar llorar, liberando un suspiro para poder controlarse, lográndolo por poco. —Hahh...«solo lo harían...si no lo hiciera», veía con cansancio y nostalgia al vehículo en sus manos, re planteándose por vigésima vez la idea de ser un héroe.

Tiene el poder, nació en este mundo de esta forma, con estas nuevas habilidades que son consideradas de admirar por los mayores de esta sociedad; pero... ¿Ese es su deber, ser un héroe? A pesar de lo mucho que entienda el concepto del héroe, aún no tiene lo necesario para serlo, incluso, podría decir que no es el tipo de persona indicada para serlo; sería egoísta no hacer algo con este nuevo don ¿No es así?

Pero yo...yo...Ahh...no estoy seguro de lo que estoy tratando de hacer —susurro para sí mismo en la ahora oscuridad de su cuarto, parece que pasó bastante tiempo pensando que no se dio cuenta de lo tarde del día.

Aki-kun~ ¡Baja, tenemos una sorpresa Jeje! —la voz de su madre dragona sonó al otro lado de la puerta, parecía bastante emocionada por algo, es más, ¿cuándo no lo estaba?

Levantándose de su cama con algo de esfuerzo, se encaminó hacia la puerta azul y abrió, viendo de primera mano la cara sonriente de su madre mirándolo con sus ojos color topacio brillante.

¿Qué sucede? —ahora mismo no se sentía de ánimos para lo que sea que ella le tenía preparado.

—Vamos cariño, ven —a pesar de verlo desanimado y renuente a que la acompañara abajo, agarró una de sus pequeñas manos y le habló suavemente. —Sé que te gustara.

—... —sin tener oportunidad ahora de declinar, se dejó guiar por su "madre" hasta la planta baja de la casa. Justo cuando bajó el último escalón, un aroma dulce golpeó sus fosas nasales, provocando que haga un gesto de extrañeza.

Ima viendo esto, sonrió para sí misma y siguió acompañando al pequeño lagarto hasta el comedor. Akini no entendía lo que estaba pasando; se volvió hacia la mujer de escamas doradas, pero ella solo tenía una sonrisa en su rostro, algo que no le decía nada.

—Siéntate~ —le indicó la dragona a su hijo, señalando a la silla que se encontraba en el centro de la mesa.

Haciendo caso a su petición y todavía extrañado de la situación, se sentó y esperó a lo que fuera a suceder. La intriga que le ocasiona tales acciones le hicieron olvidar el sentimiento de hundimiento de momentos atrás.

— ¿Qué sucede? —pregunto confundido y sin entender todavía lo que pasaba.

—Ya pronto lo sabrás~ ¡Héctor! —el llamado de quien parecía ser su "padre" al otro lado de la cocina, no hizo más que alzase una ceja debido a que en estas horas, aún él no llegaba de su trabajo.

Tan pronto como logró observar a su padre, el gesto de confusión cambió rápidamente a una de sorpresa. Un pastel pequeño, pero muy bien decorado, era llevado por Héctor de entre sus manos, acercándose con una pequeña sonrisa hasta su localización. De entre la mitad del camino, Héctor había comenzado a cantar lo que parecía ser la canción de feliz cumpleaños, acompañándolo de igual manera Ima que comenzó también a cantar.

Las cinco velas alumbraban todo el comedor con su resplandeciente luz, bailando serenamente entre las ráfagas de viento que alguna que otra vez salían de una ventana abierta en algún lugar de la casa; el olor dulce a vainilla surcando su nariz, Akini tenía su vista y olfato clavados a estos fenómenos que pasaban por delante de sus ojos.

Se sentía casi... mágico, algo raro, ¿desde cuándo un pastel de cumpleaños se sentía así? Tal vez... ¿se habrá sentido así la primera vez? ¿La primera vez que tuvo un pastel de cumpleaños al frente suyo? Una sensación que parecía de sueño, un sentimiento que fue opacándose con el tiempo, hasta ser completamente olvidado.

—Jeje~ parece bastante impresionado por el pastel ¿No lo crees? —comentó Héctor a su esposa, quien se mantenía de brazos cruzados y dirigiendo una mirada de amor a su hijo.

—Sí, después de todo...es la primera vez que le hacemos un cumpleaños —el cálido momento de ver aquella mirada soñadora en él, no hacía más que llenarle un sentimiento de paz en su corazón.

—Sí...me alegra verlo así de feliz —una mirada enternecedora hacia su primogénito era lo único que se podía ver en la cara de su padre, observando cómo su hijo seguía observando hipnótico el pastel.

Estuvieron así unos momentos, cada quien mirando lo que parecía ser la cosa más interesante del mundo; todo lo demás parecía simplemente sobrar.

—Y bien, ¿qué deseo vas pedir?

La pregunta de su padre pareció sacarlo de su trance, volteando a los lados al ser tomado con la guardia baja, para después fijar su mirada a la figura de Héctor, quien parecía reírse por la reacción que había hecho.

—Emm...yo... ¿Por qué?

Esas palabras lograron sacar un gesto sorprendido de ambos padres, « ¿Qué por qué? ¿Qué acaso no era obvio?»

