Capítulo 3: ֍‡ Una nueva vida ‡֍
Los días comenzaban como siempre, el sol salía en el horizonte para nuevamente saludar, empañando el cielo anteriormente oscuro con su radiante luz. Las aves revoloteando por las ventanas junto con su alegre piar, un nuevo día iniciaba, y una nueva etapa comenzaba.
De entre el monto revuelto de cobijas, el pequeño bulto de la figura de Akini se hacía notar, su pequeña cola se mecía lentamente de un lado a otro; una indicación de su reciente despertar. Descubriéndose la manta de su cabeza, reveló así su alborotada cabellera, como también sus ojos cansados y rojos; no a causa del llanto, sino del insomnio que a veces sufría. No era extraño para él levantarse en medio de la noche asustado y sudoroso por pesadillas que una vez despierto, no le gustaría recordar. Ha sido así desde siempre, solo que ahora es de vez en cuando, algo que agradece muy dentro de él.
Tratando de recuperarse de su estado adormilado, vio por toda su habitación en busca de algo, encontrándolo; nada...porque ahora mismo, estaba volviendo a cerrar sus ojos y caer nuevamente a los suaves cojines de su cama. Pero se negó a ceder ante tal confort, no le gustaba volver a dormirse justo cuando se acababa de despertar; cuando lo hacía, se quedaba una hora dormido y tenía que venir su hermano pequeño para-...venía él para despertarlo.
—...Hurff —enojado y regañándose mentalmente por ese pensamiento, salió de la cama totalmente despierto y tomando camino hacia el baño.
Aún un poco perdido por su anterior pensar, logró el cometido de llegar hasta el baño y poder darse un lavado de cara, tal vez así se le logre quitar mejor el sueño y deje de pensar cosas que posiblemente lo logren lastimar más de lo que ya estaba. Con la cara totalmente mojada, miro el reflejo de su rostro en el espejo de pared; era raro, saber que eras tú quien estaba en esa imagen reflejada, pero a la vez tan confundido y alejado de la persona al frente tuyo, tan ajeno y diferente, como también tan familiar y a la vez reconocible.
No debía prestar atención a eso. No era hora de que desarrollara un síndrome de identidad disociativo u algo parecido, ahora solo se enfocaría en lavarse los dientes de arriba-abajo, guiándose por el reflejo del espejo. Observando su imagen, sabiendo que era él y nada más que él quien se estaba cepillando sus dientes.
«No un simple disfraz, no un impostor; no hay nadie más ahí, soy...solo yo», las mañanas eran así para él; se aseaba para comenzar el día, iba abajo a comer algo, agarrando lo que sea que estuviese en la sala para poder distraerse un rato; específicamente algo que pueda entender. Y al final del día, irse a la cama a dormir; así es, volver a tener...una vida normal.
Una vida sin incidentes para alguien que es normal, o simplemente vivir tranquilamente; nada de cosas rebuscadas, nada que tenga que ver con conflictos entre villanos y héroes; nada de eso. Pensó profundamente y se preguntó « ¿Qué razón tengo para convertirme en héroe?», sabía que estaba en este mundo plagado de héroes; de villanos, de gente con superpoderes, todo esto, todas esas cosas que creía imposibles y ahora... ¿Acaso debería serlo? Él en ningún momento pidió algo como esto ¡Nunca pidió esto! Él solo...
—Ahh...yo, ya no quiero pensar en eso —una cansada y molesta exhalación salió de su garganta. No quería que la creciente angustia lo engullera, no ahora que estaba un poco mejor con todo este asunto de "nueva vida".
Bajando por las escaleras de la casa, se dirigió directamente hacia la cocina;con sus pequeñas garras logró abrir la gran puerta del refrigerador, grande debido a su tamaño infantil. Inspeccionó un poco su interior, solo para sacar una caja de leche deslactosada a medio terminar. Con la bebida en su mano, cerró el freezer con un movimiento de su cola, algo que le sacó un pequeña sonrisa.
Puede que le siga descolocando su nueva apariencia, pero admitiría que la cola era algo bastante genial, era como una mano y una pierna al mismo tiempo; puede que sea bastante raro y que parezca incómodo al principio, pero ciertamente es una extremidad con múltiples funciones y que no molesta en nada; eso ahora que lo controlaba mejor.
Durante el tiempo en el que admiraba su nueva adquisición, subió a uno de los bancos que estaban en los cajones de la barra, con el objetivo de agarrar una caja de cereal junto con un tazón de cerámica que estaban en una esquina alta de la cocina.
Tranquilamente fue caminando hacia el comedor, poniendo todas las cosas que llevaba encima sobre la mesa. Dio un pequeño salto para poder sentarse en una de las sillas, atrayendo hacia sí los cartones para dar comienzo a este platillo mañanero. Vaciando lo que quedaba del cereal y la leche en el plato hondo, agarró su cuchara y comenzó a degustar pacíficamente su desayuno. Sin hacer mucho caso al sabor, si estaba fría o no, no le importaba; solo quería comer algo crocante y nada más.
