Capítulo 23: ֍‡ Sabor a lástima ‡֍
Mirando de reojo a su pose determinada, mostrándose listo para luchar contra él nuevamente en la que sería una séptima ronda; Akini finalmente volvió a encararlo.
—...
Separados por solo un par de metros de distancia, con ambos chicos en guardia listos para comenzar su batalla, teniendo como único espectador a su maestro quien veía la escena un poco preocupado.
— ¡Jum!
— ¿Eh?
Un sentimiento de incertidumbre pasó por la mente de Akini al ver la cara de confianza de Izuku. Con una mirada que relucía determinación y seguridad, cosa que no vio en sus anteriores sparrings.
«Es como si...ya veo», ahora que lo recordaba, Izuku se trataba de un gran analista. Capaz de descifrar cómo funciona el quirk de alguien con tan solo verlo un par de veces, cómo también sus habilidades en batalla. «Si es así, entonces...»
— ¿Uh? —Cambiando de un segundo a otro la expresión de su rostro al ver como su oponente se arrodillaba.
«Iré por un ataque más directo»
De pecho a tierra tomando su clásica pose de carrera, Akini rasguño el suelo, listo para saltar sobre su presa.
—Gulp~ « ¡Va por un ataque directo!», eran obvias las intenciones de su ataque, viéndose a millas que se lanzaría hacia él como si se tratase de algún felino gigante. Hacer tal cosa frente al rival sería estúpido, ya que declararías abiertamente tu próximo movimiento. Pero claro. « ¡Sabe que no seré capaz de pararlo!»
En términos de fuerza pura, se encontraba a varios escalones debajo de él, cosa que se traducía en que si trataba de recibir el impacto de frente, no lograría más que un par de fracturas en ambos antebrazos.
— ¡Cht! —Si fuese capaz de utilizar el One for All, tal problemática no sería demasiado difícil de resolver.
¡FWOOSH~!
« ¡Mierda! ¡Aquí viene!»
Una gran nube de polvo lo golpeó.
— ¿¡Ah!? « ¡¿Dónde estás?!»
—Sma...
¡¡SMAASH!!
¡BUM!
— ¡¡Buaagh!!
¡Bram!
¡Bram!
¡Trum!
— ¡Ah-gha!
Sentía como si una lanza de energía lo hubiese atravesado por todo su costado, con parte de sus órganos todavía meciéndose ante la fuerza del impacto; su piel ardía por la fricción que género el golpe. Akini no pudo aguantar y vomitó el desagradable malestar que se generó para sus adentros, haciéndose más grande y notoria.
Encorvándose sobre sí mismo para de un modo tratar de aguantar el dolor, llevando sus manos a la parte afectada para verificar el estado de esta, deslizándola y siseando con dolor al tacto de la piel expuesta.
Un impacto que fue prácticamente hecho a centímetros de distancia. Con la potencia de un cañón y un objetivo fácil de apuntar. Era seguro que una marca le iba a dejar, junto a un rastro múltiple de astillas y ramas trozadas.
— ¡Ahh~...ahg~! —Gimiendo por sus heridas tanto internas como externas, se forzó a pararse del lugar en el que estaba derrumbado.
— ¡Hah! ¡Shiwara! —Dándose cuenta de lo que hizo, no dudo en ir e intentar socorrer a su compañero caído.
— ¡Ah! ¡Joven Shiwara! —Exclamó de igual forma su profesor una vez que lo vio tambaleante en el suelo.
« ¡Maldición! ¡No medí mi fuerza!»
Con un temor creciendo para sus adentros al pensar que lo había lastimado de gravedad, trotó en camino al cuerpo tumbado del lagarto.
Swish~
—Hah-¡Ugh!
— ¿Uh?
Deteniéndose a un par de metros de él al verlo ponerse de pie, observando con notable claridad lo dificultoso que se le hacía pararse bien.
—Ah-ahm, de-déjame ayudarte
¡Plaf!
Haciendo a un lado su gesto de manera tajante con un golpe de su mano, Akini se pudo parar por cuenta propia. Exhalando e inhalando en un intento de concentrarse para hacer que el dolor se atenuara siquiera un poco.
—Ahh...ahh, estoy bien.
¡Swish~!
¡Swish~!
¡Swish~!
— ¡Ah joven! ¿¡Seguro que estás bien!? —Llegando corriendo junto a ellos el hombre rubio.
—Sí...
No se esperaba que un golpe del One for All fuese así de poderoso.
—Je~...Jeje-jajaja-¡Hah! ¡Ajajaj-cof, cof! ¡Cof-ufhajajaja! Hah ¡Jajajaja! ¡Oghcof!
La risotada descontrolada soltada por el reptil los tomó por sorpresa, haciendo que estos tomaran un paso hacia atrás al no esperarse tal reacción por su parte. Quedando así en que Akini sea ahora visto y oído por el dúo hereditario. Miraban con extrañeza como la cara del reptil se desfiguraba en un carcajeo continuo.
All Might era el que más se veía incómodo ante esto, siendo él quien había visto con anterioridad aquel modo peculiar de su estudiante. Por el momento no sabía si se trataba de un llanto o una "risa normal". De igual modo, dejó que su estudiante siguiera exhalando alegremente.
Espectando sin saber muy bien que podrían hacer por él, se mantuvieron quietos, sin hacer mucho en ese corto periodo de tiempo. No esperaron mucho una vez que notaron cómo el joven lagarto pudo recuperarse de su descontrolada risa.
—Ja-hah ¡Ahem! ¡Erm! —Una vez recuperada su consciencia, llevó rápidamente su mano a su boca, callándose. —...Urhm.
Un frío que inmovilizó sus facciones; estáticas...en una expresión que no daba cabida a lo que realmente pasaba por su mente. Tapando con su palma temblante la boca ahora muda de sus anteriores júbilos, en un visible impacto.
—Ah-¡Arhm! Lo siento, no... —volteando a ver al par. —Ahh, no importa. Solo me acordé de un chiste que oí por parte de los chicos, lamento si me vi medio raro y eso.
Relajando su postura, tomó una expresión de desinterés y confianza, a la vez que hacía un ademán con su mano en un gesto de poca importancia.
— ¡Cht! —Estremeciéndose todavía por el golpe.
— ¿Se-seguro que estás bien? —Dando Izuku unos pasos hacia su dirección.
— ¡S-Sí! Solo... —deslizando el borde de su camisa para ver bien el moretón del golpe, siendo ahora visible para todos. —Agh.
« Oh no», crispando unos de sus ojos al ver la gran mancha morada surcando por el costado de su estudiante. «Bien puede tener ahora mismo una costilla rota»
— ¡Oh-oh cielos! ¡Yo-ahm!
El peliverde ahora en pánico al ver que sí se había pasado con el poder de su "Delaware smash" que expulsó hacia a su contrincante.
— ¡Agh! Está bien, creo...creo que puedo resolverlo —sus palabras no sonando tan seguras.
— ¿Uh, e-en serio? —Mirando al pelinegro caoba. — ¿Acaso...te puedes regenerar? —Sintiendo sus hombros un poco menos pesados, reemplazando ese zigzagueante pánico por un momento de curiosidad en saber más sobre las habilidades de este nuevo conocido.
—Ahm... ¿Eso creo?
Sabía muy de sobra que era capaz de regenerar su cola pero, desconocía, o mejor dicho, no sabía muy bien que otras partes de su cuerpo serían capaces de hacerlo también.
—Huff... —Claro, su factor curativo era bastante alto a comparación al del humano común. Sin embargo, para que eso surja efecto necesitaba primero de un descanso de digámoslo así, 16 horas. — ¡Ah! «Creo saber algo que puede ayudarme por ahora»
— ¿Eh, qué sucede? —Intrigado e interesado al escuchar la entonación única de alguien que tiene una idea.
— ¡Ah-ah joven Shiwara!, sería mejor que no intentaras algo que pueda agravar más tu salud —yendo temeroso su maestro hasta él para detenerlo de algo que pueda que lo dañe más.
¡Crack!
— ¡Uagh!
— ¡Ah!
—Oh por Dios no.
¡Cruck~!
— ¡Huff-ukh!
Trum~
Después de lo que parecieron unos crujidos de sus huesos, Shiwara se desplomó de rodillas al suelo.
—... ¿Eh? ¿Qué-qué hiciste? ¿Qué es eso que tienes ahí? —All Might no entendía lo que había hecho su alumno. Aunque sabía muy bien que había hecho algo al ver lo que parecía ser una acumulación de "cosa" en la zona donde había sufrido daños.
—Eh Jeje, pensé que haría algo más —siseando con gracia Akini ante el intento de "regeneración" que tenía planeado.
— ¿Puedes controlar tus propias escamas? —Olvidándose de la culpa que tenía por haberlo golpeado y rápidamente yendo a mirar con brillo curioso la segunda habilidad presentada por el lagarto. — ¡Oh! Ahora lo entiendo. De algún modo pensaste que si usabas tus escamas como un reemplazo a la piel dañada haría que tus contusiones desaparecieran. Y pretendiendo que aquello que trono fueron tus huesos, imagino que también lo hiciste con una parte de tus costillas. Pero, ¿cómo? ¿Acaso puedes generar escamas dentro de tu cuerpo como una especie de membrana plasmática? Aunque para eso necesitarías cambiar la composición y el tamaño de tus escamas, por lo que quiere decir que no sólo puedes controlar su tamaño, sino también su composición y la posición donde se originan, algo que es bastante útil para la batalla cuerpo a cuerpo ya que tú eres un combatiente bastante hábil físicamente, protuberancias que te ayudan en un desarrollo de la defensa como del ataque y aparte...
Habiéndose resistido todo el día en hacer sus análisis de quirks, esta vez no pudo contenerse y soltar una trinchera de murmullos e imaginarse mil y un formas en las que el kobold puede aprovechar tal poder. Empezando de primera con la habilidad de reparar heridas contundentes o traumáticas, hasta la creación de armas a base de puras escamas.
—Oh-ok Para ¡Akh! —No queriendo oír más de sus murmullos, se obligó a levantarse y callarlo. —Ahh...la verdad solo estoy usando esto como un tipo de parche que se ajusta a mí, ya sabes, como un vendaje —apoyándose con una mano en el hombro de Izuku al mismo tiempo que lo veía con extrañeza e incomodidad, a causa de que aún sentía su costilla picándole.
—Oh... ¡Ah! —Recordando que estaba herido. — ¿Y-y cómo te encuentras? La-lamento haberte roto una costilla, aún no puedo controlar mi fuerza y yo-...
—Sí ya, como sea —cansado de tener que volver a escuchar sus disculpas. —No importa ¡Ugh!
—Joven Shiwara, sería bueno que reposes en un solo lugar, si es verdad que te rompiste un hueso lo mejor es que no te muevas tan bruscamente por los alrededores; eso incluye estar parado —obligando All MIght a que el lagarto se sentara de una vez y dejara de sacudir más sus huesos molidos.