« ¡Oh!» Jaja veras, cada año que pasa tú...

—No yo, ¿por qué lo hicieron?... ¿Por qué ahora?

No entendían de dónde venían tales preguntas, « ¿qué acaso él ya sabía lo que era un cumpleaños?». Claro...debió haberlo aprendido en la escuela, tal vez un compañero suyo preguntó acerca de su cumpleaños y, como él no sabía acerca de eso; decidió preguntarle a su maestra.

¿Qué pensarán los demás al saber que su hijo nunca había tenido una fiesta de cumpleaños antes? ...Aunque quieran cargar con la cruz, no es como si hubiera sido totalmente su culpa; el tiempo que estuvo enfermo hizo que fuese imposible pensar en otra cosa que no fuese su salud; su hijo estaba en riesgo, a muy poco de quedar en un estado casi comatoso, ¿qué podían hacer? Agregando aparte todos los demás problemas que sufrieron con los años.

Si todo hubiese transcurrido con normalidad, si no se hubiesen presentado todos esos problemas que parecían inalcanzables de arreglar, tal vez, muy posiblemente pudieran haber logrado hacerle una fiesta mucho mayor; con globos, regalos a montón, con decenas de invitados que vienen a ver a su hijo, y con muchos niños con los que él pueda jugar. No pueden evitar sentirse culpables, negarle algo como eso se sentía mal; era como si le quitaran una parte de su infancia. Pero...ellos están ahora aquí, celebrando su cumpleaños. Si bien no hay globos o múltiples regalos a la espera de ser abiertos y con familiares visitandolos para ver al lindo cumpleañero...todo eso, no es importante.

Era pequeño, algo con bastante significado para ellos, hecho para al menos ver a su hijo alegre por más de una vez; que aquel velo de soledad que lo acompañaba fuese quitado al menos por este día, esperando que quizás, todos juntos puedan sentarse en la misma mesa y simplemente reír.

—Je... —la voz de su padre hizo que Akini subiera la mirada. — ¿Por qué no celebraríamos el cumpleaños de nuestro propio hijo?

Inesperadamente se inclinó frente a él, posando su mano sobre la cabeza del réptil y dando una caricia gentil; la cara de Héctor sólo representaba lo mucho que de verdad quería a su hijo. A pesar de no estar mucho tiempo en casa, se dio la tarea de pedir salir más temprano solo por este día, por la misma razón que ya sabemos.

—Aki-kun... —su "madre" era ahora quien se colocaba a su lado, posando su mirada sobre él, con la misma expresión que tenía una madre al ver a su hijo. — solo hacemos lo que comúnmente un padre y una madre hacen por su hijo, demostrarle su amor —una suave, como también áspera mano surco sobre su mejilla, acariciándola hasta llegar a su cabello; solo que en vez de llegar hasta la copa de su cabeza, acomodo hacia un lado aquel fleco hecho de mechones rebeldes. —Vamos~, pide un deseo.

¿Qué podía sentir ahora? Solo sensaciones que eran difíciles de explicar. Notando como ambos adultos se paraban cerca de sus costados, expectantes de ver cómo soplaba todas esas cinco velas en el pastel. Un manojo de distintos sentimientos golpeaba su ahora revuelto estómago, no por asco, ni por algo relacionado a una enfermedad, era... ¿Tristeza? ¿Amor? No lo comprendía muy bien.

Saber que aquellas personas lo veían de verdad como un hijo, y, que ese hijo no los vea como sus verdaderos padres; era algo cruel...si se lo preguntaban a él. Pero...después de todo lo que vivió con ellos, después de los momentos que demostró su debilidad ante ellos; con todo eso por detrás y los muchos problemas que les dio...parece, que de verdad se preocupan por él. Y ahora esto, demostrando lo mucho que lo amán, lo mucho...que verdaderamente les importa.

¿Cómo se debe sentir?, ¿feliz? ¿Acaso eso debería estar bien? Sabiendo...sabiendo ...sabiendo que ya no hay una familia a la cual volver. Lo sabía, ¡joder que lo sabía, siempre lo supo!, todo lo que hacía era torturarse por eso, todo ¡Todo el tiempo, todo el día! ¡Aún cuando...Aún cuando!...aún cuando no fue su culpa.

— ...Hah...Huff...

Una inhalación profunda; procurando llenar en totalidad sus pulmones; cerrando los ojos para lo que estaba a punto de hacer; sí...estaba por pedir un deseo.

«Ya pasaron cinco años...cinco años en este mundo. Fue mucho tiempo...lo suficiente como para saber que ya no los podré ver...lo suficiente para saber que ya no puedo seguir anclado al pasado», inclinó su cuerpo hacia atrás, preparándose para dar un gran soplido. «Los amo...y lo seguiré haciendo, de eso no hay duda, es por eso...que mi deseo va para ustedes, solo quiero...quiero que vivan felices, donde quiera que estén.», el escozor en sus ojos se despertó. «Estoy seguro que si estuvieran en mi lugar...ustedes pedirían lo mismo para mí».