—Uahh~...am-nam, buenos días Aki-kun —la voz somnolienta de su madre se escuchó junto con el chasquido de las uñas de sus pies chocando contra las tablas de las escaleras.
No la había escuchado bajar, aunque es muy posible que se deba a que estaba demasiado perdido en sus pensamientos como para poder hacer caso de los ruidos del exterior. Aunque no lo parezca, de verdad estaba en conflicto sobre qué es lo que debe hacer ahora, acaso...¿Está aquí solo para ser un héroe?
—...Hmf —esa respuesta no le llenaba, ¿de verdad era así de simple? «Eso no tiene sentido», la confusión se mostraba en sus ojos. Divagando en su plato de cereal, moviendo su cuchara en círculos lentos y contemplativos. « No tiene sentido».
—Aki-kun ¿Acaso no te gustó el cereal? —preguntó extrañada al ver como su hijo jugaba el cereal con su cuchara, manteniendo a su vez sus ojos quietos en el plato.
— ¡¿Uh?! Oh no, yo...piensho —aseguró Akini algo extraño. A pesar de que aceptó a la mujer, le era todavía un poco difícil tratar de entablar una conversación con ella.
—Ahh, oh-um... ¿Ok? —Respondió torpemente al no prever una respuesta así. Era claro para ella y su padre que su pequeña lagartija resultó ser alguien de verdad bastante... ¿Extravagante? —Bueno, si todavía te vas a comer eso será mejor que te lo termines, ya va siendo hora de que nos retiremos ¿Está bien Aki-kun? —Le hablo a la vez que se alistaba rápidamente, llevando un par de tostadas en su mano y un jugo en la otra.
—Oh-um... ¿Bien? —Respondió un poco inseguro por las palabras rápidas que había expresado la mujer; aún cuando intentaba repasar el idioma japonés cada vez que podía, todavía le resultaba bastante complicado entender a las personas cuando hablaban. —Hah...uff.
→/-/
—Muy bien Aki-kun, más tarde vengo a recogerte ¿Esta bien? —Ima le avisaba a su hijo a la vez que acomodaba toda su ropa y lo palmeaba en unas partes para quitarle las motas de polvo. —Haz muchos amigos ¿De acuerdo? muah~ ¡Te quiero~! —se despidió cariñosamente de Akini en la entrada de su escuela, a la vez que se iba con una sonrisa en su cara y una despedida frenética de mano.
El infante reptil solo se quedó ahí, estático y con un tenue sonrojo en sus mejillas; no podía creer que de verdad ella hiciera eso justo a la entrada de la escuela y con varios niños aún en la puerta. Pero pensándolo mejor, no le iba dar importancia, después de todo, « ¿por qué se avergonzaría de que niños de cuatro años vieran como la mujer solo le daba un beso en la mejilla?», y con eso, todo rastro de vergüenza en su rostro había desaparecido, aunque todavía sintiéndose bastante extraño por ese beso repentino.
— ¡Jajaja! ¡Miren, deja que su mami le dé besitos! Jajaja muah~ muah~ —un niño con dos pequeños cuernos en cada lado de su cabeza se burlaba del pequeño reptil, con sonoras burlas junto con otros tres niños a espaldas de él.
— ¿Hmm? —Akini solo escucho esto y se burló para sus adentros. Rotando ligeramente su torso para poder ver de lado al grupo de niños, este solo dio una mirada de incredulidad, pero sin poder contener la gracia que le dio escuchar su intento de mofa, se formó una extraña sonrisa en su rostro.
—Ah-ah yo-yo / ¡Uahh! / ¡Lo-lo sentimos! / ¡No-no quisimos decirlo en serio! ¡Lo juro! Ah-ah ¡Muévete! ¡Muévete! —El cuarteto de chicos bastante aterrorizados por la mirada que les dio el joven reptil, no tardaron en escaparse del lugar con las lágrimas casi al borde de sus ojos.
—... ¿Eh? « ¿Qué pasó? ¿¡Por qué se fueron así!? Yo solo les di una mirada de "¿En serio?"...aunque creo me gano la risa jeje, pero no pienso que eso les haya hecho correr. Hmm...que extraño» bueno...creo que no impolta —y con todo eso resuelto, se fue directo a su salón, sin tener en cuenta cómo había niños que se apartaban discretamente de su camino por la demostración anterior de su expresión no intencional.
No podía creer que tuviera que asistir a esta escuela, o mejor dicho, jardín de niños. Anteriormente no podía ir a uno a causa de su delicado estado de salud en ese entonces, pero ahora el pequeño lagarto ya no sufría de eso, debía ir con todos los demás niños a aprender cómo se debe. Ahora que había aceptado en su vida a aquellas dos personas que serían sus padres en este mundo, en este nuevo comienzo.