—Ah, sí —deslizándose sobre un tronco como apoyo para sentarse, lográndolo de manera lenta y segura. —Huh-aff...
Quedándosele viendo el símbolo de la paz para verificar si no presentaba alguna queja más o signo de dolor al sentarse. Y viendo que no parecía haber algo más, se permitió soltar un suspiro.
—Ahh muy bien —masajeándose el entrecejo ante el pequeño dolor de cabeza que se le generó. —supongo que eso indica el final del entrenamiento de hoy.
—Eh-ah yo aún puedo seguir señor All Might —levantando su mano para que lo voltease a ver. —No estoy tan lastimado como usted cree, de verdad.
Mirando de arriba a abajo a su heredero, notando a simple vista los cortes y manchas de tierra que lo cubrían por completo. Aparte de suponer que en el momento del ataque bien pudo haberse roto el dedo, confirmando su pensar al ver dos de sus dedos amoratados.
—Hmm... —acariciando su barbilla afilada. —Bien, déjame pensar en algo.
—Ey.
— ¿Uhm? —Volteando Izuku a sus espaldas. —Eh ¿Sí, qué sucede Shiwara-san?
—Tu poder... ¿Cómo es que funciona tu poder?
— ¡¿Huh?!
Exhalando el pupilo y el maestro con impresión al no prever tal pregunta. O más bien, se estaban poniendo nerviosos al pensar que el joven reptil comenzó a sospechar de su gran similitud en sus habilidades.
— ¡Pft! «Vaya, que sobre reacción», conteniéndose la gracia que le hizo ver la cara de sus otros dos acompañantes.
—Ah pues, es como...una clase de energía o calor que se acumula entre mi brazo o en mis dedos, aunque también los puedo enviar a mis piernas. Solo que lo único malo de hacer esto es que una vez que suelte esa fuerza, las extremidades que use para liberarla se rompen —desviando su mirada a los dos dedos lesionados. —Es por eso que me es difícil poder adaptarme a ella.
—Hmm... «Hago como que pienso» dices que es como una clase de energía ¿Verdad?
—Ahm sí, preferiblemente como si se tratase de un huevo en un microondas. Tratando de que no explote.
—Ohh...hmm —inclinando su cabeza de lado, siendo esta reposada en una de sus palmas con uno de sus brazos como pilar. «Sigo pensando» Puedo entender a lo que te refieres.
— ¡Ah! ¿En serio? —Viéndose feliz de ver que alguien parecía entender su metáfora del huevo en el microondas.
—Sí, es más, comparto una habilidad similar a la tuya.
— ¿Eh? —No se esperaba eso. —Eh-eh ¿C-cómo, tú-...?
—Puedo hacer que mis músculos se tensen a un grado casi extremo. Brindándome así una mayor fuerza de empuje y agarre —volviendo a poner su cabeza recta, ideando algo un poco más ambiguo para decirle a Izuku, rascándose su cabeza con una de sus garras al buscar sus próximas palabras. —Como tú...lo puedo usar en uno de mis miembros, siendo mi máximo dos por ahora.
Deteniéndose un segundo para mirar directamente al peliverde, cosa que le hizo regalar un pequeño escalofrío al joven Midoriya. Esa mirada en las sombras sí que era espeluznante.
—No me sirve ser la mitad de fuerte si mi otra mitad está completamente indefensa —bajando sus ojos y dejando de mirar a la persona frente a él. —Necesito ser igual de resistente en todo, sin un músculo faltante a tensar.
—Uhm...«"ser igual de resistente en todo"»Hmm...«hacer que el huevo...se caliente equitativamente» ¡Hah! ¡Ya lo entiendo!
Con un expresar en sus ojos tan grandes que parecían casi salirse de sus cuencas, la respuesta que tanto ansiaba se hizo clara en su cabeza. Le era absurdo lo obvio que podía ser. Aunque a decir verdad, sí lo había pensado alguna vez, solo que aquella opción fue en seguida descartada al conocer las consecuencias que le pueden provocar en su cuerpo al no ser capaz de manejar tanto poder.
La sola implicación de imbuir todo su cuerpo con el One for All significaba apostar en un 50/50. Tratándose de un término optimista al creer que su cuerpo ya se encontraba preparado para albergar siquiera un pequeño porcentaje del antiguo poder.
—Qué ¿Qu-¡Qué descubriste!? ¿Hay algo en el huevo que no habías descubierto aún? —Interrogaba All Might entre interesado y emocionado, notando la mirada lúcida de su discípulo cuando descubre algo llamativo.
—Uhm...supongo —con lentitud, se colocó en posición. —Gulp~ —aun cuando se trataba del 1%, sus manos y pies no dejaban de temblar ante el riesgo.
—Bien ¡Entonces muéstrame! —Vitoreo su maestro.
« ¡No es tan sencillo All Might!», gritándole en su mente con nervios a su mencionado mentor. Ahora mismo tenía la cabeza de en qué en este instante iba a poner su vida en juego. «S-solo es el 1%...no debe de ser tan difícil» ¿Verdad?
— ¿Huh?
— ¡Grraah!!
¡Trshk!!
¡Trshk!
¡Trshk~!
— ¡Oh vaya!
—Jum
Ambos espectadores veían a plenitud como el poder comenzaba a burbujear en toda la piel del peliverde, marcándose en su ya reconocido color amarillento y violeta. Así hasta pasar unos cuantos segundos para que un cambio pueda verse otra vez.
— ¡Kgh-grah!
Los pujidos de esfuerzo eran un sonido claro del gran trabajo que hacía para que la energía no escape por sus poros. Manteniéndola a raya dentro suyo hasta que pueda manejarla en un estado más calmado.
¡Trsh-kcrsh!
¡Tsh-krcsh!
¡Trshk!
— ¡Oh! ¿Pero qué veo? —Notando el rubio mayor el cambio de color que pasaban los rayos celestes a un tono más verdoso. —Jejeje, a eso se le llama tener personalidad.
«Bien, no parece darle problemas», comentó Akini en su mente a nadie en particular. «Pensé que le sería más complicado»
« ¡Aaah-agh! ¡¿Por qué siento cada uno de mis músculos retorcerse?!!»
A simple vista se lograba ver como el peliverde sacaba un gran espectáculo de luces, siendo de entretenimiento y maravilla para los otros dos acompañantes. Ciegos o poco interesados ante las muecas de esfuerzo y terror que hacía el joven pecoso al sentir como prácticamente sus músculos comenzaron a mandarse solos.
« ¡Aaahhh! ¡Aaahh-ah! ¡Calma-cálmate! ¡Tú puedes!», cerrando con fuerza sus párpados, intentando concentrarse y relajarse. « ¡Solo...! Solo...» Hah... «Respira» Huff~... ¡Jum! ¡Rrah!
¡Trsh-kcrsh!
— ¡Ohh!
—Ahh-hah...ahhh.
Jorobado y cansado, pero aun de pie, Midoriya Izuku demostraba con gran luz el nuevo alcance de su poder. No tratándose de algo más fuerte, sino de un estado que sería beneficioso a la hora de utilizarlo, nombrándolo ahora cómo:
—One for all...Full cowl...4%.
¡Trum!
— ¡Ah! ¡Joven Midoriya!
—Ahhh-ahh creo...que ya ha sido suficiente por hoy, señor All Might —tirado en el suelo. —Ahh-hah-¡Jaja! —pero con una enorme sonrisa que no se la borraría nadie.
Gracias a este descubrimiento...sabía que ahora existía una oportunidad.
—Huff... —acostando una de sus mejillas hacia la izquierda. —Gracias Shiwara-san.
—Hmp, sí, como sea —sonriendo de manera ladina, no prestándole mucha atención al chico verde.
—Je~ —respondiéndole su gesto con una ligera risa.
—Muy bien, creo que esto terminó por hoy, será mejor que regresen a sus hogares antes de que se haga más tarde —el rubio simplemente vio como ambos jóvenes se le quedaron mirando sin decir nada. —Ah-ah claro, si es que pueden uhm.
Siguieron manteniendo su mirada en él.
—...Pueden quedarse por un rato más si es que gustan.
→/-/
Tuvieron que pasar cerca de 15 minutos como para que el par pudiera ser capaz de levantarse por sí solo. Despidiéndose de su mentor nada más ver que podían valerse por sí mismos y caminar sin caerse. A pesar de que el héroe se ofreció en acompañarlos, ellos se negaron, diciendo que no se preocupara.
Al final lograron salir del bosque luego de media hora, contando los 15 minutos que estuvieron descansando en la tierra luego de su entrenamiento. El agotamiento los hizo ir lento por el camino de tierra, tomando pequeñas pausas en los troncos como para relajar los músculos y recuperar el aliento.
Trush~
Trush~
Crush~
—Oye, Shiwara.
— ¿Hm? —Soltando un sonido de escucha.
—Tú...
¿Me odias?
— ¡Pfft! ¡Ajajaja-hah! ¡Ajaja-ugh! ¡Ouh~! —Encogiéndose por el dolor en su costado. — ¡Ahhjajaja! ¡Hah!-ahh...jajaja ¿¡Qué!?
Deteniéndose un segundo para mirarlo con incredulidad y burla, mostrando sus temibles colmillos en una sonrisa depredadora, con sus iris brillando ante lo risible de la pregunta.
— ¿Te odio~? Hmf~ —volviendo a su caminar.
Trush~
Trush~
—Uhm... —eso no respondía a su pregunta.
Volviendo al antiguo silencio, el par siguió caminando, solo con el agregado de que un ambiente pesado se había recién generado.
« ¿De verdad me odia?», tal cosa...simplemente no le hallaba sentido. « ¿Por qué? Yo-yo no creo haberle hecho nada... ¿O sí?, ¿será acaso por lo de antes? Pero si me disculpé con él».
Con eso en mente subió su mirada, queriendo observar por cuenta propia la expresión en la cara de Akini. Averiguando para su malestar que tenía una cara recta, sin fruncir ningún ceño; lo único visible sin cambios de su apariencia habitual era su cara plana.
« ¿O es que no le importa?», eso solo lo hizo sentir mal. «¿Por qué...cuál es la razón de descargar su enojo contra mí?», inconscientemente, hizo que sus manos se empuñaran con fuerza. « ¡¿Qué gana con eso?!», por fuera, sus dientes comenzaron a rechinar. « ¡¿Es que acaso es ese tipo de persona que le gusta molestar a los demás, actuando de ese modo tan dual?!»
Su ira crecía, aumentando su enojo cada vez que veía de reojo al lagarto. Esa cara de indiferencia; esa actitud de no importarle nada. No le gustaba, le desagradaba, ¿es que acaso lo ayudo por simple lástima?, ¿acaso finge parecer un chico amigable? Siendo en realidad un tipo que lo ve por debajo de él. ¡¿Cómo es que All MIght dejó que un sujeto así conociera su secreto?!
— ¡Grrr! —Apresurando el paso.