Pequeñas lágrimas se asomaron en sus ojos cerrados, pero no le importo, ahora mismo quería hacer esto. Para él esto significa su liberación; tanto la de él, como la de su antigua familia; su último adiós.

De su boca salió un gran soplido de aire, procurando sacar todo el aire que sus pulmones habían almacenado, poniendo cada gramo de él en ese deseo. Ima y Héctor vieron esto con los ojos abiertos, viendo como su hijo se tomaba en serio eso del deseo, pero antes de que aplaudieran y lo felicitaran por ello, algo inesperado ocurrió. Una estela de fuego salió de la boca de Akini, pasando entre las velas y el glaseado del pastel.

La sorpresa de ambos padres no se logró concretar al sentir como el glaseado del pastel salió disparado a causa de la potencia de la llamarada, sintiendo como caía sobre sus ropas y cara. Una vez que se disipó el fuego, el pastel y Akini eran los únicos limpios de glaseado. Héctor tenía ambos ojos cubiertos del espeso dulce, mientras que Ima estaba cubierta desde la nariz y mejillas de espuma, casi pareciendo maquillaje de payaso.

— ¡Mhk!... —lo que pareció ser el sonido de un pujido hizo que ambos miraran hacia el origen de aquel ruido. — ¡Pfft-Jajajaja(...)! —pero solo se toparon con las risas incontrolables de Akini. — ¡Jajajaja(...)!

Con sus ojos a punto de salirse de sus cuencas; no podían creer lo que veían. Si bien habían visto muy extrañamente a su hijo sonreír, escucharlo como se carcajeaba era algo bastante increíble de ver para ellos dos, incluso, algo que solo podían habérselo imaginado dentro de sus sueños.

Ima fue la primera en salir de su impresión, volteando hasta el lugar de Héctor para ver su reacción. Pero se encontró con las pestañas de pastel y las patillas llenas de glaseado.

¡Pfft! Hé-Héctor~ Juju —se cubrió la boca con su mano para evitar soltar una risotada.

— ¿Qué? —Esta vez volteando toda su cara a su esposa, haciendo notar con más facilidad el glaseado de su cara.

— ¡Jajajaja(...)! —A pesar de que lo intentó, no pudo contener su risa.

— ¿Eh, que pa-eh? ¡Pffft JAJAJAJAJA! —Héctor ni siquiera hizo un esfuerzo en aguantar su risa.

Ima notando cómo Héctor se burlaba de su apariencia, sacó un pedazo de glaseado de su ropa y lo lanzó hacia él. Héctor al sentir como el dulce impactaba en el medio de su cara, dejó de reírse para mirar como su esposa se burlaba de su nueva apariencia. Sabiendo que lo hizo ella, él también sacó un poco de su cara y se la lanzó. Ima logró esquivarlo por poco, girando para poder reírse del lanzamiento de Héctor, pero no contó con que una segunda bola de glaseado le impactara en su cara, haciendo que Héctor volviera a reírse.

Así comenzó con una mini guerra de ver quien quedaba más manchado de glaseado, ambos lanzándose fervientemente el dulce que cubría sus ropas y cara. Akini solo se mantenía como espectador de lo que sucedía frente suyo, hace bastante tiempo que había dejado de reír; perpetuando en sus labios una ligera sonrisa.

Se sentía...liberado; no...era, paz consigo mismo. Sentía que pudo despedirse de su anterior familia, aunque no como le hubiese gustado, pero...se sentía en paz. Desear que cada uno de ellos vivieran felices en donde sea que estén; en el más allá, en el otro mundo, en donde sea...sí, solo quiere que vivan felices, sin que se sientan preocupados por él; ya no tienen porque, no ahora que los dejó ir. Y claro...viviendo ahora con ellos.

Aquellas dos personas que se siguen divirtiendo con el glaseado como si fuesen niños, pero que le importaba; verlos actuar de esa forma solo hacía que un cariño creciente se forme en su corazón; quizás...deba llamarlos como realmente son. Sus padres.

—Bup~

Una extraña sensación de frío y pegajosidad provino de la punta de su nariz. Observando como tenía un pedazo de pastel ahí, miro hacia el frente y miro como su madre...sí, su nueva madre tenía el dedo recto con un poco de dulce manchando la punta de su dedo, mirándolo de manera divertida, mostrando sus aquellos perlados y filosos colmillos en una sonrisa.

Su padre...su padre también lo miraba divertido, sacando una risotada al verlo con el cúmulo de glaseado en su nariz. De su risa siguió su madre, riendo también, pero con un volumen mucho más bajo. Ver esto...no hacía más que hacer que una sonrisa se filtre en su cara, una que poco a poco fue sacando una que otro ja, hasta convertirse en una carcajada.

No era una simple carcajada; era una liberación para él, toda la soledad que sentía en aquel momento; la tristeza, la frustración y la melancolía se fueron disipando por cada risa que soltaba. Sentimientos como la alegría, el júbilo, el amor, la armonía, y la más importante de todas...la esperanza; volvían una vez más a él.

«Tal vez...solo tal vez... »



...De verdad tenga algo...






...Por lo que proteger en este mundo.






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