—Ahh...«Esto muy posiblemente sea aburrido», pensó el joven Akini quien se paseaba por los pasillos del jardín, buscando el salón que le tocaba. «Creo que este es», posando su vista a una puerta de color verde con una imagen de un dos y un dinosaurio a su derecha.
Llamando suavemente por la puerta del salón verde, unas pisadas del otro lado de la puerta comenzaron a escucharse hasta llegar a unos centímetros del reptil; con un sonoro click, la cabeza de la que debería ser la cuidadora se asomó por el rabillo de la puerta.
— ¿Uhm?... ¡Oh hola! ¿Tú debes ser el nuevo no es así? Ven, pasa pequeño —con una sonrisa en su rostro, arrastró al joven lagarto hasta el centro de la habitación y le pidió que se presentase. — ¡Miren niños, tenemos un nuevo compañerito! ¿Nos puedes decir tu nombre?
Ahora con todos los pares de ojos sobre sí, y con los diversos pensamientos y preguntas que se estaban formulando sobre su apariencia, soltó un pequeño respiro y se encaró al grupo.
—Soy...Shiwara Akini.
— ¡Muy bien! Puedes sentarte en una de las mesas junto con los demás niños ¿Está bien? —explicó con una actitud feliz al tiempo que señalaba a una mesa ocupada por otros tres niños.
—Okey...—y así fue, pasando tranquilamente entre los demás niños, quienes solo lo miraban con curiosidad y cierto toque de miedo.
A solo un metro del lugar que le asignaron, los tres niños rápidamente se tensaron y vieron dubitativamente como Akini agarraba uno de los banquitos y se sentaba sin mostrar expresión alguna, alzando la mirada y plasmando su iris rasgado al trío que estaba enfrente suyo.
—Hola —saludo el pequeño kobold de manera aburrida a los infantes que compartían mesa con él, aunque ellos solo se quedaron callados y con expresiones algo nerviosas. —Um...«Oh...qué raro, supongo que son tímidos», con eso en mente se mantuvo ocupado con sus propios asuntos; es decir, estar todo el día en su cabeza.
—Psst...Hey... ¿Ise no és el niño que espanto a isos cuatro niños mayores? —Susurró una de las niñas que estaban en la mesa al niño que estaba a su lado derecho.
— ¡Tchií! Fue ecthe niño, de verdad que da batchtante miedo. —Susurro de vuelta el niño quien se le complicaba pronunciar la s.
—Cre-creen que nos mate~ —Musito con miedo el último niño con lágrimas y mocos casi saliendo por sus ojos y nariz.
— ¿Qué? —Le pareció oír algo fuera de lugar.
— ¡Aahh no nada! —gritó el tercer niño que casi estaba por suplicar piedad.
—Ah...bueno «los niños pueden ser a veces bastante raros», pensó Akini al ver la mirada aterrorizada de los tres niños que se abrazaban entre sí.
→/-/
Las primeras clases pasaron rápidamente, y todo parecía bastante aburrido para Akini, excepto por las clases de lenguaje, tenía que aprender eso para poder entender las palabras en japonés, ni se diga de los kanjis. Era extrañamente silencioso todo, aunque tal vez sea por qué los niños de su mesa no hablaban mucho, él pensaba que los niños a esta edad eran bastante habladores y ruidosos, pero estos no parecían serlo.
«Jum, qué extraño», pensó con cierta gracia mientras se mantenía entretenido leyendo un libro infantil de palabras en japonés, debía admitir que las imágenes ayudaban bastante para entender mejor las cosas.
— ¡Muy bien niños! ¿Qué creen?...—la cuidadora entró por las puertas del salón anunciando con bastante ánimo a los niños que estaban expectantes a lo que iba a decir. — ¡Un héroe viene a visitarnos!~
— ¡Uoooohhhh! —Las voces sorprendidas y emocionadas de los pequeños no se hicieron callar, cada uno preguntando quien es el héroe que los venía a visitar.
« ¿Un héroe?», se cuestionó Akini. « ¿Un héroe de verdad vendría a un jardín de niños?, que raro, aunque...no puedo decir que no esté ciertamente intrigado», sus pensamientos tomaron mayor profundidad, reflejándose con su mirada más afilada y difusa, cosa que hizo temblar al trío de pequeñines a sus costados.
—Tranquilos niños, tranquilos~...llegará en unos minutos, así que pórtense bien ¿De acuerdo? No les gustaría dar una mala impresión a nuestro héroe ¿Verdad?
— ¡Siií! —Afirmaron todo el grupo de niños con sonrisas grabadas en sus mejillas.