No lo entendía. Y posiblemente no intentaría entenderlo. Conocía a los de su tipo, sabía de lo que eran capaces, sabía que no eran unas buenas personas en su totalidad. Lo vivió en carne propia en toda su niñez, personas que les divertía aprovecharse de él.
« ¿Cómo es que alguien como él puede aspirar a convertirse en héroe»
Tap~
— ¿Huh? —Escuchando el parar en los pasos del Shiwara menor, se giró para verlo, observando como este se quedó completamente quieto.
—Midoriya...
— ¿¡Qué pasa!? —Sorprendiéndose un poco por su tono, no esperando que el enojo que tenía fuese filtrado en sus palabras.
—Yo...no, no te odio.
— ¿Eh?
Yo soy el que se odia
Bueno...eso...
—Uhm... —no tenía idea de que respuesta le podría dar. —Ugh —sus ánimos y cabeza bajaron, dándose cuenta en lo mal que juzgó a esta persona. Recién lo conocía y él...simplemente lo catalogó como alguien nefasto, casi como un villano. —Perdóname, Shiwara-san.
— ¿De qué hablas?
—Ah, es que-yo...
— ¿Tú vives cerca de aquí no? —Volteando su cabeza hacia la derecha, evitando ver de cara al peliverde. —Yo vivo lejos, así que aquí nos despedimos, nos vemos.
— ¡Ah-¿qué?! Ah-¡Claro, nos...! Vemos —parando a media oración al ver lo alejado que se encontraba el lagarto ya de él. Lo que le hacía sorprenderse, no sabía que ya se había recuperado del dolor en sus costillas. —Hum... —si fuese completamente sincero, la primera impresión que obtuvo del Kobold fue algo...regular.
Así bajando la mirada hacia su mano, recordó el consejo que lo ayudó a subir un nuevo escalón. Un pequeño, pero significante consejo. Uno que estaba seguro que era la base principal de todo. Y algo con lo que permanecerá entrenando hasta muy futuro.
«La habilidad de controlar el One for All», apretó su puño, alzándolo y dejando que el poder fluyera a través de él, llevándolo por todo su cuerpo. —Full Cowl...
Solo faltaban tres días.
¡Triiin~!
¡Swrishh~!
¡SIGUIENTE PARADA: ESTACIÓN DEL DISTRITO HOSU!
Tap~
Tap~
Tap ~
Tap~
¡Squeak!
— ¡Hah! Huff... ¡Ugh! —Un dolor astillante hizo que volviera a encorvarse, agarrando así con sus garras la parte de su costado. —Ahhg...uhm.
Echando una mirada a su alrededor, se dio cuenta que era el único ocupante de aquel vagón. Cosa un poco extraña una vez que te das cuenta de la hora que era. Tiempo unánime para regresar a casa.
—Pff... —resoplando con desinterés ante aquel pensamiento.
El topacio centellar de sus ojos caídos, ensombrecidas por los veloces apagones de las estructuras que pasaban velozmente al lado del tren. Fugaces, pero siendo cada una de ellas tan presente como la anterior.
Fue injusto, ¿verdad?
Qué razón había para odiar a alguien que no hizo nada para lastimarte; una persona que desconoce al completo tu situación. No es su obligación, no lo era...ya no lo es.
— ¡Hufff! —Enterrando la cara entre sus dedos, sintiendo un picor acrecentarse.
No es justo culparlo...no fue justo adjudicarle la culpa a otro. No había razón para odiar.
—...
Cómo tampoco desquitarse con él.
—Hmf...
El miedo...el terror y el pánico lo hacen enloquecer. Teme lo que vendrá en el futuro. Como también teme no estar listo para ello.
¡FWOOSH~!
Como caminar por un túnel profundo hundido en la oscuridad. Una oscuridad donde no puedes respirar ni ver, y solo te guías por tu fe.
֍ ~Una Fe que es sepultada en alquitrán~ ֍
—¡¡Blueegh~!! ¡Cof! ¡Cof! ¡Hah! ¡Cogh-cof-cof! —Esa oscuridad...le repugnaba. —Gulp~...ufff
A pesar de estar solo en este lugar, se sentía avergonzado de vomitar en el medio del vagón.
—Ahh... —de verdad.
Odiaba sentirse tan enclenque.
→/-/
—Ugh~ Ahh-ahh...
Creeeak~
—Uff~, finalmente.
Después de caminar quien sabe cuántos metros hacía su casa. Y el lagarto exhausto como ninguno. Lo único que deseaba él en este momento era derrumbarse y dormir en su habitación. Ya fue suficiente de cosas por el día de hoy.
«Me pregunto si-...»
— ¡Akini! ¿Por qué no me avisaste antes de que te ibas a tardar? Ya casi es hora de la cena, un minuto más y te hubieras quedado sin comer muchacho —sin haberla previsto, su madre se cruzó frente a él, regañándolo y mirándolo con el ceño fruncido.
—Uh, es que se complicaron algunas cosas.
—Espera ¿Qué es esa forma de caminar? ¿Te duele algo? —Notando lo jorobado que estaba.
— ¡Ah! ¡Agh! ¡Aha! Jajaja no es nada —irguiéndose aun con la punzada de sus costillas en su piel. —Jejeje~.
—Hm...está bien.
— ¿Uh?
—Ve a sentarte, tu padre seguro ya debe de venir —sin más preguntas, se dio la vuelta y se dirigió de regreso a dentro.
—Uhm, claro.
Confundido, miró como su madre se retiraba al otro lado del cuarto para servir la comida. Acompañándola igualmente en el trayecto.
«Hmm, no me esperaba una reacción tan seca», eso era algo anormal en ella. «Tal vez algo la tiene molesta» ¡Mph! «Y tal vez ese algo sea yo», percatándose ahora y sintiéndose nervioso ante esto.
Una vez servido su plato, comenzó a comer. Tratando con todas sus fuerzas no mostrar ningún signo de incomodidad en su rostro, hacía lo mejor que podía para mantener su espalda recta y hacer que su madre no sospeche todavía más de él. Sabía que ella era bastante aguda cuando se lo proponía.
Ya pasando un par de minutos llenos de agonía silenciosa, volteo con vista a su madre. Notando como ella nada más estaba sentada ahí sin hacer nada, mas que haciendo una pose divagante. Cosa que le hizo llamar la atención.
—Uhm, ¿no vas a comer mamá? —Viendo como ella estaba solo sentada en la mesa, pensando. Con su cabeza recargada en una de sus manos.
— ¿Mhm? Cenaré con tu padre una vez que él llegue.
—Ah, claro, seguro —con su duda respondida, siguió degustando nervioso su comida. Está vez reemplazando esas ñañaras de ser descubierto, por un peso raro en su estómago. Estando bastante seguro de que no se trataba de la cena que acababa de comer.
→/-/
Creeak~
— ¡Fhuaah, que día~! Jeje~ ¿Uhm? —Observando de primeras a su esposa sentada sola en la mesa del comedor, llegando con curiosidad hasta ella y notando como jugueteaba con sus uñas una taza de café.
—Héctor.
—Hola cariño, ¿qué pasa? Muah~ —plantando un beso en una de sus mejillas. — ¿Ya terminaron de cenar? —Dejando sus cosas a un lado para sentarse junto a ella.
—Ahh...tu hijo llegó con una costilla rota.
— ¡¿Qué?! —Exclamó incrédulo. —C-¿¡Cómo!?
—Pensó que no me daría cuenta...Huff —soplando con pesadez. —Pero realmente no es eso lo que me molesta.
Sus dedos al instante se detuvieron.
— ¿Ah-eh? ¿Entonces qué es? —Preguntó Héctor, un poco descolocado ante la falta de enojo y preocupación hacia la lesión de su hijo.
—... ¿No te has dado cuenta de la facilidad que tiene para mentirnos?
— ¿Qué?
—Sobre lo que hace, lo que piensa, y principalmente, sobre cómo se siente —Ima acerco su taza hasta su pecho, mirando hipnotizada el contenido negro del grano molido. —No sabemos mucho sobre él y...eso causa que no sepamos cómo interactuar bien con él.
Todas sus uñas bajaron y subieron en un golpeteo rápido. Entonando por cada dedo un agudo trinar.
—Es demasiado evasivo para su bien.
—Ah pero, ehm —tratando de llamar la atención de su esposa. —Eso es normal en los jóvenes —abriendo sus manos hacia fuera, como indicando que aquel dato se trataba de algo obvio. —Son bastante evasivos con sus padres, ya sabes, se sienten maduros e independientes, y quieren hacer todo por sí solos —dando una sonrisa astuta de medio lado. —Es normal en ellos y, no es como que podamos obligarlos a qu-...
¡BAM!
— ¡¿Normal?! ¡¡¿Normal?!! —Sus pupilas se encogieron, furiosa ante lo dicho por su esposo.
— ¡Ah, Ima tranquila! —Sorprendido por el golpe y acercamiento, se echó para atrás. Levemente asustado. — ¿¡Qué es lo que sucede!?
—¡¡Lo que sucede es que para ti sea normal, que tu hijo se destroce la cabeza contra un muro!!
...
Paf~
...
¡Tri-ink~!
¡Tri-ink~!
¡Tri-ink~!
¡Tri-ink~!
¡Tri-ink~!
Tri-ink~
Tuck...
—... ¿Qué fue lo que dijiste?
—Lo siento...no quería decirlo de esa manera~.
—C-¿Cómo-ah ¡Cuando!? Q-¡¿Qué fue lo que sucedió?!
No entendía. ¡¿Cómo que su hijo se golpeó como loco contra una pared?! ¿De qué estaba hablando Ima?
—Aquella vez...donde se alboroto y rasguño tu cara.
— ¿Huh? —Mirándola con sorpresa. Él estuvo ahí en aquel momento, ¿cómo es que no lo vio?
—No sé si aquel arrebato te habrá hecho perder la conciencia por unos segundos, y sea por eso que no lo hayas visto —girando su rostro con dolor; con una mirada afligida que inundaba la visión pasmada de Héctor. —No comprendo muy bien por qué lo habrá hecho... ¿Habrá sido por la culpa?, ¿o es que acaso desbloqueo un recuerdo de su batalla contra esos desgraciados?... ¡Hahh! —Exhalando y cerrando sus párpados con fuerza, a la vez que pasaba una mano por su fruncido rostro. —Intenté ignorarlo, no quería incomodarlo más de la cuenta. Ahh...justo después de que pareció verse mejor~.
—...
Con una expresión estática en perplejidad, Héctor junto una de sus manos con las de ella. Sintió enseguida la fuerza y la presión en la que sus dedos estaban siendo aprisionados, tronándolos en el proceso. Eso no le importó.
—Es horripilante Héctor...tener que ver cómo tu bebé se hace daño a sí mismo, sin idea del por qué —su brazo pilar se desplazaba con cansancio. — ¿Por qué nos miente? —Tan cansada estaba, que no tardó en acostarse sobre la mesa. — ¿Acaso no se da cuenta que al mentirnos también nos hace daño?