La cuidadora salió de la habitación llena de pequeños que revoloteaban de la emoción, dejando tras de sí una oleada de preguntas que se hacían los niños sobre quién sería el héroe que llegaría a verlos.
— ¡Debe ser All Might! —exclamó alegremente un niño rubio con destellos en sus ojos.
— ¡Yo digo que es Endeavor! —Opino uno con mechones que parecían carbonizados y chispeantes.
—Quizás sea Best Jian-Je-Jeanist —agregó uno con un desliz en sus palabras.
Mientras eso pasaba, Akini solo se mantenía ocupado leyendo el libro que tenía en sus garras. No le importaba lo suficiente como para poder escuchar a los niños hablar u opinar sobre qué héroe sería el que los visitaba; muy posiblemente sea uno que es bastante desconocido por el público y que olvidaría a la mañana siguiente.
— ¿Tu que héroe quieres que chea? —pregunto la niña al reptil quien levantó un poco la mirada para observarla.
— ¡Por qué le preguntas a él! —Susurró el niño a su lado.
— ¡No shé, me dio miedito no preguntarle! —musitó la niña que parecía que quería llorar.
— ¡¿Como que te dio miedito no preguntarle?! —inquirió el pequeño sin entender el motivo de hacerle una pregunta al sujeto escalofriante de su mesa.
Mientras aquellos niños se mantenían discutiendo, Akini de verdad pensó en la pregunta. « ¿Qué héroe quiero que sea?», sinceramente no lo sabía, de verdad que no podía importarle menos, él no tenía intenciones de conocer un héroe, aunque...
—Ingenium...—susurró para sí mismo, pero lo suficientemente fuerte para que el trío lo escuchase.
Lo recordaba claramente, no podía evitar maravillarse al recordar la reluciente armadura que llevaba; en un principio pensó que se trataba de Iida, y aunque no haya sido así...la revelación lo había dejado congelado.
«Boku no hero academia», la mirada en su rostro se endureció, lo sabía, sabía que estaba en ese mundo; si la aparición de Ingenium no fuese prueba suficiente, lo compensaba la apariencia de las personas en las calles, de los niños, de las noticias que aparecían en la televisión; en casi todo los anuncios de la ciudad, lo sabía...y de verdad que no tenía idea de qué hacer.
Bien podría ser un héroe, lo más normal que se esperaría de un niño en crecimiento en este mundo con ideales como esos...pero él no. Él solo...él solo no tenía el vigor de lo que se supone que debe ser un héroe; no tenía una motivación, una luz, no había nada que lo oriente a convertirse en un héroe, y si lo hiciera a la fuerza sería peor, «¿qué horrible debe ser que el único héroe que esté cerca para ayudarte, no tenga la pasión para hacerlo?» Un solo error; sin el fuego de ayudar a los demás; sin atención mínima a sus vidas; que cuando sea el momento de la verdad, solo cargara con la muerte de inocentes que no pudo proteger.
« ¿Villano o un anti-héroe?...Jum, qué tontería; eso sería demasiado drástico, como también innecesario», una sonrisa burlona se formó en sus labios, asustando a los pequeños a sus costados. «Qué sentido tiene hacerlo mas que justificar el matar, simplemente no tiene sentido».
Si no quiere ser un villano o un anti-héroe, y que se resiste a la idea de ser un héroe, entonces... « ¿Qué planeaba hacer?», no lo veía claro, simplemente...
«...no lo sé», puso ambos brazos cruzados sobre su pecho, pensando y analizando profundamente su situación. No estaba obligado a ser un héroe, como tampoco existe una razón para él de tomar dicha responsabilidad. « ¿Qué debo hacer?».
Antes de que sus cavilaciones tomen un tinte más profundo, fuertes pisadas se escuchaban a los lejos del salón, era bastante audible desde aquí que incluso todos los niños se habían silenciado solo para escuchar más atentamente.
Sonaban metálicas, no, más bien, era el sonido del metal chocando entre sí; parecía que quien fuese este héroe, es alguien que llevaba una armadura con bastantes piezas. Pero había algo raro para Akini, juraba que escuchaba un tercer par de pasos que se aproximaban aquí, algo que lo sorprendía bastante; no sabía que tenía un sentido de súper oído, no obstante; cuando quiso escuchar nuevamente, ya no podía escuchar nada más que el creciente sonido metálico de antes.
«Hum...supongo que me lo imagine», un poco confundido por lo raro que fue eso. De verdad pensó que era solo una habilidad nueva que no conocía, o una nueva que comenzaba a desarrollar.
Los pasos pararon unos momentos, solo para que segundos después el sonido de la puerta abriéndose sea lo que se lleve toda la atención dentro la habitación. Y una vez que se abrió lo suficiente para poder ver qué había detrás de ella, los niños no pudieron evitar que los músculos de sus mejillas se contrajeran en una sonrisa de sorpresa y admiración.
—¡¡Ingenium!! —vitoreo toda la clase.
Así es, el héroe quien los visitaba no era más ni nada menos que el salvador de Akini, quien simplemente observó gratamente sorprendido; para unos segundos después pensarlo mejor y lograr que su confusión se desvaneciera.
«Es verdad, es el más popular dentro de Hosu, debí haberlo visto venir», si bien había pasado ya su sorpresa, no quitaba que se sentía raramente nervioso por algo.
« ¡Es un bujo!», exclamaron simultáneamente los tres pequeños infantes en sus mentes, quienes no hacían más que ver sorprendidos al reptil frente a ellos.
Los niños no tardaron en correr hacia el héroe y tumbarlo en un abrazo, pero una figura se interpuso entre ellos e Ingenium.
— ¡Mi hermano no es un oso de peluche como para que ustedes puedan abrazarlo! —gritó un niño de pelo azul oscuro y lentes, manteniendo sus brazos abiertos como si fuese un muro del que no deben pasar.
« ¡¿Uh?!», ¿creyó haber escuchado bien? « ¿Su hermano?».
—Niños, niños tranquilos, por favor dejen que el señor Ingenium pueda respirar. —pidió amablemente a sus pequeños alumnos que se comportaran.
—Jeje~ no se preocupe, yo sé que ellos se sentaran ordenadamente como todos unos niños buenos ¿No es así?
— ¡Sí! — y como si fuese magia, cada niño tomó un lugar del suelo y se sentó en él, mirando con sus ojos radiantes a la figura del héroe acorazado.
—Perfecto, muy bien. Tal vez ya me conozcan, pero a los que no-...—antes de que pudiera terminar, la voz del niño a su costado lo declinó.
— ¡Para nada! ¡Todos conocen lo genial que eres! ¡No creo que haya nadie en el mundo que no sepa el verdadero héroe que eres! —cada palabra que expresaba era con total admiración y respeto a la figura en cuestión.
— ¡Ajajaja! Está bien Tenya, lo entiendo, pero me gustaría presentarme para aquellos que posiblemente no me conozcan —con una expresión avergonzada al principio, pero sonriendo tranquilamente a su pequeño hermano, giró su vista nuevamente al pequeño grupo frente a él.
— ¡Hah! ¡Lo siento! —Se disculpó el infante Iida con una reverencia.
—Jeje está bien, no te preocupes —llevándose el puño a la boca y tosiendo para poder aclararse la garganta, alzó su mirada afable y se presentó ante los expectantes niños de preescolar. — Un gusto niños, mi nombre es Iida Tensei, oh también conocido como el héroe turbo ¡Ingenium! —Lo último lo dijo con un toque más melodramático que pareció funcionar.
— ¡Uooooh! — Clamaron los niños en total impresión.
—Jeje...—se rió un poco por lo fácil que los niños pueden emocionarse. —Y bien ¿Tienen algunas preguntas para mí?
Como si eso fuera el desencadenante de una ola monstruo, la estampida de niños no se hizo esperar con sus preguntas; unas interesantes, otras normales y otras ehm...peculiares.
— ¿Haces del baño dentro de tu traje?
— ¿Eres un robot del espacio?
— ¿Si te corto una pierna te dolerá?
— ¿Qué?
Todo esto era observado a lo lejos por Akini, quien simplemente se mantenía con su libro en manos. A pesar de que sea la persona que lo salvó y que tal vez debería darle las gracias, no hallaba la forma de hacerlo, no por la horda de niños alrededor suyo, sino más bien por qué no se sentía cómodo con eso. No sabía por qué, pero el sentimiento de incertidumbre era algo que lo estaba molestando desde que Ingenium entró a la habitación.
«No debería ser nada», se dijo a sí mismo, para después volver a trabajar su mente y vista con las palabras y dibujos impresos en las hojas llenas de información requerida por él.
Con su atención totalmente puesta en el libro, no se dio cuenta como unos pequeños pero sonoros pasos se acercaban más y más a él, para cuando se dio cuenta del retumbante ruido, ya era demasiado tarde.
— ¡Tú! —una cara molesta inundó la vista de Akini.
— ¡Woah! —exclamó en sorpresa al no haber visto venir a este niño.
— ¿Por qué no estás con mi hermano? ¿Qué acaso piensas que él no es tan genial como otros héroes? ¡¿Eh?! —cuestionaba molesto el niño de lentes a un todavía confundido Akini.
— ¿Qué? ¿De que estas-...? —Sin poder terminar, el molesto niño lo interrumpió.
—Vamos —señalando con su mano al lugar donde estaba Ingenium.
— ¿Uh?
— ¡Debo enseñarte de primera mano lo genial que es mi hermano! ¡Así comprenderás por qué él es uno de los mejores héroes de la ciudad! —Cada palabra que relataba venía con un ademán tosco, como si fueran los movimientos de un robot.