Sintiendo un peso nuevo en su mano, movió con ligereza sus pupilas. Observó como la segunda mano de su marido acunaba con cariño la suya. Levantándola y masajeándola con suavidad, manteniendo su atención en eso hasta que la volvió a ver.
—Entonces... ¿Qué es lo que piensas?
La revelación fue tan dura que no le permitió idear algo. Llegar a casa y tener que recibir una noticia así sobre su joven kobold. Era una cosa...demasiado.
—...Si no puede contar con nosotros a la hora de meditar sus problemas, tal vez... —la idea no le gustaba, pero. —Necesitamos de un tercero.
— ¿Un tercero? Acaso te refieres-...
—A buscar un psicólogo para nuestro hijo.
— ¿¡Un psicólogo!?
Un psicólogo...alguien profesionalmente capacitado para lidiar con los problemas internos de las personas. Brindándoles un lugar de cobijo y confianza, dándoles consejos, escuchándolos y, guardando nada más que el anhelado silencio de lo ocurrido en aquella habitación, donde nada saldrá. Una opción que nunca se esperó tener que ser usada para su primogénito aun niño. Algo que le hacía ruido muy en el fondo de su mente.
— Héctor, no es de locos ir al psicólogo ¿Verdad?
—...No —relajando sus expresiones, tomó nuevamente su mano.
— ¿Acaso somos una familia de locos?
—No cariño —sonriendo un poco por sus palabras. —Nosotros...
Solo somos una familia que vive de manera normal.
—Mhm...
Tan cansada por los desvelos que sufrió al despertarse en el medio de la noche, con el corazón en la garganta al revivir una vez más ese recuerdo de su hijo. Ima no pudo luchar contra el sueño, y se dejó llevar por el reino del subconsciente.
—Hmf ~ —Héctor acaricio su espalda, notando como ella acaba de dormirse. «Espero y no sea tan difícil cargarla para arriba»
Jorobándose para agarrar sus piernas, como también pasar sus manos a su cuello. El hombre castaño dio un subidón rápido, así logrando cargar con éxito a la dragona mayor.
«Je, está pesada»
Siendo su cola la que más agregaba peso a su carga, lo tiró de su agarre y simplemente dejó que se arrastrara por el suelo, ahorrándose así más trabajo.
Tum~
Listo para irse a su cuarto y con un pie en el primer escalón.
Tum~
Luego el segundo.
Tum~
Después el tercero.
Y el siguiente el-...
«" ¿Qué no se da cuenta que al mentirnos también nos hace daño?"»
¡Creeak~!
Un escalón rechino con fuerza.
—Hah...
No había nada que pensar el día de hoy. Solo respira.
—Hufff...
La noche no estaba para pensar.
—...
Sino solo para dormir.
Tum~
Tum~
Tum~
Tum~
Tum~
Tum~
Tum~
"..."
∞‡ {-֍-}-ᴥ=—ᴥ֍ᴥ—=ᴥ-{-֍-} ‡∞
—Hmf~... —el despertador no había sonado.
Y la principal razón de eso, es que era domingo.
—Hah...huff~ —ya solo faltaba este día para que todos volvieran a clases.
Squeak~
Levantándose incómodo de su cama, siendo esta vez por la costilla aun flácida de su costado que parece aún no haber sanado para el día de hoy. Aunque siendo sincero, se habría sorprendido si es que se hubiera curado así de la noche a la mañana.
—Hmm —dando una mirada a su oblicuo, divisó que la "venda de escamas" seguía ahí pegada y fuerte. Haciéndole suponer que no necesito de que estuviera consciente o no a la hora de mantenerlo. «Curioso»
En contraste a la simple palabra formada en su mente. La realidad era que había más cosas detrás de esa única expresión.
« "¿Por qué se quedaron pegadas? ¿Qué acaso no volvían a su estado original una vez que ya no las necesitaba?, ¿dependen de un desactivado más manual?, ¿por qué cuando lo hacía con su cola no se quedaban estáticas?" », Preguntas nuevas en su vida que ahora mismo debía resolver.
Esta habilidad de las escamas la desarrolló muy poco antes de los exámenes. Por esa misma razón, es muy ignorante de las capacidades que tienen en su totalidad. Aunque se las ha arreglado para improvisar un poco con ellas.
«Debería preguntarle a mamá», en aquella vez no tuvo tiempo de preguntarle, a causa del examen que estaba muy cerca de llegar.
Bajando por las escaleras con el típico "trik trak" de sus uñas contra las baldosas; difíciles de no oír para todos los habitantes que estaban en la planta baja de la casa.
—Buenos días.
—Buenos días, ¿cómo dormiste? —Sentado en el comedor y tomando una taza de café, estaba su padre. Libre por las primeras horas del día hasta ya dando la tarde, donde tenía que ir al trabajo para ajustar todo junto a los demás para el comienzo de la semana.
—Bien —una respuesta simple y afirmativa. Al menos tuvo la suerte de que su costilla no lo atravesase mientras dormía.
Sin pensarlo mucho tomó uno de los asientos desocupados, específicamente el que ya tenía el plato del desayuno en la mesa. Dejando para después las curiosidades y enfocándose totalmente en lo que iba a consumir. Oh sí, un rico plato de panqueques carbonizados y endulzados con las mejores especias. Polvo de magnesio y calcio.
—Hmm... —torciendo un poco su boca. Sí, ya sabía que podía ingerir elementos así de crudos, como lo serían el zinc y otros metales. Pero eso no quería decir que no le gustase de vez en cuando morder una comida normal.
¡Crunch~!
— ¡Arm~mrah~! —Osea, no es que supiese mal ni nada eso, realmente estaba bastante rico. —Mrmh~ ¡Cruck~! Rhm~ —agh, qué más da.
Volviendo a enfocarse en su comida, degusto con alegría interna cada trozo de carbón que consumía. Pasando un poco tiempo para que ya estuviese con el plato cerca de vaciarse.
—... —tomando un café inexistente, Héctor le lanzó una mirada a su esposa quien estaba al otro lado sentada en uno de los sillones de la sala. Ella lo vio, y con un suspiro, se levantó y caminó hasta su lugar.
El silencio del desayuno dejó imperturbable a Akini, no dándose cuenta de lo que había detrás. Con su padre ya dejando su taza en la mesa una vez que Ima se sentó a su lado, ambos voltearon en dirección a su único primogénito. Quien ya acabado su desayuno, se comenzó a dar cuenta de la extraña actitud que tenían, no pudiendo evitar preguntarles.
—Ahm, ¿qué sucede? —Extrañándose e incomodándole un poco la mirada fija que tenían en él.
— ¿Cómo está tu costilla? —Su madre preguntó calmadamente en un tono bajo, aun siendo distinguible la preocupación con la que habló.
— ¡Ah! ¿Eh, qué?
—Solo dilo —sin ejercer un ceño que demuestre enojo o algún otro sentimiento negativo. Ella simplemente lo observó de manera neutral.
—Ah...ahh, no...no me duele, demasiado —acariciando su brazo y desviando la mirada hacia otro lado. No había razón para seguir de loco con eso. —En realidad ya no tengo problemas para moverme de un lado a otro.
Demostrando lo que decía, se ladeo de derecha e izquierda sin presentar atisbo de dolor. Siendo que en verdad se aguantó las ganas de sisear al sentir como el peso de su cuerpo se iba con todo presionando en una de los huesos de su tórax.
—No te muevas tanto, igual y haces que esa costilla vuelva a trozarse —parando Héctor a su hijo de hacer movimientos de lado a lado.
—Eso es bueno, uhm... —con un titubeo último, pensó en cómo podría abordar mejor esto. No creía que su hijo se lo tomara de la mejor manera una vez que le diga la verdadera razón detrás de esta charla.
Rascando su mejilla con su uña, se preguntó si no había otra opción buena con el mismo o mejor resultado. Sopesándolo por un segundo. Y solo tomándole ese segundo para darse cuenta que estaba siendo una terrible madre; una irresponsable. Esto no era una cosa de sí a su hijo le gustaría, o si de como las demás personas lo verían. Esto...era de algo que necesitaba.
—Nosotros hemos estado pensando esto y...creemos que es lo mejor para ti —alzando la frente, vio de manera directa a su hijo, con él viéndola de igual forma. Pudiendo notar a simple vista la tenue tensión en sus facciones, como también la incertidumbre en su iris. —Nosotros...
Sin titubear, dijo lo que venía a decir.
Te enviaremos con un psicólogo.
Las pupilas afiladas de su hijo se crisparon.
—Gulp~ «Creo que había una mejor manera de decirlo»
—...
Fue casi un minuto completo de silencio.
—Ah-ah...mhm.
Akini parecía querer decir algo, pero no siéndole posible. Era difícil, extraño, no queriendo expresar palabras que no venían al caso.
Pensó en todas la razones por las que sus padres han llegado a tal decisión. No viniéndole a la mente una acción del pasado por la que los motive a hacerlo. O al menos, eso creía.
« ¡Hah!», claro...no había que ir muy lejos para saberlo. —...Lo siento.
— ¿¡Huh!? / ¿Qué?
Ambos padres reaccionaron de manera inmediata.
—No debí haber reaccionado así.
Bajo su cabeza hasta casi tocar la mesa. Demostrando arrepentimiento...vergüenza.
—P-p ¿Por qué~? —Su madre fue la primera en preguntar. Costándole en principio decir esa primera cuestión. —Ah-p ¿Por qué? ¿¡Qué-qué es lo que te hizo reaccionar así!?
Él se quedó mudo.
— ¿Akini?
No lo iba a decir.
—P-p ¿¡Por qué-..?!
—Akini.
El interrumpir de la tercera voz hizo que ambos dragones dirigieran su mirada a él. Tratándose de la única persona en la habitación en mantener una expresión perfectamente blanca en su rostro.
—Puedo entender... —En medio de la oración, sus ojos temblaron un poco. —Ah-¡Ham! Puedo entender cómo te sientes —de ese pequeño gesto de duda, una fruncida sonrisa ladina se mostró en sus labios. —Te sientes presionado. Perdido. Sientes... —sus cejas cayeron un poco al tener que volver a recordar. — como si una carga invisible creciera en tus hombros por cada paso que dieras.
Sus ojos se abrieron enormemente ante las impredecibles palabras. No se esperaba una contestación así, o mejor dicho, no se esperaba un análisis tan cercano por parte de su padre.
—El mundo se encoge a tu alrededor hasta no verse más que un pasillo recto, con paredes imposibles de escalar para escapar—calló un momento para ver a su hijo, notando como parecía tomar cada palabra que oía salir de su boca. — anclado en un caminar perpetuo, y con la mente nublada de un malestar que te continúa diciendo "qué para salir de esto, solo hace falta seguir hacia delante."