— ¿Qué? Yo no...Huff...está bien, va-¡Huh! « ¡Espera! ¿No había dicho anteriormente que era su hermano », descubriendo algo particularmente obvio, no se dio cuenta como ellos dos ya estaban en frente del héroe de armadura plateada.
Iida parecía decirle algo fervientemente a su hermano, mientras que Tensei solo escuchaba y se reía por lo bajo: hincándose y alborotando el pelo del niño de lentes en un gesto juguetón, diciéndole posiblemente un consejo a causa de la expresión medianamente avergonzada en la cara Iida, a la que rápidamente cambió a una más determinante y lustre.
No entendía muy bien qué pasaba, pero cuando ambos lo voltearon a ver, se sintió extrañamente incómodo, así que simplemente desvió su mirada hacia otro lugar con tal de que no lo incluyan en lo que sea que estaban haciendo.
— ¡Ey! ¡No desvíes la mirada, ¿acaso no ves que mi hermano está aquí?! —se molestó el pequeño Iida al ver como ese niño con cola de reptil simplemente los ignoraba.
—Jeje tranquilo Tenya, tal vez simplemente se encuentre nervioso —Tensei calmo con una de sus manos a su hermano menor, quien simplemente pudo bufar un poco.
El joven héroe se acercó tranquilamente hasta la posición de Akini, mientras que el reptil se mantenía en su lugar sin saber realmente qué hacer.
—Hola, tú... ¿Uh? ¡Oh! Tú eres aquel niño que salve hace unos días atrás ¿Verdad? —Un poco sorprendido de ver al chico que muy probablemente pudo haber muerto en ese momento. —Es bueno ver que estás bien —regalándole una sonrisa totalmente relajada.
—Ah...yo, sí...gachias por salvarme —a pesar de que debería sentirse feliz y demostrar gratitud a su salvador, el que lo haya rescatado justo en ese momento... simplemente, no lograba sentirse así. Esa vez había aceptado su destino, él...quería morir. « ¡Basta! ¡No! ¡Eso ya no importa más! ¡No importa!...Ya no es relevante», se regañó mentalmente por recordar aquella vez en el parque; no había razón para recordarlo, no ahora.
Con una exhalación profunda para poder calmarse, levantó su mirada para encontrar la expresión de confusión del héroe, quien no entendía por qué hacía esas expresiones de enojo y frustración.
—Emm... ¿De verdad te encuentras bien? —esta vez preguntó con un poco más de preocupación.
—Eh-em sí —a pesar de que tropezó con las palabras, pareció convencer al joven acorazado.
—Ah-eh, de acuerdo.
¡TUIP! ¡TUIP!
Un sonido chillante acompañado de una luz roja vino del cinturón de Ingenium, que nada más al escuchar el sonido guió su mano a un compartimiento en especial; sacando de su bolso lo que parecía ser un dispositivo de comunicación.
—Aquí Ingenium... ¿Cómo?...ya veo...de acuerdo, llegaré en menos de dos minutos —irguiéndose en su total esplendor, se preparó para salir del cuarto lleno de niños, pero no sin antes decir unas palabras. — ¡Lo siento niños, pero es una emergencia! ¡Tenya! Puedes quedarte aquí hasta que vuelva, ¡pásala bien!
Y antes de que alguien pudiese decir algo, una estela de humo los cegó completamente; una vez desvanecida, cualquier rastro del héroe plateado había desaparecido por completo. Los sonidos de decepción de los niños no se hicieron esperar, dejando a la cuidadora en tratar lo mejor que podía para hacerles entender que Ingenium estaba ocupado en arrestar a los chicos malos, cosa que hizo a los niños calmarse un poco.
Unos pocos minutos después, los niños habían vuelto a sus actividades; ya sabes, cosas importantes como lo podían ser jugar, dibujar, comer cosas de dudosa procedencia, entre otras cosas. Parecían bastante tranquilos, a pesar de que hace unos momentos querían llorar por la despedida del héroe, despedida que muy probablemente ya se les había olvidado.
—...Ahh —un suspiro triste salió de la boca de Akini, quien había dejado aquel libro para poder enfocarse en otra cosa, como lo seria dibujar, pero, no parecía bastante motivado en lo que hacía; no entendía el motivo de tal acto tan repentino. « ¿Por qué hago esto?», se preguntó frustrado, reprendiéndose por sus acciones sin sentido.
—Hola.
— ¡¿Uah?! Oh-eh...hey —el repentino saludo del chico de lentes lo llevó a sobresaltarse por unos momentos, para unos segundos después volver a su mirada seria, o mejor dicho, su mirada distraída. — ¿Ne...necesitas algo? —pregunto un poco incómodo, siguiendo sin tener la razón del por qué, simplemente; sentía que esto era demasiado extraño por alguna razón.