Ima aun en su silla se giró hacia él, incrédula de lo que le estaba diciendo a su hijo ahora mismo. Él no era tan abierto a sus sentimientos. Le había tomado casi dos años en su relación para al fin contarle sobre ese suceso, ¿cómo es que está tan abierto a contarlo? ¿Es que acaso de algún modo se ve a sí mismo en su hijo?
—En un primer momento piensas que será fácil, después de todo, es solo seguir recto. Pero te das cuenta, que la verdadera dificultad en esto no se trataba en salir de aquel pasillo —su sonrisa vaciló. — Sino en volver a levantarse y caminar, una acción tan simple que nos costó miles de años en poder realizar.
De pronto en ese corte final, los labios de Héctor bajaron en una fina línea. Juntó sus manos por el medio de su pecho y encaró una vez más a su primogénito de escamas caoba.
—Tu actuar demostró mucho de eso y, eso es algo que ya no podemos ignorar —una presión provino de su entrecejo, marcando su gesto en una molestia no conseguida. —por parte de tu madre y yo, lamentamos no haber actuado de la forma que se esperaría de nosotros.
— ¿Huh? —Sintiendo en su pecho un pequeño socavón al observar a su padre viéndolo, triste. Decepcionado.
—Lo sentimos.
Pasaron varios segundos para que fuese capaz de entender lo que estaban haciendo.
«... ¿Por qué?»... ¿Por qué se disculpan? — No lo entendía.
Con una seriedad que muy pocas veces la vio en su padre. El Shiwara menor no pudo evitar estremecerse con inquietud ante la forma tan tranquila en la que se expresó.
—Sé que hay más de lo que realmente estás dispuesto a decir...y que probablemente, nunca las vayas a decir —cerró los ojos por unos momentos, y suspiro. —es por eso que nos disculpamos. Nos disculpamos por no haber podido desarrollar esa confianza que necesitas. Y que a causa de eso, necesites de alguien más con quien hablar.
—Aki-kun —girando su cabeza de manera casi robótica, con una lentitud esperable de un engranaje viejo. Demostrándole así en plenitud a su madre esos ojos que conocía muy bien. Unos ojos inocentes que brillaban en una incertidumbre perpetua. —Te queremos, demasiado —su mano se enrollo con fuerza en la de su hijo. —demasiado, demasiado. Y...duele saber, qué no somos capaces de ayudarte en esto.
—Pero eso no quiere decir que dejemos de apoyarte —desviando la atención a él para darle un poco de aire a su esposa. —Aun si no nos dices nada, aun si guardas secretos; si por algún motivo te conviertes en un criminal, en un vigilante, o en lo que tú quieras. Así nos odies, cualquier cosa —sus labios temblaron un poco, pero logró recomponerse. — es bueno que sepas, que estaremos allí para ti.
—...
No sabía qué decir. No había nada que decir.
—Pero si es posible, trata de liberar esos pesares, trata de no ser la mula de tu propio rencor —una pequeña risa salió de su padre, cansada, pero con algo de optimismo dentro. —Sabes...no hay por qué temer que otras personas lleven esa carga aparte de ti. Tú no tienes que cargar todo por ti mismo, hundido en ese dolor mudo —su mejilla se recargo en su mano, acompañándolo con un suave suspirar. —Tú puedes compartir ese dolor.
«¡¿Huh?!», era eso otra vez. —Pe-pero...
—Tal vez pienses que hacerlo sea una molestia, algo que en vez de beneficiarte pienses que te perjudicará. Pero déjame decirte que no es así —su expresión cambió a una más melancólica. —No cuando hay gente a tu alrededor que está dispuesta a recibir tu dolor. Personas con quienes confías, personas a las que quieres; personas cómo tu madre y yo —lentamente posó su mano cerca de su pecho, por encima de su corazón —aún si no tienes la confianza para hablar con nosotros, nos gustaría que supieras que siempre podrás compartir ese dolor. Siempre...con nosotros.
Cada palabra...cada palabra que escuchaba salir de la boca de su padre le hacía clavar una aguja en el centro de su corazón. Dolía, se sentía como una hoja de papel. Una hoja que era rasgada primero en pequeños trozos hasta ir por los más grandes. ¿Qué podría decir ante esto?
—... —su voz era nula.
—...Hmf~, está bien, no tienes por qué-...
—Pasaron... —el sonido de sus cuerdas hablando provocó en ambos adultos una ligera impresión. —Mrm, huff...pasaron muchas cosas.
Su cabeza estaba caída cuando pronuncio eso, siendo imposible ver su cara. Aunque para ellos, eso fue suficiente.
—...Jum, entiendo —sonrió su padre.
—Y no... —con algo de inseguridad rasco su brazo. —no estoy en contra de ir al psicólogo. Soy consciente de eso.
—Lamento si esto ha sido demasiado repentino Aki-kun —se disculpó su madre, sintiéndose mal al ver la cara decaída de su primogénito kobold.
—Está bien ehm, era necesario.
Tuk~
— ¿A-a dónde vas? —Viendo como su hijo se levantaba de la silla.
—Solo voy a mi cuarto —girando un poco el rostro para evitar tratar de verlos. —Ahm, gracias por la comida.
Caminando sin apuro, subió por las escaleras hasta dar con su cuarto. Abriendo la puerta y cerrándola inmediatamente al entrar. Así siguiendo caminando en una dirección en específico, llegando en unos pocos pasos y dar inicio a su acción.
Fwiip~
Recorriendo la ventana cerrada de su habitación, dejó que el aire puro de la tierra entrara y se llevara consigo el sofocante calor que su dormitorio guardaba.
—Hmm...
¡Twin~!
Llevando su mano hasta su bolsillo una vez escuchado el sonido de una notificación. Miró desde la pantalla de bloqueo la persona quien le escribió, tratándose nada más y nada menos que de All Might.
> [¡Hey joven Shiwara! ¿Tendrás tiempo de sobra? Nos vendría bien un compañero ahora que el joven Midoriya ya es capaz de moverse con esa forma suya, ¿aceptas? ]
—Mmh...
Tuk~
Tuk~
Tuk~ tuk~
Tuk~ Tuk
Tuk~ Tuk~
¡Tuk~!
> [¡Hey joven Shiwara! ¿Tendrás tiempo de sobra? Nos vendría bien un compañero ahora que el joven Midoriya ya es capaz de moverse con esa forma suya, ¿aceptas? ]
[Lo siento All Might, ahora mismo no me encuentro muy bien. Tal vez otro día.]<
[P.D. Dile a Midoriya que se mueva como lo haría yo, eso le puede dar una idea.]<
Una vez enviado el mensaje, dejó el celular a un lado, enfocándose solo en este momento. Se recargó en el borde de su ventana y sintió como el viento fresco pasaba por su cara.
Ahora no quería pensar en nada. No quería opinar nada. Este tiempo es para él, y la preocupación; para el él de mañana.
∞‡ {-֍-}-ᴥ=—ᴥ֍ᴥ—=ᴥ-{-֍-} ‡∞
¡Cruck!
— ¡Uff~! «Tal vez no deba seguir haciendo eso»
Tomando el camino principal hacia U.A, el adolescente lagarto venía tronándose los huesos del cuerpo. Cómo si el haberse roto una costilla el día de ayer no hubiera sido más que una cosa creada por su imaginación.
«No me gustaría tener que volver a sentir esa incómoda punzada en mi pecho»
Hablando consigo mismo sobre no hacer más estiramientos. No vaya ser que en uno de esos su hueso vuelva a salirse de su lugar original.
—Hmm «seguiré utilizando el "parche de escamas" hasta estar más seguro con mi recuperación», aún sentía un ligero dolor en el costado de su torso. —Hablando de recuperación «debería ir con Recovery girl antes de las clases, así al menos no tendría por qué retirarme en medio de una de las lecciones de los profesores»
Rascando su barbilla, cerró sus ojos para recordar mejor a todos los maestros con los que tenía clases el día de hoy.
«Aizawa-sensei no vendrá por este día, eso es seguro», sus ojos se deslizaron hacia un lado. «Aunque espero y si lo haga»
Recordaba la paliza brutal que su maestro recibió originalmente, y como este regresaba al grupo dos días después casi como si nada. En verdad era un tipo duro.
«Pero... ¿De verdad será así?», solo quería una respuesta. «Sí»
Mientras caminaba rumbo a la gran entrada de U.A, sintió como cada par de ojos se apegaba a él con cada paso que daba. Había fallado en pasar desapercibido por los demás estudiantes del plantel. Conocían a la perfección los acontecimientos de antier, y era obvio que uno de los afectados de aquel incidente, era él.
—Oh, vaya.
— ¡Ogh! Oh no amigo, no puedo ver eso.
— ¿Es ese uno de los chicos del 1-A cierto?
— ¿Se lo abran arrancado?
— ¿En serio piensa seguir en el curso de héroes con esa clase de herida?
Murmullos, miradas, y uno que otro saludo amable. Era obvio lo que era esto. Un actuar que le generaba disgusto, más cuando se trataba de la persona equivocada que no merece para nada ese trato. Esta...
Lástima.
— ¿Será que lo habrán confundido con un villano y por eso resultó así?
—No me sorprendería, con esa apariencia cualquiera lo haría.
—Jeje sí-¿Uh?
— ¿Mhm? ¿Qué pa-ah?
— ¡No lo veas! ¡No lo veas! Seguro y se le zafa un tornillo y salte a atacarnos.
— ¡Sí, sí! Vámonos, vámonos.
Con apuro, el dúo se fue del lugar donde descansaban. Siendo acompañados de otros pares que se toparon accidentalmente con la mirada de Akini.
— ¡Tch! —Qué estúpidos. — ¡Kgh! — ¡Imbéciles!
¿Cómo? ¡¿Cómo mierda se les pasó por la cabeza hablar así de él?! ¿Qué razón? ¡¿Qué razón?!
¿Por qué?
Le daba coraje, demasiado. Pero lo que más le disgustaba.
¡Cruck~!
...Era que después de tantos años, un comentario así le haya picado.
— ¡Kghrr!! ¡Cht! «Malditos desgraciados»
Qué buen primer trayecto de regreso a clases.
→/-/
— ¡Hey! ¿Cómo han estado? —Un pelirrojo de dientes afilados preguntaba casualmente a sus demás compañeros su ánimo del día de hoy.
Los que estaban dentro lo voltearon a ver un poco impresionados.
—Eso deberíamos decírtelo a ti, literalmente te vimos caer como meteorito hasta nosotros —Jirou contestó, no entendiendo cómo es que el tipo parecía tan feliz de la vida. —hasta pensamos que te habías muerto huish~ —sacudiendose el temor al recordar los eventos de U.S.J.
—Jajaja sí, lamento eso, es que soy difícil de matar —sonriendo con fiereza a la vez que alzaba su puño, endureciéndose en el proceso.
—Amigo, creo que todos estuvimos cerca de morir en aquel día —comentó Kaminari con sudor frío. No habiendo podido conciliar el sueño esa misma noche del incidente. —Es un milagro estar aquí hablando ahora mismo.
— ¡Ja! ¿Cerca de morir? —Escupió Bakugou. —Para mí solo estuvieron de cobardes en la entrada esperando a que los demás murieran —con una sonrisa torcida, lo miro a los ojos. —Gracias por usarnos de su puta carnada.
— ¡Bakugou-san! —Llamándole la atención Iida por sus declaraciones fuertes. — ¡No hay razón para-...!
— ¡No hables mierdas Bakugou! —Mina y Kaminari saltaron con indignación. Interrumpiendo a su vez al secretario de clase.
— ¿¡Ehhh!? ¿¡Qué dijeron!? Lo único que escucho es el sonido ¡De unas malditas ratas asustadizas!
¡BAM!
— ¡¿Cómo te atreves?!!
Saltando hasta su escritorio con un golpe de furia reprimida. Kaminari ahora encaraba al bocaza de excremento por excelencia.
— ¿Eh? ¿Quieres pelear? —Viendo con burla y fastidio al rubio eléctrico. — ¿Ahora tienes ganas de luchar?, ¿será acaso que las pelotas de la rata aumentaron al tamaño de una persona normal?
¡Skreech~!
¡Bum~!
¡Bum~!
¡Bum~!
Pequeños vestigios de poder se filtraban en ambas manos contrarias.
— ¡Basta! ¡No inicien un altercado!
— ¡Será mejor que se separen antes de que rompan las reglas de este salón! —Iida y Yaoyorozu intercedieron. — Si no acatan mi pedido, me veré en la penosa obligación de reportar esto con la figura de autoridad máxima de esta escuela.
— ¡Cht!
Con fastidio, más por parte de Bakugou que por Kaminari. Comenzaron a bajar la intensidad de sus quirks, hasta apagarlos.
—Escúchame, Bakugou —sus pupilas entraron en contacto visual, cada uno viendo al otro con agujas. —Qué nosotros no hayamos peleado a su lado no significa que seamos cobardes. Y que por eso nos hayamos ocultado en la entrada como unas "ratas asustadizas" —ninguno parpadeaba. —No podíamos entrar...por qué sería dejar a mis compañeros heridos a su suerte. ¿En qué tipo de persona me convertiría si abandonar a mis colegas fuera mi primera opción?
Se había dado cuenta en aquel momento de tensión, de terror y pánico. Huir no era una opción.
—Seguramente eso nunca se te pasó por la mente ¿Verdad? Salvaguardar a tus compañeros con riesgo a morir —sus entrecejo antes fruncido por el enojo, volvió a la normalidad poco a poco, con sus ojos balaceándose hacia abajo. — Fue bueno darme cuenta de eso. Del tipo de héroe que quiero ser. Y del tipo de persona que no quiero ser.
Sus miradas volvieron a conectarse.
—Estoy feliz de saber que soy una mejor persona que tú, Bakugou.
— ¡¡Desgraciado!! —Su mandíbula apretada como martillo hidráulico, mascullando con rabia aquellas palabras. No creyendo lo que esta bolsa de basura amarilla le estaba escupiendo en la cara.
Y para antes de que lo agarrara, el tipo como el cobarde que era se alejó de él. Huyendo de la maldita golpiza que le iba a dar.
¡Tch! —No importaba. Ya habrá la oportunidad de devolverle el favor.
Los demás fuera del conflicto simplemente se quedaron mirando para ver los sucesos que acontecerían. Aunque al final no pasó nada.
¡Pat!
— ¡Bien hecho, chico eléctrico! Lo pusiste en su lugar jaja —felicitaba Mina con palmadas fuertes en su espalda.
—Huff~ gracias, pero la verdad hubiese muerto si se daba una pelea —casi exhalando su vida una vez que estuvo fuera de la tensión generada entre los dos.
—Debo agradecerte Kaminari, me previniste de ir y darle de tragar un sándwich de nudillos a ese maldito bocón —Sato al momento de escuchar las declaraciones que había hecho el peli cenizo, se paró de su asiento con rabia, listo para darle la arrastrada su vida. Afortunadamente Kaminari se le adelantó. Afortunadamente para Bakugou por supuesto.
—Sabes que hay mejores formas de morir ¿Verdad? —No creyendo Jirou lo tonto que puede llegar a ser el tomacorrientes humano.
—Ah-ah bueno-...
—Aun así, fue genial verlo hacer esa expresión. No creía que alguien fuese capaz de hacerle cerrar la boca de esa manera —agradeciéndole a su forma el valor que tuvo para defenderlos de las palabras duras del chico explosivo.
—...Jum~.
« ¡¡Malditas ratas de mierda los voy a matar!!», ¡¿En serio se pensaban que no los escuchaba?! ¡¡¿O es que acaso lo estaban haciendo a propósito?!!
— ¡Por cierto! ¿Cómo estás Todoroki-kun? ¿Tus costillas están mejor? —Volteando ver Mina a su compañero de pelo dual.
—Recovery las curo en el día de la invasión —siendo conciso en su respuesta, no viendo la necesidad de explicarse más.
—Vaya, la vieja Recovery sí que es genial —halagando Sero a la doctora del instituto.
— ¡Ey! No le digas así a la abuela Recovery, ten más respeto —Regañando al pelinegro por su forma tan casual de llamarla.
—Jaja sí, si no fuera por ella, un tercio de nosotros seguro estaría aún en el hospital —riendo nerviosamente Denki por la suerte que tenían ellos al tener un médico como ella en el plantel.
—Por cierto, ¿ustedes ya han visto llegar a Shiwara? —Preguntó el muro rojo en un tono algo preocupado.
Él sabía el trato que los villanos tuvieron con él. Lo había visto de primera mano, como también lo hicieron los otros chicos que estuvieron con él. Ese sentimiento de shock que tuvo al ver al joven lagarto colgado en uno de los hombros de esa bestia zombie. Fue algo sin duda terrorífico.
— ¿Shiwara?
—Uhm no, él aún no ha llegado.
Era verdad, según sabían él había sido uno de los cinco en haber sufrido heridas graves que necesitaban de una atención médica urgente. Por lo que muchos de ellos no lograron verlo después de que la ambulancia se lo llevara en camilla hasta la sala médica de la escuela. Terminando ahí su contacto con él, como también el conocimiento de su estado actual.
Fwiip~
—...
Justo en aquel momento de mención, el joven kobold hacía su aparición por detrás de la puerta. Haciendo que todos los que estaban dentro lo volteasen a mirar.
—Oh, hola Shiwara-san ¿Cómo...cómo estás?
El aire a su alrededor se volvió pesado, incómodo. Incluso se podría decir que silencioso por la falta nula de sonidos dentro de la habitación. La causa de esto era obvia.
—Mhm, bi-bie-...
— ¡Hey, Shiwara-kun!
¡Tap!
— ¡Hah! — P̈́̐ͬr̴̷̢̠̯̩͌ͩ̕͘͡i͌r¡̸̴̵̧͚̪͍̱̙̩͍ͧͧͧ͗ͫ̀͢ra̷̟̦͔̪̟̔ͦ͜͝H̡͕̲͖͓̱̓ͥͨ͠n̷̢̗͔̞̊ͦ̎́̕͡c̛̛̪̫͓͈̼̞ͮ͗̐̋͊̓ͯ̋͜͞e̢͊̔ͭͨͣ̅s̵̨̬̭̳͙̿̋̆ͬͨ̓̽͡a̴̵̢̮̬̮ͦ̎̌͋Ą̵̷̷̴̸̼̬͐̊̿͞a͇̘ͭ̿͜͡ą̷̵̴̺͓͕͙͍̑̈́͊̅́͜~̈͊͂ͮͪ҉̴̴̧̧̜͝¡ —¡¡Aaah!!
— ¡Ayhk! ¡Du-duele!
— ¿Eh? ¡Shiwara espera! —Viendo Iida como la mano del lagarto se apretaba alrededor de la muñeca de la recién llegada.
— ¡Ahk! ¡Shi-Shiwara-kun suéltame, por favor! —Uraraka intentaba con todas sus fuerzas sacar su mano del agarre de metal, pero le era imposible. — ¡Me estas lastimando!
—Hah ¡Agh! —Esa mirada...
Por fin reaccionando en su terror ciego, visualizo a plenitud la cara de miedo que su compañera le daba, mirándolo con esos ojos que le disgustaban tanto; un mirar que provocaba solo en él un vuelco brusco a su estómago. No podía creer que había sucedido otra vez.
— ¡L-lo siento! —Rompiendo su agarre con pánico, como si de una tubería de metal ardiendo al rojo vivo se tratase. — ¡Hah-ah! ¡Y-yo no! No...
Sujetaba su mano derecha con fuerza, ¡como si al soltarla esta fuera otra vez a dañar a su compañera! Con ambas manos temblando ante lo acontecido. Subiendo de forma inconsciente su mano apresada hasta su cara, con sus uñas picando ya su piel y listas para rasgar. Pero algo lo detuvo. Deslizando su mirada, se dio cuenta que todos lo veían con conmoción a lo que había hecho.
Tapándose la cara con vergüenza, uniendo sus dos manos en su rostro. Quería desviar ese sentimiento con una punzada de dolor, algo con lo que él se pueda manejar. Pero no podía ¡No podía! ¡No podía! ¿Qué había hecho? Lastimar a alguien, había lastimado a alguien otra vez ¡A alguien que le importaba! ¡Una amiga suya que era Uraraka! Qué horror ¡Qué horror! No, no, no, no quería eso ¡No!
— ¡Ahh-hah-ahh-hah-ahh!
— ¿Shi-Shiwara-kun? —El hiperventilar de su amigo reptil la sacó de su miedo anterior, viéndolo ahora con preocupación.
—O-oye viejo ¿Estás bien?
— ¡Ahh-hah-ahh! —No podía, no podía ¡No podía estar aquí! ¡Necesitaba salir!
¡Fwiip~!
—Muy bien chicos, todos sentados, no quiero ver a nadie parado.
Parando el intento de escape de Akini, Ectoplasm se presentaba ante la clase 1-A, entrando por la puerta.
— ¿Mhm? ¿Por qué no están en sus lugares? —Viendo a los únicos tres estudiantes parados cerca de la puerta. —Siéntense por favor.
—Uhm...sí.
Sin alborotos, quejas, ni interrupciones, el primer grupo del curso de héroes se mantuvo callado. Esperando a las palabras de su profesor recién llegado.
—Hmm —el héroe se dio cuenta de la falta de ruido en la clase, como el ambiente tenso. Mas sin embargo, no dijo nada sobre ello.
Caminando a paso rápido hasta su pupitre, Akini evitaba formar contacto visual con alguien, no queriendo ver a nadie, ni tampoco escuchar preguntas que vengan después.
Screk~
Screk~
Screk~
Necesitaba relajarse. Necesitaba ponerse mejor.
Screk~
Screk~
Screk~
Las manos con las que se cubría la cara rasgaban entre sus escamas. Queriendo quitar esa picazón molesta que su cabeza tenía.