—No, solo...uh —de un momento a otro, su actitud recta y volátil se había vuelto a una avergonzada. —no conozco a nadie aquí y pues ehm... ¿Pu-¡Puedo sentarme contigo!? —pidiéndolo lo más respetuoso y avergonzado que podía.
El pequeño kobold solo pudo ver esto sin saber muy bien qué decir, de verdad que le parecía esto una extraña interacción con quien parecía ser Iida.
« ¡Hah! ¡Es verdad!», la realización de lo que antes había olvidado volvía con un repentino golpe al costado de su cabeza; ¡eso era lo que lo estaba poniendo nervioso! Que alguien como él esté aquí puede desencadenar en un terrible efecto mariposa. « ¡¡Mierda!! ¡¡Mierda!! ¡Tengo qué-tengo qué...! ¡Ah-ahh...! ¡No! Tranquilízate, eso no puede pasar...no, no creo que con esta interacción sea posible cambiar algo de la historia, no lo creo...Ahh...sí, no...no hay por qué temer».
Con un asentimiento hacia el pequeño Iida de que se podía sentar, Akini vio cómo suspiró en alivio y como este le agradece por ello; él solo lo seguía discretamente con la mirada. Todo ese asunto de las posibles consecuencias que pueden ocurrir a causa de su interacción con el niño de lentes lo tenía todavía un poco nervioso, solo para detener sus pensamientos nuevamente. No importaba, se dio cuenta que su preocupación no importaba.
«Es verdad...yo no planeo ser un héroe, yo no voy por ese camino y, aún si fuese así, todavía existe Deku; con solo que este en la U.A podrá hacer que todo transcurra de manera normal, sí...no debo preocuparme, no es mi responsabilidad», y con eso, se permitió relajarse por unos momentos.
— ¿Qué haces? —de nueva cuenta, la sorpresiva pregunta lo tomó desprevenido. Dando un pequeño salto por el susto, giró su mirada para ver como el peli azul veía la hoja llena de garabatos.
—Ah...esto, shinceramente no sé —viendo un poco abatido las rayas y círculos sin propósito alguno en el papel.
—Oh...se ve feo —con toda la honestidad de un niño de cuatro años, dio su opinión del dibujo en la hoja.
—Mmrmfg —gruño por lo bajo el chico reptil. —sholo es por qué no tengo nada en mente —respondió un poco molesto por las palabras poco agraciadas de su compañero de mesa.
— ¿Acaso tu quirk es tener una cola? —cambiando totalmente de tema, el joven Iida preguntó curioso por la cola reptiliana que cargaba Akini, ignorando totalmente los quejidos silenciosos de molestia que hacía el chico.
—...Ahh no, bueno...esh simplemente una mutachión o-o algo así—no sabía muy bien cómo explicarlo, él realmente no había prestado demasiado atención a las capacidades sobrehumanas que ahora tenía. Lo único que sabía hasta ahora es que tiene una cola y escamas como las de un cocodrilo.
—Ooh, interesante —un poco intrigado por la apariencia inquietante que daba Akini.
Así siguieron los dos durante el resto del día, Iida preguntaba y hablaba de lo que se le viniera a la mente. Las preguntas podían ser sobre la apariencia de Akini, sus gustos; lo demás era sobre lo mucho que admiraba a su hermano.
Poco a poco la paciencia del joven reptil comenzaba a decrecer por las constantes preguntas que hacía el chico de lentes. Cada vez que parecía detenerse, una nueva lluvia de incógnitas golpeaba sus oídos. Aún con todo eso y la avalancha de millar de cuestiones, él...no había dicho nada. No por qué le daba miedo o pena decir algo, sino que...encontraba el sentimiento agradable; simplemente...le recordaba a algo; algo agradable.
—Huff...—un suspiro desconsolado salió de sus labios, viendo como en su cuaderno había dibujado el boceto de un auto. No entendía por qué hacía cosas como estas; ni siquiera sabía dibujar.
—Wooh un auto —Tenya observaba el boceto del vehículo en el papel, ciertamente maravillado por el dibujo—. ¡¿Puedes dibujar a mi hermano?! —pidió bastante emocionado al imaginarse a su hermano ilustrado como un héroe de manga, al mismo tiempo que hacía caso omiso a la mirada distanciada de Akini.
—No sé...no soy muy-...
— ¿Pudech hacer una flor?
— ¡Ahh! / ¡Uah! / ¡Aaahh!
Ambos niños se sorprendieron de la tercera voz proveniente del costado de Akini, donde la pequeña igualmente se asustó por las reacciones inesperadas de ambos chicos. Pero asustándose más por la forma en que ellos la miraban, con esas caras particularmente tenebrosas.