— ¡Ah! —Alguien lo había volteado a ver. Y tratando de disimular, bajo una de sus manos hasta su abdomen, como si se abrazara así mismo. Guardando su mano en uno de sus bolsillos, y dejar que siguiera mordiendo su piel.
—Atención todos. Por una semana seré su maestro suplente, siendo así hasta que Eraser se recupere.
—Ahm ¿C-cómo está Aizawa-sensei? —Preguntando Asui con un deje de inquietud. Siendo ella junto a Mineta los únicos que vieron a primera mano el castigo que su sensei recibió por parte del Nomu.
—Ahora mismo está en rehabilitación, puede pararse y caminar, aunque necesita de alguien para hacerlo —contestando Ectoplasm a su alumna de la manera más neutral sobre la situación de su compañero de trabajo.
—Oh, está bien.
Vaya, la energía del día de hoy sí que estaba por los suelos.
— ¿Uh? —Divisando a un estudiante que parecía estar sudando a mares, viendo también cómo este se estaba agarrando con fuerza el estómago. — ¿Oye, estás bien?
— ¡¿Eh!? ¿Eh? —Alzando Akini la vista con sorpresa.
— ¿Mhm? « ¿No es ese el chico de los reportes al que le quitaron la cola?», y ahora que agudizaba su vista, era notoria la protuberancia de un miembro faltante en su espalda baja. — Si necesitas ir con el médico puedes ir.
— ¡Uh! Ah ¡Gracias! —Tomando eso como excusa, aprovechó y salió del salón. No soportaba estar más en ese ambiente tan incómodo.
Las pisadas apresuradas de Akini eran audibles incluso aún dentro. Desvaneciéndose de poco en poco en los ecos del pasillo, hasta no oírse más. Para todos sus compañeros, el verlo irse así era claro indicio de que algo no estaba bien con él.
—Supongo que el que estén tan callados es a causa de los eventos pasados ¿No es verdad? —Vio como más de la mitad desviaba su atención a otra cosa, mientras que otros simplemente fruncían su ceño. —Se puede decir que son un caso excepcional dentro el historial del curso de héroes.
— ¿Acaso no pasó algo parecido en otros grupos anteriores? —Interrogó Jirou a su profesor.
—...No, y menos de que hayan salido con vida —muchos sintieron escalofríos al oír esas palabras. —Principalmente porque ningún grupo ha pasado por eso.
— ¡Uh! —Muchos quisieron darse un golpe contra la mesa.
—Sin embargo, eso no quita que sean el primer y último grupo que haya enfrentado una amenaza de calibre profesional siendo tan solo de nuevo ingreso. Por eso permítanme decir, bien hecho.
Escuchando atentamente a todo lo que decía, algunos no pudieron evitar sonreír por el apoyo que su tutor temporal les estaba dando. Y siendo otros que con solo esas palabras se creyeron la crem de la crem.
—Muy bien, basta de charlas, saquen su libro de álgebra y ábranla en la página 52.
Ahora con un ambiente más escolar, todos obedecieron y sacaron sus materiales para comenzar la clase.
—Mhm... —Una joven castaña dirigió su mirada a un banco vacío. Viéndolo con pena.
—Ey, Uraraka ¿Estás bien? —Preguntó uno de sus compañeros al verla distraída, a la vez que señalaba su mano.
— ¡Ah! S-sí.
Agarrando su muñeca un poco dolorida del apretón anterior. La masajeo un poco para atenuar ese entumecimiento que resto.
No quería regresar a la escuela con esa imagen de él en su cabeza, una donde estaba completamente deshecho. Quería seguir con normalidad, como si nada hubiera pasado. Pero eso solo habría funcionado si él también hubiese podido fingir que nada pasó.
→/-/
—Ahh~ ¡Arm! Ñam-nam~...gulp~ Hufff~ ¿Uhm? —Pausando por un momento su comida, echó una mirada por sus alrededores. Cómo si buscase a alguien.
—No creo que Shiwara venga, Uraraka-san —respondiendo Iida a las acciones que veía de su amiga.
— ¿Eso crees Iida-kun? —Viendo al peli azul con cierta pena y preocupación.
—No creo que quiera venir después de lo que pasó en clases.
— ¡Ah!-uhm, hmm...
Con sus hombros rendidos y cabeza baja, siguió degustando su comida. Solo que esta vez, los condimentos ya no se sentían tan fenomenales como antes.
→/-/
— (...) entonces, eso fue lo que pasó.
—Sí...realmente fue una metida de pata.
Con un té de hierbas en su mano, Akini ahora mismo se encontraba platicando con su maestro más confiable. Topándose con él de casualidad en su camino de intentar evitar a la cafetería y buscar otro lugar para comer.
—No creo que la señorita Uraraka guarde rencores contra ti —opinó el rubio demacrado, dándole un sorbo a su té. —parece ser el tipo de persona que no odia, ni tiene enemigos. Así que no creo que debas preocuparte.
—Aun así...fue bastante malo —sorbiendo su té, tratando de que el líquido limpiara su interior.
—Mhm...—este chico realmente cargaba con varios problemas.
—Supongo...que de verdad estoy mal.
— ¿Eh?
—Mis padres me enviaran a un psicólogo; realmente no puedo culparlos.
Ocultando el rostro de su profesor, se quedó mirando al piso. Pero el líquido verde de la taza le impedía hacerlo, así siendo que estuviese condenado a mirar, su propio reflejo. Una imagen distorsionada por las ondas que pasaban en el agua caliente.
— ¿Y tú crees que lo necesitas?
El chico se quedó en silencio por varios segundos. Hasta poder responder.
—Sí...desde el inicio.
Después de un remoto almuerzo con el símbolo de la paz, se despidió una vez salido de su oficina, caminando ahora en dirección a su clase.
Trik~
Trak~
Trik~
Lo único que necesitaba hacer para mantener la calma, era ignorar todo; no pensar en nada más. No mirar a nadie, no hablar con nadie, ni tenía que tomar acciones innecesarias. No tenía que dejarse llevar.
Trak~
Trik~
Trak~
Y por supuesto.
— ¿Uh?
— ¡Ghk!
Evitar toparse con ellos.
—Oye, Shiwara ¿Estás-...ah?
Mirando ambos como su compañero pasaba a un lado de ellos, como si no estuvieran ahí.
— ¿Eh? ¡Oye, espera!
—Un momento Uraraka —deteniéndola de ir por él. —Tal vez no sea el momento ahora. Será mejor esperar.
— ¿¡Eh!? ¿Esperas a que venga a nosotros? ¿Cuánto tiempo crees que sea eso?
—No lo sé —volviendo a mirar la figura alejada del lagarto. —pero no creo que sea demasiado.
—Mhm, espero y sea así.
No había razón de condenarlo. Después de todo, fue solo una reacción que estuvo fuera de su control.
→/-/
La tarde naranja ya había caído, con una hora un poco más tarde de la que regularmente salían. Este día específicamente se trató en ver los temas que fueron saltados una vez que la escuela cerró. No fueron demasiados, pero sí tomaron un tiempo importante a la hora de la vuelta a casa.
Trik~
Trik~
Trik~
Con sus uñas haciendo eco en el pasillo desolado, caminando por una senda que lo direccionaría al lugar querido, Akini, paró por un momento. Estando a solo dos pasillos más, dudo en seguir adelante.
Para al final, desistir.
—Huff... —no se sentía con la cara para verlo.
—Shiwara-san.
— ¡Huh! —Reaccionando con un salto a la voz que lo llamó por detrás, alejándose de un salto de ella. — ¿Uh? ¿Yaoyorozu-san?
Mirando qué se trataba de la presidenta de clase, pensó por un momento por qué lo buscaba. Al instante concluyendo la razón de su llamado.
«Claro, es lunes»
Siendo los lunes donde se dictaminó que los representantes de cada clase hicieran el reporte de la semana anterior. En una tarea que se trataba más en ver los resultados y pensamientos de la clase un poco a fondo sobre las lecciones que tenían con sus maestros. Algo como si de un diario se tratase, solo que con diagramas por delante.
—Eh-sí —volviendo al lugar donde estaba parada. —te busqué para que junto a Iida terminemos de redactar los temas que se quedaron pendientes de la semana anterior.
— ¿Temas? ¿Cuáles temas? —Levantando una ceja algo confundido.
—Bueno... —bajó un momento su mirada. —realmente es más acerca de hacer un resumen detallado de lo que sucedió en el día de viaje a U.S.J —cruzando sus brazos de una manera algo floja. —Tal vez solo quieran saber más sobre nuestra perspectiva, igual y algo les pueda ser de ayuda a los profesores. Como saber más acerca de esos villanos con los que nos topamos.
Levantando sus ojos nuevamente para verlo. Se dio cuenta de la visible mueca que su compañero presentaba. Siendo obvia su inconformidad.
—Claro...vayamos.
— ¿Eh, estás seguro Shiwara-san? —Dudando un poco la peli azabache. Siendo que la mayoría pudo ver que no se encontraba ciertamente bien.
—Sí, no importa —pasando a un lado de ella con un paso rápido, sin voltear a ver si venía caminando tras su espalda. — ¿Eso solo eso no? Escribir.
—Mhm... —dibujando en sus labios y ojos un gesto de duda, no creyendo en el desinterés falso que el lagarto por fuera mostraba.
Tardando unos cuantos minutos para llegar a la zona de reunión, junto a un recorrido del camino en completo silencio; Akini se preparó para abrir, parando su mano por un temblor que lo sacudió, tardando un milisegundo en frenar, y un segundo en abrir.
¡Fwiip~!
— ¿Uh? —Levantando su vista de la mesa. —Ya están aquí —mirando con más atención al kobold en la puerta.
—Lo sentimos Iida-san, te dejamos esperando —disculpándose Yaoyorozu con su secretario de clase asignado.
—Ah, no se preocupen, de hecho —levantando unas cuantas hojas. —ya finalice mi parte. Son los testimonios de los chicos que estuvieron en la puerta durante la invasión, y la mía. En mi búsqueda por los profesores.
—Oh vaya —levantado una mano en impresión. —Parece entonces que solo nos deja a mí y a Shiwara-san en rellenar el nuestro.
Tomando dos asientos de la mesa que el peli azul estaba ocupando. Así Yaoyorozu se sentó en un banco a lado de Iida, mientras que Akini se fue al contrario.
—Aunque haya diferencias entre el final y el comienzo, la parte donde estuvimos peleando en el centro seguramente no se verá tan diferenciable, ¿no lo crees Shiwara-san? —Dando una pequeña sonrisa.
—Sí.
Mordiendo su mejilla interior por lo cortante de la respuesta, volvió su iris onix al papel y trató de seguir escribiendo.
—Uhm ¿C-cómo has estado? —Tartamudeando un poco. —No supimos nada de ti desde aquel día y... —trataba de hacer una plática casual con su compañero, pero sentía de alguna manera que estaba complicando más la situación. —bueno...
—Estoy bien.
—...
Era seguro que no quería hablar con nadie.
—Shiwara-kun.
— ¿Mhm? —Escuchando el tono grave de su segundo compañero, desvió su atención hacia él. Sin aparentar un cambio notorio en su rostro.
—Pido que me perdones.
— ¿Eh? / ¿Qué? —Ambos azabache expresaron desconcierto ante la aparente disculpa de Iida.
—En realidad, les pido perdón a todos —su cabeza se inclinó en una posición de 90° grados. — ¡Kgh! ¡Es mi culpa por la que casi todos ustedes mueren!
— ¡¿I-Iida?! ¿De qué estás hablando? —Impresionada de escucharlo gritar en un tono fuera del que hacía siempre en clases.
—No fui lo suficientemente veloz para buscar ayuda, just-...justo cuando depositaron su confianza en mí —aún sin alzar su rostro, ellos podían entender la culpabilidad con la que Iida se expresaba. Marcada en sus palabras. —Fui negligente... ¡Ghk! ¡No me esforcé al máximo! ¡Y-yo! ¡Ahg!...Lamento que mi falta de capacidad te haya afectado a ti, Shiwara-san.
—...
Con aquel que se le fue enviado el mensaje, el dragón menor mantuvo un rostro oscurecido imposible de ver; cómo conocer los pensamientos que pasaban en su agravada mente. Permaneciendo callado ante las disculpas que su amigo le dio, Akini se mantuvo sin dar respuesta.
—No merezco tener este título de secretario. No cuando les fallé a todos.
—Basta de eso, Iida.
— ¿¡Huh!?
Mirando incrédulos en su dirección, no creyendo que aquel dragón sin alas contestara de una manera tan indiferente. De manera práctica, diciendo implícitamente a su compañero que se dejara de lloriquear.
—Shi-¡¿Shiwara-san?! ¡¿Por qué le hablas así a Iida-san?! ¡¿Qué no ves que está arrepentido?! —Mostrando enojo ante el nulo interés que el kobold parece prestar a los sentimientos de su amigo.
—Tú no tienes porqué disculparte.
— ¿¡Eh!?
—O-oh bueno, al menos no conmigo...—con un cansado cerrar de ojos, se frotó la frente por unos momentos, soltando así un aire que lo libere del malestar oculto en su mente. —Huff...entiendo lo que sientes Iida.
Pareciendo reaccionar ante lo dicho, subió su mirada hasta dar directamente con él.
—Yo avec-pienso...que realmente pude haber hecho mucho más —pasando sus garras entre las hebras de su cabello negro, mirándose ansioso. —Pude haber hecho algo más y sin embargo, quedé tendido en el suelo. Como una maldita cucaracha~.
Ambos pudieron ver cómo de a poco sus dedos cubrieron parte de la mitad de su cara. Sin ser capaces de notar como la punta de sus garras comenzaron a rascar parte de él.
—No pude salvar a nadie...ni mucho menos al que estaba en frente de mí~ —su voz temblaba, a muy fina linea de quebrarse. —Es~...es por eso que me pregunto, ¿si podré ser un buen héroe?
—Shiwara-kun-...
—No, por favor, no quiero oír palabras de lástima. No cuando no soy merecedor de ellas.
—Uhm.
La presidenta pasó su mirada de lado a lado, viendo como ambos sujetos parecían de verdad afectados por los sucesos de hace tres días. Si bien ella tampoco resultó impune, en el fondo, le pesaba tener que ver su dolor. Manteniendo ese rencor adentro suyo como una forma retorcida de tortura.
—Ahm chicos, no tienen por qué ser tan duros consigo mismos —tratando de que ambos no se dejen caer. —Sabemos que fue una experiencia bastante...bastante horrible, huff —sus manos se juntaron en un puño sobre su boca y nariz, tratando de mantener en sus manos el calor que le arrebata ese escalofrío tan gélido que sintió en aquella vez. —No dudo de que varios más de nuestro grupo se hayan sentido de la misma manera.
Recordando ella como el salón se mantuvo en un estado de silencio casi total. Algo bastante raro considerando las otras veces que los veía siempre parlotear y bromear.
—Dudo que alguno de ellos quiera contar a plenitud lo que sintieron.
Tras las palabras escuchadas de Yaoyorozu, el trío permaneció en un estado de silencio medianamente prolongado. Cada uno encerrado en sus pensamientos.
Tik~
Tik~
Tik~
—...Gracias a ti fue que nos salvamos, Iida —Akini rompió el silencio.
— ¿Qué? Pe-pero-...
— ¿Tú avisaste a All Might de lo que estaba sucediendo no?
—Ah...sí, pero aún así-...
—All Might nos salvó a todos.
Pasando su frente a sus dos manos unidas, deslizó su cara recia con vista hacia abajo. Y dejó que sus parpados cayeran hasta nublar su vista con un negro casi vomitivo.
—Me salvo a mí...los salvo a ellos —quitando el rostro de sus manos, el kobold lo volvió a mirar.. —Si los demás no habrían sido capaces de sacarte...muy probablemente todos estuviésemos muertos.
Mirando por fin a los ojos a Iida, ocasionándole un pequeño escalofrió a causa de sus pupilas rasgadas y amarillo depredador. Viéndolo fijamente sin siquiera mover un músculo de su cara, serio, preparado para al fin expresarse.
—No hay nada por lo que debes sentirte culpable, cómo tampoco sentir que le debes algo a alguien, menos a mí —su boca se frunció en un ligero disgusto, rodando sus ojos hacia un lado. —Yo mismo sabía el peligro de esto, y aun así, decidí saltar en el —volviendo sus ojos a él. —Yo soy el culpable de mi propia desgracia.
Sus compañeros se sacudieron ante esa confesión, no creyendo que se culpaba a sí mismo de su mutilación. Diciendo entre líneas que fue su culpa que lo hayan torturado. E imperturbable ante esto, Akini guardó un pequeño silencio, no queriendo desviarse de lo que le quería decir.
—Ustedes nos salvaron, tu Iida...nos salvaste —una invisible sonrisa se dibujó en sus labios. —No quiero ver que niegues el acto tan heroico que hiciste por nosotros.
—Shiwara-san tiene razón Iida.
— ¿¡Eh!?
—Muchos pudimos haber muerto...demasiados —frotó sus manos con algo de nervios. —No podemos referirnos a ti más que como el héroe de nuestra clase, Iida-kun.
—Ah-eh Y-yo uh... —quería negarse que lo llamaran así, que tal título no se lo merecía. Pero...viendo como ellos dos lo percibían a él, y a sus demás compañeros que lo ayudaron a escapar. No pudo negarse. —Gr...gracias.
Bajando otra vez la cabeza, solo que esta vez, no con la pena con la que lo hizo.
—Aun así, no dejo de sentirme mal por lo ocurrido. Y por eso pienso, que tal vez pude lograrlo si hubiese sido solamente, un poco más rápido.
—Vamos Iida, no tienes que seguir así.
— ¿Es que acaso no me odias siquiera por lo que te pasó?
Los ojos del reptil se abrieron con impresión, pero rápidamente los cerró. Para después volverlos abrir con ligereza.
—No puedo odiar a alguien que en un principio no me hizo nada.
— ¿Uh?
Mirando atentamente sus facciones para ver si lo que decía era verdad, no creyéndose que así fuera. Miro por sus ojos, y no había nada. Por su frente, su nariz, su boca, su mandíbula, pero no...no había nada. Era un rostro completamente en blanco.
—Lo siento, es solo que...me es un poco difícil de creer viniendo de, bueno, lo que te pasó —trago un poco de saliva antes de continuar. —Fuiste severamente dañado por esos sujetos.
Su frente se encontraba fruncida en una de confusión y duda.
— ¿De verdad no tienes algún resentimiento contra mí?
—...Yo aún puedo caminar.
—... ¡Hah!
Como una espina enterrada esperando a ser movida, sintió como esa astilla fantasma volvía a enterrarse más en su piel. Remarcando su existencia.
—...claro.
—Creo que es mejor que sigamos chicos, no queremos tardarnos en esto.
—Uh sí.
—Uhm presidenta.
— ¿Si Shiwara-san? —Viendo al mencionado kobold.
—Me gustaría discutir algo con usted.
— ¿Mhm? ¿Sobre qué?
→/-/
—De verdad no lo entiendo, ya les mencioné que no tienen por qué preocuparse.
—Lo sabemos, es solo que...es más una cuestión de honor.
—Lamento decirlo, pero siento que están exagerando un poco.
—S-Tal vez, pero si no lo hacemos, esa frustración seguirá ahí molestando.
—Ahh...ya que, supongo que eso habrá que dejarlo para-...
¡Fwip!
¡Trum!
— ¡Ay!
— ¡¿Eh?! —Sintiendo la presidenta como había chocado contra algo. —Ah ¿Uraraka-san?
— ¿Eh?
— Ay,ay ay~ —masajeando su nariz ante el golpe inesperado de una pared movible.
— ¿Qué haces aquí? —enarcando una ceja Yaoyorozu. —Todos los demás seguro ya se han ido y tú-espera —dándose cuenta de algo. — ¿Estuviste acá en la puerta todo este tiempo?
—Eh-ah-ahm s-¿Sí? —Sintiéndose nerviosa ante la presidenta en turno.
— ¿Cuánto escuchaste? —Adelantándose Iida hasta ella, queriendo verificar qué fue lo que su compañera escuchó.
—Ah-eh vi que pasaban por este pasillo y pues ehm, como estaba Shiwara con ustedes quería yo-ah ahm, huff... yo solo quiero disculparme.
— ¿Disculparte? —Cuestionaron los más listos de la clase.
—Shiwara-kun.
Pasando su mirada de los dos, se enfocó directamente en el lagarto de tierra, quien con cierta inquietud, trato de desviar su mirada hacia otro lugar. No se sentía con la cara para verla a los ojos.
—Lamento haberte llegado así por la espalda —sus manos se juntaron en su pecho, agarrando su barbilla caída. —debí haber sabido que no te sentías bien, que posiblemente...tú tampoco la estabas pasando bien.
Su boca se torcía, tratando de que su voz no flaqueara al momento de hablar. No queriendo darle esa imagen triste a su amigo, sino una más alegre. Una que le pueda animar.
—Yamori-kun.
— ¿Uh? —Esta vez sí dirigiendo su mirada a ella ante el raro apodo que se le dio.
¡Pum~!
Y nada más volver la mirada, sintió como un suave golpe le impactó en el costado. Una fuerza comparable a la de una almohada en una fiesta de pijamas.
— ¿Qué?
—Los amigos a veces juegan rudo, pero... —alzando su rostro para verlo. —No por eso dejan de ser amigos —y regalándole una sonrisa. — ¿Verdad?
— Uh
Con una felicidad extrañamente contagiable.
—Jum...
Hizo que incluso un ser de sangre fría pudiera sonreír.
Pat~
Y dándole así, un suave palmeó a su cabeza.
—Lo siento, Uraraka-san.
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