—Uh...Uuuhh~ ¡Aahha~! —de la nada, la niña comenzó a llorar. — ¡No-no me hagan nada! ¡Buaah-ahh-hah~!
El inesperado llanto de la desconocida hizo que se pusieran nerviosos al no saber qué hacer; Iida trato de decirle que se calle, pero solo ocasiono que la niña llorara más fuerte. Sin saber qué hacer, Akini actuó con lo primero que se le ocurrió.
—Eh-eh ¡Hey! Mira, eh... ¡Es una flor!, ¿no quieres la flor? Mira , la flor, la flor—agitando el dibujo que tenía en la mano hacia la cara de la niña; quien al escuchar sobre la flor, miró con vista al papel; dejando de llorar al ver que era lo que ella pidió.
— ¿Uh?... ¡Huh! ¡Chí! —sonriendo y agarrando felizmente la hoja de las manos del kobold.
—Uff...«No sé por qué se alegra tanto, literalmente es una bola con cuatro pétalos pegados a ella», pensó extrañamente al ver como la niña se asombraba de un dibujo que literalmente podía hacer ella. «Bueno, eso no importa»
— ¿Puedes hacer a mi hermano? —pregunto Iida una vez que vio que la niña dejó de llorar.
« ¡Eres un pesado!». —...Sí.
Después de hacerle el dibujo que le pidió Iida, siguió preguntando varias cosas, como también relatando historias que su hermano le contó; todo esto junto con la nueva compañía que tenían, quien parecía tímida al principio, pero parloteando una vez que pudo agarrar confianza.
Y Akini...Akini simplemente se mantenía en sus asuntos; en estos momentos de verdad que agradecia su paciencia, no sabía a qué lugar voltear sin tener que ver la cara de unos de ellos sin que le pregunten acerca de qué opinaba de este héroe o de que creía que hacía tal cosa; en serio...esto le estaba causando un dolor de cabeza innecesario.
Tanto estuvieron ahí que no se dieron cuenta del tiempo que había pasado, ya siendo sorpresivamente la hora de salida. Cuando Tenya se dio cuenta de esto, la preocupación lo inundó una vez que divisó que su hermano no había llegado, pensando que tal vez le había pasado algo en su trabajo o que se lastimó al pelear con un villano.
Pero no tuvo que pensar mucho en eso una vez que escucho los sonidos de asombro de los niños de la guardería cuando vieron pasar nuevamente al héroe plateado en su salón, quien rápidamente giro su cabeza por toda la habitación para encontrar a alguien; topándose con la figura de su hermano menor corriendo ya hasta su posición.
— ¡Hermano! —grito Iida feliz de ver a su hermano mayor sano y salvo, abrazándolo en una de sus piernas ahora aliviado de que esté aquí. — ¡Pensé que te había sucedido algo! —alzando la mirada con una expresión preocupada y aliviada.
—Jajaja lo siento por preocuparte, el villano pareció ser más duro de lo que creí Jeje~ —riendo a la vez que le guiñaba un ojo en signo de que no debe preocuparse por eso. —Muy bien, ¿nos vamos?
— ¡Sí!...Uh-eh ¡Adiós! —despidiendose de los dos que lo acompañaron por el resto del día; ambas personitas que se encontraban a un metro de ellos listos para irse también.
— ¡Oh! Veo que hiciste nuevos amigos aquí ¿No es cierto? —sonrió a su pequeño hermano.
—No son mis amigos —respondió honestamente y sin malicia, pero cruel para la pequeña que al escucharlo ya tenía los ojos llorosos, cosa que para Akini simplemente le dio igual.
«Auch», pensó sarcásticamente al escuchar las palabras totalmente crueles de Tenya.
—Uh...ya veo, Jeje —sintiéndose un poco nervioso después de ver como Tenya prácticamente lastimó posiblemente los sentimientos de aquellos dos niños. —Am bueno, vámonos.
Con Iida agarrando una de las manos de su hermano, ya dispuestos a marcharse, una voz algo indecisa los paró de dar otro paso.
— ¡Ah-ah, espera! —pidiendo de que todavía no se fueran, viendo como ellos dos se habían parado y se le quedaban mirando con algo de intriga; Akini pensó en lo que quería preguntarle. —Ehh...yo, quishiera preguntarte algo.
— ¿Uh? Oh bueno, está bien —aceptando la petición con algo de intriga en su rostro.
—...
Akini no sabía muy bien si cambiaría algo con tal de preguntarle; tal vez de nada serviría; igual y posiblemente cambie algo; no lo sabía. Pero, estaba seguro de algo; si no le hace esa pregunta, muy posiblemente se quede sin una motivación, sin una meta clara por la que vivir esta vida; al menos debe intentar; debe hacerlo. Esto es una pregunta fácil de responder para cualquier héroe... ¿No es así?
—Yo...quishiera preguntarte, uhm...
¿Qué es...ser un héroe?
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